miércoles, 30 de noviembre de 2022

Un incendio en un hotel

La otra noche, en un hotel de Barcelona, se declaró un incendio. Era un hotel digamos de barrio, no un gran hotel de edificio propio, con amplio aparcamiento o porteros con librea, sino un hotel modesto, normalito, en una calle normalita, entre dos edificios de vecinos.

Hacia las dos de la madrugada.

Una de mis costumbres, cuando me alojo en un hotel, es estudiar el plano del recorrido de evacuación que hay siempre tras la puerta de la habitación. Salgo al pasillo y busco las salidas de emergencia que indican. Y vuelvo a recepción por las escaleras de evacuación. De hecho, a lo largo de mi estancia suelo repetir el recorrido varias veces.

Por cierto: alguna vez me he encontrado el rellano de las escaleras ocupado por carritos de limpieza de las habitaciones y cosas por el estilo.

Imaginen que ocurre un incendio. Les aseguro que los pasillos se llenan de humo. ¿Cree usted que es el momento de preguntarse qué hacer? ¿De ponerse a buscar las escaleras? ¿Y si el incendio es, pongamos, a las dos de la mañana y le despiertan las sirenas cuando está en un profundo sueño? ¿Es el momento? Yo pienso que no, que precisamente en ese momento las reacciones son más seguras si uno se sabe el recorrido, si ha localizado y practicado bajar por esas escaleras.

En el incendio de Barcelona hubo un muerto.

lunes, 28 de noviembre de 2022

Refriega política

https://www.youtube.com/watch?v=Vm6BVKzAebY 

 

 

El otro día, en el Congreso, una diputada declaró en la tribuna que la ministra de Igualdad, Irene Montero, había llegado a donde había llegado "por haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias". ¡La que se montó! Ni el 7-0 de España en el Mundial, ni guerra de Ucrania, ni la chapuza de la ley "sólo sí es sí", ni la sedición, ni la Guardia Civil, ni nada. Ése pasó a ser el tema, nada importaba más. 

Por poner en antecendentes: La ley estrella de Montero, la del "sólo sí es sí", ha devenido en tal chapuza legal que muchos condenados por violación o agresión sexual están viendo rebajadas sus condenas, y en algunos casos siendo excarcelados. Montero, incapaz de reconocer un error, acusó a los jueces de ser fachas machistas (para ella es lo mismo) y proclamó que necesitan formarse (en feminismo) para aplicar correctamente la nueva ley. La otra diputada, entonces, se dirigió a la ministra diciéndole «Hay que tenerla de cemento armado para insultar a profesionales que se han pasado años estudiando Derecho y una oposición, cuando el único mérito que tiene usted es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias». La ministra Montero, lo sabemos todos, es licenciada en Psicología (suena muy rimbombante, pero es apenas nada) y su experiencia laboral no política se reduce a unos meses de cajera en un súper de barrio de Madrid. Es fama que su ascenso en su partido, Podemos, fue progresivo a medida que fue pareja de los aún dirigentes Rafa Mayoral, Juanma del Olmo y, finalmente, Pablo Iglesias, el macho alfa del partido, y que la primera medida que tomó cuando lo consiguió fue desplazar a la anterior pareja de Iglesias de su asiento contiguo en el Congreso de los Diputados a uno al fondo... justo detrás de una columna, donde ni se la podía ver. Cuando Sánchez negoció con Iglesias el gobierno, ya saben que para Sánchez todo está en venta, Iglesias consiguió una vicepresidencia para él y un ministerio nuevo para su pareja, Montero.

¿Consiguió el cargo Montero gracias a su relación con Iglesias? Bueno, en primer lugar no cabe otra explicación. Pero ¿y si no se hubiese ligado a Iglesias? Si todavía fuera pareja de Juanma del Olmo, ahora sería asesora en el ministerio de Igualdad (subordinada, pues, a quien fuese entonces la pareja de Iglesias); si lo fuera de Mayoral, también, pero además habría hecho de niñera de los hijos de Iglesias. 

Así que la ministra se ha ofendido no por estar donde no lo merece (recalco, hablamos de toda una ministra), sino porque alguien se lo diga públicamente. Es como ser cornudo, que una cosa es serlo y llevarlo con discreción, y otra que sea público y todos lo sepan, y peor aún que alguien te lo proclame. En España, que una injuria sea cierta no elimina el delito de injurias: el delito es hacer la injuria pública, ésa es la ofensa. Es discutible si lo dicho por la diputada es una injuria o una desapasionada descripción de la realidad, pero dado que todos hemos entendido el mensaje entre líneas, Montero tiene su razón al sentirse humillada.

Por otro lado, ya en su momento Pablo Iglesias se quedó a gusto (y estoy seguro de que no fue el único) poniendo como hoja de perejil a Ana Botella cuando era alcaldesa de Madrid por ser esposa de Aznar. Por no recordar la constante e impune sarta de insultos que profieren Montero y su bando a los del bando de la diputada, que parece que están ahí sólo para ser insultados.

La clave de todo, ya se habrán dado cuenta, es que Montero e Iglesias son de izquierdas y Ana Botella del PP. Y, sobre todo, la diputada en cuestión... de Vox. Y, claro: en este país hay dos libros de reglas: las que rigen para nosotros, y las que rigen para los de Vox (y los del PP, que no se me alteren mucho que les aplicamos también las reglas Vox). "Tiene un coño como esta mesa", le dijeron a la ministra en una entrevista en la SER. "Es un piropo muy bonito", respondió agradeciéndolo. Si lo hubieran dicho en una emisora de derechas...

¿Sirve este suceso para hacer reflexionar a los del bando de la insultada (Montero, no los de la diputada) sobre que no todo vale y que no se puede hacer del insulto al rival la constante práctica política? Pues estaría bien, pero no va a ocurrir. Lo de los dos juegos de reglas está demasiado interiorizado, en ellos y en todo el país. Más bien al contrario: ya tienen su excusa, unos, para ir a tumba abierta contra los de Vox, y los podemitas, en concreto, para ir contra todos los de derechas. "Ellos también nos insultan", dirán. "La violencia política, llevada a su máximo extremo", titulan en El País. La culpa es de Vox, por defenderse y devolver insultos.

Aunque convendrán conmigo en que, al menos, los insultos de Vox son más inteligentes que los zafios facha, machistas, racistas o xenófobos que les espetan a ellos. Si ni siquiera en eso están de acuerdo es que están ustedes más carcomidos por el partidismo de lo que yo creía. Pero si lo está, intente observar con imparcialidad el paisanaje y, sobre todo, la respuesta de los medios de comunicación y de los espontáneos que opinan en el debate, y comprenderá muchas cosas de este país.

 

 

Littlekings & Kalkovich - This is the life

 

viernes, 25 de noviembre de 2022

Las críticas al proyecto de EBAU

https://www.youtube.com/watch?v=oohml-P7Cio 

 

 

El Gobierno prepara una nueva configuración de las pruebas de EBAU, la antigua Selectividad. Y parece ser que su idea es juntar las Humanidades, Lengua - nacional o local-, Literatura, Filosofía e Historia, que le den a la Geografía, con la lengua extranjera y hacer una única prueba tipo test con tres preguntas adicionales a desarrollar en creo que unas 150 palabras.

Los profesores de Lengua - nacional y local - han salido en tromba a protestar. Los profesores de Literatura - creo que son los mismos-. Los de lenguas extranjeras. Los de Historia - pero no los de Geografía, aunque creo que son los mismos-, y por último los de Filosofía. Es decir: todos.

Todos protestan porque dicen que se minusvalora su especialidad, tanto por el hecho de mezclarla con las otras como por el tipo de examen.

Copio un testimonio, a modo de ejemplo, extraido de un periódico:

«En un discurso filosófico se necesita cierta madurez de argumentación y, si se hace tipo test, salvo que pregunten por el nombre de los filósofos a ver si los estudiantes aciertan con el nombre y con el siglo, no hay nada que calibrar. La sensación que se da es que cada vez se exige menos. Van a ser unos auténticos analfabetos»

La opinión la da una profesora de instituto. Que son los que han salido en tromba. Y yo no digo que no les falte razón, pero...

¿Por qué no hacen ellos la valoración cuando les toca? 

Si son profesores de instituto y les preocupa que sus alumnos ingresen en la universidad sin tener un suficiente nivel de filosofía, historia o la materia que les enseñen, ¿por qué no lo demuestran, suspendiendo a los alumnos cuando son ellos los que les examinan?

¡Ah, porque entonces cargarían ellos con la responsabilidad de suspender! 

Por mí, adelante con las pruebas tipo test. Se lo merecen. 

 

 

Giacomo Puccini - Tosca: Vissi d'Arte 

jueves, 24 de noviembre de 2022

Presupuestos 2023

https://www.youtube.com/watch?v=o4Yzj-m_SBk 

 

 

Les recomiendo encarecidamente que relean el artículo que escribí el 22 de abril de 2019 sobre la Lex Caecilia Didia. Fue fruto de la sabiduría que se extrae de la experiencia, y establecía que, primero, entre que se propone una ley y se vota han de pasar días suficientes para estudiarlas (por lo general, 24), y que las leyes han de ser para una sola cosa, no puede haber leyes que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid...

Como hecha la ley, hecha la trampa, poco después los romanos sacaron la Lex Junia Licinia, que perseguía las clausulas escondidas, no relacionadas o que serían malinterpretadas, y endurecía las penas por intentar saltarse la ley de claridad. 

Creo que se entiende la intención de los legisladores romanos: ya entonces había gobernantes que intentaban aprovecharse de su situación, y una de las mejores maneras de evitarlo es impedir que se salten los procedimientos. Combatir la tendencia del gobernante a que lo excepcional lo sea todo, siempre, y a usar todo tipo de triquiñuelas y argucias para evitar y soslayar los controles que legisladores bientinencionados pusieron para combatir las venalidades de los futuros gobernantes.

Hoy, mañana por cuando escribo, se vota, en el Congreso, la ley de presupuestos generales del Estado para 2023. Ayer se fueron conociendo algunas enmiendas (que son, por lo tanto, detalles y parte de la ley). Por ejemplo, que en marzo del 2023 la Guardia Civil dejará de controlar el tráfico en Navarra. Es curioso, porque en 2019 Sánchez, para que el PNV le votara los presupuestos, accedió a que la GC dejara el tráfico navarro. Lo que pasa es que no se firmó ninguna fecha concreta, y hablamos de Sánchez. Pero esta vez Bildu ha sido más listo y el acuerdo que le ha sacado (sí, al mismo Sánchez que juró y perjuró que jamás llegaría a ningún acuerdo con Bildu) es que se irán en cuatro meses. Los representantes políticos de los etarras que mataban guardias civiles en Navarra y que han hecho todo lo posible por expulsarlos. ¿Qué pensar, ante esto? Pues que no hacía falta matar a nadie, sólo esperar que Pedro Sanchez llegara al gobierno. No hacía falta soportar tanto sacrificio, el mirar siempre por encima del hombro y debajo del coche, el no contar a nadie en qué trabaja tu papá y todo lo que han tenido que tragar, si tan bajo valoraría el Gobierno su presencia que la iba a intercambiar por un puñado de votos para unos presupuestos.

Y es que Pedro Sánchez es un chollo. Con tal de que se le vote, acepta lo que sea. Lo que sea. 

Este año, a la vez que los presupuestos se votará una propuesta que elimina el delito de sedición. Lo de la declaración de independencia de Cataluña pasará a ser "desórdenes públicos agravados". No sé qué decirles: yo estuve allí. Lo que aquí se conoció como "la batalla de Urquinaona", en la que incluso prendieron fuego a una tanqueta de la policía con policías atrapados dentro y dispararon cohetes a los helicópteros de control policial, una "batalla" que duró varios días y dejó el centro arrasado, eso sí son desórdenes públicos agraviados. La ocupación del aeropuerto y de las vías del AVE, también. Lo del 6 y 7 de septiembre de 2017 no fueron desórdenes públicos, ni agravados ni sin agravar (para recordarlos, como ejemplo: recordando-aquel-septiembre). Sacarse de la manga en una sesión del Parlamento catalán una propuesta de ley, presentarla para votarla acto seguido, que esa ley anule ipso facto la vigencia de la Constitución en Cataluña (y del Estatuto) y promulgue unas normas por las que, por ejemplo, el presidente del gobierno catalán nombra a los miembros del consejo rector de los jueces (por no hablar de la fidelidad al nuevo régimen que se exigiría a los jueces)... Eso no son desórdenes públicos. ¿Unos desórdenes públicos promovidos y sustentados en los gobernantes, los directores de los colegios, la policía autonómica, los medios de comunicación oficiales y los privados que se benefician de las subvenciones del gobierno catalán, y las cúpulas de todas las entidades civiles (como los colegios profesionales de médicos, periodistas, etc.)? No me tomen el pelo.

Y eso que Pedro Sánchez, en su día y porque lo necesitaba, declaró que aquello no fue una sedición sino una rebelión, no cabía duda. Y que aseguraron, de palabra y por escrito, que no iban a tocar el delito dos días antes de anunciar que sí. ¡Si nos descuidamos...!

Por cierto: hecho el anuncio, salió el presidente del gobierno catalán y declaró que habían conseguido de Sánchez el acuerdo de eliminar la sedición, y que como hay que ir paso a paso, lo siguiente era quitar la malversación; huelga decir que a los líderes del prusés se les había condenado por sedición y por malversación, y que la inhabilitación política seguía por la malversación. Aparte, que si conseguían que no hubiera malversación no tenían que devolver lo malversado (no iban a hacerlo, pero...). Pues bien, el gobierno nacional pasó automáticamente a reconocer que sí, que ahora tocaba ese tema y los socialistas salieron en tromba a los medios a afirmar ¡que sí que había que reformarlo! Para los anales, espero que quede, la declaración de la ministra de Defensa Margarita Robles, juez en excedencia ella, de que no era lo mismo el corrupto que se queda el dinero para sí que el malversador que no se lo queda él. Como si no fuera punible que el dinero se lo quedaran los amigos del político; o peor aún, que el partido en el gobierno montara un entramado para desviar dinero público a sus afines, pongamos más de mil millones de euros a lo largo de los años en Andalucía. Que sí, que el dinero acabó, en realidad, en las manos de los proxenetas, los traficantes de cocaína, los restaurantes de marisco, los vendedores de coches de lujo y todos esos, pero ¡hombre, no me jodan!

Por suerte con esto de la malversación, una vez que se hizo notorio que también los socialistas se beneficiarían de que se despenalizara la malversación, han tenido que replegarse un poquito. Y, de momento, con estos presupuestos no va la malversación, para otra ocasión queda. 

Como gane Sánchez las próximas elecciones generales, se celebren cuando se celebren, y por ganarlas hay que entender que consiga formar una minimayoría frankstein una vez más... 

 

 

Miranda Lambert y Carrie Underwood - Somethin' bad 

lunes, 21 de noviembre de 2022

Ingenieros de Tráfico: ser buenos no es tan bueno

https://www.youtube.com/watch?v=PaVvaXAZUEs 

 

 

Cuando hay un accidente en carretera, de los que conllevan víctimas mortales o que requieren la intervención de la Guardia Civil, Tráfico hace un atestado y una investigación de lo ocurrido y la conclusión impepinable siempre es que la causa del accidente es la velocidad inadecuada o la falta de atención del conductor.

La culpa, siempre, es del conductor. Nunca de nada que pueda achacarse a la DGT. Ni el estado de la vía, ni la señalización, ni que no circularan quitanieves,... nada, nunca.

Estoy convencido de que la DGT y las organizaciones homólogas de las autonomías que las tengan están dirigidas por ingenieros. Puede que no en la cúspide, en los puestos de designación política, pero seguramente sí en los que toman las decisiones técnicas. Quiero creer que la orden de limitar una velocidad en un sector o poner un radar en un determinado punto la toma un ingeniero en función de su criterio técnico. Que no la da un político experto en tragar y pelotear o licenciados en Filosofía y Letras o decoradores. Sin embargo, mucho me temo que el estar en una organización gubernamental ha erosionado a estos ingenieros muchas de sus virtudes ingenieriles, y ya son más funcionarios que ingenieros. 

Porque un ingeniero de verdad, uno que se faje en las fábricas o en las obras, uno que de verdad ame su trabajo, no aceptaría que las investigaciones echaran la culpa al conductor. No, nunca: exigiría que el investigador averiguara qué falló por parte de ellos, qué se pudo hacer para evitar el accidente. Sí, vale, la velocidad era inadecuada, pero ¿hacía mucho que no pasaba el quitanieves? ¿Se había extendido sal? ¿Eran visibles las señales de poner cadenas? ¿Se había habilitado un espacio para que los coches se detuvieran a ponérselas? ¿Había a pie de puerto una pareja de la GC? Y también: ¿era adecuada la formación que había recibido el conductor? Vale que no supo reaccionar al haber hielo en la carretera, pero ¿habría ayudado que se le hubiera dado formación en ese sentido?

¿Y si se hubiera cambiado el asfaltado en el tramo más peligroso del puerto a un firme de hormigón con resaltes antideslizantes? 

Pero no. La culpa, siempre del automovilista. Que no solo sufre el accidente, sino que además es que se lo ha buscado.

Si la DGT y las autonómicas se plantearan los accidentes como digo, estoy seguro de que año a año se irían reduciendo las cifras de accidentes y siniestros en carretera porque cada año se iría mejorando. Si buscasen qué culpa podrían tener, si no quisieran figurar siempre como los buenos, si pensasen qué errores habrían podido cometer, sería mejor para todos.

A fin de cuentas, en la Fórmula 1 la culpa de los accidentes nunca es de que el conductor iba a una velocidad inapropiada, pongamos 300 km/h, sino a fallos que obligan a mejorar los circuitos y los diseños de los bólidos. ¡Ah, pero es que la F-1 es una organización privada, no es cosa de funcionarios!

Es la filosofía de todo lo que ataña a la administración pública: la culpa siempre es de los ciudadanos, que paguen por ello. 

 

 

Coro del Ejército Rojo - El Ejército Rojo es el más fuerte 

viernes, 18 de noviembre de 2022

El Mundial de Qatar

https://www.youtube.com/watch?v=oG85zhpgmJY 

 

 

No hace falta especificar ni el deporte, ni la categoría. De cualquier otro deporte o categoría sí, pero ser la competición principal a nivel mundial por antonomasia tiene estas prebendas.

El caso es que o vivo mucho más desconectado de lo que creía, o hay - al menos en la piel de toro- un cierto boicot encubierto por parte de los medios de comunicación y quizás de todos a este mundial. En cualquier otro, tendríamos noticias hasta en la sopa y abriendo los telediarios: que si los ha recibido el rey, que si los ha ido a despedir el Líder Supremo, que si les ha deseado suerte, que si han llegado bien, que si han merendado bien, que si han dormido bien,... Nos habrían hablado de dónde se van a alojar, de quiénes son sus rivales, de dónde se están alojando sus rivales, de quiénes forman sus equipos y en qué fontanería o tahona suelen trabajar, ¡en quiénes forman nuestro equipo!...

Pero no. No sé si en las secciones de deportes de las noticias, que suelen salir en momentos en los que ya he desconectado o ya estoy sesteando, pero tampoco en los titulares de los diarios, ni se palpa emoción por las calles o se oyen conversaciones de que este año sí o tampoco y que habrían debido llevar a Golazarrieta III en vez de a Paquito. Nada.

En cambio, sí se leen artículos de opinión y "noticias" de las propias de los canales de twitter y similares, sobre boicots al mundial, de porqué no hay que verlo - y menos, ir- y todo eso. Que si los medios como consiguieron la designación, que si los métodos de construcción de los estadios, que si el país esto y lo otro (los países del Golfo Pérsico, ya se sabe). Y la RFEF, para más inri, que si siempre ha sido una casa de tócame Roque, con el mandamás actual es el patio de Monipodio a lo bestia; que la selección compita en representación de la RFEF, que es lo que formalmente hace contribuye a que no queramos saber nada de ella, por asociación.

Yo, les diré: a estas alturas de mi carrera, el mundial me importa un pito. Me han desilusionado en tantos, que ya no me queda ilusión. Pero no me parece bien el boicot. Me explico:

Qatar es una nación independiente. O forma parte de una nación independiente, no lo sé. Pero es independiente de nosotros. Nosotros no mandamos en Qatar. Por otro lado, hemos aceptado a Qatar en el concierto global de las naciones. La aceptamos y reconocemos su independencia para gobernarse con sus normas y principios. Aceptamos tener tratos con ella y le reconocemos los mismos derechos que a las demás naciones. Aceptamos a su federación en la FIFA y al hacerlo le otorgamos el derecho a organizar competiciones, incluyendo el Mundial. No damos rangos, al aceptar países y federaciones. Por lo tanto, otorgamos o reconocemos, tanto da, a Qatar el derecho a organizar el Mundial.

El mensaje implícito (o explícito) en el boicot es que Qatar no debería organizar el Mundial. Que no debería tener derecho, que no deberíamos mezclarnos con ellos. Porque, como no son como nosotros, no deberían, en realidad, tener derecho... a la existencia.

Lo que en verdad deberíamos decir (y no lo hacemos, porque no decirlo es parte fundamentalísima de ello) es que NO ES UN PAÍS WOKE COMO NOSOTROS. Y ya se sabe: para un woke, quien no es woke no debe existir, ha de ser exterminado.

 

 

Southern raised - Ghost riders in the sky 

jueves, 10 de noviembre de 2022

El tamtam del coche eléctrico

 https://www.youtube.com/watch?v=_x3zwrwczyY

 

 

En los años 70 había una serie de televisión que se llamaba "Un hombre en casa". Inglesa, naturalmente: iba sobre tres jóvenes, un hombre y dos mujeres (una rubia y una morena), que compartían piso. Unos personajes secundarios eran sus vecinos los Roper, un matrimonio mayor representantes de todos los estereotipos de lo británico en su grado máximo. Al acabar la serie se creó un spin-off, "Los Roper", sobre las andanzas del mencionado matrimonio. Yo no veía Los Roper.

Y no los veía, porque lo emitían entre semana a las 5 de la tarde, y a esa hora yo tenía mis quehaceres. Un compañero mío, en cambio, sí los veía: tenía un grabador de vídeo, y ése era su truco. Fue mi primer contacto con los grabadores de vídeo, aunque tuvieron que pasar unos 6 años o así hasta que en mi casa entrara uno.

Los grabadores de vídeo fueron una revolución, pues cambiaron nuestra relación con la TV: ya no era necesario estar delante del televisor cuando emitieran algo, y ese algo se podía ver no sólo cuando se quisiera, sino también cuantas veces se quisiera.

La revolución fue además universal: en poco tiempo todo el mundo tenía vídeo, los videoclubs surgieron como setas y ver películas en el sofá por las noches se convirtió en el nuevo pasatiempos nacional.

Otro cambio importante en nuestro estilo de vida fue la telefonía móvil. Fue un poco más lenta que el vídeo, entre el ser un objeto de sólo unos pocos a tenerlo casi todo el mundo pasaron más de 15 años. Y no hay vuelta atrás, pero les aseguro (quienes no lo vivieron no se lo creerían) que al principio todos echábamos pestes de los celulares, considerándolos una pérdida inadmisible de nuestra libertad, una fuente segura de muerte por cáncer, una ridiculez y además una falta de respeto el hablar en público primero, el ponerlo encima de la mesa después,...

Y un tercer antes y después fue la explosión de la informática. En concreto, la toma de los hogares por los ordenadores personales.

Ingenieros aparte, los ordenadores personales eran máquinas de escribir. De verdad que durante años ése fue el uso que tuvieron en la mayoría de despachos y en las casas en las que entraban. Luego vinieron las hojas de cálculo y las bases de datos (sintomático: todos los manuales de bases de datos para hogares usaban como ejemplo... una base de datos de cintas de vídeo).

Con el tiempo surgió internet, pero eso no importó demasiado: salvo para copiar juegos, la red no ofrecía gran cosa útil. El boom definitivo fue la coincidencia en el tiempo de dos avances tecnológicos: la música en archivos mp3 (y Napster), y las cámaras de fotos digitales. Ambos elementos requerían un ordenador, y desde entonces son parte inseparable de nuestras vidas (un teléfono inteligente de 2022 hace muchas más cosas, mejor y más rápido, que un PC de 2002).

La informatización, por supuesto, ha creado un nuevo ludita, pero son sobre todo personas demasiado mayores para querer integrarse en el nuevo orden.

Estoy escribiendo estas notas a mano, en un cuaderno y con un bolígrafo Cross, mientras tomo un café en una terraza: la reunión de obra se ha atrasado hora y media, y estoy haciendo tiempo. Pero no soy un ludita.

 

Todo lo dicho hasta aquí no es sino la introducción a la siguiente pregunta: ¿es el coche eléctrico otra revolución?

Aparentemente, sí. Un cambio radical con una implantación más o menos rápida según se mire, y que cuenta con muchos detractores en sus comienzos, personas sobre todo que no lo han utilizado y que cambiarán de idea cuando lo hagan.

Creo que podemos dar por seguro de que el vehículo basado en el motor de explosión va a desaparecer. Al menos, en Europa Occidental, que es lo que me importa. Razones para pensar así hay muchas, pero en mi opinión la más importante y la definitiva es que ningún político va a defender estos motores. Al contrario, están todos convencidos de que han de ser antimotores, y no hay nada que hacer.

El problema es que yo no creo que tengan, los coches eléctricos, una implantación generalizada. Y no creo que la tenga porque, en primer lugar, la tecnología eléctrica no va a ser capaz de dar las prestaciones de los motores térmicos en el uso intensivo y universal que ofrecen los térmicos. Pero, sobre todo, porque no se va a poder crear una red de recarga equivalente a la las gasolineras, con el volumen que demandaría un parque móvil europeo como el actual en número de vehículos, e kilometraje, en disponibilidad y en extensión. Tener un punto de almacenamiento de gasolina es fácil: la misma carretera sirve para llevarla hasta ahí. Pero el suministro eléctrico... es como si las cisternas de gasolina sólo pudieran viajar por sus propias y específicas carreteras, y hubiera que construirlas aún... y además no hubiera "gasolina" para esos camiones.

En sus primeros días, el automóvil térmico era un bien exclusivo, sólo para pudientes. El vehículo eléctrico, en cambio, yo creo que será siempre de uso exclusivo, no creo que todo el mundo acabe teniendo uno. Quizá, si tuviera los 70 años que tuvo el térmico antes de su popularización. Pero no los tendrá, porque si en 12 años nos quitan los térmicos, el cambio, la revolución, será que quitaremos los automóviles de nuestras vidas. Y nos acostumbraremos a ello.

Y, por cierto: cuando sólo tractores, camiones y autobuses usen la gasolina (el diésel), ¿creen que rentarán las refinerías, los petroleros, la misma extracción de petróleo? Se seguirá haciendo, por los plásticos y los demás derivados, pero ¿no creen que afectará a su precio dejar de comercializar el componente gasolina y el componente diesel del petróleo? ¿Y creen que la subida de precio del gasoil de los camiones y tractores no nos va a afectar?

No recuerdo quién lo dijo, pero en mi opinión: «¡Qué error, qué inmenso error!».

Albergo aún, sin embargo, una pequeña llamita de esperanza como supporter del motor de explosión: que no ocurrirá. Que cada vez más personas, al igual que están despertando contra la opresión de los wokes, están dándose cuenta de la tomadura de pelo que es la apuesta suicida por sólo lo verde. Ahora que les está afectando con claridad al bolsillo, con el precio de la electricidad impagable, cada vez más personas opinan que nucleares sí, gracias. Que nada de cerrarlas, que han de seguir. Y que es una tontería que nos muramos por ser limpios, si China, la India, Rusia y los demás contaminan muchísimo más que lo que contaminaríamos nosotros y además aprovecharán nuestra reducción de contaminación para aumentar la suya. Ahora es sólo un rumor, un runrún que recorre las tabernas y los billares, pero a medida que se acerque el día, cuando en 8 o 10 años la gente sea consciente de que no sólo les cobran una pasta por el recibo de la luz sino que además les van a dejar sin su coche... mi esperanza es que ese sentir llegue a los políticos y estos se den cuenta de que tendrán más votos si defienden el gasoil antes que lo verde, y paren este sinsentido. 

El diésel presenta muchos problemas de suministro y la situación actual es tal vez insostenible, pero la Técnica ha de avanzar a su ritmo, no a golpe de ley.

 


Jonhy Cash - I still miss someone (versión de The high bar gang)

martes, 8 de noviembre de 2022

Condiciones para desokupar okupas: que sea flagrante... y algo más

De las noticias (extracto):

Los Mossos d'Esquadra desalojaronn una okupación flagrante este domingo. Recibieron el aviso sobre las 20:00 horas gracias al aviso de los vecinos. Fueron cuatro okupas los que se colaron en un inmueble del edificio. Los Mossos acudieron a desalojar el piso y, ante la negativa de los hombres, activaron a unidades de orden público. Así, los agentes antidisturbios irrumpieron en el piso y sacaron a los okupas por la fuerza. Acudieron hasta seis furgones de la Brimo (la unidad antidisturbios) al lugar de los hechos.

Según datos oficiales, en Barcelona provincia ha habido 2.838 okupaciones en el primer semestre de 2022. La segunda provincia con más ocupaciones ha sido Madrid, con 813. 3,5 veces más en Barcelona que en Madrid. En general, es de todos conocidos que Cataluña es el paraíso de las ocupaciones. Y es una preocupación muy seria entre nosotros, ya que la ley protege siempre a los okupas y no hay manera de echarlos. Nuestro sueño sería poder llamar a la policía, que ésta acudiera con unos cuantos antidisturbios y los echara sin contemplaciones. Pero eso, ¡ay!, es imposible: los okupas tienen sus derechos, y conocen todas las triquiñuelas legales.

Y, sin embargo...

¿Algo va a cambiar, por fin? ¿Será posible que...?

Me temo que no. Y es que el extracto tenía truco: he omitido una información fundamental, fundamentalísima: la okupación se había producido en un piso de la barcelonesa calle Ganduxer. A la altura de la calle Reina Victoria, para más señas. Y eso lo explica todo. Así, sí.

Me imagino dos de las llamadas telefónicas:

- Martí, que creo que hay okupas en el edificio.

- No te preocupes, Montse, que yo me encargo.

Y entonces: 

- Pere, que me dice mi mujer que hay okupas en mi edificio.

- No preocupes, Martí, dame dos horas y lo soluciono.

Como si lo viera. No sé si es que esos okupas habían vivido siempre en ese barrio, o si son tontos de remate. Si quieres okupar allí, ipso facto vienen seis tanquetas de antidisturbios y tus derechos mis cojones.

Que aún hay clases, y se demuestra en estas cosas.

 


 

sábado, 5 de noviembre de 2022

Documentales de naturaleza

 https://www.youtube.com/watch?v=RpJ60dmR3OY

 

 

Escribí este artículo el 13 de abril de 2016; por alguna razón que no recuerdo, no lo publiqué. Bien, ahora parece un buen momento. La primera parte está desfasada, como suele ocurrir cuando se escribe sobre una noticia de actualidad (y más aún de algo tan efímero como el deporte), pero la segunda parte ha envejecido mejor.



Hace no mucho fue la final del campeonato de baloncesto universitario de Estados Unidos. Villanova contra North Carolina. Dentro de 30 años todavía se hablará de ese partido. North Carolina era el favorito, pero llevo toda la temporada siguiendo el campeonato y en todo momento se hablaba de Villanova como el equipo a batir. El baloncesto universitario se juega en ligas extrañas, de una manera muy rara, y para nosotros es difícil valorar el potencial de los equipos; por eso me extrañaba que se ya en diciembre se hablara de Villanova, pero en fin.

El partido fue histórico y muy emocionante. Villanova se puso por delante al principio, pero nunca se despegaba: se notaba que North Carolina tenía más caché y que en cualquier momento le iba a dar un arreón al partido que pondría las cosas en su sitio. Pero el arreón se retrasaba, y se retrasaba... Quedando 4,7 segundos, metieron el mejor triple de la historia. Y 4,7 segundos después pasó a ser el segundo mejor triple de la historia. Yo lo vi por televisión, y al acabar era consciente que había visto un partido para la Historia.

La televisión va bien para las retransmisiones deportivas. Si en el deporte hay emoción, la televisión lo capta y lo refleja. Aparte de esto, no hay muchas cosas que me gusten de la programación. Desde luego, no las películas (donde esté un cine...) o las noticias (la televisión es el peor medio para transmitir la actualidad, por favor).

Pero lo mejor de la televisión, lo mejor de lo mejor y donde da sopas con onda a cualquier otro medio y a cualquier otro programa, son los documentales. En especial, los documentales de naturaleza.

Me encantan. La fotografía es excelente, el guion está cuidadísimo, los efectos especiales son un alarde de la técnica. Sin olvidar la voz del narrador, esa masculina y bien modulada voz que nos va explicando cómo la mantis religiosa se suele distribuir con una densidad de una en un metro cuadrado...

Los documentales son los mejores programas de la televisión, y entre otras razones lo son porque son los que están mejor hechos. Y no porque sean fáciles de hacer, todo lo contrario. Quizá por eso: sólo los mejores se dedican a ellos.

Recuerdo, de cuando era mozo, unos reportajes de Félix Rodríguez de la Fuente sobre los abejarucos. Los abejarucos excavan sus nidos en taludes de tierra, en galerías que pueden medir un par de metros de largo. Pues en el documental, de alguna manera, habían conseguido cortar a lo largo una de las galerías, hacer una pared de cristal y meter una cámara junto al nido, y nos mostraban no sólo lo que pasaba fuera de la tierra sino también en el interior de la galería. Aquello fue espectacular, y recuerdo que al terminar Rodríguez de la Fuente explicaba cómo lo habían hecho y los meses que les había costado lograrlo.

Hace no mucho vi un documental sobre la caza en los océanos. En un momento dado, aparece un banco de peces, creo que arenques. Era un banco de quizá un millón de peces, un banco enorme. Los peces tiene sus razones para agruparse en bancos, y una de ellas es que los bancos son casi invencibles: cuando el pez está en un banco no hay manera de atraparles. Atacarles es como golpear en el aire.

El caso es que teníamos un banco enorme de arenques, y una manada de delfines iba a por ellos. Previamente el documental nos había mostrado ataques a bancos y que estos siempre fallaban, pero parecía que esta vez iba a ser diferente. Los delfines eran muy listos. Estaban sincronizados y tenían una táctica. En primer lugar, los iban rodeando para que el banco se hiciera más y más compacto. Pero aún no podían hacer nada. En segundo lugar, tenían que conseguir que el banco no se sumergiera, para lo que nadaban continuamente por debajo de los arenques. Pero no podían, ellos solos. Entonces, de algún modo, surgió un ejército de atunes que venían de las profundidades. Eran muchos, y atacaron al banco que los delfines tenían compactado y atrapado. Entraron por abajo como el cuchillo caliente en la mantequilla. Los arenques intentaron huir por la superficie, pero resultó que había miles de gaviotas, pelícanos y esos bichos ahí fuera, y cazaban a todos los que subieran demasiado. En esto, una manada de tiburones ataca también, como los delfines, por los flancos: aquello fue ya el despiporre absoluto. Les daban por todas partes, y el banco se rompió. Un banco de peces es como una masa enorme compuesta por un millón de peces, y todos moviéndose de una manera coordinada, al igual que las células se mueven con nosotros. Pero al romperse el banco, lo que pasó a haber fue un millón de peces en un espacio muy pequeño, cada uno tirando hacia donde podía, sin saber hacia dónde huir o qué hacer. Era una carnicería, se los estaban comiendo a miles. Y de pronto apareció una ballena enorme, no recuerdo si azul o de qué tipo, que, simplemente, abrió la boca y se tragó lo que quedaba del banco. Y fin de la fiesta. Fue alucinante.

Pues bien, los que más alucinaron fueron los que estaban rodando el documental. Resulta que llevaban cuatro años intentando filmar a esas ballenas cazando, y no habían logrado nada. Uno puede seguirle el rastro (y el ritmo) a un escorpión, pero no a una ballena. La ballena se sumerge, y en tres segundos nos ha dejado atrás y no volvemos a verla. Pues parece que ya lo habían dado por imposible y se estaban dedicando a otra cosa. Y cuando están filmando lo del banco, desde el barco de apoyo ven llegar la ballena pero sólo tienen tiempo de decirle "¡mira!" al cámara, que se da la vuelta y... la ballena se le echa encima. No se lo comió con los arenques, pero no me habría extrañado. Suerte del cámara que estaba filmando al buceador que filmaba a los delfines, que pudo filmar algo más.

Este documental resume las virtudes de estos programas. Guion, técnica, fotografía, esfuerzo. Además son muy instructivos y son para todos los públicos. No son ofensivos, no generan malestar, no nos hacen enfadarnos. Sin embargo, apenas se ven. Quizá es que sólo los televidentes inteligentes pueden apreciarlos.

 

 

P.S., 2021: no puedo evitar sonreir al releer lo de la ballena. Sí, recuerdo el documental y el asombro. Pero lo cierto es que desde entonces he visto más documentales parecidos. Hasta el punto de que no me extrañaría de que el primer documental diera la clave de muchas cosas: de cómo se atacan los bancos de peces, de la colaboración entre las especies cazadoras, y la alimentación de las ballenas. De manera que quien quisiera hacer un documental sobre esas cosas lo tuviera ya más fácil, y por eso ahora hay tantos de ese estilo.




Wilf Carter "Montana Slim" - My Swiss Moonlight Lullab

jueves, 3 de noviembre de 2022

Vestirse por los pies

Leía esta mañana en la prensa una entrevista en la que el entrevistado, en un momento dado, afirmaba ser una persona «que se viste por los pies». Me sonreí, porque el significado de esa expresión no es el que el entrevistado creía. Él no lo sabía.

Confieso que nunca había oído esa expresión antes de que la dijera nuestro anterior presidente, Mariano Rajoy, en una entrevista que le hicieron. Lo que Rajoy quería decir es que él era una persona juiciosa, razonable, que no hace estupideces. Que se viste por los pies. Supongo que Rajoy tampoco sabía lo que significa de verdad. O significaba, hay que reconocer que si nadie la emplea con su sentido original sino con el que le daba Rajoy, pues a partir de ahora eso significará.

A lo que voy. Tiempo después de lo de Rajoy, estaba yo leyendo un Episodio Nacional de Benito Pérez Galdós, y me encontré con la frasecita de marras. La decía uno de los personajes, defendiéndose de una acusación o explicándose, no recuerdo bien. Pero estaba claro el significado, clarísimo. Y no era ése.

¿Qué significa que alguien "se viste por los pies"? Pongámonos en 1890, cuando escribía Galdós. ¿Quién no se vestía por los pies?  Obviamente las mujeres, eso está claro. Pero ¿qué hombre no se vestía por los pies? Fácil, si lo piensan: los curas. Los curas vestían sotana. Y las sotanas no tienen perneras. Eso es lo que estaba diciendo el protagonista, que él no era un cura.

miércoles, 2 de noviembre de 2022

La caseta multidisciplinar

https://www.youtube.com/watch?v=UFpaHMqz0nM 

 

 

Imaginemos que, en pleno campo, proyectamos una caseta. Un cobertizo para guardar herramientas. ¿Qué ingeniero ha de proyectar tal edificio? Depende.

Como hemos dicho, la caseta está en el campo. Así que es cosa de los ingenieros agrónomos: será para que el labriego guarde el arado y la azada.. Pero si el suelo no es plano, sino que es en el monte, entonces es cosa de ingenieros de montes. O no. Porque si las herramientas que se van a guardar lo son para una mina cercana, es de un ingeniero de minas. Si lo son para una carretera cercana que se está construyendo, es cosa de los ingenieros de caminos. Si no es una carretera, sino una vía férrea, es cosa de ingenieros industriales. O para un aerogenerador. Si en vez de un aerogenerador hablamos de una antena de telefonía, es para ingenieros de telecomunicaciones. Si la antena no es de telefonía, sino para el balizamiento de aviones, intervienen los ingenieros aeronáuticos. Y, como se imaginarán, si las herramientas son para construir una atarazana, un ingeniero naval. 

Ahora bien: si en vez de una caseta para herramientas el edificio es para las viviendas de los obreros que han de construir lo dicho, el ingeniero competente es el mismo que el del proyecto general. Ya sé que no es muy normal en España, en estos tiempos, construir viviendas para los obreros como parte de los trabajos de la obra, pero lo fue. Y lo sigue siendo si la obra se realiza en según dónde. Por ejemplo, en Argelia: la constructora desplaza a todo el personal a una especie de "campamento", una villa cerrada aislada que incluye además el equipamiento de asueto necesario para los bastantes meses que pasaran todos ahí encerrados. Pues bien, si los obreros están construyendo un puente, el ingenieros es de caminos; si un aeropuerto, un aeronáutico; si un puente... para ferrocarril, un ingeniero industrial. Si unos cortafuegos, un ingeniero de montes. Si una deshidratadora de alfalfa, un agrónomo. Y así todo.

Y lo mejor: si lo que van a construir los obreros es una futura urbanización de chalets y viviendas pareadas... no puede hacerlo ningún ingeniero: ha de proyectarlo un arquitecto.

Menudo guirigay, dirán. Y sí, pero es que hemos de pensar en los ingenieros como antiguos cuerpos del Estado, y por lo tanto cada uno con sus competencias y funciones. Según para qué sean las herramientas, el proyecto será de esos ingenieros o de otros. 

Esto, la legislación lo recoge con la expresión "técnico competente". Competente porque tenga autorización para hacerlo, y porque sea técnicamente capaz de ello. Y de esto quería hablar: la legislación considera que, si el técnico está autorizado, entonces sabe hacerlo. No pone en duda la valía técnica del ingeniero. Si se tiene el título, se sabe. El problema es que eso no es muy real: me juego el cuello a que casi ningún ingenieros es capaz de proyectar un edificio de viviendas -completito, ¡eh!, con su instalación eléctrica, fontanería, comunicaciones, etc.- por más que el legislador le otorgue la competencia técnica.

Lo queramos o no, los ingenieros no somos tan multidisciplinares como la ley nos considera. Ni de lejos. Pero entre saber hacer mil cosas y saber sólo cinco hay mucho entre medio. Hay ingenieros que sólo saben hacer 5 cosas, otros 10, otros 100. Los que saben 5 sabrán esas 5 cosas mejor que los de 100, pero claro.

¿Qué es mejor, ser especialista o ser multidisciplinar?

Yo, por ejemplo. Estudié con un plan ya extinto que daba una formación general, no especializada. Apta para todo y con la que apenas aprendíamos algo de nada. Luego, la vida, las circunstancias,... en mis primeros quince años de profesional toqué muchos palos. Trabajé como mecánico de reparaciones en una acería, con mi mono naranja y mis manchas de grasa, y fui director de fábrica. Proyecté instalaciones de refrigeración, de estructuras, de actividad, de incendios, eléctricas,... Construí maquinaria de muy diverso tipo, construí instalaciones industriales. Desarrollé software industrial y software comercial, trabajé con ordenadores antiguos ahora inimaginables, con miniordenadores y con microordenadores, con compatibles IBM y con ordenadores especiales no compatibles. Llevé gestiones económicas, proyectos de integración de empresas, viajé al extranjero y por España, me encargué de clientes y de proveedores, participé en el boom de los sistemas de calidad,... 

Y luego, cosas que pasan, me encontré establecido como calculista de estructuras. Precisamente uno de esos campos en los que todos los ingenieros tenemos competencias y por lo tanto deberíamos ser competentes. Y no sólo los ingenieros: también los arquitectos. El caso es que lo que me encontré fue un mundo de especialistas: todos eran especialistas en estructuras, y sabían un montón. Y yo ahí, con mis nociones generales y poco más pero con una vitola de "experto" que a mi pesar proclamaba mi aspecto de ingeniero "con experiencia". La experiencia, ya se sabe, no hace a alguien experto sino experimentado, que no es lo mismo.

¿Saben qué pasó? Que los especialistas de estructura con los que me batía el cobre carecían de cualquier experiencia o conocimiento fuera de su campo de trabajo. Digamos que sabían construir casetas, pero no sabían nada de las herramientas que iban a guardarse ni lo que hacía el cliente con esas herramientas. Y yo no sabía mucho de casetas, pero sí de todo lo demás.

Para más inri, en los años que habían pasado desde mi instrucción el mundo había cambiado. Yo aprendí a calcular estructuras a mano, no existían programas para calcularlas. Pero cuando entré en el sector, ya existían esos programas. De repente, el cálculo propiamente dicho de una estructura no lo hacía el ingeniero, sino una máquina. Por descontado, aquellos expertos en estructuras manejaban esos programas mil veces mejor que yo (que ni sé emplear el Cype), pero la habilidad en sí de calcular estaba dejando de ser necesaria. Bastaba con saber lo que se hacía. Y como yo entendía los problemas del cliente mucho mejor que los expertos de estructuras y preveía el uso futuro también mucho mejor, y me había visto en muchos fregados en los que un ingeniero de estructuras jamás se mete, pues se pueden imaginar: encontré mi hueco, y aquí sigo. 

Soy, por lo tanto, un firme defensor del ingeniero multidisciplinar. Si es necesario, ya se buscará luego los especialistas que necesite. Insisto, el multidisciplinar no sabe mucho de nada, sólo un poco de muchas cosas. 

Nado contracorriente, me temo. Quizá, sólo quizá, sea porque los jóvenes de ahora carecen de algo fundamental que yo sí tuve: conocimiento de más cosas. Sin conocimiento de más cosas, no cambian. Ni ellos se atreven, ni otros se lo piden. En mi opinión, una mala política, pero ya no es cosa mía.  




The Chicks - Not ready to be nice

 

martes, 1 de noviembre de 2022

El nudo

En el mar, la velocidad se mide en nudos. No nudos por hora, nudos. Es una unidad muy curiosa, y también muy antigua. De las más antiguas, de hecho.

En la época de los Descubrimientos, la navegación se hacía, en realidad, a estima, ya que sólo podían saber la latitud y la velocidad, que como he dicho se medía en nudos y... bueno, supongo que con eso se apañarían. ¿De dónde viene eso del nudo? Pues precisamente de cómo medían los barcos la velocidad: soltaban una cuerda, llamada corredera, que tenía en un extremo una pieza plana para que el mar la arrastrara (con respecto al barco, en realidad lo que hacía era sujetarla mientras el barco se alejaba) y que se llamaba barquilla. La cuerda tenía nudos, separados exactamente 15,43 metros (sí, la medida es muy rara, pero es que entonces no existían, y faltaban siglos, los metros; probablemente en varas castellanas sería una medida exacta, 20, o qué sé yo). El barco disponía además de una ampolleta, que era un reloj de arena que duraba treinta segundos, y lo que se hacía era contar cuántos nudos salían en lo que duraba la ampolleta.

Cada nudo significaba, por lo tanto, que el barco recorría 15,43 m en 30 segundos. Como una hora son 60 minutos y por lo tanto 120 tramos de 30 segundos, ir a un nudo significaba 15,43x120= 1.851,6 m. Eso es un nudo: recorrer 1.851,6 m a la hora.

Y la milla marina es lo que recorre en una hora un barco a un nudo. ¡Qué casualidad, 1.851,6 m!