viernes, 30 de junio de 2017

Hoy ha sido un gran día

Y ya expliqué en cierta ocasión por qué.





Corriendo por mi vida




No me acuerdo de muchos lances de mi niñez; supongo que eso nos pasa a todos. El caso es que una de esas vivencias la recuerdo, sin duda porque aquella vez corrí por mi vida: todavía me dura el susto. Y aunque han pasado muchas décadas, jamás he vuelto a encontrarme en una como ésa.

Puedo datar el año en que sucedió, porque participó mi bicicleta amarilla. Por lo tanto, yo tenía 7 años, ya que me la regalaron ese año. Fue en verano, así que mi hermano Julio tenía 8 años y Guillermo 9 ó 10 (cumple los 21 de julio). Y, como era costumbre entre nosotros, también estaría en la partida mi hermano menor, que tendría 6. Cuatro hermanos, de 9-10, 8, 7 y 6 años. Bicicletas, tres: la mía, amarilla, recién estrenada; la Makiki, una bicicleta pequeña que heredamos de los primos de mi padre (y que quizá habían estos heredado, a su vez, de otros primos), y la azul, la bicicleta titular de mis dos hermanos mayores y que era demasiado grande para los pequeños. Como es lógico, uno iría de paquete en la bicicleta azul. Guillermo, de largas ancas llevaría la azul y al pequeño; yo, en la amarilla, que por algo era mía, y sin duda Julio iría en la makiki.

El lugar era la finca "Los Almendros", a la salida de Zaragoza. Describí la finca en esta entrada, por lo que ahora daré cuatro trazos: Al sur había una charca natural, quizá de unos 50 m o más de diámetro (yo era pequeño para juzgar estas cosas). Ya no existe, porque lo he comprobado con Google Maps, que la finca está en 41,6805/-0,9620, pero entonces estaba: tenía patos, y todo. Detrás de la chacar estaba la carretera. Al norte, un cementerio de coches. Al oeste, una escuela vacía (como todas las escuelas, en verano) de sordomudos. No íbamos mucho, porque ningún niño quiere ir a una escuela en verano, y porque una vez que fuimos y bajamos a la piscina vacía, cuando yo estaba descendiendo por la escalerilla (manos ocupadas) una avispa me picó y no me pude soltar. Y al este había un camino y un polígono industrial. Hoy no queda nada de estas cosas, pero entonces estaban ahí. 

Nunca íbamos al polígono industrial. Fuimos una vez, y fue suficiente.

Aquel día cogimos las bicis, los cuatro hermanos, y nos fuimos. Sin duda, era por la tarde: Por la mañana vagueábamos en casa, hacíamos los trabajos de vacaciones, llegaba el "Panadero Díaz" con su 2CV haciendo el reparto del pan, desayunábamos como se desayunaba entonces, y esperábamos que dieran, más o menos, las once, la hora en que podíamos meternos en la piscina. Las mañanas se pasaban en la piscina, a la vista de mi madre; en cambio, por la tarde no nos bañábamos: supongo que las primeras dos horas serían las reglamentarias, y luego haríamos juegos de hermanos: cuatro niños pequeños es una banda mucho mayor de las que suele haber ahora, en las casas de vacaciones. También las tardes eran los momentos de las aventuras, así que sí: sería por la tarde.

Aquel día, ya lo he dicho, cogimos las bicis y nos fuimos por el camino del polígono. Mi hermano mayor tendría 9 ó 10 años; los demás, 8, 7 y 6. ¿Adultos? Por supuesto que no. En aquella época, los niños podían largarse solos; supongo que bastaría con un "nos vamos con las bicis" o algo así.

Íbamos tan panchos, a la descubierta. Sabíamos que más allá estaba la vía del tren, ése era nuestro objetivo primario, pero luego no lo teníamos claro. ¿Qué habría, más allá de la vía del tren? ¿Se podría ir siguiendo la vía del tren hasta Zaragoza? ¿Y hacia el otro lado? Había que explorarlo. Y para explorar, había que darle a los pedales. Tarde de verano, naves en el campo, niños pequeños en bicicleta con ganas de explorar...

En ese momento, unos perros asesinos salieron de alguna nave que habría por allí y, ladrando, se abalanzaron sobre nosotros. Ya no hay perros como los de antes, se lo aseguro: ahora son de raza y están todos domados, tienen un chip y pasan los controles veterinarios, pero en aquella época, perros como ésos estaban en las industrias para espantar a los gitanos (a los ladrones, es lo correcto decir).

Ahora bien: tampoco hay ahora niños como los de antes. Aquí nadie se paralizó: al contrario, prietas las filas, inyección de adrenalina y a pedalear como si fuéramos Ocaña y Merckx. Y sin aflojar, oiga, que nos iba la vida en ello.

Nos salvamos. Corrimos tanto que no nos alcanzaron, y los dejamos atrás. Eso sí, no paramos hasta las vías del tren. Y volvimos por otro camino, que ése nunca más lo cogimos.

Desde entonces, he montado en bici muchas veces, pero nunca me han atacado perros. Y, si alguna vez lo han hecho, un simple golpe de pedal habrá sido suficiente. Ya digo, no hay perros como los de entonces.

Porque, se lo aseguro, aquella tarde dependí de mí mismo para sobrevivir. Nadie daría los pedales por mí, era yo quien se había metido en ese lío y yo quien me sacó de él.

Tenía siete años, y todavía me acuerdo. 



John Denver - Rhymes and reasons (cover de Mike Sinatra Rendition)

Razones para votar Sí




Vaya por delante que todos estos años en Nazilandia me han convertido en un facha y que en las próximas elecciones pienso votar al partido más de extrema derecha cuya papeleta encuentre en la mesa. Yo antes no era así, pero hay lugares que cambian a un hombre.




Como catalán según la ley, es de suponer que yo sí podría votar en el referéndum. ¿Yo sí y usted no? Se siente, oiga, son muchos años de sufrirlos para ello. ¿Y qué votaría? Descarado: si la cosa fuera en serio, si fuera vinculante y no un referéndum de la señorita Pepis, un sí a la independencia. Y éstas son mis razones.

1. Es la oportunidad de largarlos. Fuera. Adiós. Cortemos con ellos. Que se larguen, para siempre. Yo me vuelvo.


Tengo para mí que los supremacistas catalanes son el cáncer de España. No sólo son el mayor dolor de cabeza que tenemos, el mayor obstáculo que hemos de superar en su día a día, sino que además su maldad es contagiosa. Ya saben que todo lo malo se pega: pues aquí se cumple a rajatabla. Y tenemos, en mayor o menor grado, tonterías de no somos españoles en las Islas Baleares - me temo que perdidas ya sin remedio-, Valencia -están en ello-, Aragón, Asturias... Incluso en Andalucía surgen voces que piden la independencia. Suena a broma en muchos de estos lugares, pero también sonaba a broma en Cataluña hace treinta años.

Así que si mantenemos a los supremacistas entre nosotros y compartimos con ellos nuestra vida, no lo diuden ni un momento: se dedicarán a sembrar cizaña. Intentarán descomponer España, si no les queda otro camino. Así que el precio de Cataluña me parece aceptable, para salvar al resto. Al igual que alguien acepta que le amputen una pierna o un brazo, si con ello salva la vida.

2. Espero que les vaya muy mal. Desde luego, una vez independientes yo votaré, siempre, al partido que les sea más hostil. No han querido ser uno de nosotros, no han querido que sus jóvenes compitan junto a los nuestros por el orgullo de todo el país o que luchen junto a los nuestros para defender la tierra que es de todo, compartir nuestro sistema de transplantes o defender los intereses de todos, los suyos y los nuestros, los de nuestras empresas y los de las suyas; que las empresas sean de todos, de ellos y nuestras, que nuestra Historia sea común. Al contrario, quieren que haya diferencias entre ellos y nosotros. Que compitamos con ellos. Que seamos amigos, si les interesa, y enemigos si no les interesa. Poner delante sus intereses, incluso si (y me huelo que con especial ansia) van en contra de los nuestros. Que no compartamos. Que lo nuestro no sea suyo y lo suyo no sea también nuestro. Que seamos extranjeros, cuando estemos entre ellos. Pues siendo así, yo no quiero que les vaya bien. De hecho, quiero que les vaya muy mal, para que las manzanas que han podrido entre nosotros - como Baleares- vean lo mal que se acaba cuando se predica la desunión y la diferencia.

Es fundamental, para nosotros, que les vaya muy mal. Sólo así mantendremos lo que quede de España unida.

3. Deseo que les vaya muy mal, porque no saben ustedes lo que ha sido aguantarles todos estos años. Los años que llevan culpándonos a nosotros de todo lo malo que les pasa a ellos aunque sea culpa de ellos. Si un tren llega tarde, es culpa nuestra. Si un incendio quema un campo. Si una persona muere en un traslado en ambulancia. Si una empresa no se instala en Cataluña, o si una empresa se va. Si se quedan sin trabajo o si una empresa no vende lo suficiente y cierra. Da igual de lo que hablemos, es culpa nuestra. ¡Pero si nos culpan de que no les llegan suficientes refugiados sirios, iraquíes y africanos!

Nos culpan de todo. De no ser ricos. De no tener servicios de ricos. De no tener ningún premio nobel. Y de más: según el periódico El Punt-Avui, siendo independientes podrán combatir mejor el cambio climático.

Ustedes no saben lo que es convivir durante años con una gente que nos culpa a nosotros de todo. Llega un momento en que uno sólo quiere que por fin se cumpla su sueño de ellos, se queden sin nosotros y descubran cuál es la realidad. 

Esto me recuerda a la reflexión de Dios y la arena:
"Una noche tuve un sueño... soñé que estaba caminando por la playa con el Señor y, a través del cielo, pasaban escenas de mi vida. Por cada escena que pasaba, percibí que quedaban dos pares de pisadas en la arena: unas eran las mías y las otras del Señor.


Cuando la última escena pasó delante nuestra, miré hacia atrás, hacia las pisadas en la arena, y noté que muchas veces en el camino de mi vida quedaban sólo un par de pisadas en la arena. Noté también que eso sucedía en los momentos más difíciles de mi vida. Eso realmente me perturbó y pregunté entonces al Señor:


- Señor, Tú me dijiste, a través de tu palabra, que siempre irías conmigo a lo largo del camino de mi vida. Sin embargo durante los peores momentos de mi existencia veo que hay en la arena sólo un par de pisadas. No comprendo porque Tú me abandonabas en las horas en que yo más te necesitaba-.
Entonces, Él, fijando en mí su bondadosa mirada me contestó:
- Mi querido hijo: Yo siempre te he amado y jamás te abandoné en los momentos más difíciles. Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas fue justamente en los momentos de tu vida donde te llevé en mis brazos-."
4. Porque nos irá mucho mejor sin ellos. De verdad que sí. Para empezar, el resto de nosotros, en gran medida, dejará de comprarles a ellos y buscará entre nosotros lo que antes obtenía de ellos. Esto, de por sí, ya es muy bueno. Pero, además, muchos de entre ellos se vendrán con nosotros. Yo, por ejemplo. Y quienes se vendrán, en realidad? Pues los negocios. Se moverán las empresas, que se pueden mover. Y los técnicos cualificados, que son los que necesitan esas empresas. Pero no los operarios, la mera mano de obra que también encontrarán en sus nuevas localizaciones. Vale que no se moverán todas, pero sí muchas. Reflexione sobre esto, y verá que tengo razón. En que ocurrirá, y en que es muy bueno para nosotros y malo para ellos.

5. Porque nos da una oportunidad de oro para reconfigurarnos y corregir esos errores del sistema que dan pie a lo que nos está pasando. Para conseguir que ningún español se sienta tratado, fuera de su comunidad autónoma, como un extranjero sanitario, por ejemplo. O para conseguir que no se eduque a nuestros hijos en el odio y la diferencia, nunca más.

6. Y porque puede que así, al fin, descubramos cómo se ha de tratar con todos los papanatas que tanto abundan en esta piel de toro.




Ruperto Chapí - El tambor de granaderos (preludio)

miércoles, 21 de junio de 2017

En la muerte de Iván Fandiño




Leo en El Periódico un breve que dice que Ivan Fandiño ha muerto. Que estaba haciendo un quite, tropezó y el toro le enganchó por detrás. Un pitón le atravesó un pulmón.

Haciendo un quite. Que un torero muera haciendo un quite es... la más espeluznante de todas las muertes de un torero.

Un quite es una ayuda. La palabra viene de la jerga taurina, pero es lo que significa. Lamentablemente, la jerga taurina se va perdiendo, y con ella me temo que también se perderá la palabra quite. El caso es que al leer que estaba haciendo un quite, pensé que el torero titular de ese toro habría tenido algún percance, quizás el toro lo habría volteado, y Fandiño habría salido presto a distraer al toro mientras el titular se recuperaba. El torero que ayuda no tiene que torear a ese toro. Imagino que mientras ve la faena de su compañero estudia al mismo tiempo al animal, pero en un quite como el que digo el torero reacciona en décimas de segundo. Sin pensarlo, salta a ruedo y cita al toro, que vaya a por él. Que muera en ese lance...

Luego me enteré que no fue exactamente así, que estaba en el turno de quites.

La lidia de un toro consta de tres tercios. En el primero, el torero tantea al toro. Lo hace correr de aquí para allá, intenta cansarlo un poco, pero sobre todo lo cala. Luego va el tercio de banderillas y el picador, y el último tercio es el de muleta, cuando el torero se enfrenta ya con el toro y hace la lidia que espera el público, hasta que decide que el toro no da más de sí y lo mata. En nuestro caso, el quite se produce en el lance del picador.

Un toro de lidia es un animal de más de 500 kg, puro músculo que se diría, que tiene dos cuernos afilados y un cuello "de toro" con los que los mueve con una fuerza y velocidad increíble. Antes de los pases de muleta, el torero necesita que al toro lo piquen, porque si no el toro aguanta más que el torero y no es plan. En este tercio, toreros a pie y a pecho descubierto citan al toro, y cuando éste les embiste lo recortan y le clavan dos banderillas. Las banderillas imponen si se ven de cerca, pero no es un gran daño para el toro, como no lo es una picadura de avispa para usted. Pero luego interviene el picador, y eso es ya otra cosa. Porque el picador le clava al toro una garrocha, y se la clava bien, cebándose. Busca hacer daño, que el animal sangre, que quede herido.

En tiempos, el lance del picador se hacía a caballo descubierto. La habilidad del picador con el caballo, con la garrocha y con la doma permitían que el toro no alcanzara al caballo; por desgracia, a menudo ni la habilidad del jinete ni la del caballo podían superar la lucha del toro y éste acababa despanzurrando al equino; nunca mejor dicho lo de despanzurrar, porque es exactamente lo que hacía, reventarle la panza con los cuernos. Parece ser que la muerte del caballo no era de interés y en 1928 (creo) se legisló que el caballo llevaría una coraza de mimbre que le protegería el cuerpo.

Fuente: Centro Etnográfico del toro de lidia

Sí, ahora el caballo es un tanque. Puede esperar la embestida del toro, y de hecho conviene que sea un caballo fuerte para aguantarla. ¡Qué diferencia con los caballos de los rejoneadores! 

Prueba gráfica de que no se necesita la coraza


El caso es que hoy en día el picador se sube a un caballo que apenas puede moverse y el toro lo embiste. Muy de vez en cuando, el toro puede más que el caballo y lo levanta y lo tira al suelo, y entonces el caballo tiene un problema, pero lo normal es que el toro se quede ahí, enganchado en el mimbre, mientras el picador aprovecha que tiene al toro donde quería para clavarle la garrocha donde más daño hace y cebarse, que el toro no se le va a ir. Jamás me ha gustado este lance.

Pues bien, cuando el toro ya está bien picado, el torero del siguiente toro tiene derecho a citar al toro y darle un pase, apartándolo del caballo y pasándoselo ya al torero titular. Esto es lo que se llama el turno de quites, y en este lance fue donde cayó Fandiño.

El turno de quite es un derecho; el torero puede cederlo, o mandar a alguno de su cuadrilla. O no esmerarse, citar al toro, un volantazo y a otra cosa, pero Fandiño había sido figura durante unos años, y ahora estaba intentando volver a lo alto del escalafón: estaba dando lo mejor de sí en todas las corridas, sin menospreciar ninguna plaza y a ningún público. Por eso, estaba en una pequeña plaza de un pueblecito francés. Trabajándoselo.

No he visto el vídeo, pero supongo que haría un bonito pase, con giro, y resbaló; creo que el toro le tocó con los cuartos traseros, y eso le desequilibraría dándole la espalda al toro. Y el toro era un toro de lidia.

No era su toro. Fandiño no iba a torear a ese toro. Debía cuidarse del siguiente, no de ése.

Admiramos a los deportistas porque consiguen hazañas que nosotros sólo soñamos. Gracias a su capacidad, su esfuerzo, su talento, hacen cosas ante las que sólo podemos decir ¡qué tío!

Y, sin embargo, nadie es más digno de admiración que un torero.

Los toros, en Cataluña, están prohibidos. Por españoles, es decir, por franquistas y antidemócratas. Parecido nivel de razonamiento tienen los antitaurinos, muchos de los cuales, sin duda, estarán ahora mismo dejando detalles de su elegancia en twitter y facebook, que parece que para eso están. ¡Ah, si meditaran sobre lo que es el toreo!



W. A. Mozart - Dies irae

lunes, 19 de junio de 2017

La Ética en los informes de parte




Todo el mundo tiene derecho a un abogado, a alguien que le defienda. Da igual lo que haya hecho, da igual si es culpable o no. La misión del abogado es que su cliente reciba tan sólo lo que le corresponde, no más. Puede que, en ocasiones, el abogado decida que sus instintos personales de castigo puedan más y se niegue a representar a ese violador reincidente asesino de niñas, y recomiende que se busque a otro abogado que sí pueda defenderle. Pero si le defiende, no critique al abogado.

Digo esto, porque es habitual que se echen pestes de los abogados, siempre sin escrúpulos, siempre capaces de venderse a aquel que paga más. De afirmar una cosa o su opuesta, según quién le contrate. Y lo digo, porque a veces los ingenieros nos encontramos también en la tesitura de tener que ver las cosas según quiera nuestro cliente.

Por ejemplo, con los informes de parte.

Los ingenieros, por lo general, hacemos muchos informes. En ellos decimos las cosas como son, y nos da igual quién nos paga. Nuestro criterio técnico prevalece sobre todo, y sólo nos basamos en los hechos. A menudo, los informes responden a una pregunta, a un problema que tiene nuestro cliente y que nos pide una solución. Un análisis de opciones, o un análisis de una opción concreta. Pero ¡ay!, a veces los informes se piden porque hay una tercera persona afectada, y el informe versa sobre la posición de nuestro cliente con respecto a ese tercero. Son los informes de parte.

Ejemplo A: Un accidente. Sea un accidente de trabajo, un operario manipulando una prensa pierde un brazo. El empleador nos contrata para que analicemos técnicamente el accidente.

Ejemplo B: Un problema estructural. Una estructura que se ha deteriorado con el paso del tiempo y el uso, o una estructura que ha fallado. Supongamos, por ejemplo, un muro que separa la propiedad del cliente de la del vecino.

Los informes de parte pueden ser internos o externos. Los internos son los que pide el cliente para su uso propio. Son los mejores, quiere saber todo. Qué ha pasado, porqué, se podía haber evitado o no, tiene arreglo o no, qué responsabilidades tiene cada parte... Desde el punto de vista ético, no representan ningún problema. Mejor aún, es incluso adecuado cargar un poco las tintas contra nuestro propio cliente, que ya será él quien en su interior equilibre la balanza.

En el ejemplo A, el ingeniero acentuará las responsabilidades del empleador, la formación que no dio, el mantenimiento que no hizo, las medidas para evitarlo que se podían haber adoptado.

En el ejemplo B, el ingeniero buscará qué actuaciones anteriores por parte del propietario pueden haber minado la resistencia estructural del muro, y justificará el efecto del paso del tiempo y el derecho del vecino al uso de su lado del muro.

No, no son estos los informes que crean un conflicto ético en el ingeniero. Son los informes externos: los que el cliente empleará contra la otra parte. ¿Hay que tergiversar las cosas, en estos informes? Y, si se hiciera, ¿sería ético?

En primer lugar, una cosa debe quedar claro. No somos unos lilas. Nos debemos a nuestro cliente, y trabajamos para él. Así que el informe no puede perjudicar a nuestro cliente.

Pero hay una serie de reglas que no podemos saltar.

La primera de ellas es que no podemos mentir. Podemos callar cosas, si decirlas perjudica a nuestro cliente, pero no mentir. En el ejemplo A, podemos ocultar que no se había hecho el mantenimiento adecuado o que al operario sólo se le había impartido una sesión de 2 horas como formación, pero no podemos decir que se acababa de pasar una estricta inspección y el operario estaba borracho como una cuba, si no es cierto. En el caso B podemos ocultar que se ha excavado un depósito enterrado junto a la cimentación del muro (entendiendo que no es la causa del fallo del muro), pero no negarlo.

En segundo lugar, podemos omitir información sólo si al hacerlo no cambiamos la culpabilidad. En el ejemplo A, podemos ocultar que no se hacía el manteniemiento, pero no que se habían eliminado ciertas medidas de seguridad o que se había manipulado la prensa para que fuera más deprisa. O, en el ejemplo B, podemos callarnos que se apilaban palets por encima de la altura del muro, pero no que antes se almacenaban productos muy agresivos hacia el hormigón del muro y que eran frecuentes los escapes de producto. 

En estos casos, la posición del ingeniero es delicada: es mejor mantener la integridad, pero no hemos de perjudicar al cliente sin su consentimiento. Hay que explicarle la situación antes de emitir el informe, y ver cómo se puede enfocar el hecho. En el ejemplo A, si se eliminaron medidas de seguridad, quizás se adoptaron otras (como una mayor formación, o medios para que el operario recordara siempre que se habían eliminado esas seguridades). En el B, quizás se decidió aplicar un plan de revisiones periódicas para detectarlas agresiones químicas en el hormigón. O las razones que llevaron a tomar esas decisiones.

En tercer lugar, existe una excepción al apartado segundo: que al hacerlo no cambiemos las cosas. Busquemos la mejor situación del Bien Común. En el ejemplo A, sabemos que el operario va a ser indemnizado por una compañia de seguros, ya que la empresa tiene una póliza a tal efecto y además la empresa tomará medidas para que no vuelva a producirse un accidente de ese tipo. En ese caso, no hace falta explicar que el encargado había retirado una medida de seguridad sin el conocimiento del operario (o de los jefes). ¿Qué gana, la víctima, si dictaminamos que en vez de un accidente "accidental" ha sido causado por la imprudencia de otro trabajador? Esto exoneraría quizá a la empresa que nos contrata, pero no había ningún perjuicio para ella. Convertir la cosa en un pleito entre el operario y el encargado es peor para la víctima.


En cierta ocasión se me encargó un informe. Para hacerlo tuve que viajar a Bermeo y a no recuerdo qué pueblo de La Rioja, y tras conseguir todos los datos, mis conclusiones eran inevitables pero muy perjudiciales para mi cliente. Como temía que si le daba el informe a mi cliente no cobraría, encargué a mi Colegio el cobro de los honorarios - en aquella época, con tarifas oficiales, era muy habitual-. De algún modo, mi cliente se olió la tostada, y nunca acudió al Colegio a retirar el informe. Y nunca cobré.



Harry Belafonte - Day oh!

jueves, 15 de junio de 2017

El PP, el problema de España




Gracias al gran Figatelix, mente preclara que supo intuir la perentoria necesidad social que había, tenemos una ley de memoria histórica. Que rige en todo nuestro país, pero como aquí somos así, señora mía, cada cortijo tiene que tener también lo suyo, lo mismo en pequeñito pero suyo. Supongo que en Andalucía había doble necesidad social perentoria, y la ley nacional no satisfacía la necesidad andaluza; el caso es que Andalucía también tiene su propia ley de memoria histórica.

Leo por algún sitio que esta ley contempla en uno de los apartados de su artículo 32 que las administraciones públicas andaluzas "en el marco de sus competencias, prevendrán y evitarán la realización de actos efectuados en público que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares, exaltación del golpe militar o del franquismo, u homenaje o concesión de distinciones a las personas físicas o jurídicas que apoyaron el golpe militar y la dictadura". En resumen: en Andalucía está prohibido hablar bien de Franco o del franquismo, o justificar el alzamiento del 36. Y también hablar mal de "las víctimas", aunque fueran delincuentes confesos o monstruos asesinos. ¡Ay del profesor de Historia que no odie a Franco!

De Andalucía hablaré otro día. No me dan ninguna pena, ninguna, y que consideren que estas cosas son las urgencias que tienen me reafirma en mis sentimientos. Pero lo traigo a colación, porque es un botón de muestra.

Si usted accede a las noticias de actualidad política de Cataluña, pensará que Franco vive, y que sigue siendo el Caudillo de España; sólo Cataluña resiste, ahora y siempre, a la opresión que el malvado general ejerce fuera de nuestras cuatro provincias. Y la vida es dura, company, porque no ceja en su intento de imponer su dictadura entre nosotros. Mire, la verdad: no se puede discutir con un separatista sin que éste te acuse de franquista (lo que en Andalucía es casi un delito). Y sin que el separatista argumente que "el PP más". Lo digo en serio, ambas cosas, acusación y argumento, aparecen siempre. En todas las discusiones.

Se ha presentado estos días una moción de censura contra el gobierno del PP. No la he seguido, pero parece ser que ha sido un constante "qué malos son ustedes, señores del PP". El PSOE no ha apoyado la moción, pero ya ha anunciado que va a hacer lo que sea para echar al PP.

Si usted comenta con cualquier persona cosas de la actualidad política, financiera o judicial, seguro que el otro echa pestes del PP. Cuando no, sin más, les culpa de todo.

Y si usted es partidario del PP, no importa: la culpa es del PP por ineptos. Por no cambiar las cosas. Por no derogar las imbecilidades que promulgaron otros. Por dejar que la estupidez campe a sus anchas y se convierta en la norma por esta piel de toro.

¿De verdad el gran problema de España es el PP? ¿Sería este país Jauja si no existiera el PP? ¿Lo sería si Franco y cía. no se hubieran alzado en armas en 1936? Y aunque no fuera Jauja, ¿sería un país mejor, tanto como para culparles de todo lo que nos pasa?

No creo que el gran problema de España sea el PP ni que en 1936 Franco cruzara el estrecho. Creo que tiene mucha más importancia la incapacidad que tenemos los españoles para la autocrítica. Para aceptar que algo sea culpa nuestra. Que hayamos hecho algo mal.

Quizá la causa de nuestro problema sea nuestra incapacidad para percibir la realidad.




Pascual Marquina - España cañí


viernes, 9 de junio de 2017

El anuncio... de salón




Hoy, 9 de junio, nuestro presidente Puigdemont, Puchi para los amigos, ha anunciado ¡solemnemente! la fecha del referéndum por la independencia: 1 de octubre. Dentro de menos de 4 meses. De paso, también ha anunciado la pregunta: "¿Quiere usted que Cataluña sea un estado independiente en forma de república?". Yo cro que este tipo de preguntas tiene que ser sin complementos circunstanciales, tipo ¿quiere usted que A sea B?"y no "A sea B con C", porque lo que importa es B, y el que pierde siempre puede refunfuñar diciendo que lo que no quieren es C, pero que si se hubiera preguntado sólo A sea B sí habría ganado. Pero bueno, es lo que han parido.

No he leído la prensa. Y mucho menos los periódicos de Madrid más intransigentes con este tema. Porque, fijémonos, aquí sólo se ha hecho un anuncio de salón. Lo que corresponde a un independentista de salón, por supuesto.

¿Se escandaliza usted ante un programa electoral? ¿Pide usted que intervenga el Ejército, la Guardia Civil y los jueves y enchironen a los jefes de los partidos políticos que hacen propuestas que nos llevarían al desastre? No, claro que no. Y no porque usted respete en grado sumo la libertad de opinión, sino porque sabe que tan peregrinas ideas no se ejecutarán nunca. Puede presentarse un partido islámico que promueva que las mujeres se encierren en sus casas, y usted dirá que menudos burros y que cómo podemos conseguir borrarlos del mapa, pero no lo dirá con verdadera preocupación. Si de verdad creyera que ese partido iba a ganar e iba a llevar a cabo lo que dice, seguro que pediría que los ilegalizaran. 

Pues bien, lo de Puchi es también una propuesta de salón. No ha convocado el referéndum de secesión (no, se ve que cree que este tipo de temas sólo necesitan 50 días de campaña, agosto incluido), sólo ha dicho que lo convocará en tal fecha.También dijo que sólo sería presidente de nuestro gobierno 18 meses porque para entonces ya seríamos independientes, así que ¿por qué creerle esta vez? Lo que ha dicho, insisto, debe tener el mismo tratamiento que una promesa electoral cualquiera.

Así que su proclama hay que tratarla como si hubiera prometido que la próxima temporada el Girona FC va a ganar la liga. ¡Por favor, pero si incluso ha celebrado por todo lo alto que el Girona FC ha ascendido y el año que viene jugará en primera! ¿Tantas ganas tiene, de abandonar España y su primera división?

No, el tío no ha firmado nada. No hay convocatoria. No hay publicación en el BOGC. No hay ley, no hay partida presupuestaria, no hay reglas establecidas, quórum mínimo, criterios de valoración de resultados. No hay censo, no hay Junta Electoral (que ha de estar constituida desde mucho antes de empezar el proceso), no hay nada. Lo único que ha pasado es que ha reunido a los diputados de su grupo parlamentario y, con mucho oropel y gestualidad, les ha dicho la fecha y la pregunta. Las cosas como son. Sólo ha sido una charla con sus amigos, y me juego el cuello que ha sido tan informal que ni siquiera se ha levantado un acta de la reunión.

Y, a todo esto, ¿porqué ha sido sólo un anuncio "promesa electoral" y no un acto firme, una convocatoria de verdad? Hombre, pues está claro: porque si fuera una convocatoria de verdad iba a la cárcel. Y hasta allí podíamos llegar, que con estas cosas no se juega. Al menos él. Y todos los suyos. Que Puchi, nada más llegar a mandamás, se subió el sueldo y cobra un 84% más que Rajoy, y todos sus secuaces también tienen unos sueldazos y prebendas de aúpa. Seamos serios.

Creo que todos tenemos ya datos suficientes para calificar a Puigdemont, la persona.





Tradicional mejicana - Cielito lindo

sábado, 3 de junio de 2017

A propósito del Tekla y los programas de ordenador




Escribía en mi articulo anterior acerca del Tekla y los programas BIM. Decía que no me gustaba el Tekla, como también he dicho en otras ocasiones que no me gustan los programas de cálculo (no quiere decir que no los use), y mientras lo escribía me dí cuenta, reflexionando sobre las cosas que no me gustaban del programa BIM, lo que no me gustaba de los de cálculo.

Con el Tekla, el operador (ya no puedo llamarlo delineante) monta un modelo de la estructura. Y cuando termina, pulsa una tecla y ¡voilá! se generan los planos y las mediciones. Hasta entonces, nada, tensa espera. Quiero decir, uno pierde el placer (a veces), el control, la satisfacción siempre, de ir montando el proyecto, verlo crecer y evolucionar de una idea embrionaria a un paquete completo de planos y mediciones que permitirá a unos semianalfabetos construirlo según mis deseos. En la delineación clásica, uno va supervisando el proceso de dibujo, corrigiendo errores, y muy a menudo captando problemas de diseño y recalculando la estructura: muchos de los fallos del técnico, todo aquello que no había pensado o en lo que no había caído, se ven cuando se dibujan. Al delinear, hay que pensar lo que se está dibujando. Y es este segundo pensamiento el que permite hacer la corrección.

Pero con el Tekla, el operador genera de golpe un porrón de planos (muy feos y áridos, todo quiero decirlo, que el Tekla en este aspecto deja mucho que desear), y... no es fácil encontrar los fallos cuando lo que se revisa no es un plano sino un paquete de 50. La única manera es estar junto al operador mientras éste trabaja (menuda ganancia, entonces), pero tampoco: porque el operador va haciendo cosas, montando un modelo mediante el aburrido proceso de rellenar los farragosos cuestionarios en que consiste el programa, y así mal se supervisa y se repiensa la problemática de la obra.

Pues bien, me he dado cuenta de que con los programas de cálculo me pasa lo mismo: cuando uno introduce una estructura compleja, hasta que no da al botón de analizar no sabe si la estructura funciona o no. Y luego tendrá que ir elemento a elemento, viendo si infradimensiona o sobredimensiona, y no sabe si tocando aquí obtendrá un efecto allá...Muy diferente del sistema clásico, en el que el técnico reducía en pasos sucesivos la estructura a subestructuras cada vez más simples, y al resolver estas subestructuras simples una a una va, ni más ni menos, resolviendo poco a poco la estructura completa. Que es el procedimiento que todavía seguimos (yo, al menos) al predimensionar, y que ya veremos (yo no) cómo lo harán dentro de unos años, cuando los del pleistoceno ya no estemos y los titulares de entonces no sepan predimensionar.

Así que sí, en el fondo es eso. Los programas complejos de cálculo me hurtan el placer (a veces), el control, la satisfacción siempre, de ir resolviendo poco a poco, por mí mismo, la estructura. Que es lo que me gusta de mi oficio, qué quieren que les diga. 



Nat King Cole - Adelita

Tekla: formando tontos




Estos meses he participado en algunos proyectos que se han desarrollado con el sistema BIM. El sistema BIM lo define la wikipedia como:
El modelado de información de construcción (BIM, Building Information Modeling), también llamado modelado de información para la edificación,1 es el proceso de generación y gestión de datos de un edificio durante su ciclo de vida2 utilizando software dinámico de modelado de edificios en tres dimensiones y en tiempo real, para disminuir la pérdida de tiempo y recursos en el diseño y la construcción.3 Este proceso produce el modelo de información del edificio (también abreviado BIM), que abarca la geometría del edificio, las relaciones espaciales, la información geográfica, así como las cantidades y las propiedades de sus componentes.
Desde tiempos remotos, el diseño de los edificios ha partido de ideas de los técnicos, que éstos explican a sus delineantes, y que los delineantes plasman en planos que ellos dibujan. Los planos son rayas, líneas, arcos, rellenos,... dibujos en una hoja de papel o equivalente y que una persona con pericia puede a su vez interpretar, entender la idea del técnico, y construir esa idea. El sistema se puede informatizar, claro: los planos ahora se dibujan por ordenador, usándolo como un tablero electrónico; los cálculos, las mediciones, las descripciones... todo es susceptible de informatizarse. Pero el esquema básico se mantiene.

LLega un momento en que los programas de ordenador mejoran tanto que permiten cambiar este esquema. El cambio principal lo tenemos en que el ordenador ya no es un tablero electrónico que dibuja líneas y arcos, sino que recibe directamente las intenciones del técnico: vigas y columnas, tuberias, muebles, paredes, embaldosados, pinturas,... Ya no se dibuja algo que representa una puerta: directamente, se le marca al ordenador que ahí va una puerta. El ordenador ofrece muchos modelos de puerta, y se elige uno. Y el ordenador se encarga de todo lo demás: aparecerá en su sitio en todos los planos en los que deba, se tendrá en cuenta en las mediciones y el presupuesto, se despiezará su carpintería, se tendrá en cuenta su comportamiento al fuego... Ya nos podemos olvidar de la puerta. Más aún, si alguien quiere moverla o eliminarla, el ordenador se encarga. Todos tranquilos: es el BIM.

En el caso de las estructuras, el proyecto tradicional incluía un paso que los demás oficios tenía una importancia pequeña, y que en la estructura es la parte del león: el cálculo. Bien, del cálculo por ordenador y su evolución ya he hablado muchas veces en este blog, así que no me extenderé. De momento, los programas de cálculo evolucionan unos (CYPE, TriCalc,...) hacia generar ellos mismos los planos de estructuras, en un camino que no tiene futuro, y otros hacia transmitir la información a un programa "de dibujo" que sea propio del BIM. Es decir, conectarse con el programa que modela el edificio o proyecto. Es el camino correcto, porque llegará el día en que ambos programas se fusionen y al modelizar el edificio ya evalúe las cargas que ha de soportar y genere la estructura soporte. Sí, no es culpa mía si los calculistas tenemos tanto futuro como los aparcacoches de los bingos.

El caso es que, como decía al principio, he estado colaborando con dos proyectos BIM. Y es el futuro, pero en ambos casos mis sensaciones han sido negativas. ¿Por qué?

En primer lugar, mi colaboración en el diseño ha sido mínima. En el primero de ellos, un día me vinieron con la idea general, y aporté un predimensionado suficiente para que siguieran desarrollando esa idea. Tiempo invertido: unos minutos de presentación, charla insustancial y exposición del proyecto, unos minutos para que me expliquen qué querían de mí a esas alturas, y unos tres minutos en describirles de palabra un sistema estructural y unas dimensiones  aproximadas. Con eso se apañaron y modelizaron su edificio. Supongo que el proyecto evolucionaría, participarían más personas, no lo sé: no me tuvieron al corriente. 

Unos meses después, me vinieron con que la cosa tiraba para adelante y querían que me reafirmara en mi predimensionamiento y les explicara cómo resolver algunos detalles. Aquí sí que tuve tiempo y pude hacer cálculos, pero no hice mucho más. Luego me pidieron que les enviara algunos detalles de estructura para ellos ver cómo querría yo hacerlos, pero ya se encargarían ellos de dibujarlos.

Y fin. No sé si volverán cuando estén en la fase de obra, y no sé si quiero que lo hagan. El proyecto, no lo he dicho, era de un laboratorio de I+D. Pero no se me puede tener en cuenta como parte del equipo de proyecto, pienso yo. Y no lo pondré en mi currículum.

El segundo proyecto era mucho más complejo, y es comprensible que se gestionara peor desde el punto de vista del BIM. Como era más complejo, tuve que emplear programas de cálculo mucho más potentes, de ésos en los que modelizas el edificio completo, le das a un botón y a los dos minutos el ordenador escupe dónde hay que reforzar y dónde se está sobrado. Luego, el programa transmitía el modelo al programa Tekla, que es ya un programa BIM. Y un operador del Tekla se encargaba ya de todo lo demás, fin de mi participación.

A mí no me gusta el programa Tekla. Sin embargo, a los tontos les encanta. Porque genera perspectivas del conjunto de la estructura. Esas perspectivas no valen para medir ni para construir, por lo que en el método clásico de los proyectos no se hacían, pero dan una idea de lo que se quiere hacer. Los listos, viendo las plantas y los alzados no necesitamos la perspectiva, pero ya digo que los tontos sí. Así que a los tontos les encanta el Tekla, y no se puede discutir con tontos.

Tampoco me gustan los planos que genera Tekla, pero entiendo que es una cuestión de gustos, y que el programa tiene todavía mucho margen de mejora: también los copistas medievales pueden decir que prefieren sus iluminados a una página escrita con una máquina de escribir. He de asumir, una vez más, que soy un ingeniero del pleistoceno.

Pero lo que más me impresionó del programa Tekla es lo que permite: permite que un tonto "dibuje" la estructura metálica.

Dentro de las artes clásicas de la delineación, la delineación de la estructura ha sido un arte completa en sí misma, en especial la estructura metálica: para dibujar estructura metálica el delineante tenía que ser ducho en estructura metálica, no valiendo de nada la experiencia en otro tipo de planos. Y una de las mayores dificultades del dibujo de la estructura metálica es la concepción espacial. Si el delineante no tiene la pericia necesaria, el técnico - o el programa de ordenador- debía croquizar lo que el delineante debía dibujar, en este caso casi "calcar", pero si tenía oficio, bastaba con que el técnico explicara la solución: el proyectista la entendía, se la imaginaba en la cabeza y podía dibujar las plantas, alzados, secciones y despieces necesarios.

Esta misma habilidad de imaginación espacial servía para detectar los problemas y proponer soluciones, chequear lo dibujado, etc.

Pero esta habilidad conceptual no sólo se obtiene por nacimiento: se ha de desarrollar con la práctica; si no, se atrofia.

Pues bien, con el Tekla no se necesita. Con Tekla no hay que imaginar nada; uno modeliza un elemento, y el elemento aparece íntegro en la pantalla, incluyendo su interacción con los demás. El operario puede acercarse, girar la vista,... no tiene que imaginar. No tiene que esforzarse. No tiene que tener ninguna habilidad para imaginar objetos en el espacio. Es genial, ¿verdad?

Es genial. Ahora cualquiera puede dibujar estructura metálica.

¿Saben que pasará?

Que serán los tontos los que dibujen la estructura metálica. Los listos, que siempre escasean más que los tontos, se dedicarán a cosas para las que aún no valgan los tontos.

¿A que es genial?



Christina Perri - A thousand years

Hacia un veranito caliente




Se acaban las cartas del mazo, se acerca el momento de descubrir lo que se tiene. El momento de ver si se farolea y si el juego es de verdad 31 o un triste 35.

Pero resulta que para algunos esto no es un juego: es un medio de vida. De verdad, llevan tantos años ganándose los garbanzos gracias al juego que ahora empiezan a ver el abismo que les espera. Y se están poniendo nerviosos. Intentan por todos los medios que la cosa siga, que se vuelvan a repartir cartas, volver al principio,... pero es que el juego ya aburre, y hay que acabarlo. 

Así que se prevé un verano calentito.
1.- Una visión de lo que está pasando
ABC, 29 de mayo de 2017 (enlace)

Se lo aseguro, yo estaría jaleando a Puigdemont, gritándole "salta si tienes huevos" y el clásico "salta que yo te cojo". El problema es que hay ingeuos que creen que no, que va en serio; unos de estos incrédulos opinan que hay que no ceder, otros opinan que hay que ceder. Mientras, a los que viven de esto les da igual: lo importante es que haya gente que crea que no van de farol.

2.- Una explicación de lo que está pasando
 
En pocas palabras: verán, allá donde llegan las suvenciones de la Generalitat, al totalitarismo se le llama democracia.
 
Los grandes culpables de lo que está pasando no son los políticos. Los políticos viven de la política. Del arte de hacer complicado lo sencillo. De embrollar las cosas, de generar problemas donde no los hay. Eso está asumido y por eso tenemos políticos a favor y en contra de cualquier idea imaginable.

No, los culpables son los que realmente viven de esto. Los Sanchís, los Partal, las Raholas, las Forcadell (¡sobre todo, las Rahola y las Forcadell!) y todos los creadores de opinión que podían haber matado a la bestia cuando era una lagartija pero vieron lo contrario, el filón que les resolvería muchos años de vida. Los que clamaron desde sus tribunas periodísticas que Espanyaensroba, ensvolenaixafar y las demás sandeces que han calado en los minicerebros de los catalanes, los que les convencieron de que venimos de monos distintos, que Cataluña es una unidad de destino en lo universal diferente a España, etc. etc. Los que gritaron que yo era un colono, un invasor, que quería acabar con su cultura y que mi familia y yo llevamos oprimiéndoles durante milenios. Los que animaron a las turbas a acosar a los que querían que a sus hijos les enseñaran en español y los que claman porque en un programa de televisión un joven de Manresa interpele al president ¡en español!

Y lo peor para mí es que estos culpables se irán de rositas. Robespierre no habría dudado. Stalin lo habría tenido claro. En Cuba, en Venezuela, en China, en Corea del Norte, en Rusia, en Turquía. Pero aquí, donde según afirman no hay democracia, donde siguen mandando los franquistas, donde se persigue al catalán por ser catalán, por pensar y opinar diferente, se irán de rositas. Cómo concuerda esto en el minicerebro de los catalanitos hijos de otro mono con lo que estos canallas proclaman, es un misterio para mí. Será que los catalanitos no piensan.

3.- Un ejemplo de lo que está pasando
 
La ópera bufa en que vive Cataluña desde que estos tíos están al mando es difícil de explicar; como diría un castizo, es de mear y no echar gota.

Se les llenó la boca afirmando que en 18 meses seríamos independientes. Esos 18 meses se cumplieron el 27 de marzo. No pasa nada. Parece ser que cuando querían decir 18 meses se referían a 18 meses pasado cierto tiempo. Quizá el 10 de septiembre... aunque ahora se habla de fechas de octubre y, en fin. Lo último que tengo entendido es que no se trata de la fecha en la que seremos independientes, sino de la fecha en la que se anunciará la fecha en la que seremos independientes. ¡Ah!

Pero como el tiempo va pasando el jugador tiene que decir algo cuando llega su turno. Y, como no podían quedarse callados, anunciaron que habían anunciado a "la Comisión de Venecia" que iban a hacer un referéndum.

La Comisión de Venecia es un ente mágico, según creen los del otro mono, que validará el referéndum y la secesión de Cataluña, diga lo que diga y haga lo que haga el gobierno de España. Era el organismo que según Rahola y los otros voceros suvencionados daba pábilo a las aspiraciones secesionistas. ¡Años, llevamos aquí, con la murga de que la Comisión de Venecia permite esto y permite lo otro! No importa que se les demostraran las falsedades de lo que decían, ellos no reflexionan.  Y ante cada revés, ellos siempre contestaban: no importa, la Comisión de Venecia nos apoya.

Tengo medio entendido que la Comisión de Venecia es un organismo que se creó en Europa tras la caída del muro para intentar apoyar, validar o regular los procesos en los que se vieron inmersos los países del otro lado. Procesos en los que aún siguen algunos: por ejemplo, Crimea y Ucrania.

El caso es que, por lo que parece, Puchi "apeló" a la Comisión de Venecia. Acto seguido, la Comisión respondió con un comunicado de dos párrafos, uno primero de agradecimiento de la misiva original y un segudo en el que, sin anestesia, espeta:
Sin duda sabe que no sólo el referéndum en sí, sino también la cooperación con nuestra Comisión debe llevarse a cabo de acuerdo con las autoridades españolas. Me gustaría subrayar que la Comisión de Venecia, cuyo nombre oficial es Comisión Europea para la Democracia a través de la Ley, ha enfatizado coherentemente la necesidad de que todo referéndum se lleve a cabo cumpliendo plenamente la Constitución y la legislación aplicable.
¿Y qué interpretación hace Puchi de este párrafo? Pues que la Comisión de Venecia avala el referéndum y apela al gobierno central a que lo negocie.

Quizás esta capacidad de comprensión lectora explique que sólo tenga el bachillerato, nuestro presidente.

Pero ¿qué interpretación hacen los medios de comunicación suvencionados? ¡Pues la misma que la del Amado Líder! ¡Con un par!

¡Y la plebe lo celebra! Como, por otra parte, ha hecho siempre con todas y cada una de la paridas que han jalonado este prusés.

4.- Un ejemplo de cómo se piensa, que explica lo que está pasando

Como sabe cualquier españolito, el historiador (allá se las compongan los historiadores para recuperar su crédito tras la admisión entre sus filas de este pájaro) Jordi Bilbeny ha demostrado que Cervantes era catalán. Que el Quijote se escribió en catalán. Que Leonardo da Vinci, Colón, Erasmo de Rotterdam, Santa Teresa de Jesús, Miguel Servet, Fernando de Rojas, el autor del Lazarillo de Tormes, el Cid y una larga lista de prohombres eran catalanes. La bandera de los EE.UU. se basó en la catalana, Colón partió de Cataluña, la Constitución americana se basó en no sé qué cosa catalana, etc. etc.

En síntesis, su argumento es el siguiente: durante siglos la poderosa España ha conspirado para borrar cualquier prueba de que estos tipos eran catalanes y los ha hecho pasar por no catalanes. Por esta razón no hay pruebas de que son catalanes, pero lo son. Victimas de una conspiración. De siglos. Y por eso, cualquier argumento que usted oponga será falso. Es una conspiración, ¿entiende?

Pues bien, Bilbeny ha recibido premios "nacionales", aquí en Cataluña. ERC lo premió como uno de sus grandes pensadores, y los Sanchís, los Partal, las Raholas y las Forcadell le ríen las gracias y proclaman urbi et orbi todo lo que farfulla como si fuera verdad revelada. Pues ¿qué otra cosa es, sino prueba fehaciente de que España lleva siglos oprimiéndolos?

Y el catalanito de minicerebro descendiente de otro mono, ¿qué opina? ¡Je! Unos, se lo creen a pies juntillas. Otros menean la cabeza y dicen que quizás en esto se les ha ido un poco la olla... ¡pero da igual, es algo irrelevante y lo importante es que España nos oprime! 

Que nadie de entre ellos ridiculice públicamente a Bilbeny y se ría de los que le defienden demuestra qué procesos mentales se siguen por aquí. A ver si es verdad que venimos de otro mono.
 
Todo es cuestión de hasta dónde llegan las suvenciones de la Generalitat.
 
 
Coda
 
Mañana voy a Cardona. Sí, la Cataluña profunda. No tan profunda como Solsona, pero muy profunda vista desde Barcelona.
 
En las últimas elecciones al parlamento de aquí, Junts pel Sí y la CUP obtuvieron 1.723 votos de los 3.011 que hubo.

Hagámoslo por los otros 1.288.
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La Pegatina - Sun bay

La escuela concertada




Leo en el Diario de Cádiz que para el próximo curso, en la Institución Provincial Gaditana sólo tiene 1 solicitud en el primer curso de infantil. La Institución es un conocido colegio público... que no tiene niños. Dos líneas en quinto, pero una sola línea en los demás cursos. Entre los tres cursos de infantil tienen 17 niños: los de 3 y 4 años comparten clase. Y ya no se cursa allí Secundaria, ya se imaginan porqué.

En resumen: hace 15 años eran más de 1.500 alumnos; ahora son 141.

¿Saben cuál es el problema de la Institución? Que tiene cerca 3 colegios concertados. En las solicitudes, la Institución es siempre la segunda opción. ¿Por qué los padres prefieren, en general, a la escuela concertada? Por precio no será, porque la escuela pública es gratuita y la concertada suele costar una pasta. Tampoco debería ser por los profesores: todos los que salen de las escuelas de magisterio quieren entrar en el sistema público y opositan; y los mejores lo consiguen.

Pero sí, hay razones. Algunas las expuse en mi entrada sobre los deberes y otras en la entrada sobre el retraso (ya que estamos, les recomiendo que lean también ésta sobre el método de enseñanza), pero también callé algunas opiniones. Por ejemplo, ¿por qué una escuela con malos maestros enseña mejor que otra con buenos maestros? Está claro que no lo creemos; entonces, pensamos que los maestros de la concertada son mejores que los de la pública. ¿Y cómo casa esto con el hecho de que los públicos aprobaron la oposición que no aprobaron los concertados? Pues con la percepción generalizada de que el sistema público arruina a las personas, convierte a los mejores en mediocres y a los mediocres en botarates. Y por supuesto, la constatación de la realidad: todas las majaderías medran en lo público y luego nos lo imponen a lo privado.

Sin embargo, yo no veo gran diferencia entre la mayoría de las escuelas concertadas y las públicas. Lo que pasa es que mi opinión sobre las concertadas la expondré otro día.




Bee Gees - To love somebody (versión de Water & Rust)