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lunes, 11 de noviembre de 2024

Los guiones que ya no se usan

Hubo un tiempo, ya pasado, en el que se solía escribir con máquina de escribir, ya que para eso era. Es muy fácil reconocer un texto escrito con esas máquinas, tipo de letra aparte: los guiones. Cuando uno escribía no sabía cuánto espacio necesitaba y disponía para las palabras, y el espaciado era fijo: habitualmente las palabras no cuadraban con la longitud de la línea. La solución establecida era interrumpir la palabra con guiones, teniendo esta interrupción sus propias reglas.

El primer uso "personal" de los ordenadores fue el de procesador de textos. Quiero decir, existía el uso profesional, de los calculistas de estructuras, los que necesitaban otro tipo de cálculos y el de los que manejaban grandes cantidades de datos, pero fuera de ellos los ordenadores no hacían nada más. Hasta que aparecieron los procesadores de textos. Que tenían casi las mismas reglas que las máquinas de escribir (tipo de letra, espaciado de las letras), pero permitían justificar los párrafos mientras se escribía: podían aumentar ligeramente el espacio entre palabras. 

Pues bien: por ahí triunfaron y entraron en nuestras vidas. Un ordenador era una máquina de escribir mucho mejor que las máquinas de escribir, y máquinas de escribir necesitaba todo el mundo.

Con los ordenadores desapareció la necesidad de interrumpir las palabras. ¿Desaparecieron los guiones? No del todo: las personas que escribimos (en su época, no ahora) en las máquinas mecánicas mantuvimos la sensación de que las palabras largas había que interrumpirlas para que los espaciados entre palabras no fueran tan amplios. Y durante años, poníamos guiones en las palabras a medida que escribíamos.

Pero, la verdad, poco a poco hemos ido abandonando esa práctica. Los nativos digitales nunca sintieron la necesidad de emplear guiones, así que, sí, es cuestión de tiempo, pero a medida que los últimos mohicanos dejen de emplearlos, el guión para escribir palabras en dos líneas desaparecerá.

 

sábado, 27 de abril de 2024

Otras marcas

Ocurre a veces que hay una marca de un tipo de producto tan conocida que a menudo a ese producto se le denomina por esa marca y se considera que esa marca es el estándar de calidad de ese tipo de producto.

Pensemos, por ejemplo, en la gaseosa. La marca que todo español tiene en la cabeza es La Casera, se puede pedir directamente "una casera", y se la considera (tal vez machacona publicidad mediante) la mejor gaseosa. Eso no quita para que haya otras marcas de gaseosas, e incluso para que alguna de ellas sea mejor que La Casera. Pero así son las cosas.

Esto no solo ocurre con las gaseosas: también con los refrescos de cola, los batidos de chocolate, los yogures, la pasta dental, los estropajos metálicos, los teléfonos inteligentes y un amplio abanico de productos. Entre ellos, los productos que no son de gran consumo. Productos industriales o en el sector de la maquinaria, por ejemplo. 

Nunca nos ponemos en el lugar de las otras marcas. 

 

 

Hace años impartí una conferencia de carácter técnico. En el transcurso de la misma, explicando cierto producto y lo habitual que es que las constructoras ofrezcan otra cosa que, aseguran, es equivalente y yo les aseguro que no lo es, empleé el nombre de la marca por la que se conocen a ese producto, y dije que todo lo que no fuera de esa marca pero pretendiera ser equivalente era una birria y les estaban intentando dar gato por liebre. 

Al terminar la conferencia, se me acercó una persona que resultó ser comercial de una empresa con tan buen producto (o casi) como el de referencia: no le había gustado lo que yo había dicho. Yo, lo afirmo, era un panoli que no conocía otras marcas que la famosa; y resulta que las había. Mi interés había sido desenmascarar las chapuzas que suelen intentar las constructoras, y por mi desconocimiento había metido en el mismo saco a quien no lo merecía.

¿Porqué les cuento esto? Porque han pasado bastantes años, y aún lamento mi error.

sábado, 9 de marzo de 2024

El pájaro azul

Malcolm Campbell nació el 11 de marzo de 1885, así que durante sus primeros años presenció la aparición y desarrollo de algunos artefactos fantásticos, como el automóvil y el avión. A su fascinación por ellos añadamos algo que sin duda llevaba dentro: la velocidad. No es extraño que en la Primera Guerra Mundial (era inglés) fuera piloto de aviación, y que terminara con obsesionarse con ser el hombre más rápido sobre la Tierra.

En 1924 Campbell construye un automóvil al que denomina "Sunbeam". Pero no era el típico vehículo de 1924 que tenemos todo en mente, no: era un bólido de 18 litros de cilindrada (¡18 litros!), y establece un récord de velocidad: 219,378 km/h. En 1924.

Y entonces ocurre lo mejor: un compatriota y amigo suyo, Henry Segrave, ¡le arrebata el récord! Era 1926 y Segrave alcanzó los 245 km/h. Empezó entonces una competición entre los dos por poseer el título: Campbell lo recuperó 4 veces antes de la muerte de Segrave en 1930. Antes, en 1927, Segrave había superado ya los 320 km/h, y en 1929 ¡los 372 km/h! Pero tras ese récord, Segrave se dedicó a los récords sobre el agua, lo que fue el motorismo.

Mientras tanto, Campbell construyó el fabuloso Blue Bird, un artefacto (llamémoslo así) con un motor de aviación Rolls-Royce de 12 cilindros con compresor, 36 litros de cilindrada y una potencia de 3.000 caballos. Actualmente los Fórmula 1 llevan motores de 1,6 litros a los que sacan una increíble potencia de (más o menos) 1.000 caballos. Pues bien, en 1931 Campbell superó con su Blue Bird los 400 km/h. 1931, insisto. Y en 1935 alcanzó 484,51 km/h.

Pero lo mejor, para mí, es la silueta del Pájaro Azul. Repito, piensen en 1930, en los coches de la época, e imaginen a un inglés construyendo esto:

De Powerhouse Museum

 

jueves, 16 de noviembre de 2023

El futuro es imparable

https://www.youtube.com/watch?v=06o-EYH9svs 

 

Paradoja de Fredkin: cuanto más similares parecen dos opciones menos debería importar la decisión, pero más difícil elegir entre ellas. Como resultado, a menudo pasamos la mayor parte del tiempo en las decisiones que menos importan.

 

 

 

A estas alturas de la película, es que da igual. Ya no cabe discutir sobre el BIM, sobre si es bueno o malo, sobre sus ventajas o desventajas. El tiempo para discutir ya pasó, y se decidió que sus ventajas superaban a sus desventajas. Ahora, el BIM es lo que va a ser y es ya indiscutible. Hay que reconocer cuándo se ha perdido, y seguir adelante.

Así que toca aceptar el BIM y sacarle el máximo partido. Y para ello hay que entenderlo verdaderamente. Ahí es donde falla la mayoría de las personas, y es lo que quiero explicar.

El BIM es modelar en el ordenador lo que se quiere construir. Antes del BIM, o se hacían maquetas de lo que se quería construir o se dibujaban planos (PLANOS, es decir, superficies planas) en los que, con criterios de interpretación ampliamente divulgados y aceptados, se representaban las ideas que se querían transmitir. El BIM no hace eso, y hay que asumirlo.

Repinto, el BIM no es hacer planos. Es hacer un modelo de ordenador que contiene toda la información necesaria. Lo que pasa es que las personas que han de trabajar en la actualidad están acostumbradas a que la información se transmita en planos. En el futuro, cuando esa costumbre haya desaparecido, no habrá planos porque no serán necesarios, pero hoy en día es un peaje al cambio de paradigma que hay que pagar. Así que pedimos al BIM que haga planos.

Y el BIM hace planos, pero sólo lo mejor que puede. No sólo no es instantáneo, sino que ademas carece de los convenios de dibujo. Los convenios de dibujo son reglas de representación adoptadas con los años por las cuales se renuncia a que lo dibujado sea exacto a cambio de que se entienda mejor la idea. El BIM, claro, no tiene convenios de dibujo porque lo que hace es reflejar el modelo que imita la realidad. De ahí que muchos planos hechos a partir de modelos BIM se vean raros, mal dibujados, difíciles de entender por lo poco agraciado del punto de vista asignado.

Así pues, lo que tiene que hacer el ingeniero del pleistoceno es adaptarse él. El BIM no se va a adaptar a hacer las cosas como se hacían antes del BIM, porque es otra cosa. Es como si antes tuviera un coche de caballos y llegaran los vehículos con motor. Sí, el caballo tiene cosas que el coche no tiene, aunque sabemos que el coche se va a imponer. El desplazamiento en coche de motor es diferente, y no tiene sentido pedirle al coche que imite lo más posible al caballo porque me haya acostumbrado al coche de caballos. Mejor hacerse cuanto antes a la conducción del coche, ¿no?

Pues eso es lo que hay que hacer. Ya sé que (hasta ahora) el lenguaje del técnico es el plano, y ya sé que estamos hechos a representar nuestro trabajo en planos. Vale. Transitoriamente, los años que sean necesarios, habrá que seguir con planos; pero entendiendo plano una superficie de papel (o equivalente). Hay que olvidarse del Dibujo Técnico, y averiguar cómo expresar las ideas con las capacidades y las fortalezas del programa BIM. Probablemente, lo que salga será muy diferente de lo que se hacía antes. Es de esperar. Pero ya no se trata de que nos guste más o menos, es lo que hay y ahora depende de nosotros que lo que consigamos nos guste.

Es el futuro y nosotros, reconozcámoslo, no lo vamos a parar. Es el dicho, «si no puedes vencerle, únete a él». Yo creo que es lo más inteligente a estas alturas. 

 

 

 

Sara Evans - Suds in the bucket 

lunes, 3 de abril de 2023

La tecnología de 2035

https://www.youtube.com/watch?v=2lMHv6Ipxzg 

 

 

Como es ya vox populi, el año 2035 se dejarán de vender coches con motor de combustión propulsados por gasolina o por gasoil. Dicen que tranquilos, que no pasará nada: unos dicen que tendremos coches eléctricos para todos, que los podremos recargar donde queramos, que los tiempos de recarga serán como los de la gasolina, que las baterías para entonces durarán los años que haga falta, que se sabrá cómo reciclarlas. Otros dicen que podremos seguir con los coches de ahora, porque habrá combustibles sintéticos equivalente a la gasolina, y que ésos sí se podrán fabricar y vender, que todo seguirá como hasta ahora pero sin la contaminación.

«Salicio juntamente y Nemoroso...»

Así empezaba una égloga de Garcilaso de la Vega que, por ese verso, se me quedó taladrada en el cerebro en mis años de escuela. Las églogas, me temo que es algo que ya no se estudia, son composiciones poéticas de temática bucólica. Y como seguro que tampoco se estudia, lo bucólico se refiere a una idealización de la vida rural. La maravillosa vida de los pastores, Salicio y Nemoroso en este caso.

¿Y a qué viene, aquí, lo de Salicio (juntamente con Nemoroso)? A que a mí me parece que esos que dicen están pensando en un futuro bucólico, ideal. Que conseguiremos. A fin de cuentas, quedan aún 12 años para el 2035, en esos 12 años la Técnica habrá avanzado tanto que lo que prometen, será.

Yo, qué quieren que les diga. Cuando uno está en la cuesta abajo de la vida se vuelve de natural escéptico, pesimista. Cuando se tienen años suficientes, 12 son un parpadeo. Porque ¡chas!, parpadeo y estoy recordando cómo eran las cosas hace 12 años. Y ¡chas!, parpadeo de nuevo y las recuerdo hace 24, hace 36, hace 48,...

Y les diré: tengo la sensación de que en los últimos 12 años apenas hemos tenido avances tecnológicos en nuestra sociedad.

Pongámonos en 2011, hace 12 años. ¿Qué avances pueden citar con respecto a ese año? El iPhone de Apple es de 2007. Ha habido avances informáticos, sí, pero si lo piensan las bases de todo estaban ya en 2011; desde entonces, todo lo más se han refinado. Ahora los coches se manejan sin llave de contacto, ya ven qué avance. Algunos productos, muchos productos, tienen un comportamiento algo mejor: los pegamentos pegan un poco mejor, o un poco más rápidos, o hay que apretarlos menos o durante menos tiempo, cosas así.  Pero ¿saltos que recuerden? ¿Que les afecten perceptiblemente en el día a día?

Salten 12 años desde el 2011. 1999. No smarthphones, no fotos con los teléfonos, no google, no música en mp3, no youtube, no redes sociales, no coches eléctricos. No televisores de pantalla plana, no teléfonos conectados a internet. Salten otros 12 hasta 1987. No internet, no ordenadores en las casas, no windows, no ordenadores personales conectados a una red. En cuanto a los coches... ni les cuento la cantidad de avances. Acababa de inventarse el ABS, pero apenas empezaba la electrónica. ¿Quieren saltar 12 años a 1975 o captan la idea?-  O empiecen el salto cuando se presentó el iPhone, en 2007: 1995, 1983. Los avances tecnológicos en esos periodos fueron asombrosos. Pero desde el iPhone... Vaya, miro por la ventana. Las pantallas de los semáforos son mejores, los carros de la compra de los que van al mercado o vuelven, las farolas de la calle ya tal vez tengan bombillas LED, pero... no gran cosa.

¿Es posible que estemos decelerando en nuestro avance técnico? ¿Que las décadas prodigiosas se hayan acabado?

No sé, yo tengo la sensación de que en los próximos 12 años no habremos progresado tecnológicamente lo suficiente para que el futuro fantástico que nos pintan no sea eso, una fantasía. Tal vez la fusión nuclear, pero ¿ustedes creen que habrá avanzado lo suficiente para entonces? 

 

 

 

Coda: es posible que la línea argumental sea correcta, pero no es todo tan negro como lo pinto. Sí ha habido avances en estos años, es sólo que ahora no los recuerdo. Salvo algunos, y por ello los cito:

En primer lugar, se está avanzando en la fusión nuclear. Aún es muy pronto, pero hay que tener esperanzas.

En segundo lugar, ChatGpt, la inteligencia artificial que imita el discurso de los humanos. Aún está por ver su incidencia, si toman las máquinas el control del desarrollo o se convierte en un entretenimiento inútil. El tiempo lo dirá. 

En tercer lugar, tenemos los coches autónomos, otro avance debido a la informática. Y es un avance que se plasma en todas las novelas y películas de ciencia ficción. Aquí la pregunta es si son los coches los que tienen futuro, no si lo tiene la conducción autónoma. Si los coches dejan de tener futuro, ¿qué más da? Sí, los pocos coches que queden para los ricos serán conducidos por ordenadores. Aunque hay un peligro: si los coches desaparecen como elemento de masa y en vez de un mercado de cientos de millones pasamos a tener un mercado de decenas de miles... ¿llegará a desarrollarse del todo?

Estos tres ejemplos muestran que sí se producen avances. Si triunfan, los asignaremos a estos años que nos parecen infecundos.

 

 

W.A. Mozart - La reina de la noche (aria de la Flauta mágica) 

sábado, 25 de marzo de 2023

Combustible sintético

https://www.youtube.com/watch?v=Zveg6rxm0q0 

 

 

Pues parece que los alemanes se echan atrás y que era un farol: van a retirar su veto a que no se puedan fabricar coches con motores térmicos después de 2035. La clave es que se podrán fabricar si utilizan combustibles sintéticos, combustibles que ahora no hay pero que los habrá, que serán la repanocha y que todo su proceso de fabricación será verde.

Por lo que cuentan, el combustible sintético lo harán con CO2 que extraerán del aire o de lo que se produce en otros procesos industriales, y con hidrógeno verde. Luego se someterá a un proceso industrial y voilà!, habemus gasolina. Artificial y ecológica. 

Jajajá.

La gasolina es un hidrocarburo, o mejor una mezcla de hidrocarburos y otras sustancias, que se produjo de forma natural dentro de los procesos geológicos hace muchos millones de años. Como hidrocarburo, es una mezcla de carbono e hidrógeno (metano, etano, propano, butano, pentano,... todos estos ejemplos de hidrocarburos son moléculas de átomos de carbono e hidrógeno, distintas entre sí gracias a una curiosa propiedad del átomo de carbono). Lo que se pretende ahora es captar el CO2, quitarle el oxígeno y añadirle el hidrógeno. El hidrógeno se habrá obtenido del agua, a la que se le habrá quitado también la parte del oxígeno. Si realmente esto funcionara produciríamos oxígeno como sobrante a chorro, y seguro que en unas décadas los ecologistas saldrían alarmados que los niveles de oxígeno en el planeta se están disparando. Así que todo muy verde. Y será muy verde porque el hidrógeno será muy verde, ya que la descomposición del agua se hará mediante energía renovable; ya expliqué hace tiempo que el chiste es tener capacidad de generar mucha energía renovable, y cuando esa capacidad exceda la necesaria para nuestro consumo eléctrico ordinario emplearla para descomponer agua y conseguir hidrógeno: un hidrógeno verde, a diferencia del que se consigue de ordinario con la electricidad ordinaria, también llamado hidrógeno gris.

Todo esto está muy bien, pero hay algunos detalles que no parecen muy pulidos.

Para empezar, tendríamos que poner volúmenes a los consumos. Los millones de metros cúbicos que se gastan ahora de gasolina y gasoil. ¿Cuánta agua habría que descomponer para obtener el hidrógeno que forma parte de tanta gasolina? Para obtener 114 gramos de octano (ejemplo de hidrocarburo que forma parte de la gasolina) hay que descomponer 162 gramos de agua, y descomponer 162 gramos de agua y obtener los 18 gramos de hidrógeno que buscamos va a requerir mucha energía. Energía que conseguiremos porque tendremos un exceso de capacidad de generar energía con molinos de viento y placas solares faraónico, seguro. Molinos de viento y placas solares que se habrán fabricado todas sin coste energético apenas, sin contaminar, sin necesidad de excavar minerales en las selvas del Congo... Los otros 96 gramos que nos faltaban para el octano los extraeríamos descomponiendo 352 gramos de CO2, lo que produciría 256 gramos de oxígeno excedente (a sumar a los 144 gramos de oxígeno que sobraban del agua, en total 400 gramos de oxígeno). Pero además el CO2 tiene un problemilla, es muy estable. Es decir, no es fácil separar esa molécula. En otras palabras, el proceso requiere mucha energía. 

Así que producir 114 gramos de octano consume 162 gramos de agua y genera 400 gramos de oxígeno excedente, oxígeno que... algo habrá que hacer con él, y no puede ser liberarlo a la atmósfera porque nos la cargamos. Y todos los procesos asociados a esta producción requieren energía a lo bestia, porque todo pasa por descomponer dos moléculas naturales como el CO2 y el H2O.

A escala planetaria.

Y luego, tratar ese octano conseguido (conseguido mediante energía, por cierto) en procesos industriales para añadirle todos los detalles que tiene la gasolina actual y que hace que funcione (y que contamine). Estos procesos industriales... sí, requerirán energía. Ésta ya no será verde, claro, como la de la descomposición del CO2, que verde sólo será la del hidrógeno.

No entro, por no ciscarme, en todos los añadidos del proceso que requerirán mucho gasto y energía: por ejemplo, el aparato que habrá que montar para manejar el hidrógeno y el oxígeno con seguridad. Si es necesaria la seguridad en una planta donde lo que hay es petróleo, que "sólo" arde, imagínese una planta en la que lo que haya sea hidrógeno y oxígeno puros, a cual más explosivo y almacenados a altísima presión.

Más detalles: la tecnología necesaria aún no está desarrollada. Sólo en escala de laboratorio. ¿Dónde se desarrollaría? El hidrógeno verde se producirá sobre todo en los países más soleados y con el Sol más alto en el cielo más tiempo. Pero ¿en España? Si precisamente el hidrógeno verde requiere molinos de viento a cascoporro y hectáreas sin fin de placas solares, ambos elementos que no quiere nadie en su tierra, ¿vamos a aceptar aquí ambas cosas para producir hidrógeno que consuman los alemanes? ¡Por favor! Como si no nos conociéramos. En cambio, Marruecos, Argelia,... Sí, allí sí. Pero ¿vamos a exportar nuestra tecnología para producir la energía que necesitamos en los países musulmanes de África y darles el control de lo que nos va a ser imprescindible? Claro que no.

¿Entonces?

Entonces, digámoslo claro, nos están tomando el pelo. O, mejor dicho, nos estamos autoengañando. Creyéndonos que estas soluciones estarán disponibles para todos nosotros. No va a ser así, y ésa es la clave. Al igual que los coches eléctricos, no van a ser para todo el mundo. Porque no va a poder ser, podrá haber en Europa un millón de vehículos con combustibles sintéticos (lo dudo), pero no los 300 millones que hay ahora de vehículos tradicionales (el número me lo invento, pero no me extrañaría que fuera de ese orden). Porque no tendremos capacidad para generar el combustible que requieren tantos vehículos. Y, como ocurre siempre con los bienes escasos, sólo los más pudientes podrán acceder a ellos.

La mayor ironía de esta historia del combustible sintético es que, en pocas palabras, se trata de inventar un proceso que tras un enorme gasto de energía produzca... una fuente de energía.

En definitiva, me han decepcionado los alemanes. Esperaba más. 

Pero tengo para mí que esto no es el final. A medida que el plazo esté más cerca, más gente empezará a entender que sí es su problema.




Carrie Underwood - Blown away

 

jueves, 16 de marzo de 2023

Bessemer (II)

Hace algunos años publiqué una entrada sobre Bessemer (pinchando aquí).

El porqué de mi admiración por Bessemer y la importancia que tuvo Bessemer para el desarrollo tecnológico de la humanidad podríamos explicarla con un simple dato:

Antes de Bessemer, producir cinco toneladas de acero requería un día. ¿Con Bessemer? Quince minutos. 

martes, 7 de marzo de 2023

El fin de una civilización

https://www.youtube.com/watch?v=9RYy_8u4blk 

 

 

En la antigüedad, el cobre era fundamental. El cobre es la base del bronce, y antes de la cultura del hierro, el bronce era lo más preciado en todo el mundo conocido. Por lo que quien dominaba el cobre dominaba el mundo.

En la antigüedad, el cobre se extraía sobre todo en Chipre (hasta el punto  de que cuprum, el latín del cobre, viene de cómo los romanos llamaban a la isla). Chipre es una rareza geológica, en su formación quiero decir, pero sobre todo es una isla. Una isla aislada... a la que se llega desde Creta. Y, casualmente (o no), en la Edad de Bronce, Creta era la base de la civilización minoica. Uno de los que los antiguos denominaban "los pueblos del mar". Los minoicos eran marineros. Marineros y mineros: extraían el cobre de Chipre, y lo vendían por todo el Mediterráneo. Al precio que quisieran. Durante mil años fueron los reyes del mambo, y se hicieron inmensamente ricos.

Supongo que las leyendas de Minos, el tesoro de Cnossos y todo eso tenían una base real.

Al final todas las civilizaciones mueren, y la minoica no fue una excepción: los griegos de Micenas invadieron Creta y acabaron con los minoicos. Desgraciadamente, la escritura minoica no ha conseguido ser traducida, y no sabemos los detalles. Ni lo que de verdad ocurrió.

Pero, por otro lado, dejaron rastros. Y hay científicos que saben interpretar esos rastros. Los arqueólogos. Y los geólogos saben también el contexto en el que ocurrieron las cosas. Y entre todos se consiguen descubrir cosas muy curiosas.

Por la época en la que los micénicos vencieron a los minoicos se produjo la gran erupción del volcán Tera. Tera era una isla 110 km al norte de Creta (ahora se llama, o más bien lo que queda de ella, Santorini). El volcán Tera estaba activo, pero lo normal, como el Etna y todos esos. Salvo que hacia el 1.600 ó 1.500 a.C. produjo una de las mayores erupciones volcánicas de la historia. La isla, Tera, quedó destrozada, y lo que ahora se llama Caldera de Santorini se parece más bien a un reventón gigantesco de un volcán descomunal:


 

Curiosamente, no hay islas entre Tera/Santorini y Creta. Pues bien, la erupción cubrió Creta de cenizas, pero en especial produjo un tsunami. Que llegó a Creta y arrasó Amniso.

Amniso era el gran puerto de Creta, y estaba en la costa norte, enfrente de Tera. A 110 km.  Así que el tsunami y la lluvia de ceniza y piedra pómez arrasó Creta, pero en especial se llevó por delante Amniso. La ciudad quedó barrida por la explosión, y como en Pompeya y en Herculano, los arqueólogos se están poniendo las botas. ¡Si además supieran entender el minoico! 

No hay precisión suficiente para datar la caída de Minos y la erupción del Tera; posiblemente, la invasión fue algunas generaciones anterior y los minoicos estaban ya en franca decadencia. Como sea, la explosión el tsunami liquidó no sólo su principal puerto en Creta y Acrotiri, su principal puerto comercial, que estaba... ¡en Tera!, sino también su flota (la comercial y además y estratégicamente más trascendente, la pesquera), e inundó los campos agrícolas volviéndolos infértiles por el agua de mar. Y añadan la lluvia de ceniza. Por ello, no se sabe con seguridad si la explosión coincidió con el derrumbe de la civilización minoica, pero lo más probable es que la erupción fue la puntilla de la caída de Minos tras la invasión de los micénicos o viceversa, dejó a la isla a punto de caramelo para ellos. El hecho es que poco después de la erupción los minoicos, los reyes del mundo durante mil años, desaparecieron. Una civilización asombrosa, borrada de la noche a la mañana por un desastre natural.



Por cierto: el hueco dejado por los minoicos no lo llenaron los micénicos, sino otro pueblo mucho más marinero que ellos: los fenicios.

 

 

Y una curiosidad adicional: el bronce es cobre al que se le añade una impureza. El efecto de esa impureza es que sus átomos, más grandes que los del cobre, obstaculizan el libre desplazamiento de los átomos de cobre por la malla metálica, y el metal "impuro" resulta mucho más duro y resistente que el cobre original. La impureza ideal, estándar, del bronce es el estaño. Pero así como el cobre estaba por todas partes (y en cantidades y calidades brutales en Chipre), el estaño no. Cuesta creerlo, pero el estaño lo obtenían de los Montes Metálicos, que es la cordillera que separa Alemania de Chequia, pero sobre todo... de Cornualles. Hasta ahí se iban a buscarlo. Por mar, a través de Gibraltar: los fenicios eran asombrosos. Y la importancia de Cádiz para ellos se entiende un poquito más.




Leonard Cohen - The partisian

 

viernes, 9 de diciembre de 2022

El cobre

La Edad de Piedra terminó cuando empezó la Edad de Cobre. Quiero decir con esto que pocas cosas en la historia de la humanidad han sido más trabajadas que la metalurgia del cobre. Sin embargo, el rendimiento de la extracción es en general del 0,7% (depende del yacimiento). 

El 0,7% significa que extraemos 1.000 kg de mineral para conseguir 7 kg de cobre. El resto se tira -aunque, ya que se está en ello, se le sigue trabajando para conseguir obtener algunas otras cosas, pero no dejan de ser subproductos.

Piense, pues, en lo que supone la obtención del cobre. En el esfuerzo de extraer 150 toneladas de roca para obtener 1.000 kg de cobre, un cubito de 50 cm de lado, en la cantidad de energía necesaria para depurar esas toneladas y luego refinar lo conseguido.

Piense en otros minerales: níquel, aluminio, cromo,...

Ahora piense en los minerales que denominamos "tierras raras".

jueves, 10 de noviembre de 2022

El tamtam del coche eléctrico

 https://www.youtube.com/watch?v=_x3zwrwczyY

 

 

En los años 70 había una serie de televisión que se llamaba "Un hombre en casa". Inglesa, naturalmente: iba sobre tres jóvenes, un hombre y dos mujeres (una rubia y una morena), que compartían piso. Unos personajes secundarios eran sus vecinos los Roper, un matrimonio mayor representantes de todos los estereotipos de lo británico en su grado máximo. Al acabar la serie se creó un spin-off, "Los Roper", sobre las andanzas del mencionado matrimonio. Yo no veía Los Roper.

Y no los veía, porque lo emitían entre semana a las 5 de la tarde, y a esa hora yo tenía mis quehaceres. Un compañero mío, en cambio, sí los veía: tenía un grabador de vídeo, y ése era su truco. Fue mi primer contacto con los grabadores de vídeo, aunque tuvieron que pasar unos 6 años o así hasta que en mi casa entrara uno.

Los grabadores de vídeo fueron una revolución, pues cambiaron nuestra relación con la TV: ya no era necesario estar delante del televisor cuando emitieran algo, y ese algo se podía ver no sólo cuando se quisiera, sino también cuantas veces se quisiera.

La revolución fue además universal: en poco tiempo todo el mundo tenía vídeo, los videoclubs surgieron como setas y ver películas en el sofá por las noches se convirtió en el nuevo pasatiempos nacional.

Otro cambio importante en nuestro estilo de vida fue la telefonía móvil. Fue un poco más lenta que el vídeo, entre el ser un objeto de sólo unos pocos a tenerlo casi todo el mundo pasaron más de 15 años. Y no hay vuelta atrás, pero les aseguro (quienes no lo vivieron no se lo creerían) que al principio todos echábamos pestes de los celulares, considerándolos una pérdida inadmisible de nuestra libertad, una fuente segura de muerte por cáncer, una ridiculez y además una falta de respeto el hablar en público primero, el ponerlo encima de la mesa después,...

Y un tercer antes y después fue la explosión de la informática. En concreto, la toma de los hogares por los ordenadores personales.

Ingenieros aparte, los ordenadores personales eran máquinas de escribir. De verdad que durante años ése fue el uso que tuvieron en la mayoría de despachos y en las casas en las que entraban. Luego vinieron las hojas de cálculo y las bases de datos (sintomático: todos los manuales de bases de datos para hogares usaban como ejemplo... una base de datos de cintas de vídeo).

Con el tiempo surgió internet, pero eso no importó demasiado: salvo para copiar juegos, la red no ofrecía gran cosa útil. El boom definitivo fue la coincidencia en el tiempo de dos avances tecnológicos: la música en archivos mp3 (y Napster), y las cámaras de fotos digitales. Ambos elementos requerían un ordenador, y desde entonces son parte inseparable de nuestras vidas (un teléfono inteligente de 2022 hace muchas más cosas, mejor y más rápido, que un PC de 2002).

La informatización, por supuesto, ha creado un nuevo ludita, pero son sobre todo personas demasiado mayores para querer integrarse en el nuevo orden.

Estoy escribiendo estas notas a mano, en un cuaderno y con un bolígrafo Cross, mientras tomo un café en una terraza: la reunión de obra se ha atrasado hora y media, y estoy haciendo tiempo. Pero no soy un ludita.

 

Todo lo dicho hasta aquí no es sino la introducción a la siguiente pregunta: ¿es el coche eléctrico otra revolución?

Aparentemente, sí. Un cambio radical con una implantación más o menos rápida según se mire, y que cuenta con muchos detractores en sus comienzos, personas sobre todo que no lo han utilizado y que cambiarán de idea cuando lo hagan.

Creo que podemos dar por seguro de que el vehículo basado en el motor de explosión va a desaparecer. Al menos, en Europa Occidental, que es lo que me importa. Razones para pensar así hay muchas, pero en mi opinión la más importante y la definitiva es que ningún político va a defender estos motores. Al contrario, están todos convencidos de que han de ser antimotores, y no hay nada que hacer.

El problema es que yo no creo que tengan, los coches eléctricos, una implantación generalizada. Y no creo que la tenga porque, en primer lugar, la tecnología eléctrica no va a ser capaz de dar las prestaciones de los motores térmicos en el uso intensivo y universal que ofrecen los térmicos. Pero, sobre todo, porque no se va a poder crear una red de recarga equivalente a la las gasolineras, con el volumen que demandaría un parque móvil europeo como el actual en número de vehículos, e kilometraje, en disponibilidad y en extensión. Tener un punto de almacenamiento de gasolina es fácil: la misma carretera sirve para llevarla hasta ahí. Pero el suministro eléctrico... es como si las cisternas de gasolina sólo pudieran viajar por sus propias y específicas carreteras, y hubiera que construirlas aún... y además no hubiera "gasolina" para esos camiones.

En sus primeros días, el automóvil térmico era un bien exclusivo, sólo para pudientes. El vehículo eléctrico, en cambio, yo creo que será siempre de uso exclusivo, no creo que todo el mundo acabe teniendo uno. Quizá, si tuviera los 70 años que tuvo el térmico antes de su popularización. Pero no los tendrá, porque si en 12 años nos quitan los térmicos, el cambio, la revolución, será que quitaremos los automóviles de nuestras vidas. Y nos acostumbraremos a ello.

Y, por cierto: cuando sólo tractores, camiones y autobuses usen la gasolina (el diésel), ¿creen que rentarán las refinerías, los petroleros, la misma extracción de petróleo? Se seguirá haciendo, por los plásticos y los demás derivados, pero ¿no creen que afectará a su precio dejar de comercializar el componente gasolina y el componente diesel del petróleo? ¿Y creen que la subida de precio del gasoil de los camiones y tractores no nos va a afectar?

No recuerdo quién lo dijo, pero en mi opinión: «¡Qué error, qué inmenso error!».

Albergo aún, sin embargo, una pequeña llamita de esperanza como supporter del motor de explosión: que no ocurrirá. Que cada vez más personas, al igual que están despertando contra la opresión de los wokes, están dándose cuenta de la tomadura de pelo que es la apuesta suicida por sólo lo verde. Ahora que les está afectando con claridad al bolsillo, con el precio de la electricidad impagable, cada vez más personas opinan que nucleares sí, gracias. Que nada de cerrarlas, que han de seguir. Y que es una tontería que nos muramos por ser limpios, si China, la India, Rusia y los demás contaminan muchísimo más que lo que contaminaríamos nosotros y además aprovecharán nuestra reducción de contaminación para aumentar la suya. Ahora es sólo un rumor, un runrún que recorre las tabernas y los billares, pero a medida que se acerque el día, cuando en 8 o 10 años la gente sea consciente de que no sólo les cobran una pasta por el recibo de la luz sino que además les van a dejar sin su coche... mi esperanza es que ese sentir llegue a los políticos y estos se den cuenta de que tendrán más votos si defienden el gasoil antes que lo verde, y paren este sinsentido. 

El diésel presenta muchos problemas de suministro y la situación actual es tal vez insostenible, pero la Técnica ha de avanzar a su ritmo, no a golpe de ley.

 


Jonhy Cash - I still miss someone (versión de The high bar gang)