lunes, 29 de abril de 2024

The brass

El domingo se publicó esta foto:


El Líder Supremo de Corea del Norte, en una visita a una universidad militar. Supongo que la foto es de una reunión con la cúpula militar, e imagino que esa cúpula estará formada por lo más selecto del estamento militar norcoreano. 

Me ha llamado la atención al verla que los militares estén con libretitas, prestos a anotar cualquier instrucción o aforismo de su líder. Si nos fijamos en el que está sentado a su izquierda, ése no apunta nada. No lo necesita: ya tienen minions de pie que tomarán las notas por él. En fin, imagino que esos atentos amanuenses sólo serán tales en las reuniones con el líder, seguro que cuando están con cualquier otro son ladradores intransigentes.

También me ha llamado la atención que todos van de verde caqui. No estoy al tanto de la organización militar norcoreana, pero si es como en la mayoría de los países que sí sé, el verde caqui es el color de los ejércitos de Tierra. El azul suele ser el del Ejército del Aire y el blanco o el azul marino de la Armada. ¿No estudian los aspirantes a esas dos ramas en esa universidad, no se les dan nociones de esas dos armas a los cadetes de Tierra... o es que Corea del Norte no dispone de marina de guerra ni de aviones de combate? No me extrañaría que fuera esto último. Curioso, en cualquier caso.

Pero, por supuesto, lo que más me ha llamado la atención (a mí y a cualquiera) son las medallas de los que están de pie. En los países normales, salvo en las ocasiones de gran gala en las que la etiqueta exige la medalla formal, no se luce la medalla sino un pasador representativo. De hecho, diría que en Corea del Norte también: fijémonos de nuevo en el que no toma notas: la pechera está llena de pasadores. Tiene más medallas que nadie. También, probablemente, los que están sentados a la derecha del líder, pues si los mindundis que están de pie tienen medallas para cubrirles todo el pecho, los sentados tendrían más aún y sin embargo no se les ve. 

 

En inglés, brass significa latón. Pero en el argot militar, the brass ("los latones") significa "los jefes, el estado mayor". Y no con sentido admirativo sino (a menudo) despectivo. El origen de la expresión se explica perfectamente viendo la foto norcoreana.

 

sábado, 27 de abril de 2024

Otras marcas

Ocurre a veces que hay una marca de un tipo de producto tan conocida que a menudo a ese producto se le denomina por esa marca y se considera que esa marca es el estándar de calidad de ese tipo de producto.

Pensemos, por ejemplo, en la gaseosa. La marca que todo español tiene en la cabeza es La Casera, se puede pedir directamente "una casera", y se la considera (tal vez machacona publicidad mediante) la mejor gaseosa. Eso no quita para que haya otras marcas de gaseosas, e incluso para que alguna de ellas sea mejor que La Casera. Pero así son las cosas.

Esto no solo ocurre con las gaseosas: también con los refrescos de cola, los batidos de chocolate, los yogures, la pasta dental, los estropajos metálicos, los teléfonos inteligentes y un amplio abanico de productos. Entre ellos, los productos que no son de gran consumo. Productos industriales o en el sector de la maquinaria, por ejemplo. 

Nunca nos ponemos en el lugar de las otras marcas. 

 

 

Hace años impartí una conferencia de carácter técnico. En el transcurso de la misma, explicando cierto producto y lo habitual que es que las constructoras ofrezcan otra cosa que, aseguran, es equivalente y yo les aseguro que no lo es, empleé el nombre de la marca por la que se conocen a ese producto, y dije que todo lo que no fuera de esa marca pero pretendiera ser equivalente era una birria y les estaban intentando dar gato por liebre. 

Al terminar la conferencia, se me acercó una persona que resultó ser comercial de una empresa con tan buen producto (o casi) como el de referencia: no le había gustado lo que yo había dicho. Yo, lo afirmo, era un panoli que no conocía otras marcas que la famosa; y resulta que las había. Mi interés había sido desenmascarar las chapuzas que suelen intentar las constructoras, y por mi desconocimiento había metido en el mismo saco a quien no lo merecía.

¿Porqué les cuento esto? Porque han pasado bastantes años, y aún lamento mi error.

jueves, 25 de abril de 2024

El farol

La actualidad de estos días: Pedro Sánchez ha anunciado que se toma una licencia de 5 días en sus obligaciones para meditar si dimite o no; el lunes habrá fumatta.

¿Es un farol o en serio está pensando en dimitir? Nadie lo sabe a ciencia cierta. El Pedro Sánchez que conocemos todos no dimitiría, pero su situación es impresentable. Su hermano tiene unos privilegios inaceptables (quiero decir, es inaceptable que se le hayan concedido), su mujer es (presuntamente) una conseguidora de dinero público a fondo perdido a empresas que hagan ciertas aportaciones económicas a intereses de ella, Sánchez otorgó esos fondos públicos sabiendo a quién y qué relación tenía ese quién con su mujer, etc. etc. Plus lo estrictamente político, por descontado, pero lo personal es la clave. Y la clave de la clave es que una organización (la misma que consiguió sentar a la Infanta Cristina ante un juez por el asunto Noos, asunto que en lo que a ella atañe quedó en nada, pero a la que ningún pedrista criticó entonces) ha conseguido que un juez acepte investigar el asunto de su doña. Sánchez no debió haber tratado tan mal al estamento judicial, al menos no oliéndose que a lo mejor iban a terminar delante de ellos, pero a buenas horas, mangas verdes.

Lo intrigante es que se tome 5 días de tiempo para pensarlo. Que lo anuncie y que vacíe su agenda de actos. ¿Porqué lo hace? Sin duda, hay un propósito.

El más evidente es que en estos días han de producirse las obligadas manifestaciones espontáneas de inquebrantable adhesión, no te vayas Pedro, España te necesita, y todo eso. También presentarse como una víctima de una cacería implacable por la sanguinaria ultraderecha, paso necesario para defenderse en el futuro de todas las críticas que se le hagan.

Pero yo creo que pasarán más cosas. Esos 5 días son, para mí, el margen que se da para negociar. Para que propios de su confianza negocien en secreto con los líderes de la derecha: Pedro dimite y las consecuencias judiciales de sus actos (suyos y de su familia) se olvidan, se les deja en paz. Se retiran las denuncias, se deja de atacarle en público y él a cambio hace discreto mutis por el foro. Se va a la República Dominicana a disfrutar de lo que tenga por ahí, desaparece, y todos contentos. 

Si los líderes de la derecha aceptan, el lunes dimite. Si no aceptan, se queda. Y la lucha será a muerte, que se vayan preparando. No sé, puede que ese mismo lunes por la noche unos okupas entren en la segunda residencia del juez de lo de su mujer. 

Si no es ésta la verdadera razón de los 5 días, entonces es que es un farol. Como el suicida que avisa de dónde y cuándo se va a suicidar. No busca dimitir, sino hacerse la víctima y justificar su venganza.

Yo aceptaría el trato.  

sábado, 20 de abril de 2024

Rallar o rayar, rayar y rallar

(Nota previa: no soy filólogo. Puedo estar equivocado)

¿Rallar va con ll o con y? ¿Es rallado o rayado? ¿El queso es rallado o rayado? A veces me hago preguntas irrelevantes, y es que la respuesta a ésta es muy fácil: basta atender al significado.

La clave es la raya: una raya es una línea. Una ralla no, ralla no es un sustantivo. Por lo tanto, rayar es hacer líneas. Rallar es desmenuzar, reducir a virutas. Si lo que se quiere resaltar es el efecto de estar "roto", entonces rallar; si lo que se quiere resaltar es el efecto de tener líneas, entonces rayar. El queso es rallado y la hiena rayada. La cocaína se ralla y luego se forma una raya. Porque primero se desmenuza y luego se agrupa en forma de línea.

¿Y si uno ara un campo? ¿El campo está rallado o rayado? Depende de lo que uno quiera resaltar. Si quiere indicar que el labrador ha roto la capa superficial de la tierra al formar los surcos - que es además el propósito de arar-, entonces el campo estará rallado. Pero si lo que se quiere indicar es que el campo ha quedado lleno de líneas, entonces el campo estará rayado. Y lo mismo un camino, el asfalto, el hormigón, etc. Los cristales se rayan, porque el daño se produce en líneas y el cristal no se desmenuza. Los discos de vinilo se rayan, la mesa de la cocina se raya,... El rallar es un daño metódico, que genera viruta.

¿Y el cerebro? Ambas formas son válidas para indicar que algo se nos está  haciendo insoportable. Si algo nos está rayando, la metáfora es que el daño es como el que se hace en la superficie de un disco o un grano de arena o resalte concreto que a cada pasada nos hace una hienda mayor. Si algo nos está rallando, es que nos está desmenuzando el cerebro, volviéndolo virutas con una vuelta constante al mismo asunto.

Y, por supuesto, las rayas rojas son rayas y los tigres tienen rayas. No rallas. 

martes, 16 de abril de 2024

75 ingenieros navales

https://www.youtube.com/watch?v=1HoVF6iv7OE 

 

 

 

Se publicaba el otro día (aquí) que en España se licencian cada año 75 ingenieros navales. El equivalente, entiéndase. El lamento era que España necesita 300 cada año. Que muchos no acababan la carrera porque ya en 3º, no digamos en 4º, se colocaban en las empresas que no podían esperar más. Y que más jóvenes deberían animarse, una carrera con tantas salidas, tan demandada.

El año 2019 8.246 estudiantes terminaron el grado de Psicología en España y 4.867 el de máster. 

Criminología se puede estudiar en 46 centros universitarios por toda la piel de toro. Creo que producimos 2.464 al año. Criminólogos.

Pero sólo producimos, como país, 75 ingenieros navales al año.

¿Alguien más ve un problema aquí?

Por cierto: ¿qué futuro espera a esos 11.000 psicólogos y 2.400 criminólogos que producimos cada año? ¿Cuántos no trabajarán de psicólogos o criminólogos? Seguro que el porcentaje no es residual, así que ¿porqué les pagamos unos estudios universitarios a unos estudiantes que no los van a aplicar? No digo que enseñemos a esos estudiantes a elegir bien sus estudios, digo que no ofertemos tantas plazas. Si España necesita 1.000 criminólogos y 5.000 psicólogos más cada año, pues que se oferten sólo esas plazas.

No necesitamos 13.000 psicólogos y 2.400 criminólogos, pero sí algo más de 75 ingenieros navales. Creo que en esto estamos todos de acuerdo. Y creo que estamos todos de acuerdo también en que no es un problema de que falten mujeres que quieran ser ingenieras navales, si fuera un asunto de paridad se resuelve fácil prohibiendo a las mujeres ser psicólogas o criminólogas hasta que no completen su cuota de 37 ingenieras navales. El problema verdadero es que no conseguimos en España que los jóvenes quieran ser ingenieros navales. Me parece increíble, porque en mi opinión la ingeniería naval y la de minas son las dos ingenierías más fascinantes, completas y atractivas de todas. Y a pesar de todo, a la vista está: casi nadie quiere ser ingeniero naval.

Si las autoridades estuvieran por lo que hay que estar, en vez de tanta chorrada educativa deberían fomentar que los chicos (chicos y chicas) quieran ser ingenieros. Aunque no sean navales, pero seguro que alguno caería. Hay que fomentar que se estudie ingeniería. 

Para empezar, los chicos (chicos y chicas) en los colegios no saben bien qué hace un ingeniero. Saben que la profesión existe, pero no saben en qué consiste. Como mucho, lo asocian con los diseñadores de coches. Las más de las veces, con cosas que no son de verdad de ingenieros (al menos, de lo que yo entiendo que es cosa de ingenieros de verdad). Resolver este problema no es difícil: seguro que todas las escuelas pueden contactar con ingenieros que se ofrezcan a dar charlas sobre su profesión. Un ingeniero de caminos, uno agrónomo, uno industrial, uno aeronáutico,... Cuantos más tipos de ingenieros mejor. Un ingeniero especializado en centrales y redes eléctricas puede descubrir a los alumnos un mundo que ni se imaginaban, un ingeniero de fábrica explicar cómo es en verdad una fábrica y la importancia de los ingenieros en ellas. Y un ingeniero naval puede contar las múltiples ocupaciones que tienen, sus responsabilidades y los retos a los que se enfrentan. Estas charlas no tienen coste, y seguro que serían muy fructíferas. Sin conocimiento no hay vocación.

En segundo lugar, ha de cambiar el ánimo con el que se trata a la ingeniería. No es cosa de cerebritos incapaces de relacionarse con el mundo y ojalá hubiera más mujeres ingenieras, entonces sí que cambiarían las cosas con las mujeres empleando su cerebro. No. Los ingenieros somos la élite del país. La categoría del país no la dan sus atletas o sus futbolistas, y tampoco sus funcionarios, sus psicólogos o sus notarios. La dan sus ingenieros. Somos los que hemos sacado a la humanidad de las cavernas, qué caramba. No hay carrera más difícil que la nuestra, aunque algunas alardeen de requerir memorizar tochos enormes y cientos de palabras de 30 letras. Y así como debería animarse a los chicos a buscar la excelencia y a intentar ser los mejores, debería animarse a los chicos a intentar ser ingenieros si se ven capaces de ello. Desde luego, burlarse de los ingenieros no es el camino.

Y para terminar por ahora, tampoco estaría mal que los medios de comunicación reflejaran también la dificultad técnica de la noticia. Si una empresa española monta una plataforma petrolífera en el mar del Norte, si cualquier problema con un barco de transporte de contenedores, si se bota un submarino o se consigue un contrato de fabricación. Pero también si una lancha o un velero participa en una prueba de velocidad o resistencia. Por ejemplo. Un barco, desde un gigantesco superpetrolero hasta el más frágil esquife pasando por el prodigio técnico de los veleros IMOCA de 60 pies, todos son en realidad una obra de ingeniería. No estaría de más que alguna vez se hablara de ello.

En cualquier caso, me parece muy lamentable. 50 millones de españoles y sólo producimos 75 ingenieros navales al año. Psicólogos y criminólogos para aburrir, pero de lo que verdad importa, más bien poco. No sé qué decirles, hay países con un alto conocimiento tecnológico y países sin ello. No sé en qué grupo creemos que estamos, y en qué grupo queremos estar. 

 

 

Sam Cooke - Wonderful world 

domingo, 14 de abril de 2024

Espero que no sea un signo de los tiempos

https://www.youtube.com/watch?v=D8NsoN4S7IE 

 

 

—Mira esta foto y dime qué te parece.

Un aparejador me enseña una foto de una obra suya y no he podido menos que pedírsela para ponerla aquí. Si no son expertos en construcción, no hace falta que localicen lo que pasa: yo se lo explico.


Las paredes pueden ser de muchas formas. Pueden ser de papel, pueden ser de cartón yeso y pueden ser de cristal, por ejemplo. Pero lo normal es que sean de lo que en argot se denomina "fábrica", y vulgarmente "de ladrillo". La fábrica de ladrillo consiste en colocar los ladrillos unos encima de otros ajustándolos con mortero. Lo normal es que el ladrillo sea cerámico, de arcilla: el de color ladrillo de toda la vida. Pero también puede usarse, en vez de un ladrillo, un "bloque de hormigón", más o menos hueco. En ese caso la fábrica se denomina "de bloque", acostumbra a hacerse en entornos industriales porque es más barata que la fábrica de ladrillo y la estética industrial no importa tanto, y tiene un acabado más o menos como el de la foto.

En la foto se aprecian tres bandas horizontales de bloque más oscuro: el aparejador, al diseñar la pared, prescribió que se rellenaran con hormigón y se armaran una serie de hiladas horizontales separadas por cinco hiladas sin rellenar (luego el albañil separó una banda 6, pero ésa es otra guerra). Pero no está ahí el detalle.

Resulta que el albañil que ejecutó la pared de la foto... no empleó mortero para unir las piezas. Se limitó a colocar una encima de otra, sueltas. Sujetas sólo por el peso del conjunto. 

A ver. Que cualquiera sabe que las paredes se hacen con ladrillos (o bloques) y morteros. Que se coloca una línea de ladrillos, una capa de mortero y otra línea de ladrillos. Y que entre ladrillos de una misma línea se coloca también una fina capa de mortero. No hace falta saber que la línea horizontal de mortero se llama tendel y la vertical, llaga, ni los diversos tipos de muros por su nombre técnico. Todos sabemos que, salvo que se haga una pared de sillería (bloques de piedra perfectamente cortados que asientan unos con otros) e incluso en las de sillería, por las irregularidades de los sillares, se emplea un material deformable de asiento. Lo contrario es sólo apilar ladrillos. Salvo el albañil que hizo la obra.

Parece ser, me explicó el aparejador, que el albañil creyó que al pedirle una pared de bloque de hormigón y no especificarle que tenía que unir las piezas con mortero, pues eso. 

¡Pero bueno! ¿En manos de quién estamos? ¿Cómo es posible que un albañil profesional no sepa algo que es de la primera hora del primer día de primero de albañilería? Pues es posible.

Llevo tiempo pronosticando que se están perdiendo los saberes técnicos, el saber cómo hacer las cosas. Nadie me cree, todo son burlas y se me tilda de exagerado, pero un día habrá que afrontar el problema. 

 

 

The Highwaymen - Me and Bobby McGee 

martes, 9 de abril de 2024

Marruecos 1803



«El carácter distintivo de aquellas gentes es la ociosidad: a cualquier hora del día se las ve sentadas o tendidas cuan largas son por las calles y otros parajes públicos. Son eternos habladores y visitadores, de manera que al principio me costaba mucho desembarazarme de ellos, mas luego, como me tenían respeto, se retiraban a la primera insinuación y así me dejaban tiempo para trabajar.

El traje de los habitantes es camisa con mangas anchísimas, enormes calzones de tela blanca, chaleco de lana, bonete rojo y puntiagudo, la mayor parte llevan alrededor de éste una tela o muselina blanca que forma el turbante. El hhaik los envuelve enteramente y cubre su cabeza a manera de cogulla, a veces el capote o albornoz blanco con su capucha encima del hhaik, y las babuchas o pantuflos amarillos. No falta tampoco quien en lugar de la chaquetilla lleva un caftán o levita larga abrochada por delante de arriba abajo con mangas muy anchas, pero no tan largas como la de los caftanes turcos. Todos llevan cinturón de lana o seda.

Las mujeres salen siempre tan completamente envueltas, que con dificultad se vislumbra un ojo en el fondo de un gran pliegue de su hhaik; su calzado consta de grandes babuchas coloradas, sin medias como los hombres. Cuando llevan un niño u otra carga, siempre es sobre las espaldas, de modo que no se puedan ver las manos.

El vestido de los niños consta de una simple túnica con cinturón.

El albornoz sobre el hhaik es el traje de ceremonia de los talbes o literatos, los imames o jefes de las mezquitas, y alfaquíes o doctores de la ley.»

Domingo Badía es uno de los más singulares personajes que ha dado la historia de España. Bajo el nombre de Alí Bey (y con este nombre tiene dedicada una céntrica calle en Barcelona), viajó por el mundo árabe hacia 1800. En aquella época, era un mundo vedado a los cristianos, así que viajó haciéndose pasar por un musulmán criado en Occidente porque su padre era un rico turco que había tenido que salir por patas. ¿Viajó o espió? ¿O ambas cosas: espió para que le pagaran lo que él quería hacer, que era viajar? No lo tengo claro, porque ya digo que era un tipo singular, lleno de claroscuros.

El caso es que en 1803 hizo un viaje por Marruecos; el fragmento reproducido es de su libro Viajes por Marruecos en la edición de Salvador Barberá Fraguas.

Es interesante la descripción que hace del carácter del habitante de Tánger. Piense el lector si se parece en la actualidad a como era hace 220 años.

Como datos curiosos, el editor apunta que las babuchas marroquíes se diferencian de las orientales en que dejan suelto el talón y que a ello se atribuye el que los marroquíes no padezcan de callos (no tenía ni idea). Y resulta que algunos descubrieron que Alí Bey sí los tenía, y eso hizo sospechar que su identidad era fingida.

El otro dato es sobre el albornoz blanco sobre la chilaba del último párrafo. Se cree que proviene de la época de los Omeya en España, pues ya entonces lo vestían los dignatarios. En la actualidad sólo la usa un número muy reducido de letrados, aunque es obligatorio para los altos funcionarios en las ceremonias civiles y religiosas en presencia del monarca. La próxima vez que den imágenes de recepciones reales en Marruecos intentaré fijarme.




Luigi Boccherini - Quinteto de cuerda op. 11 nº 5: minueto

miércoles, 3 de abril de 2024

Camino del abismo

https://www.youtube.com/watch?v=uWhkbDMISl8 

 

 

El lector recurrente ya se habrá dado cuenta (no cuesta mucho) de que acostumbro a quejarme por todo. Mi tesis habitual es que todo se hace cada vez peor, cada vez somos más peores técnicos, cada vez sabemos menos, etc. Cosas de la edad, es natural, y espero que la realidad me contradiga y sobre todo que aquellos a quienes critico estén dispuestos a quitarme la razón; pero ¿y si resulta que sí la tengo?

Este preludio lo motiva una experiencia que me ha ocurrido estos mismos días. Estoy diseñando una estructura y lo que mi cliente me facilita, a modo de especificación, es la barandilla de límite. En concreto, me facilita un estudio realizado por nada menos que todo un señor doctor arquitecto sobre esa barandilla. Al leer ese estudio se me cayeron los palos del sombrajo, como suele decirse.

Entiéndase: no es que el estudio estuviera técnicamente mal. No hay ningún error técnico: ¡si hasta emplea un programa de cálculo de estructuras para calcular la barandilla! Sí, el famoso Cype. Luego emplea otro programa de cálculo para calcular las chapas de anclaje al piso y luego otro para los tornillos de anclaje. Tres programas de ordenador, nada menos. ¡Como para estar mal resuelto!

Lo que pasa, dejando de lado que un arquitecto (peor: un doctor arquitecto) tenga que recurrir a 3 programas de ordenador para una simple barandilla, es que además  el informe es tan malo que no vale. Porque el arquitecto (perdón, doctor arquitecto) no empleó el sentido común, no pensó lo que estaba haciendo. Se limitó a aplicar la normativa a rajatabla y a analizar un tramo de barandilla como si fuera la única cosa en el universo. Y resulta que no es lo único en el universo, que hay más elementos, y que hay más cosas que las mínimas que establece la normativa. Así que su estudio está muy bien en un mundo ideal, pero no tiene aplicación práctica y no responde a lo que su cliente necesitaba. Salvo que el título de doctor en arquitectura lo regalen a cualquiera (no creo), el mozo (voy a presumirle juventud) tiene una capacidad demostrada. El hombre aceptó el encargo, por lo que se vio capacitado. ¿Entonces?

Los fallos que cometió el arquitecto (perdón, doctor arquitecto) no son achacables a un ordenador. Los programas que empleó resolvieron lo que el arquitecto les introdujo. No hay que darles más vueltas, el arquitecto no pensó. Él, sin duda, alegaría que no le advirtieron, que no le dijeron, que no... Da igual: el doctor arquitecto era él, y él tenía que haber pensado en lo que no pensó. Tal como yo hice cuando me dieron su informe. 

Pues bien, esto es cada vez más corriente. Los técnicos piensan cada vez menos. Llega un momento en el que no se trata de tener más o menos conocimientos, sino de sentido común. De imaginación (la capacidad de tener en la mente lo que aún no existe). De pensar, caramba. Y esto, se lo digo de verdad, cuanto más joven es el técnico menos piensa; y luego, cuando un anciano ingeniero les revela todo aquello que ni se les  habría ocurrido surgen los murmullos de admiración y los disimulados intentos de tocar el borde de nuestras vestiduras, pero no es eso lo que queremos. No buscamos reconocimiento ni adulación, sino que ellos hubieran hecho bien su trabajo. Que nos demostraran que podemos descansar, que quedamos en buenas manos.

Los fallos del arquitecto son típicos en un principiante. En un chaval que empieza, no en un doctor arquitecto. Sí, ya sé que les canso con la matraca de siempre, pero qué quieren que les diga. La realidad que me encuentro me reafirma en mi convicción de que vamos camino del abismo.



Blondie - Hanging on the telephone


 

lunes, 25 de marzo de 2024

El combate de los 30

https://www.youtube.com/watch?v=0raZer51wHA 

 

 

La historia parece falsa, extraída de una novela romántica (del periodo romántico, ha de entenderse) o una película clásica de Hollywood, pero es verdad.

En 1351 ingleses y franceses se disputan la soberanía de Bretaña. La ciudad de Ploërmel está bajo dominio inglés, comandado por el capitán Richard (según mi fuente pre-internet; según la wikipedia, Robert) Benborough, que se ha hecho fuerte en el castillo. El francés Robert (o Jean, si hago caso a internet) de Beaumanoir está al frente de las tropas francesas pero no consigue desalojar a Benborough de sus posiciones. Desesperado, Beaumanoir decide retar al inglés.

De acuerdo con la más pura tradición de la caballería, Beaumanoir envía un emisario para fijar las condiciones de un combate singular, que se celebraría (caramba, qué coincidencia, van a cumplirse 673 años) el 27 de marzo, en la llanura de Croix-Helléan, a 6 km de Ploërmel. Y se batirán 30 caballeros franceses contra 30 ingleses.

El día fijado aparecen en el lugar fijado los caballeros, bien pertrechados con sus armaduras, sólidamente afianzados en sus caballos, con sus escuderos y todo el cortejo. Los dos bandos se colocan en línea y empieza el combate.

En la primera pasada caen, heridos de muerte, cuatro franceses y dos ingleses; pero en la segunda, los franceses cobran ventaja, pues matan a Benborough y 8 compañeros. Los ingleses, eso sí, no flaquean, se revuelven, emplean sus lanzas, sus mazas de combate,... luchan sin tregua.

En un momento dado, Beaumamoir, herido, abandona el combate. La sed le atormenta, pero su amigo Du Bois le dice «bébete tu sangre, Beaumamoir, te refrescará». ¿Es posible un lance más caballeresco?

Hasta que los franceses, dirigidos por Guillaume de Montauban, rodean a los últimos ingleses, derriban a siete y hacen prisioneros a los supervivientes. Fin del combate, llamado desde entonces El combate de los Treinta

Y chascarrillo adicional. El MVP del partido... quiero decir, el mejor combatiente fue declarado, por el bando ganador, Alain de Titenáic; por el bando inglés, Croquart (un guerrero profesional que tenían), que tras la muerte de Benborough se había erigido en su capitán.

Otros tiempos, otras costumbres. Otros valores.

 

 

Joan Manuel Serrat - Lucía 

sábado, 23 de marzo de 2024

Mis versículos favoritos XXI - el Eclesiastes (I): nada nuevo bajo el sol

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=XQRYwe4KDDQ 

 

 

Para quien no lo sepa: la Biblia es, como su propio nombre indica, una colección de libros. Esa colección se divide en dos subcolecciones, el Antiguo Testamento (A.T.) y el Nuevo Testamento (N.T.). El A.T. son 45 libros divididos en tres grupos: históricos, didácticos y proféticos (creo que las clasificaciones más modernas separan el Pentateuco, los 5 primeros libros, del grupo de los históricos; en fin). El N.T. son 27 libros y también se pueden dividir en esos 3 grupos, pero en este caso esta división carece de interés. Primero, porque los "históricos" son 5 (los Evangelios y los Hechos) y los "proféticos" son sólo 1 (el Apocalipsis), mientras que didácticos son todos los demás, que son simplemente cartas, correspondencia epistolar, y segundo porque precisamente por esas diferencias tan claras entre los libros y que de los 27 "libros" 21 sean "didácticos" hace que esa clasificación sea una chorrada. 

Volviendo al A.T., uno de los libros didácticos es el Eclesiastés. Es un pequeño librito, muy cortito, que es una auténtica joya en su género: sin duda, si el lector quiere un libro para meditar sobre la vida, para filosofar sobre el mundo, es el libro que ha de leer. Si tuviera que reducir el A.T. a 7 libros, el Eclesiastés sería uno de ellos (los otros 6: Génesis, Éxodo, Job, Amós, Oseas y Jonás). De hecho, qué caramba, si el lector se tiene por persona preocupada por cultivar su espíritu, debería leerlo. Y despacio, meditándolo, no ventilándoselo en el plisplás que le costaría si lo leyera como una noticia del periódico.

Y dentro del Eclesiastés encontraría una de las frases más famosas de la historia:

Nihil novum sub sole

Ecl 1,9

Traducido del latín: "nada nuevo bajo el sol". De hecho, el versículo completo es: 

Lo que pasó volverá a pasar; lo que ocurrió volverá a ocurrir: nada hay nuevo bajo el sol.

Y continúa:

De algunas cosas se dice: «Mira, esto es nuevo». Sin embargo, ya sucedió en otros tiempos, mucho antes que nosotros. Nadie se acuerda de los antiguos, y lo mismo pasará con los que vengan: sus sucesores no se acordarán de ellos.

Ecl 1,10-11 

Se cree que el Eclesiastés se escribió en la segunda mitad del siglo III a.C. Otros opinan que es cientos de años anterior (parece ser que en el libro a Dios no se le nombra como Yavhé sino Elohim, que es la forma antigua, como de unos 600 ó 700 años antes). Como sea, hace muchos siglos. Si alguna vez se le ocurre a usted esa idea, sepa que hace al menos 23 siglos que se dice.



Anton Bruckner - Locus iste

jueves, 21 de marzo de 2024

El ingeniero, la constructora, el error y el dilema

https://www.youtube.com/watch?v=PaEJtodoh5c 

 

 

El ingeniero ha sido contratado por una constructora para que le ayude en la ejecución de una obra.

El ingeniero descubre un error en el proyecto e informa a la constructora. No informa a la Dirección Facultativa ni a la Propiedad, porque la constructora no le ha contratado para que la puentee. Lo más correcto sería que la constructora avisara a la DF del error, pero ¿y si la constructora guarda el informe en el cajón y se calla? ¿Debe el ingeniero saltarse el conducto reglamentario?

Imaginemos que la constructora decide callar porque el error no comporta un peligro y además le beneficia. Por ejemplo, que se obliga (y paga) apuntalar una zona que no es necesario apuntalar, o compactar un terreno que ya está compactado. La constructora va a realizar (y cobrar) un trabajo que no es necesario. O supongamos incluso que es un error en las mediciones o en los presupuestos, que redunda a favor del contratista (si no fuera así el contratista no callaría).

Ciertamente, lo más ético sería que la constructora avisara a la DF, pero ¿y si no lo hace? ¿Debe el ingeniero realizar un acto inapropiado - saltarse el implícito deber de secreto en la información que le pasa a la constructora- para precisamente perjudicar a la constructora? En mi opinión, no. Perdería a su cliente y le perjudicaría, y todo por beneficiar a un tercero (la Propiedad) que ha cometido el error de contratar a una DF no tan atenta como el ingeniero. El juicio ético de avisar o no a la Propiedad le corresponde hacerlo a la constructora, no al ingeniero.

Ahora bien, ¿y si el error afectara a la seguridad? ¿Y si la estructura proyectada fuera insegura?

Lo primero es entender porqué iba la constructora a no avisar del error.

Tal vez el trabajo está ya muy avanzado y la Propiedad no va a pagar deshacerlo y hacerlo correctamente. Pensemos que se ha excavado el túnel y los trenes son demasiado grandes, como ha pasado en este gran país. Recuerdo la reforma de un hospital, todas las medidas me daban que no iba a caber el despacho de un médico, advertí numerosas veces, pero la constructora no trasladó el aviso y el despacho del médico terminó siendo más un armario que un despacho. Y hubo que achaflanar una esquina para poner la puerta al bies y que cupiera (no se abría del todo). O tal vez simplemente la Propiedad no va a pagar la corrección, o sí la pagaría pero sólo si era derrotada en una pelea a muerte en el pozo de los lagartos de fuego. Y la constructora no tiene ganas de pelear a muerte porque ya tiene suficientes peleas con ese cliente en la agenda.

Pero, claro, lo que está en juego es la seguridad. Sí, eso con lo que en teoría no se juega.

Dicho esto, hay que asegurarse de que la constructora entiende el error y lo que significa, e insistir en que avise a la DF. 

Si esto no funciona (y en realidad aunque funcionara: hay que hacerlo antes) hay que reflexionar un poco sobre nuestra actuación. ¿Tan grave es el error? Las más de las veces no lo es, pero nos pierde nuestras ganas de parecer mejores que la DF. O la merma de la seguridad no es tanta como para montar un escándalo.

Pensemos, por ejemplo, en una tienda de muebles (tradicional, no un IKEA) o un concesionario de coches. Son tiendas con una gran superficie. Las normas asignan una ocupación por metro cuadrado que difícilmente se alcanza, más bien jamás. El proyecto ha dimensionado unas medidas de protección contra incendios suficientes para la ocupación real, pero insuficientes para la teórica que manda la normativa. Y el ingeniero lo sabe. Puede que no haya sido lo querido por la DF, pero es el resultado.

O que según el proyecto se alcanza un coeficiente de seguridad estructural de 1,8 cuando en realidad es 1,55. El mínimo normativo es, pongamos, 1,50, así que aun así se cumple la norma. O se alcanza sólo 1,49, no cumple por poco.

En mi opinión, si la constructora decide no informar a la DF el ingeniero ha de callarse. Que quede constancia de su aviso, y ya está.

Imaginemos que el error es grosero y la pérdida de seguridad es importante, pero sin alcanzar el nivel crítico. Que no va a ocurrir el desastre, pero ni de lejos la Propiedad va a tener el nivel de seguridad que esperaba. Y que a pesar de que la constructora ha sido informada, ésta decide no avisar.

O imaginemos que el error es tal que el desastre es casi seguro . En este último caso, si la constructora no quiere avisar lo mejor que puede hacer el ingeniero es dejar de tenerla como cliente.

¿Qué ocurre si en estos dos últimos supuestos no hay contacto posible entre la DF y el ingeniero? Pongamos que la obra se desarrolla en el extranjero, en Vietnam o en Chile. Ahí no hay nada que hacer, el ingeniero debe dejar constancia de que comunica a la constructora (a persona responsable) el error detectado, y no hay más que hacer.

Pero ¿y si sí puede contactar con la DF? Por ejemplo, porque el ingeniero también va a la obra y tiene además trato profesional con la DF aparte de esta obra. ¿Debe traicionar a la constructora?

En el último supuesto, sí si el mal de la traición es menor que el mal del desastre. Si el desastre no es tan desastre, no hay muertos, no hay heridos, no se producen daños económicos significativos ni importantes perjuicios a terceros, el ingeniero se debe a la constructora que lo contrata. Sí, ha sido una chapuza, sí, el ingeniero lo sabía y ha sido parte, pero insisto en el supuesto inicial: el error no es de la constructora sino del proyecto.

En el otro supuesto, lo que puede hacer el ingeniero es aconsejar a la DF que se asegure: "¿has comprobado que...? ¿Estás seguro de que...?". Las más de las veces la DF no hará nada (¡cómo a va ser que ese ingeniero sea mejor que ella!), pero el ingeniero puede tener la conciencia limpia: ha hecho bien su trabajo, ha advertido a la constructora y se ha encargado de que la DF sea consciente de la necesidad de reestudiar aquello que ha hecho mal. Puede que se considere que ha traicionado a la constructora, pero hay que reconocer también que el deseo de la constructora de tapar un problema importante no era muy ético. Además, no solo le obligaba la cortesía profesional sino también el deber moral de ayudar a un técnico con el que se colabora. Tomase el ingeniero la decisión que tomase, razones para tomar la contraría tendría.

Son situaciones complicadas que es mejor no tener. Pero ocurren.



Chiquetete - Esta cobardía

 

miércoles, 20 de marzo de 2024

Dos reflexiones. 2: A propósito, Marruecos

Debido a todo lo que está saliendo a la luz estos días, no he `podido menos que escribir una primera reflexión, en mi entrada anterior. 

Pero luego se me ocurrió que también tenía que incluir el factor Marruecos en todo lo que está pasando. 

Y Marruecos ¿qué pinta en todo esto? Hechos:

 

  1. Sánchez nombró a su señora directora del Africa Center, una no sé si catalogar de ONG (imagino, ni lo recuerdo ni lo voy a consultar, que Sánchez no la nombró sino que ya se preocuparon los que la nombraron de nombrarla) con mucha relación con Marruecos.
  2. El gobierno de Marruecos pirateó el móvil de Sánchez y de otros miembros de su gobierno. Por lo que parece, se accedió al móvil de Sánchez a través del móvil de su señora.
  3. Es innegable que algo pasa entre Pedro Sánchez y el gobierno de Marruecos. No es normal. La explicación popular, y también la más simple y por lo tanto seguramente cierta, es que Marruecos sabe cosas de Sánchez que Sánchez no quiere que se sepan. La asociación habitual es que ese conocimiento vino a través del móvil pirateado.
  4. Lo que no sabe nadie es qué había en el móvil de Sánchez y con qué le está chantajeando para conseguir todo lo que desean.

 

Volvamos a la trama.

 

Uno de los hombres clave es Ábalos, el otrora omnipotente ministro de Transportes. Ábalos saltó a la fama (más aún) cuando poco antes de la pandemia acudió una noche al aeropuerto de Barajas a entretener la espera entre aviones (o para repostar, da igual) de Delcy Rodriguez, a la sazón vicepresidente o algo así de Venezuela. Rodríguez tenía (y tiene) una orden prohibida pisar suelo europeo so pena de detención, parece ser que sí podía bajarse del avión porque la pista se considera suelo internacional, pero por lo que se cuenta sí estuvo en zonas españolas y no se la detuvo. Dado que el propio ministro la estuvo acompañando, el gobierno español no pudo aducir desconocimiento, y de hecho reconoció que sabían por adelantado que venía, pero se las apañó para tapar el escándalo. Parte del escándalo vino porque, además, Delcy desembarcó, se sabe, 40 maletas. No se sabe por qué ni qué había en las maletas. Cuesta creer que fueran las 40 de ropa, lo más probable es que estuvieran llenas de billetes.

 

Bien, ahora se sabe que más miembros de la  trama estuvieron con Delcy y con Ábalos el en aeropuerto. La razón no se sabe. Pero resulta que, por lo que se está destapando, gran parte de las corruptelas tienen que ver con Venezuela y con rescates inexplicables (inyecciones a fondo perdido de millones de euros) de compañías aéreas llevados a cabo durante la pandemia. Y parece que es el hilo de las compañías aéreas por donde se llega a la señora de Sánchez. Parece ser que el grupo dueño de una de las compañías aéreas ya había pagado cosas a la señora de Sánchez, parece ser que pagó al Africa Center, parece ser que Africa Center multiplicó su facturación con el fichaje de la señora de Sánchez…

 

Parece ser que el Falcon, el avión a disposición del Gobierno para viajes oficiales y que es fama que Sánchez emplea para sus viajes privados, voló 39 veces a la República Dominicana. El porqué no se sabe, se aduce que es secreto por razones de seguridad nacional. Pero la República Dominicana es una de las grandes bases del grupo dueño de una de esas compañías aéreas.

 

También es cierto que la República Dominicana está a tiro de piedra de las Islas Caimán, a donde quedaría feo que volara el Falcon directamente desde España y menos aún 39 veces.

 

¿Qué había en las 40 maletas? ¿Salieron todas las que entraron? ¿Salieron con lo mismo que entraron? ¿Por qué tanto vuelo a la República Dominicana? ¿Qué había en el móvil de Sánchez y que ahora emplea el gobierno de Marruecos para manejar a su antojo a Sánchez?

 

La teoría de la navaja de Ockham dice que en igualdad de condiciones la explicación más simple es la más probable.

 

Y eso explica además el terror de Sánchez a que se investiguen los asuntos de su señora.

martes, 19 de marzo de 2024

Dos reflexiones. 1: Lo que lo del novio de Ayuso nos dice

 

Resumamos brevemente:

 

  1. En su momento, el PSOE "denunció" al hermano de la presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Resulta que en el ejercicio de su profesión (más o menos, compraventa de productos de ámbito sanitario) ganó dinero con la compra de mascarillas.
  2. Parece ser que todos los que juzgaron el caso consideraron que no había nada. Había ejercido su profesión con los márgenes de ganancia habituales en el sector, las gestiones fueron correctas y su hermana no tuvo nada que ver en sus contrataciones. Caso cerrado.
  3. El PP (Ayuso) decidió que se la devolvería al PSOE e investigaron. Resultó que sí había una trama de corrupción, miembros del PSOE (y personas allegadas) habían cobrado cantidades millonarias de comisiones no declaradas por "vender" mascarillas, imponiendo desde el ministerio de transportes tanto a entidades del Estado como a comunidades autónomas que les compraran a la banda a los precios que ellos marcaran. Para más inri, mascarillas defectuosas que nunca se utilizaron.
  4. Estallado el escándalo, se descubrió que la trama alcanzaba a la presidente del Congreso por su actuación como presidente de las Islas Baleares y a muchos otros.  También salieron muchos más chanchullos, ya que la banda no se especializó en mascarillas.
  5. El fondo del asunto era que durante la pandemia el Gobierno decidió eliminar controles de las contrataciones públicas y los gobernantes pudieron contratar como si fueran empresas privadas: a quien quisieran lo que quisieran al precio que quisieran.
  6. La primera defensa del PSOE, en vez de reconocer la existencia de manzanas profundas, fue volver a atacar al hermano de Ayuso. Vale decir que la banda corrupta no eran unos cualquiera, sino ni más ni menos que los que habían acompañado a Sánchez cuando el PSOE le defenestró y le ayudaron a recuperar el poder. Y por acompañar me refiero a que eran los que se recorrieron España junto a él en el famoso Peugeot de Sánchez.
  7. Salta entonces que la mujer de Sánchez podría estar implicada en gestiones de la trama.
  8. La respuesta del PSOE pasa a ser atacar al novio de Ayuso. Esto es porque ante cualquier acusación la defensa del PSOE es "pues el novio de Ayuso…" y ante las peticiones de dimisión aducen que "quien debe dimitir es Ayuso".
  9. Parece ser que al novio de Ayuso se le ha hecho una inspección fiscal y hay unos cientos de miles de euros que se le reclaman, algo así. Parece ser que en el momento de los hechos el novio de Ayuso no era aún novio de Ayuso y que las cantidades son ridículas frente a los millones de la banda socialista, pero es lo que hay. A Ayuso se le reprocha que siendo su novio un presunto defraudador (la enorme tasa de éxito de Hacienda en sus acusaciones no es porque tenga la verdad de su parte sino porque casi nadie tiene suficientes recursos para defenderse de Hacienda y es preferible pagar una multa y superar el trago lo antes posible, y Hacienda lo sabe) ella siga siendo presidente de la CAM, no que siga con él. Romper con él no le ahorraría a Ayuso ninguna acusación de sus enemigos.
  10. Ahora bien: la acusación al novio de Ayuso surgió porque la ministra de Hacienda, M.J. Montero, dio la noticia diciendo que la había leído publicada en medios de comunicación. Los primeros medios de comunicación publicaron la noticia 4 horas más tarde. Oficialmente la ministra de Hacienda no puede saber a quién se está inspeccionando y mucho menos cómo está la cosa, por eso dijo la falsedad de que se había enterado por la prensa.
  11. Para echar más leña al fuego, la Fiscalía de Madrid revela una negociación entre el fiscal y el abogado del novio de Ayuso en la que el abogado proponía que el novio se declarara culpable y a cambio se le disminuyera la multa. Parece ser que la Fiscalía reveló esa negociación siguiendo órdenes del Fiscal General del Estado, que es un conocido mandado de Sánchez.
  12. El Colegio de la Abogacía de Madrid ha anunciado que va a denunciar lo que ha hecho la Fiscalía, pues esa negociación era por su misma esencia confidencial.

 

¿Por qué esto es tan serio?

  1. No se trata de la banda de la corrupción; eso es normal y esperable, cosas que pasan y más si se les da el poder a personas de la catadura de Sánchez y los que él elija para acompañarle.
  2. Lo que en realidad está ocurriendo es que Hacienda ha inspeccionado a un ciudadano normal cuyo "pecado" ha sido ennoviarse con una de las grandes rivales políticas de Sánchez, a la que le tiene especial inquina. ¿Ha sido casual? ¿Habría sido inspeccionado si no hubiera sido novio de Ayuso? ¿Habría salido a la luz si no necesitara Sánchez, como sea, desviar la atención de su mujer y de él mismo? Es posible. Pero no me extrañaría nada que la inspección hubiera sido ordenada por el gobierno.
  3. ¿Cómo supo la ministra de Hacienda lo de la inspección? Puede que porque un inspector de Hacienda se lo dijera, quizás porque pensara que a la ministra le interesaría saberlo y él obtendría algún beneficio de ese servicio, pero lo dudo. Si me preguntan a mí, la ministra los sabía porque ordenó ella la inspección. Y si no ésa en concreto, ordenaría que se inspeccionara a todos los que se pudiera y se le informara si a alguno se le encontrara algo irregular. Tenemos a una ministra (y vicepresidente primera del Gobierno) enfocando la maquinaria del Estado contra un ciudadano particular para machacar a ese ciudadano particular para beneficio personal del Gobierno.
  4. La Fiscalía de Madrid se ha saltado los derechos fundamentales de defensa de un ciudadano particular simplemente porque a través de ese ciudadano particular podía obtenerse un beneficio político. La Fiscalía de Madrid siguió las instrucciones precisas del Fiscal General del Estado.
  5. ¿Conocía Sánchez estos tejemanejes? Teniendo en cuenta que ministra y fiscal general son la voz de su amo, yo pienso que no es que los conociera, es que aprobó que se llevaran a cabo, eso si no se le ocurrieron a él.
  6. El mensaje que manda el PSOE es claro: como te metas con ellos te vas a enterar. Porque la Administración del Estado, Hacienda, la Fiscalía, todo está a su servicio. Y no van a respetar tus derechos. Esto es lo que entiende el PSOE por democracia.

 

Aquí, los rivales políticos de Sánchez no se caen por las ventanas de los edificios de 20 plantas como los de Putin, al menos todavía, pero vamos quemando etapas. Y a una parte suficiente de la población española le parece bien, porque (de momento) los perseguidos son los del otro bando.



domingo, 17 de marzo de 2024

La pícara puritana

 https://www.youtube.com/watch?v=NPpRJoYISSQ

 

 

Ayer ví La pícara puritana, una película de 1937 con Cary Grant e Irene Dunne y el gran Leo McCarey como director. ¡Qué gran rato pasé! La película es una comedia en torno a que Grant y Dunne están casados y al regreso de una infidelidad de Grant (infidelidad que Dunne percibe) se encuentra con que Dunne ha pasado la noche fuera con un "profesor de canto". Se pronuncian algunas palabras gruesas y se divorcian, divorcio que será efectivo a los 90 días, y sin embargo comparten la custodia de... su perro. Y, claro, el espectador capta que ambos siguen enamorados pero se suceden las situaciones de darse celos y una antológica escena de enredo de las que no soporto ver de los nervios que paso: el profesor de canto acude al piso de la pronto soltera Dunne a no recuerdo qué, llega Grant y esconden al profesor de canto en la alcoba, los dos llevan el mismo sombrero pero de tallas distintas, el perro da a Grant el sombrero equivocado, Grant se mosquea, llega el nuevo prometido de Dunne con su madre y Grant se esconde rápido... en la misma alcoba, la madre del prometido empieza a disculparse de cómo pudo dudar de ella, etc.

Sí, soy un fan declarado de Cary Grant, para mí el mejor actor de siempre, pero es que la película es buenísima.

Con todo, me surgieron algunos pensamientos.

La película es en blanco y negro y de 1937. Imposible, por lo tanto, que la vea un menor de 40 años - quiero creer que no de un menor de 50. ¿Por qué, si es una obra magistral y mucho mejor que las películas que se hacen ahora? Por prejuicios, claro que sí, pero ¿qué sociedad es ésta que ha creado semejantes prejuicios? Los jóvenes de todas las generaciones hemos despreciado siempre a los viejos, pero no hasta este punto. O con estas consecuencias de no querer saber nada de lo que hicieran, vaya. 

En un momento dado Grant está en casa de su prometida. la reunión es en un gran salón, con varios grupos de personas, y en esas reuniones se charla. Algunos de los muebles... juraría que los tenía mi abuela. Mi abuela tenía una habitacioncilla (no un gran salón) que ya cuando yo era niño me parecía un saloncito de la Belle Epoque. Viendo la película, confirmé mi antigua impresión.

¡Que naïf los efectos especiales! Hay una escena en la que Grant y su novia hacen motorismo (el náutico) y se les ve pilotando la lancha en una carrera de velocidad. Fácil es notar que están los dos sentados con un volantito en las manos, y el resto de la escena es una proyección en una lona posterior mientras un ayudante de producción les echa salpicaduras de agua con la mano y un cubo. Y sin embargo, da igual. No importa que no sean los efectistas efectos de ahora, uno no ve la película para maravillarse de los efectos especiales sino para ver a los actores representar la historia. Seguro que les costó cuatro perras.

La película termina con Grant y Dunne pasando la noche juntos en una cabaña en el campo. Tal como le había pasado a Dunne al principio de la película (la discusión citada, es algo que no se muestra). ¿Terminan acostándose? Se sobreentiende, pero nada lo indica. En toda la película sólo hay un rápido beso entre Dunne y su prometido. No me gustan en las películas ni sexo ni palabrotas, y ésta es una excelente demostración de que no son necesarias para hacer una gran película. Diálogos, actores y ritmo. No hace falta más.

Y a propósito de actores: la fuerza cómica de Grant es insuperable. Me encanta cómo se mueve. El culmen, en la película, llega cuando sigue a escondidas a su mujer, cree que la va a sorprender con su amante el profesor de canto y resulta que es un recital privado ante un grupo reducido de personas (de alta sociedad, se entiende). Para no llamar más la atención, Grant se sienta en el fondo junto a una mesita y... en fin, en un momento dado Grant empieza a hacerse un lío con la silla y la mesita y acaba uno partiéndose el pecho del ridículo que hace. Un payaso de circo no lo haría mejor. Y sin palabras. 

Sí, lo sé: una comedieta de argumento corriente, una de tantas. Y sin embargo, al verla uno se da cuenta de que es una obra maestra a pesar de su simplicidad. Hay que verla. Y si uno piensa que es de 1937, entonces se da cuenta de que todo lo que nos parece nuevo es en realidad antiguo: los viejos que despreciamos ya lo habían inventado antes.

Por cierto: el rodaje de la película se interrumpió un tiempo porque uno de los personajes tenía ya agendada otra película. ¿Saben cuál? El perro. 

 

 

 

Penguin Cafe Orchestra - Perpetuum mobile 

lunes, 11 de marzo de 2024

Historias de la carrera espacial

https://www.youtube.com/watch?v=X7SvBtJuh3Y 

 

La Guerra fría, la pugna declarada y soterrada entre los EE.UU. y la URSS  produjo también la carrera espacial, algo quizás irrepetible: dos países pugnando por ser el primero en conseguir un logro que "sólo" beneficiaba... a toda la humanidad, y con unos resultados tan espectaculares que realmente han ampliado nuestra imaginación.

El caso es que esta semana se cumplen años de dos hitos cruciales, y cada país consiguió uno; juzguen ustedes cuál fue más importante.

El primero de ellos sucedió el 18 de marzo de 1965. Dos rusos, Pavel Belaiev y Alexis Leonov, pilotos militares, se subieron al misil Voskhod 2 con una misión especial: cuando alcanzan los 500 km de altura, Leonov (Belaiev está a los mandos) se mete en una cabina con una escafandra blanca que le protege de las radiaciones cósmicas y de las quemaduras de los rayos del sol, y dos bombonas de oxígeno a la espalda. Belaiev extrae el aire de la cabina y entonces Leonov abre una escotilla y sale al exterior. Es el primer paseo espacial. Durante 10 minutos se mueve por el espacio y filma la escena. Está conectado a la nave con un cable en cuyo interior hay un hilo para el enlace telefónico y un tubo de gas a presión para permitirle los desplazamientos en el espacio. El cable mide 5 m, porque tampoco hay que exagerar: lo importante es que está en el exterior y todo sale según lo planeado.

Hasta que decide volver: no cabe por la escotilla. ¿Por qué no? Porque su traje, ante la ausencia de presión exterior, se ha hinchado como un globo. En la carrera espacial muchos de los retos que se resolvieron ni siquiera se sabía que se iban a afrontar, les pasaron cosas que a nadie se le ocurrió que les pasarían. Y ésta fue una de ellas. Yo no sé si en aquella época hacían los cascos de las escafandras herméticos con respecto a los trajes, me da a mí que no. Tampoco estoy seguro de que deban serlo, porque si la presión en el interior del traje es la misma que la del exterior, no tengo claro que el cosmonauta (es ruso) pueda generar la presión necesaria para expirar; aparte de que por muy hermético que sea el cierre del casco con el traje, siempre habría aire en el interior del traje. El caso es que, poco a poco, el traje se hincha. Hasta el punto de que los guantes se le salen de las manos y las botas de los pies. Y pierde el control del cable.

Peor aún, el Voskhod 2 sigue viajando por el espacio y queda poco para entrar en la zona nocturna: Leonov corre además el riesgo de quedarse a oscuras. ¿Houston, tenemos un problema? Los dos cosmonautas deciden no avisar a la base y operar por su cuenta, se les acaba el tiempo. Leonov abre una válvula que hay en su traje para expulsar el aire que hay en su traje. Corre el riesgo de quedarse sin oxígeno, pero si no lo hace su muerte es segura. A medida que se descomprime el traje... Leonov empieza a notar que él también se descomprime. Uy, uy. Ha de ser rápido: tira del cable y se mete de cabeza en la cabina. ¡Ay, la cosa estaba pensada para meterse por los pies! ¡El cable se va a quedar fuera y la escotilla no cerrará! De alguna manera, Leonov consigue girarse dentro del recinto y recoger el cable. Luego confesó que ese día perdió 6 kilos por el sudor: los esfuerzos que tuvo que hacer fueron tales que su temperatura corporal subió rápidamente (me lo creo: el cuerpo humano no se diseñó para esas circunstancias), y el sudor le empaño el cristal del casco impidiéndole ver lo que hacía. Cerrada la escotilla empiezan a meter oxígeno en el habitáculo, pero la humedad y la alta temperatura crean un entorno muy inflamable, de máximo peligro. Al final lo consiguen y los dos cosmonautas regresan a la Tierra... y cuando tienen que entrar en funcionamiento los motores de propulsión inversa el sistema automático falla.

No se había hecho nunca antes, pero los dos cosmonautas no tienen otra que encenderlos de manera manual. Y, como sabemos por la película Apolo XIII, han de tenerlos encendidos un tiempo preciso: si es poco tiempo rebotarán en la atmósfera, si es mucho entrarán a demasiada velocidad y el Voskhod 2 se destruiría. Lo consiguen, pero no tienen ni idea de dónde aterrizarán. ¿Donde aterrizan? En Siberia. Fuera, en el exterior, la temperatura era de -25°. Y una vez abiertas las escotillas ya no pueden cerrarse de nuevo. Por suerte, los dos cosmonautas eran rusos (rusos de campo y de la época, quiero decir). Una estación de radio de Alemania Oriental capta los mensajes (cifrados) de socorro y un equipo de rescate aterriza a 9 km y esquían hasta allí. Cuando los encuentran, los calientan, pero... ¿cómo los sacan de allí? ¿Cómo los llevan a lugar seguro? El rescate no ha terminado: construyen una cabaña (choza) para los dos héroes, que deben pasar allí la noche. Al día siguiente, por fin se resuelve todo. Todo que, huelga decirlo, se mantuvo en secreto. Oficialmente, todo resultó a pedir de boca. Y tres meses más tarde, el 3 de junio, hubo un nuevo paseo espacial. Pero esta vez era el norteamericano White.

Que se tapen los problemas que ha habido y la brillante forma (o heroica, o lo que quieran) de solucionarlos no siempre es una gran política. La segunda efeméride lo acentúa.

El 16 de marzo de 1966 (un año después del paseo de Leonov) son los americanos los que se apuntan un tanto. Y un tanto curioso. El artífice, en esta ocasión, es Neil Armstrong (sí, el que pisará la luna). Ese día se lanzó desde Cabo Kennedy el proyectil Agena y, 100 minutos después, la cápsula Geminis 8 en la que viajaban Armstrong y David Scott en persecución del Agena. Armstrong consigue seguir la ruta del proyectil y alcanzarlo y acoplarse a él a las 23 horas y 15 minutos. Es el primer acoplamiento de la historia de la astronáutica. Es fácil imaginar la explosión de alegría en el centro de control de vuelo en Houston, lo hemos visto mil veces en películas, pero en esta ocasión la alegría dura poco: Armstrong avisa que los cohetes de estabilización de la cabina no responden a los mandos y se ha visto obligado a separar el Geminis 8 del Agena. Habían estado fuera de contacto con la NASA y habían tenido que decidir ellos qué estaba pasando y cómo actuar, y Armstrong (comienza su leyenda) tomó todas las decisiones correctas.

Finalmente, emprendieron el regreso a la Tierra (uno de los objetivos secundarios de la misión era probar la reentrada controlada en la atmósfera), y una hora después son recogidos sanos y salvo flotando en el océano. Sí, la misión ha fallado, pero la experiencia ha sido muy enriquecedora y supone el primer paso para la creación de las estaciones orbitales. Ahora estamos acostumbrados y no nos asombra, pero es cierto: el primer intento del primer paso salió mal. ¿Y qué? No se rindieron, siguieron intentándolo y lo demás es historia. Y una historia pública: pueden leerla en la web de la NASA.

Eso sí, unos y otros, Leonov y Belaiev y Armstrong y Scott, se comportaron como los héroes que fueron. Las hazañas de los pioneros nunca se contarán lo suficiente.

 

 

Stanley Myers - Cavatina

 

 

 

sábado, 9 de marzo de 2024

El pájaro azul

Malcolm Campbell nació el 11 de marzo de 1885, así que durante sus primeros años presenció la aparición y desarrollo de algunos artefactos fantásticos, como el automóvil y el avión. A su fascinación por ellos añadamos algo que sin duda llevaba dentro: la velocidad. No es extraño que en la Primera Guerra Mundial (era inglés) fuera piloto de aviación, y que terminara con obsesionarse con ser el hombre más rápido sobre la Tierra.

En 1924 Campbell construye un automóvil al que denomina "Sunbeam". Pero no era el típico vehículo de 1924 que tenemos todo en mente, no: era un bólido de 18 litros de cilindrada (¡18 litros!), y establece un récord de velocidad: 219,378 km/h. En 1924.

Y entonces ocurre lo mejor: un compatriota y amigo suyo, Henry Segrave, ¡le arrebata el récord! Era 1926 y Segrave alcanzó los 245 km/h. Empezó entonces una competición entre los dos por poseer el título: Campbell lo recuperó 4 veces antes de la muerte de Segrave en 1930. Antes, en 1927, Segrave había superado ya los 320 km/h, y en 1929 ¡los 372 km/h! Pero tras ese récord, Segrave se dedicó a los récords sobre el agua, lo que fue el motorismo.

Mientras tanto, Campbell construyó el fabuloso Blue Bird, un artefacto (llamémoslo así) con un motor de aviación Rolls-Royce de 12 cilindros con compresor, 36 litros de cilindrada y una potencia de 3.000 caballos. Actualmente los Fórmula 1 llevan motores de 1,6 litros a los que sacan una increíble potencia de (más o menos) 1.000 caballos. Pues bien, en 1931 Campbell superó con su Blue Bird los 400 km/h. 1931, insisto. Y en 1935 alcanzó 484,51 km/h.

Pero lo mejor, para mí, es la silueta del Pájaro Azul. Repito, piensen en 1930, en los coches de la época, e imaginen a un inglés construyendo esto:

De Powerhouse Museum

 

miércoles, 6 de marzo de 2024

Faltan ingenieros

El año 2018 el salario mínimo interprofesional en España era de 735 € en 14 pagas. Este año se ha establecido en 1.134 € en 14 pagas, lo que equivale a una subida anual del 7,5%.

Sin entrar (en este artículo) sobre la conveniencia o no de tal salario mínimo, echemos una mirada a cómo han evolucionado los salarios de los ingenieros. 

Supongamos que un ingeniero cobraba en 2018 2.200 € en 14 pagas (por si les interesa, el convenio de las ingenierías de 2021 establecía, para los ingenieros superiores, 1.880 € en 14 pagas). Supongamos también que el sueldo de un ingenieros se revalorizaba un 1% anual. Eso significaría que en 2024 ese ingeniero superior cobraría 2.335 € en 14 pagas (sigue estando muy por encima del convenio).

En 2018 ese ingeniero superior estaría cobrando 3 veces el salario mínimo interprofesional. En 2024, sólo el doble. Sin comparación posible entre las responsabilidades de los trabajadores de ambos grupos o los esfuerzos y las renuncias vitales de cada uno para llegar a donde han llegado (recuerden los ingenieros, sin ir más lejos, las juventudes que vivieron y las que vivieron otros muchos).

Que ya sé que los ingenieros no se hacen ingenieros por el dinero, pero cabe preguntarse si la política de subir el SMI contribuye a paliar la denunciada falta de ingenieros en España y la también denunciada falta de estudiantes féminas en las escuelas de ingeniería.  

lunes, 26 de febrero de 2024

La chispa de la vida

La famosísima canción de Coca-Cola, "La chispa de la vida" tuvo un impacto tremendo. Recordemos uno de sus vídeos que aún circulan en youtube.com:


El tema, por supuesto, tenía una versión "original" americana:




Pero pongo "original" entre comillas porque era una versión de una canción original del grupo "The new seekers", I'd like to teach the wolrd to sing, que sonaba así:
 

Y, por si alguien se lo preguntaba, sí, también había versión en español de la canción original:



 

miércoles, 21 de febrero de 2024

Paro juvenil

https://www.youtube.com/watch?v=Qy01R9CEFFs 

 

 

El paro juvenil en España supera el 28%. La tasa de paro de los mayores de 25 años creo que ronda el 10,5%. ¿Por qué esta diferencia?

A vuela pluma, se me ocurren 4 posibles razones.

La primera es que las empresas pidan más experiencia de la que tienen la mayoría de los jóvenes. Es una posible razón, aunque suena idiota porque los jóvenes siempre han sido jóvenes y siempre han carecido de experiencia. O no: si antes un chaval empezaba a trabajar con 14 o con 16 años y ahora empieza con 18 o con 20, pues es normal que cuando antes a los 18 ya tenía cierta experiencia ahora las empresas echen de menos esa experiencia.

La segunda es que lo que pidan las empresas sea más formación de la que tienen. Cabe preguntarse entonces si la formación que actualmente se brinda es adecuada y suficiente. A pesar de lo que dicen los resultados, año tras año, de las pruebas de acceso a la Universidad. Por ejemplo, cabe preguntarse si la formación que reciben los, pongamos, estudiantes de ingeniería, es suficiente para trabajar de ingenieros. Y cabe preguntarse también si la formación que un joven elige para sí es la adecuada. Porque puede que sobren geógrafos y falten electricistas.

La tercera es el salario. No digo que sea una razón, sólo que es posible. Si el salario mínimo es muy alto, las personas menos cualificadas, menos formadas y con menos experiencia tienen difícil justificar con su trabajo un salario muy alto. Si el trabajador no se gana lo que cobra, el empresario no lo contratará, es así. Por otro lado, es posible que un joven de 18 años no tenga las mismas necesidades económicas que un adulto de 35 y lo que es un mínimo admisible para él no lo sea para el joven: el joven estaría dispuesto a trabajar por menos dinero... pero la ley no le deja. Y es que queda muy bien vender a los jóvenes que cuando trabajen cobrarán al menos 1.200 euros y callarse que con esa exigencia nadie los contratará pero que si cobraran 800 tendrían ofertas a patadas.

Y la cuarta... ¿es posible que la razón sean los mismos jóvenes? ¿Es posible que gran parte de los jóvenes carezcan de los valores adecuados, pongamos sentido de la realidad, responsabilidad, capacidad de sufrimiento, esfuerzo, autoexigencia, valentía, humildad o qué se yo? ¿Cabe la posibilidad de que muchos jóvenes no tengan la actitud adecuada?

También es posible que una de las razones sea que los causantes (de las razones) se nieguen a la autocrítica y a reconocer que algo pueden hacer para cambiar la situación. Por ejemplo, intentando prestigiar profesiones desprestigiadas o al menos explicar a los chavales qué son esas profesiones, para qué sirven, por qué son necesarias, si ya cuesta que un adolescente sepa qué trabajo hace un ingeniero no pretendamos que quiera ser encofrador, matricero o fresador. No sé, se me ocurre. 

 

 

 Alabama - I'm in a hurry (and don't know why)