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miércoles, 6 de marzo de 2024

Faltan ingenieros

El año 2018 el salario mínimo interprofesional en España era de 735 € en 14 pagas. Este año se ha establecido en 1.134 € en 14 pagas, lo que equivale a una subida anual del 7,5%.

Sin entrar (en este artículo) sobre la conveniencia o no de tal salario mínimo, echemos una mirada a cómo han evolucionado los salarios de los ingenieros. 

Supongamos que un ingeniero cobraba en 2018 2.200 € en 14 pagas (por si les interesa, el convenio de las ingenierías de 2021 establecía, para los ingenieros superiores, 1.880 € en 14 pagas). Supongamos también que el sueldo de un ingenieros se revalorizaba un 1% anual. Eso significaría que en 2024 ese ingeniero superior cobraría 2.335 € en 14 pagas (sigue estando muy por encima del convenio).

En 2018 ese ingeniero superior estaría cobrando 3 veces el salario mínimo interprofesional. En 2024, sólo el doble. Sin comparación posible entre las responsabilidades de los trabajadores de ambos grupos o los esfuerzos y las renuncias vitales de cada uno para llegar a donde han llegado (recuerden los ingenieros, sin ir más lejos, las juventudes que vivieron y las que vivieron otros muchos).

Que ya sé que los ingenieros no se hacen ingenieros por el dinero, pero cabe preguntarse si la política de subir el SMI contribuye a paliar la denunciada falta de ingenieros en España y la también denunciada falta de estudiantes féminas en las escuelas de ingeniería.  

miércoles, 21 de febrero de 2024

Paro juvenil

https://www.youtube.com/watch?v=Qy01R9CEFFs 

 

 

El paro juvenil en España supera el 28%. La tasa de paro de los mayores de 25 años creo que ronda el 10,5%. ¿Por qué esta diferencia?

A vuela pluma, se me ocurren 4 posibles razones.

La primera es que las empresas pidan más experiencia de la que tienen la mayoría de los jóvenes. Es una posible razón, aunque suena idiota porque los jóvenes siempre han sido jóvenes y siempre han carecido de experiencia. O no: si antes un chaval empezaba a trabajar con 14 o con 16 años y ahora empieza con 18 o con 20, pues es normal que cuando antes a los 18 ya tenía cierta experiencia ahora las empresas echen de menos esa experiencia.

La segunda es que lo que pidan las empresas sea más formación de la que tienen. Cabe preguntarse entonces si la formación que actualmente se brinda es adecuada y suficiente. A pesar de lo que dicen los resultados, año tras año, de las pruebas de acceso a la Universidad. Por ejemplo, cabe preguntarse si la formación que reciben los, pongamos, estudiantes de ingeniería, es suficiente para trabajar de ingenieros. Y cabe preguntarse también si la formación que un joven elige para sí es la adecuada. Porque puede que sobren geógrafos y falten electricistas.

La tercera es el salario. No digo que sea una razón, sólo que es posible. Si el salario mínimo es muy alto, las personas menos cualificadas, menos formadas y con menos experiencia tienen difícil justificar con su trabajo un salario muy alto. Si el trabajador no se gana lo que cobra, el empresario no lo contratará, es así. Por otro lado, es posible que un joven de 18 años no tenga las mismas necesidades económicas que un adulto de 35 y lo que es un mínimo admisible para él no lo sea para el joven: el joven estaría dispuesto a trabajar por menos dinero... pero la ley no le deja. Y es que queda muy bien vender a los jóvenes que cuando trabajen cobrarán al menos 1.200 euros y callarse que con esa exigencia nadie los contratará pero que si cobraran 800 tendrían ofertas a patadas.

Y la cuarta... ¿es posible que la razón sean los mismos jóvenes? ¿Es posible que gran parte de los jóvenes carezcan de los valores adecuados, pongamos sentido de la realidad, responsabilidad, capacidad de sufrimiento, esfuerzo, autoexigencia, valentía, humildad o qué se yo? ¿Cabe la posibilidad de que muchos jóvenes no tengan la actitud adecuada?

También es posible que una de las razones sea que los causantes (de las razones) se nieguen a la autocrítica y a reconocer que algo pueden hacer para cambiar la situación. Por ejemplo, intentando prestigiar profesiones desprestigiadas o al menos explicar a los chavales qué son esas profesiones, para qué sirven, por qué son necesarias, si ya cuesta que un adolescente sepa qué trabajo hace un ingeniero no pretendamos que quiera ser encofrador, matricero o fresador. No sé, se me ocurre. 

 

 

 Alabama - I'm in a hurry (and don't know why)

viernes, 17 de marzo de 2023

Y ahora, los granjeros holandeses

El otro día me hacía hueco de las noticias de que en Alemania empezaban a pensar que quizá se estaba yendo demasiado rápido con eso del coche eléctrico. Y ahora son los holandeses: en síntesis, el Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB), un partido nacido en 2019 en el mundo agrícola contra los planes medioambientales del Gobierno holandés y la Unión Europea, ha ganado esta semana las elecciones provinciales, que sirven para configurar el Senado. Es interesante, porque el primer objetivo del BBB es parar los planes para reducir las emisiones de nitrógeno, que incluyen una reducción de la ganadería y prevén expropiaciones cerca de zonas naturales protegidas. Vale que no tiene peso suficiente (de momento) para impedirlos, pero sí para retrasar las medidas.

Lo significativo para mí es que por fin la gente le está viendo las orejas al lobo y está reaccionando. Que está muy bien el no contaminante mundo que quieren los políticos y los ecologistas, pero cuando se quiere pasar del dicho al hecho se descubre lo que no nos habían dicho que acarrearía. Y, claro.

De momento son solo resistencias y retrasos, no se consigue detener el plan general. Pero yo albergo la esperanza de que algún día se consiga. Cuando estemos más cerca, supongo.

Suerte tenemos de los europeos del norte para salvarnos. 

domingo, 5 de marzo de 2023

Coches eléctricos: ¡vaya!

https://www.youtube.com/watch?v=8A3zetSuYRg 

 

 

Dentro del aluvión de noticias de estas semanas ha pasado desapercibida. En pleno escándalo diario por la chapuza legislativa de la ley del sólo sí es sí (que tapaba el escándalo de la despenalización de la malversación que tapaba el escándalo de la despenalización de la sedición que...), el escándalo del FCB pagando millones de euros a un jefe de los árbitros, el escándalo de los trenes cántabros que no caben en los túneles (que intentaron tapar sacando un escándalo del director de carreteras del gobierno cántabro), el de los trenes alicantinos que pesan demasiado para los puentes, la comisión europea que viene a ver si los fondos se están gastando bien y se fue diciendo que no han averiguado nada porque el gobierno se las ha apañado para tapar todo lo de los fondos, el cambio de sede de Ferrovial a Holanda, el escándalo "tito Berni" de los diputados del PSOE corruptos, puteros y cocainómanos (y que se iban de putas en pleno confinamiento por el coronavirus),... En pleno aluvión diario de escándalos, digo, la noticia ha pasado desapercibida. Y sin embargo, es lo más importante del año hasta ahora. A ver si se dan cuenta los medios de su importancia y ponen el tema en el tapete. Que se hable de ello, porque es lo que de verdad debería interesarnos:

Alemania ha parado el proceso legislativo europeo que iba a prohibir la venta de motores térmicos en la Unión Europea a partir de 2035. Junto con Italia, Hungría y Polonia ha conseguido la minoría suficiente para paralizar el proceso.

Da igual las razones, si se quieren mirar nacionales. La causa verdadera es sólo una: por fin políticos al mando (en Alemania e Italia) han escuchado a personas sensatas. Que les han dicho que quizá estamos corriendo demasiado, con eso del coche eléctrico, y que mejor pensar con calma las cosas antes de tomar decisiones que causen daños irreparables.

Por fin.

No sé si el parón durará mucho, porque vender un mundo eléctrico sin humos saliendo de gases de escape ayuda a ganar elecciones y todos los políticos tienen una tarde o temprano, pero algo es algo. Es el momento en que las voces que intentan poner un poco de sensatez van a ser escuchadas: quizá hay aún esperanza.

 

 

 

Guiseppe Verdi - Rigoletto (la dona e mobile)

martes, 6 de diciembre de 2022

Población en el País Vasco

https://www.youtube.com/watch?v=4bvZ-WCkXGE 

 

 

 

Leo en la prensa que en el País Vasco necesita que lleguen, en la próxima década, 400.000 trabajadores. Son cifras de la patronal vasca, Confebask.

En España, en las últimas décadas, la población ha aumentado. Peor no en todas las regiones: en Asturias, por ejemplo, no. Y en el PV, tampoco. Las cifras, ya se saben, se pueden manipular para que digan lo que se quiera. Pero la realidad es que en el PV ha habido épocas en la que la población ha disminuido, y cuando en España el número global de habitantes se disparó (como todos sabemos, por la inmigración), en el PV creció un poquito. Muy poquito, pero algo, que para un político es suficiente. Para que me entiendan: el número de vascos disminuyó, el número de habitantes subió. 

El caso es que ahora piensan que les falta gente. Se lamentan de que los jóvenes emigran y todo eso: lo normal en estos casos.

Pero nunca leo que los políticos lamenten la enorme cantidad de población que perdieron durante los años de plomo. La emigración que provocó ETA y la connivencia de los caciques locales con ETA. Nunca. O no existió, o lo desconocen, o no lo reconocen.

Y tampoco leo que a nadie entre ellos (entiéndase: como buena autonomía nacionalista, los caciques locales, que como en las provincias catalanas, son los que de verdad cortan el bacalao) se le ocurra que quizá, sólo quizá, estén haciendo de su comunidad una región antipática a ojos de los demás. Y que quizá, sólo quizá, la presión sobre el español que están ejerciendo, a la catalana, su proyecto de ley de educación (que intentará imponer extensiva y definitivamente el vasco, a la catalana), su anuncio de que para trabajar en la administración vasca habrá que saber vasco, esas cosas quizá, sólo quizá, disuaden un poquito a los demás españoles  de emigrar (de trasladarse) a tan idílico paraíso. ¿O creen que para generar simpatía y deseo de vivir allí basta con una campaña de publicidad?

Porque, digo yo, esos 400.000 trabajadores que quieren (para sus fábricas, que si no de qué), ¿de dónde quieren que salgan? ¿De los hijos que ya no tienen? Si no quieren emigrantes extranjeros, su única solución sería "robar" población a las otras regiones, ya que todos descartamos que suecos, daneses y austriacos vayan a mudarse en masa al PV. 

Me hace gracia: como en Cataluña, su convicción de que son unos genios les impide reconocer los errores que cometen. Y con esa actitud cualquier ingeniero convendrá conmigo en que ni harán un buen diagnóstico ni darán con una buena solución.

Buena suerte, claro. Pero tienen lo que se han buscado: de esos polvos, estos lodos.  

 

 

Hayde bluegrass orchestra - Wayfaring stranger 

lunes, 31 de octubre de 2022

Ricos, pobres e impuestos

https://www.youtube.com/watch?v=A_FlTbbPZ1w 

 

 

«Se lo contaré de otra manera: quiero ser pobre y pagar impuestos. Y por eso he votado y votaré a esa socialdemocracia, y por eso soy de izquierdas con todas las contradicciones. Las contradicciones son muchas. Pero no tengo alternativa». 

Escrito en un blog de un profesor de instituto, muy probablemente de Humanidades, que sigo. El autor, de extracción humilde y arrabalera de Barcelona, da clases a alumnos del mismo ambiente en el que se crió e incluso peor, y tiene una visión de la vida, me parece a mí, basada en una dicotomía de pobres, explotados y víctimas del sistema y ue sólo piden una ayudita para poder ser un poquito mejores, y ricos y poderosos, que son "el sistema". El autor a menudo se confiesa de izquierdas, valga el fragmento traído, y ese izquierdismo incluye otro de sus pilares vitales: odia, odia profundamente, al Partido Popular y a quienes lo apoyen. No importa lo que hagan o lo que pase. Y por Partido Popular me refiero también a cualquier sospechoso de no ser de izquierdas, ustedes ya me entienden. Y no es un odio racional, basado en pruebas que lo justifican, simplemente es. Intenso y profundo, extensible. Africano. Así que da igual lo que haga el partido socialista, su voto lo tienen seguro "a pesar de las contradicciones". Contradicciones es que prometan una cosa y hagan otra. QUe creas, que supongas que harán una cosa, y que hagan otra. Contradicciones es que te engañen. Le da igual que le engañen, porque lo único que le importa es lo otro: que no gane la derecha.

Su entrada, en concreto, iba de impuestos. Y él quería pagar impuestos. Obviamente, es farol, porque no querría pagar en impuestos más allá de cierto límite, pero lo que ocurría es que él se oponía a cualquier posible bajada de impuestos, que era lo que anunciaba que quería hacer la derecha, y lo explicaba: las bajadas serían a costa de la sanidad y la educación, lo tenía clarísimo, y eso no podía ser. Menos imnpuestos suponían menos gastos, y eso significaba menos sanidad y menos educación. Profesor de instituto,oigan. Ni se le ocurrió pensar, como le advirtió un comentarista, que los gastos que se reducirían podrían ser los despilfarros, los superfluos y las ineficacias.

Pero lo mejor es el párrafo final:

«La izquierda debe hacer mucha reflexión y debe enfrentarse a sus paradojas, contradicciones y tonterías. Pero no hay alternativa. Lo que propone el señor gallego es un suicidio colectivo. Las clases medias debemos estar dispuestas a sacrificarnos. Y las altas deben sacrificarse un poco más, como es lógico. ¿No se sacrificarán por su amada patria esos ricos tan patriotas? Si no les gusta eso, los ricos pueden trasladarse a Madagascar y pueden envolverse en la bandera de Madagascar para hacerse un selfie patriótico».

Con esto de los impuestos pasa lo de siempre: en el momento que entran los números, la capacidad de entender de las personas salta por la ventana. Sobre todo la de los profesores de Humanidades. Voy a poner un ejemplo. Los números van a ser muy sencillos, para que se entienda la idea, aunque no se correspondan con la realidad nuestra (eso lo captarán en seguida). Da igual que no se correspondan, lo importante es la tendencia, no el número exacto.

Supongamos que una persona que gana 10.000 € ha de pagar un 1% de IRPF. Es sólo un ejemplo para facilitar los cálculos, lo importante es la idea general. Supongamos que quien gane 2.000 € ha de pagar el 5%. Es justo, dirán, si gana más ha de pagar más. Y supongamos que, en la misma línea, quien gana 1.000.000 € ha de pagar un 50%. Supongamos que tenemos 1.000 personas que gana 1.000 €, y una persona que gana un millón. Los mil que ganan mil han de pagar el 1%: 10 € cada uno. Como son 1.000, eso suma 10.000 €. Y el rico del millón paga el 50%, 500.000 euros. Así que la recaudación total es de 510.000 €. Bien, supongamos que se cumple el sueño de la izquierda y se reparte la riqueza entre todos: los mil de mil euros suman un millón de euros de ganancia , que sumado al millón del rico son dos millones. Estos dos millones se reparten por igual entre todos, y a cada uno le tocan (redondeando) 2.000 euros. Por 2.000 € se paga el 5%, que son 100 € por cabeza. En total, 100.100 € de recaudación. De 510.000 € se baja a 100.100 €, vaya por Dios. Menos servicios, peor sanidad, peor educación, peores carreteras,...

Pero eso si el rico se deja. Si sabe que le van a quitar el millón (o, mejor dicho, que le van a quitar el medio que le estaban dejando tras los impuestos), sin duda se va a ir: es lo que haría yo, y es lo que haría usted, no lo niegue. Y una vez largado el rico, los otros mil se quedan... con los mismos 1.000 € de antes, pero además cobn sólo una recaudación de 10.000 €: ni servicios, ni sanidad, ni educación ni carreteras.

Moraleja: cuidado con lo que se desea, no vaya a ser que se cumpla.

Y es que no sería cierto que el que gane 2.000 euros pague 5 veces lo que el de 1.000 ni el rico 50 veces; el de 2.000 paga 100 euros, que son 10 veces lo que paga el de 1.000, y el rico paga 50.000 veces lo que paga el de 1.000. 50.000, no 50 veces. 

Recuerde, los números no son reales; la idea, sí. Si alguien que gana 30 veces lo que nosotros (en mi caso, algo muy fácil) tiene una tasa de IRPF triple que la nuestra, no paga el triple: paga 90 veces más. Y puede que lo acepte, pero si encima le llamo insolidario y pido que pague más aún...


Por cierto: es real, y se están yendo muchos. En Portugal llaman "cocoon" a las urbanizaciones de lujo a las que se están mudando muchos adinerados españoles que, una vez liquidada su vida laboral en España, no quieren soportar la carga fiscal que les imponemos. Y no me extraña.


 

Burning - Como un huracán

martes, 28 de junio de 2022

Más Indra

Siguen dimitiendo consejeros independientes de Indra, ahora ya por pundonor. Porque tienen un nombre, una reputación que mantener, y no están dispuestos a que se les asocie a lo que está pasando allí. Ya sólo queda uno, y veremos qué hace éste.

Lo dicho, no sé qué propósito tiene Sánchez ni porqué quiere controlar del todo Indra. Si es porque quiere que la empresa trabaje en líneas que le interesan al Ministerio de Defensa, si es porque quiere que Indra le venda más barato, si quiere quedarse con los beneficios de Indra... o si tiene las aviesas intenciones que le imaginé en mi anterior entrada.

Pero lo que está haciendo allí es tan obsceno que los independientes, que tienen decencia y dónde caerse muertos, le están diciendo que adiós, que con ellos no cuente.

Y la única razón que se me ocurre a mí para tanta obscenidad es la aviesa.

sábado, 25 de junio de 2022

Indra

 

https://www.youtube.com/watch?v=vZhOSdYOJQE

 

 

 

Hace tiempo que se me pasaron las ganas de escribir: tengo el desánimo metido en el cuerpo. Creo que vamos mal, muy mal. A menudo pienso que vamos a petar (permítaseme la catalanada), y que tenemos a los peores dirigentes posibles en los momentos más críticos. Por ejemplo, la cosecha de trigo va a ser muy mala este año, pero ¿creen que el Gobierno va a remediar el asunto a tiempo? Hace mucho que avisamos que el coste de la energía se está disparando, y la gestión del Gobierno sólo está consiguiendo que alcance precios aún más altos (y que se demuela la térmica de Andorra, no sea que en algún momento nos entren ganas de volver a usar carbón turolense). Pues lo mismo va a pasar con el trigo. Se va a disparar de precio a finales de año, y entonces serán las caras de sorpresa (por parte de nuestros gobernantes) y el rechinar de dientes (por parte de los demás). Pero no es por el pan. O por la gasolina o por la luz. Es por todo.

Hay dos tipos de dirigentes, los tipo 1 y los tipo 2.

Los dirigentes tipo 1, cuando sienten que están al final de su periodo, contemporizan. Ya no promueven iniciativas que saben que no van a poder rematar, intentan no tomar decisiones que compliquen o comprometan a su sucesor, y en general se limitan a gestionar el día a día de la manera más neutra posible.

Los dirigentes tipo 2, cuando sienten que están al final de su periodo, arramblan con todo. Intentan comprometer lo más posible a su sucesor, para que éste tenga que continuar su obra, dejarlo todo atado y bien atado, y por atado se entienden las manos de su sucesor, ha de llegar con las manos atadas y que todo continúe como si no se hubiera ido. Sirva como ejemplo un alcalde de Zaragoza, socialista para más señas, que perdidas las elecciones y la víspera del nombramiento de su sucesor, prorrogó la concesión a la empresa que gestionaba la recogida de basuras y a la que le quedaban aún muchos años de concesión... 40 años más.

Hay, claro, un tipo especial de dirigente tipo 2, que es aquel que, como puede, manipula las reglas para perpetuarse como dirigente. Pensemos, es otro ejemplo, en el típico presidente venezolano o boliviano que hace una Constitución que limita los mandatos presidenciales pero luego dice que los suyos, como han sido antes de la Constitución, no cuentan en esa limitación. Que tampoco hace falta que sea un presidente sudamericano: la alcaldesa de Barcelona, Colau, va a saltarse todos los reglamentos de su "partido" y se va a presentar a un tercer mandato. Lo que por cierto no nos ha extrañado a nadie, porque también tiene reglamentado que dimitiría si se la imputara en un juicio y ya está imputada en dos.

Sánchez, huelga explicarlo, es un dirigente tipo 2. Lo que pasa es que yo siempre he sospechado que sería un tipo 2 especial si pudiera, y hasta ahora pensé que no lo sería porque no podría. Pero Indra.

Indra es una empresa que cotiza en Bolsa. Es de las grandes, y por eso forma parte del selectivo Ibex-35. Su principal cliente es el Ministerio de Defensa, y a nivel nacional es una empresa estratégica.

No sé si fue el año pasado o hace más, que el Gobierno intentó controlarla: echar al presidente del consejo de administración y poner a su hombre allí (un tío del PSOE catalán, sin ningún mérito aceptable fuera de su carnet de político). Hubo la consabida estupefacción y protesta, y se llegó a un acuerdo: el político sería el presidente, pero su cargo sería sólo honorario. Para engrasar la relación con el ministerio y poco más. Bueno.

Tras la derrota (paliza) en las elecciones andaluzas el pasado domingo, el Gobierno se ha puesto a corretear como un pollo sin cabeza, es casi un cadáver que piensa morir matando. Por ejemplo, el BOE ha publicado que se autorizaba al CIS a contratar a 4 "personas de confianza", a dedo, para "asesoramiento especial" y realizaar "análisis de datos sensibles que sirvan para el asesoramiento de la Administración y Gobierno": 4 personas para que el CIS sea una herramienta al servicio específico de Sánchez, con toda la cara. Por si no fuera poco que el que miembro de su partido que nombró presidente del CIS sea también su hagiógrafo, toma ecuanimidad e independencia. También mete la zarpa en el INE, otro organismo en teoría independiente: como los datos económicos que publica contradicen el idílico panorama que quiere vender el Gobierno, han destituido al presidente y han nombrado como tal a un hasta ahora secretario de Estado de uno de los ministerios económicos, un hombre de total confianza. Y peor aún, en estos momentos está (no sé si lo conseguirá) maniobrando para tener el control del Tribunal Constitucional, obviamente con el método de cambiar las reglas. Y digo que no sé si lo conseguirá porque todavía confío en que Europa le pare los pies, al menos en este asunto.

El caso es que Sánchez va ahora a calzón quitado. Le habíamos visto saltarse todas las normas de la democracia verdadera, pero es que ya le dan igual las apariencias. Y una de las cosas que ha hecho es tomar el control de Indra. Con oscuras maniobras de engaños ha conseguido destituir a los consejeros independientes (que por norma han de ser mayoría al ser una empresa cotizada sin un socio mayoritario) y nombrar a consejeros suyos (se denominan "dominicales"). Como era de esperar, la cotización de la empresa se está desplomando; recordemos que es una empresa en la que su mayor cliente toma el control de la misma, y que de ese cliente sabemos dos cosas: que está en la ruina y que carece de cualquier escrúpulo. La Comisión Nacional del Mercado de Valores todavía no ha aprobado todo esto, así que es posible que consiga echar marcha atrás. O no: creo que va a obligar al Gobierno a hacer una OPA y comprar las acciones de los demás, lo que en la práctica es nacionalizar Indra y que pase a ser una empresa de la SEPI, el antiguo INI.

Indra es una empresa puntera en lo que se refiere a tecnología, la vanguardia nacional, pero una vez esté integrada en la SEPI ya veremos. Yo apuesto porque ya no lo será. Pero no es ese el problema.

Lo que me deprime es que si hubiera que definir el estilo de gobierno de Sánchez con una palabra, quizá sería "obsceno". Y estoy convencido que el ansia obscena que está demostrando por obtener el control de Indra no es por ningún asunto de contratos con Defensa.

Indra hace el recuento de las elecciones.

Estoy convencido, convencidísimo, que Sánchez, el que dijo a los periodistas "la Fiscalía, ¿de quién depende? Pues eso.", va a intentar amañar las elecciones. Y para eso necesita a Indra. Que no sé si en realidad se podrían amañar, pues los votos se cuentan manualmente, pero, si se puede, ha de ser en la gestión del recuento. Y en este mundo en que hemos perdido la capacidad de hacer sumas a mano y delegamos en las maquinitas, eso es lo que hace Indra. Repito, no afirmo que puedan manipularse las elecciones. Pero estoy convencido de que Sánchez cree que con Indra a sus órdenes, puede hacerlo.

Es un tipo 2 especial, y de la peor calaña. Como ha venido demostrando desde el primer día.

Por cosas como éstas, se me van las ganas de escribir.

 

 

 

Simple Minds - Biko

martes, 24 de mayo de 2022

Insisto, la Deuda Pública

https://www.youtube.com/watch?v=hvKyBcCDOB4 

 

 

Leo que durante la crisis del COVID-19 la deuda pública estatal aumentó 230.000 millones de euros. Tocamos a aproximadamente 5.000 lereles por cabeza; pero si pensamos que sólo la mitad de los españoles trabajamos, cada trabajador tendrá que destinar 10.000 euros de lo que consiga a pagar esa deuda. Intereses aparte, claro.

¿Porqué tenemos una deuda que ha crecido esos 230.000 millones y porqué ha de pagarla el trabajador? Lo expliqué en esta entrada sobre la deuda pública. La deuda pública representa todo lo que nuestros gobernantes deciden pagar sin tener el dinero para pagarlo. Pueden, por ejemplo, decidir que se merecen un yate. Y como no está presupuestado (no se ha reservado una parte del dinero que nos han extraído vía impuestos para ese yate), pues se carga a deuda. Ya se pagará. Ese ya se pagará sólo significa que en años venideros una parte de nuestros impuestos se empleará en devolver el dinero prestado (más los intereses).

Cualquier persona normal sabe que hay que tener mucho cuidado con las deudas. Lo ideal es no tener ninguna, pero si se tiene alguna, que esté controlada. Y la clave de tenerla controlada es ser consciente de que está ahí y hacer el esfuerzo necesario para pagarla. Sobre todo, evitar que crezca. Eso sí, lo principal es lo principal: que la deuda sea pagable. Que no se nos coma todo lo que tenemos y no nos deje lo suficiente para ir tirando.

Pues la deuda pública es deuda de todos. Contraída por otros, pero en nuestro nombre. Y nosotros la pagaremos. Así que el dato de que durante la crisis COVID-19 la parte de deuda que cae sobre cada uno de nosotros (no sobre los que viven felices porque sólo reciben pero no aportan), y que, repito, tendremos que pagar, ha aumentado 10.000 euros no debería dejarnos indiferentes.

Tampoco tendríamos que consolarnos en que todo ha sido culpa del covid y de Rusia (como si ese consuelo nos aliviara de tener que pagar lo debido), porque desde 2015 ha aumentado en 353.000 millones de euros. O, si lo prefiere, 15.000 euros más por cabeza. Quiero decir, esto no es cosa del covid o de Rusia. Es cosa de cómo nos gobernamos. Es un estilo de vida.

Es nuestro estilo de vida.

De momento, lo que se hace es pagar esa deuda con nuevas deudas (sí, no es muy buena idea, pero son nuestros líderes elegidos por nosotros) y con más impuestos. Pero llegará un día en que nos dirán que no nos prestan más si no devolvemos de verdad (es decir, si no rebajamos nuestra deuda global), y ya no podrán sangrarnos más con los impuestos, así que lo que tendrán que hacer es recortar los gastos públicos. En lo que se pueda recortar. En becas, por ejemplo. El chocolate del loro. Subvenciones a entidades, más de lo mismo. En asistencia sanitaria. En mantenimiento de infraestructuras. En salarios de funcionarios y trabajadores públicos (excepto diputados, senadores y ministros, faltaría más). Meterán también la mano en la hucha de las pensiones y dirán que ese dinero ha de ir a pagar la deuda, que se siente mucho pero que los que pensaban disfrutar de ese dinero en su vejez ya lo han disfrutado por adelantado con toda la vida regalada que nos hemos brindado. Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, pero no habrá escapatoria.

Y el gobierno sigue prometiendo gastos, y gastos, y gastos. Por ejemplo: hasta ahora, los tres primeros días de una baja laboral corren por cuenta del trabajador, y esto hace que los trabajadores sean responsables al pedir una baja laboral, no lo hacen porque sí. Pero el gobierno ha firmado que si la baja es por regla dolorosa (una razón que hasta ahora ya autorizaba a coger la baja médica) esos tres días irán por cuenta del Estado, no del trabajador. Sutil diferencia que nos lleva a todos a pensar que habrá muchas más bajas por regla dolorosa que hasta ahora (sobre todo, entre el funcionariado y el profesorado de las escuelas públicas). Ese dinero, ese sueldo que no va a dejar de percibir la trabajadora, lo pagaremos usted y yo, no lo dude. Y ese dinero se sumará al que ya tenemos comprometido, eso tampoco lo dude. Como los 20.000 millones de euros que se gastarán en el periodo 2022-25 en el Plan Estratégico para la Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres (tocamos a 1.000 euros por trabajador para este concepto, vaya preparando su hucha).

A veces no se trata de estar en contra de la medida por estar en contra. Se trata de que se es consciente de que no se puede pagar, como tantas cosas que nos gustaría hacer en nuestra vida real y no hacemos por la misma razón (por ejemplo, ese veraneo que tanto necesito en las islas Fidji).

Cuando llegue el día, que llegará, y usted se lamente, que se lamentará, yo le preguntaré: "Y usted ¿en qué pensaba cuando apoyó tal y tal gasto?".

Lo asombroso es que nadie es consciente de la deuda pública. Ésa es su gran virtud, lo que la hace tan peligrosa. Y la segunda es que para los políticos es un chollo: como el momento de pagarla será cuando ya no estén...

Pero insisto: el verdadero causante somos nosotros. Que queremos líderes que gasten y gasten, no que ahorren y paguen. Poco nos pasa para lo que nos merecemos, pero solo de momento. La que nos espera.

 

 

Darius Rucker - Wagon wheel


lunes, 21 de marzo de 2022

Inflación e impuestos

https://www.youtube.com/watch?v=ZpZ2tcvAJx0 

 

 

¿Recuerdan cuando escribí lo de cómo subir los impuestos sin que se note? Pues aquí va otro truco.

Tenemos una inflación significativa: es un hecho, ya sólo lo discute el Gobierno. Pues bien, la inflación, si no hace nada el Gobierno (y ya les adelanto: éste no lo hará) es una subida de impuestos automática.

La inflación es una subida del precio de los bienes y servicios. Lo que antes costaba 100, ahora cuesta 110 (es un ejemplo). Si a usted le suben el salario ese 10%, usted se queda como estaba. Pero si no le suben ese 10%, usted es más pobre que antes porque antes podía comprar ese bien y ahora no, siendo el bien el mismo.

Pues bien, el Gobierno (ya lo verán) no va a ajustar las tablas de tributación del IRPF. Si antes a usted le cotizaba en un tipo marginal del 20% (es un ejemplo), si sigue ganando 100 seguirá tributando el 20%. Aunque usted será más pobre que antes. Y si le habían subido el sueldo a 110 ahora le tocará un tipo marginal mayor, con lo que pagará más impuestos. Aunque usted no se ha vuelto más rico. Y si le han subido a 105, usted es más pobre que el año pasado (porque sigue sin poderse comprar el bien) y en cambio paga más impuestos (los que le correspondan a quien gane 105).

En resumen: nos suben los impuestos. Y nadie se da cuenta, nadie se queja.

Lo que tiene que hacer el Gobierno es adaptarlos a la inflación. Y que el que gane 110 pague lo que pagaba antes el de 100. Pero eso no lo va a hacer aún. Esperará un par de años, a las elecciones, y entonces hará el ajuste. Y si para entonces la inflación ha tenido un 10% anual y lo que valía 100 ya vale 120... lo que venderá el Gobierno es que "baja los impuestos". Y quedará la mar de bien.

¡Ladrones y caraduras!




Tchaikosky - El cascanueces, danza rusa

miércoles, 9 de febrero de 2022

Las deudas se pagan en el futuro

https://www.youtube.com/watch?v=JAdvIwbXyo0 

 

 

Imaginemos una cuadrilla de amigos que deciden hacer un viaje. Pongamos que quieren celebrar algo. Supongamos también que deciden dar una cierta cantidad de dinero a uno de los amigos, y que ese amigo organice el viaje. Llamemos a ese amigo el amigo tesorero.

No nos cabe duda de que todos los amigos confían que el tesorero gestionará los caudales como mejor sepa. Pero ahora pongámonos en la piel del tesorero. Supongamos que se estaba pensando en un viaje a Viena. Y, claro, una vez allí por qué no ir a la ópera. Y a un crucero por el Danubio. El hotel de 3 estrellas que primero miró, hay uno de 4 estrellas que es mucho mejor y qué caramba, y el Circo del Sol actúa en Budapest, no está muy lejos, y el hotel en Budapest lo coge de 5 estrellas, y ese crucerito por el Danubio en vez de ser dar una vuelta se transforma en un crucero Viena-Budapest-Viena, y en vez de ir a Viena en avión de línea podemos contratar entre todos un vuelo chárter, que no sale por mucho mucho más, y podemos darnos unos regalos personalizados recuerdo de tan maravilloso viaje, y esos regalos…

Y supongamos que el tesorero, que no tiene que rendir cuentas día a día, va contratando, ya se pagará.

Y cuando presenta a la cuadrilla el viaje que van a hacer el que pregunta por si lo dado era suficiente es tildado de aguafiestas, con lo fenomenal que va a ser el viaje…

Pero el dinero del principio justo llegaba para el avión a Viena y un hotelito de 3 estrellas; con el presupuesto que habían hecho, el viaje debía haber sido a Sevilla o a Portugal. Y aunque todos asumían que el presupuesto podía quedarse corto y hubiera que hacer una derrama nadie imaginaba que el viajecito les iba a suponer una carga económica que tardarían años en pagar.

Si la cuadrilla de amigos es todo el país, la deuda contraída se denomina deuda pública.

Aparte del propio concepto de deuda en sí, la deuda pública tiene dos problemas.

El primero de ellos es que no somos conscientes de ella. Aunque se hable de ella, no la asumimos como una deuda verdadera, como un dinero que habrá que pagar en el futuro (¡que tendremos que pagar, ya ven, incluso yo al escribir no la siento como propia!). No la sentimos como propia, no es una deuda que tengamos nosotros.

El segundo problema es que cuando se piensa en la deuda pública, incluso los más sabios economistas la miran con una mente ceteris paribus. Este latinajo se usa mucho en asuntos económicos, y significa “siendo todo lo demás igual”. Esto es, cuando pensamos en la carga que supone la deuda suponemos al mismo tiempo que siempre estaremos como ahora. Y no.

Grosso modo, la deuda pública de España ronda 1.432.200 millones de euros. Como somos (también aproximadamente) 47 millones de personas, nos tocan 30.500 euros de deuda a cada uno. Por si quiere comparar, Felipe González se encontró una deuda de 1.270 euros por persona y la dejó en 10.500 euros por persona; Aznar la mantuvo más o menos en la misma cantidad; Zapatero la subió a 22.000 euros, y Rajoy a unos 28.000. Críticas a la gestión aparte, ¿dónde está el problema?

El problema está en que ceteris paribus es una entelequia, sólo una hipótesis de trabajo para facilitar la comprensión de las cosas. Y en el caso de la deuda, hay algo que puede variar y es clave: el número de amigos que tocamos a pagar. La población española. Una cosa es que esos 1,4 billones los paguemos entre 47 millones, y otra es que la población española en pongamos 30 años se haya reducido a (un suponer) 30 millones: si los gestores consiguieran mantener la deuda atada, sin aumentarla, tocarían a 46.700 euros por cabeza, no a 30.500. La carga que nos correspondería a cada uno de nosotros sería mucho mayor.

Y podríamos ver los números de otra forma: actualmente la población activa es el 50% de la población total. La deuda de 30.500 por persona, como la pagan los trabajadores, se transforma en 61.000 euros por trabajador.

Cuando pensamos en los problemas de la demografía pensamos en que una población envejecida tendrá que gastar más en servicios de atención (aunque tal vez menos en jardines de infancia y colegios, por si ayuda), y en quién nos va a pagar las pensiones cuando nosotros nos jubilemos. Pero pensemos en la deuda. Sólo por la variación demográfica la deuda que hemos de pagar aumenta mucho. Si se mantuviera el porcentaje de población activa (más jubilados, pero menos niños) la deuda sería de 96.000 euros por trabajador, pero si el envejecimiento se traduce en un menor porcentaje de población activa (pongamos que baja del 50% del total de la población al 40%), esa deuda cambia a 120.000 euros. Una deuda que el trabajador no sería consciente de que tendría, pero la estaría pagando. Obviamente, vía impuestos. El trabajador notaría que paga unos impuestos muy altos, rayando tal vez en lo insoportable, pero no notaría mejoras en los servicios públicos. Claro que no, porque el alza en sus impuestos se iría en pagar la deuda pública.

En resumen: atentos a la demografía. Pero atentos también a la deuda pública. La conjunción de ambas puede ser un problema de la leche.

Claro que si nuestros gestores públicos se preocuparan de disminuir la deuda…

 

 

 

Hometown - The night we met

 

miércoles, 26 de enero de 2022

Locales vacíos

https://www.youtube.com/watch?v=ZHwVBirqD2s 

 

 

La ley de la oferta y la demanda es la base de nuestro sistema económico. Consiste, en síntesis, en que el precio de un artículo es acordado entre comprador y vendedor. Aunar un principio tan sencillo con la naturaleza humana tiene como consecuencia que si hay mucha más gente de la que quiere algo que la que lo ofrece el precio de ese algo sube, y en caso contrario baja.

Al principio de su carrera, no recuerdo si 1985 o 1986, Michael Jordan se lesionó y se perdió lo que quedaba de temporada. Cuando se recuperó ya no había partidos, pero él estaba ansioso por volver a practicar su deporte favorito, así que se dedicó a partidillos callejeros y pachangas varias. Los técnicos de su equipo pusieron el grito en el cielo porque podía volver a lesionarse y no querían correr ese riesgo. Jordan, en cambio, quería jugar porque quería jugar. Entonces le pusieron un ejemplo para intentar razonar con él: si le doliera la cabeza y tuviera un frasco con 100 pastillas pero 10 de esas pastillas le causaran la muerte, ¿tomaría una pastilla? Y Jordan contestó: "depende de lo que me doliera la cabeza". 

Los feos salen con quienes pueden y los guapos con quienes quieren. Ahora bien, a veces ocurre que los feos se quedan sin salir porque no pueden con quien quieren, y los guapos también: ambos esperan algo mejor, y no hay trato. 

Y es que la ley de la oferta y la demanda tiene, en última instancia, una idea adicional: todo depende de lo necesitado que esté el comprador o el vendedor. Los bocadillos en las áreas de servicio de las autopistas de peaje son carísimos y una birria. La mayoría de los que circulan no están dispuestos a pagar lo que piden por ellos, y no los compran. Pero siempre están los que tienen demasiada hambre y aceptan. Aparte, claro, de la gente que su problema económico es cómo gastar tanto dinero como tienen, pero esa gente está fuera de mi lógica. Lo curioso es que las concesionarias no bajan los precios ni mejoran la calidad de sus bocadillos; si lo hicieran seguramente venderían más, pero no lo hacen. ¿Por qué? Sin duda, porque no lo necesitan. Bien, allá ellos.

Por donde yo vivo hay muchos locales vacíos. Muchos de ellos llevan mucho tiempo vacíos. Años. Algunos, décadas. ¿Por qué no se alquilan? Es obvio que por el precio: el casero pide más dinero de lo que el comerciante está dispuesto a pagar por ese local concreto. Como la oferta de locales supera a la demanda, el comerciante desdeña el local caro y elige otro con un precio más justo.

Sin ir más lejos, este verano cerraron la farmacia y la verdulería. Los dos negocios eran los dos locales de un mismo edificio, luego está claro que el propietario de los locales (y casi seguro que de casi todo el edificio) les subió el alquiler más de lo que podían asumir. La farmacia encontró otro local en la misma manzana, a 50 m; la verdulería cerró y no ha vuelto a abrir. Los dos locales siguen vacíos.

Es algo que a mí me da muchísima rabia. Porque he conocido al comerciante que estaba antes, y en la mayoría de los casos el coste del alquiler es un factor principal en la decisión del cierre. El comerciante llega a aceptar que casi todo lo que gane se lo lleve el casero, pero cuando el casero empieza incluso a comerse el patrimonio del comerciante, el comerciante lo deja. ¿Le rebaja el precio el casero? Normalmente, no. Y el comerciante cierra. Hasta aquí, es casi ley de vida, qué le vamos a hacer. 

Pero entonces el casero se queda con el local vacío. Si está vacío 2 meses, puede decirse que le ha salido bien la jugada, ha encontrado otro panoli que le pague lo que pide. Pero cuando un local lleva 12 años cerrado, uno se pregunta si el casero prefiere tener el local vacío a tenerlo durante años rindiéndole algo, menos de lo que querría pero algo a fin de cuentas. Yo no soy casero porque no tengo nada, ni una triste plaza de garaje, pero si lo fuera me inclinaría por la segunda opción: prefiero alquilar una plaza de coche por 50 € al mes antes que tenerla vacía 10 años esperando que alguien me pague 100.

Entonces ¿por qué están vacíos? Lo único que se me ocurre es que el casero no necesita el dinero de ese alquiler. Puede esperar, y decide esperar. Los años que hagan falta. No tiene ninguna necesidad.

Por eso me da rabia. Porque al ser tan rico el casero ha expulsado al comerciante pobre (o al pobre ingeniero que le alquilaba la plaza de garaje). Como no necesitaba el dinero, igual le daba cobrar 100 que 50, pero no quiso bajar. Ha sido su riqueza, sumada a su inmisericordia, lo que le ha impedido ajustar el precio a lo que sus inquilinos podían pagar. Y el comerciante, una vez arruinado por la avaricia del casero, es el que sale perdiendo.

Los locales vacíos tanto tiempo son para mí una exhibición pública de lo cochinamente ricos que deben ser sus propietarios y su inmoral inmisericordia.

Pero hay más. Hay un efecto perverso de esa avaricia. Si los locales de la zona tienen un precio excesivo, pongamos que piden 100, el que pida 80 encontrará quien le compre. Es posible que el de 80 se hubiera conformado con pedir 40, pero si los locales de al lado pedían 100 ¿para qué bajar tanto? Esta inmoralidad también debe apuntarse en el debe de los caseros desalmados.

A mí hay gente que no me da ninguna pena cuando leo o escucho que les ha pasado tal o cual desgracia. En esta historia creo que ya se habrán dado cuenta de quiénes son cada uno. 

 

 

Elton John - I'm still standing 

martes, 28 de diciembre de 2021

El caso RW y el despido improcecedente

https://www.youtube.com/watch?v=Cne3GAB4W5I 

 

 

Es algo muy común, y ocurre tarde o temprano en la mayoría de las empresas, si no de las organizaciones. Pero suele ocurrir discretamente: no se televisa en directo, con audiencias de millones de personas y todos sabiendo que el interfecto cobra 44 millones de dólares al año por su trabajo. Así que vale la pena aprovechar lo que pasó el día de Navidad para reflexionar un poco.

EL partido estrella de la NBA ese día, y por lo tanto de la temporada, enfrentaba en Los Ángeles a los Lakers contra los Nets de Brooklyn. En el equipo de LA había dos estrellas, Lebron James y Russell Westbrook (RW), ambos en la lista de los 75 mejores de la NBA de todos los tiempos. Sí, la lista sobre la que escribí no hace mucho. Un tercer miembro de la lista, Anthony Davis, no jugó, estaba lesionado. Y en los Nets, de la lista de los 75 Kevin Durant no estaba por Covid, Kyrie Irving no estaba por antivacunas, y James Harden sí estaba. Por lo demás, el covid había hecho estragos y ambos equipos tenían un montón de jugadores de los que los americanos llamarían "just another guy", "otros". La cosa no llegó al nivel de lo que pasó el día siguiente en el Toronto-Cleveland, que los jugadores de Toronto se conocieron en el autobús que les llevó al pabellón (y no sé si se volverán a ver), pero si en el baloncesto la calidad de un jugador concreto tiene mucha influencia (véase Jordan, Michael, o James, Lebron), en estos combinados llenos de remiendos mucha más.

Bien, al terminar el tercer cuarto RW ya había logrado un triple doble. Como los americanos lo registran todo, en la categoría "triples dobles conseguidos el día de Navidad" sólo RW y Oscar Robertson tienen más de uno. Que en la época de Robertson no existían los triples dobles y por lo tanto los logró sin querer, pero da igual. El caso es que RW había logrado una hazaña. Lástima que Lebron hubiera estado sentado en ese tercer cuarto: al acabar, los Nets ganaban de 20. 

El cuarto cuarto empezó con Lebron en la pista y RW sentado: 17-0. Los ultimísimos minutos sale RW, los Lakers llegan al empate, RW se juega los tres ataques finales de su equipo, no mete una y los Nets ganan. Bueno, puede uno pensar, fue mala suerte, RW falló sus tres últimos tiros, le podía haber pasado a cualquiera. Pero no. Cualquiera que estuviera viendo el partido era consciente, y de hecho los comentaristas de televisión acabaron dando el dato: Lebron, 39 minutos, con él en pista su equipo ganó al otro por nueve puntos. RW, 36 minutos, con él en pista su equipo perdió por 23. Si en todo momento estuvo uno de los dos en pista, cosa que supongo, compartieron cancha 27 minutos. Si el balance en esos minutos en común fue neutro (la genialidad de James anuló o quedó anulada por el juego de RW), en los 12 minutos que estuvo sin RW James consiguió los 9 puntos de ventaja, en los 9 que RW estuvo solo los Nets aprovecharon para meterle esos 23 puntos extra a los que él consiguiera. ¿En 9 minutos? Demasiados puntos, lo más probable es que parte de la carga negativa fuera estando también Lebron. Es decir, que no pudo la genialidad de Lebron contrarrestar lo suficiente la nulidad de RW, y sólo cuando pudo jugar sin él tuvo opciones a enmendar el roto que causaba su compañero.

Por supuesto, la estadística +/- es sólo un dato, no tiene porqué reflejar la realidad. Está muy afectada por con quién se está jugando esos minutos, contra quién, etc. Pero en este caso sí refleja qué pasó. Se veía a simple vista. Hasta yo lo veía.

Otra defensa que se podría alegar es que el muchacho no tuvo su noche, quizá le sentó mal la cena o le dolía una muela. Pero es que no es la primera vez que le pasa. De hecho, es que le pasa muuuuchas veces. Tantas, que al final todo el mundo llega a la misma conclusión que yo: RW no juega al baloncesto. Juega a un juego con las mismas reglas que el baloncesto, pero en su deporte el objetivo no es ganar el partido sino lograr un hito estadístico. El partido pasará, la derrota se olvidará, pero dentro de 40 años seguirá contando que RW logró un triple doble. Para RW, el objetivo se cumplió. Habría estado mejor si su archirrival Harden (que lo es porque a diferencia de RW él sí se preocupa por ganar partidos) no hubiera logrado también un triple doble, precisamente gracias a que con todos los fallos de RW al final del partido Harden consiguió el rebote necesario en la última jugada, y además un triple doble con 36 puntos, no con los tristes 13 de RW. En el caso de Harden, el triple doble sí cumplió su misión de ser una curiosidad estadística que premió un buen partido. Pero esto RW no lo entiende. Y seguro que cree que Lebron, con sus 39 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias tuvo un partido correcto pero que a diferencia del suyo no pasará a la historia, jajajá. Pero es que tienen intereses diferentes: Lebron defenderá al jugador que tira, para intentar que falle, y que otro coja el rebote; RW quiere el rebote, y lo que hace es dejar tirar al rival para estar bien situado. Y pasa lo que pasa.

En este momento todos los seguidores de los Lakers, sus compañeros de equipo, los técnicos y los dueños se hacen la misma pregunta: ¿qué hacemos con este tío? Los compañeros de equipo lo deben de tener clarísimo: que no juegue. Estamos mejor sin él. Los técnicos, en cambio, tienen la responsabilidad de sacar rendimiento a los 44 millones anuales que le pagan (les cuesta mucho más: su salario es casi su exceso sobre el límite salarial global del equipo, por lo que pagan una multa equivalente ¡al doble de su salario!). Es el jugador mejor pagado del equipo, cobra más que Lebron. Imagino que la publicidad corregirá este desajuste, pues seguro que Lebron tiene montones de contratos publicitarios y me cuesta imaginar quién quiere que RW sea su imagen de marca.

El drama de los Lakers con RW es, en realidad, el drama de muchísimas empresas, grandes y pequeñas. Desde el poderoso banco que tiene un directivo inútil, un director de zona, un director de oficina o un modesto empleado que se las apaña para cobrar sin dar un palo al agua, hasta la modesta peluquería o taller de reparación de coches que tienen un empleado o empleada a la que le pagan puntualmente pero a la que no consiguen sacar el más mínimo rendimiento. ¿Qué hacer? En España existen dos opciones; en los EE.UU., en el caso de RW, tres: como es un deportista profesional, pueden traspasarlo. Endiñárselo a otro equipo. El problema es que a RW ya lo tienen calado en todas partes, y nadie lo quiere. Y si nadie lo quiere es difícil endiñarlo. Es difícil convencer a alguien que le pague 44 millones a alguien que no quiere que juegue en su equipo. Sí se entendió el año pasado que Washington lo fichara, porque lo que hizo fue cambiar a un jugador (Wall) que cobraba una morterada pero que siempre estaba lesionado, por otro (RW) que también la cobraba pero que al menos jugaba. Fue discutible, pero entendible. Lo que nadie entendió, hace unos meses, fue que lo ficharan los Lakers. Y ahora tienen lo que se han buscado.

Como decía, las dos opciones en España son aguantarse o echarle. Su madre, su abuela y ¡ay! la Administración Pública sostendrán la tesis de que lo que hay que hacer es hablar con él, conseguir reengancharle, darle una oportunidad más. Pero eso no funciona. Cuando un empresario se plantea qué hacer con un empleado es porque ha intentado sacarle rendimiento por todos los medios, lo ha probado todo. Y ha terminado dándose cuenta de que no es el empresario o la empresa el problema, es el trabajador. Como, ya lo he dicho, la Administración Pública siempre piensa que no es así; supongo que piensa que es suficiente que el trabajado cumpla su horario y no es necesario que además tenga un cierto rendimiento.

Aguantarse no siempre es una opción. En el caso de RW y los Lakers, es cierto que económicamente no irán a la ruina por su causa, pero no se trata de eso sino del coste de oportunidad: el año que viene Lebron será un año más viejo, y lo que está haciendo RW es, visto así, desaprovechar un año suyo. En el caso de las empresas, si éstas son grandes el impacto de esta persona se difumina y toca resignarse: poco a poco, la empresa se va pareciendo a la Administración Pública, llena de trabajadores que cobran pero no trabajan. Aunque ¡cuidado!: no basta sólo con pagarle. Como oficialmente el trabajador es inocente, hay que darle un trabajo que le guste; lo contrario sería acoso laboral. No se le puede meter en un despacho vacío en un sótano y decirle que no se preocupe en hacer nada, que ya le mandarán los cheques a casa. Cornudos y apaleados. Claro que la mayoría de los casos son en mi sector, pero es que conozco delineantes que con el tiempo se convierten en exasperantemente lentos, o poco cuidadosos, o cometen muchos fallos constantemente, o requieren mucha supervisión, muchas correcciones. También ingenieros que no saben, que no aportan, que generan mal ambiente y consiguen llevarse las loas y nunca las reprimendas. Jefes de departamento que son un lastre para el mismo pero que gracias a grandes ayudantes los departamentos cumplen su función... Cuando un delineante, por ejemplo, entra en la barrena de que nadie quiere que trabaje en su proyecto... no hay nada que hacer. O al sótano o a su casa, por favor.

Y, por supuesto, en el caso de las pequeñas empresas, la opción no es sostenible: muy mina de oro tiene que ser la empresa para que no importe el tener trabajadores que les cuesten dinero pero no contribuyan a generarlo. El problema se acentúa en estos casos porque el empresario acostumbra a encontrarse todos los días con esa persona y ese encuentro es un restriegue diario del triunfo del trabajador por la cara del pagador. Cornudos y apaleados.

La segunda opción es echarlo. En España la figura se llama "despido improcedente". Si el trabajador no ha cometido ningún fallo disciplinario y si tiene la cualificación requerida para su trabajo o no lo había ocultado, sólo se podría alegar para despedirlo de manera procedente el que no consiguiera adaptarse a los avances tecnológicos a pesar de la formación que se le proporcionara (y si hablamos de despedir a un camarero vago o de una peluquera descuidada ya me dirán), la empresa se estuviera reorganizando objetivamente o se estuviera hundiendo, precisamente lo que se quiere evitar. Así que lo habitual es querer cortar por lo sano y aceptar pagar la indemnización. Sí, cornudos y apaleados, pero al menos sólo una vez. Lo que pasa es que en muchos casos... la indemnización supone también la ruina, según el sueldo y la antigüedad del trabajador.

En Estados Unidos, esta opción del despido es más fácil: es inmediata. Desagradable, pero inmediata. Y cabe preguntarse qué beneficia más al trabajador, si el despido libre americano o el penalizado español. El problema del sistema español es que la protección tiene el efecto secundario de que se es reacio a contratar. Por si las moscas. Estoy seguro de que los jóvenes encontrarían empleo con rapidez si sus contratadores supieran que, si fuera necesario, pueden despedirlos sin costes excesivos. Y los mismos americanos explican que esa misma desprotección que tienen les beneficia porque si les echan de un empleo encuentran otro por la misma razón. Y, la verdad, nadie quiere despedir a buenos trabajadores, a gente que se gana su salario. Visto así, no hay que tener miedo al despido libre: si el trabajador se gana el jornal, el empresario no querrá echarle si puede evitarlo. Por supuesto que hay casos de abusos: a una ingeniera amiga mía la despidieron porque la mujer del jefe pensó mal o no se fiaba de su marido (no lo sé pero ésa es otra historia), y hay jefes cuya conducta raya en lo punible penalmente, pero no es algo mayoritario (como tampoco son mayoritarios los empleados lamentables, que conste). En fin, es una especulación: no lo sabemos, porque no va a pasar.

Otro aspecto de la cuestión es cómo afecta el empleado tóxico al resto del equipo. En el caso de RW, está claro: pierden el partido, pierden todos. Y con las pérdidas, el desánimo y la temporada se va al garete. Si RW fuera un jugador del montón, de los que no se recuerda el nombre, la cosa se resuelve mandándole al fondo del banquillo a agitar las toallas, pero cuando se es el cuarto jugador por salario y se es miembro de "la lista" y se ha traspasado a 3 jugadores importantes por él, el resultado del equipo depende en gran parte de su rendimiento. En el caso de las empresas suele ocurrir lo mismo: si estamos hablando de un delineante en una ingeniería importante, se puede disimular: es un delineante "libre", no es parte de un equipo de trabajo sino que presta apoyo puntual a los demás. Casi siempre en encargos poco importantes y que no tienen una fecha de entrega. Pero si estamos hablando de un director de proyectos en esa misma ingeniería entonces es más difícil de disimular y su impacto es mucho mayor que su sueldo (también lo es en el caso positivo).

En mi opinión, lo mejor que pueden hacer los Lakers es despedir a RW, pagarle su supercontrato y a cambio explicar públicamente los motivos del despido. Por denigrante para RW que pueda ser. Que digan que se equivocaron, que RW no es buen jugador de equipo, que han descubierto que va a lo suyo y todo eso. Mientras sea cierto, no me parece mal: RW se lo habrá buscado, y se lleva la pasta. Quizás RW (y algún otro jugador que hay así en esa liga) aceptara una sustancial reducción de salario a cambio de que esa información no se hiciera pública, de hecho lo inasumible es el sueldo de RW, no su actitud: para eso basta con no alinearle. En cualquier caso, mantenerle en la plantilla no va a hacerle ningún buen al equipo porque el jugador es lo que vulgarmente se dice "un cáncer", no por mal compañero (que es lo habitual en estos casos) sino porque él juega a otra cosa.

En el caso de las empresas la cosa no está tan clara. Pensemos en los bancos y las reducciones de plantilla tan bestiales que han hecho. Podrían haberlas hecho sin coste para los empleados, y es un caso en que los empleados sí estaban ganándose el sueldo. También puedo pensar en ciertos empresarios, a los que no les pongo cara ni nombre pero que seguro que sí conocen la Policía, la UDEF y ciertos periodistas... Es verdad: no puede ser libre del todo, en el sentido de que ha de haber una legislación o un sistema que vele por lo justo en tan espinoso asunto. Pero el trabajador tiene que ser responsable de su trabajo, y si no cumple, si no llega a un mínimo, se tiene que poder hacer algo. Y como ya he dicho, creo que también sería beneficioso para todos los trabajadores: con menos protecciones se corre mejor y se llega más lejos.



Human nature - White Christmas