jueves, 30 de mayo de 2013

Al hilo de una cuerda

Si tuviéramos una cuerda con la que dar la vuelta a la Tierra, y esa cuerda la alargáramos 20 metros, ¿cuánto se levantaría del suelo? Usted, como cualquier persona normal, me dirá que unos centímetros. Un par de dedos, a lo sumo, si los centímetros no se le dan bien. Y, sí señor, tiene usted toda la razón. Se lo voy a demostrar.

De toda la vida se sabe que la longitud de una circunferencia es 2 por pi por el radio. Por lo tanto, La longitud vieja + 20 m = La longitud nueva = 2 por 3,14 por el radio nuevo = 2x3,14  por el radio viejo + 20 m, y por lo tanto el radio nuevo = el radio viejo + 20/(2x3,14) = el radio viejo + (aprox) 3,20 m. ¡Oh cielos! La cuerda se levantará 3,20 metros. ¿Seguro? Sí, seguro, los cálculos son esos. Vaya, estaba equivocado. Lo siento. La respuesta correcta es que se levantará 3,20 m.

Usted, por supuesto, sabía que se levantaba unos tres metros. Más o menos. En cualquier caso, estaba seguro de que no era un par de dedos. ¿De verdad? Yo creo que me miente. Que su primer impulso fue decir un par de dedos, pero una vez repensado (¡¡y conocida la solución!!) lo ve claro como el agua.Vamos, no mienta, esto queda entre usted y yo y en realidad sólo entre usted y usted, porque yo no sé ni que usted me está leyendo. 

¿Sabe? Esto de la cuerda es apenas un ejercicio infantil, pero refleja muy bien lo que nos pasa a los ingenieros. En primer lugar, se nos hace una pregunta que muchas veces no esperamos, y se espera que la respondamos al instante. No se nos dará más datos, ni el radio o el perímetro de la Tierra ni el material de la cuerda, ni nada. A cambio, se nos acepta que la respuesta no sea exacta. No se nos piden los milímetros.

También nos ocurre mucho que el otro también sabe la respuesta. Incluso mejor que nosotros, con mayor precisión y rotundidad. Lo ve clarísimo. Lástima que siempre sea a posteriori de la nuestra. Después del sorteo yo también sé qué número va a salir, ¡no te fastidia!

Por otro lado, y llevados por la premura, a los ingenieros nos pasa muchas veces que nos equivocamos. Metemos la pata. Decimos ocho, y era ochenta. Sí, a veces nos equivocamos. Y normalmente ya hemos voceado la mala respuesta, que es peor aún. He escrito en otras ocasiones sobre el tema, así que no me extiendo; de hecho, no voy ni a incluir hipervínculos a esas entradas. Si quiere, para eso estan las etiquetas.

Eso sí, en general los ingenieros solemos dar respuestas muy buenas al instante. En este caso, mi primer impulso fue dos metros, un poco más; cuando hice el cálculo (mental) fue cuando caí en que me había quedado corto. Reconocerá que entre dos centímetros y dos metros, mi respuesta es muchísimo más buena que la suya. Cien veces mejor, para ser exactos. Quizá esto explique porqué nunca somos el alma de las fiestas: ante una exhibición como ésta - que para nosotros no es absolutamente nada y que nos asombra que un niño de teta no sepa-, seguro que el gracioso del grupo dice aquello de "¡ya está el gilipollas que todo lo sabe!". Y se lleva a todas las chicas.



Por cierto, que es posible que no sea usted una persona normal. Si al instante dijo dos o tres metros, está claro que es usted ingeniero. Si, en cambio, pidió un momento para volver a un laboratorio, crear un modelo computerizado de la tierra y de una cuerda y volver dentro de tres años con la respuesta exacta hasta el nanometro, usted es físico de los que abundan en nuestras universidades. Si lo que quiso hacer fue crear un algoritmo que parte de una cuerda que enrolla la Tierra y le incrementa la longitud en tramos de 1 cm y mide cuánto se separa del suelo, e interrumpe su algoritmo cuando el número de tramos incrementados llega a 2000, es usted matemático.

Por el contrario, si dijo "huy, ni idea, yo es que soy de letras", lo más probable es que sea abogado. Salvo que haya añadido que va a convocar a tres peritos para que le digan la respuesta, que será usted juez.

Y si simplemente ha sonreído, ha mascullado entre dientes "¡qué pregunta nos hace el jodío!" y nos ha hablado sobre cualquier otra cosa, no hay duda: es usted político.

En fin. Mejor que me vuelva a mis cálculos, que está claro que como humorista no me voy a ganar la vida.



jueves, 23 de mayo de 2013

Ya que estamos...

Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero
(Proverbio español)
 
El otro día leí, en no recuerdo qué periódico, un artículo sobre no recuerdo qué; pero era un artículo de política, más o menos. Criticaba que el coste de una obra pública se había disparado. Quizá se tratara de un hospital y la cosa iba de que no podían pagar a los médicos pero sí las obras, ni me acuerdo ni me importa ahora, pero me hizo gracia que el periodista decía que los costes se habían disparado por el cumplimiento de la regla "ya que estamos". Y me hizo gracia, porque era la primera vez que leía en un periódico esta justificación; normalmente, en los periódicos los costes se disparan y punto; lo importante es rajar sobre el partido del gobernante que lo ha promovido.

Por supuesto, todos entendemos qué quiere decir el "ya que estamos": pasa en todas las obras, sean las que sean. En las obras públicas es posible (yo no voy a decirlo) que una parte del presupuesto o del coste final... ¿cómo decirlo?... "no se gaste en la obra", y esto pasa a veces incluso en obras privadas, por supuesto, pero como son del todo privadas nos importan menos: recuerdo, por ejemplo, una obra de hacer unos trasteros en una vivienda; al vecino que promovió el tema y coordinó todo el trastero le salió gratis.

También existen obras en las que el coste se dispara, básicamente, porque el proyecto original era una porquería: sin ir más lejos, podríamos hablar de un famoso arquitecto-ingeniero valenciano con oficina en Suiza y que considera que, aunque la obra tenga un propietario, la propiedad intelectual es suya y por lo tanto el propietario no puede reformar lo construido sin su permiso, que...

Y por supuesto en muchas obras salen imprevistos: hace poco hice una obra con una cimentación con micropilotes, en la que me basé en un geotécnico que me daba un terreno decente, y ordené micropilotes de 9 m. Se perforaron los 9 m... y seguían saliendo lodos. Todo era lodos. Con la mitad de las perforaciones ya hechas (y cerradas a cuatro metros, tan malo era el terreno) tuve que cambiar: el tipo de micropilotes, su diámetro, su longitud, incluso el número y todo lo que conlleva. El presupuesto de micropilotes, por descontado, se va a multiplicar por... Cosas que pasan, esto fue la semana pasada y la que viene ya miraré qué pasó con el geotécnico, pero de momento el cliente paga lo que sea necesario.

Pero, sin discusión, el principal responsable de los sobrecostes es el ya que estamos. Ya que estamos tomándonos una cervecita, venga una de patatas. Ya que estamos comprando (en IKEA) un sillón nuevo, nos llevamos tres sartenes, dos lámparas de pie y un juego de cortinas. Ya que ponemos parquet, pintemos la habitación, y ya que estamos cambiamos los muebles, ponemos puertas nuevas y cableamos el ADSL... El ya que estamos rige prácticamente toda nuestra vida. Pero en las obras es la repanocha. 

He participado en varias obras menores, de cambio de fontanería y electricidad y pintado de habitaciones, que han terminado construyendo un edificio al lado. Sin ir más lejos, estoy en un proyecto que empezó (hace unos años) como una reforma menor, y... Era un edificio en forma de C, una parte central y dos alas que tienen la planta baja abierta, como porches. En la parte central, en el nivel de la cubierta hay una azotea para tender, con los casetones de las escaleras y los ascensores, y un cubierto de chapa que conecta ambos núcleos. Ampliaremos un poco esta zona, quitamos la chapa de cubierta.. dos plantas más. Por un lateral hay parcela: avanzamos el edificio. En la zona central hay un pequeño sótano: ampliamos el sótano a toda la parte central incluso lo que avanzamos. Vamos debajo de la cimentación existente, con lo que la cosa empieza a complicarse demasiado: mejor, demolemos el cuerpo central y lo edificamos de nuevo. Ya puestos, en las alas se podría poner, en la planta baja, un forjado sanitario en lo que son los porches. Y quien dice un forjado sanitario... que tenga al menos un par de metros de altura de cámara, y que sea accesible desde el nuevo sótano de la parte central. Por supuesto, las plantas las sobrecargamos: más tabiquería, instalaciones, aire acondicionado, cumplimiento del CTE, parquet, wifi y TV en todas las habitaciones, lavabos aptos para minusválidos... El ascensor existente lo cambiamos por dos ascensores, y ya que estamos, por entrada por dos lados. Ya que estamos, ampliaremos el sótano "forjado sanitario" para poner equipos que íbamos a poner en la cubierta. Y ¡oh cielos!, si tenemos más sitio en la cubierta podemos poner más equipos. Ya que estamos, con unas bancaditas y... lo siento, me olvidé: los equipos de cubierta han de estar cubiertos, para no mojarse, y cerrados, que no entren pájaros en el recinto. Toma cubierta metálica encima de la cubierta que habíamos hecho encima de la cubierta de ahora... 

Cualquier arquitecto o ingeniero puede contar la suya del ya que estamos más bestia: el chalet de dos plantas que se puso un ascensor interior y, ya que estamos, le excavamos dos sótanos, le recrecimos dos plantas por encima, y además del ascensor le pusimos un montaplatos (la cocina estaba en el primer sótano y el comedor en la segunda planta) y un montacoches, que el aparcamiento se lo puso en el segundo sótano: ¡toma foso!

A mí me gustan los arquitectos que saben controlar los ya que estamos, porque el principal causante es siempre la Propiedad cuando se reúne con el arquitecto. Pero a menudo también el arquitecto cede a este impulso primario, y ya que estamos...


lunes, 20 de mayo de 2013

Diecisiete familias

¡Menuda se ha montado! Con nuestros líderes llamándonos poco menos que a las barricadas, parece que la secesión es inminente: ¡no pasarán! Y hay casus belli: como todos los tribunales sentenciaron que si alguien solicitaba la escolarización en castellano y el gobierno catalán decía que por nada del mundo iba a acatar una sentencia (y las que fueran) que no le gustara, pues el gobierno central ha decidido acatarla en su nombre: se escolarizará en castellano a quien lo pida, y el coste se le pasará al gobierno catalán vía descuento de asignaciones.

Lo cierto es que el gobierno catalán tiene un historial más largo que mi brazo de incumplimientos de sentencias. Por ejemplo, el asunto de los bienes de la franja. Pero, claro, en eso de los bienes hay poca presión que se pueda hacer (salvo que decida aplicarse el método actual y suspender los pagos hasta que los devuelvan, pero...). Sin embargo, en esto de las escuelas el gobierno central sí ha podido. Y ha hecho lo evidente. Quien quiera la escolarización en castellano irá a un colegio que escolarice en castellano, que haberlos haylos. Lo que pasa es que son privados y (se sobreentiende) muy caros. Si quien lo desea no puede pagar el colegio, el gobierno central se lo subvenciona, y luego le descuenta el cargo en lo que le vaya a pagar al gobierno catalán. Entendiendo que, finalmente, el gobierno catalán se avendrá a razones (económicas) y abrirá un colegio público con escolarización en castellano.

A Mas le ha faltado tiempo para decir que ése es el peor ataque posible a Catalunya. Aunque no ha explicado porqué. ¿Por qué es el pèor ataque posible? ¿Por qué representa el fin del alma catalana? ¿Será que supone el fin de la manipulación emocional de los niños catalanes, futuros votantes catalanes? ¿Cree Mas que en los colegios que se enseña en castellano se va a hacer adoctrinamiento político de los niños y enseñar una realidad que no es la que enseña en los colegios "catalanes"? ¿Por qué cree Mas que en los colegios se hace tal cosa? ¿No estamos hablando sólo de en qué idioma se explican las matemáticas y la gimnasia?

Dice también Mas que se va a romper la cohesión social. Esto tampoco lo entiendo, porque los colegios en castellano ya existen. ¿Están rompiendo estos colegios la cohesión social? Montilla, nuestro anterior Amado Líder, lleva a sus hijos a un colegio que escolariza en alemán (porque, dijeron, es lo mejor para su futuro y poder competir luego). ¿Rompe la cohesión social escolarizar en alemán? ¿En castellano sí y en alemán no?

Lo más curioso, para mí, es que en todo momento el gobierno catalán decía que no valía la pena escolarizar en castellano y que no era ningún problema porque, aducían, es algo que sólo habían pedido 17 familias. Imagino que la familia de algún juez trasladado a Catalunya, algún ejecutivo, técnico, maestro, médico o cartero que ha sido traladado recientemente, los trabajadores de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones que Zapatero movió de Madrid (donde están todas las entidades que ha de vigilar) a Barcelona... El caso es que, parece, estamos hablando de 17 familias. Nada que justifique un colegio público, ya ven.

Así que ¿de qué tiene miedo, nuestro Amado Líder? ¿De 17 niños que van a estar tres años aquí y luego volverán a Madrid, Soria, Cáceres o Zamora? ¿Esos niños que están de paso son los que van a romper la cohesión social? ¿El futuro de Cataluña depende de que esos niños sean escolarizados en catalán?

Porque, repito, desde siempre ha habido niños en Cataluña que no se han escolarizado en catalán. Los hijos del presidente Montilla, sin ir más lejos. ¿Entonces? ¿A qué viene ahora este rasgarse las vestiduras?

¡Ah, pero falta un detalle! No hay nada más. No hay nada más, nada de nada. Nuestro Líder sólo existe para defendernos de los ataques españolistas. Nada más. Y, si no los hay, pues se inventan. De verdad, desde antes de las elecciones, el "gobierno de los mejores " que proclamó el Líder Supremo no ha hecho absolutamente nada. Nada. Nada de nada. Ni siquiera tenemos Presupuestos para este año. Pero por ni siquiera quiero decir que ni siquiera está en la agenda hablar de los Presupuestos. ¿Para qué, si no se va a hacer nada? Nuestro Líder nos conoce, y sabe que lo que realmente queremos es que nos defienda de los ataques españolistas. No queremos un gobierno al uso, no queremos una gestión de nuestra industria o nuestro turismo, no queremos políticas de empleo ni eficacia sanitaria. Queremos cumbres. Cumbres cada semana. Hacemos tantas cumbres que incluso el administrador de nuestra finca nos convoca a los vecinos a una Cumbre cada año.

De verdad, tendrían que vivir aquí para captar la increíble inactividad del gobierno y el perpetuo repiqueteo de tambores llamándonos a la lucha. Y menos mal que el Barcelona ha ganado la Liga, que si no...

Así que, cuando de ahora en adelante oigan o lean las declaraciones de Mas o de cualquiera de su grupo vaticinando el fin del mundo o la lucha armada, piensen que, según ellos, es por diecisiete familias que quieren ser escolarizadas en otro idioma al igual que muchas otras pero que son más pobres.

No tienen absolutamente nada más. Su carrera política (y por lo tanto cualquier carrera) tiene ya puesta la fecha de caducidad: las próximas elecciones. Porque para dimitir tendrían que querer el bien común, y me huelo que no es el caso.

Aunque... ¿y si supieran que, de poderse, más de la mitad de las familias pedirían que a sus hijos les escolaricen en castellano? ¿Y si resultan que están escolarizando a los chicos en contra del deseo de las familias y lo saben? ¿Y si resulta que el concepto que tienen de "lo democrático" es que se haga lo que su segmento de población quiere? ¿Y si resulta que lo malo de la decisión del Gobierno central es que abre el camino para saber realmente lo que la población quiere? ¿Y si resulta que las cosas no son como nuestro Amado Líder nos dice?

martes, 14 de mayo de 2013

Chiquilladas

Ayer fue la rúa del Barça. Por si no sabe en qué consiste, cuando el Barcelona gana la Liga (o la Copa de Europa, que a veces también pasa), hace un paseo desde Colón hasta el Nou Camp (más o menos), en un autobús de dos pisos sin capota, con un animador, una fanfarria delante y detrás, policía de escolta a caballo, policía de gran gala de escolta a caballo, muchos policías de escolta, ambulancias, cañones de confetti, esas cosas. La gente se agolpa a ambos lados de la calle o se asoma a las ventanas, y saluda a los jugadores y agita las banderas (en esta ocasión, la estándar era la azulgrana con dos orlas laterales con las barras de la bandera catalana), los jugadores saludan a la gente y todo el mundo se lo pasa pipa.

Es normal acudir con tiempo suficiente, de manera que acostumbras a esperar un ratito a que lleguen. Lógicamente, el retraso en los horarios suele ser la norma, y acabas esperando más de lo que creías.

Ayer al salir del trabajo me encontré con gente que estaba esperando que la rúa pasase por allí. Un nutrido grupo de chiquillos ataviados con las diversas equipaciones del equipo esperaba animoso. Tan animosos estaban, que proferían cánticos, como mucha gente. Cuando pasé a su lado, el cántico en cuestión era ése de "in-, inde-, inde-penden-ci-a". Los chiquillos tendrían una edad, les calculé, de ocho o nueve años.

La educación es enseñanza y adoctrinamiento, es inculcar ideas, y estas ideas no siempre van precedidas de un incontestable razonamiento. Reflexione usted un momento, y piense en cuántas ideas tiene usted por correctas "porque lo son". Qué está bien y qué está mal, pero también que la carne de perro no se come, por citarle sólo un ejemplo.

Sin duda habrá quien me diga que no pasa nada, que son chiquilladas y que todos hemos meado fuera del tiesto con esa edad. Yo lo que sí sé es que dentro de ocho o diez años estos chiquillos votarán y su opinión pesará tanto o más que la mía. Yo... en fin, sigan ustedes.

viernes, 10 de mayo de 2013

¿Los bancos? No, las cajas


La culpa de todos los males en este país la tienen los bancos. La frase se repite una y otra vez, como un mantra, tantas veces que al final todo el mundo creerá que es verdad.

Y sin embargo, yo creo que es falsa. Los bancos lo están pasando mal, la crisis les afecta, claro, pero… no creo que sean ellos los que nos han metido en este lío. Ahora, las cajas de ahorro… eso es ya harina de otro costal. 

Los bancos son entidades 100% privadas y gestionadas con criterios de empresas privadas. Las cajas son entidades 100% públicas y gestionadas (la mayoría, por lo que se está sabiendo) con criterios públicos: meter la mano en la hucha, y si no dices nada te dejamos también a ti meterla. Pero claro, las entidades civiles que gobernaron las cajas son también las que una y otra vez nos están diciendo que la culpa de todo es de los bancos. Que la banca va mal, que el rescate es a la banca. Ya. Claro. Para ellos, Bankia es un banco. CatalunyaBank es un banco. No se dice CajaMadrid, no Bancaja, no CaixaCatalunya, no la CAM, CajaSol, CajaCastillalaMancha, no las cajas gallegas… Se oculta deliberadamente que los culpables son las cajas, porque en vez de criminalizar a los banqueros (no entro en si se lo merecen), se culparía a los mandamases políticos que realmente estaban detrás de las cajas.

En fin. Ésta es una entrada deliberadamente corta, porque mi objetivo es que lean un artículo de otro:

Es un artículo fácil de entender. Y relata qué pasó en CajaNavarra, sorprendente por las ideas a priori que uno tiene de los navarros.

Léanlo. Y luego piensen en lo que dice al final. La crisis ha golpeado a todos. Unos la van a pasar y otros se están yendo al garete. Pues, amigo "banquero", si te vas al garete no culpes a la crisis. Otros también la han tenido, y allí están. Así que quizás tú tengas algo que ver en tu propia ruina.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Nuevos caladeros

A veces ocurre, por desgracia mucho últimamente, que los barcos pesqueros de nuetra flota tienen que ir a pescar cada vez más lejos. A nuevos caladeros, que además están cada vez más lejos, porque sus caladeros de siempre los han esquilmado. Hace cien años habría soñado increíble, pero el océano no es un recurso infinito.

A veces, también, los pesqueros se trabajan peces muy raros. Peces que no se va a comer nadie de aquí. ¿Recuerdan, por ejemplo, el fletán negro? Hace unos años se puso de moda porque Canadá quería poner límites a la cantidad de fletán que pescábamos en sus aguas. Y resultaba que éramos la primera potencia mundial de captura de fletán, con lo que faltó poco para que aquello fuera casus belli.  ¡Menuda agarrada con Canadá! La gente, en la calle, indignada: querían prohibirnos capturar el fletán, ahí es nada. ¿Qué iba a ser de nosotros?

Usted nunca ha comido fletán. Claro que no, si aquí no se come. No es un pez comestible, diría yo. Y, sin embargo, resulta que sí lo es. Se consume, y mucho, en Japón, y los españoles se lo vendían a capazos. Así que ya ven, se nos daba un ardite que desapareciera el fletán, pero... es lo que había para pescar, y era lo que se pescaba.

A los ingenieros que nos dedicamos al ejercicio libre, en estos tiempos nos pasa algo parecido. No hay peces en nuestros caladeros. Por más que te pases el día echando las redes, a lo más sacas una raspa de sardina. Así que has de echar las redes más lejos. En otros sitios. Y resulta que, si tienes suerte, pescas peces muy diferentes a los que pescabas antes. Pero es lo que hay.

Yo soy un ingeniero especializado en estructuras de edificios. Como edificios se hacen cada vez menos, me he tenido que dedicar a otras cosas. Primero eran rehabilitaciones de edificios. Vale. También estructuras de no-edificios, por ejemplo, de silos. Racks. Cimentaciones de máquinas. En fin. Pero, poco a poco, me encuentro que hago cosas que ni se me habría ocurrido hacerlas antes. Cosas que, lo confieso, no debería estar haciendo. Porque carezco de experiencia, de conocimientos, de todo. 

Y, de vez en cuanto, resoplo y me pregunto qué diantres hago yo desarrollando ese proyecto. Que trata sobre un tema del que carezco de  las nociones mínimas, que es complicado y que sé, porque tengo sus trabajos delante, que otros ingenieros lo han intentado antes y han fracasado (casualmente, esto me ocurre en varios trabajos que tengo entre manos en estos momentos)...

Pero claro, si mi caladero habitual se ha agotado he de buscar otros. Y buscarlos como si además fuera un experto: mi cliente, por descontado, no debe notar que no tengo ni idea.

Esto no me pasa sólo a mí, nos pasa a todos. De vez en cuando, algún colega me pide ayuda para enfocar un proyecto o interpretar algún dato... señales claras de que está como yo, enfrentándose a lo desconocido. A veces, el cambio se hace hacia cosas rarísimas, como yo; a otros, el cambio les lleva hacia los caminos que nunca quisieron pisar: las legalizaciones, los proyectos de licencias, las coordinaciones de seguridad y salud,... el abanico en enorme.

Y, sin embargo, esto es bueno. Esto nos hace mejores. Tuve en tiempos un compañero que había pasado 35 años calculando estructuras de edificios residenciales. Sabía un montón, pero sólo de edificios residenciales. Bastaba con que el edificio fuera industrial para que no supiera ni su nombre.

En cambio, el que - con un esfuerzo y una congoja que sólo sabe él- se enfrenta a lo desconocido y lo vence, ése, alcanzará unos niveles de oficio que jamás habría obtenido de otra forma. Puede decirse que es lo bueno que tienen las crisis: los que sobrevivan lo harán más fuertes.

Pero cuesta, caray. Es como si pescara peces que no hubiera visto antes. Que no sé cocinar, que no sé guisar. Quizás alguno es ese pez japonés que tiene un veneno fulminante y que requiere cocineros especializados en ese pez. El neguit, el desasosiego que tiene el capitán cuando enfila la proa a un mar que no conoce y con una tripulación a la que no sabe si podrá dar faena porque encontrará peces y si sabrá dirigirles debe, seguramente, ser equivalente al que siente el ingeniero cuando, tras ímprobos esfuerzos, logra un proyecto para su mesa y, sin embargo, sabe que en realidad ese proyecto debería ser para otros, para especialistas en eso y que no son él.

Sí, ya lo sé, ya lo he dicho. Es lo que hay. Y que no se nos ocurra quejarnos, que al menos conseguimos encargos. Pero a medida que los encargos se alejan cada vez más de lo que solías y sabes hacer, te vas dando cuenta de lo profunda de la crisis. Y, de vez en cuando, como ahora, has de parar, resoplar y exclamar: ¡cómo está el patio!


Si es usted un profesional que, más o menos, se encuentra en una situación parecida a la que he descrito, sepa, compañero, que esta entrada va por usted. Ánimo, el trabajo es duro y los nervios no se los voy a quitar, pero.... no está usted solo. Saldremos adelante, y además saldremos mejores. Un abrazo.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Boston, Massachusetts

Por fuerza nos ha llamado a todos la atención cómo ha resuelto la policía el atentado del maratón de Boston, y con "policía" me refiero a todos: el departamento de policía de Boston, la policía del estado de Massachusetts, el FBI, y a saber cuántas agencias más de las muchas que tienen en ese grande y hermoso país.

Confieso que al principio lo expeditivo de sus métodos me causó repulsión, pero luego se transformó en envidia al constatar cómo, remedando las palabras de uno de nuestros Amados Líderes, "tenían un problema y lo han solucionado". Sí, porque para resolverlo se ciscaron en los derechos civiles de quien fuera, pero lo cierto es que, una vez resuelto, retornanon los derechos de todos y volvieron a ser el país de libertad y respeto que conocemos.

Creo que todos nos sonrojaremos si pensamos qué habríamos hecho aquí y nos comparamos con ellos. Está claro que tendríamos algunas pequeñas diferencias en el procedimiento a seguir y en la respuesta de la población.

Me viene a la memoria, por cierto, aquella ocasión en que poderosas bandas de piratas tenían atemorizados a los barcos españoles que surcaban las aguas del Índico norte, y secuestraron un pesquero, el Alakrana. Un barco de nuestra Armada acudió en su ayuda y consiguió capturar a dos piratas que estaban en una chalupa; los dos piratas, por ser nosotros españoles, fueron traídos aquí, a España, y puestos bajo la égida de uno de nuestros jueces estrella de la Audiencia Nacional, Pedraz. Y, ya saben, uno de los piratas adujo que era menor de edad... y allí se encalló todo el proceso. Lo primero era determinar con certeza si era mayor de 18 años, porque en España hemos decidido que ésa es la barrera oficial para todo el orbe. A ver si el pirata era menor y había que localizar a sus padres para que se hicieran cargo del chico y le reprendieran adecuadamente, un mes sin tele por lo menos.

La pregunta es el porqué de estas diferencias. La clave, me atrevo a asegurar, está en lo que denominaríamos "el ADN" de los americanos. Una de las cosas que me llama la atención es la cohesión sociual que tienen, a pesar de la tremenda disparidad de sus orígenes, estilos de vida y creencias. Son como una manta de patchwork, multitud de pequeños retales, todos diferentes entre sí, cosidos y umbricados de forma que los retales desaparecen como tales y sólo se percibe ya una divertida manta.



Lo más curioso,y la explicación quizá, es que EE.UU. es un país de retales. De deshechos, me atrevería a decir. Desde sus orígenes a principios del siglo XVII hasta al menos mediados del siglo XX, a esa tierra viajaban los que no encontraron su sitio en Europa, fuera porque no tenían espacio para vivir con sus creencias, fuera porque sufrieron persecución (por ejemplo, muchos hombres de gran vaĺía huyeron de Francia durante la revolución para establecerse en esos recién independizados EE.UU., entre ellos el señor Eleuterio du Pont, sí, el fundador de la inconcebiblemente grande multinacional DuPont), fuera porque su entorno les impedía su crecimiento personal, o simplemente por necesidades de subsistencia, no había vida para ellos aquí.

Aora, imaginemos a ese "expulsado de Europa" que llega allí, con una mano delante y otra detrás. Desembarca, ¿y qué hace? Seguramente, deambula de aquí para allá, intentando conseguir algo de comida, un techo, su primera subsistencia. Probablemente, en su vagar cruce alguna plazuela donde vea mecerse los cuerpos de dos o tres ahorcados... "¿Y ésos?" preguntará al más próximo. "Los colgaron por ladrones", le responderán. Aprenderá así que debe salir adelante sin robar. Entonces, debe trabajar. Alguien le dirá "aquí tienes tu hacha, el bosque de fuera de la ciudad te espera. Ve y sal adelante por ti mismo. Si necesitas ayuda, pídela y te la daremos; eso sí, si la necesitamos nosotros deberás ayudarnos tú". El hombre, en ese momento, se interna en los desiertos americanos (dicho en el sentido Feminore-Cooper-iano del término, pues son grandes extensiones sin población), y se emplea duro. Lo que consiga, lo conseguirá por él; no habrá un papá-Estado que le provea de lo que necesite.

Pero también sabe que no está solo. Forma parte de un batallón de hombres que, como él, luchan por salir adelante - o ya lo han logrado- en circunstancias parecidas. Es miembro de una comunidad, y esa comunidad responderá como un solo hombre ante las agresiones exteriores (que se lo pregunten a los indios) y resolverá internamente las interiores. Y, a su vez, esa comunidad se sentirá parte de otras similares, agrupándose en territorios y en estados, y todos los estados a su vez mancomunados en el país, los Estados Unidos, suma así de sus estados y éstos de sus comunidades.

Ocurre entonces el atentado de Boston, y la comunidad reacciona de manera automática: uno de los nuestros nunca haría esto; por lo tanto, el autor, aunque viva entre nosotros, no es uno de los nuestros, y por lo tanto hemos de localizarle y tratarle adecuadamente. Con este sentir, sus cuerpos de seguridad se movilizan - y no se detienen en zarandajas- y la población permite que sus cuerpos de seguridad "hagan lo que tienen que hacer".

El resultado ya lo conocemos: a los pocos días, como habría dicho un Amado Líder que tuvimos, "tenían un problema y lo han solucionado". Da igual si eran galgos o podencos, oye. Y a otra cosa, mariposa.


Por cierto: es posible que el nombre de DuPont no les diga nada. Es quizá la mayor empresa química del planeta. Inventó el neopreno, el nylon, la licra, el plexiglas, el teflón o el kevlar de los chalecos antibalas. Vale, quizá el nombre de la empresa no les suene. ¿Algún material de ellos, tal vez? El señor du Pont huyó durante la revolución francesa, cuando los jacobinos se fueron adueñando de la situación.

Otra nota: en los viejos westerns, era corriente que a los cuatreros los ahorcaran. Sólo habrían robado caballos, pero en aquellos desiertos robarle a un hombre su caballo era condenarle a una muerte segura. En las situaciones de gran pobreza o de gran dureza, el robo a menudo se castiga sumarísimamente, porque en definitiva lo que han robado es todo lo que un hombre posee o lo que necesita realmente para vivir.