Mostrando entradas con la etiqueta política. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta política. Mostrar todas las entradas

viernes, 15 de noviembre de 2024

Lo que se votó en Madison, Illinois

https://www.youtube.com/watch?v=pJgoHgpsb9I 

 

 

Expliqué en esta entrada que en el condado de Madison, Illinois, se votaba también si se autorizaba a los representantes del condado a iniciar conversaciones con los representantes de los otros condados del estado menos con los del condado de Cook acerca de la posiblidad de separarse todos los condados (menos el de Cook) del estado de Illinois, creando un nuevo estado (se baraja "Nuevo llinois") y dejando al estado de Illinois reducido al mero condado de Cook.

El 'sí' ganó de forma abrumadora. Me da la impresión de que la mayoría de los habitantes del condado de Madison están a favor de la separación, y como los habitantes de Madison son típicos representantes de los habitantes de todo Illinois (menos de los del condado de Cook), pues no me extrañaría que la cosa cuajase y en una docena de años haya un estado 51º.

En Illinois ganó Harris (con el 54% de los votos frente al 44,5% de Trump), por lo que globalmente se considera un estado demócrata:


 

Se aprecia con claridad que Illinois está rodeado de estados republicanos. ¿Es una anomalía, el estado de Illinois? Lo que lo de Madison nos dice sobre esa cuestión es que no, Illinois no es (en global) una anomalía: el estado, en general, es republicano. Estos son los resultados en el estado, por condados:


 

El mapa no arroja ciertos detalles que son necesarios para entender la realidad. Por ejemplo, en el condado de azul más al sur, Harris ganó con el 50,9% de los votos. En el que se encuentra Peoria, el 53%. Pero en el condado que está más al oeste (el condado de Hancock), no llegó al 20%. Hubo incluso condados donde Trump superó el 80% (en Edwards, el 85%). Pero en el condado de Cook, en el que se radica la populosa Chicago, Harris arrasó. La verdad es que Harris sólo alcanzó el 60% en dos condados, el de Cook y el de Champaign (ése rectangular al este de Springfield). Pero, claro. El número de votantes de Cook supera en mucho al de los demás condados (a modo de ejemplo, en Cook se registraron 1.030.000 votos, en el de Hancock 6.662 y no es el más pequeño, hay condados que no llegaron a los 2.000 votos), por lo que en realidad bien podría decirse que la anomalía es Chicago y su área metropolitana. ¿Lo de Champaign? Bueno, tal vez tenga algo que ver que allí está la Universidad de Illinois (pública), con sus 60.000 estudiantes y más de 10.000 profesores y administrativos, y que es la mayor empleadora del condado: me temo que tampoco es el condado típico de Illinois.

Algo parecido ocurrió con los representantes al Congreso: todos demócratas (salvo en las circunscripciones en las que no se presentaron).

Por supuesto que en Illinois todo el mundo acepta los resultados y no se convocan plataformas antifascistas para lo que quiera que se convocan por aquí cuando gana la derecha, pero entiendo la sensación de los habitantes de Madison y otros condados de que sus representantes no les representan.

En cualquier caso, me causa admiración la manera civilizada en la que tratan sus asuntos. 

 

 

 

Carrie Underwood - Blown away 

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Diferencias cien años después

https://www.youtube.com/watch?v=eGbHnJCDMyE 

 

 

La primera república cayó en enero de 1874 de hecho, formalmente a finales de diciembre del 74; uno de los golpistas de enero, el general Serrano, gobierna en modo dictador hasta que hay un nuevo levantamiento el 29 de diciembre. Alfonso XII vuelve y empieza su reinado en mayo. En 1876 se promulga una nueva constitución que estará en vigor muchos años. Este periodo del siglo XIX se conoce como La Restauración.

Los líderes políticos del momento son Antonio Cánovas del Castillo, de derechas, y Mateo Sagasta, de izquierdas. El partido del primero se llamaba Unión Liberal, y el del segundo tuvo varios nombres. El sistema político que establecieron era bipartidista y basado en "el turno": los dos partidos se turnaban en el poder. Eso del turno funcionaba, más o menos, así:

- Gobierna el partido A.

- Hay una crisis que el partido A no gestiona bien. Descontento popular.

- El partido A dimite del gobierno y cede los trastos al partido B.

Si la crisis es muy fuerte, se convocaban elecciones. El partido A no presentaba candidatos en ciertas circunscripciones, las elecciones las ganaba el partido B y se aplicaba el turno. Generalmente, gobernaba Cánovas. 

En 1897 Cánovas es asesinado por un anarquista; Sagasta muere en 1903. Desaparecidos los dos grandes políticos, el gran sucesor de Cánovas en la Unión Liberal será Antonio Maura, y en la izquierda varios nombres: sobre todos, Moret (muere en 1912) y Canalejas (asesinado en 1912 por otro anarquista). Otro político importante de derechas fue Eduardo Dato, asesinado en marzo de 1921. Huelga decir que por anarquistas, se ve que esa gente tiene mal perder.

En julio de 1921 sucede el Desastre de Annual. Moret muerto, Dato muerto, Canalejas muerto,... sólo queda Maura, pero éste es ya mayor, está de vuelta de todo y totalmente desengañado de la política: de hecho, está peleado con la Unión Liberal y ha fundado su propio partido. Veinte años antes se habría superado; en ese momento, España carecía de las herramientas necesarias para hacerlo.

Hay que pensar en el Desastre de Annual como una DANA: se veía venir, tenía que ocurrir, pero nadie hacía nada. Y cuando ocurre la catástrofe, la clase política saca a relucir sus cualidades ocultas y gestiona el asunto con una incompetencia indescriptible.

Para entender Annual, hay que entender el Protectorado. Como todo el mundo sabe, las potencias europeas se repartieron África y los países potentes establecieron las colonias. Pero no todo el continente quedó en régimen de colonia: existían "territorios" que podían llamarse países, ya establecidos, solo que esos países eran, a los ojos de los europeos, estados fallidos. Por ejemplo, Marruecos: con un rey (sultán), pero con un derecho de propiedad sujeto al capricho de los gobernantes, con libertades y garantías individuales siendo conceptos desconocidos, con un corpus jurídico lamentable y sobre todo con un poder del soberano en el territorio apenas formal, ya que cada tribu hacía lo que le daba la gana y la palabra del sultán, fuera de su capital, no valía nada. Pues bien, Europa, en su tremenda sabiduría y bondad, decidió que lo que había que hacer era "acompañar" a esos países en su tránsito a un nivel decente. Ese "acompañamiento" era el régimen de protectorado, porque el país europeo "protegía" al país en la transición. No hacía falta explicitar, claro está, que los costes de esta protección iban a cuenta del país protegido, siendo el país protector el que tenía que conseguir el "pago" como estimase (por ejemplo, explotando los recursos mineros que tuviera el país protegido). En el caso de Marruecos, Francia se otorgó la parte del león y dejó a España la costa desde Larache hasta las Chafarinas.

El protectorado empezó en 1912, y digamos que no salió bien. Seguramente hubo muchos que se lucraron, pero para España como país fue un pozo sin fondo económico y un coste de vidas humanas (militares y soldados haciendo la mili) tremendo, inasumible. Hasta el punto de que España se dividió en dos bandos: los que propugnaban que había que seguir en Marruecos (¡no vamos a reconocer que no hemos sabido!), pero haciendo las cosas bien, y los que propugnaban que mejor dejarlo correr y que se apañen los marroquíes con su cuscús. ¿Y los militares? Pues más o menos lo mismo, pero aquí la cosa tiene mucha más importancia. Los militares profesionales se dividieron en dos bandos: africanistas y junteros. Los africanistas , además de estar a favor de cumplir la misión encomendada a España, opinaban que los méritos de guerra debían contar para la carrera militar (Franco, un militar excepcional en el combate, alcanzó así el generalato, siendo el general más joven de Europa desde Napoleón). Los junteros opinaban todo lo contrario: que lo que debía contar para los ascensos era la antigüedad en el escalafón, no los méritos en combate. Los junteros, no hay que decirlo, eran militares que se negaban a ir a África, estaban muy bien en sus cuarteles en Barcelona, Madrid o Bilbao. Eran, sobre todo, oficiales y jefes, no generales. Y tenían mucha fuerza, porque eran los oficiales y jefes de los cuarteles de Madrid, Barcelona, Bilbao,... Eran una especie de sindicato que tenía la fuerza necesaria para imponer sus deseos, por lo que sus amenazas tenían un peso enorme y era un grupo al que la clase política debía tener contenta si querían sobrevivir (físicamente, incluso). Pero si el Gobierno cedía ante los junteros y no premiaba los méritos de guerra, hasta ellos entendían que no habría militares que estuvieran dispuestos a ir a Marruecos.

El protectorado de Marruecos se basó en que los políticos daban órdenes "sociales" a los militares, y éstos las cumplían. La tesis es que había que ir pacificando las tribus, con dinero (español) y prebendas varias a cambio de un compromiso de reconocer al sultán, y poco a poco el trato iría civilizando a esas tribus. Los militares fueron, así, ampliando el territorio en el que podían moverse. Esos territorios eran dos, uno al oeste, con base en Ceuta, y otro al este con base en Melilla; el objetivo era unirlos. Para ello era clave la zona de Alhucemas, donde mandaba Abd-el-Krim. El plan español era controlar las tribus que rodeaban esa zona, pero en julio de 1921 la línea de control estaba demasiado estirada y una emboscada la cortó. No sería un drama en sí, pero resulta que la vanguardia de dicha línea quedó aislada y fue masacrada o hecha prisionera (por cierto, que los prisioneros fueron tratados como si los captores fueran rusos). Más aún, España gestionó tan mal la derrota que las tribus "ganadas" se "perdieron" y cayó todo el territorio protegido desde Melilla. La misma ciudad fue asediada. Ahí el Ejército dijo basta al control político que sufría, y consiguió salvar la ciudad (gran mérito de otro militar célebre: Sanjurjo). Es decir, no es sólo que se hubieran dilapidado millones en Marruecos y que hubieran muerto miles de mozos, es que estuvo a punto de perderse Melilla. Y añadamos a esto que el Ejército consumía gran parte del presupuesto nacional (dicho de otra forma: gran parte de los impuestos era para pagar a los militares, a los que querían estar tocándose el laurel en los cuarteles de la península y a los que se estaban partiendo el careto en África pocos ciudadanos sabían porqué). 

Parecida división había también en el Gobierno, entre pro-africanos y aislacionistas, con el agravante de que eran conscientes de la parte económica y del peso de los emprésitos que España había ido pidiendo para pagar al Ejército. No entraré en que hubiera políticos que, por lo particular, se estuvieran lucrando por comisiones o participaciones de los diversos negocios que ciertas empresas estaban haciendo en Marruecos, dejémoslo en que los había.

Pues bien, en 1921 la clase gobernante no tenía ya la talla de sus antecesores. Se llegó incluso a llamar al viejo Maura, que aguantó siete meses antes de decidir que estaba hasta las narices de todos ellos, pero es que además había ocurrido algo que cambiaba la situación frente al bipartidismo de la Restauración. Ese algo era que habían aparecido nuevos partidos políticos. Algunos, escisiones de los partidos principales. Otros, de nuevo cuño, por ejemplo el PSOE y los partidos nacionalistas. 

Los partidos nacionalistas se dividían en moderados y exaltados. Los exaltados no hace falta describirlos, los moderados eran como los nacionalistas ahora: venden cada voto al mejor postor y todo les estaba bien mientras hubiera beneficio para lo suyo.

Y el PSOE, Besteiro, Giner de los Ríos, Largo, Prieto... éstos eran como el Podemos de sus mejores tiempos. Tal cual.

El caso es que con tantos partidos ninguno de los grandes tenía mayoría por sí solo y necesitaba coaligarse con partidos menores, muchos de ellos escisiones de ellos mismos por paradójico que resulte. 

Los dos años siguientes a Annual fueron una lucha entre políticos, entre militares y entre militares y políticos. Porque los diputados populistas exigieron que se depuraran responsabilidades, y los militares decían que ellos eran unos mandados de los políticos y que si había que depurar responsabilidades había que pedírselas a los políticos, y los políticos que estaban entonces en el gobierno decían que si se pedían responsabilidades no tendrían que ser por la gestión del desastre sino por el protectorado en su conjunto (es decir, remontándose a 1912), y el PSOE insistiendo en que las responsabilidades tenían que llegar hasta el final (es decir, hasta el Rey, que al igual que ahora era el jefe nominal del Ejército) y caiga quien caiga (es decir, que caiga el Rey). Y, por el otro lado, había que rescatar a los prisioneros que tenía Abd-el-Krim. Rescate económico, no misión de rescate como en una película de Hollywood. Baste decir que tal vez no haya suceso más vergonzante en la historia de España (no sólo el qué sino también el cómo se llevó a cabo).

Los políticos iban dimitiendo y les sucedían otros políticos, pero cada vez eran peores. Ya no surgían Cánovas ni Sagastas, ni siquiera Datos o Canalejas. Aun así, tenían una cosa envidiable: dimitían. Si algo que era responsabilidad de ellos salía mal, aunque no tuvieran la culpa directa dimitían. Si se sentían desautorizados (un mal gesto o un mal entedimiento de algún discurso de Alfonso XIII llegaba a bastar), no se agarraban al cargo. Que lo intentara otro, caray. El pobre Alfonso se las veía y deseaba para que políticos aceptaran gobernar.

Excepto uno. Santiago Alba, jefe de uno de los partidos de izquierda. Alba, como su partido era necesario para la formación de la coalición gubernamental, era un ministro poderoso. Se quedó Estado, pero controlaba también otras carteras y además Marruecos. Alba era antimilitar.

En el verano de 1923 la situación general se fue deteriorando cada vez más. Un rumor de un golpe por los militares junteros quedó desarbolado apenas empezó (gracias a un bofetón al general golpista, pero ésa es otra historia), y los africanistas estaban pidiendo a cierto militar no adscrito a ningún bloque que tomara cartas en el asunto. Ese militar era Miguel Primo de Rivera, y ya lo creo que las tomó. Clara y públicamente, al presidente del gobierno, al rey, a los periodistas que le escucharan, a todo el mundo, pidió la dimisión de Alba so pena de que si no dimitía el Ejército no lo aguantaría más y se pronunciaría. El Gobierno entendía las quejas de los militares y los ministros afectados dimitían uno tras otro, menos Alba. Hasta que Primo de Rivera se alzó y se puso en marcha la rebelión. Ésta empezó en Barcelona y Zaragoza, y Alba, que estaba en San Sebastián como ministro de jornada de Alfonso XIII, se aviene a dimitir. Pero ya era tarde, porque en Madrid estaba también girando la legalidad y el gobierno al que pertenecía Alba no tenía ningún poder. De hecho, los políticos - de acuerdo con Primo- sólo esperaban que Alfonso XIII volviera de San Sebastián (fuertes lluvias obligaron a aplazar un par de días el viaje) para presentarle la dimisión de todos ellos, y Primo llegaría en ese momento a Madrid para recibir el encargo del Rey de gobernar momentáneamente hasta que la cosa se aclarase. Primo se tomó su tiempo en aclararla, o más bien no la aclaró como habría deseado el Rey, porque gobernó como dictador todopoderoso más de 6 años (murió al mes de dejarlo).

Tras Primo, las primeras elecciones fueron en 1931. Los políticos que se presentaban ya no tenían la categoría de los de 30 años antes, ni de 10 años antes.Y vino la Segunda República. Con la segunda república los políticos gobernantes fueron aún peores que los de Alfonso XIII, y la situación degeneró. Hasta el punto de estallar la guerra civil. Y Franco quedó convencido de que con los políticos no había que ir ni a heredar.

Tras la muerte de Franco surgieron nuevos políticos en España. Hubo de todo, pero en general podemos decir que fue una buena clase. Que, por cierto, también dimitía. Veinte años después el nivel era peor pero aún le daríamos un aprobado. Luego llegó Zapatero y trajo la incompetencia y la nulidad como mérito fundamental, y en los tiempos actuales tenemos a Pedro Sánchez.

Entre el levantamiento de Martínez Campos y el de Franco pasaron 60 años, durante los cuales la clase política no paró de degenerar. Llevamos casi 50 años de la muerte de Franco, y también atestiguamos esta degeneración. Con todo, prefiero los políticos de 1923 a los de ahora. Aquellos, al menos, tenían dignidad personal.




Karl Jenkins - The armed man: a mass for peace (Benedictus)

 

lunes, 4 de noviembre de 2024

Sobre nuestro impresentable Fiscal General

El pasado 29 de octubre la diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo pronunció un discurso en la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados. No es habitual que recoja testimonios en mi blog, pero éste... Éste, pienso, debe ser recordado, no debe caer en el olvido. Cuando dentro de unos años echemos la vista atrás e intentemos hacernos una idea de qué estaba pasando aquí, cómo fue estar gobernado por el PSOE, textos como el que sigue me parecen mucho mejores que cualquier descripción que podamos hacer.

Señorías,

¿Vale todo para destruir a un rival político? ¿Hasta dónde llegaría cada uno de ustedes para conseguirlo? ¿Violarían la ley? ¿Arrastrarían el prestigio de las instituciones? ¿Y el de sus propios subordinados?

Este es uno de los asuntos —de los graves asuntos— que plantea la iniciativa que tengo el honor de presentar.

En una democracia plena hay límites que nadie puede traspasar. Y menos que nadie quien tiene el mandato constitucional de defender la legalidad, los derechos de los ciudadanos y el interés general.

Señorías, exigimos al Gobierno el cese inmediato del Fiscal General del Estado en base al artículo 31 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal. Sí, el mismo artículo que en su día invocaron los socialistas para reclamar el cese del buen fiscal Maza. No busquen excusas técnicas. Y, sobre todo, no se escuden en la presunción de inocencia. La del señor García Ortiz está intacta.

Como la del señor Ábalos, ¿no? Lo echaron del Partido Socialista sin mediar una imputación. Incluso como la del señor Errejón. El inquisidor incinerado, del que sus señorías de la Izquierda, al parecer, lo sabían todo y del que ahora, en cambio, no quieren saber nada. Ahora resulta que ni era de Sumar ni era de Más Madrid. ¿Entonces de qué partido era? ¿Del PP?

El Fiscal General debe ser cesado porque ha incumplido grave y reiteradamente sus funciones. Ha sido condenado por el Supremo por “desviación y abuso de poder”. Una sentencia demoledora, cuya ejecución ha incumplido. Ha sido declarado no idóneo por el Consejo del Poder Judicial. Ha traicionado a los fiscales del Proceso para defender la amnistía por exigencias del Gobierno. Y —ya el descrédito definitivo— se ha convertido en el primer Fiscal General imputado en la Historia de la democracia.

Ya oigo al señor Bolaños: «Imputado por defender la verdad». 

¿Ah sí? ¿El Tribunal Supremo ha prevaricado? ¿Por unanimidad? ¿Eso opinan ustedes, señorías del PSOE? Atrévanse a decirlo desde esta tribuna. Su deriva antisistema es imparable. 

García Ortiz no perseguía un bulo, no. Perseguía a una adversaria del Gobierno. Por eso está investigado: por revelar secretos de un particular para perjudicar a Isabel Díaz Ayuso.

Señorías, lo confieso: antes de preparar esta intervención no conocía los hechos con detalle. Hoy en España los escándalos se acumulan como basura en un vertedero, dificultando un examen preciso y justo de cada uno de ellos. Pero ese examen es imprescindible. Y su conclusión, espeluznante.

7 de marzo: García Ortiz recibe de una subordinada —hoy también imputada— la denuncia contra un ciudadano hasta entonces anónimo. La recibe, en el correo de la Fiscalía, bajo el sugerente título de: “Relacionado con la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid”. Cinco días después, la denuncia sale publicada, en idénticos términos, en el diario.es 

 13 de marzo: García Ortiz pide a esa misma subordinada que le envíe todos los correos intercambiados por el fiscal del caso con el abogado del novio de la señora Ayuso. Ojo: pide que se los mande a su cuenta privada de gmail. Algo estrictamente prohibido por las instrucciones internas de la Fiscalía. Se imaginan por qué, claro. Es una forma —burda, desde luego— de cubrir rastros. 

 García Ortiz recibe los correos a las 23.44 horas. Siete minutos después —siete—, los publica la Cadena Ser.

14 de marzo: ya a cara descubierta, García Ortiz exige a sus subordinados que difundan a los medios una nota oficial con datos reservados del novio de la señora Ayuso. Sus subordinados se niegan. Pero él insiste. Conmina a la Fiscal Jefe de Madrid por WhatsApp: «Si dejamos pasar el momento nos van a ganar el relato».

El relato, señorías… El Fiscal General del Estado, reducido a community manager del Gobierno. Contra el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal. Contra las circulares internas de la Fiscalía. Y contra la normativa europea, que exige impedir las filtraciones, investigarlas de inmediato y hacer todo lo humana e institucionalmente posible para proteger el honor de la persona perjudicada.

¿Qué honor?, se preguntaría García Ortiz. ¡Si es el novio de Ayuso! Ése no tiene derecho al honor, ni a la presunción de inocencia, ni a la protección de datos, ni a la defensa. A ése podemos llamarlo “delincuente confeso” en prime time. Como hizo Sánchez. Como hace Bolaños.

Señorías, les pido que mediten seriamente sobre tres cuestiones, sin prejuicios ni sectarismos.

Primero: la devastación institucional.

García Ortiz se aferra al cargo con el argumento de que es “lo menos gravoso” para la Fiscalía.

Ya. Lo saben mejor que nadie los propios fiscales, que ha pedido su dimisión y que ayer incluso se personaron contra él como acusación.

No cabe mayor despropósito que un inferior jerárquico interrogando a su jefe en una causa penal. Y, sobre todo, no cabe mayor descrédito para la Fiscalía que estar a las órdenes de un presunto delincuente. 

Segundo: los correos incriminatorios.

García Ortiz tiene la obligación moral, institucional —y penal— de entregar todos los correos que recibió y envió desde su cuenta privada, los días álgidos de las filtraciones, del 5 al 18 de marzo. Es la mínima transparencia exigible a su cargo, ¿no creen? Y esperemos que no los haya borrado, no vaya a ser que el mismo Gobierno que insiste en propagar el bulo de que el PP rompió ordenadores a martillazos —sí, un bulo desmontado hace ya cuatro años por la Audiencia Provincial de Madrid— esté amparando a un Fiscal General que eliminó correos electrónicos para tapar sus delitos.

Ahora bien, sepa el Fiscal General —y sepan ustedes— que Google siempre atiende los requerimientos judiciales y guarda todo, hasta los correos que borran los usuarios. 

Todo se acabará sabiendo. 

Con o sin correos, señorías, García Ortiz puede ser condenado, sí. Y esa condena no sólo mancharía indeleblemente al Gobierno. También a los que hoy, con esta votación, sabiendo lo que saben, no apoyen su destitución.

Y tres: la espiral totalitaria.

Hoy el perjudicado es el novio de una mujer a la que muchos de ustedes detestan. Quizá porque planta cara. Pero ¡cuidado!: mañana pueden serlo sus padres. O sus parejas. O ustedes mismos. Y por cualquier motivo.

Ahí queda el turbio aviso de García Ortiz: «Si yo quisiera hacer daño a un determinado espectro político, tengo información de sobra». 

Ya lo ha hecho. ¿Y ustedes se creen a salvo? En los procesos de destrucción democrática nadie se libra, señorías. Todos acaban pagando. 

Ahora bien: a veces, cuando esa democracia resiste, cuando esa democracia decide defenderse a sí misma, ocurre que el que más acaba pagando es el número 1.

Hoy la número 2 ha sido imputada por otros dos delitos. Y ya van cuatro. 

Sí, el señor Sánchez tiene razón. Hoy ha dicho que «el tiempo pondrá las cosas en su sitio». También a él.


El discurso, por supuesto, no sirvió para nada. La tienen de hormigón, la cara. Y dignidad, simplemente, es que no tienen. 

domingo, 13 de octubre de 2024

Harris ganará a Trump

Como mínimo, en el Distrito de Columbia. D.C., Whasington, la capital, vamos. Allí es seguro que ganará el partido demócrata.

Antiguamente no se votaba en D.C., no elegían representantes para el colegio electoral que elige al presidente (éste es el procedimiento real), porque sólo los estados enviaban representantes. Los territorios, como Guam, no son estados. El Distrito de Columbia tampoco lo era, y no enviaba. Hasta que en 1961 se les autorizó, enviando tantos representantes como el estado que enviara menos (hay que tener en cuenta que la ciudad, Washington, desborda la milla cuadrada que se le asignó en origen, y por lo tanto no hablamos de todos los habitantes de la ciudad). Total, que las primeras elecciones presidenciales en las que participaron fueron las de 1964. Y siempre han ganado los demócratas.

Pero no se trata de que siempre ganen los demócratas, sino de cómo lo hacen. 

El republicano más popular en unas elecciones fue Richard Nixon. En las elecciones de 1972 obtuvo más del 60% de los votos, y ganó en todos los estados menos en Minesota. Como es de esperar, fue el republicano que más votos obtuvo jamás en el Distrito de Columbia: el 21,56% de los votos. Al demócrata McGovern, que cuesta entender cómo consiguió ganar en Minesota, le votaron el 78,1% de los colombinos. Para que se hagan una idea: Walter Mondale, al que barrió Reagan en 1984, obtuvo el 85% de los votos en D.C. El peor demócrata, de largo, fue Jimmy Carter en 1980 (lo apalizó Reagan en el conjunto del país y ganó en 44 estados), y sacó el 74,3%; Reagan, el 13,3%.

En las últimas elecciones, Hillar Clinton obtuvo casi el 91% de los votos, y Joe Biden en las siguientes, más del 92%. Trump obtuvo el 4% de los votos contra Clinton y el 5% contra Biden.

Creo que podemos estar seguros de que este año, en el Distrito de Columbia, ganará Harris, no Trump. 

miércoles, 4 de septiembre de 2024

A los catalanistas les están tomando el pelo

https://www.youtube.com/watch?v=k7_gMwufFVo 

 

 

El relato oficial es que Sánchez, el PSOE, es rehén de los separatistas catalanes, Junts y ERC. Es la tesis que subyace en multitud de artículos y en multitud de conversaciones de bar. Es un hecho conocido y aceptado.

Pero no, es un hecho totalmente falso. Y una falsedad promocionada por Sánchez y aceptada por Junts y ERC. Examinemos la situación como lo haría un ingeniero:

El PSOE tiene el gobierno de España, el de Cataluña, el de la diputación de Barcelona (una administración y un presupuesto gigantesco sin que nadie se entere) y el ayuntamiento de Barcelona. En el ayuntamiento gobiernan en solitario con 10 concejales de 41. En Cataluña también en solitario, con 42 de 135. En Madrid, con 120 de 350. Sí, vale, no aprueban leyes ni presupuestos, pero ambas cosas están sobrevaloradas: lo que les importa es quién detenta el puesto, no qué hace con él.

¿Qué tiene ERC? Es secreto, pero a los pocos días de formalizarse el parlamento catalán se publicó (con poco eco) que la oferta del PSOE a ERC por su apoyo era de 300 cargos en la Generalitat y 100 en el ayuntamiento de Barcelona. En ese momento supe que las negociaciones tendrían un fondo real oculto (subir esas cifras) y un fondo "oficial", el famoso concierto, para contentar a las bases y parecer que, en efecto, son separatistas que luchan por Cataluña. Pero ese precio oficial no se va a pagar, de hecho Illa ya tiene lo que quería (es presidente), los políticos de ERC tienen lo que ellos querían (los cargos), y el mentado concierto... no sobrevivirá a su gestación. En cuanto a Madrid, el apoyo al felón ya lo dio y éste sigue de presidente; lo que han recibido a cambio es en apariencia nada, probablemente en secreto algo hay pero es en niveles personales (ya se me entiende).

¿Y Junts? Estos no tienen nada de nada: ni cargos. Y la amnistía, en la práctica es sólo para cargos menores, multas y cosas así, y afecta a la purria, a la carne de cañón que utilizaban. A ellos, a Puigdemont en concreto, nada de nada. Sigue sin ser amnistiado, y no lo amnistiarán (lo hará el Tribunal Constitucional títere de Sánchez) hasta que el felón lo diga; que probablemente será nunca, porque para qué si ya tiene lo que quería de ellos (su voto en su investidura). Y Puigdemont se escapó el 8 de agosto porque Sánchez lo aprobó, que si no de qué.

Así que ¿quién es rehén de quién? ERC tiene cargos, pero esos cargos los nombra la gente de Sánchez. Junts solo tiene la promesa de ser amnistiado, que es también la amenaza de no ser amnistiado. Ambos partidos dependen, pues, del PSOE, solo que secretamente. No se puede decir. ¿Y el PSOE? Sánchez tiene lo que quería y todo lo demás le resbala, y ni Junts ni ERC tienen con qué conseguir algo más de él. En resumen, Sánchez les ha tomado el pelo. Es sólo que, por vergüenza, los engañados no lo dicen sino que alardean de lo contrario (aquí son las cúpulas de ERC y Junts los que toman el pelo a sus votantes), y eso, al felón, que sabe la realidad, no le molesta.


Por cierto, en esta legislatura Cataluña ha sido un granero de votos para Sánchez, que se llevó 19 de los 48 diputados en juego. Si el resto de España se hubiera comportado igual, el PSOE tendría 139 diputados y habría sido el claro ganador. Eso no significa que las cosas fueran a ser muy diferentes, pues habría que ver qué crecimiento sería a costa de Sumar, pero sirve como señal de que ya querría Sánchez tener en el resto de España el apoyo que tiene en Cataluña.

 

 

 

Bee Gees - Massachusetts

 

sábado, 31 de agosto de 2024

No nos engañemos

 «Si no se puede aplicar en toda España, no es un derecho sino un privilegio».

 

Otra frase que he leído en un artículo en internet, motivada por la situación actual (en concreto, el compromiso del PSOE de que Cataluña tendrá un trato fiscal específico) y que empleo de pie para una reflexión.


Nadie solicita un trato diferencial para sí para salir perjudicado. Quien quiere un trato especial, lo que quiere es un trato mejor. No nos engañemos, digámoslo claro. Y es posible que lo que suponga el trato especial no afecte a los demás (por ejemplo, que en vez de saludar con un "buenos días" como a todos, don Braulio me pida que le salude con un "buenos días tenga usted"), pero si estamos hablando de algo que son habas contadas, un trato especial para uno supone un trato peor para los demás.

Salvo que, claro, Cataluña, Navarra o el País Vasco acepten que tengan menos o peores servicios: que no se les arreglen las carreteras o no se les apaguen los incendios forestales, por ejemplo. O que las pensiones se las paguen con lo que aportan sus propios ciudadanos, o que la electricidad que usen sea sólo la que se genere en sus regiones. Pero eso no ocurre: en eso, quieren un trato como mínimo igual al de los demás.

Cuando nos planteemos si un trato especial es bueno, la pregunta ha de ser: si ese trato fuera para todos, ¿sería bueno? Y si no lo es, entonces no lo es. Salvo que, insisto, ese trato lleve también contrapartidas: por ejemplo, peatonalizar una calle no puede extenderse a todas las calles de la ciudad, pero peatonalizar una calle conlleva para ésta inconvenientes además de ventajas. Vivir en la ciudad tiene ventajas frente al campo, pero también inconvenientes. Y así con todo. Solo que en el caso que nos ocupa, conciertos fiscales o leyes específicas para ciertas regiones, los interesados cogen sólo las ventajas. A la hora de los inconvenientes (por ejemplo, el pago de las pensiones), sí que hemos de apechugar todos.

Que no le engañen. Por lo menos, que digan la verdad a la cara.

martes, 27 de agosto de 2024

La monótona degeneración

https://www.youtube.com/watch?v=BwUhZv4m3T0 

 

 

Tras 6 años de gobierno de Sánchez hemos llegado a un punto en el que nosotros, los ciudadanos, no les generamos ningún respeto, no digo ya temor. Han ido dando pasitos y comprobado que esos pasitos sólo causaban un enarcar las cejas en algunos pero nada más. Y como el pasito ahí quedaba, el siguiente pasito les llevaba aún más lejos. Si se hubiera declarado desde el principio los pasos que iban a dar estoy seguro de que se les habría impedido; pero a pasitos, pues no hay problema.

—Don Juan, Don Juan, la puntita nada más

—¿La puntita, puta plebeya? ¡Te la meteré toda ella, los cojones y algo más!

Sí, los versos populares son soeces, pero reflejan fiel la intención del don Juan que nos gobierna. Y, como ya no nos respetan, gobiernan a calzón quitado. Ya no les importa que se sepa lo de la esposísima, lo del hermanísimo, el torticerismo de las instituciones que controlan o lo que se tercie (no hay semana sin inofensivo escándalo). Pueden declarar abiertamente que les dan igual las leyes y los tribunales, porque tienen un Tribunal Constitucional que dictará que la ley es lo que ellos hagan o quieran. Y los millones van a desaparecer a chorro sin que importe y algunos se van a enriquecer sin que importe y nadie se va a preguntar por la relación entre ambos fenómenos. A fin de cuentas, cada cual roba según si cercanía al poder, que para eso es tal (o al menos así lo conciben). El objetivo de nuestros gobernantes, y mucho me temo que en el caso de estos gobernantes siempre lo ha sido, es la impunidad. Total y pública impunidad.

Y, mientras tanto, la enseñanza se va al garete, los jóvenes casi no pueden independizarse, nuestro nivel adquisitivo disminuye cada años mientras nos crujen con cada vez más impuestos, las pensiones en las que confiamos todos están cada vez más cerca de reconocerse que no se podrán pagar, nos están invadiendo desde Jovenlandia (para eso nos crujen con impuestos: para subvencionarlo) y la demografía nos indica que nos estamos yendo, como país, al garete. ¿Qué más les da? ¿Acaso Maduro se priva de algo aunque sus gobernados no tengan qué comer? ¿Acaso faltan ciudadanos que le apoyen?

Ahora ya nos gobiernan a calzón quitado. Es lo que hay, y es lo que va a haber. ¿Qué pronóstico tengo? De entrada, el líder seguirá hasta las elecciones de 2027 (las convocará, espero, un poco antes para que no sea pleno verano). No aprobará presupuestos, pero le da igual: no quiere presupuestos aprobados para hacer nada en particular, pues lo importante es seguir en el cargo. A finales de década el catacroc del sistema de pensiones será tal que habrá que hacer algo. Como el sátrapa seguirá gastando sin freno, la deuda pública alcanzará niveles escandalosos. Hacia 2030 la Unión Europea intervendrá, diciéndole a Sánchez que largo de ahí y mandándonos a los hombres de gris. A partir de ese punto empezará nuestra recuperación, pero con unas pensiones del 33% de lo que estaríamos cobrando. Y, en cuanto a la sociedad española, casi todos los jóvenes capaces se irán. Les íbamos a dejar España en herencia, pero nos la habremos cargado y lo que les vayamos a ofrecer no la querrán, como pasa con cualquier herencia con más deudas que patrimonio. 

¡Claro que no me gusta! Pero ¿qué puedo hacer? No voy a presentarme a las elecciones, no voy a afiliarme a ningún partido político, no voy a darme de alta en X o donde sea que se den de alta los influencers para expandir mi opinión. No voy a hacer nada, salvo contemplar, como todos mis millones de compatriotas, cómo un tirano de pacotilla lleva a España al abismo.

 

 

Julio Jaramillo - Ódiame 

jueves, 25 de julio de 2024

Una consecuencia inesperada del asunto Joe Biden

Aparentemente no hay relación directa, pero yo estoy seguro de que sí.

El caso es que en Dakota del Norte se ha aprobado, el pasado 11 de junio, una enmienda a la Constitución del Estado, que limita la edad de los senadores y congresistas del estado a 81 años máximo.Como hablamos de Estados Unidos y no de aquí, la cosa se ha definido bien: el candidato ha de no haber cumplido 81 años antes del 31 de diciembre del año precedente al de su final de ejercicio. La enmienda salió adelante con el 60% de los votos favorables; es curioso, pero no se organizó ninguna campaña a favor del "no".

Creo que todos entendemos, en la coyuntura actual, qué motivó a los dakotanos a proponer este asunto.

Ahora hay que ver si el tribunal supremo de los EE.UU. acepta que los estados puedan legislar estas cosas. Si lo permite, me extrañaría que esta iniciativa no se extendiera a los demás. Y si se extiende, difícilmente un candidato a presidente podrá defender que es demasiado viejo para ser congresista o senador pero no para ser presidente del país. 

Como chascarrillo, la enmienda dice además que si un juzgado anula la limitación de la edad en los candidatos, si el candidato cumple el requisito se le prohibirá presentarse, y si un juez anula esa prohibición deberá aparecer, en la papeleta de ese candidato, qué edad tendrá al terminar el mandato explicitando, además, que ésa será su edad al terminar el mandato. 

lunes, 22 de julio de 2024

Lo decisivo en Noviembre en los EE.UU. se vota en Illinois

https://www.youtube.com/watch?v=IZbN_nmxAGk 

 

 

Podría ser un cataclismo político, lo que se vota en las elecciones de noviembre. Pero ese cataclismo no se vota en todos los Estados Unidos, sino sólo en Illinois. Y no en todo Illinois: sólo en el condado de Madison.

Sí, porque no sólo se votan presidentes, senadores, congresistas, jefes de distrito escolar, fiscales, comisarios metropilotanos de reclamación de aguas del distrito y mil puestos más, sino también propuestas locales, comarcales y estatales.

Y en el condado de Madison se vota la siguiente propuesta:

"¿Debe la junta del condado de Madison discutir con las juntas de los demás condados de Illinois excepto con la del condado de Cook la posibilidad de separarse del condado de Cook para formar un nuevo estado y buscar la admisión como tal en la Unión, sujeto a la aprobación popular?"

Para entender lo que está en juego: más del 40% de la población de Illinois vive en el condado de Cook, porque el condado de Cook es, básicamente, la ciudad de Chicago. Lo que se está votando es, pues, la posibilidad de expulsar a Chicago del Estado de Illinois y que sea su propio estado. Que, admitido en la Unión, sería el Estado 51.

Lo curioso es que no sería del todo así: no se expulsa a Chicago y que Chicago forme su propio estado, sino al revés: que los demás condados se separen, todos a la vez, de Illinois dejando Illinois reducido al condado de Cook. Y se formaría el Estado de, probablemente, Nuevo Illinois.


Vale, he sido un poco melodramático: no es un cataclismo. En realidad, es sólo una votación en un condado para iniciar un proceso de discusión que al final podría terminar en un referendum. Si se produjera la división sí podría tener enormes repercusiones políticas, pero aún estamos muy lejos de ese momento. Muchos políticos, desde luego, opinan que el objetivo final de la iniciativa es inverosímil y además casi imposible o imposible del todo. Ya veremos.

Y es que el condado de Madison (no solo ellos) claman que sus principios e intereses están muy alejados de los de Chicago. Chicago nos roba, que diríamos aquí. O el centralismo de Chicago, etc., etc. El argumento que utilizan los que están a favor del sí es que los propios representantes del estado de Illinois son, en la práctica, representantes de Chicago y de Cook; el resto del estado carece de representación. Nadie habla por "el otro Illinois".

Eso sí, las cosas se están haciendo de manera civilizada. Primero se votó, el año pasado, en el condado de Jersey. Se ha votado en algunas ciudades del condado de Madison, se consiguieron las firmas en Madison para que se vote este noviembre, luego se tendría que votar en los demás condados, luego habría que ver si la legislación estatal autoriza la secesión,... Además, lo que se vota es si se autoriza a los representantes del condado a hablar sobre este tema con representantes de los demás condados (salvo el de Cook). No se está votando la separación ni nada parecido.

Pero, empezando por la formulación del texto de la pregunta, hemos de reconocer que así sí se pueden intentar hacer las cosas.



Brad Paisley - Whiskey lullaby

sábado, 13 de julio de 2024

Votamientos

https://www.youtube.com/watch?v=ET9tisfEqI0 

(sí, sé que la palabra no existe. ¿Y qué?)


¡Paliza del Partido Laborista en las elecciones del Reino Unido! Han obtenido 412 de los 650 asientos; en España habrían equivalido a 222 de nuestros 350 escaños.

¡Paliza al partido de Le Pen en Francia! Se creía que iban a arrasar, y han sacado sólo 143 de 577 puestos. En España habrían equivalido a 86 míseros diputados.

En España, el Partido Popular obtuvo, en 2023, 137 diputados. Fue el partido que más diputados obtuvo (el PSOE sacó 121) pero ni gobierna ni su opinión cuenta ni nada de nada, como todos sabemos.

Y, sin embargo, los laboristas recibieron el 33,7% de los votos; los de Le Pen, el 37% (el 2º partido, el 25,8%), y el Partido Popular, el 33%.

La explicación es simple. 

En el Reino Unido, el sistema electoral es de circunscripciones unipersonales: el que recibe más votos se lleva el escaño. En dos distritos gano por 1 voto, tengo 2 escaños; en el 3º tú me ganas por 60.000 votos, tienes 1 escaño y yo, mayoría absoluta.

En Francia el sistema es como el británico, pero con doble vuelta si ningún candidato saca de entrada mayoría absoluta; en esa segunda vuelta entran los candidatos que hubieran obtenido al menos el 12,5% de los votos. ¿Y qué pasó? Que, convencidos muchos de que cualquier cosa era preferible antes que votar a Le Pen, muchos votaron a un candidato que no querían pero que tendría más votos que el que ellos sí querían.

En España las votaciones son provinciales, con Madrid y Barcelona dando 69 diputados en común, y reparto más o menos proporcional. Con todo, el PP sacó más diputados de los que le corresponderían de manera directa (el 33% de 350 es 115). Por cierto que el PSOE obtuvo el 31,7% de los votos y sacó 16 diputados menos; todavía sobrerrepresentado, pero menos que el PP.

Cada cual cuenta la feria según le ha ido, por eso no se puede decir que un sistema electoral sea mejor que otro. Ahora bien...

El sistema electoral no debería tener ninguna importancia, cualquiera debería ser igualmente válido, si...

Si el que gobernara entendiera que no puede ni debe despreciar al que representa a un tercio de la población. Menos aún si él mismo representa también a un porcentaje similar (o incluso mucho menor, como en Francia). No estoy diciendo que los gobiernos deban ser multipartidistas, sólo que no se ha de aplicar el famoso rodillo parlamentario que tanto denuestan los partidos cuando lo sufren y niegan que ocurra cuando lo aplican. Negocia las leyes. Tal vez los otros tengan algunas propuestas al respecto: acepta algunas. Escucha sus opiniones, no te cierres en banda. En temas de Estado y en temas que van más allá de los ciclos políticos, reúnete con la oposición. Tenles informado de lo que pretendes, y en esos temas ten aún más en cuenta su opinión y sus sugerencias. Busca el consenso, sobre todo en los nombramientos de personas. Ten un respeto máximo por las formas y las instituciones, apóyalas siempre y fomenta su neutralidad. Piensa que también gobiernas para ellos, no gobiernes contra ellos.

Es lo que debe hacer un buen demócrata.



Johann Strauß, hijo - Bajo truenos y relámpagos (polka rápida, op. 324)