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jueves, 25 de abril de 2024

El farol

La actualidad de estos días: Pedro Sánchez ha anunciado que se toma una licencia de 5 días en sus obligaciones para meditar si dimite o no; el lunes habrá fumatta.

¿Es un farol o en serio está pensando en dimitir? Nadie lo sabe a ciencia cierta. El Pedro Sánchez que conocemos todos no dimitiría, pero su situación es impresentable. Su hermano tiene unos privilegios inaceptables (quiero decir, es inaceptable que se le hayan concedido), su mujer es (presuntamente) una conseguidora de dinero público a fondo perdido a empresas que hagan ciertas aportaciones económicas a intereses de ella, Sánchez otorgó esos fondos públicos sabiendo a quién y qué relación tenía ese quién con su mujer, etc. etc. Plus lo estrictamente político, por descontado, pero lo personal es la clave. Y la clave de la clave es que una organización (la misma que consiguió sentar a la Infanta Cristina ante un juez por el asunto Noos, asunto que en lo que a ella atañe quedó en nada, pero a la que ningún pedrista criticó entonces) ha conseguido que un juez acepte investigar el asunto de su doña. Sánchez no debió haber tratado tan mal al estamento judicial, al menos no oliéndose que a lo mejor iban a terminar delante de ellos, pero a buenas horas, mangas verdes.

Lo intrigante es que se tome 5 días de tiempo para pensarlo. Que lo anuncie y que vacíe su agenda de actos. ¿Porqué lo hace? Sin duda, hay un propósito.

El más evidente es que en estos días han de producirse las obligadas manifestaciones espontáneas de inquebrantable adhesión, no te vayas Pedro, España te necesita, y todo eso. También presentarse como una víctima de una cacería implacable por la sanguinaria ultraderecha, paso necesario para defenderse en el futuro de todas las críticas que se le hagan.

Pero yo creo que pasarán más cosas. Esos 5 días son, para mí, el margen que se da para negociar. Para que propios de su confianza negocien en secreto con los líderes de la derecha: Pedro dimite y las consecuencias judiciales de sus actos (suyos y de su familia) se olvidan, se les deja en paz. Se retiran las denuncias, se deja de atacarle en público y él a cambio hace discreto mutis por el foro. Se va a la República Dominicana a disfrutar de lo que tenga por ahí, desaparece, y todos contentos. 

Si los líderes de la derecha aceptan, el lunes dimite. Si no aceptan, se queda. Y la lucha será a muerte, que se vayan preparando. No sé, puede que ese mismo lunes por la noche unos okupas entren en la segunda residencia del juez de lo de su mujer. 

Si no es ésta la verdadera razón de los 5 días, entonces es que es un farol. Como el suicida que avisa de dónde y cuándo se va a suicidar. No busca dimitir, sino hacerse la víctima y justificar su venganza.

Yo aceptaría el trato.  

martes, 16 de abril de 2024

75 ingenieros navales

https://www.youtube.com/watch?v=1HoVF6iv7OE 

 

 

 

Se publicaba el otro día (aquí) que en España se licencian cada año 75 ingenieros navales. El equivalente, entiéndase. El lamento era que España necesita 300 cada año. Que muchos no acababan la carrera porque ya en 3º, no digamos en 4º, se colocaban en las empresas que no podían esperar más. Y que más jóvenes deberían animarse, una carrera con tantas salidas, tan demandada.

El año 2019 8.246 estudiantes terminaron el grado de Psicología en España y 4.867 el de máster. 

Criminología se puede estudiar en 46 centros universitarios por toda la piel de toro. Creo que producimos 2.464 al año. Criminólogos.

Pero sólo producimos, como país, 75 ingenieros navales al año.

¿Alguien más ve un problema aquí?

Por cierto: ¿qué futuro espera a esos 11.000 psicólogos y 2.400 criminólogos que producimos cada año? ¿Cuántos no trabajarán de psicólogos o criminólogos? Seguro que el porcentaje no es residual, así que ¿porqué les pagamos unos estudios universitarios a unos estudiantes que no los van a aplicar? No digo que enseñemos a esos estudiantes a elegir bien sus estudios, digo que no ofertemos tantas plazas. Si España necesita 1.000 criminólogos y 5.000 psicólogos más cada año, pues que se oferten sólo esas plazas.

No necesitamos 13.000 psicólogos y 2.400 criminólogos, pero sí algo más de 75 ingenieros navales. Creo que en esto estamos todos de acuerdo. Y creo que estamos todos de acuerdo también en que no es un problema de que falten mujeres que quieran ser ingenieras navales, si fuera un asunto de paridad se resuelve fácil prohibiendo a las mujeres ser psicólogas o criminólogas hasta que no completen su cuota de 37 ingenieras navales. El problema verdadero es que no conseguimos en España que los jóvenes quieran ser ingenieros navales. Me parece increíble, porque en mi opinión la ingeniería naval y la de minas son las dos ingenierías más fascinantes, completas y atractivas de todas. Y a pesar de todo, a la vista está: casi nadie quiere ser ingeniero naval.

Si las autoridades estuvieran por lo que hay que estar, en vez de tanta chorrada educativa deberían fomentar que los chicos (chicos y chicas) quieran ser ingenieros. Aunque no sean navales, pero seguro que alguno caería. Hay que fomentar que se estudie ingeniería. 

Para empezar, los chicos (chicos y chicas) en los colegios no saben bien qué hace un ingeniero. Saben que la profesión existe, pero no saben en qué consiste. Como mucho, lo asocian con los diseñadores de coches. Las más de las veces, con cosas que no son de verdad de ingenieros (al menos, de lo que yo entiendo que es cosa de ingenieros de verdad). Resolver este problema no es difícil: seguro que todas las escuelas pueden contactar con ingenieros que se ofrezcan a dar charlas sobre su profesión. Un ingeniero de caminos, uno agrónomo, uno industrial, uno aeronáutico,... Cuantos más tipos de ingenieros mejor. Un ingeniero especializado en centrales y redes eléctricas puede descubrir a los alumnos un mundo que ni se imaginaban, un ingeniero de fábrica explicar cómo es en verdad una fábrica y la importancia de los ingenieros en ellas. Y un ingeniero naval puede contar las múltiples ocupaciones que tienen, sus responsabilidades y los retos a los que se enfrentan. Estas charlas no tienen coste, y seguro que serían muy fructíferas. Sin conocimiento no hay vocación.

En segundo lugar, ha de cambiar el ánimo con el que se trata a la ingeniería. No es cosa de cerebritos incapaces de relacionarse con el mundo y ojalá hubiera más mujeres ingenieras, entonces sí que cambiarían las cosas con las mujeres empleando su cerebro. No. Los ingenieros somos la élite del país. La categoría del país no la dan sus atletas o sus futbolistas, y tampoco sus funcionarios, sus psicólogos o sus notarios. La dan sus ingenieros. Somos los que hemos sacado a la humanidad de las cavernas, qué caramba. No hay carrera más difícil que la nuestra, aunque algunas alardeen de requerir memorizar tochos enormes y cientos de palabras de 30 letras. Y así como debería animarse a los chicos a buscar la excelencia y a intentar ser los mejores, debería animarse a los chicos a intentar ser ingenieros si se ven capaces de ello. Desde luego, burlarse de los ingenieros no es el camino.

Y para terminar por ahora, tampoco estaría mal que los medios de comunicación reflejaran también la dificultad técnica de la noticia. Si una empresa española monta una plataforma petrolífera en el mar del Norte, si cualquier problema con un barco de transporte de contenedores, si se bota un submarino o se consigue un contrato de fabricación. Pero también si una lancha o un velero participa en una prueba de velocidad o resistencia. Por ejemplo. Un barco, desde un gigantesco superpetrolero hasta el más frágil esquife pasando por el prodigio técnico de los veleros IMOCA de 60 pies, todos son en realidad una obra de ingeniería. No estaría de más que alguna vez se hablara de ello.

En cualquier caso, me parece muy lamentable. 50 millones de españoles y sólo producimos 75 ingenieros navales al año. Psicólogos y criminólogos para aburrir, pero de lo que verdad importa, más bien poco. No sé qué decirles, hay países con un alto conocimiento tecnológico y países sin ello. No sé en qué grupo creemos que estamos, y en qué grupo queremos estar. 

 

 

Sam Cooke - Wonderful world 

miércoles, 21 de febrero de 2024

Paro juvenil

https://www.youtube.com/watch?v=Qy01R9CEFFs 

 

 

El paro juvenil en España supera el 28%. La tasa de paro de los mayores de 25 años creo que ronda el 10,5%. ¿Por qué esta diferencia?

A vuela pluma, se me ocurren 4 posibles razones.

La primera es que las empresas pidan más experiencia de la que tienen la mayoría de los jóvenes. Es una posible razón, aunque suena idiota porque los jóvenes siempre han sido jóvenes y siempre han carecido de experiencia. O no: si antes un chaval empezaba a trabajar con 14 o con 16 años y ahora empieza con 18 o con 20, pues es normal que cuando antes a los 18 ya tenía cierta experiencia ahora las empresas echen de menos esa experiencia.

La segunda es que lo que pidan las empresas sea más formación de la que tienen. Cabe preguntarse entonces si la formación que actualmente se brinda es adecuada y suficiente. A pesar de lo que dicen los resultados, año tras año, de las pruebas de acceso a la Universidad. Por ejemplo, cabe preguntarse si la formación que reciben los, pongamos, estudiantes de ingeniería, es suficiente para trabajar de ingenieros. Y cabe preguntarse también si la formación que un joven elige para sí es la adecuada. Porque puede que sobren geógrafos y falten electricistas.

La tercera es el salario. No digo que sea una razón, sólo que es posible. Si el salario mínimo es muy alto, las personas menos cualificadas, menos formadas y con menos experiencia tienen difícil justificar con su trabajo un salario muy alto. Si el trabajador no se gana lo que cobra, el empresario no lo contratará, es así. Por otro lado, es posible que un joven de 18 años no tenga las mismas necesidades económicas que un adulto de 35 y lo que es un mínimo admisible para él no lo sea para el joven: el joven estaría dispuesto a trabajar por menos dinero... pero la ley no le deja. Y es que queda muy bien vender a los jóvenes que cuando trabajen cobrarán al menos 1.200 euros y callarse que con esa exigencia nadie los contratará pero que si cobraran 800 tendrían ofertas a patadas.

Y la cuarta... ¿es posible que la razón sean los mismos jóvenes? ¿Es posible que gran parte de los jóvenes carezcan de los valores adecuados, pongamos sentido de la realidad, responsabilidad, capacidad de sufrimiento, esfuerzo, autoexigencia, valentía, humildad o qué se yo? ¿Cabe la posibilidad de que muchos jóvenes no tengan la actitud adecuada?

También es posible que una de las razones sea que los causantes (de las razones) se nieguen a la autocrítica y a reconocer que algo pueden hacer para cambiar la situación. Por ejemplo, intentando prestigiar profesiones desprestigiadas o al menos explicar a los chavales qué son esas profesiones, para qué sirven, por qué son necesarias, si ya cuesta que un adolescente sepa qué trabajo hace un ingeniero no pretendamos que quiera ser encofrador, matricero o fresador. No sé, se me ocurre. 

 

 

 Alabama - I'm in a hurry (and don't know why)

lunes, 15 de enero de 2024

Los sucesos del 10 de enero

https://www.youtube.com/watch?v=gekHV9DIjHc 

 

 

Decisiones definitivas y no reversibles son antidemocráticas per se, porque privan a la minoría de la oportunidad de convertirse en mayoría.

Oliver Lepsius 

 

Es difícil calificar lo que pasó el 10 de enero de 2024. Pienso que la palabra más adecuada es "villanía", pero el cuadro general es demasiado complejo para mí.

Los actores secundarios son importantes: sin los actores secundarios, los actores principales no podrían ser como son. Para captar su esencia, voy a fijarme en la presidente del Congreso, Francina Armengol.

Armengol es diputada del PSOE por las Islas Baleares, pero también la presidente del Congreso. Es este cargo el que le da la importancia institucional que tiene (de lo contrario, no tendría ninguna y pocos sabrían reconocer su fotografía o su nombre), y es por lo tanto el cargo al que se debe. El presidente del Congreso ha de ser la persona más imparcial de España después del Rey, y representa a la totalidad de los diputados, a los que además ha de defender. A todos, no sólo a los de su cuerda. ¿Y ante quién debe defenderlos? Está claro, ante los que pueden actuar contra ellos: el Gobierno y la Justicia (entiéndase, en las situaciones en las que éstos abusen de sus competencias). Y lo importante es que ha de defenderlos a todos. A todos. Ha de luchar porque el Congreso ejerza su misión en su plenitud, que las leyes sean las que salgan de allí (sin que el Gobierno lo puentee), y que en la redacción de esas leyes todos los diputados debatan en igualdad de condiciones. Sin mirar a qué partido pertenece ese diputado.

Francine Armengol es todo lo contrario: es la herramienta que utiliza el Gobierno para controlar al Congreso. Armengol sabe ambas cosas, y le da igual. Porque sabe que su beneficio personal será máximo siguiendo las directrices del Gobierno, y mínimo si hace honor a su cargo.

Y si el Gobierno quiere que unos decretos suyos se aprueben en el mes de enero, mes inhábil para las sesiones del Congreso (es un mes que, en teoría, los diputados emplean para estar en sus circunscripciones, sea explicando allí lo que se está decidiendo en Madrid, sea para conocer y escuchar las reivindicaciones y opiniones de sus habitantes), pues se convocan plenos extraordinarios y no pasa nada. ¿Que es tan inhábil que el mismo Congreso había programado obras de mantenimiento en el edificio durante ese mes? Pues se busca otro edificio. Lo que sea que manden.

Pasemos ahora a los hechos en sí. El Gobierno quería que se aprobaran 3 decretos suyos. En los días previos se hace público que Podemos y Junts votarán en contra. Por lo tanto, si el Gobierno quiere sacarlos adelante necesita la connivencia del PP. Lo normal habría sido negociar con ellos, como se hacía antaño y como creo que se sigue haciendo el la totalidad de los países a los cuales queremos parecernos. Pero eso de negociar con el PP no va con Sánchez. Él quiere su apoyo cuando lo quiera y sin condiciones. Tienen dos estrategias habituales. La primera, decir que si no les apoyan tendrán que pactar con los separatistas, y por lo tanto cualquier mala decisión que adopten debida a ese pacto será responsabilidad del PP por no haberles apoyado y haberles puesto en esa tesitura (recalquemos que, además, se niegan a negociar nada con el PP, con ellos esto son lentejas). En esta ocasión, claro, esto no funciona porque... porque ya no cuela, vaya. Y la segunda estrategia es clamra que si no apoyan sus decretos estarán diciendo que no a no sé cuántas cosas maravillosas e irrenunciables. 

Este último argumento me encorajina demasiado. Por lo burdo. Es como si yo le propongo a usted que usted me regala su coche, su vivienda y a sus hijas y yo dono 1 litro de leche a un banco de alimentos, y ante su negativa clamo que usted se opone a que yo done 1 litro de leche y que los pobres negritos de África se van a quedar sin leche porque usted no ha aceptado el trato. Es increíble la cantidad de articulistas que defienden esta tesis y han afirmado que el PP era tan responsable como el PSOE de que se llegara a esta situación; por ejemplo, este tío en este artículo. Ya escribí en esta entrada sobre la ley romana Caecilia Didia, que obligaba a que las leyes fueran sobre asuntos únicos, precisamente para evitar situaciones como ésta, así que no me extenderé más. Aunque he de hacer notar que si la herramienta elegida por el Gobierno hubiera sido una ley y la hubieran tramitado como deberían tramitarse las leyes, pues a lo mejor muchas de las disposiciones (esas tan maravillosas e irrenunciables) sí hubieran podido salir adelante. Pero como eligieron el todo o nada, pues en esta ocasión les salió nada.

Lo importante es que se dieron cuenta de que el PP no iba a apoyarles. Así que tenían que conseguir el sí de Podemos y de Junts.

El primero de los decretos no salió adelante. No por nada, sino porque Podemos tenía que marcar perfil propio y coincidía, qué coincidencia, que el primero de los decretos era de ámbito laboral y rechazarlo suponía un revolcón especial para la jefa de Sumar (no recuerdo ahora cómo se llama), nombrada por Podemos pero que una vez nombrada se tornó una inmisericorde antipodemita (porque los ve como sus competidores, no como su gente o sus potenciales aliados). Así que les dieron el gusto a Podemos, y ya satisfechos los de Podemos votaron que sí a los otros dos. La misión era, por lo tanto, conseguir el sí de Junts. O al menos, gracias a que la diputada de Coalición Canaria, que en Canarias gobierna en coalición con el PP y se la supone del bloque del PP, "traicionaba" al PP e iba a votar que sí, la abstención.

Pero Junts había dicho que votaría no.

Los del PSOE, al ser conscientes de la situación, intentaron negociar. Qué hace falta para que no votéis no. Los de Junts sabían que era su oportunidad, y la aprovecharon. Lo que pasa es que el tiempo se echaba encima, y no había acuerdo. Por suerte, se produjo un sorprendente error informático y la votación tuvo que aplazarse hasta que se resolviera. Luego se votó, pero aún no había acuerdo y por lo tanto iban a perder, así que se produjo un error en el voto del argentino Gerardo Pisarello, de la coalición gubernamental, y hubo que repetir la votación. Cabe decir que Pisarello no es un cualquiera, no es un diputado cateto y ramplón como Casero del PP o ése del PSOE por Teruel, es el secretario primero de la Mesa del Congreso. Y la legislatura anterior también lo fue, así que se supone que votar, sabe hacerlo. Lo importante es que se repitió la votación, Junts se abstuvo, y los decretos salieron adelante. Por fin salió Sánchez a la palestra, todo ufano y sonrisas, a decir aquello de bien está lo que bien acaba.

El detalle es la negociación. Se negoció el mismo día de la votación, todo lo más el día anterior, que fue empleado para exponer las posturas de cada uno y descubrirse el farol del PSOE: 

—¡No os atreveréis!

—¿Que no? ¡Marchando un voto en contra en la primera de las votaciones!

Así que se negoció a la carrera, y la negociación casi no mereció ese nombre, porque fue más bien un vale, venga, tú ganas, pídeme lo que quieras pero por amor de Dios no votes no. ¿Así se han de hacer las cosas?

¿Qué se acordó? Pues no estoy seguro de que se sepa. Porque el PSOE (dime de qué presumes y te diré de qué careces), tan adalid de la transparencia ellos), no lo han dicho. Y el Gobierno, tampoco. Se sabe que han llegado a acuerdos, pero no nos dicen cuáles. Por suerte, Junts sí hizo un comunicado, y dado que ni el Gobierno ni el PSOE ha salido en tromba a desmentirlo y a decir que ellos no han acordado eso, pues nos lo vamos a creer.

Y no es peccata minuta: por ejemplo, se le cede al gobierno catalán las competencias en inmigración. Según la Constitución, esa competencia es exclusiva del Gobierno central, pero el jefe del Tribunal Constitucional es más rastrero aún que Armengol y ya se encargará él de que la medida se declare conforme con la Constitución (sin duda, acogiéndose al artículo que dice que el Gobierno central puede transferir competencias a los autonómicos). Da igual que el Gobierno autonómico no haya pedido la transferencia, que la policía autonómica se oponga a que se les traspase la responsabilidad, da igual el sinsentido que supone, da igual que la inmigración es un asunto tremendamente complejo que lleva años debatiéndose en Bruselas sin encontrar una buena solución. Lo importante es que el PSOE ceda y se muestre quién lleva en realidad las de ganar.

También acordaron la eliminación de no sé qué frase legal. No tendría más importancia si no fuera porque dos semanas antes el Gobierno había declarado públicamente que esa frase era ineliminable, una exigencia de Bruselas y todo eso; por supuesto, tras hacerse público el acuerdo los mismos representantes del Gobierno dijeron justo lo contrario, que no había ningún problema. Y también dijeron que era una frase que no tenía ninguna importancia ni repercusión, que no pasaba nada. Fuera de preguntarme yo entonces qué pintaba una frase así en un código legal, me da en la nariz que puede que sí tenga importancia y sí tenga repercusiones: que el Gobierno diga lo contrario no significa absolutamente nada.

Otra cosa que acordaron fue que se multaría a las empresas que han salido de Cataluña después de los sucesos promovidos por Junts (y adláteres) en octubre del 17. Empresas que, por supuesto, están muy bien donde están ahora y no quieren volver (porque siempre han podido volver, por la misma ley del 17 que les permitió salir).

Y más cosas, pero para qué seguir. Si lo que me preocupara fueran las cosas que acordaron me quedaría el consuelo de que el acuerdo fue con el PSOE, con Sánchez. Papel mojado, vaya, pues ni Sánchez ni el PSOE se van a sentir obligados por cualquier palabra dada.

La próxima vez... ¿se da cuenta, por ejemplo, la diputada de CC lo barato (regalado) que ha vendido su voto? La próxima vez podrá pedir lo que quiera para Canarias, y lo tendrá. Y lo mismo ERC, PNV, Bildu (bueno, estos tienen sus pactos secretos y se lo cobrarán en el Parlamento vasco y el navarro) y puede que todos los que forman la galaxia Sumar. Estos últimos, claro, no pedirán nada para sus territorios porque no gobiernan en ellos, pedirán cargos para sus bandas. Sueldos y prebendas de los que no nos enteraremos de tan trasparentes que son.

¿Qué manera de gobernar es ésta? La pregunta es errónea, porque el objetivo del Gobierno no es gobernar sino ser El Gobierno. 

El ser humano es, por lo general, colaborativo. Somos una especie que se mueve en grupos en los que, por lo general, las acciones de los miembros van encaminadas al bienestar del grupo; cuando aparece "un listo" que busca su propio beneficio sin preocuparse por el grupo, el grupo lo disciplina. A menudo el grupo tiene líderes, pero los líderes también buscan el beneficio del grupo: cuando el grupo detecta que el líder busca sólo su propio beneficio, deja de ser su líder, dependiendo de cuántos "machos beta" estén arropando al líder, el "macho alfa". Si el líder consigue que sus seguidores también tengan beneficios (más de los que tendrían en una situación normal), esos machos beta apoyarán al líder. Si el líder cuenta con suficientes machos beta, derrocarle es más difícil. Por ejemplo, Lenin, Stalin, Mao o los Castro.

El caso de Sánchez es sin duda alguna el de "un listo" que está consiguiendo ser el líder para su propio beneficio, sin preocuparse del beneficio del grupo. En su caso concreto, no preocupándole que el beneficio suyo está siendo a costa del del grupo. En condiciones normales, el sistema institucional español debería ser capaz de corregir la anomalía que representa, pero Sánchez ha llegado con suficientes machos beta y en un momento en el que los demás machos beta que deberían defender al grupo sin apenas capacidad de resistencia, y ahora nos encontramos en la situación en la que estamos.

En resumen, lo que muchos pensaban que no iba a ocurrir ha ocurrido. En la primera oportunidad. Nuestros gobernantes no tienen ninguna dignidad. Ninguna vergüenza. Venden las joyas de nuestras familias para obtener ellos su propio beneficio, y nos dicen a la cara que es por nuestro bien.

Si no somos capaces de echarlos, es que nos los merecemos. Pero la palabra que se ocurre para calificar todo esto es villanía. 

 

 

 

First Aid Kit - The lion's roar 

lunes, 20 de noviembre de 2023

Usánsolo

Usánsolo es (hoy) un barrio de Galdácano. El año pasado las Juntas Generales de Vizcaya aprobaron su separación de Galdácano y que pasara a ser un municipio independiente, pero esa decisión, válida según las normas provinciales, no cumplía la norma estatal, más restrictiva (menuda inutilidad tener una norma provincial menos restrictiva que la norma nacional, imagínense para qué sirve una norma provincial que permitiera la esclavitud o que se vote con 6 años) que exigía un número mínimo (5.000) de habitantes para constituirse como municipio independiente. Como era obvio en aquel momento, la Abogacía del Estado recurrió la decisión y la cosa terminó con que los tribunales fallaron que la norma estatal tenía que cumplirse: Usánsolo no pudo independizarse y, por ejemplo, no pudo votar su propio ayuntamiento en las elecciones municipales del pasado mayo.

¿La cosa terminó? No, la cosa no terminó: en los acuerdos PNV-PSOE para que el PNV apoye la investidura de Sánchez se ha incluido una clausula especial sobre Usánsolo: será municipio independiente. Pero sólo Usánsolo: no se cambiará la ley para permitir más casos. A mí, como al lector, que Usánsolo sea municipio independiente o no me es indiferente: está en la otra punta de Galdácano con respecto a la obra que estoy llevando en estos momentos. Lo que me llama la atención es el hecho: hay una ley que rige para todos, pero el PSOE ha aceptado que esa ley no rija para los usansolotarras. Y por un mecanismo curioso: no haciéndosela guardar. Supongo que el municipio volverá a declararse independiente, y esta vez el gGobierno obligará a la Administración a mirar para otro lado. Porque necesitaban los votos del PNV para que Sánchez fuera presidente, repito. No es que sea algo que simplemente ocurra, no, es que se ha decidido por antemano que se va a vulnerar la ley y quedará impune.

Es el concepto de la Ley que tienen: antes de aplicarse, miran a quién se aplica, y luego deciden si quieren que se le aplique o no. Lo venderán como quieran, pero no se trata de Usánsolo. Se trata de que es eso.

domingo, 12 de noviembre de 2023

Dos pensamientos para después de la tormenta

https://www.youtube.com/watch?v=o8pQLtHTPaI 

" Lo que transforma la conversación pública en una simulación es el hecho de que sólo puede desarrollarse bajo la apariencia de un intercambio honesto de razones; nadie sale a decir que la amnistía es buena porque permite que Sánchez gobierne".

 

 

Cuando todo haya pasado, que pasará, cuando el Faro Guía ya no nos ilumine ni nos guíe, tendremos que reflexionar. Tendremos que reflexionar todos, y como país. Sobre 2 cuestiones.

La primera de las cuestiones es más o menos técnica: ¿cómo ha sido posible? Tenemos un sistema de funcionamiento que ha permitido que un arribista sin escrúpulos haya pervertido todas nuestras instituciones y logrado lo que se suponía que no se podía permitir que se lograse, y todo ello dentro de la más estricta legalidad. Recalco lo de estricta, porque Sánchez, hay que decirlo, no ha traspasado ninguna ley. O sí lo ha hecho, pero no ha habido consecuencias porque se ha aplicado la legalidad para que no las hubiera (estoy pensando, por ejemplo, en los confinamientos durante el covid,que a posteriori los tribunales fallaron que fueron inconstitucionales: las consecuencias de haber adoptado medidas inconstitucionales debían haber partido del Faro, pero si éste carece de escrúpulos las leyes no le obligan a adoptarlas). El Faro Guía ha retorcido lo indecible el texto de las leyes gracias a otorgar a esos textos un sentido que está muy lejos de lo entendería cualquier particular (y más aún de la intención original del legislador), y ha colocado a actores sin pestañear de lo que él diga en los puestos que están pensados para las personas más escrupulosas posibles, vale decir los tribunales, el gobierno, los mandos de los legisladores, las cúpulas de las empresas públicas, etc. Todos los puestos en los que confiamos que sean personas íntegras, honradas a más no poder y que valoran su honor sobre todas las cosas, que buscan el bien común desdeñando el beneficio propio o de sus allegados,... Todos esos puestos ha conseguido que estén ocupados por personas que afirman su exquisita observancia de las leyes y que sin embargo son tan inmorales como el Faro.

Hay, por lo tanto, un fallo en nuestro sistema, que es el que ha permitido esto. Hay que descubrir ese fallo y remediarlo: no puede volver a pasar.

Imaginemos, por ejemplo, qué ocurriría si todos los decretos-ley, que se crearon como elementos excepcionales para casos de extraordinaria y urgente necesidad, tuvieran que pasar el filtro de un (irreprochable, imparcial) tribunal que examinara no el decreto en sí sino si la necesidad es extraordinaria y urgente y, si falla que no, el gobierno que lo decretó pagara con, pongamos la cárcel o la destitución. Seguro que los decretos-ley se reducirían a actos realmente extraordinarios.

La segunda cuestión no es técnica, es personal de cada uno de nosotros. ¿Por qué el PSOE no puede pactar con el PP? ¿O con Vox, llegado el caso? Si en cualquier legislatura en la que ni PSOE ni PP hubieran obtenido mayoría absoluta hubiesen decidido negociar y pactar entre ellos, ni de chiste estaríamos como nos encontramos ahora. Si en las cuestiones que nos importan los gobernantes hubieran buscado aquellas soluciones que nos parecieran correctas a la amplia mayoría de la población...

Gran parte del problema, carácter del Faro Guía aparte, es que una parte muy significativa de la población considera que cualquier cosa es preferible antes que pactar con la derecha. Esta consideración permite al Faro Guía hacer cualquier cosa que quiera, aduciendo que otra cosa sería "pactar con la derecha". Esta imposibilidad no es universal, no se produce en lo micro sino en lo macro: en entornos pequeños, ayuntamientos de pueblos por ejemplo, no hay problema en que pacte el izquierdista con el derechista y el republicano con el monárquico. A medida que el entorno crece, los pactos son más difíciles pero la convivencia sigue siendo posible, ambas partes se reconocen como rivales pero trabajan juntos. Pero en el entorno nacional, la izquierda se niega a siquiera dar los buenos días a una persona de la derecha. En algunos Parlamentos se les niega el turno de palabra, o se abandona la sala cuando ellos hablan, se vota en contra de todas sus propuestas sean-las-que-sean, etc. Por no decir que cualquier asunto se convierte en lo más inadmisible y lo peor que puede ocurrir si se consigue relacionarlo con la derecha. Esto lo empezó Figatélix cuando fue mandamás, pero con los años y la selección de cuadros promovida por éste y con más encono por Pedro Sánchez ha ido propagándose hacia la base de los escalafones: cualquier cargo actual del PSOE es un ferviente seguidor de esta doctrina y hoy, ya digo, una parte muy significativa de la población considera que cualquier cosa es preferible antes que pactar con la derecha en lo referente a cualquier asunto. Esto impide cualquier tipo de conversación, ya que en seguida se traduce en un "pues tú..." que la arruina.

Veamos un ejemplo ilustrativo. Hace poco, alguien escribió en una red social:

«... (la amnistía) desautoriza a los jueces que condenaron a los responsables del procés, desacredita la actuación policial para pacificar las calles y deslegitima la intervención del Rey en defensa de la unidad de España y del orden constitucional».

Óscar Puente, exalcalde de Valladolid y uno de los portavoces parlamentarios del PSOE, no un cualquiera, le respondió:

«La amnistía es el problema de quienes no tienen problemas. Este es un claro ejemplo. A este sr. la subida del salario mínimo le importa un bledo, las pensiones menos. La amnistía es el problema de los privilegiados».  

En otras palabras, lo que dice el del PSOE es: ciudadano, preocúpese usted sólo de sus propios garbanzos y no se meta usted en nuestros asuntos. Le está diciendo que se calle, que no opine. Que no puede opinar en la conversación. ¿Saben porqué? Porque ese ciudadano no es de los suyos, o si lo es resulta que no está de acuerdo con él. Para el socialista, o se opina como él o directamente no se ha de opinar. Y más aún: como no está de acuerdo con él, sin duda es un facha, pero para que quede más claro le llama "privilegiado". Para denigrarlo. Por pensar diferente. Y ni siquiera critica el contenido del mensaje, Puente no entra en si la amnistía supone una desautorización o no. Sabe que es cierto, pero si puede meterse con el opinador, ¿qué más da que éste tenga razón? Que tenga razón no importa, lo que importa es de mi bando (y mi bando son los que estás de acuerdo conmigo) o no. Hay que ver en qué pocas palabras tenemos un retrato tan preciso de cómo actúan los líderes socialistas. 

Como digo, esto antes no era así, pero se está extendiendo. Cuando llegue a las bases, ¿qué pasará? Cuando media España insulte a la otra media, se niegue a discutir con ella y le niegue siquiera el derecho a opinar diferente.

Cunado todo esto pase, que pasará, quiero creer que todavía seguiremos aquí. Que el país seguirá y podrá rehacerse del destrozo que haya provocado nuestro Faro Guía en obtención de su beneficio personal. Pues bien, cuando llegue ese momento el país deberá reflexionar y encontrar solución a estas dos cuestiones. Hay que saber que en España los arribistas sin escrúpulos existen y montar, por lo tanto, un sistema funcional a prueba de ellos, no fiado en la bondad de las personas; pero también, y más importante, hay que conseguir que media España no tenga ese odio irracional, africano, a la otra media España. Tenemos que aceptarnos unos a otros y admitir que los demás puedan pensar diferente a nosotros. Y los dirigentes políticos deberían hacer como los de los clubes de fútbol (al menos cuando yo aún me interesaba por el asunto): cuando había partido, la directiva del equipo local invitaba a comer a la del equipo foráneo, y no me refiero a darles dinero para que se fueran a comer, sino comer juntas ambas directivas. Mostrando a los aficionados que ser equipos rivales no es óbice para confraternizar y ser amigos. Esto último sólo lo conseguiremos si las personas que nos gobiernan no son unos inmorales como los que nos están dirigiendo ahora.

Hemos de recuperar el principio de que el fin no justifica los medios. De lo contrario, cualquier medio está justificado. Cualquier medio para que gobierne yo y no gobiernes tú. Y ya se pueden ir imaginando de qué medios estamos hablando.




Brandi Carlile - The story

 

jueves, 7 de septiembre de 2023

Mis compatriotas me asombran

Cualquier observador del día a día de nuestro país no puede dejar de preguntarse si lo que va a hacer Sánchez es lo que realmente quieren la mayoría de sus votantes. Si los que le han votado en Madrid, en La Mancha, en Murcia y en tantos sitios querían que hiciera lo que va a hacer - y no tengo duda de que lo va a hacer, lo que se está diciendo, lo que se está pensando y mucho más si le hace falta- o si siquiera no les importa que lo haga, siempre que sea él quien lo haga (y por él me refiero a "uno de los suyos", es decir, no uno "de la derecha").

Los que no le hemos votado aceptamos, resignados, el resultado de las elecciones (algo que, sin embargo, no aceptan los del PSOE, que ahora mismo están apelando ante el Tribunal Constitucional - porque saben que ese tribunal hará lo que sea preciso para ayudarles- el recuento oficial). Y si Sánchez, de acuerdo con las reglas que nos hemos dado, renueva su mandamasato y, como es de esperar en él, excede sus atribuciones en como considere conveniente para prolongarlo, pues qué le vamos a hacer, es resultado de las elecciones. Es lo que, en definitiva, ha reunido el mayor apoyo.

Ahora bien: como ingeniero, no puedo comprender a esos votantes que no se han basado en los hechos para tomar sus decisiones sino en sus emociones. Que me parece muy bien que tengan emociones, pero no somos animales. Somos seres racionales (al menos, así se estudiaba en mis tiempos de escuela). Razonamos, y cuando se decide el voto hay que hacerlo razonando.

Ya sé que las campañas de los políticos que ganan las elecciones se basan en excitar las emociones de sus votantes, no en hacerles reflexionar serenamente: está claro de que esto saben más que yo. Pero... ¡caray!

miércoles, 23 de agosto de 2023

Este país se va al carajo

Según leo en los periódicos, la tarde del 24 de octubre de 2016 en Estremera un hombre se acercó a una mujer y su hija (la muchacha contaba entonces 17 primaveras) y les dijo "tías buenas, yo os follaba" (podemos imaginarnos la escena). La madre recriminó al hombre su actitud, pero éste le tocó con la mano abierta el pecho izquierdo a la chica sin su consentimiento y con ánimo libidinoso. Alertado por los gritos de ambas, el padre de la muchacha, que estaba por las inmediaciones, afeó al agresor su actitud, a lo que parece ser que éste último le respondió que hacía lo que le salía de los cojones (sic), y se inició entonces una pequeña pelea entre los dos: el acosador intentó golpear al padre, éste lo esquivó y le propinó a su vez un puñetazo en el rostro, fin de la pelea.

Pero no del asunto. El agresor de la hija fue condenado por un delito de abusos sexuales a una multa de seis euros diarios durante veinte meses (esto es, 3.600 euros en total pagaderos en 20 plazos de 180 euros al mes) y una orden de alejamiento de la víctima durante una año.

¿Y el padre? El padre fue condenado por el juez de lo Penal a pagarle al agresor una multa de seis euros diarios durante siete meses. Esto, al abusador sexual le pareció poco, y apeló. Y la Audiencia Provincial de Madrid lo aceptó y castigó aún más al padre con una indemnización por los días que el abusador tardó en curar de las lesiones (las lesiones del puñetazo) y estuvo de baja, y por las secuelas que le hubiera podido propinar el puñetazo. Como es lógico, la cosa pasó al Supremo.

Y el Tribunal Supremo... ha rechazado el recurso del padre porque no respetó una cuestión de forma: el padre alegó que actuó por un reflejo natural como reacción pasional, y el tribunal respondió que eso no figuraba en el relato de los hechos probados, ergo hay un defecto de forma.

martes, 25 de julio de 2023

Pensamientos tras las elecciones

«En el futuro inmediato lamentaremos no habernos centrado en lo importante».

 

Anteayer fueron las elecciones. Y se cumplió el tópico: ganaron todos. Unos, porque ganaron. Y los que perdieron, porque en realidad fueron los verdaderos ganadores: si no se repiten elecciones estas navidades, el gobierno lo formarán los partidos que perdieron.

Lo primero que me llama la atención es la pérdida de la inocencia global. Hace 4 años, en 2019, se nos hacía impensable que los comunistas estuvieran en el gobierno y que los bilduetarras y los separatistas catalanes fueran los socios parlamentarios que lo sostuvieran. Tan impensable se nos hacía, que Sánchez se desvivía (en campaña) por negar que pactaría con ellos: que si no podría dormir, que si quiere se lo repito veinte veces, que si clarísimo que fue delito y que conmigo se van a enterar y que no indultaré y todo eso. Pactó, repitió los pactos todas las veces que quiso, indultó, eliminó el delito de sedición, rebajó la malversación, pervirtió los estamentos que tuvo que pervertir, etc., y el resultado es que ahora a nadie le espanta el que haya comunistas en el gobierno y que los separatistas vascos y catalanes partan el bacalao: ahora a la fiesta se va a unir la tropa de Puigdemont, y lo único que nos preguntamos todos es el precio que se les pagará por sus votos, nos pica la curiosidad por saber la forma en que se amnistiará a Puchi. Hoy, en 2023, estos partidos han sido blanqueados hasta el punto de que son ellos los que dictan qué partidos son demócratas y quiénes no. Y los socialistas no tenían ningún empacho en reconocer públicamente que pactarían con los antaño prohibidos. Hasta el punto de que, en estos días de cábalas y quinielas, todos los medios dan por sentado e indiscutible que el PSOE pactará con Sumar (que yo sepa: Podemos, Izquierda Unida, Más País, En Comú Podem, Compromís, MES, Chunta Aragonesista et altres), ERC, Bildu, PNV, BNG y Junts. Como detalles menores, hace un mes el PSOE le arrebató a los de Puchi la alcaldía de Barcelona, que ya daban por ganada (el famoso «Que us bombin a tots!» soltado al encajar el golpe), y les echaron de la Diputación de Barcelona; los de Puchi se lo van a cobrar. Como segundo detalle menor, ERC gobierna en minoría en Cataluña, con un apoyo soterradito de los socialistas: a partir de ahora, ERC podrá contar los diputados socialistas como suyos, y pasa de estar en minoría a tener una potente mayoría.

En segundo lugar, hay que hablar de mantras. Estas elecciones, de lo que han ido, es de qué mantra se imponía al otro. Porque, a mi derecha, con calzón oro y 70 kg de peso, estaba el mantra de que no se puede pactar con los filoetarras y separatistas vascos y catalanes. La mitad de la parroquia confiaba en que ese mantra se impondría, y la derecha ganaría las elecciones. En la izquierda, en cambio, con calzón azul y 130 kg de peso, estaba el mantra de que los de la derecha eran la ultraderecha de 1933 y que se avecinaba la mayor distopía que se le ocurriera a nadie. Como se sabe, ganó el mantra de la izquierda, el miedo a que gobernase la derecha fue mayor a la repulsión que provocaba el que gobernasen los filoetarras y separatistas. O más bien no, porque sí hubo más votantes del mantra de la derecha que del de la izquierda, pero ha habido suficientes votantes del mantra de la izquierda para que sea la izquierda la que gobierne. Ya que a los votantes de ese mantra se les unen, lógicamente, los filoetarras y separatistas.

Pero es que era de esperar: hasta el principal partido de la derecha se ha pasado la campaña clamando que no hay nada peor que gobernar con el otro partido de la derecha. En vez de decir que el otro partido no es el demonio, que tienen ideas tan aceptables como las demás y que en lo sustancial están de acuerdo o casi de acuerdo en la mayoría de temas.

Por cierto, y saliéndome un poco del hilo, ¿qué mosca le ha picado a los del PP con los de Vox? ¿A qué tanto encono en no juntarse? ¡Si los votantes de uno y otro son intercambiables, los mismos que un día podrían votar a unos en otra ocasión lo podrían hacer a los otros! Yo creo que la explicación es el origen de Vox: son los que tenían conciencia en el PP, los que no aceptaron la contemporización de los cuadros, el que se transigiera con muchas cosas. Los que no entendieron que se votara en contra de una ley pero luego no se derogase cuando se pudiera. Los que acabaron no pudiendo compartir partido con los maricomplejines peperos. Y, claro. Juntarse con ellos... ¿cómo les miras a la cara?

Volviendo a lo que estaba, es asombroso cómo la idea de que gobierne Vox es inaceptable, y de que gobiernen los comunistas, los filoetarras o los separatistas no. La misma pertenencia, uno puede alardear de ser de izquierdas, pero no de derechas. Eso ha de callarse, no alardear.

Otra idea que me ronda es que me parecía que el PP no sabía, realmente, quién era su enemigo. O tal vez sí, lo que es aún peor. Se han pasado la campaña atacando al sanchismo. Diciendo que hay que eliminar el sanchismo, y que sin Sánchez el mundo será maravilloso. La realidad es que Sánchez es el PSOE y el PSOE es Sánchez, Sánchez no es un usurpador que ha birlado el cargo de mandamás a la persona que en realidad el partido querría. Sánchez ha hecho toda su carrera vital en el PSOE. Es lo que produce el PSOE. Conoce en lo profundo a su partido. El sanchismo es el PSOE en el poder, no hay más. A mí la impresión que me ha dado en la campaña es que el PP era, aunque no lo dijera, el PSOE bueno, mientras que el partido de Sánchez era el PSOE malo.  Vota PP y haremos lo que habría hecho el PSOE, pero bien, que por eso somos el PSOE bueno. Si se mira así, los peperos no son unos maricomplejines, son los mismos socialistas del otro lado pero los buenos. Cuanto más lo pienso más me convence.

 

Quién sabe, tal vez Sánchez no pueda comprar todos los votos que necesita y haya entonces repetición de elecciones. Da igual, mientras ser de derechas sea algo reprobable, vergonzoso, machista, maltratador, explotador y potencial paseador nocturno de probos trabajadores cuyos cadáveres dejaría abandonado en las cunetas, y ser de izquierdas sea ser progresista, alguien que quiere que el país avance, alguien que defiende los derechos de las personas, de los pueblos, de las lenguas y de los países, un auténtico ser de luz, pues qué quieren que les diga. Mientra media España piense que la otra media es su enemigo.

 

lunes, 17 de julio de 2023

Mentiras y no mentiras

https://www.youtube.com/watch?v=T7cv510fSIk 

 

 

«Populismo es prometer una cosa que sabes que no puedes cumplir con el propósito de obtener una ventaja».

 

 

Ha causado estupor, cuando no reflexión, la declaración de Pedro Sánchez en su entrevista en Onda Cero, que le preguntaron que porqué mentía tanto y respondió que él no mentía, sólo "cambiaba de opinión". O rectificaba, que según dicen es de sabios. Y citó ejemplos de otros gobernantes que habían hecho cosas parecidas. Mentía, claro, porque algunos de esos gobernantes no habían dicho lo que él decía que habían dicho, y porque las cosas no fueron como él las contó. Pero a estas alturas de la película no le llevamos las cuentas de sus mentiras, así que no se lo reprochamos más.

La reflexión es si cambiar de opinión no es mentir. Pongamos que prometí que iría a visitar a cierto pariente este verano, y que no voy a visitarle. ¿Mentía cuando lo dije? Si en aquel momento sabía que no iba a ir, sí. Si en verdad tenía intención de ir, pero luego personas que influyen en mí me hacen ver la conveniencia de no ir y cambio de opinión, por ejemplo, entonces no; lo que pasa es que en ese caso mi palabra habrá quedado comprometida, y se podrá decir de mí que no soy un hombre de palabra, que no cumple lo que promete. Pero no que sea un mentiroso.

Pero en este caso la reflexión no puede ser esa, porque omite un dato fundamental: que estamos hablando de Pedro Sánchez. Si todas las veces que ha hecho lo opuesto a lo prometido se debe a cambios de opinión, este hombre cambia de opinión con una frecuencia y velocidad tremenda. Puede pedir una ensalada y cuando se la traen decir que no, que quiere un gazpacho. Pero no es solo eso. Cualquiera de nosotros, cualquiera de los gobernantes que citó como cambiantes de opinión, pasa un mal trago cuando reconoce que hace lo contrario de lo que dijo que haría. Felipe González cambió de opinión respecto a la pertenencia de España en la OTAN, y bien que se arrepintió de haber defendido la no pertenencia. Pero Sánchez no. No siente el más mínimo pudor en "cambiar de opinión". No da explicaciones al respecto. No pide perdón, no reconoce que ve las cosas de forma distinta, ni siquiera reconoce que antes hubiera dicho otra cosa, para él lo dicho en el pasado es algo perdido ya en la nebulosa de los tiempos, algo que no existe. No se siente comprometido por sus palabras anteriores. Y siempre, siempre, el "cambio de opinión" le permite conservar más tiempo el poder. Hasta el punto de que, y esto es el sentir general, los "cambios de opinión" no se ven provocados por un verdadero cambio de opinión, sino por un ¿cómo decirlo? "cambio de qué le interesa más opinar".

¿Mentía, pues, Pedro Sánchez? Pues sí y no. No mentía en tanto en cuanto él de verdad creía lo que decía: no iba a pactar con Podemos (cambió de opinión horas después de cerradas las urnas), no iba a pactar con Bildu, la ley del sólo sí es sí es perfecta, lo del octubre del 17 fue un intento de golpe de estado, no se va a rebajar el delito de malversación, no va a haber indultos, no se van a adelantar las elecciones,... Lo que pasa es que Pedro Sánchez opina lo que las personas que él necesita que le apoyen quieran que opine. Si necesita los votos de los españoles, opinará lo que opine la mayoría. Si necesita los votos de ERC, lo que quieran ellos. Y si no necesita los votos de nadie, entonces hará lo que le apetezca, haya dicho lo que haya dicho. Y así siempre. Es una mentira andante. 

Pedro Sánchez es la encarnación del desprecio a la verdad y a la palabra dada, son conceptos que para él no tienen ningún valor. El problema es que es el presidente del Gobierno, nuestro mandamás, y se quiera o no marca estilo. EL resultado final es que en España, a estas alturas de la película, la verdad cotiza bajo y nadie aprecia menoscabo en el honor de nadie que el segundo no cumpla lo que dijo que cumpliría. Ésta sí es una degradación moral que debería importarnos. Importarnos mucho.

 

 

 

Pablo Milanés - De qué callada manera (versión de Magos & Limón)

jueves, 29 de junio de 2023

Pido disculpas si...

https://www.youtube.com/watch?v=0lN-iL3hz4g 

 

 

La presidente del Congreso de los diputados ha realizado unas declaraciones públicas, en el curso de las cuales ha hecho una afirmación cuando menos polémica. Además de polémica, es falsa y revela que esa señora o desconoce la realidad del español que no tiene la vida resuelta o no piensa lo que dice. Como es comprensible, todos pensamos que es lo primero y que ese desconocimiento de la realidad es fruto de las incontables prebendas de la sinecura que disfruta, y se armó la marimorena.

Y, como era de esperar, la presidente no tardó en rectificar, a la manera de los políticos:

—Pido disculpas si no me he expresado bien.

Ya estamos. Si no se ha expresado bien, pide disculpas por no haberse expresado bien. Pero ¡eh!, si se ha expresado bien entonces no hay nada por lo que disculparse. ¡Eh!

Señora, mire usted sus declaraciones y decida si se expresó bien o no; si se expresó bien, pida disculpas por lo que lamente haber dicho si lo lamenta, y si no lo lamenta reafírmese. Y si no se expresó bien, pida disculpas de la forma correcta:

—Pido disculpas por no haberme expresado bien: lo que quería decir es... (y aquí diga lo contrario de lo que dijo, que por cierto fue una afirmación muy clara).

El problema se complica si, como es el caso y es lo habitual, en la afirmación no hay ambigüedad alguna o posible doble interpretación, no es como si hubiera dicho «como presidente del Congreso he tenido que hacer muchas cosas desagradables», o «trabajando con Pedro Sánchez me he visto forzada a adoptar posturas que no quería, muchas situaciones en las que no podía decir no y tener que tragar». No, normalmente las declaraciones no son interpretables, su significado está claro. Así que, salvo que la declarante explique que fue un lapsus linguae, o un desajuste en su medicación ese día pero que ya se la han corregido, o (la señora tiene 50 años) fruto de algún desajuste hormonal excesivo o qué sé yo, estas disculpas no son sinceras.

En España hubo una vez que alguien dio una disculpa sincera, y medio país se le echó encima; han pasado diez años y siguen haciéndose burlas:

—Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a pasar.

Pobre Juan Carlos I, como para disculparse de verdad.

No, las disculpas de los políticos casi nunca son sinceras. Su arrepentimiento sí, porque se dan cuenta de que han metido la pata, pero eso no lo van a reconocer.

—Pido disculpas si alguien se ha podido sentir ofendido.

—Pido disculpas si alguien ha interpretado que...

—Pido disculpas si no me he expresado bien.

 

 

 

Les Colporteurs - Korobeiniki


viernes, 9 de junio de 2023

Algo no va bien en la enseñanza, pero da igual

Parece ser que España no ha salido muy bien colocada en las pruebas internacionales de comprensión lectora, que se realizan a niños de 9 y 10 años; dicen que es la edad en la que los niños pasan de aprender a leer a aprender leyendo. Y parece ser que Cataluña ha salido muy, muy mal posicionada. Como si los niños catalanes fueran (¡ya!) un curso por debajo de los asturianos. Entiéndase, no todos, los de los elitistas colegios de pago casi seguro que no, pero la media da ese valor (así que imaginen ustedes el nivel de los de los colegios públicos si quitamos del conjunto los niños de los colegios privados). Cabe señalar que no todas las comunidades autónomas se prestaron a esas pruebas, pero Cataluña sí y es lo que me importa ahora.

Parece ser, también, que los resultados del estudio se disponían antes de las elecciones municipales y autonómicas pero no se hicieron públicos hasta el día después, no hace falta pensar mucho para suponer el porqué.

El caso es que, una vez conocidos, algunos articulistas de prensa han comentado el asunto. No mucho, no con mucha insistencia, se ve que es algo que o no es importante, o a nadie interesa o, simplemente, como no tiene arreglo ¿pa'qué? 

Yo llevo años diciéndolo. Que no vamos bien, que no estamos reflexionando sobre el modelo y no estamos reflexionando bien, que esto iba a pasar.

Y, sin embargo.

Sin embargo, el tema ahí se ha quedado. Olvidado, Nadie le ha dado ya importancia. Y si los lectores no le dan importancia, los escritores no insisten.

El problema de la enseñanza, mientras no sean los padres - y la sociedad- quienes exijan que se resuelva, no se va a resolver. Si a los padres en Cataluña se les dice que su sistema educativo es tan malo que en 4º de primaria los niños ya llevan un año de retraso - sobre los asturianos, quiero decir: no sobre un sistema excelente- y los padres ni se inmutan, pues qué quieren que les diga.  

viernes, 2 de junio de 2023

El País Vasco

https://www.youtube.com/watch?v=PTMMS88gi6c

 

 

Es difícil saber si el País Vasco ha cruzado ya la línea de no retorno. Si no lo han hecho, llevan camino.

Están tramitando, parece ser que con éxito asegurado, un cambio en la enseñanza que equipara el sistema educativo al catalán: en vasco. Y ay de los que no sepan vasco. El objetivo oficial es que al final del proceso educativo todos los alumnos sabrán tanto vasco como español; y lo que se aduce es que, a fin de cuentas, el español ya lo aprenden por sí solos porque es el idioma de la calle y de los hogares.

¿Cómo oponerse a un fin tan loable?

Imagine que en vez de vasco decidimos que la enseñanza se realiza en japonés. O chino, o swahili. Puede hacerse. ¿Qué ocurriría? Pues que los primeros años escolares el alumno emplearía la mayor parte de sus esfuerzos en aprender el idioma en que le van a enseñar, chino o japonés. Y una vez lo haya aprendido, entonces empezaría a aprender materias en ese idioma. Si para entonces se ha terminado el ciclo escolar, mala suerte; si ha aprendido rápido y le queda el 50%, pues tendrá la mitad de tiempo que los alumnos del resto de España para aprender otras cosas. Salvo que los alumnos allí sean mucho más inteligentes que los del resto de España o sus maestros y profesores mucho más capaces, es de suponer que aprenderán la mitad de las cosas. Pero ¡ey!, sabrán swahili. Muy útil para regatear con los manteros, aunque el resto de españoles también sepa regatear sin saber swahili.

Si los alumnos no saben vasco y las materias se les van a enseñan en vasco, es de cajón que lo primero que han de hacer es aprender vasco. Mientras tanto, el resto de alumnos españoles estarán aprendiendo otros conocimientos. Así que si los alumnos tardan dos o tres años en aprender vasco, esos años de ventaja que les sacan los demás. Si tardan más, pues más desventaja. Luego irán todos a las mismas universidades (o no), y allí ¿cómo competirán? Lo más probable es que, de forma natural, acaben yendo a universidades vascas, en las que el nivel esté rebajado para ajustarse al bajo nivel de sus alumnos, y los demás españoles, también naturalmente, eviten ir a esas universidades salvo los más zotes de entre los zotes, que ya se sabe que por inteligencia o por éxito estudiantil nadie en España se va a quedar sin poder ir a la universidad.

Y suponiendo además que en esos años perdidos los alumnos adquieren un dominio del vasco sobresaliente. Porque si ya es difícil explicar a un chaval en su lengua materna los entresijos de los polinomios, los matices del cubismo o la génesis de las rocas vulcanianas, imagínese en un idioma que no es su lengua materna si no lo dominan ambos, maestro y alumno.

En otras palabras, ¡qué puede salir mal?

Imagínese que las pensantes cabezas vascas deciden que esto no puede ocurrir. Que no se ha de bajar el nivel. Y que la mejor manera de aprender vasco es explicando los polinomios en vasco, nada de aprender primero vasco y luego los polinomios. Volvamos entonces al símil: se dará la enseñanza en chino, pero sin enseñar antes chino. Excelente, dirán las familias... de chinos. Sus hijos tendrán los primeros puestos de la clase garantizados; en cuanto a los demás, mala suerte. Al cabo de unos años, lo que tendrían sería un grupo, me temo que no muy numeroso, de alumnos formados con un nivel equiparable al resto de los alumnos españoles (los que tuvieran el vasco como lengua materna), y uno numerosísimo (es innegable) con un nivel de aprendizaje muy, muy inferior. Eso, si ambos grupos pudieran no convivir en las mismas aulas, ya que de convivir, los "torpes" frenarían a los "espabilados", como ocurre desde hace décadas en el resto de España. Así que la elección sería convivir y mezclar, y todos torpes, o no convivir y no mezclar, y tendremos hutus y tutsis.

El siguiente hecho sorprendente (pero explicable) es que la medida salga adelante. Y saldrá, porque en la práctica ya ha salido: no hay apenas, en la educación pública o concertada, centros que ofrezcan escolarizar en español o al 50% en español, casi toda la oferta ya es al 100% en vasco (menos la asignatura de español). Así que lo que la medida va a hacer es regularizar una situación que ya se da. Puede que uno quiera que si hijo se eduque en español, pero si no hay colegios que lo oferten ¿qué se puede hacer?

Ocurre que en el País Vasco hay otra anomalía con respecto al resto de España: no hay, en los pueblos, concejales de Vox o de Ciudadanos. Los que son del PP caben en un taxi, y los socialistas sólo tienen el 16%. El resto son concejales nacionalistas o independentistas o aliados de éstos. A mí me parece sorprendente, una pureza política tal. No se trata de que no tenga implantación un partido político determinado, es que apenas existe una amplia banda del espectro ideológico. Que los que estén a favor de la constitución no lleguen al 20% de los votantes. Una constitución a la que votó "sí" más del 72% de los alaveses, el 64% de los guipuzcoanos y el 73% de los vizcaínos. Es sintomática la falta de pluralidad política en la población vasca, y no habla muy bien de ellos.

La explicación a este fenómeno es demográfica: los echaron. Con los años, han expulsado de sus sociedades a ese bloque. Se sabe que cantidad de vascos abandonaron su tierra por causa de ETA, pero el goteo ha continuado: una vez que un joven, por la razón que fuera, probaba la vida fuera de allí, era difícil que volviera. Para vivir allí hay que sentirse cómodo con el ambiente de allí, y ya se encargaron (y se encargan) nacionalistas e independentistas de que los constitucionalistas no se sientan cómodos.

Debería llamar la atención que una tierra que otrora fue de acogida de inmigrantes, por su potencia industrial, se haya convertido en productora de inmigrantes. Claro que, como la razón es la línea política de la clase dominante, es un asunto que se tapa, del que no se quiere hablar. Aunque sea la realidad.

Lo que provoca, a su vez, otra anomalía: en números redondos, la población del País Vasco no aumenta. Y además está envejeciendo mucho más rápido que el resto de España (salvo tal vez excepciones como Asturias). Esto es algo que la calle identificó hace ya bastantes años, y que es tan evidente que por fin la oficialidad está reconociendo, así de obvio debe ser. Esta evolución demográfica les está empezando a causar problemas (les faltan trabajadores), pero todo sabemos que los problemas demográficos... se acentúan con el tiempo hasta culminar.

Volviendo al idioma de la enseñanza, la medida es de por sí idiota. Es como si en Escocia la educación en el colegio se diera en gaélico escocés en vez de en inglés. ¿No se preguntan, los jerifaltes vascos y su pueblo, por qué en Escocia se enseña en inglés?

¿Y no se preguntan si tiene que ver, en su declive demográfico, algo que ver la educación en vasco? ¿Creen que la futura intensificación en ese aspecto lo paliará o creen que no tendrá influencia?

Quede claro que no tengo nada en contra de un modelo educativo en una lengua que no sea la española: en China no enseñan en español sino en chino, y les va la mar de bien. En Rusia no enseñan ni en español ni en chino, sino en ruso. Y en Francia resulta que enseñan en francés. Pero, claro. Hay una razón por la que en China no enseñan en español sino en chino. La misma por la que en Francia no se enseña en chino sino en francés.

Pero hay, además, otra consecuencia negativa de enseñar en vasco. Los lazos que tenemos los españoles con los rusos, los chinos e incluso los franceses no son muy estrechos salvo casos personales. Los consideramos, y ellos a nosotros, un pueblo diferente. Extranjero. Con sus intereses, diferentes de los nuestros. Si creamos una nación de vascoparlantes, siendo como somos los habitantes de la piel de toro, ¿qué creen que ocurrirá a largo plazo? ¿Cuánto tardaremos los no vascoparlantes en considerar extranjeros, otro pueblo, a los vascos y viceversa? ¿Y en no querer tener relación unos con otros?

Personalmente, no me parece una buena idea, la enseñanza en vasco. No creo que atraiga población de otros puntos de España. Y si atraen jóvenes, ¿cuánto tardarán esos jóvenes en darse cuenta de que si tienen hijos alli les enseñarán en vasco y decidir que mejor hacer de nuevo las maletas cuanto antes?

Dejando aparte el tema de los hijos, ¿cuánto tardarán los que emigren allí en darse cuenta de que no son bien vistos por sus ideas políticas

¿Han pasado ya el punto de no retorno?

Lo que es seguro es que Juan Sebastián Elcano no dio la vuelta al mundo hablando en vasco.

 
 

Ian & Sylvia - Four strong winds (Versión de Neil Young)

lunes, 22 de mayo de 2023

El caso Irene Montero

https://www.youtube.com/watch?v=7XjqEWPJZhA

 

 

Irene Montero, ministra de Igualdad. Licenciada en Psicología, accedió al cargo de ministra con 31 años. Su experiencia laboral verdadera se reduce a, creo, 6 meses de cajera en un supermercado de barrio.

Una vez ministra, su inteligencia (o cortedad), su moral (y su doble moral) y sus principios han quedado expuestos a todos. El problema está en que quedaron expuestos una vez ministra. Y aunque su gestión es perfectamente descriptible, a tono con el Gobierno del que forma parte, ahí sigue. Su acto más recordado, lo último que se olvidará de ella, fue cuando cogió el Falcon para irse con unas amigas de viaje a Nueva York, todos los gastos pagados, ahí están las fotos de las cuatro amigas posando sonrientes en los sitios típicos.

La cuestión es: ¿habría usted elegido a Montero para tan alto cargo de haberla conocido?

Empecemos por lo de Psicología. Es una carrera muy digna y sus profesionales son importantes. Pero ¡ojo!, sus profesionales. Los buenos de entre los licenciados en Psicología se dedican a la Psicología. A los más buenos, seguramente se los rifan si valen la pena. Pero para muchas otras estudiantes, es simplemente una carrera universitaria fácil y que permite una ESO y un bachillerato de lo más fácil. Sacable. Tan útil para una estudiante mediocre que, una vez terminada la carrera... se coloca de cajera en un supermercado. En su caso, es una medida de su mediocridad (de ella y de su nivel de psicóloga, no de la carrera de Psicología). ¡Qué desperdicio del dinero público el emplearlo en su formación, si luego ella no va a sacarle el rendimiento para el que se le financiaron sus estudios! Quizá debería devolver el dinero invertido en hacerla psicóloga, tal como ella pide en casos asimilables, pongamos empresas privadas que no le caen bien.

¿Elegiría usted como ministra, como gestora de sus caudales y de los caudales de todos, como su representante ante la sociedad, a una cajera jovencita del supermercado de su barrio, sin experiencia laboral y sin apenas experiencia de la vida? No, no lo haría.

Y sin embargo fue elegida diputada y ganó el cargo. Legalmente. Democráticamente.

Está claro que algo no está bien en nuestro sistema democrático, si permite hechos como éste. Que además sabemos que no es excepcional.

Es llamativo, por otro lado, que pidamos un montón de requisitos (desde estudios universitarios hasta certificado de penales, estudios específicos, años de experiencia, prestigio, etc.) para multitud de puestos de la Administración y también para ejercer libremente la profesión que cada cual elige, para las universidades y en general para todo, pero no para los cargos políticos. Para ser presidente del gobierno, en España, basta con poco más que tener cumplidos 18 años: Pedro Sánchez ni siquiera era diputado la primera vez que lo consiguió. Sin duda, hay un principio detrás: que cualquiera pueda acceder al cargo de mandamás máximo (o de diputado, ministro o cualquier cargo de esos que se nombran a dedo) combate el que exista una élite que en la práctica sea la que gobierne el país. Una élite que gobierna es la definición de aristocracia, que como sabemos degenera en que a la larga no gobiernan los mejores sino los que pertenecen a familias que tuvieron entre ellos a los mejores. Y que además terminan desarrollando un sentido propietario de la cosa pública.

Aunque una cosa es cierta: por más que se quejen los de izquierdas (sobre todo cuando no les favorecen), no existe una casta de jueces: existen unos profesionales que tras años de esfuerzos consiguen el cargo. De hecho, hay jueces podemitas, tan jueces como los jueces que acusan de ser de una casta especial. Cualquiera, en principio, puede llegar a ser juez. Que haya que esforzarse menos en llegar a ser ministra, ésa es otra cuestión.

Hace 10 años, en esta entrada, alabé la existencia de un cursus honorum. El cursus honorum obliga a, quien quiera un cargo público elevado, a picar piedra durante un tiempo: a pasar por las categorías inferiores, y a tener éxito en ellas. También a dedicarse a la cosa privada un tiempo. Con este sistema, Irene Montero habría podido llegar a ministra, sí, pero tras una larga carrera profesional (en la politica y fuera de ella), ganando en cada paso las votaciones para su siguiente etapa.

Sinceramente pienso que implantar un cursus honorum eliminaría muchos de nuestros problemas. Pero, hasta entonces, lo único que podemos hacer es intentar votar bien, sabiendo a quién votamos. Algo, no nos engañemos, imposible en la práctica tal y como tenemos diseñado nuestro sistema democrático.

¿Estamos, pues, condenados al abismo? No todavía. Nos queda, aún, un recurso. Algo que podemos hacer. Algo que no depende del sistema democrático. Es algo que está en nosotros.

Hemos de ser rigurosos. Y exigentes. Exigir a nuestros electos, y juzgarles con rigor. En especial, no perdonar a los nuestros hagan lo que hagan porque son de los nuestros (o a nuestros aliados, porque lo son). Exijamos a nuestros amigos lo que les exigimos a nuestros enemigos.

Cambiemos, en definitiva, cómo somos. 

Me temo que nos esperan muchas Irenes Monteros.

 

 

 

Los Xey - Buen menú

 


 

miércoles, 15 de marzo de 2023

El vídeo del ministerio de igualdad

https://www.youtube.com/watch?v=4vbaX1Q230U 

 

 

Ayer echaron por televisión una película alemana, muy divertida, sobre unos pardillos que planean el atraco a un banco. En un momento dado deciden que uno de ellos ha de ligarse a la policía que dirige la unidad de atracos y que está inscrita en una aplicación de internet para ligar. Para ello, han de crearle un perfil, y recurren a la mujer de uno de los atracadores. Y ésta toma decisiones diferentes: busca un gato para la foto, y escribe que el atracador es voluntario en comedores sociales. El atracador se niega, dice que ni gatos, ni voluntariado ni gaitas, pero la mujer le dice que ella sí es mujer y sabe lo que buscará la policía. Y, claro, funciona.

La moraleja es evidente: puede que el atracador sepa lo que querría poner un hombre en su perfil de internet, pero la mujer sabe lo que las mujeres quieren ver en ese perfil.

Y el corolario es que estoy seguro de que yo, como varón heterosexual, sé mejor que los autores del vídeo lo que los varones heterosexuales verán en ese vídeo.

Me refiero a un vídeo que ha publicado el gobierno de Sánchez a través de su ínclito ministerio de igualdad y en el que si trabaja algún hombre seguro que pierde más grasa que Boris Izaguirre. El vídeo en cuestión cuenta cinco historias de manera intercalada, a saber:

Historia nº 1: una moza con obesidad entra en un portal con un jovencito y se lo quiere comer a besos. Suben al dormitorio, y la moza duda entre apagar la luz o hacerlo con la luz encendida. Opta por la luz encendida, se quita la ropa y los dos, sentados en la cama, se ponen a ello.

Historia nº 2: una muchacha paralítica, con un hombre (a mí me parece bastante mayor que ella). El hombre le acaricia las piernas y le desabrocha la camisa mientras la chica sonríe en su silla de ruedas. Creo que al final se ve a la muchacha sin camisa, en ropa interior.

Historia nº3: una joven está menstruando. En el lavabo, procediendo a sus abluciones. Entra el joven, su pareja, y le da igual. La levanta, la apoya sobre el lavabo y se la cepilla.

Historia nº 4: una señora mayor, pongamos unos sesenta y cinco años, pero todavía de muy buen ver, se masturba en la cama; se supone que con un vibrador. La cámara se recrea en la excitación creciente que refleja la cara de la mujer.

Historia nº 5: un muchacho, en camiseta imperio, sale (se supone que de marcha). El hijo parece tener futuro en el ministerio de igualdad. Su padre se queda en el sofá viendo la tele. Es evidente que habría preferido que su hijo se quedara con él de tertulia. Al final, el hijo vuelve, se sienta con el padre a tertuliar y ríen.

El vídeo intenta ser erótico sin llegar a ser X. Quiere vender que también las muchachas obesas, las paralíticas, las señoras mayores que viven solas y los muchachos más maricones pueden tener una vida sexual. Imagino que querrán exhibirlo, para eso lo habrán hecho (al menos formalmente: conociendo cómo las gastan en ese ministerio, el 95% de la pasta destinada no se habrá dedicado al vídeo). ¿Lo proyectarán, tal vez, en todos los institutos y centros de enseñanza, en los cuarteles y buques de la Armada, en los centros de descanso de las fábricas, en las cárceles... ? Si lo hacen, ya les digo yo lo que estarán transmitiendo:

Historia nº 1: las obesas son unas viciosas que sólo quieren que les den duro.

Historia nº 2: las paralíticas sólo quieren que las empotren.

Historia nº 3: la regla no es un impedimento para satisfacer al varón. El acto se hace cuando él quiere y donde él quiere. La mujer no necesita ni preliminares ni un sitio cómodo, sentada en el borde de un lavabo le es suficiente.

Historia nº 4: las mujeres mayores que viven solas están muy necesitadas de una buena tranca.

Historia nº 5: ni me he dado cuenta de que hay una 5ª historia.

Por lo demás, mientras tengan el vídeo disponible en internet no me extrañaría que hubiera muchas personas que lo emplearán como material de apoyo en su autoestimulación.

Claro que las locas de Igualdad saldrán diciendo, como ya hicieron con su Ley Montero, que no es eso, no es eso, los jueces son unos machistas y los hombres tienen todos el cerebro deformado, el vídeo no quiere decir eso ("no dice eso" dirán ellas, en vez de "no quiere decir eso"; un matiz básico para entenderlas). La realidad es que el vídeo dice a cada uno lo que cada uno se quede del vídeo. Y yo conozco a los varones mejor que las locas de Igualdad: da igual que en el vídeo haya textos y voces de acompañamiento, una imagen vale más que mil palabras y lo que todos los estudiantes, soldados y marineros de los buques de la Armada, obreros de las fábricas, presidiarios, etc. interpretarían es que las obesas son unas viciosas y quieren que les den duro.

Así que me temo que no lo exhibirán en centros de enseñanza... etc. Si lo dejan en internet y se hace trending topic tal vez alguien les explique porqué está teniendo tantas visitas y entonces lo quiten. Al final ¿dónde pueden exhibirlo? ¿En conventos de monjas? Lo dudo. ¿En secciones femeninas de entidades católicas? Menos. Vamos, que acabarán pudiéndolo poner en clubes de feministas y en las consultas de ginecólogos. Por no hablar del bochorno que sentirán las obesas, las minusválidas o las mujeres mayores cuando vean que un ministerio que creían que estaba para ayudarlas da de ellas esa cara tan burda y que no las define.

El error, en realidad, es que las locas de Igualdad, todas las locas de todos los ministerios, consejerías, observatorios, institutos y demás chiringuitos que viven de esto creen que deben ser ellas las que marquen las pautas y normas en estos asuntos. Porque siempre les saldrá el tiro por la culata. Pondré un ejemplo de una campaña publicitaria del año pasado, que por cierto duró (me pareció a mí) muy poco:


Traduzco, por si acaso: "¿Insistirías una y otra vez después de que te hayan dicho no? Pues en el sexo eso aún pasa. Por una nueva cultura del consentimiento #SiAlConsentiment - Generalidad de Cataluña".

El mensaje está claro: si te dicen que no, es que no. No insistas. Si todos fuéramos como la Generalidad de Cataluña, aún seguiríamos en cuevas y comiendo la carne cruda: seguro que cualquiera que sugirió construir una choza para dormir o pasar un poco el filete por la hoguera recibió un no por respuesta. A Colón le dijeron que no podría ir a la Indias hacia el oeste, y a los hermanos Wright que no conseguirían volar. Seguro que a Bill Gates le dijo su madre que no podía encerrarse en el garaje con ese amigo suyo, ese Paul Allen, que ordenara su habitación y se pusiera a estudiar. Caray, ni siquiera yo estaría con mi mujer si no hubiera insistido tras su primer no. En definitiva, todos aquellos que consiguieron algo que no consiguieron al primer intento podrían decirle a la Generalidad que su consejo es el peor de los consejos posibles. Por no hablar de la ironía de que lo digan los mismos políticos catalanes que están siempre con la murga de independencia sí o sí, lo quiero lo quiero lo quiero y no acepto que no me lo des. ¡Que nadie insiste más que ellos después de que les hayan dicho una y otra vez que no! ¿Dónde está el error? Pues precisamente, en meterse en un tema en el que no debían meterse.

Son los gestores de nuestros caudales públicos, y no los elegimos para que nos regulen qué hemos de hacer o pensar en nuestra intimidad. Que es eso, íntima. Y siempre que lo intenten, van a meter la pata. ¡Si al menos estas campañas se las pagaran ellos de su bolsillo...!




Vasily Agapkin - El adiós de la mujer eslava