Mostrando entradas con la etiqueta religión. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta religión. Mostrar todas las entradas

martes, 2 de julio de 2024

Los meses musulmanes

 https://www.youtube.com/watch?v=hVcV4aIv6FQ

 

 

Aprovechando la entrada anterior sobre un tema musulmán, poca gente sabe cómo funciona su calendario.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que tiene una base lunar, no solar como la nuestra. Su calendario se basa en las vueltas de la luna, con lo que en teoría cada mes debería durar 29 días, 12 horas, 44 minutos y unos segundos; al final, lo que hacen es que sean meses alternativos de 29 y 30 días, lo que implica años de 354 días, y para tener en cuenta los 44 minutos añaden un día a ciertos años. El resultado es que cada ciclo de 30 años tiene 11 años de 355 días y 19 de 354. Complicado, y tampoco muy ortodoxo: es inevitable una falta de correspondencia entre el calendario y las revoluciones lunares.

Y un guirigay: los meses pueden caer en verano, en invierno, en otoño,... ¡Como se nota que esto lo inventaron donde no hay estaciones, siempre hace calor y cerca del trópico!

Pero lo más curioso es cuándo empieza o termina un mes. En principio, el mes empieza en el momento en que se descubre la luna nueva (el creciente de la luna nueva, se entiende) a simple vista. Pero esto es más fácil de decir que de hacer, sobre todo en las noches nubladas. Para proclamar la entrada del mes basta la declaración de dos testigos que depongan ante el cadí haber visto la luna nueva, y en caso de que las nubes impidiesen verla, el cumplimiento de los treinta días del mes anterior da lugar al nuevo. Aunque... ¡alto!: los dos testigos han de ser cualificados (esto es, honorables, irreprochables y conocidos del cadí). Si sólo lo es uno de ellos, hacen falta seis testigos ordinarios (buenos musulmanes y, huelga decirlo, de sexo masculino). Y si no hay testigos cualificados, 12 ordinarios. O bien que la aparición de la luna sea notoria al haber sido vista por gran número de personas.

Y lo mismo ocurre para declarar terminado un mes. 

Así que si la última noche del Ramadán está nublado y no se ve la luna, pues tal vez al día siguiente habrá que ayunar también. Hasta que se cumplan 30 días de la luna nueva anterior. Y viceversa: si la noche anterior a empezar el Ramadán está nublado y no se ve la luna, pues al día siguiente no se ayuna. 

¿Y si la luna se ve en el norte de Marruecos pero no en el sur? ¿Y si uno está viajando de un lado a otro, en el origen se ha visto pero en el destino no? Sí, ya sé que a nosotros nos pasa algo parecido cuando cambiamos de huso horario, pero no es lo mismo, aquí puede ser tan sencillo como irse al valle de al lado. Vamos, que no me parece muy serio, todo esto. 

Porque, como digo, el comienzo y el fin de cada mes, y en especial el del ayuno, no puede fijarse por el cálculo astronómico sino sólo por la visión directa. Y aún lo complican más: una de las 4 ramas ortodoxas (la shafi'í) sí acepta el método científico... de forma que obliga a quien crea en él y además lo conozca. 

Lo dicho: un guirigay. 



Lady Gaga - Always remember us this way

domingo, 30 de junio de 2024

Divertimento matemático: La Meca

https://www.youtube.com/watch?v=BPCjC543llU 

 

 

El otro día echaban en el telediario las ya tradicionales imágenes de la peregrinación anual a La Meca; aprovechando la ocasión, hagamos un pequeño ejercicio de divertimento matemático sobre el tema. 

El buen musulmán tiene que cumplir 5 preceptos obligatorios, el 5º de los cuales es peregrinar a La Meca y visitar la Kaaba al menos una vez en la vida. Supongamos que la esperanza de vida media de un musulmán es de 70 años (quizás es mucho suponer), pero entendemos que los niños no peregrinan y los ya muy mayores tampoco. Al menos en un número relevante para lo que nos atañe. Para facilitar mis cuentas, asumamos que la ventana de peregrinar está entre los 20 y los 70 años de edad; es un periodo de 50 años.

Hay en torno a 1.900 millones de musulmanes en todo el mundo. Pongamos que 400 millones muere antes de los 20 años (y no entra en la ventana de oportunidad de poder peregrinar), peregrina fuera de la ventana indicada (antes de cumplir los 20 o cuando ya ha cumplido los 70) o simplemente está exento del precepto por ser un inválido, un disminuido o enfermo mental o causas similares que lo eximan. Quedan 1.500 millones. Despreciemos los que hacen la peregrinación más de una vez. Si pueden viajar a lo largo de 50 años, esto significa que cada año peregrinan 1.500/50=30 millones de musulmanes. Bien, seguimos.

En rigor, no es necesario que sea el musulmán en persona el que haga la peregrinación: puede delegar la comisión a un peregrino que cumpla por él y en su nombre si está legítimamente imposibilitado de hacerlo. Pero esto que hago no es sino un divertimento matemático: queda de su cuenta el fabular las variantes y las razones de los números reales.

La peregrinación a La Meca consta de varias acciones: visitar la Kaaba o casa de Dios, las colinas Saffa y Merua que también están en la ciudad y el monte Aàrafat, a poca distancia de ella. A su vez, se han de cumplir dos ritos. Uno es la 'umra, que consiste en las famosas 7 vueltas a la Kaaba  y luego en las 2 colinas, y puede realizarse en cualquier momento del año. Pero la otra es el Hayy, que estrictamente hablando se desarrolla fuera de La Meca y consiste en los ritos en el monte Aàrafa y el sacrificio pascual en Mina. Y el Hayy sólo puede realizarse los días 9 y 10 del mes de Dulhàja. Por supuesto, es habitual aprovechar el viaje del Hayy para hacer también la 'umra, con lo que en la práctica tenemos que la peregrinación se hace en 2 días concretos del año, invariablemente la 'umra primero y el Hayy después.

Y, como es lógico, quien viene desde Senegal o desde Malasia se queda los dos días, no toca chufa y se va. Otra cosa es que las vueltas o las visitas las haga en el momento que pueda o le toque.

Así que tenemos 2 días al año que en teoría hay en La Meca 30 millones de peregrinos. Si los números fueran otros, pongamos que la ventana de viajar es de 40 años y que son 1.600 millones los musulmanes posibles viajeros, estaríamos hablando de 40 millones de peregrinos, todos a la vez.

¿Se hacen una idea del infierno logístico que supone? ¿Dónde duermen? ¿Qué comen? ¿Quién cocina? ¿Qué se hace con sus residuos? ¿Cuánta agua necesitan? ¿Cómo se les dará asistencia médica? ¿Cómo viajan? ¿Cuántos aviones, trenes, autocares, caravanas de camellos o lo que sea hacen falta? ¿Cada cuánto ha de despegar un avión o salir un tren? ¿Qué se hace, con todo lo necesario para atenderles, los 352 días del resto del año (musulmán)?

La moraleja es que, esto de que el buen musulmán peregrine al menos una vez en la vida a La Meca... sólo se le pudo ocurrir a un tipo que vivía en Medina, a 350 km, y en un tiempo en que los musulmanes eran cuatro gatos.

 

 

 

Alan Jackson - It's 5 o'clock somewhere


martes, 14 de noviembre de 2023

La 2ª enmienda de Luisiana

https://www.youtube.com/watch?v=lOQ2fFJXbXQ 

 

 

Estados Unidos es ese grande y hermoso país que nunca deja de sorprendernos. Y al que deberíamos mirar con más detalle más a menudo y así aprender de las muchas cosas buenas que hacen.

Este 2023 ha habido muchas votaciones a lo largo del país; la mayoría en el primer martes después del primer lunes de noviembre (ya expliqué en esta vieja entrada por qué es ese día), aprovechando que era el día de elecciones locales y estatales, pero algunas se han llevado a cabo en otras fechas. De entre éstas, mi favorita es la votación de una 2ª enmienda a la constitución del gran estado de Luisiana.

«¿Apoya usted una enmienda para establecer que la libertad de culto en una iglesia u otro lugar de culto es un derecho fundamental merecedor del más alto grado de protección?»
Dos cosas me llaman la atención. La primera, el texto en sí; la segundo lo del más alto grado de protección. Empecemos por esto último.

En Estados Unidos existen tres tipos de protecciones legales: alta, media y baja. Que se pida "el más alto grado de protección" implica que si se decide legislar o establecer disposiciones que regulen ese derecho, esas leyes o disposiciones deberán ser sometidas a "un escrutinio estricto", que allí es un término legal establecido y acotado. Significa que la disposición no será válida hasta que el Gobierno pruebe ante un tribunal que esa disposición es por un interés que obliga al Gobierno a dictar esa disposición (hay que demostrar la necesidad de la disposición), y que además regula ese derecho en lo mínimo imprescindible. Y aún más: el Gobierno ha de demostrar que la disposición está "estrechamente ajustada" a conseguir el propósito; resalto esto último, porque cuando lo del coronavirus el gobierno catalán sacó unas disposiciones de contramedidas que, entre otras cosas, incluía el aumento de la pensión que se les pagaría a los expresidentes de la Generalitat: cómo ayuda esto último a combatir el coronavirus todavía no me lo ha explicado nadie. Por no hablar de cómo se han aprobado leyes bajo la égida de Sánchez sobre un tema que eran éticamente inoponibles y que incluían en sus cláusulas adicionales auténticas leyes sobre otros asuntos la mar de polémicos, y obligaba a votar la ley como un todo. Imagínense una ley que prohíbe la esclavitud y que incluya una disposición adicional decimoséptima que ilegalice los partidos políticos de derechas; pues en ese plan, era el mecanismo habitual para legislar de esa banda. En Estados Unidos los habrían cazado a la primera.

Por otro lado, tenemos lo de regular la libertad de culto en una iglesia o equivalente. La libertad de culto está recogida por la mismísima constitución federal, así que... ¿de qué va esto?

Pues precisamente, del Covid-19. Y del confinamiento que se aplicó.

En España, cuando el confinamiento, se cerraron las iglesias. No es que se prohibieran las misas, es que no se podía ni entrar a rezar o confesarse con el templo vacío. Y fueron de los últimos lugares en los que se permitió el libre acceso. Recordemos, por ejemplo, que se podía apelotonar la gente en el vagón del metro. Y cabe recordar, también, que en Cataluña el gobierno local reguló una excepción al confinamiento: la asistencia a actos políticos. Se podía viajar para acudir a mítines y manifestaciones, aunque fueran en otra provincia. Que los mítines y manifestaciones fueran sólo de los partidos del gobierno catalán es otra historia, lo importante es que decidieron que el ejercicio de los derechos políticos de los ciudadanos estaba por encima de cualquier otra regulación. Se restringía el derecho de reunión salvo que la reunión tuviera un carácter político, ya ven.

Los argumentos a favor de la medida son obvios: lo que la religión de cada uno hace que ese uno se sienta obligado a hacer - y voy a citar como ejemplo la necesidad de confesarse, o de no dejar pasar un mes sin confesarse- no es un privilegio, sino una obligación.

Y más en momentos tan angustiosos como los vividos entonces. No poder enterrar a un familiar en un sepelio cristiano, sin ir más lejos, es para algunas personas una crueldad inaceptable: recordemos que se podía viajar de Madrid a Barcelona en tren por "necesidades de trabajo" pero no si se moría el padre o el hermano de uno.

Los argumentos en contra de la medida son obvios también. El argumento fundamental era básicamente que el derecho a la salud de todos está por encima y que no pasa nada porque algunas personas se salten algunos preceptos religiosos. Por supuesto, todos aquellos que no creen son incapaces de comprender en estos asuntos a los que sí creen.

Pero esta entrada no va de la libertad de culto. Va del hecho en sí de votar una enmienda a la Constitución.

En primer lugar, fijémonos en que apareció una situación para la que, parece ser, la Constitución no estaba preparada (y en consecuencia, el cuerpo legislativo estatal tampoco). Fijémonos en que una parte de la sociedad civil detectó el desajuste y reaccionó en consecuencia, promoviendo un cambio nada menos que en la Constitución. Fijémonos en que el sistema democrático del estado permitió - no sé decir si alienta- que la iniciativa, tras recorrer el sin duda largo procedimiento que la legislación estatal establece para estas cosas (votaciones en el Senado estatal y en la Cámara de Representantes estatal incluidas), desembocara en un referéndum en todo el estado. Y fijémonos que el resultado se acogió con deportividad, el que pierda acepta la derrota.

En segundo lugar, fijémonos en algo que es esencial: para los estadounidenses, la Constitución establece lo que el ciudadano no puede hacer y lo que las instituciones sí pueden hacer. Y no al revés. Allí, el Gobierno no puede disponer algo aduciendo que la Constitución no se lo prohíbe. Que la Constitución no recoja los viajes espaciales significa que quien pueda permitírselo está autorizado a ir al espacio, y que el Gobierno no puede sin más prohibir a nadie a ir al espacio. En España, en cambio, no faltarían gobiernos que dirían que, como la Constitución no habla del asunto, ellos pueden regular quién puede viajar y quién no. O, por usar un ejemplo de actualidad, aducir que la amnistía en España es constitucional porque la Constitución -que no la cita- no la prohíbe.

Llegados a este punto, me van a permitir que haga un poco de abuelo Cebolleta (ya sólo los abuelos Cebolleta entendemos esa expresión) y les cuente algo de hace muchos años que estoy seguro de que los que vivieron aquellos años reconocerán.

Cuando la Transición se pasó de un sistema vital franquista a un sistema vital democrático. En aquel momento, se trataba de eso.Y ese "eso" lo impregnaba todo. Estamos hablando de reuniones de vecinos, asambleas de cualquier tipo de asociación, clubes,... En general, cualquier actividad en la que confluyen varias personas. Como si de trata de pactar una excursión entre amigos o el programa de unas fiestas colegiales. La acusación más normal, y más demoledora, era carecer de "espíritu democrático". Escuchar las opiniones de todos, respetarlas, buscar un consenso, aceptar lo que opine la mayoría. El primero que conseguía colar la acusación al otro de que carece de espíritu democrático ganaba. Eso sí, en esa época no se "cancelaba" a nadie por no tenerlo. A los viejos se les perdonaba, porque se les suponía ya demasiado hechos para cambiar, se entendía que les costase asumir los nuevos tiempos. Y a los que no éramos viejos, pues se daba por sentado que era algo con lo que no habíamos nacido y que teníamos que ir aprendiendo, con lo que esa recriminación pasaba por una educación, no un ataque.

En aquella época había auténtica veneración por lo que se suponía que era el espíritu democrático. 

Ese afán formativo ha desaparecido hoy en España. Hace años que nadie le recrimina al presidente catalán (digo catalán, pero podría decir nacional e imagino que también en casi cualquier autonomía), su partidismo como gobernante y que no gobierne para todos. Lo mismo al presidente del Parlamento, a los alcaldes y a tantos cargos públicos que deberían representarnos a todos y que sin embargo hace tiempo que dejaron claro que ellos son de cierto partido y que hemos de asumir que por algo ganaron ellos las elecciones, quien no esté conforme que les gane la próxima vez. No nos vendría mal que en las reuniones alguien levantara la mano y acusara al cabeza de no tener espíritu democrático y que éste temiera esa acusación.

En los States, en cambio, no lo han perdido. Y cuando, como en Luisiana, alguien detecta que el gobernante se ha excedido en sus atribuciones, actúa. Y el sistema le permite actuar. Hasta el punto de que se produzca un referéndum - que no deja de ser un juicio popular al exceso cometido- para que aquello no vuelva a pasar.

¿Creen que esto podría pasar en España? Ni de chiste. De hecho, los tribunales decretaron que las medidas de Sánchez con el confinamiento fueron inconstitucionales, y aquello sirvió para envolver los pescados del día después.

Volvamos a Luisiana. Allí, la Constitución decía en su sección 8 del artículo I (el que establece los derechos) que "no se promulgará ninguna ley que establezca una religión o que prohíba su libre ejercicio". Con el confinamiento se prohibieron las reuniones para el culto, ergo el Gobierno se había entrometido en los derechos fundamentales de los ciudadanos de Luisiana. Éstos lo entendieron así y de ahí la defensa del derecho. No se trata (al menos, no del todo) del derecho vulnerado en sí, sino de si el Gobierno (en este caso, el estatal) puede regular un derecho que su Constitución dice que no será regulado. Y, fíjense: la enmienda no pretende prohibir para siempre que el Gobierno regule ese derecho, sino que ese derecho tendrá el más alto grado de protección. El Gobierno, en caso de emergencia, podrá prohibir las reuniones de culto, pero deberá demostrar antes la necesidad imperiosa y que la regulación es la mínima posible.

En mi opinión, gente inteligente, la de Luisiana. Y demócrata. Gente de la que aprender.

Por cierto: dos estados habían planteado este asunto antes. El año pasado, 2022, en Arkansas se votó una enmienda parecida. Fue derrotada por un 50,41% de los votos frente a un 49,59%. Y el año anterior, 2021, en Tejas salió adelante con el 62,42% frente al 37,58%.

En Luisiana el 79,20% de los votantes votó a favor. Sólo el 20,80% votó en contra.



Elvis Presley - Polk salad Annie

 

jueves, 9 de febrero de 2023

'Sumisión' es una distopía... o tal vez no

https://www.youtube.com/watch?v=dzymcUk5XXk 

 

 

He leído Sumisión, de Michael Houellebecq. 

Una distopía es una imaginación de una sociedad futura de características negativas, un futuro distópico es lo opuesto a un futuro utópico. Por ejemplo, Los juegos del Hambre, y tantas películas por el estilo. 1984 es una distopía, Un mundo feliz es una distopía, Blade Runner es una distopía, Desafío total, Perseguido, Mad Max,...

Las distopías están muy bien como novelas o películas, pero en la medida que alguna de sus características se convierte en realidad... 1984, sin ir más lejos. 

Pues bien, cabe preguntarse si Sumisión va a ser sólo una distopía, una novela, o si llegará a convertirse en realidad.

El argumento es muy sencillo: cual Episodio Nacional, a través del transcurrir cotidiano de un personaje somos testigos de los cambios en la política nacional francesa. La hipótesis de partida de esos cambios es la constatación de que en las elecciones al presidente de la república, lo normal desde hace años es que partido más votado sea el Frente Nacional, con mucha ventaja pero no la suficiente para tener más del 50% de los votos. Al no alcanzarlos, ha de realizarse una segunda vuelta, sólo el Frente Nacional y el segundo partido más votado, e impepinablemente los franceses, como si fueran españoles, votan al segundo partido sea el que sea con tal de que no gane el Frente Nacional. Pues bien, lo que ocurre en la novela es que en la primera vuelta, por unas pocas décimas de ventaja sobre los otros partidos, el partido que queda segundo es la Hermandad Musulmana (partido ficticio). El líder del partido islamista proyecta una imagen de persona moderada y amante de la cultura francesa, y promete cargos políticos y ministerios a los líderes de los demás partidos a cambio de su apoyo. Lo obtiene, y en la segunda vuelta gana al Frente Nacional. El presidente de Francia pasa así a ser un islamista. Una vez en el poder, las mujeres vuelven a sus casas abandonando el mercado laboral, con lo que el paro disminuye. Menos subsidios de paro, pues. Y ese dinero lo invierte en subsidios familiares, para ayudar a las familias cuyas mujeres se quedan en casa criando hijos. En síntesis, los islamistas se quedan con las carteras de Educación y de Familias, la economía les importa poco.

En política exterior, lo que promueve el presidente francés es favorecer la adhesión a la UE de Turquía y de Marruecos, con vistas a que luego se unan Argelia, Egipto,... Como al poco también ganan los islamistas en Bélgica y creo que en otros países, pues la cosa evoluciona favorablemente. Y si uno se imagina al panoli de nuestro líder oponiéndose, se convence de que la adhesión sería más rápida que la de Austria. En general, y aparte de que los judíos huyen del país apenas se huelen lo que va a pasar, la gente... se acostumbra. Unos primeros disturbios del Frente Nacional, y luego cada uno sigue con su vida. Socialistas, comunistas, derechistas, nacionalistas, musulmanes, ¿qué más da quien gobierne mientras me deje tranquilo?

El protagonista de la novela es profesor universitario, ateo e indiferente a todo, con el único interés en tener sexo. Ese mismo ateísmo e indiferencia le ha impedido tener una pareja estable y formar una familia, así que suele nutrirse de las alumnas universitarias. Con los islamistas en el poder tiene que abandonar la universidad porque ha de hacer profesión de fe islámica, pero poco a poco descubre que los que la hacen... tienen esposas. Investiga, y resulta que él tendría 3. Que se las asignarían, no tendría que ir a ligárselas. Y la verdad, la oferta... es muy tentadora.

Mas o menos, esto es lo que pasa en la novela. Hay, claro, descripciones detalladas del protagonista y de la vida que lleva, con lo que me parecen a mí muy ácidas críticas soterradas al mundo cultureta de los profesores de Letras (el protagonista vive de ser una autoridad mundial en Joris Karl Huysmans, ya ven, como si un español fuera una autoridad mundial en Ramón de Campoamor), pero la esencia aterradora es la perspectiva de que un partido musulmán gane las elecciones.

Lo más terrorífico al leerla es darse cuenta de que ¿y si sí? ¿Sería posible...?

¿Sería posible?

Lo primero que tendría ocurrir es... que los musulmanes votaran. Que hubiera un partido musulmán, y que se presentara un musulmán. De momento, ninguna de estas cosas suceden. Pero podría ser. Que apareciera un líder musulmán que creyera en conseguirlo y que montase el partido correspondiente, y arrastraría a los jóvenes musulmanes de las banlieues. ¿Y si ocurriera? Supongo que, por demografía, es cuestión de tiempo que ese partido quedara... en segundo lugar.  Y si quedara en segundo lugar... bien, en la novela queda claro que es muy posible que ganase.

¿Y luego? ¡Quién lo sabe! Pero precisamente. La clave de lo que ocurre en la novela, de los cambios que se producen, es que nadie reacciona. Nadie se lo espera (sí, los servicios secretos, pero a estos los callan), nadie sospecha, luego nadie ve los peligros. Y se implantan poco a poco, y un día te das cuenta que apenas se ven chicas con minifalda por las calles y que las tiendas de ropa para adolescentes están desapareciendo de los centros comerciales.

 

 

 

Estopa - Ya no me acuerdo

 

domingo, 29 de enero de 2023

Números eclesiales

https://www.youtube.com/watch?v=JFTFG4hGfXQ 

 

 

En la diócesis de Barcelona viven 2.709.159 personas (todos los datos, de 2022). Hay 172 curas diocesanos en activo más 6 capellanes, 18 sacerdotes en cargos fuera de la diócesis y (atentos) 214 jubilados. Hay más sacerdotes jubilados que en activo, algo esperable en el gremio de los mineros del carbón y el de los vendedores de máquinas de escribir, gremios que todos sabemos que están próximos a su extinción. También hay 331 sacerdotes religiosos (los diocesanos son, por así decirlo, del obispo, y los religiosos son de las órdenes y congregaciones religiosas, independientes del obispo).

De todas formas, para saber si son muchos o pocos lo más correcto es compararlos con los números de otras diócesis. Dado que Zaragoza suele considerarse el fiel de España, los voy a comparar con los zaragozanos; y como en todo lo que se refiere a la iglesia Gerona es una situación límite, la voy a incluir en la comparativa. A ver qué sale.

Primero, los números absolutos. En Zaragoza viven 929.745 personas, y en Gerona 894.890. Bastante parecidas de tamaño. En la primera hay 128 curas diocesanos activos y 10 capellanes, en la segunda 30 más 3. Vaya. Respectivamente, 167 y 88 curas jubilados, y 151 y 17 sacerdotes religiosos.

La primera comparativa nos habla del futuro: en Zaragoza y en Barcelona están jubilados el 55% de los sacerdotes diocesanos, en Gerona el 73%. No me extrañaría que en papeles internos de los obispos se trate a Gerona como tierra de misión, al paso que van tendrá que serlo.

En cuanto a la densidad, en Zaragoza hay 1,5 sacerdotes por cada 10.000 habitantes. En Barcelona, 0,66, y en Gerona 0,37. Dicho al revés, un cura atiende en Zaragoza a 6.737 personas, a 15.220 en Barcelona y a 27.118 en Gerona. No hay grandes ciudades en la provincia de Gerona sino multitud de pueblos, y si (como indica que el 73% del clero diocesano esté ya jubilado) suponemos que la mayoría de los curas activos estén cercanos a la edad de jubilación, podemos imaginarnos que casi toda la provincia está desasistida en este aspecto.

Esto último es fácil de medir, y lo cierto es que arroja resultados sorprendentes. Voy a llamar cura de almas a la suma de bautizos, primeras comuniones, confirmaciones y matrimonios. Pues bien, en Zaragoza hubo 109 actos por cada 10.000 habitantes, en Barcelona 34,5 y en Gerona 35,3. Si lo miramos por curas, los números son 73,66, 52,54 y 95,79 respectivamente: la población zaragozana es mucho más practicante que la catalana, triplicando los actos de cura de almas, y no hay diferencia entre un barcelonés y un gerundense. Sin embargo, puede decirse que los sacerdotes barceloneses son un pelín vagos, mientras que los de Gerona trabajan duro. Más viejos que los de Barcelona, con una población mucho más dispersa, y sin embargo hacen casi el doble de bautizos, bodas y demás que sus colegas.

El siguiente dato me llama la atención porque se refiere a lo que voy a denominar "dureza de corazón". En Zaragoza se recauda para Manos Unidas 1,61 euros por persona. En Barcelona, 0,52, y en la provincia de Gerona, 0,26. Curiosamente las tres provincias están, en la lista de provincias según su renta per cápita, en los puestos 11º, 10º y 9º: 26.722 € por cabeza en Gerona, 26.531 en Barcelona y 25.150 en Zaragoza. Es cierto que las diócesis no coinciden con los límites provinciales, pero lo más probable es que así como la mayor riqueza se acumula en las capitales, también se dan las mayores bolsas de pobreza, por lo que no creo que los números difieran mucho. Desde luego, las tres diócesis son bastante agarradas, pues que alguien que gana 26.722 € al año done a Manos Unidas sólo 0,26 €...

Si este dato lo miramos por el número de curas, un cura zaragozano "recauda" para Manos Unidas 10.866 €, uno barcelonés 7.945 y uno gerundense 7.063 €. Teniendo en cuenta lo duro del trabajo del cura gerundense y la dureza de corazón de su grey, creo que el barcelonés debería avergonzarse. 

Un último número lo arroja lo que ha gastado Cáritas en las diócesis. Los números son parecidos: en Barcelona, 11,1 € por habitante, un poco menos en Zaragoza (10,3) y algo más en Gerona, 13,5. Es curioso que cuanto más rica la provincia más invierte Cáritas en la zona; uno podría decir que es por la generosidad de sus ricos habitantes, pero vemos que es justo al contrario, cuanto más ricos menos dan. Así que el dato nos habla de desigualdad: ricos más ricos a costa de pobres más pobres. Pero lo más curioso es si lo miramos por sacerdote: uno barcelonés "gestiona" 169.212 €, uno zaragozano 69.163 y uno de Gerona 365.871 €, casi 6 veces lo que un cura zaragozano.

Parroquias dispersas, curas envejecidos, una población alejada (excepto para recibir de Cáritas, claro)... y sin embargo los curas gerundenses dan el callo. Existe la teoría, puede que cierta, que la falta de curas en Gerona se debe a lo tremendamente nacionalista de la diócesis, pero sean indepes o no ellos hacen todo lo que pueden.

Por curiosidad, he mirado también los números en la diócesis de Sevilla, con 1.948.393 habitantes. Allí los curas jubilados no llegan al 35%, y hay 201 actos de cura de almas al año por cada 10.000 habitantes, el doble que en Zaragoza y casi seis veces lo que en Barcelona. El número de curas por 10.000 habitantes es un valor intermedio, 1,28, así que cada cura sale a 157 actos al año, muchos más que sus colegas del norte. Y algo raro: Cáritas invierta allí 6,33 € por habitante. La renta per cápita en Sevilla es de 18.223 €. ¿Son en el norte mucho más ricos que en Sevilla y sin embargo Cáritas tiene que destinar mucho más dinero a las diócesis ricas que a las pobres? Tiene que ser que en Gerona hay muchos más pobres mucho más pobres que en Sevilla, y si el promedio dice que son más ricos, necesariamente los ricos de Gerona han de ser mucho más ricos que los de Sevilla. La mayor riqueza, entonces, es a costa de la mayor pobreza.

Podría haber hecho los números empleando el total de curas activos, religiosos y diocesanos, pero los indicadores darían resultados similares. Aunque hay una cosa extraña: el número de sacerdotes religiosos por cada diez mil habitantes es en Zaragoza de 1,62, en Barcelona 1,22, en Sevilla 1,01 y en Gerona 0,19. Por lo general los sacerdotes religiosos suelen dedicarse a la enseñanza; aunque luego atiendan parroquias (normalmente, por petición del obispo, que no encuentra curas propios para ellas), las comunidades llegan por el establecimiento de los centros a los que se dediquen. ¿Por qué no hay religiosos en Gerona? Quizá es que acuden sólo a los grandes centros de población: en Barcelona hay 1,86 curas religiosos por cada cura diocesano, 1,09 en Zaragoza y 0,52 en Gerona. Y quizá la riqueza de la comunidad también ayude, ya que en Sevilla, con el doble de población que la diócesis de Zaragoza, hay muchos menos religiosos por habitante: ¿menos escuelas concertadas?

La conclusión de todo esto es Gerona. El futuro que nos espera. 900.000 habitantes, y menos de 50 sacerdotes activos. Los números de la CEE no distinguen entre sacerdotes religiosos jubilados y activos; si el 73% de los curas diocesanos están jubilados, es de suponer que no serán más de 7 de los 17 religiosos los activos, lo que nos daría un total de 40 sacerdotes.  En Zaragoza parece que hay bastantes curas por habitante, pero un ratio del 55% de sus curas jubilados no provoca optimismo. Y en Sevilla hay la mitad de curas por habitante que en Zaragoza, así que tampoco deben tirar cohetes. Podemos volver a mirar los números dentro de 10, 15 años, y veremos que la realidad de Gerona será más frecuente de lo que imaginábamos.

Faltan médicos, faltan enfermeros, faltan ingenieros... y faltan curas. ¿Qué sobran?



Silvio Rodríguez - Madre

sábado, 31 de diciembre de 2022

En la muerte de Benedicto XVI

https://www.youtube.com/watch?v=PsXGzblg7Ws 

 

 

Se ha anunciado esta mañana la muerte de Benedicto XVI. La noticia era esperada, pero no por eso deja de ser triste. Me gustaba Benedicto XVI, era mi papa favorito. Y no de los dos que teníamos, sino de los que yo he conocido.

Con los papas ocurre una cosa curiosa, que los no católicos no entienden. Los papas pueden ser buenos o malos, tener aciertos y tener errores. No pasa nada. Ha habido papas maravillosos y papas execrables (palabra que, por cierto, viene como anillo al dedo, pues execrar no sólo significa vituperar, sino también que el vituperio lo declare un sacerdote). Pero ninguno de ellos cometerá un error en el terreno dogmático. Lo expliqué en esta entrada, escrita (¡qué casualidad!) con motivo de la renuncia de Benedicto XVI, en 2013. Así que sí, un papa puede ser un desastre y eso no es un menoscabo de la religión. Todas las burlas, críticas aceradas traídas con falacias y ataques personales que sin duda podrá leerse en los comentarios de todas las noticias que se publiquen sobre este evento no harán sino retratar la estulticia del comentarista.

Llevo desde unos días queriendo publicar una reflexión que me motivaba Benedicto XVI. En 1978 se nombró papa a Juan Pablo II, y se le consideraba un hombre joven: 58 años. Y lo era, como mínimo si se le comparaba con sus antecesores.

Bien, Juan Pablo II estuvo 27 años, hasta 2005. Murió con 85 años, y la sensación de todo el mundo entonces es que era un hombre muy, muy mayor. Muy viejo. Sus últimos años fueron todo un ejemplo de cómo un hombre sigue siendo una persona válida aunque fuera muy anciano. Era lo que nos parecía, en 2005.

Y también nos parecía entonces que su sucesor, Benedicto XVI, era un anciano que duraría poco: tenía 78 años.

En 2022, sin embargo, Benedicto XVI muere con 95 años. Y no nos parece un exceso de ancianidad. Francisco, a su vez, tiene 86 años (recién cumplidos), más que cuando murió el anciano Juan Pablo II, y tampoco se dice de él que es un viejo chocho como se decía del otro.

Creo que hemos cambiado, en estos años, nuestros estándares sobre qué edad hay que tener para ser demasiado viejo. Ya no creemos que alguien de 85 años lo sea, diría que tampoco uno de 90.

O puede ser, claro, que sea yo: a fin de cuentas estoy mucho más cerca de los 85 ahora de lo que estaba en 2005, para qué vamos a engañarnos.

Feliz Año Nuevo.  




Kate Wolf - Green eyes

lunes, 7 de febrero de 2022

El odio como motor de la política

https://www.youtube.com/watch?v=6vwNcNOTVzY 

 

 

La Fundación ANAR (https://www.anar.org) confeccionó un estudio sobre el abuso sexual en la infancia y la adolescencia que está disponible en su página web y puede descargarse quien lo quiera leer.

En la página 101 incluye el siguiente gráfico sobre el perfil del abusador:


En el 23,3% de los casos el abusador es el padre de la víctima. En el 2,8% es el abuelo, y la abuela en el 0,3%. Un sacerdote lo es en el 0,2% de los casos. Un caso de cada 500, 2 de cada mil. Es cinco veces más probable que el abusador sea el monitor de una actividad extraescolar, siete que lo sea su madre y 18 veces que lo sea un profesor.

La Fiscalía General del Estado ordenó el pasado 31 de enero a los 17 fiscales superiores de toda España que le remitieran en un plazo máximo de diez días todos los procedimientos penales referidos a agresiones y abusos sexuales a menores de edad en el seno de congregaciones o cualquier otra institución religiosa. El objetivo declarado era analizar en el estudio de la pederastia en el seno de la Iglesia. Pocos días antes, Podemos, ERC y Bildu habían solicitado en el Parlamento la creación de una comisión de investigación del mismo asunto. Dado que, como afirmó ufano de tal control Pedro Sánchez la Fiscalía depende de él (y el PSOE también), creo que podemos afirmar que esta comisión se va a crear.

Se va a investigar, entonces, 1 de cada 500 casos. Los otros 499 quedarán sin investigar. ¿Realmente lo que se quiere investigar es la pederastia? ¿De verdad alguien se cree que esto es por las víctimas? Está claro que si algún sacerdote comete un delito este delito debe investigarse y el sacerdote pagar por ello, pero no es eso lo que se está planteando aquí. Cualquier persona con dos dedos de frente y que (¡ay, algo tan escaso en la piel de toro!) tenga la ecuanimidad suficiente para analizar un acto independiente de qué bando lo proponga detecta que el objetivo verdadero de ambas iniciativas es echar mierda (dicho con perdón) sobre la Iglesia. Son, sin duda, iniciativas inspiradas por el odio. Y aunque es triste que ése sea el deseo de una persona, no es admisible que lo sea de las instituciones públicas, especialmente de la Fiscalía General del Estado y del Parlamento. ¿Y si el odio fuera hacia los homosexuales, colectivo del que no cabe duda que comete un porcentaje de los abusos a niños y adolescentes muchísimo mayor que el de los sacerdotes? ¿Y si, dejando de lado la pederastia como excusa y buscando otro, fuera hacia un partido político y sus votantes? ¿Y si fuera hacia usted?

Están actuando como si el país fuera su cortijo. Se autocalifican de demócratas, pero son justo lo contrario. 

¿Cuándo diremos basta?




Kanye West - Gold digger

sábado, 8 de enero de 2022

Creacionismo en los EE.UU.

https://www.youtube.com/watch?v=BS-ZhfaU2qM 

 

 

Si tuviéramos que decir qué es lo más estadounidense del mundo, muchos mencionarían a Santa Claus. O el béisbol, o los grandes coches o el Gran Cañón, o Manhattan, o los cultivos de maíz de las Grandes Llanuras o yo qué sé. Pero si reflexionamos, nos daremos cuenta que es el creacionismo. Algo que es inconcebible fuera de los EE.UU. y que allí está tan arraigado que eso mismo se nos hace también inconcebible.

Según los estudios al respecto, en torno al 46% de la población cree que Dios creó el mundo como dice la Biblia. Y, por supuesto, no cree en la evolución.

Es alucinante.

Y no, la población de Alabama no supone el 46% del total de los EE.UU. Ni juntando Misisispí.

Claro que también hay categorías dentro del creacionismo. 

La primera de ellas es la literal, la que ellos llaman "la Tierra joven". Según ellos Dios creó el mundo hace unos pocos miles de años y lo creó tal cual es ahora. Los estratos geológicos, los fósiles y dinosaurios los puso ahí precisamente para que los encontráramos y nos preguntáramos sobre ellos, son parte del decorado. Olvídense de la evolución, por descontado. Estos son ese 46% al que se refería la encuesta, creo.

La segunda sería "la Tierra vieja". Dios creó el mundo, pero hace millones de años. 

La tercera sería el Diseño Inteligente. En el límite del creacionismo, el Big Bang ocurrió porque Dios dijo "Bang" (entiéndase) y además fijó las leyes naturales que nos han conducido a esta realidad. O algo así, la verdad es que yo no soy un experto.

Éste es un buen momento para recordar una entrada que escribí sobre este tema: ésta. En ella enlazo con un artículo (una serie de fotografías, en inglés) sobre lo que nos dirían los creacionistas; pues bien, fíjense en las caras de los creacionistas. Personas normales y corrientes. El 46% de la población de los EE.UU. 

Todo esto viene a cuento de un artículo que leí hace ya tiempo pero que no sé porqué me ha venido a la cabeza. El artículo lo escribía un científico que se declaraba creacionista de la Tierra joven y se lamentaba de la situación universitaria americana. En concreto se quejaba de que en las universidades que se declaran creacionistas no se enseña la versión de la Tierra joven. Y que los estudiantes, que entran en ellas creyendo en la Tierra joven, salen creyendo en la Tierra vieja. Y claro, eso no puede ser.

Defiende el articulista que cada uno elija, como universidad, una que esté de acuerdo con sus creencias, es lo lógico. Y dado que el creacionismo es un concepto fundamental en la educación, a la hora de elegir universidad ha de importar mucho lo que allí se enseñe sobre el Génesis. ¿Dónde está el problema? Que mientras el 46% de la población es de la Tierra joven, el 90% de las universidades cristianas (de las que no son cristianas huelga siquiera pensar en ella) no lo es. Y se lamenta de que fuera de las universidades adventistas del Séptimo Día casi no hay escuelas de su cuerda. ¡Si es que incluso en Baylor, universidad de gran fama y prestigio, ni siquiera se enseña el diseño inteligente! Es inadmisible.

Y pone ejemplos: ¿dónde puede uno hacer la carrera de Biología con la tesis de la Tierra joven? En el Bryan Colllege de Tennessee, el Grace de Indiana, el Master's de California, Cedarville University de Ohio y Liberty University de Virginia. Y pare usted de contar.

Pero es que la cosa es peor si se quiere licenciar uno en Geología. Universidades que enseñan Geología en una Tierra joven, cero. Ni una, oiga. Y así no se puede.

Llegados a este punto, la tesis del autor es que es mejor ir a universidades laicas. En ellas al menos el alumno está precavido de que son unos ateos pecadores a los que no hay que hacer caso. En cambio, en las universidades cristianas, dado el respeto que el alumno siente por el profesor, si éste es partidario de la Tierra vieja... bien, el resultado es que muchos alumnos cambian de idea y dejan de ser tierrajovencistas para ser tierraviejistas. No, no, antes que eso mejor ir con los pecadores.

Confía, sin embargo, en que la realidad se impondrá si los creyentes en la Tierra joven se hacen valer (aparte de que cada vez serán más, entre otras causas porque cada vez está más extendido el educar a los hijos en sus casas) y obligan a las universidades cristianas a enseñar la ciencia de acuerdo con las teorías de la Tierra joven. 

El autor se doctoró en Paleontología en Harvard.

Estados Unidos, ese grande y hermoso país, nunca dejará de asombrarnos.


 

Haendel - Allegro en Re menor HWV 475 (Arr. para 2 guitarras)

viernes, 24 de diciembre de 2021

Mis versículos favoritos XII: el nacimiento de Juan

https://www.youtube.com/watch?v=c2OILc6Wl0E 

 

 

Como todo el mundo sabe, Juan, luego llamado El Bautista, y Jesús eran primos, Juan un poco mayor. La historia de Juan es muy, muy interesante, y la contaré en tres entradas; en ésta, el nacimiento, uno de los pasajes que, de niño, más divertidos me parecían. Y siempre he pensado que era de los más populares, hasta el punto de que no se me ocurrió jamás que alguien no lo conociera. Sin embargo, reflexionando sobre la historia de Urías, el hitita, que conté en mi versículo XI, me di cuenta de que tal vez muchas personas no conozcan estos pasajes que creía populares.

El nacimiento de San Juan (Bautista) se celebra el 24 de junio: seis meses antes de Navidad; porque cuando en la Anunciación el ángel le dijo a María que su prima Isabel, la que llamaban estéril, estaba ya de seis meses. La Anunciación, claro está, se celebra el 25 de marzo, 9 meses antes de Navidad. Pero lo bueno de la historia de Juan empieza antes:

Zacarías era un sacerdote, casado con Isabel. Eran ya mayores y no habían tenido hijos; se suponía que Isabel era estéril. Un día estaba oficiando en el santuario...

"Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan»."

(Lc 1, 11-13)

El anuncio sigue con una enumeración de las cualidades y logros extraordinarios que le esperaban al chaval, incluyendo una mención a que tendría "el espíritu y el poder de Elías"; esta última referencia no es casual sino todo lo contrario, pero es tema para otro día. El caso es que, como era de esperar, Zacarías duda de que eso ocurriera. El ángel, en castigo por haber dudado Zacarías de él, le deja sin habla hasta que lo anunciado sucediera.

Al cabo de unos días, dice Lucas, Zacarías terminó su servicio en el templo y volvió a su casa, y a los pocos días concibió Isabel.

Piet Worm
Cuando llegó el momento de ponerle nombre al niño (a los 8 días de nacer: el momento de la circuncisión) Isabel dice que se llamará Juan. Todos dicen que no, pues no había ningún pariente que se llamase así, y le preguntan a Zacarías. Éste pide una tablilla y escribe en ella "Juan es su nombre". Y al hacerlo se le soltó la boca y volvió a hablar.

Una curiosidad de esta historia es que sólo aparece en el evangelio de Lucas. ¿Cómo supo la historia? Imagino que serían tradiciones que se contaban. Parece ser que la escena inicial, la del templo, fue sonada (cuenta el evangelio, aunque yo he omitido esa parte, que la mudez de Zacarías al salir del santuario, mientras el pueblo estaba esperando fuera, fue muy comentada), y por eso había mucha expectación sobre ese niño. Aparte, san Juan fue una figura muy popular entonces, hasta Flavio Josefo habla de él, así que es comprensible que circularan historias sobre este extraño pasaje, y Lucas sabría de ellas. Y una curiosidad adicional al relato es que cuando a Zacarías se le suelta la lengua entona un cántico de alabanza a Dios; pues bien, ese cántico, opinan los estudiosos, no es de Lucas. Es un añadido, seguramente era un cántico tradicional anterior a la composición del evangelio, alguien lo introdujo en ese pasaje... y ahí se quedó.

Como he dicho, me gustaba esta historia de niño. Estos días navideños que se avecinan, si tiene usted niños pequeños cerca, pruebe a contársela. Yo creo que les gustará.

El 5 de noviembre es la festividad de Santa Isabel y San Zacarías, padres de Juan el Bautista. 



Johann Sebastian Bach - O Jesu Christ, mein's Lebens Licht (Motet BWV 118)

viernes, 5 de noviembre de 2021

El cerco se estrecha y cada vez quedamos menos

Terry Gilliam es un Monty Python, lo arrastrará toda su vida.

La vida de Brian es una película de 1979 escrita, protagonizada y dirigida por los Monty Python.

La película es absolutamente descacharrante, una obra maestra entre las comedias y seguro que está arriba del todo en las listas de mejores comedias de todos los tiempos. Es además una obra tremendamente blasfema, que hace burla y mofa de todo lo que se cuenta en los Evangelios. No se me ocurre ninguna película más blasfema y sin duda los autores y a la par actores arderán en el infierno. ¡Cómo me río cuando la veo! Pero es importante que quede claro que la película es una constante burla y parodia de todo aquello en lo que creemos muchos millones de personas y que está en la base de nuestra cultura y de nuestra visión del mundo (incluso en la de aquellos que se declaran agnósticos o ateos).

En su momento, La vida de Brian suscitó las críticas de sectores muy religiosos en los países no católicos; en España, en aquel momento se clasificó como apta para mayores de 18 años, y tira que te va. A los pocos años ya era una película de lo más normalita.

Pero eso era hace 40 años, más incluso. Cabe pensar que hoy somos una sociedad más abierta, no tan reacia a nuevas visiones o a limitar la expresión de los demás, aunque a nosotros nos suponga irreverente. Sin embargo...

Hace tres años, Terry Gilliam, en una rueda de prensa en la que presentaba una película, declaró que estaba harto de ser un hombre blanco y en consecuencia culpable de todos los males del mundo, y que a partir de entonces era una negra lesbiana transexual a la que había que conocer como "Loretta". Loretta, por si no han visto La vida de Brian, es un miembro de la banda (partido / organización terrorista) que era un hombre (Stan) pero que quería ser una mujer y que la llamaran Loretta, y que protagonizó un hilarante diálogo porque clamaba por su derecho a ser madre:

La frase de Gilliam es divertida y mueve a la risa, y seguramente todo el mundo en la rueda de prensa se rio con la broma.

Por cierto, la escena de la película explica más de lo que parece: hay que tener presente que era 1979, y las cosas estúpidas que ahora defienden muchas personas eran, entonces, estúpidas sin más y se podía señalar lo estúpido de la idea (no como ahora). Stan quiere ser mujer y tener hijos; el cabecilla le hace ver que es una estupidez desear eso, pero la mujer apunta que no se centren en tener hijos, que no es algo de lo que pueda culpar a los romanos (de no poder), sino de tener derecho a querer tener hijos. ¿Y eso de qué sirve?, pregunta el jefe. Y el otro secuaz da la solución: es un símbolo de la opresión de los romanos. Es decir, los romanos le negarán el que se la considere mujer (porque es estúpido), y como los romanos son nuestros enemigos nosotros estamos a favor de que se la considere mujer (y dejamos pues de plantearnos si es estúpido).

Este año un teatro de Londres había programado para el año que viene un musical que dirigiría Gilliam. Pero la frase de la negra salió a la luz, y el revuelo causado ha sido tal que el teatro ha decidido cancelar la obra, lo que muchos celebran.

Lo de la negra no es nada comparado con La vida de Brian. Lo que pasa es que pisa callos de gente distinta. Y la miga del asunto es que la gente a la que le ha sentado mal lo de la negra me juego el cuello y no lo pierdo a que estuvieron (o estarían, según su edad) a favor de la irreverencia de La vida de Brian. Estaban (o estarían) a favor de la burla de los ideales católicos y de la misma figura de Jesucristo, seguro que piensan que "si les pica, que se rasquen; y si no quieren ver la película, que no la vean, pero que no nos impidan a nosotros verla en paz". Eso sí, para ellos la broma de la negra lesbiana trasgrede todos los límites admisibles, faltaría más. Conviene recordar que en la película los Monty Python se burlan de todo, y en la escena de Loretta se burlaban de la patulea que apuntaba que ahora nos intenta dominar. Era 1979, y burlarse de ellos era entonces tolerable.

Ítem más: no basta con obligar a Gilliam a disculparse por hacer una broma de algo que no hay que tomarse en broma (lo de la negra, no lo de la crucifixión de Jesús, que eso sí), no: hay que arruinarle profesionalmente, impedirle que haga nunca nada más.

Me pregunto (y esto se puede tomar como un chascarrillo intercalado en la reflexión, pero si se piensa a fondo se convendrá conmigo en que no y además es importante) si los defensores de las negras lesbianas transexuales se han preguntado qué le ocurriría a una negra lesbiana transexual en una verdadera cultura negra (lo que hay en América o en el Reino Unido no es cultura negra, son negros inmersos en sociedades de cultura blanca, con costumbres blancas, valores blancos y leyes blancas). ¿A qué estamos jugando, entonces?

No voy a decir nada más sobre este tema: reflexione usted. Todo lo más me voy a permitir relacionarle una entrada de hace 10 años, sobre el buenismo (he escrito otras, si le interesan búsquelas) y, como ya he dicho en alguna ocasión, si leyó, como recomendé, Ishmael, sabrá que la mejor jaula es aquella en la que uno no sabe que está dentro.

En verdad estamos empezando a perder los papeles.

- ¿Yo? ¿Por qué? ¡Si no he hecho ni dicho nada!

- Pues precisamente. 

sábado, 11 de septiembre de 2021

Capítulo y versículo

 https://www.youtube.com/watch?v=cVdHn-Hykp4

 

 

Conocí a un sacerdote que había estado muchos años de misionero en el África negra. Parece ser que se dio la circunstancia de que tuvo que hacerse cargo no solo del poblado en el que estaba sino también de otros poblados que se habían quedado sin misionero. Con el detalle de que los misioneros de esos poblados no eran católicos.

Es fácil de entender: uno llega a un poblado y ejerce. Resulta que en el poblado  de al lado ha llegado ya un misionero, pongamos, episcopaliano, y anglicano el de un poco más allá y metodista el del otro lado del lago. Claro, uno trabaja con su poblado, no va al poblado del otro a robarle los feligreses; la actuación de los misioneros no se reduce a la prédica religiosa, hacen muchas otras cosas, quizás organizar una escuela, poner a todos de acuerdo para construir un pozo, montar una casa de socorro, qué sé yo. Y supongo que el misionero episcopaliano, el anglicano y el metodista tendrían que regresar a casa porque terminó su periodo de misión, o cayeron enfermos o vete a saber qué y antes de irse le pidieron a nuestro curita que cuidara también de sus poblados. El caso es que el hombre quedó al cargo de varias comunidades cristianas pero no católicas. Y él era un sacerdote católico; quedaba claro que también debía atender las necesidades espirituales de esas comunidades, pero...

Aparte, ¿cómo hacerlo?

Lo que hizo el cura fue, cuando les predicaba, citarles siempre el punto de la Biblia donde podían encontrar lo que él les decía. Así podían comprobar que lo que decía sí lo recogía la Biblia, y que no les estaba enseñando ninguna desde su punto de vista herejía. Y parece ser que le fue bien.

Lo malo es que le quedó la costumbre. Y, de vuelta a España, que ya no hacía falta, trufaba las homilías de referencias expresas, "libro tal, capítulo cual y versículo no sé qué".

¿Resultado? Un peñazo de hombre.

 

 

 

José Antonio Labordeta - El poeta

domingo, 30 de mayo de 2021

Mis versículos favoritos IX: Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob

https://www.youtube.com/watch?v=NzUMfVpugq4 

 

El Señor, que estaba en pie junto a ella, le dijo: "Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac".

Gen 28, 13

 

Supongo que por repetitivas, dos de mis expresiones favoritas del Antiguo Testamento son "oráculo del Señor" y "el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob". Para entender el porqué de esta última, nos falta contexto. El de la antigüedad.

En el pasaje que traigo a colación, Dios se presenta a Jacob; su carta de presentación es que Él es el Dios de su padre y de su abuelo. ¿A qué viene esto?

La clave es que en aquella época había muchos dioses. Uno podía tener unos dioses, y sus vecinos otros. Era normal que el adorador tuviera alguna pequeña escultura o representación de su ídolo, y era a esa figurilla la que identificaba el dios o los dioses de uno. Estas figurillas se pasaban de padres a hijos si el hijo mantenía como su dios al dios al que adoraba su padre. Pero de Yahvé no había figuritas (ni las hubo hasta hace menos de 2000 años). ¿Cómo se presenta alguien que, además, no tenía nombre? Pues más o menos así, un "chaval, yo soy el Dios de tu padre, y el de tu abuelo".

Por cierto, cuando Jacob tuvo que huir de Labán con Lía y Raquel (como conté en la historia de cómo casar a una hija fea), ésta se habían llevado consigo los ídolos que adoraba su padre. Labán le persiguió, y cuando le alcanzó, la clave de la acusación fue que si se había ido con buena intención, "¿por qué me has robado a mis dioses?" (Gen 31, 30). Jacob lo negó, y le propuso que registrara su tienda a ver si los encontraba. Raquel, la ladrona, se sentó encima de ellos, y le dijo a su padre: "no se tome a mal mi señor el que no pueda levantarme en su presencia, pero me sucede lo que a las mujeres suele suceder" (Gen 31, 35). Y, claro: no los encontró.

Insisto, en una época en la que había múltiples dioses y representaciones (por no mencionar el politeísmo y la costumbre de tener un dios en casi cada fenómeno natural), la frase "yo soy Dios" no tenía sentido. "Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob" sí.

Y ya sé lo que me van a preguntar: ¿cómo se presentaba Dios a Abraham? Al principio, simplemente, le hablaba. Más tarde usó las expresiones "Yo soy el Señor que te sacó de Ur de los caldeos para darte en posesión esta tierra" (Gen 15, 7), o "Yo soy Dios todopoderoso" (Gen 17, 1). Pero, por lo general no había presentación: se conocían.


 

 

Gabriel Fauré - Cantique de Jean Racine op. 11 

domingo, 11 de abril de 2021

Luis Antonio Jaime

https://www.youtube.com/watch?v=LKwHjECvox4 

 

 

Felipe V se casó con María Luisa Gabriela de Saboya; pero en 1714 enviudó, y casó en segundas nupcias con Isabel de Farnesio (y ya fue esta quien quedó viuda). Con ambas tuvo hijos; el más famoso de los de la primera, Fernando VI; de la segunda, Carlos III. Con la de Saboya tuvo 4 hijos: uno murió neonato, otro murió a los 7 años, Luis I ya saben y el que más vivió fue Fernando VI, hasta los 46. Con Farnesio tuvo 7 y sólo uno murió neonato; de los demás, una de ellas (María Teresa) casó con quien luego fue Luis XV pero murió al dar a luz. Los otros 5, en cambio, si tuvieron una vida larga. El caso es que el sexto de los hijos se llamaba Luis Antonio Jaime, Luis Antonio para la Historia; supongo que los íntimos le llamarían Luis a secas. Como el infante Francisco había muerto neonato, en realidad era el 5º de los hijos de Isabel de Farnesio.

El problema de Luis es que no era el quinto hijo de Felipe V: también estaba Fernando VI, que no se había muerto, y éste era sin lugar a dudas el heredero del reino. El primogénito de Isabel de Farnesio, Carlos, sería rey de Nápoles y de Sicilia, la hermana mayor sería reina de Portugal, el siguiente hermano, Felipe, recibió ducados importantes de Italia y María Teresa ya he dicho que casó con el que sería Luis XV de Francia, mientras que la hermana pequeña fue reina de Cerdeña; todos, como ven, quedaron encaminados. Pero ¿qué hacer con Luisito?

Pues lo normal en aquella época para los reyes: con 8 años, cardenal. Qué caramba: arzobispo de Toledo y primado de la Iglesia en España.

Lo de cardenal tiene su explicación: lo importante era el título, que acarreaba las consiguientes prebendas e ingresos del cardenalato. Y así quedaba el chaval con la vida arreglada. De hecho, se hacía más veces de lo que parece, pero como pago a grandes consejeros de los reyes: al recibir el título, el cardenal conseguía los ingresos que su consejo merecía, y en cambio el monarca se libraba de tener que pagarle por ellos. Sin ir más lejos, el principal consejero de Felipe V era de ascendencia humilde y no tenía el clásico ducado o condado que le rentara, y Felipe V le consiguió el grado de cardenal: cardenal Alberoni. Aunque, eso sí, Alberoni era desde el principio sacerdote.

En el caso del cardenal Alberoni, hay que hacer un inciso aclaratorio: no fue cosa de Felipe V, sino de la reina Isabel. Y es que Alberoni vino a España como embajador de Parma, de donde era Isabel, y parece ser que medió para que Isabel casara con Felipe V. Isabel se sintió en deuda con Alberoni, y le favoreció cuando pudo. De todas maneras, el cardenal Alberoni fue un gran consejero del rey (aunque duró muy poco, las potencias europeas tenían mucho poder y no veían con buenos ojos a un ministro capaz como Alberoni) y como tal lo estudiamos en el colegio cuando yo era chico. 

Pero estábamos con el infante Luis Antonio. Y lo que más chirría en su historia es el arzobispado: el concilio de Trento había prohibido que los sacerdotes fueran niños. Y, caray, hablamos de un niño de 8 años.

Alguien podría alegar que en aquella época los niños eran muy precoces: sin ir más lejos, fíjense en el retrato que el pintor de la corte Jean Ranc pintó de su hermana María Teresa y que se conserva en el Museo del Prado: www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/maria-teresa. Según la ficha técnica del retrato, la niña tenía entre tres y siete años. Si somos benevolentes con el retratista, convendremos que no pintó a la niña que era sino a la muchacha que podría ser.  

En fin, el caso es que hubo que negociar mucho con Roma, fue difícil, pero lo consiguieron. Arzobispo. Eso sí, no obispo: en realidad, lo que consiguieron fue que fuera arzobispo en calidad de administrador de los bienes del arzobispado. Algo siempre es algo. Lo malo del asunto es que un par de años después, teniendo el mozalbete 10 años, el papa le otorgó también la administración espiritual de la diócesis.

Por completar la historia, en la actualidad el código de derecho canónico establece que los cardenales han de ser obispos. Lo que no significa que han de ser obispos para ser cardenales, sino que si al nombrarlos cardenales no son obispos se les ha de dar el orden episcopal. Como chascarrillo, para ser obispo hay que tener al menos 35 años y llevar 5 como sacerdote, con lo que el pequeño Luis no habría podido ser cardenal porque no habría podido ser obispo.

Y ya que estamos: para ser papa tampoco es necesario ser cardenal. Ni ser obispo. Al igual que con el cardenalato, esos detalles menores se resuelven rápido: el cardenal de Ostia otorga el orden episcopal al elegido pontífice, y problema resuelto. El último caso se dio en 1831: Gregorio XVI no era obispo ya que había rechazado un par de veces el nombramiento. Pero era un hombre de mucho prestigio, y ese prestigio le había llevado a que el papa León XII lo nombrara cardenal. No habría pasado nada si el sucesor de León XII hubiera tenido una vida larga, pero Pío VIII no duró dos años, y en el cónclave subsiguiente no había dudas de que se iba a elegir al cardenal Giustiniani, pero... el cardenal español comunicó a los demás cardenales que Fernando VII vetaba a Giustiniani porque éste había sido nuncio en España (y durante el trienio liberal). Es curioso el veto, porque Giustiniani era antiliberal, pero seguro que hizo algo que no gustó al rey español y ya sabemos qué persona era Fernando VII. Hay que decir que la relación entre España y Roma estaba un poco tensa por la independencia de las colonias de América: las colonias necesitaban nuevos obispos porque los americanos odiaban a la iglesia católica porque la asociaban con España y tras las guerras de independencia ¡no quedó ninguno!, pero el rey exigía mantener el patronato de esos obispados. Y cuando  León XII nombró 2 obispos para Colombia a petición de Bolívar, Fernando VII rompió sus relaciones diplomáticas con el papado y dos años después se vengó con el veto. Aunque la victoria no le duró mucho, porque el rey felón murió en 1833 y entonces el papa, Gregorio XVI reconoció a los países iberoamericanos, les envió nuncios y nombró obispos, dándoles también la independencia eclesiástica respecto de España. El caso es que en el cónclave de 1830/1831 el que tenía que ser papa no podía serlo, y tras muchas discusiones y un muy largo cónclave eligieron a un cardenal que no era obispo. Y tuvo que actuar el cardenal de Ostia.

¿Por qué el cardenal de Ostia? Porque no todos los cardenales son iguales. Los cardenales normales, los que conocemos todos, se llaman cardenales presbíteros. Formalmente su cardenalato es una iglesia de Roma que tiene rango de titulus, a la que no acuden y en la que tienen prohibido inmiscuirse en sus asuntos (aunque han de promover el bien en ella, con su consejo y su patrocinio); por ejemplo, el actual arzobispo de Barcelona, Juan José cardenal Omella, es cardenal de Santa Cruz de Jerusalén, siendo el anterior cardenal de Santa Cruz de Jerusalén el que fue arzobispo de Praga. Por debajo de ellos en el rango están los cardenales diáconos: éstos son los altos miembros de la curia vaticana; es decir, no son titulares de una diócesis (aunque sí tienen título de obispos). Y también tienen el cardenalato por una iglesia de Roma. Y por último, están los más importantes: los 6 cardenales obispos y los patriarcas orientales. Los patriarcas orientales son los de los maronitas y los coptos. Y los seis cardenales obispos... resulta que Roma tiene siete diócesis sufragáneas (suburbicarias, en lenguaje estricto: es la calificación de las diócesis sufragáneas de Roma). Hay seis cardenales, llamados cardenales episcopales, que no tienen el cardenalato con una iglesia romana, sino con una de las 6 diócesis suburbicarias (salvo la de Ostia). Ni que decir tiene que igual que las iglesias de Roma tienen su párroco independiente del cardenal, las 6 diócesis tienen su obispo independiente del cardenal episcopal asociado a esa diócesis. Y luego está Ostia: el cardenal episcopal decano, además de su diócesis, ostenta la diócesis de Ostia. Los cardenales episcopales que son patriarcas no tienen tampoco una iglesia de Roma, pero tampoco una diócesis: es su propio patriarcado el que les da el rango. Y una anécdota: si queda vacante el cargo de cardenal decano, no es el papa el que elige al nuevo decano, sino los cardenales episcopales, que se reúnen ellos solos y eligen al nuevo decano; proponen su nombre al papa y éste lo nombra. Y lo mismo para el subdecano. Total, que si el cónclave elige pontífice a un sacerdote no obispo, es misión del cardenal de Ostia ordenarle obispo. Si el cardenal decano está impedido, ha de hacerlo el subdecano; y si éste también lo estuviera, el más antiguo de los cardenales episcopales.

Pero, vamos, desde 1831 no se da la necesidad y no creo que se vaya a dar muy a menudo. Aunque nunca se sabe: son casos excepcionales, pero a veces ocurre que se nombra cardenal a personas que no son obispos y que por las razones que sean no quieren ser ordenados obispos y el papa les dispensa de esa condición, así que... ¡quién sabe! Eso sí, lo de Luis Antonio Jaime no creo que ocurra de nuevo. Al menos en la Iglesia católica.

Por cierto: al bueno del infante Luis no llegaron nunca a ordenar sacerdote, pero sí a los 14 años... arzobispo de Sevilla. Pero no duró mucho: a los 27 años dejó todo y se reintegró a la vida secular. De la que en realidad no se había apartado mucho, porque como es lógico eran otros los que se encargaron de las administraciones de sus diócesis. Unos años después era conde de Chinchón, se casó y se dio la vida padre. Lo que en el fondo quería su madre, vaya. Aunque cuando murió su hermanastro Fernando VI y fue rey su hermano Carlos III empezó a tener problemas, por un curioso detalle: el infante Luis Antonio había nacido en España. Los hijos de Carlos III, en especial el futuro Carlos IV, habían nacido en Nápoles, no en Italia, y la ley española exigía que los reyes de España hubieran nacido aquí. Así que Carlos III vio a su hermano como un rival que iba a quitarle el trono a su hijo, y digamos que no lo trató bien; ni a él, ni a los hijos que luego tuvo. Curiosamente uno de ellos, su hijo Luis María,... también fue arzobispo de Toledo y cardenal. Pero éste al menos se había ordenado sacerdote a los 22 años, porque él quería, y recibió el obispado siendo ya sacerdote. Más formal, vaya. Y además fue regente de España: desde la retirada de Pepe Botella hasta la llegada de su sobrino Fernando VII. Aunque ésta sí que es otra historia, para otro día.

Dato curioso adicional: Luigi Boccherini, autor de la pieza que he recomendado para el acompañamiento de este artículo, estaba al servicio del infante Luis Antonio. El infante no era ningún asceta.



Luigi Boccherini - Los españoles se divierten por las calles de Madrid


domingo, 24 de enero de 2021

A vueltas con la educación

https://www.youtube.com/watch?v=9KvJciCY0sU 

 

 

El otro día estuve charlando con una amiga, profesora de instituto. Historia y Arte, nada menos. Con lo que la misión de mi amiga, en la vida, es enseñar a nuestros muchachos Historia y Arte. Es posible que mucha gente considere que es una misión de poca importancia, cuando no inútil. Gente que no cree necesario saber distinguir el románico del gótico, el barroco del rococó, el cluniacense del cistercense y los almohades de los almorávides. Yo no soy de esta gente. Por eso discutí con ella acerca del estado de la Educación.

El instituto de mi amiga es público, por cierto. No sé en otras regiones, pero en las provincias catalanas cursar la enseñanza pública significa que no se va a mencionar a Dios, al cristianismo o a alguno de sus valores en todo el proceso formativo. Me explicaba mi amiga que el claustro de profesores del instituto era tremendamente radical en su laicismo (y como todos aunque los hay incluso peores, por lo que me contó). Se negaban a que se explicara nada. Claro, algunos profesores de Historia o de Arte (mi amiga) opinaban que había que saber, para poder entender sus materias. Y no solo eso. ¿Cómo va a entender el islamismo alguien que no cree en nada? Un católico puede entender a un musulmán, porque entiende de verdad qué es creer, pero un laico no.

Y es que ya no se trata de tener cultura, de saber la historia de Noé y el arca o saber qué es un santo y qué es un mártir y qué es una virgen (todas ellas cosas que los chicos desconocen, aunque nos cueste creerlo). Se trata de que es como explicar la noche estrellada a un ciego.

Se trata de que el área de la trascendencia es esencial en la formación del ser humano. 

Es difícil creer. Es difícil pensar en cosas que no se saben describir, que no se entienden, que no se pueden probar. Es difícil, pero se puede. Pero para poder hay que tener la capacidad desarrollada; es como algunos instintos que tienen los niños al nacer, pero que van perdiendo con los meses. Con la capacidad de creer lo increíble ocurre lo mismo: si el niño no mantiene ese instinto, esa capacidad, la pierde. Y perdida ya no se recupera. A un adulto pueden explicarse los misterios de la fe, pero los racionaliza y, al no entenderlos (¿cómo concebir el infinito?), no los aprehenderá.

Por eso creo que el colectivo de maestros y profesores está equivocado. No solo hay que enseñar matemáticas, psicomotricidad y modales. Pero es también la sociedad la equivocada, al dar la manija de la educación a personas equivocadas.

En las provincias catalanas sabemos mucho de esto. No en vano, el porcentaje de separatistas entre el gremio de enseñantes es brutalmente mayoritario; algo curioso cuando el sentimiento separatista es minoritario en el conjunto de la población. No sé si el querer segregrarse de España y el rechazar cualquier tipo de creencia (bueno, cualquiera no, sólo una en realidad) son cualidades que provocan la vocación de enseñar o si ocurre algo que ignoramos en las escuelas de enseñantes, pero...

 

 

Inmaculate Fools - Sad

miércoles, 21 de octubre de 2020

Diferencias entre unos y otros

Una diferencia entre el catolicismo y el islamismo es que para un católico, un pecado mortal significa que si mueres sin ser perdonado irás al infierno, y para un musulmán un pecado mortal significa que hay que matarte.

¿Pequeña diferencia? No, significativa diferencia.


domingo, 18 de octubre de 2020

Mis versículos favoritos VIII: el látigo

https://www.youtube.com/watch?v=AEVG_HIr-zI 

 

Y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre".

Jn 2, 15-16

El texto del evangelio de Juan (presente también en los otros tres: los cuatro recogen el hecho; y esto es significativo porque aparte de la Pasión y la Resurrección son pocos los pasajes comunes a los cuatro) es muy llamativo, muy chocante: Jesús llega a Jerusalén y entra en el templo. Y allí se encuentra un mercado de cambio de monedas, de venta de ofrendas, recuerdos, ovejas, bueyes,... Y lo que nos dicen los evangelios no es que Jesús les afeara a todos su actitud y les conminara a un mayor respeto, no. No, forma un látigo con unas correas que encontraría y los echa a todos de allí a golpes, vuelca las mesas con las monedas, espanta a los animales,... La barahúnda debió ser épica. Y estamos hablando de Jesús, la bondad y el perdón personificados. ¿Entonces? La respuesta es muy simple: Jesús es bondad, es perdón, sí, pero no es un pánfilo.



Ha ocurrido recientemente en Francia: un profesor de instituto, en el transcurso de una clase sobre la libertad de expresión enseña a sus alumnos de 13 años dos caricaturas de Mahoma, supongo que explicando el caso Charlie Hebbo, alumnos se escandalizan, padres de alumnos se escandalizan, y el profesor es decapitado.

Aparte del hecho puntual del suceso en sí, aquí hay un problema; todos estamos de acuerdo. En lo que no estamos de acuerdo es en cómo afrontarlo.

En tiempos pasados, la respuesta habría sido... contundente. Tan contundente que ni habría habido problema; de hecho, este suceso habría sido increíble hasta hace muy pocas décadas. 

Pero en este tiempo... Ahora, el buenismo lo gobierna todo. Y el buenismo es, y cito el DRAE, la actitud de quien ante los conflictos rebaja su gravedad, cede con benevolencia o actúa con excesiva tolerancia.

No es bueno rebajar la gravedad de los conflictos (tampoco exagerarlos); no es bueno ceder siempre, y no es buena la constante y excesiva tolerancia. Porque entonces no somos buenos: somos pánfilos. 

Ésta es, sin duda, una entrada Daniel Quinn: es una entrada que versa sobre la jaula que no podemos ver y de ahí su eficacia (para el que está fuera) o su peligro para el que está dentro. Y en este caso somos nosotros los que estamos dentro, en una jaula que nos está encerrando poco a poco cada vez más hasta que no podremos hacer nada... y entonces sí que la percibiremos pero de nada valdrán nuestros lamentos. Así que, dejando de lado este episodio concreto, conviene reflexionar sobre la actitud que estamos tomando en nuestra relación con los musulmanes. 

¿Y cómo reacciona el buenismo, aquí? Argumentando que no se puede catalogar a un colectivo por lo que hacen personas aisladas. Que no podemos demonizar a todos los musulmanes por lo que hace un musulmán. Y así nos va.

Me pregunto qué pasaría si diéramos al islamismo el mismo tratamiento que al nazismo. Porque lo peor del buenismo es que, en nuestra sociedad, viene siempre asociado a la ley del embudo. 

Y mientras discutimos si son galgos o podencos, los perros llegan.



W.A.Mozart - Ave verum corpus K.618