martes, 30 de diciembre de 2014

Lo que puede deparar el 2015



Cuando el 2014 ya está soltando sus últimas hojas, uno puede hacer dos cosas: mirar hacia atrás, hacia el 2014, o hacia delante, el 2015. También puede hacer una tercera cosa, no mirar, o incluso mirar hacia mucho más atrás o mucho más adelante, claro, pero plantearlo así me chafaría la entrada, así que fijamos todos que en efecto sólo se pueden hacer dos cosas. Y el caso es que ahora yo lo que voy a hacer es mirar hacia delante.

¿Qué me depara el 2015?

Es posible que la mejor manera de responder a esta pregunta es intentando imaginar cómo estaré al acabar el 2015 y compararlo con cómo estoy ahora.

La primera pregunta se llama Facebook. Hoy no tengo ningún perfil en Facebook: ¿qué les parece? Quizá tenga que decir sí, yo soy ése. ¿Por qué no tengo cuenta? Pues la razón es muy sencilla: no sé para qué la quiero. La verdad, Facebook no fue la primera red social; antes estaban Second Life y MySpace, creo recordar, y no me extrañaría que también otras que no recuerdo. ¿Tuenti, quizás? No sé, no soy un experto. Y no sé cómo están estas redes de "salud", pero no me extrañaría que estuvieran casi extintas: esto de las redes sociales me parece a mí como los bares de moda, y si tu bar no aporta nada especial y la gente sólo va porque "está de moda", cuando deje de estarlo dejará de ir.

Pues bien, cuando salieron las primeras redes yo no me apunté; no le ví el atractivo para mi estilo de vida. Luego llegó Facebook, con el punto fuerte (creo) de compartir fotos. Eso podría estar bien, pero alguien me explicó que Facebook es una red social, parece ser que exige interactuación por mi parte. Que no está pensada tan solo para que yo mire fotos que hacen los demás, creo que he de aportar algo a cambio.

Y así están las cosas. Le veo una ventaja, pero de momento no es una ventaja suficiente para vencer mi natural pereza. Quizá esto sea una de las cosas que cambien en el 2015, les tendré al corriente.

De Facebook saltamos a Twitter. Por supuesto, no tengo Twitter. No sé bien cómo funciona, pero les diré mi opinión: demasiadas personas se han arrepentido demasiadas veces de decir demasiadas burradas por twitter, y los políticos, además, se justifican diciendo que "son cosas que se dicen en Twitter, no hay que darles importancia". En otras palabras: no veo mucha inteligencia campando por Twitter. Ni mucha originalidad, si me permiten decirlo así. Además, me da la impresión de que si me abro una cuenta en Twitter (repito que no tengo ni idea de cómo funciona) es para escribir yo también mensajitos: ven el problema, ¿verdad?

Ejemplo: mientras venía hacia casa, se me ocurrió que si uno ata los perros con longanizas, los perros se comen las longanizas y uno continúa con el mismo problema de atar los perros, pero ahora no tiene longanizas. Ya ven, 161 caracteres: ¿demasiado elaborado para Twitter, o el problema soy yo?

Dudo mucho de que tenga cuenta en Twitter al acabar 2015.

El siguiente escalón es Linkedin. Recibo con cierta frecuencia solicitudes para enlazame con gente en Linkedin. Se supone que ésta es una red profesional y por ello debería interesarme más, pero... estamos en las mismas, solo que corregido y aumentado. Por lo que me han contado, el objeto último de la red es la promoción profesional con vistas a un cambio. Es el poder tener, llegado el momento de necesitarla, una mejor tarjeta de presentación, y esto se logra (se supone) teniendo un perfil activo, con muchos enlaces a muchos profesionales. Con un truco: estos profesionales han de avalarte, declarar que sí han trabajado contigo, que han hecho grandes cosas y que están muy contentos y admirados por tu desempeños. ¡Puf, esto no va conmigo! No tengo deseos de promoción personal, espero no verme en la tesitura de necesitar una tarjeta de presentación (ya me entienden), y no me gusta la idea de dar la vara a mis conocidos profesionales (con los cuales trabajé, pongamos, hace veinticinco años y no he vuelto a contactar), para que me piropeen - si se acuerdan-. Y, sobre todo, yo no me dedico a grandes obras. Lo que suelo hacer es a) muy poco vistoso, y b) sólo los muy entendidos lo entienden, los profanos no ven que haya ninguna dificultad en lo que hago.

Sin embargo, esto de Linkedin no se puede descartar tan rápidamente. Una cosa es que espero que no me vaya mal, y otra que no me prepare por si me va mal. Quizá lo pruebe, vaya. Aunque tengo otro problema: no me acuerdo de casi nada de lo que he calculado o proyectado. Los años no pasan en balde, y muchas obras no merecen que se las recuerde tanto tiempo.

En definitiva, con esto de Linkedin no cierro la puerta, al contrario: me lo estoy pensando.

Otra cosa que podría cambiar este año que empieza: mi teléfono móvil no tiene cámara de fotos. ¿Cómo se han quedado? Sí, sí, existen móviles sin cámara. Como el mío. Para las fotos utilizo una cámara de fotos. Pero si tenemos en cuenta que mi cámara de fotos está sujeta con papel celo (se me cayó un día y se rompió), y el flash lo levanto y lo sujeto con los dedos, es posible que jubile a mi vieja cámara, en cuyo caso necesitaría otra nueva. Ahora bien, si mi móvil tuviera una cámara incorporada y esta fuera decente, la cámara titular la necesitaría en muchas menos ocasiones: por ejemplo, no me la llevaría a las obras, que son situaciones de riesgo (en cierta ocasión se me cayó cuando yo estaba a no sé cuántos metros de altura, trepando con arnés por una escalera de 25 cm de ancho, y como el cierre del arnés me molestaba con la correa de la cámara, pues...).

Total, que por lo que vale una cámara de fotos puedo comprar de 2ª mano un teléfono con cámara de millones de megapixeles. Y así la gente no se reiría de mí.

Otra ventaja que incorporaría el cambio de móvil: Whatsapp, que digo yo que ya puestos, sería un smartphone, con android y todo eso. Leer el correo, también. No sé lo que me pierdo, porque no tengo, pero la gente le saca un partido extraordinario a su móvil, hacen muchas cosas. Y me cuentan en la familia que se envían fotos, y que yo no me entero porque vivo en el siglo XX. Claro, uno ve esos móviles enormes, de espectaculares fotos, y con el que podría entretenerme en el metro y cuando voy con la familia a los centros comerciales como todo el mundo, tecleando no tengo ni idea que paparruchadas o con los juegos, y... la curiosidad es una fuerza muy fuerte.

En fin, quién sabe. También terminé el 2014 con muchas ideas que quería contarles en este blog, y ya ven.

Moraleja: este 2015, a Dios rogando, sí, pero con el mazo dando.




Van Morrison - Have I told you lately
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domingo, 21 de diciembre de 2014

Susana y los viejos



Hace años asistí a una exposición de cuadros de la señora Milagros, madre de mi amiga Arancha. Arancha estudiaba Arte, y me iba explicando los cuadros. Uno de los que guardo mejor recuerdo fue una versión de "Susana y los viejos". Y la recuerdo porque el enfoque era el opuesto al clásico.

Susana y los viejos es un tema que se ha pintado a menudo: Tintoretto, Rubens y Rembrandt, entre muchos:


(aprovecho la ocasión para recomendar la visita al semidesconocido museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, donde se guarda la versión de Rubens que muestra la fotografía)
Como me explicó Arancha, Susana y los viejos hace referencia a un pasaje de la Biblia; resulta que es un pasaje perdido y que no viene a cuento, al final del Libro de Daniel, uno de los Profetas Mayores. Cuenta la historia de Susana, mujer muy bella (y felizmente casada), y dos Ancianos (porque pertenecían al Consejo de Ancianos del lugar) que bebían los vientos por ella y la espiaban. En un determinado momento, Susana decide darse un baño creyéndose sola y los libidinosos mirones la asaltan y le dicen:
- Las puertas del jardín están cerradas, nadie nos ve, y nosotros sentimos deseos de ti; así que consiente y acuéstate con nosotros. Si no, daremos testimonio contra ti diciendo que un joven estaba contigo y que por eso habías despachado a las criadas.
Como ven, en muchos pasajes la Biblia es como la vida misma. El caso es que, figurando en la Biblia, ésta era una ocasión perfecta para dibujar el desnudo femenino sin ser tachado de pagano o profano, ya me comprenden. Y, por descontado, daba a los poderosos de la época el motivo para encargar una obra cuasipornográfica para solaz en sus habitaciones privadas, de nuevo sin ser tachado de concupisciente en vez de pío. Y ya que estoy, un chascarrillo que leerían en la web que les he enlazado del Museo de San Fernando:
...el mandato que Carlos III, movido por un prurito moral, dio a Mengs para que seleccionase los lienzos que, con desnudos licenciosos, se encontraban en sus distintas residencias. La orden era la de quemar esas pinturas consideradas indecentes. Mengs, con el pretexto de que tenían valor pedagógico para el estudio de la pintura, salvó de la quema obras maestras de Durero, Tiziano, Rubens, Veronés y otros grandes pintores. Ocultadas hasta 1792, fueron trasladadas a una habitación secreta o «Gabinete reservado», al cual muy pocos tenían acceso.
Pero yo les decía que la madre de Arancha le había dado un enfoque diferente. Llamativo, porque en aquella época (dije "hace años", pero era un eufemismo) el feminismo beligerante y castrador aún no lo invadía todo. Y es que la señora Milagros se había centrado en los viejos. A Susana se la veía pequeñita, al fondo. El cuadro era en realidad un estudio sobre los dos babosos mirones.

En fin, el Arte se para siempre aquí; en realidad, le da igual cómo acaba la historia de Susana. Y, por supuesto, usted no tiene una Biblia a mano y de todas formas no pensaba consultarla para saber el resto, así que permita que le haga un pequeño resumen. 

Susana - como sigue pasando hoy en día en ya se imagina usted qué países- sabe que si se niega la condenarán a muerte por lapidación; con todo, lo prefiere a ceder, y se niega. Los dos ancianos hacen lo que le dijeron, la denuncian y consiguen (cito: "Como eran ancianos del puebo y jueces la asamblea los creyó") que se la condene a muerte. Pero antes de ejecutarla aparece un muchacho (al que se le llama Daniel, porque el relato está en el Libro de Daniel, por nada más) que dice que los ancianos mienten y que puede probarlo. El Consejo decide darle una oportunidad, y Daniel pide que separen a los dos ancianos lejos el uno del otro, y que los interrogará por separado. Y a cada uno le pregunta, puesto que declaran que vieron a Susana y al miserioso joven abrazados en el jardín, bajo qué arbol estaban. El primero dice que una acacia, el segundo que una encina: cazados. Daniel les acusa de hacer lo mismo que aquel juez, Pascual Estevill, que tuvimos como uno de los Popes de nuestra judicatura como cuota de CiU, y de dar sentencias injustas a sabiendas para obtener ellos provecho y de haber conseguido en otras ocasiones que atemorizadas mujeres se acostaran con ellos, y la asamblea decide que la condena de los dos convictos sería la misma que ellos querían imponerle a la inocente.

Es un relato cortito y entretenido, no les pasará nada malo si lo leen.




Henry Purcell - Lamento de Dido (Dido y Eneas), intr. Jessye Norman


viernes, 19 de diciembre de 2014

El año de la Constitución




En lo que respecta a la política, el tema estrella del próximo curso va a ser la reforma de la Constitución de 1978. Va a haber elecciones de todo tipo, en Cataluña seguro que nos convocan 3 ó 4 veces, y cada cita va a ser para una cosa distinta. Pero va a dar igual, el tema permanente va a ser la reforma de la Constitución. ¿Declaraciones del candidato a la alcaldía del Partido de Burros Democráticos en Aldehuela de la Obispalía? ¡Sobre la reforma de la Constitución, seguro! Vamos a tener RC hasta en la sopa.

La razón es obvia: no tienen nada más que decir. ¿Sobre qué puede hablar el candidato del PSOE? No quiero hacer leña del árbol caído, así que lo resumiré: sobre nada. Pero hay elecciones, así que hay que abrir la boca. Por descontado, el argumento principal va a ser usted es un fascista y yo no, pero tienen que decir algo más. ¡Bingo! La RC. Si además tenemos que el candidato es un pipiolo (como el de IU, el de Podemos, etc) que puede argumentar que "él no votó en el 78", está clarísimo: no les queda otro tema.

El problema es que "Reformar la Constitución" es una frase estúpida y carente de contenido. Es como decir "Arreglar las cosas" o "Resolverlo todo". ¿Hay algo en la Constitución que haya que cambiar? ¿Qué, por favor? Una vez identificado que hay que cambiar, hay que decir cómo se cambiaría. Pero hay un paso previo: ¿es urgente, el cambio? ¿Es el principal problema que tiene el país, ese cambio? Por ejemplo: que el Príncipe prevalezca sobre sus hermanas. ¿Cambiar esto es lo que necesitamos en estos momentos? ¿Hemos de elegir a nuestros próximos gobernantes por el criterio de que prometan escribir ese cambio?

Ya ven, mientras el que proclame que hay que hacer una RC no añada los cambios que haría, la urgencia imperiosa de esos cambios y las consecuencias reales que tendrían, ese tío no es más que un charlatán. Por cierto que, como van a descubrir el año que viene, en España los tenemos a paletadas.

Pero, para mí, el principal problema no es ése. Es este otro:

Hay un cuento de Goethe, El aprendiz de brujo. Estoy seguro de que todos lo conocemos, siquiera la versión de Disney. El relato versa sobre el desastre que acontece cuando un julay desata fuerzas que desconoce pero que cree que puede dominar cuando en realidad está muy lejos de ello. Todos, por descontado, estamos de acuerdo en que en esas ocasiones el desastre es lo mínimo que puede ocurrir. Si reflexionamos, estamos en la misma situación; entonces, ¿porqué queremos dejar en manos de los políticos que tenemos ahora el escribir una nueva Constitución, que es, en la práctica, lo que se pretende?

¿A qué políticos dejamos que  metan mano a nuestra Constitución? Puede que los del 78 no fueran muy buenos, pero comparados con los que tenemos ahora eran unos auténticos Padres de la Patria. ¿De verdad queremos dejarle la varita a nuestros aprendices de brujo?




Gary Moore - Still got the blues


viernes, 12 de diciembre de 2014

A propósito de la tasa Google



Hace años, durante un viaje a valencia con el director comercial de donde trabajaba, paramos en una cafetería para almorzar. Más o menos al mismo tiempo, paró un autocar con viajeros. Cuando fuimos a pagar (el director comercial se ofreció a pagar lo mío también; dado que yo era un técnico, ¡faltaría maś!), el camarero le dijo que no hacía falta (que iba por cuenta de la casa, vamos). El director comercial se quedo muy extrañado, y yo me eché a reir: "Te ha tomado por el conductor del autocar", le dije. Y es que hacía calor y él se había dejado la chaqueta en el coche, llevaba una camisa de color aszul claro y corbata oscura; entre eso, que la cara del director era la de un trabajador, y que habían entrado muchos pasajeros, la confusión estaba clara. Por supuesto, le explicó al camarero que no, que no era el conductor, y pagó lo nuestro. 

Lo que quiero decir es que el camarero había seguido una regla de oro de los bares de carretera: los conductores de autocares no pagan. Los lectores de este blog no necesitan que se les explique el por qué, pero los políticos de este país no se encuentran entre mis lectores. Lo prueba el que ellos, al conductor del autocar, le harían pagar el doble. Aducirían que la compañia de transporte se estaba lucrando con el transporte de viajeros, y un elemento atractivo del viaje era que se parase para ir al lavabo y tomar un café; por lo tanto, debía compartir su lucro y pasar por caja. Que nos gobiernen mentes tan preclaras explica muchas cosas, ¿verdad?

Estos días se habla de "la tasa Google". Mala cosa cuando se prepara una ley con un objetivo unipersonal tan claro que hasta da nombre coloquial a esa ley. Como saben, en Google hay una pestaña que pone "noticias", y las búsquedas que aparecen en esa pestaña son de noticias, no de textos cualesquiera. Por ejemplo, si usted busca "viento Cataluña" en el modo normal, encontrará multitud de páginas metereológicas, algunas noticias sobre recientes temporales, estudios científicos y los habituales setenta millones de entradas con las palabras viento y Cataluña; en cambio, en la pestaña noticias sólo tendría artículos de noticias sobre los recientes temporales. Si es lo que usted buscaba, le era más cómodo.

Bien, Google empezó creo que el año 2001, como un buscador pequeñito frente a gigantes como Yahoo, Altavista, Lycos, Terra y otros. Durante años no ganaron dinero, pero hicieron bien las cosas, y ahora ganan dinero, mucho dinero. También, por supuesto, Google ha mejorado enormemente la experiencia de navegar por internet (¡si yo les contara lo que era antes de Google!), pero eso a los legisladores no les importa: lo que les interesa es que Google está ganando dinero.

Por el otro lado, a los grandes periódicos les está yendo mal; los señores de Google, cuando salió internet supieron adaptarse, y estos señores no. Y ahora les va tan mal que buscan dinero como sea. Codician el dinero que gana Google, y consiguieron presionar/engañar/engatusar a los politicos, y han ido a por Google. El negocio de Google es como el de las compañías de transporte: les da igual quiénes son los viajeros o porqué viajan, a ellos sólo les interesa que viajen, y que lo hagan en sus autocares. Dado que la gente va a Google a buscar las noticias y Google la redirecciona a los medios y Google obtiene beneficios por ello (puesto que Google, más o menos, no hace otra cosa, y tienen miles de millones de beneficio anual, por algo obtendrá ese beneficio), pues los de los periódicos quieren que Google les pague.  Y de ahí la ley que establece la Tasa Google.

Como habríamos hecho ustedes y yo, Google ha dicho que muy bien, pero que ya no tiene ese servicio. Lo cierra. Que no es que lo cierre, es que no tendrá enlaces a medios españoles. Supongo que las pérdidas, descontado el ahorro por el no-pago de la tasa, será muy pequeño, o en cualquier caso asumible: es una cuestión de principios.

Así que los que creían que se iban a quedar el dinero de Google se van a quedar sin dinero, los de los periódicos se van a quedar sin gran parte del tráfico que recibían (antes, uno consultaba la misma noticia en seis medios, pues era muy cómodo; ahora, siendo necesario el navegar entre páginas, una vez uno encuentre lo que busca dejará de navegar), y los españoles tendremos un poco más incomódo el buscar noticias. Además, perdedores importantes van a ser los pequeños medios digitales y Ricardo Galli (Menéame), que imagino que en breve hará también algo parecido.

¿Ganadores? Como ven, en realidad no hay ninguno. Y reparto de dinero, tampoco.

Parece increíble que nuestros gobernantes, a los que se supone de derechas, hayan instaurado una medida tan de izquierdas. De izquierdas porque penaliza el beneficio obtenido con el esfuerzo personal (los de Google, lo que tienen se lo han trabajado, se lo digo yo; nadie les ha regalado nada) para darle el dinero a los que no se lo han ganado, y porque, convendrán conmigo, es una medida de lo más idiota. Cualquiera diría que lo ha hecho Zapatero.

Yo no soy fan de Google, de hecho no es el buscador que utilizo habitualmente, pero en esto, estoy con ellos.



La Bullonera - Venimos simplemente a trabajar

martes, 9 de diciembre de 2014

Las Olimpiadas según Asimov



Este artículo versa sobre un relato corto de Isaac Asimov; no recuerdo el título, creo que era algo así como "¿Porqué lo llaman Olimpiadas?"; no tengo el original en papel aquí y hace tiempo que lo leí. Si no lo han leído y les apetece, o sí lo han leído pero ¡qué diantres!, pueden leerlo en este enlace: http://forexconmql.cl/geos/pa/profesion.pdf. A partir de aquí, entiendo que no les importa que les destripe el cuento. Que, a propósito, es posible que se titule "Profesión"; no importa.

De entrada, es el típico relato de ciencia ficción de Isaac Asimov: hiperpoblado mundo futuro, sociedad ideal pero con un defecto "congénito". En este caso, la Tierra domina la galaxia. Los mundos exteriores le suministran los recursos, y la Tierra les exporta gente. Gente con conocimientos, en concreto. Resulta que la gente se educa en la Tierra, y luego van a trabajar a los mundos exteriores; a su vez, se celebran unas "olimpiadas" técnicas y los mejores mundos exteriores hacen las mejores ofertas a los mejores técnicos.

Lo curioso es el sistema de educación: primero, los niños viven sin escuela hasta los 8 años. A los ocho años pasan "el día de la lectura"; cual inyección, se les inyecta el conocimiento de leer, y ya está. Luego, ya más crecidos, les llega el "día de la educación"; ese día, les analizan el cerebro, descubren para qué están más predispuestos, y se les asigna un oficio - que deberán aprender. El sistema para aprender algo también es bastante utópico, algo así como ponerse unos auriculares y unas cintas (de cassette), y esas cintas transmiten la información directamente al cerebro, y ya está. El amigo del protagonista, Rollizo Treveylan, va a ser metalúrgico. El protagonista, en cambio, quiere ser pogramador, pero... no lo consigue. Entonces, se revela contra el sistema, se escapa y, en su huida, se esconde entre el público que asiste a una jornada olímpica. Da la casualidad que ese día hay una prueba de metalúrgicos, y compite su amigo Rollizo. La prueba es sencilla: tienen una máquina Beeman modelo FX-2, que tiene una avería. Para superar la prueba, primero deberán reparar la máquina. Y para repararla, primero deberán saber qué le pasa. Y Rollizo fracasa, porque no ha estudiado las máquinas Beeman: no estaban en sus cintas. Él sólo había estudiado hasta las Hesler, parece ser que los ganadores venían de ciudades más ricas donde sí tenían esas cintas.

Nuestro protagonista se da cuenta de que el problema es que su amigo lo que no sabe es aprender, sólo sabe lo que se le graba en el cerebro; ningún conocimiento lo adquiere por sí solo. Se le ocurre entonces que lo que tiene que hacer es contactar con los líderes de los mundos exteriores más ricos y contarles su idea: enseñar a sus habitantes a aprender por sí solos, sin depender de las cintas de conocimientos que se crean en la Tierra. 

Por supuesto, estos líderes le hacen ver la tremenda lentitud de su sistema de aprendizaje. Además, mientras uno aprende la técnica sigue avanzando, con lo que uno nunca se pone al día. Y aunque lo consiguiera, nunca sería tan experto como uno educado con cintas.

Si quiere leer el cuento antes, aún está a tiempo.

Y en ese instante el protagonista lo entiende todo. Cómo funciona el sistema, quiero decir. Ya hay gente que aprende sin cintas, que se forma a sí misma: son los que escriben las cintas. Son los que crean los avances, el Beeman que consigue mejorar la máquina Hesler. Y resulta que la clave de todo ello es que esas personas, esos Beeman y Hesler, tenían que aceptar previamente que ellos iban a aprender y avanzar por sí mismos, que no tenían que conformarse con aprender un oficio con cintas en el cerebro. Y, sí, el protagonista es uno de ellos. Son la élite de la sociedad, lo más valioso de la Tierra, pero es algo secreto porque, en primer lugar, no pueden decirle a alguien "eres capaz de inventar, inventa", y en segundo lugar, no pueden decirle a todos los demas que ellos no son capaces de inventar.

Les desvelo el final porque pienso que no importa: yo me lo sé, y sin embargo releo el relato siempe que puedo. Es como Caperucita Roja, que a los niños les encanta que se lo cuenten una y otra vez. Saber el final no les importa.

La cuestión, en cualquier caso, es el tema de fondo. Es un relato de ciencia ficción, pero a mí no me parece tan alejado de la realidad: estoy pensando, por ejemplo, en los ingenieros que enseñan a calcular estructuras metiendo los datos en un ordenador, en el delineante que usa un avanzado programa de dibujo, en el cocinero que cocina con un robot de cocina, en el médico que pide quince mil prubeas y máquinas que le den el diagnóstico, en los fotógrafos que lo arreglan luego con el Photoshop, en el mecánico que conecta con el ordenador del coche para que le informe de la avería que tiene,... Que sí, que todo esto está muy bien, pero yo pienso que si estas personas no han aprendido antes a hacer las cosas por sí mismos, sin máquinas que se las den hechas, no vamos a ningún lado. Seremos como los mundos exteriores, que tienen a los mejores técnicos y sin embargo dependen de la Tierra para que les haga avanzar. Y como cada vez dependeremos más de lo bien que sepan las máquinas hacer las cosas, cada vez esta historia será más verdadera.

Un último chascarrillo, si es usted ingeniero calculista: ¿quién se sabe la norma, usted o su ordenador? Usted es Rollizo Treveylan. O está en ello.




The Alan Parsons Project -Sirius





martes, 2 de diciembre de 2014

This little light of mine

En mi entrada anterior incluí un enlace a una deliciosa versión de Tracie Thoms del espiritual negro (ustedes me entienden) This little light of mine.

Sí, es una pieza de gospel, pero ha traspasado las fronteras de los estados del Sur: en youtube pueden localizar sin problemas vídeos con versiones de Bruce Springsteen en un concierto, de un coro sudafricano, de uno canadiense,... 

El caso es que hay uno de los vídeos que me gustaría que visitaran; por la interpretación, porque es preciosa, pero también por los intérpretes: ¿son, o no son, genuinos americanos?

Si se fijan, verán que el vídeo se grabó en Utah. Eso explica muchas cosas, ¿verdad?

En cualquier caso, la interpretación me parece una maravilla.

lunes, 1 de diciembre de 2014

La cláusula filioque



Leo en los periódicos que el Papa Francisco I ha estado en Turquía y allí ha concelebrado una misa con el patriarca de "Constantinopla", amén de mantener encuentros y buscar la reunión de las iglesias. Pueden leer sobre el tema, por ejemplo, aquí y aquí.

El tema de la Iglesia Ortodoxa (de las Iglesias Ortodoxas, en realidad) es muy interesante y me gustaría tratarlo en una entrada como es debido; pero tengo este deseo desde al menos el año pasado, y ya ven. Así que al menos voy a aprovechar el viaje del Papa para contarles una historieta al respecto.

Hay varias cosas que separan a los católicos de los ortodoxos. Pero, en realidad, la mayoría de las diferencias son formales, hasta el punto de que usted, si es católico, puede cumplir el precepto dominical asistiendo a una celebración ortodoxa. Las diferencias profundas son dos: la cláusula filoque y la primacía del Papa de Roma. Luego, por supuesto, están las diferencias dogmáticas que vinieron después del Cisma de Oriente, como la inmaculada concepción de María. Digamos, por resumir, que la separación se produjo porque no aceptaban la prevalencia de Roma. Podemos añadir que tampoco fue despreciable el hecho de que la Iglesia Católica hablaba latín, y la Ortodoxa griego. Si ya es difícil explicar los misterios de la fe en el propio idioma de uno, en latín debe serlo mucho más. Pero conseguir expresar exactamente lo mismo en latín y en griego (antiguo) debe ser ya el súmun. Así que si se juntan unos sabios a intentar razonar sobre la Santísima Trinidad - el tema clave en aquel momento, combatiendo el arrianismo-, y unos hablan latín y otros griego, es lógico que - como diríamos ahora- se formen dos grupos de trabajo y luego pongan en común sus conclusiones. Y, claro, pasaba lo que pasaba.

Lo bueno es que la cosa surgió en España. En Toledo, en el año 589.

Los que estudiamos de verdad, antes de la LOGSE, aprendimos que los visigodos eran arrianos hasta Leovigildo. Leovigildo tenía dos hijos, Recaredo y Hermenegildo. Tengo que decir que yo no estudié la lista de los reyes godos, pero sí los principales de ellos; y, desde los nueve años, a los más significados, sobre todo Leovigildo y Recaredo, estos dos en concreto con los años de reinado. La importancia de Recaredo estriba en que, a la muerte de su padre, la tradicional disputa entre hermanos se termina cuando Recaredo abjura del arrianismo y se convierte al catolicismo, con lo que gana el favor de la mayoría de la población, hispanorromana y no visigoda. Y, entre otras cosas, convoca el Concilio de Toledo. En este concilio se trataron muchos temas, pero lo que nos ocupa ahora es que el credo niceo, el resumen de la fe católica, se pronunció en latín con una novedad. Dado que nadie sabe suficiente latín, recito en español el pasaje de la discordia: "Creo en el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo,...". Es una frase que se dice de corrido en las misas, seguramente sin pensar la mayoría, y sin embargo ahí está la esencia de la disputa.

Porque el credo niceno dice: "Creo en el Espíritu Santo, que procede del Padre,...". No procede del Hijo. No me voy a meter ahora en el berenjenal de explicar esto; baste decir que la coletilla de marras en latín es filioque y con este nombre se la conoce desde entonces.

Como es de imaginar, esta frase, al principio, sólo se decía en España. Pero poco a poco, siglo a siglo, fue haciendo fortuna; se llega a recitar en Roma. Los ortodoxos -que, en justicia, habían protestado contra la inclusión de esta cláusula desde el principio- exigieron al Papa que la prohibiera. Claro que en aquel momento había muchas disputas entre todos ellos... y la claúsula se quedó entre nosotros. Ya ven.

¿Es un drama? En realidad no, en el credo niceno no figuraba. Y en diversas ocasiones, tanto Benedicto XVII como Francisco I han rezado el credo omitiendo esta cláusula. La idea esta clara: esta expresión no tiene que ser lo que separe a las dos Iglesias. A fin de cuentas, aquí no hay un cisma auténtico como la fundación de una nueva religión (como Lutero), con declaraciones de herejía y demás; aquí tan sólo ha habido incomprensión y distanciamiento; ambas qcreen que la otra Iglesia es la que se ha alejado (por equivocado). Por ello, es bueno que los Papas de Roma intenten rejuntarnos a todos, lo que no implica la renuncia a tradiciones: de hecho también en la Iglesia Católica quedan "iglesias" de corte y rito muy distinto al habitual que conocemos de "católico, apostólico y romano".

Por esto me ha sorprendido la noticia de Francisco concelebrando con el patriarca de Constantinopla, y he querido contarlo aquí en mi blog.




Tracie Thoms - This little light of mine