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martes, 31 de agosto de 2021

El puente de Castellbisbal

El puente que conecta la AP7 con la A2 en Castellbisbal se empezó a construir hace 14 años. Pero, en realidad, la mayor parte del tiempo las obras han estado paradas. Un importante proveedor del puente me dijo, hace años, que la obra estaba parada porque La Caixa no quería y había movido los hilos. La Caixa era el máximo accionista de Abertis, que es la empresa que explotaba el peaje de la AP7 en Martorell. Y es un hecho fuera de discusión que la conexión quitaría una parte muy importante del tráfico de ese punto de peaje. 40.000 vehículos diarios, creo.

Mañana, 1 de septiembre, desaparecen los peajes de la AP7 y la AP2. Desaparece el peaje de Martorell.

Mañana, 1 de septiembre, se inaugura la conexión con la A2. Tras 14 años. Ahorrará 12 km de vuelta, y si hubiera llegado antes, el caro peaje de Martorell.

¿Coincidencia? Yo no lo creo.

domingo, 4 de abril de 2021

Construyendo el Golden Gate

https://www.youtube.com/watch?v=xMP2DY95Jv0 

 

 

A menudo se nos dan píldoras de información, puede que deslabazadas; sobre todo, durante los años de escuela. La gran mayoría de estas píldoras quedan sepultadas por el olvido - casi siempre instantáneo-, pero no todas. A los que conservan muchos de estos datos curiosos se les suele identificar como "bichos raros", "cerebritos", o así. 

Yo recuerdo, de mis años en la Escuela (cuando es con mayúscula es mi centro universitario), un par de píldoras sobre el Golden Gate. La primera de ellas, imagino que de las asignaturas de geometría descriptiva o de topografía, era que las torres principales son tan altas y están tan separadas entre sí que en el diseño hubo que tener en cuenta la esfericidad de la tierra: la distancia entre las bases no es la misma que entre las puntas.

El segundo dato vendría de alguna asignatura de estructuras o de materiales. Los materiales tienen un límite: no se pueden construir puentes de piedra con una separación entre apoyos superior a un cierto límite, porque la cantidad de piedra necesaria para permitir este salto entre apoyos genera tanta carga que la piedra falla más aún. Por razones como ésta no encontraremos catedrales de piedra con una separación entre columnas mayor que la de Gerona: 23 m. En el caso de la madera, el límite es mayor, pero el problema es el mismo. Y no deja de tener su gracia que estos límites, antes de las teorías de la resistencia de los materiales, necesariamente se descubrirían por prueba y error: irían construyendo las cosas cada vez más grandes, hasta que se les fueran rompiendo por sí solas mientras las construían. Pues bien, el dato que se quedó en mi memoria es que en el caso del acero el Golden Gate se acercaba a ese límite.

En wikipedia he encontrado esta foto sobre el Golden Gate en su fase de construcción en mayo de 1936:


Pero la foto que impresiona es ésta de 1935:

Y es que de alguna manera se tuvo que construir, ¿no? Eso sí, un golpe de viento, una súbita bajada de tensión o cualquier otra cosa... y se acabó. Y en la boca de la bahía, en el Pacífico norte, el viento es importante.

O no: Joseph Strauss, el ingeniero que diseñó el puente (aunque el diseño estructural corrió a cargo del ingeniero Charles Ellis, a la sazón el vicepresidente de la Ingeniería Strauss), estaba desde el principio muy preocupado por la seguridad de los obreros, y montó una novedosísima red de seguridad para intentar disminuir las consecuencias de un resbalón o una caída. Y funcionó: 19 trabajadores que cayeron salvaron la vida por la red. Aunque otros 11 no; desconozco por qué murió el primero, pero los diez siguientes fallecieron porque lo que cayó fue un andamio en el que estaban y el andamio rompó la red (los nombres de los 11 fallecidos se honran en una placa en la entrada sur).

La verdad es que Strauss consiguió un importante salto adelante en la seguridad en las obras al normalizar el empleo no sólo de la red, sino también de cascos, líneas de vida, mascarillas de respiración para los roblonadores (los roblones se hacen con el acero a unos 1000°C, y a esa temperatura se liberan gases), gafas para mejorar la visión de los trabajadores (por los destellos que causaba el sol en el mar), ¡crema protectora para caras y manos (por los fuertes vientos)!, instrucciones de dietas para que los trabajadores no sufrieran mareos,... e incluso montó un hospital de obra, con médicos de verdad. Pero la medida estrella fue su famosa red.


Por cierto: los 19 que sobrevivieron a la caída fundaron un club: el club "a mitad de camino del infierno".


Y otro por cierto: Strauss, el ingeniero director, acusó a Ellis, el ingeniero calculista, de haber desperdiciado tiempo y dinero, y Ellis no figuró como ingeniero en la placa que se puso en el puente. Aunque los planos, que se archivaron en la Librería del Congreso de los EE.UU, sí están firmados por él y en 2012 se le reconoció con una placa en el puente. Lástima que llevara 63 años muerto. Y es que siempre es el calculista el primero en pagar el pato.

Cabe preguntarse por qué despidió Strauss a Ellis. Calcular el puente llevó más de diez años. Y Ellis trabajó en ello sin descanso; hasta el punto de que en diciembre de 1931 Strauss obligó a Ellis a tomarse unas vacaciones. Y tres días antes de terminar sus vacaciones, Ellis recibió una carta de Strauss diciéndole que tenía que pasarle todo el trabajo a su ayudante porque él iba a tener vacaciones sin fecha de fin... y sin paga. No sé porqué lo hizo, y quiero creer que no fue porque Strauss tuviera cierto resentimiento contra él, porque el diseño original de Strauss del puente era éste:


Y las recomendaciones de Ellis (y de otros expertos en el tema) terminaron cambiando el diseño hasta su elegantísimo final:

Fuente: la Librería del Congreso

Aunque se dice el diseño se cambió porque la gente de la bahía opinó que el diseño de Strauss era feo. Pero lo cierto es que el comportamiento de los diferentes diseños (porque hubo varios) fueron analizados hasta la saciedad, y la razón del cambio fue siempre estructural.

En fin, si quieren ver las fotos de los diseños iniciales y fotos espectaculares del puente: https://medium.com/urban-explorations/the-other-golden-gate-bridges-28e8512b1a08. Vale la pena.




Manuel Ruiz Vidriet y Manuel Pérez Tejera - Rocío (marcha procesional)

martes, 15 de enero de 2019

El puente de Saskatchewan

https://www.youtube.com/watch?v=mdz0VwCTAmk 



El original de la noticia está disponible en este enlace. También las fotos han sido extraídas del  mismo sitio.
Saskatchewan es  una provincia del centro de Canadá. Una zona poco poblada, más grande que España y Portugal juntas y con menos población que el área metropolitana de Málaga. Pero es Canadá, vaya, y eso debería bastar. En Saskatchewan hay un municipio rural llamado Clayton (para quien lea la noticia original: el puesto que está al cargo de un municipio rural, en Canadá, es un"reeve"), bastante pequeño en población pero grande en dignidad. El caso es que construyeron un puente sobre el río Swan, el Dyck Memorial Bridge. 
A las seis horas de estar abierto al público, el puente se vino abajo:
Y no, no fue por el intenso tráfico: la previsión hecha es de unos 1.000 vehículos al año, que son 3 vehículos al día.
¡Ey, miremos la foto con un poco más de atención! La línea de apoyo central, la que está en el centro del cauce del río, está hundida con respecto al nivel teórico del puente. ¿Qué ha pasado?
Que no habían hecho un estudio geotécnico. Por ahorrérselo, según confesó el Reeve local.  Parece ser que les habían dicho que perforar en el río para saber cómo era el terreno (como si no sirviera perforar en la orilla) era muy caro, y patatín patatán. ¿Cómo aceptó la ingeniería proyectar sin geotécnico y la constructora construir sin geotécnico? No comment, por lo que parece. 

El puente costó $325.000. Un estudio geotécnico habría costado $3.250, diría yo. El 1%. E incluso menos, si fuera en España. ¿En qué pensaban? No tengo ni idea.

Lo que sí sé, de lo que estoy convencido, es que invertir en ingeniería antes de ejecutar las obras siempre compensa. Siempre. Y la geotecnia es parte de esa inversión.

Así que lo siento, pero les está bien empleado.




Carole King - I feel the earth move

domingo, 19 de marzo de 2017

El puente de Eshima Ohashi






Sí, es un puente.


Y sí, hay algo de efecto óptico.



¡Es el mismo puente!


Está en Japón; sería más preciso, pero decirles que conecta Matsue con Sakaiminato les dejará fríos, así que no daré más detalles.

Dejémoslo en que me gustan los puentes.



Joni Mitchell - River (versión de Emily Hackett et al.)

martes, 29 de diciembre de 2015

El puente de Paoli



Me entero por la prensa (http://bangshift.com, de donde extraigo, sin pedir permiso, las fotos que ilustran este artículo) que una camionera se ha cargado un puente en Paoli, Indiana, el pasado día de Navidad. Iba al Wal-mart y, buscando aparcamiento, se le ocurrió pasar por este puente que cruzaba a menudo. Solo que esta vez no llevaba su vehículo particular, sino un camión semirremolque de 30 toneladas.

El puente no era muy largo, 28 metros. Tampoco muy ancho, 4,78 m. Pero es que era de 1880:
(esta foto no es del artículo, es de Satolli Glassmeyer)
(y ésta tampoco, es de Tony Dillon en 2010)


Y la altura libre era sólo de 3,3 m.

Además, había una señal que limitaba el tránsito a 6 toneladas. ¡Junto a otra que prohibía los camiones!



La moza (23 años) sabía que estaban las señales, pero... según confesó a la policía, no sabía cuántas libras son una tonelada.


El puente había pasado la revisión técnica en mayo de 2012 y el resultado había sido bueno: se encontraba en buen estado, pero funcionalmente se lo consideraba obsoleto. Que valía para lo que valía, vamos, pero que estaba en una forma excelente. Cada día lo cruzaban 600 vehículos; el pueblo no llega a 3.700 habitantes, por lo que no está nada mal.

Y, sin embargo, ya ven:


La conductora, en su búsqueda de aparcamiento, se metió por el puente llevando 20.000 kg en botellas de agua; el camión, además, es más alto que el puente, pero yo he visto cómo los trailers se cargan las HEB que ponemos, sin enterarse. Total, que no nota que está afeitando el puente hasta que está bien dentro y... ¡bazinga!

¿Creen que le va a caer un multón por conducción temeraria, otro por ignorar la señal de tráfico y otro por exceder el límite de peso de un puente? No sé: el jefe de policía, Randall Sanders, de momento sólo le ha puesto 135 $ por saltarse la señal. Y es que da igual: el daño histórico va a ser irreparable, porque el puente no se reconstruirá, digo yo. Se hará uno nuevo, funcional y moderno, y qué se le va a hacer. Es posible que no, porque el pueblo es consciente de que el puente es histórico y, de momento (son las fiestas de navidad, allí también), se ha habilitado un equipo de urgencia para examinar la situación. Los de allí están expectantes, está claro que quieren su puente de vuelta; sin embargo, ¿quién pagaría la restauración? ¿El condado (de Orange, por cierto, como L.A.), la aseguradora del camión...? De momento, para sacar el camión ya han tenido que cortar algunas vigas. Ustedes , ¿qué apuestan?

Son muchos los puentes históricos que han sido hundidos por camiones de manera similar y que no se han reconstruido.

Y, aunque soy contrario al pirateo de Calvin & Hobbes, no me puedo resistir:


En otro orden de cosas, la polémica en Indiana ya ha empezado. ¿Qué hacía una chica de 23 años conduciendo un camión de 30 toneladas sin saber lo que suponía? ¿En qué pensaba, al entrar en el puente? ¿Le dan el carnet de camiones a cualquiera, por allí?

Y por último, un chascarrillo estructural: ¿qué mató al puente? El límite de altura. El camión era largo, las 30 toneladas no eran una carga puntual en el centro, y si el camión hubiera circulado despacito y sin tocar nada, yo creo que el puente habría aguantado. Pero entró como si nada y se cargó la estructura horizontal superior. Esta estructura superior tiene como misión que no pandeen lateralmente las cerchas verticales, y... pandearon, y catacrac.






The traveling Wilburys - Handle with care

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Las orillas del Arkansas

 

 

Tulsa, Oklahoma

Desde Kansas City, Kansas, hacia el sur por la US-69 S, se llega a la esquina inferior del estado, donde nos incorporamos a la I-44 W hasta Tulsa, Oklahoma. La I-44 W no lo parece, pero... es la ruta 66. La famosa ruta 66, de Chicago a Los Ángeles, que ya no existe como tal, pero sí para los turistas. De hecho, la misma US-69 es una de las que sustituyeron a la US-66.
Cuando se viaja en coche, cuando el objetivo es el viaje en sí mismo y no el destino final, uno aprende a diferenciar los viajes de los desplazamientos. Y los viajes que mejor recuerdo dejan son, normalmente, aquellos en los que cambias de destino. Por ejemplo, de Kansas City, Kansas, a Oklahoma City se puede ir por Wichita, por la autopista interestatal I-35, pero ¡qué caramba!, quería aprovechar la oportunidad de ir a Tulsa. De hecho, dudaba entre ir, desde Tulsa, hacia el oeste, a Oklahoma City, o al sureste, a Litte Rock, Arkansas. Hacia los desiertos y los vaqueros o hacia los pantanos y el algodón. Finalmente, decidí ir a Oklahoma, pero quiero aprovechar que Tulsa está a orillas del río Arkansas (y que me pirran los puentes) para contarles un par de historias de los puentes del Arkansas.

El río Arkansas, por supuesto, es el clásico río de las praderas: ancho. El 2 de febrero de 2011 ofrecía este aspecto, precisamente en Tulsa:


A medio camino entre su nacimiento, en las Montañas Rocosas, y su desembocadura en el Mississippi. Creo que se hacen una idea de cómo es el Arkansas.

Por cierto, que con este río ocurre algo que quizá les suena: Kansas opina que Colorado se queda con demasiada agua, y los pleitos entre ambos estados son constantes.

A las afueras de Tulsa, el Arkansas recibe las aguas del río Cimarrón (el nombre se lo pusieron los españoles, obvio). La primera de las historias ocurrirá en este afluyente (aunque ocurra cerca de Oklahoma City, permítanme que se la cuente hoy). El 18 de septiembre de 1906, en Dover, se derrumbó un puente mientras pasaba un tren de pasajeros; se ve que la presión de la corriente y el tren fue demasiado. ¿Un fallo de la ingeniería? Bueno, depende. El puente era una construcción temporal, pero se había construido ¡en 1889! ¿17 años de contrucción temporal? Ya les valía. En fin, algunas fuentes hablaron de más de 100 muertos, y figura entre los peores accidentes ferroviarios del país; pero otras fuentes dicen que en realidad sólo hubo 4 muertos. Yo no estuve, y no sé qué pensar. Salvo, claro, que no hay que culpar al ingeniero.

Pero estábamos con el Arkansas, un poco aguas abajo de Tulsa. El 26 de mayo de 2002, el puente de la autopista I-40. Es un poco difícil de explicar, porque aquí no estamos acostumbrados a puentes así. El caso es que ese día, el veterano capitán de un remolcador sufrió un desmayo, perdió el control y chocó contra una de las pilas del puente; resulta que el barquito iba contracorriente, y las protecciones de las pilas estaban (¡qué cosas!) en el lado donde pega el río.

Ahora bien, el puente no era el que había aguas abajo: 

(foto extraída con permiso del blog http://smithsonsofok.blogspot.com.es/2010/12/old-photos-part-3.html, que cuenta la historia de los Smithsons de Oklahoma)

No, el puente de la I-40 era otra cosa. Un puente de verdad; vean, por favor, las fotos en la página http://bonovita.bravepages.com/News_Tidbits0718%20%20I40%20bridge%20photos.html. De hecho, quizá les dé una idea de la importancia que tenía el puente es que se reconstruyó en sólo dos meses. Y se habían previsto seis, aunque, por favor, juzguen ustedes viendo las fotos cuánto se habrtía tardado en nuestro país.

Este accidente ocurrió en la era de Internet, por lo que hay muchísima información disponible, que les animo a consultar. Por ejemplo, aquí tienen un vídeo del cruce del Arkansas por este puente. 

Claro que si contamos que el remolcador estaba empujando dos barcazas que cargaban 1.500 toneladas... En fin, cosas de los grandes ríos.

La tercera historia que quería contarles incluye a seis puentes como protagonistas, más o menos; es, en realidad, una historia de la Conquista del Oeste. En una historia de 1850, setenta años antes de la ruta 66. Si me han leído las entradas anteriores de Ohio, habrán notado que por aquella época el interés por cruzar el Ohio se basaba en el interés por avanzar hacia el Oeste desde el Norte. Pues bien, ese interés también existía en el Sur. El Sur, que en su manera civilizada y loqueelvientosellevóana terminaba en Arkansas, ustedes me entienden. Y la población en el límite oeste de Arkansas era Fort Smith, a la altura del paralelo 35. Casualidad o no, Los Ángeles se encuentra en el paralelo 34, y a los sureños se les ocurrió establecer una vía de comunicación desde Fort Smith a lo largo del paralelo 35. Para lo cual, entre otras cosas, tendrían que cruzar el caudaloso Arkansas y ríos similares en varios puntos (tiene muchos meandros).

Hay que decir que los sureños no eran tontos: querían que el flujo al Oeste pasara por sus tierras, y estaban convencidos de que la ruta que iban a abrir iba a ser la favorita de los inmigrantes.

Fort Smith, no hace falta decirlo, era originalmente un fuerte y luego una importante base militar contra los indios y los mejicanos; cuando el ejército abandonó el fuerte, llegaron los civiles y mantuvieron el nombre. En cualquier caso, es una de esas poblaciones ribereñas que pertenecen a dos estados. Es igual, la cosa es que Oklahoma, en aquella época, era territorio indio, y el hombre adecuado para liderar la expedición que abriría el camino era el teniente Beale.

Beale no es muy popular en España hoy en día, por eso lo cito. Edward Fitzgerald Beale es uno de los personajes especiales que pulularon por Norteamérica en el siglo XIX, uno de esos tipos irrepetibles. El dato de que se encomendara la tarea de abrir el nuevo camino a Beale nos da una idea de la dificultad de la empresa.

Por cierto, ¿saben qué empleó Beale com animales de carga? No lo adivinarán... camellos. El Cuerpo de Camellos. Para atravesar esos desiertos eran animales excelentes, pero tenían el inconveniente de que asustaban a los caballos y las mulas, y a la larga el Ejército desechó su empleo. Pero Beale no.

A lo que vamos. Lo primero que uno se encuentra al salir de Fort Smith es el río Poteau. Fort Smtih está en un meandro cerradísimo del río Arkansas, pero tiene la mala suerte (o no) que por dentro del meandro llega el río Poteau (eso sí, un río ya más manejable); para ver lo que quiero decir, pinchen aquí

Pues bien, lo primero que uno tiene que hacer para ir de Fort Smith a California es cruzar el río Poteau, luego el río Arkansas, luego... imagínenselo. Pero ahora, imaginen algo más. Se meten ustedes en territorio indio. Va usted a construir un puente, cruzarlo y seguir, y dejar atrás a los indios y a su puente. No hay problema, siempre que los indios no se enfaden, decidan destruir el puente... y el puente sea de madera. Como usted sólo puede jugar con una variable, lo tiene claro: nada de puentes de madera. De nuevo, ningún problema, salvo que estamos en el Salvaje Oeste en 1859, todavía en la era pre-Bessemer. Los puentes han de ser de hierro. Fácil de decir, no fácil de hacer, porque no se fabrican puentes de hierro en el Fuerte Smith. Ergo, hay que hacer puentes de hierro en, pongamos, Pensilvania, y traerlos desde allí hasta el Poteau, luego hasta el Arkansas, etc. Y si ya de por sí es difícil un puente sobre el río Arkansas, pues imagine la papeleta.

1859. ¿Cómo llevaron los puentes? Bueno, para empezar se fundió en piezas "pequeñas" para que se pudieran transportar en carromatos. Y al llegar al Arkansas, el transporte fluvial también servía. Y, a todo esto, ¿los indios? Pues no entendían nada, los pobres. Cuenta la prensa de la época -era un proyecto nacional- que llegaban hasta las cajas, se sentaban encima y se fumaban sus pipas meditando sobre los absurdos del hombre blanco. En fin. Por los relatos, parece ser que el puente sobre el Poteau, el primero, no era de los colgantes sino de dos vanos (el río tiene unos 80 m de anchura ahí). Pero en 1861 estalla la guerra civul, y... no hay fotos. No se sabe qué pasó, pero nos lo imaginamos. Y destino y conocimiento parecido corrieron todos los demás; en 1896 un informe oficial lamentaba su pérdida y la explicaba con la falta de mantenimiento. Lástima.

Ahora piense en nosotros. Imagine que en España, en 1859, fabricásemos puentes de hierro a más de 2.000 km de su destino y los transportásemos a traves de desiertos, por tierras hostiles,... No sé, 11 años antes nuestro mayor logro fue construir 30 km de ferrocarril entre Barcelona y Mataró... Ya digo, si lo de los norteamericanos es admirable ya de por sí, la comparación con España...

¿Porqué caen tan mal en nuestro país? ¿Envidia, quizás?

Creo que a todos nos convendría pasar una tarde a orillas del Arkansas.