martes, 30 de diciembre de 2014

Lo que puede deparar el 2015



Cuando el 2014 ya está soltando sus últimas hojas, uno puede hacer dos cosas: mirar hacia atrás, hacia el 2014, o hacia delante, el 2015. También puede hacer una tercera cosa, no mirar, o incluso mirar hacia mucho más atrás o mucho más adelante, claro, pero plantearlo así me chafaría la entrada, así que fijamos todos que en efecto sólo se pueden hacer dos cosas. Y el caso es que ahora yo lo que voy a hacer es mirar hacia delante.

¿Qué me depara el 2015?

Es posible que la mejor manera de responder a esta pregunta es intentando imaginar cómo estaré al acabar el 2015 y compararlo con cómo estoy ahora.

La primera pregunta se llama Facebook. Hoy no tengo ningún perfil en Facebook: ¿qué les parece? Quizá tenga que decir sí, yo soy ése. ¿Por qué no tengo cuenta? Pues la razón es muy sencilla: no sé para qué la quiero. La verdad, Facebook no fue la primera red social; antes estaban Second Life y MySpace, creo recordar, y no me extrañaría que también otras que no recuerdo. ¿Tuenti, quizás? No sé, no soy un experto. Y no sé cómo están estas redes de "salud", pero no me extrañaría que estuvieran casi extintas: esto de las redes sociales me parece a mí como los bares de moda, y si tu bar no aporta nada especial y la gente sólo va porque "está de moda", cuando deje de estarlo dejará de ir.

Pues bien, cuando salieron las primeras redes yo no me apunté; no le ví el atractivo para mi estilo de vida. Luego llegó Facebook, con el punto fuerte (creo) de compartir fotos. Eso podría estar bien, pero alguien me explicó que Facebook es una red social, parece ser que exige interactuación por mi parte. Que no está pensada tan solo para que yo mire fotos que hacen los demás, creo que he de aportar algo a cambio.

Y así están las cosas. Le veo una ventaja, pero de momento no es una ventaja suficiente para vencer mi natural pereza. Quizá esto sea una de las cosas que cambien en el 2015, les tendré al corriente.

De Facebook saltamos a Twitter. Por supuesto, no tengo Twitter. No sé bien cómo funciona, pero les diré mi opinión: demasiadas personas se han arrepentido demasiadas veces de decir demasiadas burradas por twitter, y los políticos, además, se justifican diciendo que "son cosas que se dicen en Twitter, no hay que darles importancia". En otras palabras: no veo mucha inteligencia campando por Twitter. Ni mucha originalidad, si me permiten decirlo así. Además, me da la impresión de que si me abro una cuenta en Twitter (repito que no tengo ni idea de cómo funciona) es para escribir yo también mensajitos: ven el problema, ¿verdad?

Ejemplo: mientras venía hacia casa, se me ocurrió que si uno ata los perros con longanizas, los perros se comen las longanizas y uno continúa con el mismo problema de atar los perros, pero ahora no tiene longanizas. Ya ven, 161 caracteres: ¿demasiado elaborado para Twitter, o el problema soy yo?

Dudo mucho de que tenga cuenta en Twitter al acabar 2015.

El siguiente escalón es Linkedin. Recibo con cierta frecuencia solicitudes para enlazame con gente en Linkedin. Se supone que ésta es una red profesional y por ello debería interesarme más, pero... estamos en las mismas, solo que corregido y aumentado. Por lo que me han contado, el objeto último de la red es la promoción profesional con vistas a un cambio. Es el poder tener, llegado el momento de necesitarla, una mejor tarjeta de presentación, y esto se logra (se supone) teniendo un perfil activo, con muchos enlaces a muchos profesionales. Con un truco: estos profesionales han de avalarte, declarar que sí han trabajado contigo, que han hecho grandes cosas y que están muy contentos y admirados por tu desempeños. ¡Puf, esto no va conmigo! No tengo deseos de promoción personal, espero no verme en la tesitura de necesitar una tarjeta de presentación (ya me entienden), y no me gusta la idea de dar la vara a mis conocidos profesionales (con los cuales trabajé, pongamos, hace veinticinco años y no he vuelto a contactar), para que me piropeen - si se acuerdan-. Y, sobre todo, yo no me dedico a grandes obras. Lo que suelo hacer es a) muy poco vistoso, y b) sólo los muy entendidos lo entienden, los profanos no ven que haya ninguna dificultad en lo que hago.

Sin embargo, esto de Linkedin no se puede descartar tan rápidamente. Una cosa es que espero que no me vaya mal, y otra que no me prepare por si me va mal. Quizá lo pruebe, vaya. Aunque tengo otro problema: no me acuerdo de casi nada de lo que he calculado o proyectado. Los años no pasan en balde, y muchas obras no merecen que se las recuerde tanto tiempo.

En definitiva, con esto de Linkedin no cierro la puerta, al contrario: me lo estoy pensando.

Otra cosa que podría cambiar este año que empieza: mi teléfono móvil no tiene cámara de fotos. ¿Cómo se han quedado? Sí, sí, existen móviles sin cámara. Como el mío. Para las fotos utilizo una cámara de fotos. Pero si tenemos en cuenta que mi cámara de fotos está sujeta con papel celo (se me cayó un día y se rompió), y el flash lo levanto y lo sujeto con los dedos, es posible que jubile a mi vieja cámara, en cuyo caso necesitaría otra nueva. Ahora bien, si mi móvil tuviera una cámara incorporada y esta fuera decente, la cámara titular la necesitaría en muchas menos ocasiones: por ejemplo, no me la llevaría a las obras, que son situaciones de riesgo (en cierta ocasión se me cayó cuando yo estaba a no sé cuántos metros de altura, trepando con arnés por una escalera de 25 cm de ancho, y como el cierre del arnés me molestaba con la correa de la cámara, pues...).

Total, que por lo que vale una cámara de fotos puedo comprar de 2ª mano un teléfono con cámara de millones de megapixeles. Y así la gente no se reiría de mí.

Otra ventaja que incorporaría el cambio de móvil: Whatsapp, que digo yo que ya puestos, sería un smartphone, con android y todo eso. Leer el correo, también. No sé lo que me pierdo, porque no tengo, pero la gente le saca un partido extraordinario a su móvil, hacen muchas cosas. Y me cuentan en la familia que se envían fotos, y que yo no me entero porque vivo en el siglo XX. Claro, uno ve esos móviles enormes, de espectaculares fotos, y con el que podría entretenerme en el metro y cuando voy con la familia a los centros comerciales como todo el mundo, tecleando no tengo ni idea que paparruchadas o con los juegos, y... la curiosidad es una fuerza muy fuerte.

En fin, quién sabe. También terminé el 2014 con muchas ideas que quería contarles en este blog, y ya ven.

Moraleja: este 2015, a Dios rogando, sí, pero con el mazo dando.




Van Morrison - Have I told you lately
.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Susana y los viejos



Hace años asistí a una exposición de cuadros de la señora Milagros, madre de mi amiga Arancha. Arancha estudiaba Arte, y me iba explicando los cuadros. Uno de los que guardo mejor recuerdo fue una versión de "Susana y los viejos". Y la recuerdo porque el enfoque era el opuesto al clásico.

Susana y los viejos es un tema que se ha pintado a menudo: Tintoretto, Rubens y Rembrandt, entre muchos:


(aprovecho la ocasión para recomendar la visita al semidesconocido museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, donde se guarda la versión de Rubens que muestra la fotografía)
Como me explicó Arancha, Susana y los viejos hace referencia a un pasaje de la Biblia; resulta que es un pasaje perdido y que no viene a cuento, al final del Libro de Daniel, uno de los Profetas Mayores. Cuenta la historia de Susana, mujer muy bella (y felizmente casada), y dos Ancianos (porque pertenecían al Consejo de Ancianos del lugar) que bebían los vientos por ella y la espiaban. En un determinado momento, Susana decide darse un baño creyéndose sola y los libidinosos mirones la asaltan y le dicen:
- Las puertas del jardín están cerradas, nadie nos ve, y nosotros sentimos deseos de ti; así que consiente y acuéstate con nosotros. Si no, daremos testimonio contra ti diciendo que un joven estaba contigo y que por eso habías despachado a las criadas.
Como ven, en muchos pasajes la Biblia es como la vida misma. El caso es que, figurando en la Biblia, ésta era una ocasión perfecta para dibujar el desnudo femenino sin ser tachado de pagano o profano, ya me comprenden. Y, por descontado, daba a los poderosos de la época el motivo para encargar una obra cuasipornográfica para solaz en sus habitaciones privadas, de nuevo sin ser tachado de concupisciente en vez de pío. Y ya que estoy, un chascarrillo que leerían en la web que les he enlazado del Museo de San Fernando:
...el mandato que Carlos III, movido por un prurito moral, dio a Mengs para que seleccionase los lienzos que, con desnudos licenciosos, se encontraban en sus distintas residencias. La orden era la de quemar esas pinturas consideradas indecentes. Mengs, con el pretexto de que tenían valor pedagógico para el estudio de la pintura, salvó de la quema obras maestras de Durero, Tiziano, Rubens, Veronés y otros grandes pintores. Ocultadas hasta 1792, fueron trasladadas a una habitación secreta o «Gabinete reservado», al cual muy pocos tenían acceso.
Pero yo les decía que la madre de Arancha le había dado un enfoque diferente. Llamativo, porque en aquella época (dije "hace años", pero era un eufemismo) el feminismo beligerante y castrador aún no lo invadía todo. Y es que la señora Milagros se había centrado en los viejos. A Susana se la veía pequeñita, al fondo. El cuadro era en realidad un estudio sobre los dos babosos mirones.

En fin, el Arte se para siempre aquí; en realidad, le da igual cómo acaba la historia de Susana. Y, por supuesto, usted no tiene una Biblia a mano y de todas formas no pensaba consultarla para saber el resto, así que permita que le haga un pequeño resumen. 

Susana - como sigue pasando hoy en día en ya se imagina usted qué países- sabe que si se niega la condenarán a muerte por lapidación; con todo, lo prefiere a ceder, y se niega. Los dos ancianos hacen lo que le dijeron, la denuncian y consiguen (cito: "Como eran ancianos del puebo y jueces la asamblea los creyó") que se la condene a muerte. Pero antes de ejecutarla aparece un muchacho (al que se le llama Daniel, porque el relato está en el Libro de Daniel, por nada más) que dice que los ancianos mienten y que puede probarlo. El Consejo decide darle una oportunidad, y Daniel pide que separen a los dos ancianos lejos el uno del otro, y que los interrogará por separado. Y a cada uno le pregunta, puesto que declaran que vieron a Susana y al miserioso joven abrazados en el jardín, bajo qué arbol estaban. El primero dice que una acacia, el segundo que una encina: cazados. Daniel les acusa de hacer lo mismo que aquel juez, Pascual Estevill, que tuvimos como uno de los Popes de nuestra judicatura como cuota de CiU, y de dar sentencias injustas a sabiendas para obtener ellos provecho y de haber conseguido en otras ocasiones que atemorizadas mujeres se acostaran con ellos, y la asamblea decide que la condena de los dos convictos sería la misma que ellos querían imponerle a la inocente.

Es un relato cortito y entretenido, no les pasará nada malo si lo leen.




Henry Purcell - Lamento de Dido (Dido y Eneas), intr. Jessye Norman


viernes, 19 de diciembre de 2014

El año de la Constitución




En lo que respecta a la política, el tema estrella del próximo curso va a ser la reforma de la Constitución de 1978. Va a haber elecciones de todo tipo, en Cataluña seguro que nos convocan 3 ó 4 veces, y cada cita va a ser para una cosa distinta. Pero va a dar igual, el tema permanente va a ser la reforma de la Constitución. ¿Declaraciones del candidato a la alcaldía del Partido de Burros Democráticos en Aldehuela de la Obispalía? ¡Sobre la reforma de la Constitución, seguro! Vamos a tener RC hasta en la sopa.

La razón es obvia: no tienen nada más que decir. ¿Sobre qué puede hablar el candidato del PSOE? No quiero hacer leña del árbol caído, así que lo resumiré: sobre nada. Pero hay elecciones, así que hay que abrir la boca. Por descontado, el argumento principal va a ser usted es un fascista y yo no, pero tienen que decir algo más. ¡Bingo! La RC. Si además tenemos que el candidato es un pipiolo (como el de IU, el de Podemos, etc) que puede argumentar que "él no votó en el 78", está clarísimo: no les queda otro tema.

El problema es que "Reformar la Constitución" es una frase estúpida y carente de contenido. Es como decir "Arreglar las cosas" o "Resolverlo todo". ¿Hay algo en la Constitución que haya que cambiar? ¿Qué, por favor? Una vez identificado que hay que cambiar, hay que decir cómo se cambiaría. Pero hay un paso previo: ¿es urgente, el cambio? ¿Es el principal problema que tiene el país, ese cambio? Por ejemplo: que el Príncipe prevalezca sobre sus hermanas. ¿Cambiar esto es lo que necesitamos en estos momentos? ¿Hemos de elegir a nuestros próximos gobernantes por el criterio de que prometan escribir ese cambio?

Ya ven, mientras el que proclame que hay que hacer una RC no añada los cambios que haría, la urgencia imperiosa de esos cambios y las consecuencias reales que tendrían, ese tío no es más que un charlatán. Por cierto que, como van a descubrir el año que viene, en España los tenemos a paletadas.

Pero, para mí, el principal problema no es ése. Es este otro:

Hay un cuento de Goethe, El aprendiz de brujo. Estoy seguro de que todos lo conocemos, siquiera la versión de Disney. El relato versa sobre el desastre que acontece cuando un julay desata fuerzas que desconoce pero que cree que puede dominar cuando en realidad está muy lejos de ello. Todos, por descontado, estamos de acuerdo en que en esas ocasiones el desastre es lo mínimo que puede ocurrir. Si reflexionamos, estamos en la misma situación; entonces, ¿porqué queremos dejar en manos de los políticos que tenemos ahora el escribir una nueva Constitución, que es, en la práctica, lo que se pretende?

¿A qué políticos dejamos que  metan mano a nuestra Constitución? Puede que los del 78 no fueran muy buenos, pero comparados con los que tenemos ahora eran unos auténticos Padres de la Patria. ¿De verdad queremos dejarle la varita a nuestros aprendices de brujo?




Gary Moore - Still got the blues


viernes, 12 de diciembre de 2014

A propósito de la tasa Google



Hace años, durante un viaje a valencia con el director comercial de donde trabajaba, paramos en una cafetería para almorzar. Más o menos al mismo tiempo, paró un autocar con viajeros. Cuando fuimos a pagar (el director comercial se ofreció a pagar lo mío también; dado que yo era un técnico, ¡faltaría maś!), el camarero le dijo que no hacía falta (que iba por cuenta de la casa, vamos). El director comercial se quedo muy extrañado, y yo me eché a reir: "Te ha tomado por el conductor del autocar", le dije. Y es que hacía calor y él se había dejado la chaqueta en el coche, llevaba una camisa de color aszul claro y corbata oscura; entre eso, que la cara del director era la de un trabajador, y que habían entrado muchos pasajeros, la confusión estaba clara. Por supuesto, le explicó al camarero que no, que no era el conductor, y pagó lo nuestro. 

Lo que quiero decir es que el camarero había seguido una regla de oro de los bares de carretera: los conductores de autocares no pagan. Los lectores de este blog no necesitan que se les explique el por qué, pero los políticos de este país no se encuentran entre mis lectores. Lo prueba el que ellos, al conductor del autocar, le harían pagar el doble. Aducirían que la compañia de transporte se estaba lucrando con el transporte de viajeros, y un elemento atractivo del viaje era que se parase para ir al lavabo y tomar un café; por lo tanto, debía compartir su lucro y pasar por caja. Que nos gobiernen mentes tan preclaras explica muchas cosas, ¿verdad?

Estos días se habla de "la tasa Google". Mala cosa cuando se prepara una ley con un objetivo unipersonal tan claro que hasta da nombre coloquial a esa ley. Como saben, en Google hay una pestaña que pone "noticias", y las búsquedas que aparecen en esa pestaña son de noticias, no de textos cualesquiera. Por ejemplo, si usted busca "viento Cataluña" en el modo normal, encontrará multitud de páginas metereológicas, algunas noticias sobre recientes temporales, estudios científicos y los habituales setenta millones de entradas con las palabras viento y Cataluña; en cambio, en la pestaña noticias sólo tendría artículos de noticias sobre los recientes temporales. Si es lo que usted buscaba, le era más cómodo.

Bien, Google empezó creo que el año 2001, como un buscador pequeñito frente a gigantes como Yahoo, Altavista, Lycos, Terra y otros. Durante años no ganaron dinero, pero hicieron bien las cosas, y ahora ganan dinero, mucho dinero. También, por supuesto, Google ha mejorado enormemente la experiencia de navegar por internet (¡si yo les contara lo que era antes de Google!), pero eso a los legisladores no les importa: lo que les interesa es que Google está ganando dinero.

Por el otro lado, a los grandes periódicos les está yendo mal; los señores de Google, cuando salió internet supieron adaptarse, y estos señores no. Y ahora les va tan mal que buscan dinero como sea. Codician el dinero que gana Google, y consiguieron presionar/engañar/engatusar a los politicos, y han ido a por Google. El negocio de Google es como el de las compañías de transporte: les da igual quiénes son los viajeros o porqué viajan, a ellos sólo les interesa que viajen, y que lo hagan en sus autocares. Dado que la gente va a Google a buscar las noticias y Google la redirecciona a los medios y Google obtiene beneficios por ello (puesto que Google, más o menos, no hace otra cosa, y tienen miles de millones de beneficio anual, por algo obtendrá ese beneficio), pues los de los periódicos quieren que Google les pague.  Y de ahí la ley que establece la Tasa Google.

Como habríamos hecho ustedes y yo, Google ha dicho que muy bien, pero que ya no tiene ese servicio. Lo cierra. Que no es que lo cierre, es que no tendrá enlaces a medios españoles. Supongo que las pérdidas, descontado el ahorro por el no-pago de la tasa, será muy pequeño, o en cualquier caso asumible: es una cuestión de principios.

Así que los que creían que se iban a quedar el dinero de Google se van a quedar sin dinero, los de los periódicos se van a quedar sin gran parte del tráfico que recibían (antes, uno consultaba la misma noticia en seis medios, pues era muy cómodo; ahora, siendo necesario el navegar entre páginas, una vez uno encuentre lo que busca dejará de navegar), y los españoles tendremos un poco más incomódo el buscar noticias. Además, perdedores importantes van a ser los pequeños medios digitales y Ricardo Galli (Menéame), que imagino que en breve hará también algo parecido.

¿Ganadores? Como ven, en realidad no hay ninguno. Y reparto de dinero, tampoco.

Parece increíble que nuestros gobernantes, a los que se supone de derechas, hayan instaurado una medida tan de izquierdas. De izquierdas porque penaliza el beneficio obtenido con el esfuerzo personal (los de Google, lo que tienen se lo han trabajado, se lo digo yo; nadie les ha regalado nada) para darle el dinero a los que no se lo han ganado, y porque, convendrán conmigo, es una medida de lo más idiota. Cualquiera diría que lo ha hecho Zapatero.

Yo no soy fan de Google, de hecho no es el buscador que utilizo habitualmente, pero en esto, estoy con ellos.



La Bullonera - Venimos simplemente a trabajar

martes, 9 de diciembre de 2014

Las Olimpiadas según Asimov



Este artículo versa sobre un relato corto de Isaac Asimov; no recuerdo el título, creo que era algo así como "¿Porqué lo llaman Olimpiadas?"; no tengo el original en papel aquí y hace tiempo que lo leí. Si no lo han leído y les apetece, o sí lo han leído pero ¡qué diantres!, pueden leerlo en este enlace: http://forexconmql.cl/geos/pa/profesion.pdf. A partir de aquí, entiendo que no les importa que les destripe el cuento. Que, a propósito, es posible que se titule "Profesión"; no importa.

De entrada, es el típico relato de ciencia ficción de Isaac Asimov: hiperpoblado mundo futuro, sociedad ideal pero con un defecto "congénito". En este caso, la Tierra domina la galaxia. Los mundos exteriores le suministran los recursos, y la Tierra les exporta gente. Gente con conocimientos, en concreto. Resulta que la gente se educa en la Tierra, y luego van a trabajar a los mundos exteriores; a su vez, se celebran unas "olimpiadas" técnicas y los mejores mundos exteriores hacen las mejores ofertas a los mejores técnicos.

Lo curioso es el sistema de educación: primero, los niños viven sin escuela hasta los 8 años. A los ocho años pasan "el día de la lectura"; cual inyección, se les inyecta el conocimiento de leer, y ya está. Luego, ya más crecidos, les llega el "día de la educación"; ese día, les analizan el cerebro, descubren para qué están más predispuestos, y se les asigna un oficio - que deberán aprender. El sistema para aprender algo también es bastante utópico, algo así como ponerse unos auriculares y unas cintas (de cassette), y esas cintas transmiten la información directamente al cerebro, y ya está. El amigo del protagonista, Rollizo Treveylan, va a ser metalúrgico. El protagonista, en cambio, quiere ser pogramador, pero... no lo consigue. Entonces, se revela contra el sistema, se escapa y, en su huida, se esconde entre el público que asiste a una jornada olímpica. Da la casualidad que ese día hay una prueba de metalúrgicos, y compite su amigo Rollizo. La prueba es sencilla: tienen una máquina Beeman modelo FX-2, que tiene una avería. Para superar la prueba, primero deberán reparar la máquina. Y para repararla, primero deberán saber qué le pasa. Y Rollizo fracasa, porque no ha estudiado las máquinas Beeman: no estaban en sus cintas. Él sólo había estudiado hasta las Hesler, parece ser que los ganadores venían de ciudades más ricas donde sí tenían esas cintas.

Nuestro protagonista se da cuenta de que el problema es que su amigo lo que no sabe es aprender, sólo sabe lo que se le graba en el cerebro; ningún conocimiento lo adquiere por sí solo. Se le ocurre entonces que lo que tiene que hacer es contactar con los líderes de los mundos exteriores más ricos y contarles su idea: enseñar a sus habitantes a aprender por sí solos, sin depender de las cintas de conocimientos que se crean en la Tierra. 

Por supuesto, estos líderes le hacen ver la tremenda lentitud de su sistema de aprendizaje. Además, mientras uno aprende la técnica sigue avanzando, con lo que uno nunca se pone al día. Y aunque lo consiguiera, nunca sería tan experto como uno educado con cintas.

Si quiere leer el cuento antes, aún está a tiempo.

Y en ese instante el protagonista lo entiende todo. Cómo funciona el sistema, quiero decir. Ya hay gente que aprende sin cintas, que se forma a sí misma: son los que escriben las cintas. Son los que crean los avances, el Beeman que consigue mejorar la máquina Hesler. Y resulta que la clave de todo ello es que esas personas, esos Beeman y Hesler, tenían que aceptar previamente que ellos iban a aprender y avanzar por sí mismos, que no tenían que conformarse con aprender un oficio con cintas en el cerebro. Y, sí, el protagonista es uno de ellos. Son la élite de la sociedad, lo más valioso de la Tierra, pero es algo secreto porque, en primer lugar, no pueden decirle a alguien "eres capaz de inventar, inventa", y en segundo lugar, no pueden decirle a todos los demas que ellos no son capaces de inventar.

Les desvelo el final porque pienso que no importa: yo me lo sé, y sin embargo releo el relato siempe que puedo. Es como Caperucita Roja, que a los niños les encanta que se lo cuenten una y otra vez. Saber el final no les importa.

La cuestión, en cualquier caso, es el tema de fondo. Es un relato de ciencia ficción, pero a mí no me parece tan alejado de la realidad: estoy pensando, por ejemplo, en los ingenieros que enseñan a calcular estructuras metiendo los datos en un ordenador, en el delineante que usa un avanzado programa de dibujo, en el cocinero que cocina con un robot de cocina, en el médico que pide quince mil prubeas y máquinas que le den el diagnóstico, en los fotógrafos que lo arreglan luego con el Photoshop, en el mecánico que conecta con el ordenador del coche para que le informe de la avería que tiene,... Que sí, que todo esto está muy bien, pero yo pienso que si estas personas no han aprendido antes a hacer las cosas por sí mismos, sin máquinas que se las den hechas, no vamos a ningún lado. Seremos como los mundos exteriores, que tienen a los mejores técnicos y sin embargo dependen de la Tierra para que les haga avanzar. Y como cada vez dependeremos más de lo bien que sepan las máquinas hacer las cosas, cada vez esta historia será más verdadera.

Un último chascarrillo, si es usted ingeniero calculista: ¿quién se sabe la norma, usted o su ordenador? Usted es Rollizo Treveylan. O está en ello.




The Alan Parsons Project -Sirius





martes, 2 de diciembre de 2014

This little light of mine

En mi entrada anterior incluí un enlace a una deliciosa versión de Tracie Thoms del espiritual negro (ustedes me entienden) This little light of mine.

Sí, es una pieza de gospel, pero ha traspasado las fronteras de los estados del Sur: en youtube pueden localizar sin problemas vídeos con versiones de Bruce Springsteen en un concierto, de un coro sudafricano, de uno canadiense,... 

El caso es que hay uno de los vídeos que me gustaría que visitaran; por la interpretación, porque es preciosa, pero también por los intérpretes: ¿son, o no son, genuinos americanos?

Si se fijan, verán que el vídeo se grabó en Utah. Eso explica muchas cosas, ¿verdad?

En cualquier caso, la interpretación me parece una maravilla.

lunes, 1 de diciembre de 2014

La cláusula filioque



Leo en los periódicos que el Papa Francisco I ha estado en Turquía y allí ha concelebrado una misa con el patriarca de "Constantinopla", amén de mantener encuentros y buscar la reunión de las iglesias. Pueden leer sobre el tema, por ejemplo, aquí y aquí.

El tema de la Iglesia Ortodoxa (de las Iglesias Ortodoxas, en realidad) es muy interesante y me gustaría tratarlo en una entrada como es debido; pero tengo este deseo desde al menos el año pasado, y ya ven. Así que al menos voy a aprovechar el viaje del Papa para contarles una historieta al respecto.

Hay varias cosas que separan a los católicos de los ortodoxos. Pero, en realidad, la mayoría de las diferencias son formales, hasta el punto de que usted, si es católico, puede cumplir el precepto dominical asistiendo a una celebración ortodoxa. Las diferencias profundas son dos: la cláusula filoque y la primacía del Papa de Roma. Luego, por supuesto, están las diferencias dogmáticas que vinieron después del Cisma de Oriente, como la inmaculada concepción de María. Digamos, por resumir, que la separación se produjo porque no aceptaban la prevalencia de Roma. Podemos añadir que tampoco fue despreciable el hecho de que la Iglesia Católica hablaba latín, y la Ortodoxa griego. Si ya es difícil explicar los misterios de la fe en el propio idioma de uno, en latín debe serlo mucho más. Pero conseguir expresar exactamente lo mismo en latín y en griego (antiguo) debe ser ya el súmun. Así que si se juntan unos sabios a intentar razonar sobre la Santísima Trinidad - el tema clave en aquel momento, combatiendo el arrianismo-, y unos hablan latín y otros griego, es lógico que - como diríamos ahora- se formen dos grupos de trabajo y luego pongan en común sus conclusiones. Y, claro, pasaba lo que pasaba.

Lo bueno es que la cosa surgió en España. En Toledo, en el año 589.

Los que estudiamos de verdad, antes de la LOGSE, aprendimos que los visigodos eran arrianos hasta Leovigildo. Leovigildo tenía dos hijos, Recaredo y Hermenegildo. Tengo que decir que yo no estudié la lista de los reyes godos, pero sí los principales de ellos; y, desde los nueve años, a los más significados, sobre todo Leovigildo y Recaredo, estos dos en concreto con los años de reinado. La importancia de Recaredo estriba en que, a la muerte de su padre, la tradicional disputa entre hermanos se termina cuando Recaredo abjura del arrianismo y se convierte al catolicismo, con lo que gana el favor de la mayoría de la población, hispanorromana y no visigoda. Y, entre otras cosas, convoca el Concilio de Toledo. En este concilio se trataron muchos temas, pero lo que nos ocupa ahora es que el credo niceo, el resumen de la fe católica, se pronunció en latín con una novedad. Dado que nadie sabe suficiente latín, recito en español el pasaje de la discordia: "Creo en el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo,...". Es una frase que se dice de corrido en las misas, seguramente sin pensar la mayoría, y sin embargo ahí está la esencia de la disputa.

Porque el credo niceno dice: "Creo en el Espíritu Santo, que procede del Padre,...". No procede del Hijo. No me voy a meter ahora en el berenjenal de explicar esto; baste decir que la coletilla de marras en latín es filioque y con este nombre se la conoce desde entonces.

Como es de imaginar, esta frase, al principio, sólo se decía en España. Pero poco a poco, siglo a siglo, fue haciendo fortuna; se llega a recitar en Roma. Los ortodoxos -que, en justicia, habían protestado contra la inclusión de esta cláusula desde el principio- exigieron al Papa que la prohibiera. Claro que en aquel momento había muchas disputas entre todos ellos... y la claúsula se quedó entre nosotros. Ya ven.

¿Es un drama? En realidad no, en el credo niceno no figuraba. Y en diversas ocasiones, tanto Benedicto XVII como Francisco I han rezado el credo omitiendo esta cláusula. La idea esta clara: esta expresión no tiene que ser lo que separe a las dos Iglesias. A fin de cuentas, aquí no hay un cisma auténtico como la fundación de una nueva religión (como Lutero), con declaraciones de herejía y demás; aquí tan sólo ha habido incomprensión y distanciamiento; ambas qcreen que la otra Iglesia es la que se ha alejado (por equivocado). Por ello, es bueno que los Papas de Roma intenten rejuntarnos a todos, lo que no implica la renuncia a tradiciones: de hecho también en la Iglesia Católica quedan "iglesias" de corte y rito muy distinto al habitual que conocemos de "católico, apostólico y romano".

Por esto me ha sorprendido la noticia de Francisco concelebrando con el patriarca de Constantinopla, y he querido contarlo aquí en mi blog.




Tracie Thoms - This little light of mine

miércoles, 26 de noviembre de 2014

El Guerrero del Antifaz



En los años de mi niñez, me chiflaba el Guerrero del Antifaz. Sí, ya sé que no está bien que lo diga y que lo políticamente correcto es decir que yo era un fan del Capitán Trueno, pero es que no es verdad. El Capitán Trueno me gustaba, claro, pero me gustaba más el Jabato, y éste muchísimo menos que el Guerrero. Recuerdo perfectamente que con seis y siete años me sabía los primeros números de memoria, y en los recreos me abrochaba la bata por el cuello como si fuera una capa y jugaba a espadachines con los compañeros (sí, en aquella época para jugar con espadas bastaba con cerrar el puño y agitar el brazo; la espada la veíamos todos, solo que para herir había que clavarla hasta el mango).

Sin embargo, mi afición por el Guerrero decayó con el número 35.

Hoy, muchísimos años después, sigo sosteniendo la misma opinión: a partir del 35, el Guerrero del Antifaz pierde toda su magia y se transforma en un tebeo infumable. Los 34 primeros números, en cambio, son magistrales.

La historia del Guerrero comienza cuando un reyezuelo árabe, Ali Kan, rapta a la esposa del conde de Roca, sin saber que ésta se había quedado embarazada. Tiene un hijo y él cree que es suyo, y lo educa como tal. Con 20 años el mozo es el paladín de las huestes musulmanas, pero la madre no soporta verle matar cristianos y le cuenta la verdad. En ese momento Alí Kan irrumpe y mata a la madre; el guerrero hiere a Alí, y escapa. Acude al conde de Roca y le cuenta su historia, pero éste duda. El Guerrero decide entonces que capturará a Alí Kan para que confiese, aunque el conde termina por creerle. El problema es que, como hijo de Alí Kan, mató a muchos cristanos, y decide taparse la cara con un Antifaz. Y la serie comienza con el conde de Roca contándole esta historia en confidencia a la bella hija del conde de Torres, su vecino.

Bien, los primeros  números nos muestran los intentos del guerrero de capturar a Alí Kan. Y el combate es el lógico: Alí es poderoso, tiene una fortaleza y un pequeño ejército. Además, los mejores soldados de Alí Kan reconocen al guerrero y no le tienen miedo. El Guerrero es relativamente inexperto, y las pasa canutas. Sobrevive, claro, pero no vence. Y le capturan muchas veces, aunque, justo es reconocerlo, cada vez es más difícil. El conde de Roca, mientras tanto, no se queda quieto - lleva años combatiendo a Alí- y ficha al joven conde de los Picos, pretendiente de la condesita de Torres, para que le ayude. Éste, fuerte y ávido de triunfos, consigue conquistar la fortaleza de Alí Kan justo cuando iban a matar al Guerrero. Herido, el Guerrero se retira unos días a descansar con su padre (aunque nadie sabe porqué son amigos). En éstas, Alí Kan había conseguido huir y se encuentra a Olián, al cual había mandado pedir ayuda cuando le estaban asediando la fortaleza. Olián es el equivalente al de Picos; con el conocimiento de Alí Kan, reconquista la fortaleza; envalentonado, deja a Alí con sus soldados para que termine la reconquista - el de Picos, con los suyos, seguía sin rendirse en el palacio interior-, y marcha al frente de su hueste a, ya de paso, conquistar el condado de Torres. Resumido, esto es lo que pasa en los cinco primeros números, porque pasan muchas más cosas. No está mal, ¿verdad? El dibujo, además, va mejorando en cada número, y en el quinto es ya excelente.

Sigo: Olián asalta el castillo de Torres, pero cuando va a capturar a la condesita aparece el Guerrero. Luchan, Olián pierde, pero sus oficiales deciden que por si acaso, y capturan al guerrero, levantan el asedio y se retiran a la fortaleza de Alí Kan, que ya ha capturado al de Picos. Estando allí, el Guerrero se escapa y libera al conde de Picos, y entre los dos consiguen reconquistar la fortaleza - también ayuda que el conde de Roca, de nuevo, estaba asaltándola desde el exterior. Olián y Alí Kan escapan, claro.



A partir de ahí, las andanzas del Guerrero se convierten en aventuras, persiguiendo a Alí Kan, Olián intentando capturar a la condesita de Torres (de la que también está enamorado el Guerrero), y todo eso. En una de estas, el Guerrero y su padre, que han formado un dúo, caen prisioneros de Harúm. En la sala de torturas, Harúm mata al conde de Roca: un nuevo enemigo para el Guerrero, solo que no le va a durar mucho. Es el número 14, y en el 15, en Guerrero conoce a tres colosos, los hermanos Kir (el mayor se llama Osmin), que por razones que nunca se dicen también luchan contra Harúm. Los cuatro asaltan el castillo, pero los Kir son cogidos - Osmin sólo más o menos, sí pero no. Cuando peor le va a Osmin aparece el Guerrero, rescatan a los otros dos y salvan a Aixa, la hija de Harúm - que se había enamorado del guerrero y le había liberado una de las veces que Harúm le había capturado-, y el Guerrero mata a Harúm. Estamos en el número 17 y el dibujo alcanza su cénit.

Vengado el padre, los argumentos pierden un poco. Se forman dos tramas paralelas: por un lado, Hamed Zenete, un sobrino de Harúm le hereda e intenta recuperar a Aixa - de la que se enamoran los dos Kir pequeños. Por el otro lado, Olián consigue raptar a la condesita y la lleva a su fortaleza. El guerrero lucha contra las huestes de Hamed cuando sabe de lo de Olián, y junto con Osmin acude a su rescate. Eso le llevará hasta el capítulo 29 (le cuesta muchísimo), y acabará con la condesita rescatada y Olián gravemente herido. Mientras tanto Hamed ha coseguido recapturar a Aixa, y el guerrero y los Kir se lanzan de nuevo a su rescate. Las pasan realmente canutas, pero matan a Hamed, Aixa es la nueva reina y los Kir pasan a ser sus oficiales principales; fin del número 33.


A todo esto, el tema de Alí Kan ha quedado inconcluso; a estas alturas, se ha convertido en el jefe de una banda de salteadores (con el sueño de recuperar su reino), con apariciones ocasionales. En el número 34, el Guerrero retoma su rastro, pero aparece el hermano de Alí, Yeir, que por lo visto es un reyezuelo en Túnez, y que había acudido a ayudar a su hermano a escapar a África. El Guerrero lucha contra Yeir Kan, éste le hiere, le vence y lo lanza a un lago. Su fiel escudero, Fernando, le rescata y le lleva herido al territorio de Aixa para que le curen. Ya hemos entrado en el fatídico número 35: el guerrero se lanza a la caza de los Kan, pero estos se han embarcado, así que el héroe también se hace a la mar.

El dibujo es cada vez menos cuidado, pero no es solo eso. Las tramas se repiten, el esquema jefezuelo captura al guerrero, el guerrero lucha y le vence, una y otra vez... pero no es solo eso. Es algo que me rechina, que me rechinaba desde niño y que ya de adulto se me hizo intolerable. El Guerrero se hace a la mar... y sigue tal cual.

Quiero decir, al principio todo tenía un ambiente medieval del siglo XIII. Reconquista, reinos de Taifas, luchas a espadas, sin pólvora, cotas de malla y escudos, en contadas ocasiones unas ballestas. Sobre todo, las cotas de malla: todos llevan cotas de mallas, moros y cristianos. Los moros suelen lucir una medialuna en el pecho, los cristianos una cruz, pero casi todos llevan cota. Y, cuando se hace al mar, el Guerrero sigue llevando cota. Lucha en África, el traje lo pierde mil veces, pero siempre tiene la cota de malla. Y casco, no importa el calor que haga. Cae al mar con casco, capa, espada, puñal y cota de malla, pero el tipo bucea como si nada, nada como si volara, nada le pesa. Rodeado de marineros semidesnudos, el sigue igual, con su uniforme, su capa a veces, y su casco y su cota de malla siempre. Pero ahora, en el mar, la lucha no es a espadas, no es del siglo XIII. Los barcos, elaboradísimas galeras, parecen navíos de línea del siglo XVIII, con múltiples cañones muy manejables y precisos. Los cañones están por doquier, aunque nunca aparecerá un arcabuz: se lucha con cañones, espadas y flechas. Y el Guerrero, que en teoría nunca había visto el mar, es todo un experto. Por cierto que en África sigue llevando el antifaz, aunque nadie le reconocería; supongo que se habría acostumbrado ya, porque no se lo quitaba nunca.

Por supuesto, a estas alturas el Guerrero es invencible. Luchará contra cuatro o cinco tiburones, buceando con capa, casco ¡y cota de malla! y les vencerá sin parpadear, como si lo hiciera todos los días. Y no es todos los días, porque otras veces son leones, cocodrilos, gorilas, pitones,... lo que toque.

Me dirán que son exigencias de las series de tebeos, que eso a los niños les da igual y que lo miran con los mismos ojos. Pero yo creo que no: de niño, a partir de ese número ya no me gustó tanto. Me siguió gustando, claro, tampoco Mortadelo y Filemón están siempre contra el gang del chicharrón y sin embargo siguen gustando, pero ya no era lo mismo: aunque pequeño, para mí el nivel había dado un bajón tremendo.

Y luego, la referencia constante a los Reyes Católicos. Resulta que la acción transcurre durante la campaña de Granada. Y esto fue lo definitivo. Todo lo demás tenía un pase, pero esto.... Que yo era pequeño, pero no tonto. Y sabia perfectamente en qué años reinaron, y que ya no había reyezuelos en aquella época, y mucho menos en la zona original, se supone que en las montañas de Alicante. Vale que la primera frase del primer número es "Durante el reinado de los Reyes Catolicos.", pero era una frase que era sólo eso, la primera frase, equivalente a "érase una vez". Y les confieso que aquello me cabreó. No había ninguna necesidad - fuera del hecho de que se escribiera en los años 40, ya me entienden- de situar la acción en esa época, el autor podría haber dicho sin problemas "durante el reinado de Fernando III el Santo", por ejemplo.

En fin, les contaré cómo terminó todo. Hacia el número 100, mi madre se hartó de que guardara tantos tebeos y los tiró todos. Para entonces yo estaba ya aburridísimo del personaje, y no me importó. Así que no sé cómo continuó la serie, cómo se resolvió todo y qué diantres hacía el guerrero luchando contra unos chinos en Asia - un número suelto que compré en un viaje en tren-.

Pero todo esto no importa. Los 34 primeros números son tan buenos que, desde mi infancia, mi personaje favorito ha sido siempre, es y será, el Guerrero del Antifaz.




Billy Oskay & Mícheál Ó Domhnaill - The Cricket's Wicket

lunes, 24 de noviembre de 2014

La mejor recepción de todos los tiempos

Sucedió el otro día, en un Dallas Cowboys - New York Giants. Los Giants perdieron, 31-28, pero eso es anecdótico: lo que pasará a la posterioridad, estoy seguro, es el pase de 43 yardas de los Giants en el segundo cuarto; la recepción de ese pase, para ser concreto. Dicen que es quizá la mejor recepción de todos los tiempos; desde luego, es increíble.

Primero, el vídeo de la jugada completa:


Ahora, el vídeo del detalle de la recepción:


Tenemos una imagen falsa de lo que es el fútbol americano. Lo que es por mí, cuanto más lo veo más me gusta. Y es engañosamente difícil de jugarlo bien, y los mastodontes que lo dominan son mucho más atletas de lo que creemos.



jueves, 20 de noviembre de 2014

Ingenieros y científicos: Henry y Faraday, el fin del mundo antiguo




Si a cualquier mameluco de los tantísimos que abundan por estos lares le preguntáramos la principal diferencia entre el mundo moderno y el mundo antiguo, si pudiera reflexionar lo más probable es que nos dijera que es la electricidad. No le falta razón, ¿verdad?

Solo que es un mameluco, y no sabría decirnos nada más. Si nuestro hombre fuera un científico, nos habría dicho: Faraday, y la electricidad. Y tiene muchísma razón. La electricidad antes de Faraday es como los aviones antes de los Wright. Tiene tanta razón que incluso (al menos, antes de la ESO), la figura de Faraday se estudiaba en el colegio.

Pero si nuestro héroe fuera un ingeniero industrial pre-ESO nos habría dicho: Joseph Henry, y la electricidad.  Y quizás hubiera añadido: Faraday era un gran tipo, sí, pero fue Henry.

Desafortunadamente, la figura de Henry no se estudia en los colegios.

Michael Faraday nació en 1791, cerca de Londres. La típica historia del herrero con diez hijos, al chaval lo coloca como ayudante de un encuadernador, el encuadernador le permite leer los libros y el chico se convierte en un gigante de la Ciencia. En medio, el padre le deja asistir (después del trabajo) a conferencias, al chico le gustan las de Humphrey Davy - el Londres de la épóca, ya saben-, traban contacto, al químico el chico le cae bien y lo toma como ayudante.

Cuando Davy muere, en 1829, Faraday ocupa su puesto y sigue las investigaciones. Abrevio: en 1820, el danés Oersted había descubierto que un alambre tiene propiedades magnéticas cuando por él pasa la electricidad (estotambién se estudiaba en el colegio, el tipo que descubrió que se le desviaba la aguja de una brújula).

En serio, resumo mucho más porque la vida de Faraday y la electricidad son dos temas que dan para muchísimo. En 1831 Faraday descubrió que moviendo unos imanes generaba electricidad. Cómo lo hizo es muy curioso: primero, aplicó el descubrimiento de Oersted, y enrolló un cable (un alambre) en torno a un anillo de hierro, y pasó electricidad por ese cable. Como era de esperar, se eneraba un campo magnético en el anillo. Enrolló otro cable en el anillo... y apareció electricidad en ese segundo cable. En realidad, no era tan fácil, pero Faraday era un lumbrera. La electricidad sólo aparecía al conectar el primer cable a la batería y al soltarlo. En situación estable no pasaba nada. Ergo, lo que producía electricidad era la variación del campo magnético. Y como era un lumbrera, montó una rueda de cobre que giraba entre unos imanes e hizo girar la rueda: aparecía la corriente eléctrica. Lo cual es una absoluta genialidad, porque si conectaba usted la rueda a un motor de vapor, obtenía una corriente eléctrica de verdad, nada que ver con la que se disponía entonces en los laboratorios, siempre a partir de pilas químicas que daban lo que daban y duraban lo que duraban. Básicamente, Faraday había descubierto el generador. Lo cual es genial, porque a partir de entonces... se podían mover las agujas de los imanes. Claro, porque en aquel momento la electricidad no servía para nada: ya que no había electricidad, no había nada que funcionara con electricidad. Y, recuerden, en aquel momento con la electricidad sólo se conseguían calambrazos y desviar limaduras de hierro.

Pero esto era Europa. En 1797, seis años después de Faraday, había nacido en Albany, Nueva York, Josep Henry. Por supuesto, de nuevo tenemos la tipica historia: muy pobre, muchos hermanos, lo colocan de ayudante en un taller. Solo que en este caso, era un relojero.No había libros. Lo que pasa es que Henry era un pillete, y en una pillería topó con unos libros y le gustaron. Decide que eso promete, vuelve a una escuela y estudia. Y se hace ingeniero. En 1826 es ya profesor en la academia de Albany. Sabe del descubrimiento de Oersted, y se dedica a investigarlo. Es posible que descubriera el principio de inducción electromagnética antes que Faraday, da igual: Faraday fue el primero que lo anunció, para él la gloria. Henry era ingeniero, y él buscaba otra cosa. Buscaba que aquello sirviese para algo.

En 1825, años antes que Faraday, William Sturgeon, británico, había (por hobby) enrollado 18 vueltas de alambre en una barra de hierro en forma de herradura y descubierto que al pasar la corriente por el alambre el hierro funcionaba como un imán (leo en la wikipedia que consiguió levantar 4 kg de peso), y lo llamó "electroimán"; creo que arrasaba en las ferias de los condados (es broma, no lo sé). Henry se metió por ahí, pero lo hizo mejor. Mucho mejor. Bobinó el alambre muchísimas vueltas, y separó cada vuelta de alambre con seda, para que la electricidad no pasara directamente sin rodear a la herradura. En 1831 su electroimán levantó 300 kg en una exhibición en Princeton; a finales de año, 1.000 en Yale. Ahora empieza a servir la electricidad para algo... si hubiera electricidad.

Pero Henry no se paró en los electroimanes. O, mejor dicho, hizo algo más. Ideó un dispositivo que tenía un electroimán. Una corriente eléctrica generaba un campo magnético que movía una palanquita de hierro. Y esa palanquita hacía un ruidito porque golpeaba una campanita. Si la corriente era intermitente, la palanquita golpeaba de manera intermitente. ¿Alguna vez ha oído un timbre?

Claro, había un problema. Si el electroimán está a dos metros de distancia, la cosa funciona. Pero si está a seis kilómetros, necesitas una corriente brutal. Dede luego, fuera del alcance de la época. Solo que aquí nos encontramos con un ingeniero como la copa de un pino que se saca un conejo de la chistera. Muy sencillo hoy, pero si no es usted ingeniero eléctrico, seguro que no se le ha ocurrido. 

Verán, Henry inventó también el relé. Al relé llega una corriente pequeñísima, pero suficiente para mover una palanquita que era a su vez un interruptor. Este interruptor cerraba un segundo circuito por el que circula una corriente más intensa, y así podía hacer lo que quisiera. Por ejemplo, podía llevar un alambre de una ciudad a otra, poner a un tipo de dedos ágiles a accionar un interruptor en una ciudad y que sonara un pequeño tic en el otro lado del tendido. Aquí entra en juego una particularidad de Henry: el tipo pensaba que toda la humanidad debía beneficiarse de todos los avances técnicos, y no patentó nada. Entonces, un listillo que andaba por allí y que no pensaba igual, un tal Samuel Morse, se apresuró a patentar la idea. Como pasa siempre, mucha gente instaló entonces "telégrafos pirata". Morse pleiteó contra ellos, y ellos adujeron que, a fin de cuentas, Morse no había sido el verdadero inventor, sino Henry. Claro que los jueces dijeron que sí, pero que la patente era de Morse. Y Morse ha quedado para la Historia como el inventor del telégrafo; justo es reconocer que también aportó algunas buenas ideas, como el codigo y, ¡qué caramba!, el orignal usod e los electroimanes de Henry, verdadera esencia del telégrafo. Por cierto, ya se imaginan que el invento de Bell (que tampoco fue suyo), el teléfono, tampoco habría existido sin los electroimanes de Henry.

Da igual, lo más grande de Henry tampoco es el telégrafo. Porque el tipo seguía dándole al coco. Sabe hacer electroimanes y que muevan cosas. ¿Y si lo que mueven es una rueda que gira? ¿Recuerdan el "invento" de Faraday? Pues lo mismo, pero en el orden inverso: en vez de mover mecánicamente una rueda entre polos magnéticos para obtener electricidad. Henry usó la electricidad para activar unos polos magnéticos que hacian moverse una rueda.... obteniendo trabajo mecánico. Ni más ni menos que el motor eléctrico. Y, más o menos, tal como se sigue estudiando en las escuelas de ingeniería con el nombre de "motor de jaula de ardilla".

Y es casualidad: Henry construye su invento (un primer prototipo) en 1829 y lo describe en 1831. Ese mismo 1831 Faraday consigue generar electricidad a la inversa que Henry. Y digo que es casualidad, porque (creo) nadie sospecha que Faraday estuviera al tanto de los avances de Henry.

Podría contar muchas más cosas de Henry (también de Faraday), pero no se trata de eso. Se trata de dos tipos que hicieron los inventos decisivos, y a la vez. Uno, un científico, descubrió cómo generar electricidad. El otro, un ingeniero, inventó el motor eléctrico, que es en definitiva lo que le da uso a la electricidad (también vale para iluminar bombillas, pero ésa es otra historia). Y la electricidad, estamos todos de acuerdo, es lo que diferencia el mundo moderno del antiguo.

En cualquier caso, eso podría haberle respondido Wolowitz a Cooper: el científico descubre la electricidad, pero ese descubrimiento no vale para nada sin el ingeniero que inventa qué hacer con esa electricidad.



This Land Is Your Land - Sharon Jones & the Dap Kings

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Wolowitz, los ingenieros y los científicos (2ª parte)




Continuando con Wolowitz, los ingenieros y los científicos, tratamos de saber qué diferencia (positiva) hay entre los ingenieros y los científicos. La primera pista nos vendría ya durante la carrera, con la respuesta del catedrático de Transportes a nuestro delegado de clase ante una reclamación: "para un ingeniero, no hay nada imposible; y, si no, haber hecho Físicas". Esto pasó en 4º; al acabar 5ª me incorporé a la mili, a un cuartel muy especial (algún día quizás cuente batallitas de eso) cuyo lema era: "lo difícil se hace, lo imposible se intenta".

Y luego está el hecho diferencial (no la virtud) de que los científicos, de la observación de la Naturaleza, deducen las leyes que la rigen, y los ingenieros, del conocimiento de esas leyes, generan la Técnica, que es su aprovechamiento.

Venga, digámoslo ya: no son los científicos los que sacaron la hombre delas cavernas, fueron los ingenieros. No fueron los Tales de Mileto, Pitágoras, Anaximandro y demás sabios los que crearon el bienestar alcanzado por la antigua Roma ni su abrumadora superioridad técnica sobre los demás pueblos, y el dominio español sobre el Oceáno Pacífico no se basó en la teoría heliocentrista de Copérnico. No fueron científicos Kay, Watt o Bessemer, y si mira usted por la ventana verá un prodigioso avance técnico con respecto a 1914, mientras que la ciencia no ha avanzado de igual manera. Y si es perspicaz, captará incluso los increíbles avances desde 1964. ¿Tanto salto cree que ha dado la ciencia en estos últimos 50 años? Y es que la Técnica avanza siempre, porque cada vez que un ingeniero discurre una manera mejor de hacer las cosas todos nosotros avanzamos con él. ¿Cuántas patentes y modelos de utilidad se registran al año? ¿Cuántos avances científicos?

Por supuesto, nada más lejos de mi intención que desmerecer a los científicos; de hecho, acabo de borrar un par de párrafos que escribí hace unas semanas y que, releyéndolos ahora, he preferido eliminarlos. Sonaban hirientes, como si les acusara de no aportar nada. 

Pero lo cortés no quita lo valiente, y Wolowitz podría haberle respondido a Cooper que los científicos hacen descubrimientos, mientras que los ingenieros inventan. Como diría Cooper si fuera al revés, unos "encuentran" cosas que ya estaban ahí, esperando que alguien las conociera, y los otros crean de la nada.

Esta diferencia se aprecia claramente si comparamos a un gran científico y a un gran ingeniero que vivieron en los mismos años y que trabajaron en los mismos campos. El científico, Michael Faraday. El ingeniero, Joseph Henry. El escenario, el mundo antiguo y el mundo moderno, y de verdad.

En la próxima entrada les cuento esta historia.




The Beatles - Back in the USSR (versión de Popdudes)

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Un problema nacional



Cae en mis manos una hoja de ejercicios de Matemáticas. Traduzco el enunciado del primer problema:
De los números del 1 al 80, clasifica en un grupo los que sean múltiplos de 3 y en otro los que sean múltiplos de 5. Puede ser que hay que pertenecen a los dos grupos, entonces ponlos en los dos grupos.

La respuesta, por supuesto es:
3: 3 6 9 12 18 21 24 27... 75 78
5: 5 10 15 20 25 30... 75 80
No critiquen la sintaxis del enunciado, mi traducción es literal. La cuestión es que es una hoja de ejercicios de 1º de la ESO. Lo que antiguamente era 7º de EGB, y más antiguamente aún 3º de bachillerato. A la edad en la que hace años se hacían multiplicaciones y divisiones de polinomios, se calculaba el cubo de una suma y se resolvían ecuaciones de segundo grado y sistemas de dos ecuaciones lineales con dos incógnitas. Ahora, los alumnos de 12 y 13 años se entretienen en escribir en una hoja todos los números divisibles entre 3 del 1 al 80.

Y, a pesar de todo, existe fracaso escolar y se ve necesario la recuperación de los exámenes de septiembre.

¿Nadie ve nada equivocado aquí?

Mi profesor de Matemáticas en aquella edad era "el Emiliano". Y les aseguro que el Emiliano de ninguna manera iba a ponernos a escribir en una hoja todos los números divisibles entre 3 del 1 al 80. ¿Éramos más listos? O, mejor formulado, ¿teníamos capacidad para ser más listos? Sin duda, los chicos de ahora tienen la misma capacidad para ser listos que los de hace años. ¿Entonces? En mi opinión, a los chicos de ahora no se les estimula tanto.

Claro, el profesor de Matemáticas de 1º de ESO me dirá que tiene que plantear esos problemas porque el nivel de sus alumnos es el que es. Que le llegan así de primaria. Me está diciendo que le eche la culpa a los maestros de primaria, por no estimular lo suficiente a los chicos y tenerlos pegando circulos rojos separados de los cuadrados verdes.

Yo no digo que los de primaria no tengan culpa; al contrario, les considero directamente culpables del nivel con que terminan los alumnos la educación primaria. Sí, son culpables directos. Se escudarán en que la Consejería de Enseñanza esto y lo otro y que "muchos padres...", que las editoriales de los libros de texto... Excusas de mal pagador. La Consejería, "muchos padres...", las editoriales, serán también responsables, no digo que no, pero está claro que los primeros son ellos.

Pero el profesor de ESO también. ¿Porqué no eleva su nivel? Cuando yo estudiaba, había cursos y/o profesores que suponían un salto muy grande con respecto al año anterior, eso lo sabíamos todos - o lo descubríamos rápidos-; y cuando tocaba, había que hacer un esfuerzo adicional para ponerse al nivel exigido. Y ahora un profesor debería hacer lo que cree en conciencia que debe. Y si ha de subir el nivel, que lo suba. Si tiene un nivel tan bajo, por favor, no eche la culpa a los anteriores: está enseñando en el nivel que cree que debe enseñar.

Y en este tema no hay que acusar sólo a los enseñantes. ¿Qué hay de las editoriales, por ejemplo? ¿Todos los que intervienen y pueden opinar creen que ése es el nivel correcto?

En definitiva, ¿quién marca el nivel? ¿Puede ser que en la escuela de la calle tercera resuelvan ecuaciones y en la de la calle cuarta separen números pares e impares?

Y luego está el pueblo llano. ¿Es posible que no nos demos cuenta del bajísimo nivel de la Enseñanza? ¿Es posible que nadie crea que es uno de los problemas más importantes del país? ¿Que cada día el daño es mayor e irreparable? Esto es como una tubería que pierde agua, cuanto más se tarde en reparar más agua se habrá perdido.

Por desgracia, tengo para mí que el problema ya no tiene solución, porque los maestros de ahora ya han sido educados así. Como la tubería, que llega un momento en su deterioro que ya no tiene reparación. Solo que en el caso de la enseñaza, no podemos sustituir a los maestros. No, por lo menos, hasta que todos, y quiero decir todos, seamos conscientes de lo cuesta abajo que vamos y el compromiso por resolverlo sea pleno y de todos. No lo veré, ¿verdad?




Carly Simon -  You are my sunshine