jueves, 26 de mayo de 2016

Caleb



En otra entrada contaré el porqué, pero el caso es que llevo desde el pasado verano que no me quito el nombre de Caleb de la cabeza. El nombre de Caleb es muy común en series y películas americanas (una vez que soy consciente de ello), y viene de un personaje de la Biblia que protagoniza una escena que sí conocía (hay que decir que mi conocimiento de la Biblia es, casi seguro, superior al de la media de los españoles) pero no sabía que él era el protagonista.

Cuenta la Biblia, en el libro del Éxodo, que Moisés guió a los israelitas tras su fuga de Egipto hacia la Tierra Prometida, entonces Canaan y ahora Israel o Palestina (según preferencias). Por razones que nadie sabe, los israelitas no fueron directos de Egipto a Israel, sino que vagaron por el desierto durante 40 años. De hecho, Moisés nunca entró en Canaan. Por un quítame allá esas pajas (entiéndaseme), Dios le dijo a Moisés que él no lo lograría, y llegado el momento sólo le permitió contemplar Canaan desde un monte elevado. Fue Josué el que lideró a los israelitas en la conquista de Canaan, no sé si recuerdan lo de las trompetas de Jericó.

Hasta aquí el conocimiento popular. Que, como es normal, sólo capta pinceladas de la historia completa. Para el pasaje que nos interesa, tenemos que consultar el libro de los Números (el siguiente al Éxodo). Allí se nos dice que (como era lógico) los israelitas, tras salir de Egipto y cruzar el Mar Rojo, se dirigen a Canaan. Pero Canaan no está deshabitada, y los judíos no son amigos de compartir nada con nadie, así que han de expulsar a los okupas de "su" Tierra Prometida. Conviene, por lo tanto, que se avancen exploradores (o espías; de hecho parece ser que la palabra era ambivalente) para investigar el nuevo territorio. Doce exploradores, uno por cada tribu. De la tribu de Efraín, Josué. Y de la tribu de Judá, Caleb. Caleb, hijo de Jefuné, el queniceo. Marchan los 12 y exploran Canaan durante 40 días; cuando vuelven, explican a los israelitas que sí, que Canaan es una tierra fabulosa en la que mana la leche y la miel. Pero... Siempre hay un pero.

Resulta que es una tierra poblada por muchos pueblos terribles, entre ellos uno de gigantes. Caleb opina que no pasa nada, que podrán con ellos, que Dios estará de su parte. También Josué tiene fe en el Señor, pero los otros diez no piensan así: son de la opinión de que están condenados, su causa es desesperada y no tienen nada que hacer. Mejor, pues, volverse a Egipto.

Así lo contaba La Biblia de los Niños

Aquí hay que leer un poco entre líneas: tenemos a dos tipos que contradicen a los demás, con el riesgo de dejarles en ridículo. Éstos reaccionan intentando desacreditarles. En este punto hay que tener en cuenta un detalle: Caleb es hijo de Jefuné, el queniceo. ¿Qué es eso de "el queniceo"? Quenaz se cita en el Génesis como un nieto de Esaú (al que le birló Jacob la primogenitura gracias a un plato de lentejas), así que Caleb no era de la estirpe de Jacob; es decir, no era israelita antiguo, hay que entender que su origen sería de otra tribu con la que coincidiesen y que sería adoptado. Por lo que supongo que no sería muy apreciado por muchos de sus compañeros, cuando no despreciado.

Y Caleb, apoyado por Josué, critica al pueblo su falta de fe y valentía. El pueblo, por descontado, reaccionó en la forma que era habitual en él: intentó apedrearlos. Los escraches son más antiguos de lo que imaginábamos.

La Biblia de los Niños
Total, que tenemos al pueblo de Israel bramando que el Señor les ha conducido a una trampa, que van a morir todos, y que mejor volver a Egipto. ¿Y el Señor, qué opina? Pues aquí tenemos la sorpresa: está harto. Los israelitas lllevan tiempo quejándose sin cuento, a la mínima dificultad, y Él ha ido tragando y ayudándoles cada vez más. Pero en esta ocasión dice que basta:
¿Hasta cuándo me va a rechazar este pueblo? ¿Hasta cuándo van a desconfiar de mí, con todos los signos que he hecho entre ellos? Voy a herirlos de peste y a desheredarlo.
Moisés, claro, intercede. Pide perdón en nombre del pueblo, aunque también intenta enredarlo: si el pueblo no logra la tierra que le ha prometido, todos los demás pueblos se burlarán diciendo que "el Señor no ha podido llevar a este pueblo a la tierra que les había prometido con juramento, por eso los ha matado en el desierto" (Núm. 14, 16).

Y sí, el Señor rectifica. Pero sentencia:
Le perdono, como me lo pides. Pero ¡por mi vida y por la gloria del Señor que llena toda la tierra!, ninguno de los hombres que vieron mi gloria y los signos que hice en Egipto y en el desierto, y que me han puesto a prueba diez veces ya, y no han escuchado mi voz; ninguno de ellos verá la tierra que prometí con juramento a sus padres. Nadie de los que me han rechazado la verá. Pero a mi siervo Caleb, que tuvo otro espíritu y me fue enteramente fiel, lo haré entrar en la tierra que ha visitado, y sus descendientes la poseerán.
 Y ordena a Moisés que dé el siguiente mensaje:
¡Por mi vida, oráculo del Señor, que os haré todo lo que me habéis dicho a la cara: en este desierto caerán vuestros cadáveres, los de todos los que fuisteis censados, de veinte años para arriba, los que habéis murmurado contra mí. No entraréis en la tierra en la que juré estableceros. Sólo exceptúo a Josué, hijo de Nun, y a Caleb, hijo de Jefuné... Vuestros hijos serán nómadas cuarenta años por el desierto, y cargarán con vuestra infidelidad, hasta que se consuman vuestros cadáveres en el desierto... Para que sepáis lo que es desobedecerme.
Y, como chascarrillo, cuenta la Biblia que en ese momento los otros diez espías cayeron fulminados, al instante.


La Biblia de los Niños es más suave
Y ésta es la historia de Caleb. Luego aparecerá, con 85 años, tras la conquista de Canaán, para recordarle a Josué lo que se le había prometido 45 años antes. Esta historia, por cierto, nos explica el porqué vagaron 40 años en el desierto. Pero también nos da una enseñanza que conviene traer a colación:

En primer lugar, el pueblo se equivoca. Suele equivocarse. En la búsqueda de su destino es constante la falta de fe en los principios y valores que les sacaron de Egipto y las ganas de volver a una vida más fácil, de esclavos quizá, pero sin riesgo por qué deparará el mañana. Y cuando se reúnen en asamblea y deciden qué hacer toman las peores decisiones. El pueblo no es sabio, ni mucho menos. Y tampoco tolerante: ya hemos visto que es de piedra fácil.

Y en segundo lugar, estas malas elecciones y comportamiento no salen gratis. Tarde o temprano, se pagan.

El que tenga entendederas, que entienda.



Simon & Garfunkel - The sound of silence (versión de Emiliana Torrini)

domingo, 22 de mayo de 2016

Un final made in Hollywood



Veo una versión de 1959 de Viaje al centro de la Tierra y, cómo no, al final la estrella protagonista (James Mason) le da un beso a la guapa protagonista (Arlene Dahl); a este beso se supone que le acompaña una petición de matrimonio, y todos los asistentes sonríen y cantan alborozados el Gaudemaus igitur. Un final made in Hollywood, como debe ser.

"Un final made in Hollywood" era, en tiempos, una expresión muy común. Hacía referencia a cómo terminaban casi todas las películas americanas, a diferencia de las no americanas: piensen, por ejemplo, cómo acababan todas las historietas de Mortadelo y Filemón. El caso es que el otro día vi una película que era también arquetípica en esto del final made in Hollywood: Los siete magníficos.

Los siete magníficos es una película de 1960 que copia una japonesa de 1954, Los siete samurais, de Akira Kurosawa. A estas alturas, todo el mundo ha visto la película de Sturges, por lo que huelga explicar el argumento; es cierto que casi nadie habrá visto la de Kurosawa, pero baste decir que es lo mismo: un pueblo, bandidos que tienen hambre y quieren la comida de los campesinos, los campesinos que reclutan a siete profesionales de la lucha para que les defiendan, etc. En ambas películas reclutan a 6+1, las dos tienen un jovencito que también quiere ser un luchador como los mayores. En ambas películas el jovencito se encapricha de la hija de uno de los campesinos, en ambas películas los adalides van diezmando a los bandidos en las diversas oleadas, y en ambas películas hay un ataque definivo en el que acaban con los bandidos pero sólo sobreviven los dos líderes de los luchadores y el jovencito. Hasta aquí lo común.

Diferencias hay unas cuantas, aparte de que una sea en color y Panavision y la otra en blanco y negro. La película americana tiene un guion bastante corto, salvo McQueen y el chico (Horst Buchholz, pero el mozo no supo aprovechar la oportunidad y en adelante será "el chico") casi todos los personajes son lacónicos en demasía. Sin embargo, son hombres de verborrea irrefrenable si los comparamos con los samurais; supongo que será cosa de la cultura japonesa. Por cierto, en las películas de los primeros años del cine sonoro era normal que hubiera pocos diálogos: actores, directores y guionistas tenían todavía la cultura del cine mudo; ver hoy esas películas se hace raro, pero si uno es consciente, se da cuenta de que los actores actúan mucho más y mejor que los que tienen un texto de apoyo.

En la película de Hollywood, los campesinos incapaces de defenderse son mejicanos. Los bandidos son mejicanos, y temen a los estadounidenses. Y los héroes, por supuesto, son estadounidenses: los campesinos deciden cruzar la frontera para encontrar hombres capaces. En la película japonesa, campesinos, bandidos y samurais son japoneses; se ve que no tienen complejos.

En la película de Hollywood, vemos como el chico se enamora de la campesina y le roba un beso. La campesina, que no es una cualquiera, le abofetea, pero luego le trata con todos los miramientos y le sirve doble ración de comida. En la japonesa no vi el beso: el chico sale de una cabaña una noche, y unos segundos después sale la campesina, arreglándose la ropa. No hay palabras, sólo miradas. El padre de la chica ve lo mismo que nosotros, y ciego de ira apaliza a su hija. Con el alboroto se despiertan todos y le paran. Él padre recrimina a su hija: "¿qué haces tú con un samurai?" (más o menos, escribo de memoria). Está deshonrada, todos lo comprenden. SIn palabras, todos entienden de qué samurai se trata, El líder samurai intenta consolar al padre, "son jóvenes y se quieren", aunque el argumento más fuerte no es muy consolador: "es normal, cuando uno se enfrenta a la muerte cara a cara, buscar la paz en los brazos de una mujer"; a mí me sonó como a "sí, los samurais somos así, luchamos por vosotros pero a cambio habéis de satisfacer nuestros deseos". Estalla la tormenta y todos se van, menos el chico (que ha asistido impávido) y la chica, que sigue llorando en el barro. No hay ningún gesto de cariño. Y, al amanecer, empieza el ataque definitivo. Es el momento del final made in Hollywood.

En la película americana hay algo que nunca entenderé: el pistolero Charles Bronson muere por un disparo... cuando la lucha ya ha terminado. Es el último tiro que se oye. Para mí que el montador se equivocó en el orden. El tipo tenía que morir, y se le mata. En la de Kurosawa, el samurai "Bronson" descubre al jefe de los bandidos, último que queda en pie, y le mata mientras él muere también por una herida previa.

En ambas películas la lucha ha terminado. Quedan los dos más expertos y el chico.  En la americana, los tres recogen sus cosas y se van. Al irse, se cruzan con la campesina, y el chico comprende que su lugar no es entre los pistoleros a sueldo sin hogar, da media vuelta y vuelve con la campesina. Que, por supuesto, le recibe encantada y todos sonríen. Los dos veteranos, alegres por ver que la vida se abre camino, reinician su marcha mientras suena la famosísima melodía.

Las últimas palabras: Yul Brinner le dice a McQueen "Al final el viejo tenía razón: Sólo los granjeros ganaron. Nosotros perdemos. Siempre perdemos". Sí, son tristes, pero el espectador está feliz porque todo ha terminado bien, el chico se lleva a la chica y la música es épica. Es importante lo del viejo: el sabio del pueblo, al despedir a los pistoleros, les dice esa frase y se la explica, con lo que nos ha preparado a todos, no es un golpe tan doloroso.

En la japonesa... los campesinos, como en la de Sturges, vuelven a sus labores. Y se cruzan con la chica: pero esta vez no hay miradas ardientes entre los jóvenes, la mujer está deshonrada y se avergüenza. Y el joven se comporta como si sólo fuera una muesca más en el mango de su espada. Entonces el líder samurai dice las mismas palabras: "hemos perdido, como siempre". El segundo samurai se sorprende, y el líder continúa: "Los campesinos son los ganadores. No nosotros". Se vuelve, y vemos las tumbas de los campesinos muertos y, dominándolas, cuatro túmulos con las katanas clavadas en ellos. Y fin. Sin música grandilocuente. Sin paisajes "de película" Sin discurso del viejo campesino explicándolo. Y, sobre todo, sin chico y chica felices para siempre. Acabamos con dolor, muerte y deshonra, y a nosotros nos queda un sabor agridulce. Justo lo que ninguna superproducción de Hollywood puede permitir. Está claro que los guionistas americanos supieron, desde el principio, que el final estaba bien... pero que no podía ser así. Tenía que ser un final made in Hollywood.





Elmer Bernstein - Los siete magníficos (tema principal)






sábado, 21 de mayo de 2016

La final de la Copa, como síntoma




Creo que todos estamos de acuerdo en que un gobierno de Rajoy es, por definición, más duro e intransigente que uno de Zapatero, de Sánchez, de Iglesias o de Rivera. Como mínimo, es al que más se le va a tachar de insensible, de alejado de los sentimientos y necesidades de las personas, etc.

El Barça ha jugado la final de la Copa del Rey (de fútbol, si no se dice el deporte, siempre es fútbol) en 2009, 2011, 2012, 2014, 2015 y ahora 2016. Hasta aquí, nada que objetar, el formato a doble partido no da mucho espacio para las sorpresas y sumpongo que a los organizadores les gusta que así sea.

Cada año que juega la final el FCB, e insisto en que son 6 de las últimas 8, los seguidores del FCB exhiben un comportamiento intolerable. Para más inri, el objetivo de los seguidores del FCB no es animar a su equipo, sino aprovechar la final para exhibir un comportamiento intolerable; intentando, además, que cada año sea más intolerable que el anterior. Se sienten felices así. No es la victoria de su equipo lo que les hace volver cantando, sino la impunidad que han disfrutado, el haber tensado aún más la cuerda y salir de rositas. El "este año la hemos montado bien gorda". Lo del fútbol, les diré: a los aficionados del FCB, la Copa es como la Copa de Cataluña, uno no se entera mucho si se gana. La liga aún es algo, no se crean que demasiado. Pero la rúa sólo la montan cuando ganan la Copa de Europa. La liga, si se gana, pues es un buen año, un año correcto, se ha cumplido. La Copa es nada sin liga o Europa, ganar sólo la Copa es echar al entrenador por paquete.

La cosa es así hasta el punto de que los seguidores del FCB quieren que su equipo juegue la final por el chou que montan, y que les eliminen a tiempo es una decepción porque les priva de la ocasión, no por no poder ganarla. Créanme, vivo en Barcelona, me muevo en ambientes del FCB, y sé de lo que hablo.

Zapatero, todos lo sabemos, era un babao. El pollo de las finales del 2009 y 2001 estaba chupado porque ZP es guay. Pero hemos tenido más con Rajoy. Y el pollo ha sido cada vez mayor, visto que Rajoy se comporta como una estatua de piedra. Intransigente y pétreo en sus convicciones, puede. Pero es tan activo como una estatua. Así que una vez que te das cuenta de que no se moverá hagas lo que hagas, barra libre.

Por esto digo que la final de la Copa es un síntoma del gobierno que tenemos (y supongo que, por extensión, de la sociedad en la que convivimos). Creo que con gran dolor de corazón todos los españoles (bueno, 45 millones de 46) tenemos claro que a la primera pitada al himno o a la entrada del Rey la final se ha de suspender y se juega a puerta cerrada. Que a la segunda suspensión repitiendo finalista (o tercera, si se me ponen quisquillosos) se debería atribuir sin duda posible toda la culpa al equipo reincidente, y expulsar a ese equipo 5 años de la competición, la segunda expulsión por 10 años, la tercera por 50 y la cuarta a perpetuidad. Pero yendo en serio, nada de que se pueda recurrir hasta Estrasburgo o La Haya. Y quizá no con la primera suspensión de la final, pero seguro que con la primera expulsión, la que demuestre que pocas bromas, se acaba el problema de por vida, que ni el FCB animaría a esos seguidores ni los aficionados del FCB tolerarían a los seguidores. Que no se lo he dicho, pero en esto ocurre como con ETA y el País Vasco: todo el mundo conoce a los seguidores, casi todos tienen un cuñado o un primo seguidor, y éstos viven gracias a la tolerancia (papanatismo) y el mirar para otro lado de todos los que estamos por aquí.

Pero ¡quiá! Incluso teniendo abrumadora mayoría absoluta en el Congreso, el gobierno de Rajoy no se ha atrevido a hacer nada que no les haga parecer guays como ZP, no vaya a ser que... no sé a qué tienen miedo, pero a algo. Ustedes me dirán que el Gobierno no tiene competencias sobre la Copa del Rey y todo eso, pero ¡por favor! Saben perfectamente que se dan los mensajes adecuados, y fin de la historia.

Y si el gobierno es un incapaz en algo tan poco importante como un torneo de fútbol, ¡qué no hemos de esperar cuando sea una situación complicada o trascendente! Y hablo de Rajoy como paladín de las personas de orden y principios, si el gobierno fuera de Sánchez o de Iglesias ya se imaginan.

6 veces en ocho años, y seguiremos sumando. ¿Cuańdo saldrá de entre nosotros un Cicerón que diga
¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia? ¿Hasta cuándo esta locura tuya seguirá riéndose de nosotros? ¿Cuándo acabará esta desenfrenada audacia tuya?
He de decir que Cicerón no se limitó a los discursos en el senado, sino que se puso al frente (era cónsul), dirigió las acciones que acabaron con la conjura , y luego consiguió que cayera sobre ellos todo el peso de la ley, sin atenuantes ni eximientes.

Pero no, no tenemos cicerones por aquí. Hace tiempo que no.

Así que vayámonos acostumbrando al espectáculo de las pitadas. O hagan como yo y no vean la televisión.





Rimsky-Korsakov - El vuelo del moscardón

lunes, 16 de mayo de 2016

Historias de globos




Manda la tradición que...

Es uno de los argumentos más estúpidos que hay. Hacer algo porque "siempre se ha hecho así" es una manera de decir "no tengo ni idea del porqué ni se me ocurre un argumento mejor". Sobre todo, cuando esa tradición, ese "siempre", abarca un periodo de tiempo que pocas personas calificarían como "siempre". Por supuesto, la cosa cambia cuando hablamos de tradiciones de varios siglos, de milenios, de más allá de la memoria del Hombre, en definitiva. Ahí sí, ahí es una manera de decir "hace muchos siglos, personas que sí eran mucho más listas que tu yo yo decidieron que lo mejor era esto"; pero, en general, la mayoría de nuestras invocaciones a la tradición se remonta a apenas un par de años haciéndolo.

En fin, así somos.

El caso es que en Nebraska es "tradición" que cuando el equipo de la Universidad de Nebraska anota su primer touchdown en casa se sueltan un montón de globos para celebrarlo. Una idiotez como otra cualquiera, creo que también en Oklahoma City, cuando el equipo local de baloncesto mete su primera canasta el público se sienta, no antes. Teniendo en cuenta que la ciudad tiene equipo de baloncesto desde hace menos de diez años, no es una tradición ancestral que ya describiera Cabeza de Vaca... Pero estaba habndoles de Nebraska. Que ya saben que es un estado por el que siento especial interés.

Como saben, el deporte universitario americano no es como el deporte universitario español, qué más quisiéramos. Allí, una estampa típica de asistencia a un partido en Lincoln, Nebraska, sería:


Por lo que se dice, una "tradición" es soltar globos, algo que también hace más gente: las 500 millas de Indianápolis lo hace desde 1947 (según cuenta su web indy-500-traditions-faqs), lo hacen antes de empezar la carrera. Y lo hacen a lo grande, miren:


Bueno, pues el caso es que la Universidad de Nebraska también lo hace:


Y ahora vamos al tema: les han demandado. En Estados Unidos, un particular puede hacerlo, y ha ocurrido. Ante un tribunal federal. ¿Qué ocurre, que este tipo ve mal?

Fíjense bien en las fotos. ¿Qué ven? Bolsas de basura lanzadas al aire. A cientos, miles si vamos sumando. Vale que son bonitas y con forma de globo, pero no dejan de ser bolsas de plástico arrojadas a donde el viento las lleve. Porque, eso sí, tarde o temprano caerán. Y no creo que atinen dentro de cubos de basura. No me negarán que es un punto de vista razonable.

Por no hablar del tema del helio. Que aunque es lo más abundante en el UNiverso tras el hidrógeno, ¡está en las estrellas, no aquí! En la Tierra cuesta obtenerlo. Las mayores reservas del mundo están en Amarillo, Tejas, y se cree que allí ya se está acabando: en este artículo se dice que las reservas son para ocho años, pero está fechado en enero de 2008. En serio, en este artículo se habla incluso de extraerlo ¡en la Luna! Y no se rían, porque algunos científicos opinan que no, que cuando se necesite a lo bestia lo mejor será sacarlo... de Urano y de Neptuno. Esto es porque es un elemento clave para la ingeniería aeroespacial, aparte de otros muchos usos en los que es fundamental e insustituible, quizá otro día hable de ello. El caso es que se acaba, aunque en los años 20 el gobierno de los EE.UU. lo declaró un bien estratégico. En pocas palabras: no desperdiciemos el helio en tonterías.

El tema no es baladí, porque hablamos de Estados Unidos. En otras palabras, esta "tradición" no es sólo de un sitio. Ni es un "nosotros también"; es un continuo "yo más". Cada pueblo es "el pueblo que lanza más globos". Y en verdad la cosa se fue saliendo de madre: en un festival en Cleveland soltaron ¡1,5 millones de globos! Los globos, aparte de cubrir la ciudad, acabaron en su mayoría en el lago Erie. Con tal mala suerte que dos pescadores se ahogaron y los guardacostas que les intentaron socorrer (hay que decir que el lago Erie es más grande que la Comunidad Valenciana, no es un lago a lo pirenaico) no les encontraron. Y le echaron la culpa a los globos, porque tenían el tamaño de la cabeza de un hombre y en el agua no había quien distinguiera nada.

En fin, el caso (de Nebraska) está en el tribunal federal de ese estado. Veremos en qué para todo. Yo, lo del medio ambiente, hasta cierto punto me parece bien; dice la Universidad que son de látex biodegradable y que los atan con cordones de algodón, ¡qué van a decir!. Pero lo del helio, como ingeniero, sólo puedo decirles que pocas bromas. Digamos que es un despilfarro que ni se les ocurriría en Gambia. Y si lo piensan al nivel federal, en las cantidades globales de todo el país, ni les cuento.

Pero ya digo, la gente de Nebraska es genio y figura hasta la sepultura. E insisto en que debemos aprender de ellos y no reirnos tanto.
 


Gigliola Cinquetti - A las puertas del cielo

domingo, 15 de mayo de 2016

Otra vez a votar (y VII): de lo que no se va a hablar


Para terminar esta serie política, quiero hablar sobre aquello de lo que no se va a hablar y debería hablarse. O sobre el hecho de que no se va a hablar sobre lo que debería hablarse.

Porque ha llegado el momento de elegir presidente del gobierno para los próximos años, y no sabemos lo que opina ninguno de ellos sobre lo que realmente es importante.

¿Qué van a hacer si ganan, los candidatos, con respecto al envejecimiento de la población? ¿Qué opinan sobre el tema?

¿Cómo harán viable el sistema de pensiones, si cada vez vivimos más años?

¿Cómo  van a conseguir que la población envejezca con los cuidados que necesitará?


¿Qué van a hacer con respecto al pico del petróleo? ¿Nos van a preparar para un futuro en el que escasee? ¿Qué harán con el diésel?

¿Qué van a hacer con la minería de carbón?

¿Cómo van a gestionar los recursos hídricos de España?

¿Qué opinan sobre el Islam y la manera en que pretende regir nuestras vidas?

¿Qué opinan del nivel de burocracia que tenemos? ¿Qué van a hacer al respecto?

¿Qué opinan de los pozos sin fondo que son las televisiones autonómicas? Bueno, esto sí lo sé: lo que hay que hacer es poner a gente de la nuestra al mando, ellos se encargarán de todo. Pues qué bien.

¿Qué opinan sobre el calentamiento global o sobre el cambio climático?

¿Qué piensan sobre el lenguaje no sexista? ¿Y sobre la corrección política?

¿Qué vamos a hacer con el Senado?

¿Creen que la política se ha metido en demasiadas esferas de nuestra sociedad y ha llegado el momento de expulsarla de algunas de ellas?

¿Qué opinan de nuestras universidades?

¿Qué piensan del exceso de facultades de Filología catalana, Geografía o Ciencias Políticas, por citar sólo algunas?

¿Qué les parece que sean pedagogos, psicólogos y demás desgarramantas los que controlan la Educación y mediante ello el futuro del país?

¿Creen que la corrección política, el evitar las reprimendas de los desgarramantas y tanto cogérnosla con papel de fumar está impidiendo que eduquemos a nuestros hijos?
¿Tienen algún plan para evitar que nos sigamos enfrentando unos con otros por historias y sucesos de hace ochenta años?

¿Qué van a hacer con los millones que se regalan a tantísimas ONG?

¿Qué piensan sobre África? ¿Qué quieren hacer? ¿Van a seguir tirando millones y millones y millones?


¿Qué vamos a hacer con los inmigrantes ilegales?

¿Qué vamos a hacer con Andalucía?

¿Qué van a hacer con la construcción de Europa? ¿Qué piensan respecto a la ampliación? ¿Turquía? ¿Países soviéticos? ¿Bosnia? ¿Qué piensan sobre Rumanía y Bulgaria?

¿Qué van a hacer con los gerifaltes catalanes? ¿Hasta cuándo van a permitir que esto sea Nazilandia?


¿Qué van a hacer con Cataluña?

Lo malo es que si les oyéramos hablar sobre estos temas... no les votaríamos a ninguno de ellos. Y a alguien tendremos que votar; no vamos a dejar que sean otros los que lo elijan.




José Antonio Labordeta - La albada

sábado, 14 de mayo de 2016

Otra vez a votar (VI): Isaías



Bestias del campo, venid a comer, bestias todas de la selva. Los guardianes están ciegos, no se dan cuenta de nada; perros mudos, incapaces de ladrar, vigías perezosos con ganas de dormir, perros voraces que no se sacian. ¡Y ellos son los pastores, que no comprenden nada! Cada cual va por su camino, cada uno a su ganancia. "Venid, yo traigo vino, nos embriagaremos con licores. Mañana será como hoy. Hay provisión abundante".
Is 56, 9-12

Han pasado veintisiete siglos, y seguimos igual.

Lo escribió Isaías - o no, el Libro de Isaías tiene, dicen los exégetas, varios autores-, y lo clavó. Lo clavó entonces, y lo habría clavado ahora. ¿Qué vio él, hace milenios, en una sociedad tan diferente? Pues que los líderes del pueblo, los que tenían que imbuirles valores, mirar por su prosperidad, administrar la justicia con justicia, todo eso, pues que no. Que no se dedicaban a eso, más bien al contrario. Ítem más, parecía que esas personas no miraban por el bien del pueblo sino por el suyo propio. Y, lo más le escandalizaba, en vez de administrar con prudencia se daban la vida padre a costa del erario. ¡Fiesta continua, que aquí hay de donde sacar!

Y yo miro a los que nos administran, a la alcaldesa que le da un cargo de postin a su marido a los mandamases de Cataluña que se comportan como sátrapas en una esquina del imperio, a todos los jefes de negociado, directores generales y consejeros que se lo están llevando crudo en forma de falsas dietas y falsos gastos. MIro a los que quieren optar al cargo, que se les nota en la cara que quieren llegar para disfrutar ellos de las regalías. Veo como se aferran al cargo, al que sea que tengan. Cómo claman contra los que tienen auto pero bicliceta no, "que yo tengo"... Calados. Los tengo calados. Y entonces, ¿cómo pretende que quiera votar a alguno de ellos?

A nuestros gobernantes y administradores les hemos de exigir muchas cosas. Cultura, coherencia, comprensión, visión, prudencia, sentido de la justicia... Pero, sobre todo, honradez y que tengan claro que están ahí para servirnos. No para servirse ni ser servido. Es posible que, de los cuatro, Sánchez y Rivera sean aún honrados y se presenten para servir. En el caso de Sánchez, esto último no lo tengo muy claro, y desde luego sé que carece de todo lo que además le pediría. Pero en el fondo da igual: tenemos un sistema montado de tal manera que nadie conseguirá mantenerse honrado ni alterar el concepto de quién sirve a quién; es nuestra cultura política, y me temo que no hay entre nosotros líderes lo bastante fuertes como para conseguir cambiar el sistema.

¿Son los políticos conscientes de que estas ideas son las de muchas personas? Quizá la mayoría de nosotros piensa algo parecido, así que puede que lo sepan. Pero puede que no, porque nadie se lo dice a la cara. Quiero decir, cuando uno está en persona delante de un político, digamos tomando un café o cuando se lo encuentra en la cola del pan. Nadie les dice: "¿Sabes, fulano? Creo que eres un corrupto y que te estás aprovechando del puesto para vivir a todo trapo. Con nuestro dinero, ¡ladrón!". Pensarlo sí lo pensaremos, pero nadie se lo dirá a la cara. Quedan los periodistas, si les consuela. A mí, no. En Cataluña ningún político con mando lee o escucha jamás a ningún periodista que no sea de los medios subvencionados, y ya se cuidan estos periodistas de no decir otra cosa que qué grandes son nuestros mandamases. Imagino que el nivel de servidumbre de la prensa en Cataluña, tipo Corea del Norte, sólo se da aquí, pero la esencia es la misma: no creo que los políticos lean o escuchen a los periodistas que creen que no les van a alabar. Yo no lo haría, ni usted. Tampoco en los partidos hay autocrítica: como en toda organización, uno no medra atacando a sus superiores a la cara.

El pueblo de Israel tuvo a los profetas. Hombres que bajaban del pueblo, veían cómo se cocían las cosas en la capital y alzaban su voz para denunciarlo. Que veían cómo el pueblo se pervertía, se degradaba en sus valores, y lo recriminaban. Que clamaban contra la injusticia y contra los abusos. Contra la hipocresía de los dirigentes, contra el yo haré, hemos de hacer. Y ya sabemos cómo terminaron. San Juan Bautista tuvo que irse al desierto y alimentarse de saltamontes y miel silvestre; pero como no se callaba, le metieron preso y le cortaron la cabeza. Y al siguiente a él... todos conocemos la historia.

Aquí lo dejo. Sólo quería decirles que, si creen que alguno de ellos no es de "la casta"... hace veintisiete siglos ya eran así las cosas. 


 


Gigliola Cinquetti - Alle porte del sole

viernes, 13 de mayo de 2016

Otra vez a votar (V): Rivera



Bestias del campo, venid a comer, bestias todas de la selva. Los guardianes están ciegos, no se dan cuenta de nada; perros mudos, incapaces de ladrar, vigías perezosos con ganas de dormir, perros voraces que no se sacian. ¡Y ellos son los pastores, que no comprenden nada! Cada cual va por su camino, cada uno a su ganancia. "Venid, yo traigo vino, nos embriagaremos con licores. Mañana será como hoy. Hay provisión abundante".
Is 56, 9-12

Han pasado veintisiete siglos, y seguimos igual.

Rivera, tengo una pregunta: ¿puedes decirnos, con claridad, cuáles son tus planes? 

¿Podemos saber a quién va a ir nuestro voto, si te votamos a ti?

Me temo que no, que no puede. No sé si el apoyo que dió al PSOE hace unos meses era un farol para parecer guay o de verdad quería que aquello cuajara. Si le voto, no sé a quién estoy votando

Y si gana, ¿quiénes son los de su cuadra? ¿Qué tipo de gobierno nos espera? ¿Qué políticas? Es lo que pasa cuando pretendes gobernar un país sin siquiera haber gobernado antes no digo una comunidad autonómica siquera de medio pelo, sino tan solo una ciudad, una capital de provincia o una urbe poblada con un presupuesto municipal digno de ese título.

Por no saber, ni siquiera sabemos si están en contra del PP, como todo el mundo. 




Nino Bravo - Un beso y una flor

jueves, 12 de mayo de 2016

Otra vez a votar (IV): Iglesias




Bestias del campo, venid a comer, bestias todas de la selva. Los guardianes están ciegos, no se dan cuenta de nada; perros mudos, incapaces de ladrar, vigías perezosos con ganas de dormir, perros voraces que no se sacian. ¡Y ellos son los pastores, que no comprenden nada! Cada cual va por su camino, cada uno a su ganancia. "Venid, yo traigo vino, nos embriagaremos con licores. Mañana será como hoy. Hay provisión abundante".
Is 56, 9-12

Han pasado veintisiete siglos, y seguimos igual.


El tercer candidato con posibilidades es Pablo Iglesias. Regenta con mano de hierro (en guante de seda, lo que engaña a los incautos) una agrupación electoral denominada "Podemos". De nuevo rige al máximo el principio de "estos son mis principios, etc. etc.". El principio fundamental de la banda, no obstante, es inmutable pero innombrable: el poder a toda costa, a cualquier precio, pese a quien pese.

Lo que pasa es que ya les conocemos. Son unos julais, unos cantamañanas a los que les casa como anillo al dedo lo que dice Isaías: "Yo traigo vino, nos embriagaremos con licores; mañana será como hoy, hay provisión abundante". Y, por supuesto, su característica más importante: son los de la ley del embudo. Para mí unas cosas y para vosotros otras. O lo mío, mío, y lo tuyo, mío también. Las leyes son para los otros.

Y, por supuesto, son unos falsos. 

Lo diré de otra forma: para mí, son delincuentes.

Y si es verdad que cualquier boutade tiene un precio, les aseguro que votar a estos delincuentes tendrá el precio más caro de todos. Lo que pasa es que ésta es una de esas ocasiones en las que el vendedor consigue colocarnos lo que creíamos que no estábamos comprando y luego descubrimos que nos hemos hipotecado de por vida. Que lo descubriremos después, vaya.




Ya había escrito este artículo cuando se ha conocido el programa de 50 puntos de Podemos para estas elecciones. Lo estoy leyendo, y me encuentro perlas como ésta:
Modificar la actual regulación del despido: a) En el despido improcedente el trabajador tendrá la titularidad de la opción de optar por la indemnización o la readmisión en la empresa (propuesta 6ª).
Alucinante, si lo piensan: en un despido improcedente (es decir, un despido porque no te aguanto más, te pago lo que sea pero no quiero volver a verte), el trabajador tendrá la opción de negarse, y que la empresa le readmita. Dejaremos todos de trabajar y las empresas tendrán que pagarnos millonadas, o nos negaremos a que nos despidan. ¿Saben qué ocurrirá? Que nadie contratará a nadie. Y hará bien.

Esta gente no se ha enterado de que un despido improcedente es un recurso que se le tolera a un empresario, pero con un coste elevado para éste: la indemnización que le marcará el juez de acuerdo con la ley.

Otra perla:
Impulsar la reestructuración de la deuda hipotecaria de los hogares mediante una reducción en el valor nominal de las hipotecas de primera vivienda en el caso de las familias que cumplan ciertos criterios sociales (propuesta 7ª).

Si la familia cumple los criterios sociales, el banco le paga la hipoteca. ¿Qué pasará? Que sólo quien claramente nunca vaya a estar en esa situación podrá obtener una hipoteca, y que quien se hipoteque pagará más, por si acaso alguien entra en el grupo de reducción.
Una política industrial que, estratégicamente y desde la eficiencia y la sostenibilidad (de energía y materias primas), defina las especializaciones sectoriales e industriales que permitan desplazar nuestro tejido empresarial hacia ramas de mayor valor añadido, teniendo en cuenta el mercado internacional de productos industriales (propuesta 8ª).
Verbigratia: el Estado, que es quien sabe, descubrirá en qué sectores se gana realmente dinero y hará que las empresas cambien su negocio a ese sector. No, si sonar, suena bien.... de lejos y sordos, claro. Estos tíos son imbéciles, o unos pájaros de mucho cuidado.
Se suprimirá la unilateralidad del empresario para fijar condiciones de trabajo, estructura y cuantía del salario (propuesta 6ª).
Ésta es una de mis favoritas. El empresario, que ya hemos visto que casi no podrá decidir a qué se dedica, no podrá organizar su empresa ni lo que pagará. Puede que quiera montar una peluquería con cinco peluqueros a los que pagará 1.000 €/mes, pero eso no dependerá de él. ¿Quién lo decidirá? Hombre, los peluqueros a los que deberá contratar el pobre desgraciado no, digo yo, así que queda... el Estado (recordemos que éste es el programa de Podemos). Es decir, el Estado establecerá cómo organiza el miserable su empresa, a quién contratará y para qué, y cuánto le pagará. Con razón el Estado podrá orientar la actividad de las empresas hacia los sectores que el Estado crea que son los de interés. Por otro lado, viendo cómo son las cosas, ¿para qué quiere el empresario ser él quien decida a quién despide de forma improcedente? Si el tío es un mandado...

Desarrollo de una verdadera Ley de Segunda Oportunidad, mediante la introducción de un proceso simplificado de Reestructuración y cancelación de deudas para personas físicas y jurídicas (propuesta 10ª).
Vamos, que si el imbécil de Júnior la caga y no le bastan los seis millones que le he dado para su nuevo negocio de exportación de neveras al polo, alguien pagará sus deudas. ¿Quién? Pues, en última instancia, usted, claro. Añadamos a esto que quieren que los autónomos respondan de sus deudas sólo con los bienes que éstos decidan, y se harán una idea de las mentes preclaras con las que tratamos.

Un punto que no reproduzco: cada hogar tendrá una renta mínima de hasta 1.290 euros. En otro sitio afirman que darán 1.200 € por niño o niña con pocos recursos. Por año, entiendo. ¿Quiere que hablemos ahora de acoger refugiados y de quitar las concertinas de Melilla?

Inclusión de todas las formas de violencia machista: matrimonio forzoso, crímenes de honor, trata de mujeres y niñas, mutilación genital femenina (propuesta 18ª).
Estos lumbreras, ¿en qué mundo viven? En nuestra sociedad hace tiempo que estas conductas están penadas por ley. Incluyendo los "crímenes de honor" que, como todo el mundo sabe, se dan en todas las casas.

Creación de un sistema de multas y sanciones administrativas proporcionales a las rentas de la persona sancionada (propuesta 29ª).
¿Se acuerdan de Júnior? El chaval me ha salido imbécil pero no gilipollas: como es formalmente insolvente, puede ir a la velocidad que quiera y aparcar donde le dé la gana. Y, por descontado, yo también, si consigo que Júnior declare que conducía él.

En fin, no sigo. Los juláis éstos lo van a intentar, de tontos como usted depende que lo consigan.



Radio Futura - El tonto Simón

miércoles, 11 de mayo de 2016

Otra vez a votar (III): Sánchez




Bestias del campo, venid a comer, bestias todas de la selva. Los guardianes están ciegos, no se dan cuenta de nada; perros mudos, incapaces de ladrar, vigías perezosos con ganas de dormir, perros voraces que no se sacian. ¡Y ellos son los pastores, que no comprenden nada! Cada cual va por su camino, cada uno a su ganancia. "Venid, yo traigo vino, nos embriagaremos con licores. Mañana será como hoy. Hay provisión abundante".
Is 56, 9-12

Han pasado veintisiete siglos, y seguimos igual.


Quizá lo peor que nos puede pasar en las próximas elecciones es que Pedro Sánchez salga elegido presidente. De verdad, ¿no hay nadie más preparado, ahí fuera?

Aquí tenemos al típico funcionario de partido. Si repasan su currículum, descubrirán que nunca trabajó por cuenta propia o para alguna empresa privada. Siempre para el partido. También tenemos al típico tío del PSOE que quiere ser presidente: ya saben, "estos son mis principios, si no les gustan tengo otros". Como buen lider del PSOE, una de sus primeras medidas fue rodearse de gente que no le hagan sombra. Que sean más tontos aún que él, más medianías. A lo Zapatero nombrando ministra de Sanidad a Leire Pajín, al bachiller Pepiño Blanco ministro de Fomento, al FP Montilla ministro de Industria y al ni siquiera graduado escolar Celestino Corbacho ministro de Trabajo.

Como me comentó alguien, al menos los del PP han aprobado duras oposiciones que demuestran cierta valía personal e intelectual, pero es que la élite del PSOE, ahora mismo, son los prototipos del cuñadismo que se ha puesto tan de moda.

Por otro lado, ya sabemos que este tipo a) no tiene vergüenza, y b) tiene un profundo déficit de identificar la realidad (al estipo de Zapatero, que no reconoció que el país iba a entrar en crisis hasta que los acreedores empezaron a llevarse la vajilla de la abuela). Sacó 90 diputados, por amor de Dios. Cualquier líder de antes, con 20 diputados más perdía perdón y buscaba una cueva en la que encerrarse para nunca más salir. Capacidad de autocrítica, ninguna. Y ¿qué se puede esperar de una persona que no sabe darse cuenta de que ha hecho algo mal? ¿Este tío queremos que gestione nuestro dinero, establezca nuestros planes de educación y consiga que seamos una sociedad más justa?

En fin, votar a Sánchez es querer más Zapatero. Un calco, más de lo mismo. Si los españoles lo elegimos, es que nos merecemos lo peor. Y eso tendremos. ¡País!, que diría Forges.

Y si aún no me he explicado bien, una reflexión: El PSOE no volverá a ser un partido de gente competente hasta dentro de, como mínimo, cincuenta años. Si lo llega a ser, que no lo tengo claro. Esto se debe al periodo de Zapatero al mando. Era un partido con personas válidas en la época de González, en la de Almunia y en la de Borrell. El babao convivió un tiempo con personas de talla por razones temporales, pero consiguió cargárselas a todas. En definitiva, tener a un tipo como Zapatero al mando no sale gratis, y el PSOE va a pagar el precio durante muchos años. También España está pagando el haberlo tenido de mandamás, pero entre nosotros estuvo menos tiempo y su poder fue más contestado, el daño ha sido menor.

La cuestión es: ¿cree usted que poner a un nuevo Zapatero nos va a salir, esta vez, gratis?




Manolo Escobar - Mi carro

martes, 10 de mayo de 2016

Otra vez a votar (II): Rajoy



Bestias del campo, venid a comer, bestias todas de la selva. Los guardianes están ciegos, no se dan cuenta de nada; perros mudos, incapaces de ladrar, vigías perezosos con ganas de dormir, perros voraces que no se sacian. ¡Y ellos son los pastores, que no comprenden nada! Cada cual va por su camino, cada uno a su ganancia. "Venid, yo traigo vino, nos embriagaremos con licores. Mañana será como hoy. Hay provisión abundante".
Is 56, 9-12

Han pasado veintisiete siglos, y seguimos igual.



Me encorajina que en estas nuevas elecciones se presentan los mismos. Vale que habrá cambios en las listas provinciales, pero seamos francos: cambian los nombres que, aunque salieran elegidos, seremos incapaces de decir cuáles eran. Los nombres que importan, los que nos hacen elegir una papeleta u otra, ésos no cambian.

Mariano Rajoy es registrador de la propiedad. Ganó la plaza de Santa Pola (Alincante) por oposición en 1980. Es, pues, un funcionaro de élite, que desarrolla una labor que sólo se encomienda a los mejores. Sin embargo, en 1981 dejó el puesto para ser diputado autonómico en Galicia. Su carrera, salvo esos meses, se reduce a diputado autonómico, diputado de la oposición, ministro (de lo que sea, el apellido no importaba) y presidente del gobierno. Con todo, su currículum sigue siendo mejor que el de sus rivales, pero hay otras cosas.

Una de las cosas que no me gustan de este hombre es que fuera de leer el Marca y el ciclismo, no le conozco más aficiones. Me gustaría que se prodigara por el Real, que se supiera de alguna escapada a Londres o Milán para asistir algún estreno en La Scala o en el Albert Hall, que cada verano el ¡Hola! y el Lecturas nos informara que se llevaba diecisiete libros de ochocientas páginas que tiene pendiente, que se manifestara preocupado por el descrédito del latín, no en vano ha sido ministro de Educación y Cultura. O que se supiera que es un forofo de Shakespeare, Quevedo, Zurbarán o Delacroix. De Arcángelo Corelli o de Berlioz, me da igual. Pero de alguien.

Que nos diera algún pensamiento profundo. Algún principio ético del que no fuéramos conscientes. Alguna idea elaborada. Que ya sé que no sabe de Ciencias, que es un hombre de Letras, y no esperaba que nos diera lecciones sobre el cambio climático, el pico del petróleo, el fracking o la teoría económica del capitalismo (que, por cierto, es la teoría económica que se sigue en este país). Pero algo.  

Otra cosa que tampoco trago es que no es un líder honrado. Puede que sea un hombre honrado, pero entonces no es un líder, porque la cúpula de su partido, hoy, es el patio de Monipodio. Y si resulta que sí, que él es el lider del partido, entonces es que no es honrado. Es Monipodio. Un líder honrado arramblaría con todo, echaría a todos de los que tuviera la más mínima sospecha de que quizás alguna vez se colaron en la panadería, y traería a gente nueva. Gente de la que no se pudiera decir que no ha de estar en el pelotón de los incorruptibles. Y, si no lo consigue, el líder honbrado da un portazo y se larga bramando que con vosotros no puedo ni quiero. Nada de esto está ocurriendo, por lo que afirmo que tengo razón.

Mi opinión personal es que es un hombre corrupto dentro de lo normal. Nadie aguanta 35 años en política de alto nivel sin hacer nada reprochable. Sin una decisión quizás injusta, sin un apoyo interesado, sin un hoy por ti y mañana por mí, sin un por el interés te quiero Andrés. Como los ciclistas, admito que si es un profesional, algo hace. Y no me importa, mientras sea "lo normal". Que lo lleven una tarde a los toros en helicóptero, que su hijo se salte las listas de espera, que se haya ido "de viaje oficial" a las Seychelles con su familia, o que le hayan perdonado unas multillas de aparcamiento. Incluso que algún constructor le comprara un coche hace treinta años (sí, si sólo fuera eso me conformaba). No creo que sea corrupto al nivel de un Pujol o un Bárcenas, pero sí estoy seguro de que conoce a muchos que, bajo su paraguas, se han corrompido más allá de lo razonable y lo ha tolerado. Y eso sí que no, amigo Rajoy.

En fin, Rajoy el 20-D pasado no ganó. Y los demás líderes dijeron que, con él, ni al cine. Sólo por eso debió haberlo dejado. Se creyó imprescindible. Creyó que nadie de su partido podría hacer bien las cosas, que él tenía que estar.

Y esto es lo que menos soporto. Rajoy, tío, vete a tu casa. Porque llevas mil años chupando de la teta pública, porque el servicio que debías prestar a tu país ya lo prestaste hace años, porque no tienes talla intelectual para liderarnos, ni brío ni honradez suficiente y, sobre todo, porque te crees imprescindible. Porque crees que nadie podrá hacerlo tan bien como tú. Y cuando alguien cree que es él o el caos y menos mal que está él, es el momento de deshacerse de ese alguien. 




La Bullonera - Jota del perro del hortelano y de la Virgen del Pilar

lunes, 9 de mayo de 2016

Otra vez a votar (I)



Bestias del campo, venid a comer, bestias todas de la selva. Los guardianes están ciegos, no se dan cuenta de nada; perros mudos, incapaces de ladrar, vigías perezosos con ganas de dormir, perros voraces que no se sacian. ¡Y ellos son los pastores, que no comprenden nada! Cada cual va por su camino, cada uno a su ganancia. "Venid, yo traigo vino, nos embriagaremos con licores. Mañana será como hoy. Hay provisión abundante".
Is 56, 9-12

Han pasado veintisiete siglos, y seguimos igual.


Por lo que cuentan, en junio toca votar de nuevo. Pero esta vez no apetece. Votar cada 4 años está bien, porque hay un punto de ilusión: si gana el mío, quizá las cosas cambien a mejor. Ilusión es la esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo. Es la definición del DRAE, la he buscado en el diccionario. En la vida real, ilusión, ninguna. 

Porque esperanza no hay. ¿Esperanza de ganar? Ya hemos visto lo que ha pasado. Como mínimo el 92% de los escaños se los llevarán 4 partidos; con suerte quedará un 8% para dar un poco de color y multiculturalidad al Congreso. Antes, este 92% se repartía entre 2 y era fácil que saliera un 51-41 que permitiera un gobierno estable. Si fueran 3 partidos, podría ser que 2 de ellos sumaran 51, pero siendo 4 no parece probable. Y que se junten tres partidos, ya lo hemos visto, no va a ocurrir.

Cumplimiento, tampoco. ¿Hay algún votante que no se sienta engañado por lo que ha hecho su partido estos meses? Para empezar, todos mintieron durante la campaña, porque ninguno dijo qué iba a hacer si no ganaba, o no lo cumplió. 

Y atractivo, ninguno. Ahora que les conocemos, ¿alguien quiere que nuestro líder sea uno de esos cuatro? ¿En serio alguien quiere que el presidente del gobierno sea Rajoy, Sánchez, Iglesias o Rivera? No nos engañemos, a estas alturas lo que queremos es que no lo sea ninguno, y como de algo hay que morir, votaremos por el que menos repulsa nos genere. El menos malo.

Por eso les digo que toca votar y votaré; pero sin ilusión. 



U2 - I still haven't found what I'm looking for