martes, 22 de enero de 2013

¿Quién manda aquí?

1.- La situación inicial

Tengo un cliente, del cual soy su calculista de cabecera. Más o menos, actúo como consejero para temas estructurares; como consultor de estructuras, que se ha de decir.

En un momento dado, el cliente tenía que meter una máquina en una de sus naves, y me consultó si harían falta cimientos. Hice mis números, y no hacían falta. Ocurría también que la máquina no le cabía por dentro de la nave (ya la tenía con muchas máquinas e instalaciones), por lo que había pensado meterla poco menos que a la brava desde la calle, a través de otra nave que podía vaciar fácilmente. Para ello había un pilar que le molestaba un poquito y me consultó qué me parecería "afeitarlo". Mirando allí el pilar, no pude menos que notar que el pilar era el menor de sus problemas: entre el pilar y el sitio donde iba a ir la máquina había una pared de paneles verticales de hormigón. ¡Ah, pero eso no era problema para él! Ya lo había hablado con uno de sus constructores habituales, y lo tenían todo resuelto. Iban a abrir un hueco, de siete metros de ancho por cinco y medio de alto, e iban a poner un par de perfiles metálicos para sujetar los paneles de hormigón. ¡Je!, le dije, eso no es tan fácil, si no te importa te haré unos números, y por supuesto que mi cliente contaba con que yo aprobara la solución de su constructor. No la aprobé. Tuvimos todo tipo de discusiones, porque el constructor ya había presupuestado basándose en su solución, y luego, cuando me dio la razón, resulta que incluso había comprado y mecanizado el material. Tuve que hacer un mix, pero en fin.

Con todo, la cosa no terminó ahí. La máquina tampoco cabía por la puerta de la nave que sí daba a la calle. Había que quitar el portón existente y poner un portón algo mayor. Pero aquello corría menos prisa, así que quedé con el constructor que primero haríamos lo primero y luego ya miraríamos lo de ese portón.

Mi historia comienza cuando recibí un correo del constructor, que se ponía ya con la puerta de marras.

2.- La propuesta del constructor
Buenas tardes,

Te envío adjunto croquis de apeo puerta exterior [aquí va la identificación de la obra].

UPN 300 por la parte interior anclada en placas de 50*50 y estas a los pilares, tal y como hicimos en el apeo anterior.
Por la parte de fuera colocaremos una pletina de 300 de un espesor de 1cm y pasadores cada 50cm.

Cualquier cosa la comentamos.


Salutacions,

3.- Lo que le respondí
T:
La solución que proponéis no me termina de convencer.
Mi consejo es el siguiente:
Primero, una estructura transitoria: 2 UPN240 de 5,40 m, una a cada lado, con pasadores M24. Como mínimo, dos pasadores por panel. Estas 2 UPN se soportan en sus extremos con los correspondientes puntales.
A continuación, se abre el hueco… 200 mm más alto de lo necesario.
Se colocan en los bordes verticales dos pletinas #200x8 en toda la altura del hueco, que atornillaremos a los extremos macizos de los paneles que no se cortan.
Se encaja por debajo del límite superior del hueco, embebido en ese ancho, un perfil HEB200 que se suelda por el alma a las pletinas antes mencionadas.
Se retira la estructura transitoria, y voila!
Por supuesto, esta solución hay que desarrollarla con los detalles correspondientes mediante planos.
Un saludo,

4.- Sin noticias de Gurb

Dos semanas después, me llama mi cliente. Que ya han abierto el hueco (la semana anterior), pero que no le ha gustado cómo ha quedado. Me pide que por favor vaya a verlo y le dé mi opinión.

5.- Lo que hicieron
(pinche en las fotos para verlas más grandes)

5.1.- Por la cara exterior, el lado derecho


5.2.- El lado derecho, más de cerca


5.3.- Por la cara exterior, el lado izquierdo


Espectacular. Yo no sé qué admirar más: si que el constructor considere que la chapuza de los maderos es una buena solución o que crea que el perfil metálico, a fin de cuentas, no hace falta apoyarlo en nada (fíjense cómo en ningun lado coloca un perno en alguno de los paneles que no corta).

6.- Las moralejas

Primero: Cualquiera cree que sabe lo suficiente. Total, hablamos de estructuras, ¿no? 

Segundo: ¿En qué diantres pensaba el constructor? Me he topado con muchos que han hecho lo que les daba la gana... y ni uno solo que me explicara porqué no hizo lo que yo decía. Si no fuera porque aquellas veces que he entregado los proyectos casi sin detallar (total, para el caso que le hacen a los detalles) luego me han exigido explicar hasta el último tornillo...

Tercero: el paleta (ya no cabe llamarlo constructor) decidió que, como en el 54 le funcionó en una obra que hizo en Tegucigalpa, aquí también. Demuéstrale que, aunque la pared no se caiga (ahí está, ¿no? - me dirá-), demuéstrale que no tiene el nivel de seguridad que tú quieres. Porque ahí eres tú el refinado, él tenía que abrir el hueco y punto. Explícales, a todos, los conceptos de seguridad. Que se han jugado la vida por 400 euros. Explícales.... ¡bah, olvídalo!

Ahora, que empiezo a dudar si no somos la locomotora de Europa, como dice nuestro Amado Líder, porque España nos roba, o si quizás nuestras preclaras mentes influyen también en algo.

miércoles, 16 de enero de 2013

Camino de Ipás

Yo debía haber salido el segundo, pero en mi lote faltaba la escayola, así que me retrasaron y pasaron a todos los demás por delante. Instrucciones, consejos,... la preparación de cada uno requería un cierto tiempo, con lo que cuando pude partir ya se ponía en Sol. Y encima, mi destino era Ipás, nada menos. No Badaguás, que estaba más cerca,ni Yosa, Cenarbe o Bescós; ni Villanovillos, que estaba realmente cerca (aunque claro, no tan cerca como el cementerio de Acín, sitio al que, por otra parte, nadie quería ir). No, yo tenía que ir a Ipás. Como me dijo el jefe, "tu camino en Pioneros debe ser el más exigente". Y allí que me fui.

Se suponía que debía haber llegado de día, pero no que saldría justo antes del ocaso, con lo que la noche me llegó en plena ascensión (Ipás estaba en el valle de atrás). ¿Qué iba a hacer? Busqué un sitio apropiado, me hice un vivaq, pergeñé algo de cena y a dormir. Me levantaría temprano, y listos. Yo tenía catorce años, y veinticuatro horas de soledad por delante antes de regresar al campamento. Un listado de actividades (¡y reflexiones!) que hacer, un básico de comida de supervivencia (el mito del huevo, la lata de sardinas, el tomate y la cerilla era una exageración, pero no iba muy allá),... y poco más. El resto es cosa mía. 24 horas en la montaña no es el rito de Orzowei, pero para un chico de ciudad de catorce años ya está bien.

Ahora sería ilegal. Y no sólo que yo me fuera, sino, me temo, todo lo que hice. Me había ido de campamento sin la autorización expresa de mis padres consintiendo la actividad del raid. Mi jefe tenía 18 ó 19 años recién cumplidos, y de hecho lo era en calidad de sustituto, que con 19 había abandonado el campamento para incorporarse a la mili. No era (ninguno de los dos, en realidad) un monitor titulado, y a los chicos se nos dejaba sueltos (¿he de puntualizar que no existían los móviles?) con increíble facilidad: de hecho, las 24 horas anteriores al raid personal había estado otras 24 horas de raid de patrulla, casi igual pero la patrulla (seis chicos de los cuales yo sería el mayor) juntos.

Y lo más llamativo: ningún padre se quejó. Un raid personal de 24 horas es duro, pero todos entendían que era parte de nuestra formación. Creo que en aquella época, y perdónenme la expresión, "no nos la cogíamos con papel de fumar".

Hoy, a los padres les habrían quitado la tutela del chaval y al jefe lo habrían enchironado. Y la multa al chico por hacer acampada libre la habrían pagado sus padres, ya ex-tutores. Y nos parece fenomenal, nos parece que es así como deben ser las cosas. Cuando se es menor de 18 años, a lo único que se tiene derecho es a abortar sin que lo sepan tus padres; para todo lo demás, tienes el mismo tratamiento que los niños de guardería.

Desconozco qué mente preclara prohibió que un chaval de 14 ó 15 años no estuviera vigilado las 24 horas; seguro que fue alguien que nunca pudo vivir su raid personal: prohibió lo que no conoció. Hoy mis hijos no podrán tener la experiencia, la oportunidad de crecer que yo tuve, y si han leído alguna entrada anterior de mi blog sobre la educación, sabrán lo que pienso. Pero cuando, cualquier día, se lamenten de que los jóvenes de ahora blablablá, y que nosotros a su edad blablablá,... piensen que la educación no es sólo saber tocar la flauta o tener más o menos horas de inglés.

Y, aun con todo, ustedes consideran que lo de ahora es lo progresista, lo correcto, y lo que yo tuve es fascista. Y jamás se les ocurrirá permitir que un chaval de 14 años haga algo por sí solo. Absolutamente solo.

martes, 15 de enero de 2013

El problema de K.

El otro día me telefoneó K. Tenía un problemilla, y quería que le pudiera dedicar unos minutitos para hablar con él y ayudarle en sus esquemas mentales. Todo informal, por supuesto, una conversación, sin más, para aclararle algunas ideas. No me dijo de qué se trataba, pero K. es un ingeniero director de proyectos al que hace muchos años que conozco, así que gustosamente quedé con él al día siguiente, a las nueve de la mañana. Se ve que le corría prisa.

K., ya lo he dicho, es un ingeniero de proyectos. En este caso llevaba entre manos un proyecto muy importante, de muchos miles de metros cuadrados: uno de esos de quién lo pillara. Él, por supuesto, no hace el proyecto íntegramente: tiene un equipo de especialistas, que siguen sus directrices. Él lo que proyecta son las líneas generales, no entra en si hay que poner tornillos de 12 mm o de 16 o si el cable eléctrico ha de ser de 4 milímetros cuadrados o 6. Para eso está su equipo.

Pues bien, resulta que habían cometido un error. Él quería una cosa, resuelta de una determinada manera, y así se lo había vendido a su cliente, y por lo visto su equipo lo había resuelto de otra. Y por resuelto digo dibujado en planos, medido, presupuestado y adjudicado a la constructora, la cual se disponía a hacerlo. Y ahí es cuando K. se había dado cuenta del error.

Ahora K. estaba preocupado, porque por supuesto podía decir (y pensaba hacerlo) que cambiaran la solución a como a él le gustaba, pero... son muchos miles de metros cuadrados. El cambio, sin duda, iba a subir muchos, muchos miles de euros. Y ahí venía el objeto de su consulta: ¿cómo le vendía al cliente el cambio?

Llegados a este punto, yo aún estaba un poco confuso. K. tenía un equipo de ingenieros de estructuras que eran los que habían desarrollado las estructuras del proyecto. ¿Por qué me preguntaba a mí? ¿Por qué no acude a ellos? Lo cierto es que ya lo había hecho, pero...

K., y esto no lo he dicho todavía, es un hombre tremendamente discreto, cuenta lo mínimo. No me dijo quién era su calculista, ni qué le había dicho. Tampoco me dijo quién era su cliente, ni la constructora, ni nada en realidad que no fuera lo que yo debía estrictamente conocer para asesorarle. Pero usó una palabra: talibán. Cuando acudió a sus expertos, éstos se comportaron como talibanes y le dieron respuestas de talibanes. Flexibles como una piedra y comprensivos como una vaca. K. se estaba desesperando.

La verdad sea dicha, el problema que me planteaba K. no era un tema sobre el que yo fuera un experto. Ni siquiera era un tema de estructuras, qué diantre, sólo intervenía hormigón. No era sino sólo uno más de los cientos de aspectos que se han de tener en cuenta al desarrollar un proyecto de esa envergadura. Pero yo no tenía que salvar mi culo, y nada me impedía estudiarlo sin implicaciones, con sentido común y nada más. Charlamos, le expliqué cómo veía el asunto y qué enfoque le aconsejaba que le diera, y creo que lo hice bien. Lo entendió, estuvo de acuerdo y la solución que le sugería le pareció muy buena, y sobre todo viable: el cliente entendería la necesidad del cambio (que además es una mejora), la constructora noquedaba dañada, no se le cargaban las culpas y aumentaría la facturación, y él como ingeniero (y su equipo, por supuesto) no parecían como los que se hubieran equivocado sino como personas prudentes que en este caso estaban obrando con sabiduría.

Ya más relajado, K. me pidió que le preparara (y le facturara) un pequeño estudio que le ayudara en los aspectos técnicos del problema que estábamos discutiendo, pero ni siquiera era necesaria tanta sofisticación: mientras le acompañaba al ascensor, le expliqué lo que debía tener en cuenta, y ya está.

Eso sí, tengo que facturarle la media hora que estuvimos hablando: primero, porque quiero que me recuerde dentro de unos días, cuando la vea, y recuerde que le ayudé en algo que podía subir a muchos miles, y segundo porque albergo la esperanza de que la proxima vez que tenga un proyecto como ése me llame a mí en vez de a sus talibanes.

Mientras meditaba si de esta pequeña historia podría hacer un artículo para este blog, me pregunté cómo es que yo le había servido de ayuda y sus "talibanes", hombres sin duda con mucha experiencia, no. Porque realmente yo ni siquiera era experto en ello, ya lo he dicho antes.

Bueno, lo primero que se me ocurre es que yo tenía disposición y ellos no. Yo estaba dispuesto a ayudarle, yo quería resolver el problema aunque no fuera mío. A menudo nos encontramos con personas que sólo cuidan de lo suyo: si el problema no es de ellos, amigo, apáñatelas. Y esto es lo que yo quería que valorara K. en el futuro.

Otra idea es que además, hay que saber. Quiero decir, hay que tener ideas claras. En el problema de K. aparecía hormigón, y  K. sabía que yo sé de hormigón. Este conocimiento fue importante para razonarle las sencillas medidas que debía adoptar. Y práctica resolviendo problemas extraños y cierta experiencia en muchos campos; horas de vuelo, en suma. Obviamente, un recién licenciado o un ingeniero con miles de horas de sólo operador de programas de cálculo, pues probablemente no hubieran sabido dar con una solución. 

Tenemos entonces que yo aportaba ganas de ayudar, conocimientos de base y sentido común. Pero también algo más. En unos minutos entendí su problema, lo fui desenredando y al final se me ocurrió una manera sencilla de salir del apuro, algo que su grupo de tablibanes no había sabido hacer, a pesar del completo conocimiento del proyecto que tendrían. ¿Cómo es que lo ví tan claro?

Yo creo que fue mi natural espíritu rebelde, que me lleva a contemplar las otras posibilidades "fuera de las normas".

No sé. Pienso que es bueno que un consultor de estructuras, además de voluntad de ayudar, conocimientos técnicos y experiencia, debe ser también un poco insumiso. No ha de ser un talibán que interpreter las normas al pie de la letra y que lo que no figure expresamente en una norma esté fuera de la ley; al contrario, hay que pensar que las normas son ayudas, pero que son imperfectas y que no lo abarcan todo. Y para todo lo que se queda fuera, aplíquese el sentido común. Y adelante. Seguro que los exploradores y los descubridores hacían cosas diferentes a los de los demás. Tambíen por eso creo que es bueno que los ingenieros se atrevan a saltarse las normas y a probar cosas nuevas. Quién sabe, quizás funcionen.





jueves, 10 de enero de 2013

Los nuevos Seattle Supersonics


Se ha anunciado que los actuales propietarios del equipo NBA Sacramento Kings han vendido el equipo a un grupo inversor de Seattle (por 500 millones de dólares). Hasta 2008, en Seattle jugaban los Seattle Supersonics, y los nuevos propietarios cambiarán el nombre al equipo (además de trasladarlo de Sacramento a Seattle), de Kings a Supersonics. Y también cambiarán el uniforme actual de los Kings al antiguo de los Sonics. No me extrañaría que ese grupo inversor fuera adolescente en los años 78 y 79, cuando los Sonics dominaban la NBA y ganaron el título.

Bien. Hasta aquí, lo que dirán los medios de comunicación españoles, y dirán correctamente.

Otro dato interesante que se publicará es que el nuevo equipo tendrá como historia la de los Kings. Equipo, por cierto, que se fundó hacia 1920 -ignoro la fecha exacta- y que está en la NBA desde el principio, 1946.

El lío va a venir con la historia de los Sonics. Por supuesto, cuando digo lío me refiero a una confusión generalizada en los medios españoles y sobre todo en los comentarios que los internautas hagan a esas noticias, que ya sabemos que los internautas que comentan suelen tener una campana por cabeza. Y es que lo primero que se va a decir es que la historia de los Sonics la tienen los Thunder, y que en adelante la historia de los Sonics la tendrán los Thunder y los Sonics la de los Kings.

Y no es así. Al menos, no es tan sencillo. La tienen, pero no es de ellos.

Hasta 2008 los Supersonics jugaban en Seattle. Ese año el equipo fue vendido a un ricachón llamado Clay Bennet, que lo trasladó a Oklahoma City: son los actuales Oklahoma City Thunders, en el que por cierto juega el español (mientras le vaya bien, le llamaremos así) Serge Ibaka, del Congo. Pero no se vendió todo. Se vendió el equipo, los contratos, el puesto de equipo de NBA, etc. Incluso se incluyó la máquina de inflar balones, 200 CDs, una máquina de efectos de sonido, 150 asientos de pista y 24 sillas de oficinas, la tele del cuarto de los entrenadores, etc. ¿Qué no incluía la venta? Por ejemplo, el nombre. El nuevo equipo no podría llamarse Supersonics, y si algún día un equipo NBA se establecía en Seattle, podría usar ese nombre.

Tampoco se incluían las banderas (cada título que se gana se plasma en una banderola que se cuelga del techo del pabellón, para orgullo de sus seguidores) ni las camisetas de los números retirados (que también se cuelgan del techo, muy americano todo). Ni los trofeos en sí. Este material quedó almacenado en el mueso de Historia de Seattle, aunque se le daba el derecho a los Thunder a pedirlo prestado de vez en cuando para exhibirlos y hacer copias.

Otro dato: Bennet se quedaba con el logo y el nombre de Sonics, pero no podía usarlos y además quedaba obligado a retornarlos si había nuevo equipo en Seattle y los pedían. Y con la historia y los récords ocurría algo parecido: pasaban a formar parte de los logros del nuevo equipo, los Thunder, pero tenían que traspasarlos si el nuevo equipo de Seattle los reclamaba (información extraída de http://sports.espn.go.com/nba/news/story?id=3545175)

Más aún: por aquellas fechas "tocaba" retirarle la camiseta a Gary Payton, y los Thunder lo intentaron. Pero Payton les dijo que no, que no quería que se la retiraran en Oklahoma City. Quería que, cuando hubiera un nuevo equipo en Seattle, se la retirara ese equipo.

Total, que tenemos a unos dueños nostálgicos del pasado y el derecho a reclamarlo. Digo yo que lo reclamarán, con lo que los nuevos Sonics tendrán la historia de los Supersonics… y la de los Kings, pues - imagino- estará incluida con la venta de ahora. Cosas de allí.

Y así están las cosas. Creo que nos vamos a reír con la cantidad de sandeces que se van a escribir a partir de ahora sobre este tema, y todo por no haber leído mi blog.

jueves, 3 de enero de 2013

¿La liberalización matará a los arquitectos?


El Ministerio de Economía ha preparado un anteproyecto de ley de servicios profesionales que, entre otras cosas, viene a decir que los ingenieros con competencias en Edificación podrán también proyectar y dirigir obras de edificios residenciales, culturales, docentes o religiosos, algo que hasta ahora sólo podían hacer los arquitectos. Y, ya puestos, si hasta ahora las obras de los arquitectos necesitaban que las dirigieran un arquitecto técnico y las de los ingenieros y los ingenieros técnicos no, pues tampoco los edificios residenciales que proyecten los ingenieros necesitarán un arquitecto técnico que dirija su ejecución; también pierden éstos la exclusividad que tenían.



Yo no sé bien qué es eso de "competencias en edificación"; yo soy Ingeniero Industrial, y aunque estudié la rama Mecánica, creo que competencialmente puedo ejercer de las demás ramas de la Ingeniería Industrial (eléctrica, química, textil, y las que sean).  En la edificación somos competentes cuando es de carácter industrial o pseudo-industrial (un silo de misiles nucleares intercontinentales, por ejemplo),  cuando lo de edificación es más bien  discutibles (un silo de cemento  o una torre de alta tensión es complicado  catalogarlo como "edificio"), y, en fin, en multitud de elementos de los edificios, por lo que imagino que sí seremos competentes.  Y digo yo que también lo serán los de Caminos, los de  Montes, los de Minas, los Aeronáuticos (que pueden hacer edificios para pruebas, hangares,...), los Navales (proyectan todo lo que haya en un astillero o en una plataforma flotante, entre otras lindezas), etc. Esto en el caso de los Ingenieros Superiores; en el caso de los Técnicos yo creo que se tira por elevación y también entran todos o casi todos; el texto del Ministerio (la presentación que comento está disponible en muchos sitios, por ejemplo aquí) habla de  "ingenieros" a secas, en el misma frase que "arquitectos" (página 12), así que puede que se refiera sólo a Ingenieros Superiores, pero no tendría sentido. Aunque en la página siguiente, cuando habla de los arquitectos técnicos también los contrapone a los ingenieros Y a los ingenieros técnicos. No sé, no sé. Por otro lado, como a partir de ahora hay "grados", "másters" y cosas así, pues que yo no me manejo mucho con lo que es cada uno y cómo se debe titular.


Llamativo para los internautas ha sido también que diga que cualquier persona puede ser propietario y/o titular de una farmacia. La gente de internet, que salta a la mínima y que no suele reparar que la frase siguiente dice que, a pesar de ello, la dirección de la farmacia sí sigue siendo competencia exclusiva de farmaceúticos.

El mandamás de los arquitectos da la impresión de ser internauta, porque le ha faltado tiempo para dirigir un comunicado a todos los arquitectos en los que les dice que "… la información disponible en este Consejo Superior desvela la pretensión del legislador de extender la reserva de actividad de la arquitectura a todas las ingenierías, lo que sin duda supondría la más grave agresión a nuestra profesión sufrida hasta la fecha y que conllevaría su práctica desaparición, así como la destrucción de la arquitectura en nuestro país…" y, por supuesto, informa de que ha puesto en marcha todas las medidas de presión que se le han ocurrido, manifestación de estudiantes incluida.

Vamos a ver. Si yo soy muchimillonario y decido invertir en una farmacia y contratar a un farmacéutico para que la gestione y me rinda cuentas y beneficios, ¿cuál es el problema? ¿Acaso el propietario de una industria farmacéutica ha de ser farmacéutico?

Existe el argumento de que un ingeniero no está preparado para sustituir a un arquitecto, no tiene sus conocimientos ni su pericia, por no hablar de su gusto estético. Se colige, por tanto, que un ingeniero no debe sustituir a un arquitecto. Este argumento es ridículo: yo, ingeniero, desde luego que no sé hacer el trabajo específico de un arquitecto, pero eso no es lo mismo que decir que ningún ingeniero sabe hacer el trabajo de un arquitecto. En realidad, el ingeniero sabio (el ingeniero necio no es ninguna amenaza para los arquitectos como colectivo), si algo sabe es que "zapatero, a tus zapatos". No se va a meter a arquitecto. Sin embargo, ¿porqué no una firma de ingeniería y arquitectura? ¿Porqué no va a poder una firma con cincuenta ingenieros y treinta arquitectos en plantilla (en el mundo hay despachos con 10.000 personas y más) diseñar, por ejemplo, un hotel? Hasta el último arquitecto reconocerá que claro que puede. ¿Entonces? Bueno, lo que piden es que el proyecto lo firme un arquitecto. Pero es que ese proyecto lo han hecho entre muchos, con aportaciones seguramente de ingenieros, ingenieros técnicos, arquitectos, arquitectos técnicos, delineantes proyectistas y quizá más gente aún. Si la estrategia de la empresa es que los proyectos lo firma un único responsable de todos los proyectos, el Director Técnico o el propietario ¡o quien sea!, ¿qué importa el título de la persona que se responsabiliza en nombre del despacho completo? Imaginemos que el Director Técnico tiene ambas titulaciones y que no ha intervenido en ese proyecto en concreto (es una firma con muchos técnicos y muchos proyectos). ¿Puede firmarlo añadiendo que es Arquitecto y no puede si dice que es Ingeniero? Esto es lo que me subleva. El título por el título.

Porque, no nos engañemos, en la práctica esto solo afecta a los despachos multidisciplinares, en los cuales haya probablemente arquitectos que hagan el trabajo de verdad, y la ley de lo que versa es de la persona que lo firma, que es quien figura como primer responsable. Que en una empresa son la Dirección y los Propietarios, tengan el título que tengan. Es raro que un ingeniero que no sepa se ponga a ejercer de arquitecto.
Otra cosa es que el ingeniero se autoproyecte; por ejemplo, su propio chalet o un pabellón de invitados en los jardines de su villa. Ahí yo sólo puedo decir: Allá él.
De hecho, recuerdo que en mi primera juventud pasé unos veranos en unos terrenos que se estaban urbanizando - hoy creo que es zona de altísimo standing-. A un lado de la calle estaban nuestros bungalows, y al otro tierra salvaje y luego la playa. Y en la zona de tierra salvaje, una parcelita. Donde (me contaron que era) un obrero de la construcción se iba levantando, en sus fines de semana, un chalet. De dos plantas, y con torre redonda tipo Exin Castillos. A mí, es que ver lo de la torre redonda me dejaba alucinado. ¡Qué tío! 

Al respecto, hace tiempo me pidieron resolver un curioso caso: una casa se había partido por la mitad, en vertical. Completamente. Resulta que era un chalet; el chalet tenía una zona de una sola planta y otra de dos plantas; la parte de una planta se la había construido en su momento el suegro del actual propietario hace más de cuarenta años, y la parte de dos plantas ya la habían construido el propietario y su cuñado. Y al decir "habían construido" quiero decir eso mismo: lo había hecho  el suegro y sus hijos, primero, y luego el yerno con la ayuda de su cuñado, mañosos que eran. No tenían nociones de arquitectura ni de ingeniería, pero ahí estaba. Y la estructura, fontanería, cableado, aislamiento y todo lo demás,a ojo, sin cálculos ni gaitas. Ni estudio geotécnico. Pues bien, el yerno y su cuñado habían hecho unos cimientos según les pareció… pero el suegro, directamente, no. Había visto el terreno muy duro, y  ¡Ancha es Castilla!. Para más inri, el chalet estaba en la divisoria de un monte y… la parte de una sola planta se asentaba parcialmente, en realidad, sobre un relleno  hecho en su día para nivelar la divisoria y no tener que excavar, y con las lluvias (aquél fue un año especialmente lluvioso), el relleno se había corrido y la mitad de la casa había oscilado. Como suena. Con la pertinente grieta vertical que se imaginan.



Pero bueno. Lo que más gracia me hace es eso de "...grave agresión a nuestra profesión ... que conllevaría su práctica desaparición, así como la destrucción de la arquitectura en nuestro país…".  Ustedes perdonen, pero no puedo menos que sonreirme y recordar que lo mismo dijimos los Superiores en 1986, cuando la ley de atribuciones autorizó a los Ingenieros Técnicos a hacer lo mismo que los Superiores. Sí, porque hasta entonces no podían hacer industrias si la potencia superaba los 250 CV, o si tenía más de 100 trabajadores, o si la línea eléctrica era a más de 15.000 V, o (es un recuerdo, vale como idea) si la estructura era de más de cinco plantas, por ejemplo. Para seis plantas tenías que ser Superior. Y en 1986 se les autorizó. Se imaginan la respuesta del colectivo de Superiores, claro. Protestas, manifestaciones con ataúdes, esquelas en los periódicos anunciando la muerte de la Ingeniería,… vamos, lo normal en estos casos.

Y, sin embargo, han pasado más de 25 años y aquí seguimos, y si dentro de 25 años ya no quedan arquitectos no será porque los ingenieros se han comido sus competencias, sino porque para entonces tampoco habrá ingenieros.

Así que, oigan, que un estudiante de ingeniería clame que es el Fin, pase por su juventud e inexperiencia, pero que lo haga el presidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España...

martes, 1 de enero de 2013

Ver la televisión en 2013

Me he perdido la retransmisión del Concierto de Año Nuevo (ya sabén cuál). Por primera vez en no sé cuántos años. Y eso que anoche pensé que lo vería pero que no sabía en qué cadena lo retransmitirían.

Pero nada, esta mañana me despierto... y ni se me ocurre encender el televisor. En ningún momento. Hasta que, casi las dos, me preguntan porqué no estoy viendo "los saltos". ¡El Concierto! ¡Me lo he perdido!

Lo cierto es que el hábito de ver la televisión lo tengo completamente desarraigado. No se me ocurre entrar al salón y poner la tele, creo que ni reparo en su existencia. La oferta de canales es monstruosa, pero... 

Supongo que a las cadenas eso les dará igual. Tienen sus audiencias. Que éstas se nutran de los segmentos de la población con menor exigencia intelectual les debe traer al pairo. O quizá no, quizá se lamenten de que la población va prescindiendo cada vez más de la televisión como elemento de ocio. Pero no tiene arreglo: ya puede emitir el canal que sea un producto de calidad, que yo ni me voy a enterar.

De hecho, incluso el mejor programa de todo el año y todos los canales, el Concierto de Año Nuevo, incluso ése me ha perdido a mí como parte de su audiencia, simplemente porque (me temo) es la propia Televisión la que me ha perdido.

Quien siembra vientos recoge tempestades, como suele decirse. Y que de aquellos polvos surgieron estos lodos.