jueves, 25 de octubre de 2012

De protoingenieros y de lenguas

Seguramente, los ingenieros navales presumen de ser la especialidad más antigua de la ingeniería. Y no les falta razón en España: en 1770 Carlos III crea el Cuerpo de Ingenieros de la Armada, en 1777 el de ingenieros de minas (por las minas de Almadén) y poco después la ingeniería de caminos, canales y puertos: básicamente, las necesidades que España tenía en el siglo XVIII de la ingeniería. Ya ven que a los industriales no nos necesitaron. Hasta 1854, creo (lo cual, de paso, explica muchas cosas; pero ésa es otra historia). Aunque tampoco esto es exacto, pues los ingenieros militares existían desde mucho antes - y especialmente desde que se generalizó la artillería-, y en 1711 Felipe V creó oficialmente el Cuerpo de Ingenieros (sin especialidad: se entiende que son militares y que saben de todo: fortificaciones, artillería, pólvora, buques de guerra, caminos y puentes,...).

No, digo que los ingenieros navales pueden presumir de ser los primeros porque podrían remontarse... a Noé. A fin de cuentas, construyó un arca de una capacidad fabulosa, ¿no? Caray, eso lo sabemos todos desde niños: Dios previene a Noé del diluvio y le ordena construir un arca, que Noé construye y bota. Por cierto que acierta a la primera, sin prototipos ni arcas beta ni fases de rodaje. Debía ser un superingeniero naval, el tío.

Pues yo no estoy de acuerdo. Consulto el pasaje en mi Biblia y leo: "Dios dijo a Noé: Por lo que a mí respecta, ha llegado el fin de toda criatura, pues por su culpa la tierra está llena de violencia; así que he pensado exterminarlos junto con la tierra. Fabrícate un arca de madera de ciprés. Haz compartimentos en el arca y calafatéala así: medirá ciento cincuenta metros de larga, veinticinco de ancha y quince de alta. Haz una claraboya a medio metro del remate, pon una puerta al costado del arca y haz una cubierta inferior, otra intermedia y otra superior" (Gen 6, 13-16).

A ver, la Biblia no recoge todo lo que se dice, sólo lo más importante. El resto hay que leerlo entre líneas, imaginarlo. Pero, vamos, lo tengo claro: el ingeniero era Dios, Noé sólo era el operario.

Así que, y ya que estamos con la Biblia, ¿cuál fue el primer ingeniero? La verdad es que no hace falta ir muy lejos, sólo dos hojas más allá:
"Al emigrar los hombres desde Oriente, encontraron una llanura en la tierra de Senaar y se establecieron allí. Se dijeron unos a otros: Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos al fuego. Y emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de argamasa. Después dijeron: Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance el cielo, para hacernos un nombre, no sea que nos dispersemos por la superficie de la tierra.
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres" (Gen 11, 2-5).
Caray, está claro: los primeros ingenieros... ¡eran de estructuras!

El fragmento, por si no lo han reconocido, es el que narra la construcción de la Torre de Babel. Es un fragmento muy curioso, porque es muy corto (nueve versículos), y no parece relacionado con nada más de lo que se dice en el libro del Génesis: está intercalado entre la relación de los hijos de Noé (que tuvo tres, Sem, Cam y Jafet). Y tras la relación (porrón de nombres que no dicen nada, como Ofir, Yoctán, Arfacsad,...) ya se pasa directamente a la historia de Abrahán. Lo de la torre de Babel está ahí, semioculto en la lista de nombres, quizá para que el relator pudiera tomar aire.

¡Un momento! El pasaje, ya lo he dicho, consta de nueve versículos, y sólo he citado del segundo al quinto. ¿Qué más se dice, que merezca su inclusión en el Génesis?

El primer versículo, que había omitido, dice así:
"Toda la tierra hablaba una misma lengua con las mismas palabras" (Gen 6, 1).
Y los otros cuatro:
"Y el Señor dijo: Puesto que son un solo pueblo con una sola lengua y esto no es más que el comienzo de su actividad, ahora nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Bajemos, pues, y confundamos allí su lengua, de modo que ninguno entienda la lengua del prójimo.
El Señor los dispersó de allí por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad. Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí los dispersó el Señor por la superficie de la tierra" (Gen 11, 6-9).
El Génesis es un libro extraño. Sus once primeros capítulos podemos catalogarlos de mitos (narraciones maravillosas situadas fuera del tiempo histórico y protagonizadas por personajes de carácter divino o heroico), y el resto del libro, que versa sobre Abrahán, Isaac, Jacob y José, de leyendas (relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de históricos o verdaderos). Sin duda, es una colección de las historias que contarían los hebreos cuando el libro se fue confeccionando, a su vez bañadas por el obvio toque "contemporáneo" que juzgaran sus autores (de ahí, por ejemplo, la larga relación de descendientes de Noé hasta llegar a Abrahán). Y, aquí viene lo bueno, los mitos que se cuentan (y que algunos de ellos nos han llegado también de otras culturas, como el Diluvio Universal) no serían exclusivos de ellos; aun al contrario, se habrían aprendido de otros pueblos con los que se hubieran mezclado o al menos coincidido, en tiempo o en lugar. Y algunos de estos mitos, como éste de Babel, se tuvieron que meter con calzador dentro del hilo argumental del libro. La razón es fácil: para ellos eran importantes estas historias, hablaban de cosas que creían importante que se supieran. No hablan de cómo se descubrió el fuego o se inventó la rueda. No, hablan del hombre.

Porque un mito es algo más que una narración maravillosa. Es una narración que, además, aporta una explicación de algo y una enseñanza moral. Y en el caso de la Torre de Babel hay dos. Una, secundaria, nos dice que cuando los ingenieros (o, fuera ya bromas, los hombres) trabajan en equipo no hay nada que no puedan hacer. Que la falta de entendimiento provoca la desunión y la desunión el fracaso de los proyectos.

Y, claro está, la principal: la diversidad de lenguas es negativa. Una maldición, una fuente de desgracias, el origen de la desunión entre los hombres.

Hay personas que sostienen que la lengua es riqueza. Que cuando una lengua se extingue, la humanidad se empobrece. Y muestra de la riqueza de una lengua es su literatura. El Quijote, por ejemplo,  es parte de la riqueza del castellano. También se argumenta que gracias a la lengua se crean obras de arte, que forman parte de nuestro acervo.

Entonces, si en España no se hubiera hablado castellano sino francés, ¿Cervantes no habría escrito el Quijote? ¿Quevedo se habría hecho zapatero? Si en Inglaterra se hablara el castellano, ¿Shakespeare sería un folletinista del tres al cuarto? ¿Acaso un pintor crea su arte gracias a su idioma?

¿Cuál es la utilidad real de que existan innumerables lenguas? ¿Qué ocurriría si cada ser humano hablase su única, individual y unipersonal lengua? ¿Seríamos entonces una humanidad riquísima? ¿No es cierto que en las sociedades que han progresado hablaban todos una misma lengua?

No veo la ventaja de que existan siete mil maneras distintas de decir "agua". No capto el aspecto positivo; no creo que nos haga más ricos. Las lenguas nos empobrecen. Y cuando muere el último hablante de una extraña lengua que ya sólo hablaba él (cosa que, si creemos lo que llegan a decir las típicas "Plataforma por la Lengua", ocurre cada cuarenta minutos o así), yo no pienso que perdemos una riqueza colectiva; al contrario, pienso que por fin nos liberamos de una manera más de no entendernos los unos con los otros.

Ya sé que esto que digo es políticamente incorrecto y que en el escalafón de lo intolerable va sólo después de la atrocidad "yo voto al PP", pero es lo que pienso, éste es mi blog y lo escribo. Por cierto: puede estar usted en desacuerdo, e incluso intentar sacarme de mi error; pero, oiga, si lo que le sulfura es que lo piense, deje de leer y búsquese otra página. No necesito un comentario insultante que además no leeré.

Porque ¿saben,? hubo un tiempo en que la gente pensaba que la profusión de lenguas era una maldición de los dioses. Y así lo recogieron los hebreos en el libro del Génesis.

miércoles, 24 de octubre de 2012

¿Es usted de derechas o de izquierdas?

Como anécdota, lo de la separación entre derechas e izquierdas en la política viene de la época de la Revolución Francesa: la Convención se reunía en una sala alargada y (en aquella época no había micrófonos) la presidencia y el púlpito de los oradores se situaba en en centro de la sala; de ahí que unos (los jacobinos) quedaran a la izquierda y los otros (los moderados) a la derecha.

A lo que vamos: ¿es usted de derechas o de izquierdas? Seguramente, la respuesta será que depende. En unas cosas sí, en otras no. Usted no es un extremista y la vida la ve con colores y graduaciones. Por ello, permítame que le haga una disquisición acerca de lo que es la izquierda y la derecha.

Imagine una tribu en la selva. Dentro de la tribu hay personas fuertes y poderosas y débiles y desfavorecidos. Familias que han prosperado y familias que han decaído. Bien. Puede usted opinar que en la tribu debe haber un poder central fuerte, que controle a los individuos poderosos y proteja a los débiles. Que gestione las partidas de caza y el reparto de los resultados, de manera que todos tengan porciones justas de carne. Lo contrario, piensa usted, sería la ley del más fuerte y el penar de los miserables. ¡Ay de las viudas y los huérfanos, por ejemplo!

O, por contra, usted puede opinar que no. Que no hay que regular, hay que dejar que cada uno salga adelante por sí mismos. Usted cree que a la tribu le irá mejor así, cree que los propios poderosos se autorregularán y cuidarán de los débiles. Opina, por ejemplo, que los fuertes también querrán que los otros les ayuden en la caza y, aunque luego se lleven la parte del león, también les darán lo que crean que les corresponde. A fin de cuentas, si los pobres no quedan satisfechos de la justicia de los ricos, dejarán de apoyarles en sus cacerías y les irá peor a los ricos, y éstos lo saben. Pero esto es utópico, en realidad usted no quiere un gobierno de la tribu fuerte precisamente por eso: porque usted no es utópico, y piensa que ese gobierno caerá bajo el control de los poderosos y éstos, bajo la careta de ser el gobierno, sacarán de los pobres hasta lo que no tienen.

Si usted es partidario de un gobierno fuerte, usted es de izquierdas. Si es partidario de que el gobierno pinte lo menos posible, es usted de derechas.

Hace años tuve que trabajar con un alemán del este, ingeniero. Cuando acabó el instituto fue a la universidad, encaminado hacia la ingeniería, y poco antes de acabar los profesores de la universidad le encontraron un puesto de trabajo en una fábrica (propiedad del Estado, claro).
Es decir, en el ideal de la izquierda el individuo no cuenta. El Estado sabe y decide por él, lo que será lo mejor para él y además será lo mejor para todos. Lo que has de estudiar y donde trabajar, lo que hay que sembrar y cosechar o fabricar, el sueldo que tendrás y que (naturalmente) será justo. Lo que puedes hacer y lo que no. Porque las normas son buenas, y cuantas más normas haya, más igualdad, más justicia, más desarrollo personal. Cuanto más difícil le sea a un individuo imponerse a otro, mejor para todos. Por ejemplo, usted, señor comerciante, deberá rotular sus anuncios en el idioma que yo le diga, no en el que usted prefiera para su negocio. Abrirá en el horario que yo le diga, hará los turnos que yo le diga y tendrá las características internas (prohibido fumar, supresión de barreras arquitectónicas, aislamiento acústicos entre habitaciones en un hotel...) que yo le diga. No importa que usted no quiera vender a determinadas personas: yo le ordeno que sí lo haga. Es mejor para todos.
Ya saben el chiste de las vacas y la economía:
SOCIALISMO UTÓPICO: Tienes 2 vacas. Le regalas una a tu vecino. SOCIALISMO REAL: Tienes 2 vacas. El estado te quita una y a da a tu vecino.
COMUNISMO: Tienes 2 vacas. El estado te quita las dos y te regala un poco de la leche.
FASCISMO: Tienes 2 vacas. El estado te las quita y te vende un poco de la leche.
NAZISMO: Tienes 2 vacas. El estado te las quita y te fusila.
BUROCRACIA:  Tienes 2 vacas.
El estado te quita las dos, mata una, ordeña a la otra y tira toda la leche…
CAPITALISMO TEÓRICO: Tienes 2 vacas.
Vendes una y con el dinero compras un toro. Tu rebaño se multiplica y la economía crece. Luego vendes el rebaño y te retiras a vivir de tu renta.
CAPITALISMO REAL: Tienes 2 vacas. Como su vecino sólo tiene una y aguantas más que él, vendes la leche más barata hasta que lo arruinas. Te la vende y entonces subes los precios de la leche.
(el chiste sigue, pero ustedes ya me entienden) 
En el ideal de la derecha, el estado no existe. Y si existe, no se mete en nada. Acuña monedas, vigila la seguridad de los caminos y poco más. Allá el tendero que rotule en el idioma que considere, el dueño del teatro que permita fumar, la tienda por la que no se pueda circular en silla de ruedas o el hotel que tenga las habitaciones con paredes de papel; ellos sabrán si les interesa o no. En  el espíritu de la derecha, a algunos les irá bien y a otros mal; a la larga, dependerá de sus capacidades: todos tendrán una oportunidad, aunque no la sepan ver o aprovechar. Y, globalmente, la sociedad se beneficia del hecho de que, en la lucha por la supervivencia, cada individuo da lo mejor de sí mismo.

Para la derecha, el mejor impuesto es el que no se paga. Porque, lo quiera el gobierno para lo que lo quiera, es un dinero que los miembros de la sociedad sabrán gestionar mejor por sí mismo. Por ejemplo, el trabajador que prefiere su propio plan de pensiones, su propia política de seguro médico o su propia "hucha" por si pierde su trabajo.

Otra cosa que tampoco entenderá la derecha es el porqué de tanto impuesto. Porqué, por el simple hecho de comprarle a Fulano una chaqueta o encargarle a Mengano el cálculo de una estructura, ha de pagar además un dinero (IVA) al Estado, aparte del que a su vez Fulano y Mengano paguen como impuesto por haber ganado dinero.

Claro, por educación cultural nadie es al 100% de derechas. Todos queremos que una serie de materias estén reguladas, que se administre justicia, que haya unas leyes de obligado cumplimiento, que haya una seguridad razonable, etc. Pero ¿se puede ser al 100% de izquierdas? En el extremo de la izquierda, no hay propiedad privada. Todo es de la colectividad, y el gobierno, que es justo y bueno y sí sabe, gestiona adecuadamente la propiedad común dando a cada uno lo que le corresponde. Ahora bien, somos humanos, y entonces ocurre lo que podríamos denominar "el ejemplo de la bicicleta", ya saben, que más o menos reza así:

Reunión del Politburó. Toma la palabra el camarada presidente:
"¡Compañeros, hemos de colectivizar las fábricas!"
El resto de camaradas: "Sí, sí, colectivicemos"
El presidente: "¡Y las tierras y los palacios!"
El resto de camaradas: "Sí, sí, colectivicemos"
El presidente: "¡Y las fortunas! ¡Y los coches!"
El presidente: "¡Y las bicicletas!"
Y salta uno: "¡Eh, las bicicletas no, que yo tengo!".

De hecho, sabemos de las dachas de la clase dirigente de la URSS, lo bien que vivía el clan Gadafi y que a la cúpula de Corea del Norte no le va tan mal, por ejemplo. Y es que todos queremos que nos protejan de los demás, pero... que nos respeten nuestras bicicletas.

Por supuesto, no es solo una cuestión económica. El mismo planteamiento "poder para el gobierno - poder para el individuo" se puede llevar también a los terrenos morales: ¿Quién es el responsable de la educación de los hijos, la sociedad o los padres? ¿Cuántos hijos es correcto tener? ¿Con cuánto dinero se puede uno mover sin cometer un delito? ¿Quién hereda? ¿Quién puede ver qué película? ¿Prevalece mi "derecho" o el de mi vecino? O, por poner un ejemplo sobre ingenieros, ¿quién decide qué criterios se siguen para proyectar un edificio, el propio arquitecto o ingeniero o la sociedad vía normas y reglamentos?

Así que la próxima vez que acuda a votar, medite primero si usted es más de derechas o más de izquierdas. Si quiere que la administración que se vote se inmiscuya más o menos. Porque, en el fondo, se trata de eso.

Por cierto: si alguna vez se ha preguntado porqué esa inquina obsesiva y recurrente que tiene "la izquierda" con la Iglesia católica,... creo que ahora está claro, ¿no? La ve como a "su competencia".


jueves, 18 de octubre de 2012

Lance Armstrong

Estrictamente hablando, dopaje en el ciclismo profesional ha habido siempre. Aquellas palizas, la Vuelta a España a finales de abril y principios de mayo, con el clima cambiante lloviendo día sí y día no, con frío terrible en el norte y calor brutal en el sur...; el Giro, casi a continuación, con la nieve en los Alpes que no se sabía si se suspenderían las etapas (cada año alguna), y poco después el Tour...Pues claro, los ciclistas se alimentaban con una dieta especial, tomaban unas comidas rarísimas en los avituallamientos, suplementos vitamínicos, de todo... y luego, en el hotel, aire acondicionado en el salón o la habitación y faringitis al canto. ¿Cómo correr entonces? Un aerosol, una pomada, algo. Y a menudo, daba positivo. Ángel Arroyo cuando iba a ganar la Vuelta, Perico Delgado ganando el Tour, por citar sólo un par de casos; estrictamente hablando, algo de dopaje había. Sean Kelly perdió la Vuelta del 87 por un forúnculo el penúltimo día, lo operaron en el hotel al acabar una etapa, y el pobre hombre no podía ponerse ni una pomada, que habría dado positivo. Yo, lo digo, les entiendo y me parece bien: si yo me resfrío y me tomo un Frenadol, un ciclista también debe poder tomarlo.

Eso sí, nada que ver, por ejemplo, con cómo iría Stephen Roche en el 87: de ser un don nadie pasa a tener un junio y julio extraordinario y gana el Giro y el Tour, con un día en concreto "imposible" en el Tour - necesitó asistencia médica en la meta- para ganar a Delgado, y luego de nuevo la mediocridad. O Eugene Berzin, el año que machacó a Indurain en el Giro. Éstos, estoy convencidos, iban más dopados que Ben Johnson en Seúl, solo que ya se sabe: la farmacopea del dopaje siempre va por delante de la farmacopea de los controles, y se libraron. 

Pero bueno, eran años donde había muchos ganadores, nadie monopolizaba las victorias. Hasta que llegó Indurain. Tengo para mí que Indurain iba razonablemente "limpio", y simplemente era un portento. Con veinte años debuta en la Vuelta y se pone unos días líder, con los años va acumulando carreras y victorias, y, sobre todo, éstas se producen a lo largo de todo el año, no se acumulan en una punta de tres semanas. En el 90 hace un Tour excelente, en el 91 queda 2º en la Vuelta y gana su primer Tour, luego cuatro más y dos Giros e innumerables victorias en todas partes. Un palmarés completísimo. No es lo habitual en un dopado. Pero... el problema secundario es que tenía demasiadas victorias y demasiado importantes. Todo el mundo hablaba de la generosidad de Miguelón, de cómo dejaba que los demás también ganaran alguna cosa, pero aquello no bastaba. Porque muchas victorias del muchacho humillaban a los rivales. Su superioridad en la contrarreloj ridiculizaba a los demás, su constancia en las cuestas empequeñecía a los otros. Año tras año. Año tras año. Estoy seguro, los demás ciclistas se plantearon qué tenían que hacer para ganarle. Y muchos dieron el paso y cruzaron la raya. Berzin, por ejemplo, y Bjarne Riis. 

Berzin hizo lo que hizo y se lo tragó la tierra. Riis tuvo aquellas tres semanas de aquel año bestial y luego también se lo tragó la tierra. Es oficial, hasta él mismo ha reconocido que aquel Tour iba dopado hasta las trancas. Y, por todo esto, pienso yo, Indurain se retiró. Seguramente vería lo que estaba pasando, lo que hacían los demás; notaría que empezaba a envejecer y que si quería seguir ganándoles iba a tener que "ayudarse" como ellos, y... decidiría que no, y por eso se retiró.

Y, curioso, cuando Indurain se retiró también lo hicieron muchos ilustres. La pelea por su hueco no la tuvieron Riis (el dopaje sólo le dio para un año), sino jóvenes como Ulrich (un año ganador), Pantani (otro que tal), Jiménez (y vaya usted a saber), y gente así. ¡Ah, en ese momento el dopaje campa a sus anchas! Ya no es una cosa puntual, es estrategia global de equipo. En el 98, el Festina cayó. Al principio todos lo negaron (y más que nadie, su líder Virenque); luego, uno a uno, todos reconocieron que sí se dopaban. En otros casos, la confesión ha llegado años después, pero ha llegado. Sí, podemos decir que entre los años de Indurain y de Contador el dopaje ha sido moneda corriente en la Vuelta, el Giro y el Tour. Y dopaje del bueno, de médicos programando el calendario de "medicación", de autotransfusiones de sangre y de complejos químicos de muchísimo dinero.

Y, en mi opinión, y más que nadie, Lance Armstrong.

Armstrong nunca me gustó. Al principio era un ciclista de segunda fila, americano, ambicioso e inexperto. Algunas victorias, lo normal. Luego, un cáncer terrible. Sobrevive, ¿y resulta que se convierte en el superatleta definitivo? ¿Sin drogas ni cosas raras, sólo vida sana y mucho plátano y papayas? Eso sí, su superatletismo sólo le sirve, cada año, durante las tres semanas del Tour. El hombre no corre nada más, unas pocas carreras de preparación y punto. Todos sus rivales se hacen decenas de miles de kilómetros, se trabajan todos los pueblos de Europa y llegan al Tour que no saben si se han pasado de vueltas. Y Armstrong aparece fresco como una rosa. Sólo le interesa el Tour, lo gana y a casa. Y, claro, no se le podía acusar de nada porque en seguida los medios saltaban con que pobrecito, acaba de superar un cáncer, lo suyo tiene un mérito tremendo.

¡Ah, cómo le odiaba! Dejé de ver y seguir el Tour cuando él empezó a ganar (actualmente sigo sin hacerlo, sólo algún año me he interesado por si había cambiado); estaba convencido que se dopaba más que Roche y que Riis, pero nunca le pillaban. Ahora se sabe porqué. Sobornaba cuando daba positivo. Obligó a doparse a todo su equipo - en el Tour su equipo parecía siempre imbatible -, pero como eran unos cualquiera, a éstos sí se les pillaba. 

Ahora está por fin saliendo toda la verdad. El falso, el tramposo. Pero no falso y tramposo normal, no. Falso y tramposo en grado superlativo. El más tramposo de los tramposos.

¿Y se está discutiendo si tiene sentido desposeerle de sus títulos? ¡Claro que hay que quitárselos! Hay que borrarlo de las listas de ganadores con salfumán, y además que sepan los futuros tramposos que, cuando años después, a ellos también se les descubra, se les quitarán las victorias que tengan y las que no tengan. A ver si alguno decide no arriesgarse.

Y el Tour, lo que tiene que hacer es no intentar fabricar supercampeones y ser además "la carrera definitiva". El monopolio de las victorias lleva a los segundos a cruzar la legalidad para intentar ser ellos los primeros alguna vez, y si se da la importancia debida a las otras carreras habrá más gloria para más gente y menos necesidad de hacer trampas.

Por cierto, y acabo: Alberto Contador y las figuras de estos últimos años, Valverde incluido - en estos últimos años- son corredores, así lo pienso, deportivamente "limpios". Los que se dopan son los perdedores.

martes, 16 de octubre de 2012

"La están peinando"


Estoy redactando un informe de chequeo de la estructura de un edificio. El edificio en cuestión se proyectó hacia el 2006-2007 y se construyó entre 2008 y 2009. Plenamente, era un proyecto hecho con el Código Técnico de la Edificación. Desafortunadamente, el proyecto "se ha perdido" y no puedo acceder a lo que dijo el proyectista. Así que intento deducirlo todo a través de la información facilitada por el constructor.

Aparentemente, el chequeo es algo muy fácil de hacer. Si el edificio cumple la normativa, está bien. Si no la cumple, toca dar explicaciones.

Bien. Chupao. La normativa. Sí, claro. La normativa. La vigente entonces, quieres decir. Sí, claro, mira, es que… no sé si sabes, pero dentro del edificio hay partes de estructura metálica, ¿sabes?

A ver si me explico:

Hacia 2004 ya circulaba, en versión de borrador y fase de aportaciones, un bosquejo de normativa, el Código Técnico de la Edificación. Que, ojo al dato, no incluía las estructuras de acero ni de hormigón. De hormigón, porque ya existía una norma para estructuras de hormigón, EHE. Y la del acero, porque también en ese 2004 había un borrador de una nueva norma para estructuras de acero, EAE. Y entonces, ocurrió "aquello".

"Aquello" fue que ganó Zapatero. ¿Y? Nada, que creó un Ministerio de la Vivienda. ¿Y? Nada, que los técnicos del ministerio de la vivienda se apropiaron del CTE mientras que la EHE y la futura EAE seguían en manos de sus propietarios primigenios, el Ministerio de Fomento. ¿Y? ¡Ah, amigo, las cosas de los funcionarios…!

En noviembre de 2005 se publicó el CTE incluyendo una norma de acero. La mayor chapuza normativa que vieron los tiempos.  En marzo de 2006, su modificación. En enero de 2008, la modificación de la modificación. La siguiente, en abril de 2009. Y en 2010. La última que controlo, de 2012.

Mientras tanto, los técnicos de Fomento decidieron no correr y hacer las cosas bien. En 2010 su EAE ya estaba casi lista, y finalmente en 2012 la publican. Da mil vueltas al CTE de acero y, por suerte, lo deroga. Entre comillas, porque el CTE contraataca y saca un CTE de acero reducido, válido sólo para casos muy muy sencillos pero que en parte exime en esos casos de cumplir con el completo paquete del EAE.

Bueno. Hasta aquí. El problema es que el CTE ha tenido tantas revisiones y tan corta vida porque es una chapuza de norma. Y sus revisiones también.

¿Porqué les cuento esto? Pues porque en mi informe intento explicar al cliente la estupidez normativa de aquellos años, y no pude evitar acordarme de algo que leí hace unos meses.

Era un artículo de un periódico, acerca de las normas que estaba preparando y/o promulgando la administración Rajoy, y la comparaba con la administración Zapatero. Resulta que ahora las normas y todo eso están bajo la hégida de Soraya Saéz de Santamaría, abogada del estado, y una serie de mandos intermedios seleccionados por ella, todos también abogados del estado. Y eso se nota en que las normas y decretos salen "bien", salen rápido, a la primera y sin remiendos. Y al día siguiente del anuncio se publican en el BOE. Y el artículo recuerda la cantidad de veces que lo que preparaba la administración Zapatero salía tarde, mal, con enmiendas y recursos, con modificaciones, con "no es eso, no es eso", etc. Decretos que había que corregir, que derogar, que cualquier cosa. Y sobre todo, que todo tardaba muchísimo desde el globo sonda inicial, la promesa y el anuncio a bombo y platillo hasta la publicación en el BOE.

Concreto: el artículo decía que en aquellos tiempos era normal bromear acerca de la norma o ley anunciada y no publicada todavía. Se decía que a la norma "la estaban peinando".

Yo, memo de mí y en mi ignorancia supina, siempre pensé que el origen de esta expresión está en la tardanza de las novias, con el novio esperando - o el padre, qué caramba-, y la excusa que se daba para ellas es que "las estaban peinando".

Y resulta que no, que el origen es otro. Según he leído hoy en este enlace, y si está publicado en internet es que es verdad, el auténtico significado de esta expresión es:

"Expresión popular muy utilizada cuando alguien nos mete prisa en relación a la finalización de un asunto o una tarea determinada. Equivale a 'peinar la baraja' que procede de la lengua de germanías del siglo XVI y cuyo significado es barajar despacio para que no haya trampas en el juego y que se ejecuta de la siguiente manera : tras cortar el mazo en dos mitades, se entremezclan las cartas, como el peine y el pelo. Cuando un jugador va perdiendo apresura al que baraja despacio, para tratar de recuperar lo antes posible lo perdido y de ahí surgió la expresión."

jueves, 11 de octubre de 2012

¿Vuelco electoral?


El pasado 2 de octubre se celebró el primer debate entre Obama y Romney.
Ya les había dicho que iba a ganar Obama, así que ahora procede ver si cambió algo por el debate.

Si recuerdan los gráficos que adjuntaba, al acabar septiembre Obama tenía 269 votos seguros (se necesitan 270 para ganar) y Romney tenía 181; quedaban en juego 88 (los votos de estados en los que la diferencia entre uno y otro no superaba el 5%) y Romney debía ganarlos todos para empatar.

El mapa al acabar septiembre estaba así:



Tras el debate, ¡sorpresa! Ha aumentado el número de estados en el alero: ya son 156 votos. Romney sigue con sus 181 votos seguros, y Obama se ha quedado con 201.

Ahora está así:



Ha perdido, obviamente, 68 votos, ¿no? Bueno, no tan rápido. Los estados empatados han de terminar siendo de uno u otro, y si damos a cada uno los estados en los que lleva ventaja quedarían con 294 para Obama y 244 para Romney. Sí, Romney ha recortado, pero no lo suficiente. Todavía debe arañar 25 votos más para empatar.

Veamos qué ha pasado. Primero, Obama no ha ganado para su causa a ningún estado. Romney, tampoco. Pero la ventaja de Obama en cinco estados se ha reducido y ahora se les considera indecisos: Michigan, Wisconsin, Ohio, Pennsylvania y New Hampshire. Primera moraleja: Obama, amigo, ya sabes qué estados debes volver a trabajarte.

En segundo lugar, ¿pasan a ser indecisos pro-Romney o siguen siendo pro-Obama? Pues fíjense, siguen siendo estados pro-Obama. Tendrá que luchar un poco más de lo previsto, pero los ganará.


Así quedarían hoy, sin indecisos:


¿Entonces? ¡Ah, es que hay un cambio que no se ve en el mapa! Colorado, Carolina del Norte y Florida, que eran estados indecisos pero pro-Obama siguen indecisos… pero ahora son pro-Romney. Ahí está perdiendo Obama los votos.

Así estaba en septiembre sin indecisos:


La carrera, está claro, sigue. Hasta el 6 de noviembre todo es toro, como los rabos. Y quedan dos debates más: uno el 16 de octubre y otro el 22. Y además, un montón de días en los que cada uno deberá poner toda la carne en el asador. La pregunta es… ¿dónde? Porque Estados Unidos es un asador muy grande. Y aquí viene mi opinión.

En primer lugar, Obama. De momento está ganando, por lo que debe jugar a la defensiva. Sabe que puede perder 24 votos, no más. Si mantiene sus cinco estados, gana. Puede perder New Hampshire (sólo son 4 votos), los otros cuatro estados han de ser suyos. Si tiene fuerzas, debería intentar también recuperar Carolina del Norte: eso sería definitivo.

En segundo lugar, Romney. Lo tiene difícil. Ha de asegurarse Colorado, Florida y Carolina del Norte y ganar al menos dos de los cuatro estados clave de Obama. Obviamente, Ohio y Pennsylvania. New Hampshire no le sirve para nada.

Lo que va a pasar es que Romney no va a ir a por Michigan (el estado de Detroit) ni Wisconsin (el estado de Milwakee). Son estados industriales, más interesados en la economía de las fábricas que en los valores republicanos y mormones. No, va a ir a por Ohio. Porque de rebote podría conseguir Pennsylvania (el estado de Filadelfia) y asegurar Carolina del Norte.

El estado clave es Ohio. Nunca un republicano ha ganado sin ganar allí, y ahora tampoco se va a intentar. Más: desde 1960 el que gana allí gana y desde 1900 sólo dos veces un demócrata ha ganado sin ganar en Ohio. Los demócratas tampoco van a tentar a la suerte. Además, los mensajes que se den en ese estado servirán también para casi toda Pennsylvania, y gran parte servirán para Virginia (que sigue indecisa, ¡eh!) y Carolina del Norte. Y en la parte industrial de Ohio pueden, por cercanía - física y mental-, trabajarse Michigan.

También podría ser importante Florida, claro que sí, pero está lejos, se pierde tiempo en ir y la campaña será dura. Más aún, en Florida la cuestión clave sería la cuestión hispana (lo que no hay en Ohio), hay que hablar en español, meterse en un jardín diferente,… no, no creo que sea un estado clave. Obama no lo necesita y el otro necesita Ohio más que Florida.

Y, lógicamente, no habrá tortas por Colorado. Más lejos aún, más diferente. Más cerca del estado mormón  de Utah, y sólo son 9 votos. No valdrá la pena.

Los dos partidos harán sus cuentas: Ohio y Pennsylvania, el que los gane ganará. Salvo que Obama dé un golpe de mano y se lleve Carolina del Norte.

Como ven, EE.UU. es un tablero  divertido. Podría pasar, podría haber un vuelco en las encuestas y ganar el aspirante. Parece que habrá partido hasta el último minuto.

Y esto es lo que ha cambiado por un debate en televisión. Quedan dos.

lunes, 8 de octubre de 2012

I Congreso de la Ingeniería Industrial


Los días 23 y 24 de octubre se celebrará en Madrid el I Congreso de la Ingeniería Industrial; el programa está disponible aquí. Nada de particular, es un congreso técnico. Se han programado 12 mesas, en torno a las cuales y a partir de ponentes con nombre y apellidos, tres o cuatro por mesa y cada uno presentando su ponencia, se hablará a lo largo de hora y media de los temas que se han propuesto como cruciales para la profesión y para el país (entiéndase esto último como que los ingenieros pensamos que para el país es clave que sus ingenieros sepan de esos temas).

Una de las frases con las que se anuncia es: "Con el fin de encontrar las vías que canalicen todo este potencia de la Ingeniería Industrial, mediante la detección de los temas que serán clave en los próximos años, la mejora de la formación de los ingenieros y la reflexión sobre los cambios que se están produciendo en nuestro entorno y que se acentuarán en los próximos años, conseguiremos que nuestro país recupere el impulso necesario para incorporarse al grupos de países líderes en productividad y eficiencia de sus empresas, instituciones y la mejora de la sociedad en general."

Vamos, que se imaginan todo lo demás, ¿no?

Yo… ¿qué quieren que les diga? La verdad, considero bueno que se hable de estos temas. El ingeniero no tiene que estar siempre enfocado en lo suyo, aislado en la mesa de un despacho.  Es un oficio en el que cada instante que pasa te vuelves más obsoleto. Mas sabio, más experto, sí, pero experto en problemas antiguos, en máquinas antiguas, en procesos antiguos. Por ejemplo, te conviertes en una autoridad en los edificios con aluminosis, y al final eres un experto en un problema que hubo en un tiempo. Que te quedarán pisos suficientes para que vivas tu carrera profesional, pero sólo si ésta no es muy larga. O serás un experto en motores de combustión, pero el futuro no va por ahí: serás un experto en antiguallas y te sentarán junto al experto en clavicordios, al que repara paraguas y al tipo que todavía escribe en arameo. De esto somos conscientes todos los ingenieros, y lo asumimos con resignación. Intentamos, claro, aprender siempre cosas nuevas, pero… cuesta.

Así que me parece estupendo que un día se haga un alto en el camino y se dedique un ratito a charlar sobre las pilas de combustible y los vehículos híbridos o sobre patentes, por poner unos ejemplos que se tratarán en el congreso. Pero… es un congreso "antiguo". El que quiera, que vaya y asista. Que escuche, y pasado el rato de autobombo que se darán los ponentes y las presentaciones tipo "conozco a Fulanito desde hace muchos años, juntos construimos el Arca de Noé, qué tiempos aquellos, llovía a todas horas y se nos empapaban los planos", posiblemente escuche ideas inteligentes y propuestas valientes, algunas de las cuales quizá se hagan realidad. O al menos vea por dónde van a venir los tiros en el futuro y pueda prepararse un poco.

Y yo me pregunto: ¿es que los organizadores no han oído hablar de Internet y de sus posibilidades? ¿No hay ningún ingeniero que les diga que la manera más eficaz de discutir estos temas entre más gente, que todos podamos estar informados y opinar, que sepamos lo que piensa un tío que está desplazado a Maracaibo pero que sabe un congrio de coches híbridos y pilas de hidrógeno, nadie, repito, les ha hablado de los foros en internet? Si yo organizara un congreso de ingenieros, organizaría foros. Pediría a los ponentes que colgaran sus ponencias en los subforos, e invitaría a inscribirse en los foros a todos los ingenieros (y a muchos que no lo son pero que saben lo mismo o más, también). Y dejaría los foros abiertos hasta el congreso siguiente. Y si esto se me ocurre a mí, que soy un ingenierito de a pie y un patán en las cosas de Internet, estoy seguro de que hay por ahí gente que sabría montar cosas mucho mejores aún, más eficaces, más productivas, más didácticas, más todo.

Quizá el problema de la Ingeniería en España es que están al mando los ingenieros que le construyeron el Arca a Noé. O ingenieros que, si les anuncian un diluvio, preparan un Arca. Como se ha hecho "de toda la vida".

domingo, 7 de octubre de 2012

Sangre gorda

0.- Advertencia preliminar

Es posible que, al leer el título de la entrada, haya pensado usted que voy a glosar la obra de los hermanos Joaquín y Serafín Álvarez Quintero. Es posible que esa sea su idea, sí, aunque lo dudo mucho. Más que nada, porque no sabrá que "Sangre gorda" es el título de una comedia que la pareja escribió hace más o menos cien años. Con suerte, el nombre de los Álvarez Quintero sí le suene, si tiene usted ya unos años y en el colegio fue un alumno aplicado, o directamente si tiene usted muchos años y asistió a representaciones de sus obras.

De hecho, lo que es seguro es que dentro de unos años nadie sabrá de ellos. Llegaron, triunfaron y se acabaron. No fueron suficientemente buenos como para pasar a una posterioridad muy larga y me temo que, como ya comenté una vez, su mero conocimiento será descartado por el cerebro colectivo como un trasto viejo que se tira para tener sitio para otro trasto no tan viejo.

Pero bueno, en este momento estoy yo, que sí leí esa obra hace incontables eones, y me reí con ella. Así que, cuando componía en mi cabeza lo que les voy a contar, el título me vino más claro que ningún otro título de ninguna otra entrada hasta ahora escrita. No sé si sabe qué significa la expresión "sangre gorda", quizá en el sur de España sea habitual, no lo sé: al menos, yo nunca la he oído. Si no lo sabe, no se preocupe: al acabar este artículo seguro que lo imaginará correctamente. Y si al acabar aún no lo sabe... bueno, olvídelo.

1.- Así son las cosas

El pasado septiembre se celebraron en Barcelona las fiestas de la Mercé. Con este motivo, el ayuntamiento colocó en cada farola de mi calle un cartel anunciador de las fiestas.

El cartel oficial era:


A un zaragozano puede que le resulte extraño, acostumbrado a que sus fiestas patronales sean "en honor de la Virgen del Pilar", que así se mencione en el cartel y que además aparezca algún motivo pilarista.

Pero aquí no, somos así. Las fiestas son "de la Mercé", y punto. Se llaman así porque coinciden con el 24 de septiembre, día de la virgen de la Mercé y patrona de esta ciudad, pero no hay actos religiosos o en su honor. Ni siquiera se la menciona en las fiestas.

A lo que iba: la banderola que colgó el ayuntamiento incluía información adicional: "21-24 septiembre". Punto. Nada más. Como ven, una incitación al jolgorio en toda regla. Y esto es así año tras año. Son unas fiestas, para mí, un poco raras. Unos pocos (aquí hay gente para todo) acude a los actos que se celebren, que sin duda los habrá, pero hace años que nadie me cuenta que ha ido a uno. Y, por supuesto, se vive en la ciudad sin enterarte de que estamos en fiestas. ¿Se imaginan esto en Pamplona? ¿No saber que es San Fermín? ¿En Sevilla y no saber que está de feria? ¿En Valencia y que haya fallas? ¿En Zaragoza? Pues aquí sí. Es un día no laborable, eso es todo. Más aún: año tras año, el acto más multitudinario es "la Festa del cel", una exhibición aérea (y no sólo de la patrulla Águila, también de cometas, globos, etc) que se celebra en la playa... el domingo siguiente a las fiestas. Cuando ésta ya han acabado. Y, de hecho, su mayor renombre lo alcanza por los monumentales atascos que se formaban para ir a la playa: los coches no podían aparcar y taponaban las calles. Los autobuses no podían circular. La gente caminando cortaba el tráfico. En el metro la gente no cabía en las estaciones... era inevitable que al día siguiente, de manera impepinable, todos los periódicos comentaran la noticia. Y algo que gusta a tanta gente debe ser bueno, y a partir de ahí... Pero, ya les digo, es un acto fuera de programa, fuera de fechas.

Que ésa es otra: no me dirán que un ayuntamiento como el de Barcelona, que presume de tener las cuentas más saneadas de España, sólo puede permitirse cuatro días de fiesta (un viernes, un sábado, un domingo y el lunes 24 que es no laborable)...

En fin, dejémoslo. En realidad, sólo se lo he contado para que se hagan una idea de cómo son aquí las cosas.

2.- La manifestación

Hace menos de un mes fue "la manifestación". Ya saben cuál. Unos días antes, y sobre todo unos días después, no se hablaba de otra cosa. Era el tema de conversación en todos los corrillos, los periódicos no paraban de tratar el tema: que si cómo sería, que si cuándo, que si qué bien nos irá, que qué mal les irá a los otros sin nosotros,... vamos, lo normal en estos casos. Incluso el presidente del Barça anunció cómo irían las cosas cuando fuésemos independientes (y que deseaba que fuera cuanto antes): por fin seríamos independientes, sí, pero el Barça, el gran Barça, no jugaría la liga de su país sino, al igual que hace el Mónaco, jugaría la liga de otro país - pero en este caso no sería la liga francesa sino la española. Estemos tranquilos, venía a decir.

Y en éstas, que dos semanas después nuestro Amado Líder anunció elecciones anticipadas este mes de noviembre y que, en esa legislatura, se haría un referéndum sobre la independencia, le guste a los de Matrit o no.

3.- Desde entonces

Yo, yo... no sé explicar qué pasó entonces. Silencio. Profundo silencio. Nadie dice nada. Nadie habla del tema. Se supone que en cincuenta días hemos de elegir a unos señores que nos guiarán a la independencia, ¿no? Caray, fue eso lo que anunció nuestro Amado Líder, y dijo que lo hacía porque el pueblo así lo quería. Y, además, hasta ese momento parecía que todo el mundo exigía la independencia. Pero... nadie habla. Nadie dice nada. No hay carteles, no hay pasquines, no hay titulares en prensa, la gente no dice ni un comentario, ni un chascarrillo, ni una muletilla. Nada. No hay elecciones, no hay tema.

Y yo me pregunto ¿qué diablos nos pasa? ¿Acaso en unos días no votaremos sobre este tema? ¿No se apropiarán los políticos a los que votemos de nuestra opinión y dirán que les votamos para eso?

Puedo entender el silencio de Artur Mas. No sabe cómo salir del laberinto en que se ha metido. "Antes" su situación era muy delicada: tenía manifestaciones en contra todos los días - demasiados recortes a demasiada gente-, no tenía dinero para pagar a los que no se manifestaban aún, no tenía apoyos en la cámara para sacar adelante los presupuestos del 2013, tenía varios escándalos serios sobre las comisiones que cobraba su partido, no tenía ningún proyecto ilusionante, el Barça no había ganado la liga,... Lo tenía crudo, vaya. Así que decidió enarbolar la bandera de la independencia... y convocar elecciones cuanto antes. La solución ideal, conseguirá mayoría absoluta y podrá acallar todas las voces críticas como hacía su mentor, nuestro Añorado Líder.

Pero las armas las carga el Diablo. Puede ser divertido, sí, pero hay cosas con las que es mejor no jugar. O, dicho de otra forma: quien con niños se acuesta meado se levanta.  Ahora, se ha dado cuenta de que ha abierto la caja de Pandora y que no puede volver a encerrar los vientos. Así que quietos callados. Poco a poco, conseguiremos que donde dije digo diga Diego, y todo volverá a la normalidad. Pero dejadnos trabajar, diantre, que necesitamos mucha tranquilidad para torear a la parroquia sin que se dé cuenta.

Yo creo que en ésas están. No sé si se les han abierto los ojos, si alguien se los ha abierto (más bien creo que es esto último), o si es una jugada calculada desde el principio. Pero tiene que ser algo así. Porque no entiendo este silencio.

Teniendo en cuenta que dos tercios de los catalanes vivimos en el área de Barcelona, y que yo creo que es aquí donde está la gente a la que hay que convencer (a los demás, o no vale la pena o no es necesario)... ¿cómo es que no se saca el tema? No hay carteles, no hay debates, no hay fotos en technicolor mostrando rubicundos niños de glaucos ojos y níveas dentaduras perfectamente alineadas caminando por entre campos de doradas espigas en un cielo azul con la bandera catalana al fondo y el mensaje: "Artur Mas, nuestro Amado Líder"...

4.- Sangre gorda

Y en éstas estamos. Así somos. Cualquiera diría que lo de noviembre va a ser como renovarse el carnet de identidad, un molesto trámite. Que no nos jugamos nada. Que el tema no es importante, que se despacha en un café, que está todo claro, que simplemente resta esperar que llegue el día en que por fin podamos pronunciarnos y que ya sabemos todos qué pronunciar.

O aquí pasa algo que yo no pesco, o este pueblo es así. Que tenemos la sangre gorda.

miércoles, 3 de octubre de 2012

EE.UU.: Visto para sentencia

1.- Agosto de 2012
El pasado mes de agosto, mientras descansaba en la playa, tomé notas para escribir un artículo acerca de las próximas elecciones en los EE.UU., que son en noviembre.Por supuesto, adelantaba mi opinión de que iba a ganar Obama. Pero...

En aquel momento, Obama, del partido demócrata, tenía (según sondeos) 142 votos electorales seguros y 79 probabes, mientras que el republicano Romney tenía 76 seguros y 105 probables. Es decir, 221 frente a 181. Como hay 538 votos electorales, quedaban 136 votos sin asignar, y eso significaba que todavía podía ganar cualquiera.

2.- El sistema americano

Esto de los votos electorales es muy fácil de explicar, y tiene su origen en la misma formación de los EE.UU. En aquella época (siglo XVIII), los "padres de la patria", Franklin, Jefferson, Hamilton y compañía, eran conscientes de que el puñado de granjeros semidesperdigados que formaban la base de la población difícilmente conocerían quiénes son las personas adecuadas para dirigir el país, por lo que no tenía sentido una elección directa del presidente. Convinieron entonces que, dado que el habitante medio carecía de la capacidad suficiente para decidir en un asunto tan importante, sería mejor que simplemente eligiera a unos "delegados", más cercanos a su territorio y a los que quizá sí conocería (siquiera de oídas, pues la población entonces era muy escasa), y confiara en su criterio. Estos delegados son los que eligen desde entonces al presidente.

El primero al que buscaron para el cargo fue elegido por unanimidad, un tal George Washington, pero después de él ya hubo discrepancias. A partir de ahí, los delegados fueron haciendo públicas sus preferencias antes de las elecciones, aparecieron los partidos políticos,... y de aquellos polvos salieron estos lodos. Al final queda como lo nuestro con los diputados (tampoco nosotros votamos directamente a nuestro presidente), pero en el caso americano los delegados eligen y se van a su casa (¡suerte de país!).

Otra peculiaridad del sistema americano es que los estados votan en bloque(*): los 38 delegados que aporte Texas votarán al mismo, sea el que sea ("la gente del Estado ha hablado"), a diferencia del sistema español, que reparte los representantes de cada provincia según los votos recibidos. Esto lleva a que sea posible que un candidato sea elegido por unanimidad con 51 votos reales más que su rival (un voto más por cada estado más la ciudad de Washington), pero en general el resultado es globalmente justo; creo que sólo una vez ganó un candidato con menos votos reales, e incluso cuando Bush hijo ganó a Al Gore por un puñado de papeletas discutibles y discutidas en Florida, en el conjunto de la nación sí había ganado en votos reales.

3.- El sistema, hoy

Actualmente hay 538 votos electorales. El que consiga 270, gana, porque deja al otro sólo 268 votos.

Ahora bien: California aporta 55 votos, Tejas 38 y Nueva York 29. Recordemos que el que gana en un estado, se lleva todos sus votos. Con lo que si uno gana en California, Tejas y Nueva York ya tiene 122 votos. Si además gana en Illinois (Chicago, 20 votos) y Florida (otros 29), ya tiene 171. Y sólo habría hecho campaña en 5 estados, el 10% del total. Ohio, Michigan, Pennsylvania, Georgia y Carolina del Norte (otros cinco estados más) y ya tiene 257 votos, a falta de 13. Nueva Jersey, venga, y 271. Ganador porque ha ganado en 11 estados de los 50.

Claro, la cosa no suele ser tan fácil: el otro también lo sabe, y la lucha en estos estados es tremenda; no es como, por ejemplo, en Montana, que es enorme, la población está muy dispersa y está en el quinto pino, y sólo aporta 3 votos: no vale la pena perder mucho tiempo ni dinero allí. Para eso, en Washington (la capital) también se ganan 3 votos, y sólo hay que hacer campaña en una ciudad que además vive en campaña casi permanente.

Por cierto, que Washington es demócrata. Pase lo que pase, allí ganará Obama. Esto no se puede decir de todos los estados, pues éstos cambian fácilmente de demócratas a republicanos y viceversa. Clinton, demócrata, venció siempre en Arkansas (su estado), pero aparte de él sólo ganó una vez Carter en los últimos cuarenta años (en 1976).

En general, se dice que las zonas urbanas e industriales son demócratas y las rurales son republicanas. Pero eso no significa que sea así siempre. Oklahoma, por ejemplo: en 2004 (Bush) y 2008 (McCain) los republicanos ganaron en todos los condados de Oklahoma, y en todos tuvieron más del 65% de los voto. Como suele decirse, barrieron. Más aún, desde 1968, siempre ha sido un estado republicano. Pero de 1908 a 1948 sólo dos veces ganaron los republicanos; en 1950 ganaron los republicanos (Eisenhower), y en 1964 los demócratas. Y, sin embargo, eso no significa que el gobierno de ese estado o sus cargos políticos, en general, sean del partido que gana en las elecciones presidenciales.

Por ello, si hemos de calificar de algún modo la adscripción política de los EE.UU., tendríamos que cocluir que... "voluble". Desde 1930, los presidentes han sido: un demócrata, un demócrata, un republicano, un demócrata, un demócrata, un republicano, un demócrata, un republicano, un republicano, un demócrata, un republicano y un demócrata. 

4.- Dos de octubre

Vamos a cómo está la situación a fecha de hoy según las encuestas. En concreto, y para todo lo que sigue, utilizaré diagramas de la web http://www.realclearpolitics.com.

Éste es el mapa de distribución de voto:


Los demócratas (tradición americana) los pintan de azul y los republicanos de rojo. Más oscuro el azul, más clara su victoria, y lo mismo con el rojo y los republicanos. El gris significa que técnicamente están empatados.

¿Ven lo que les dije al principio? Obama gana con claridad en un puñado de estado claves y tiene 142 votos seguros. Romney tiene el cinturón republicano en el bolsillo, y eso sólo le supone la mitad de votos.

Bien. Si contamos todos los azules como de Obama, éste tiene ya 269 votos. Le faltaría ganar en uno solo de los estados que quedan y es el campeón. Ya les digo que ganará en Virginia (13 votos) y yo creo que también en Carolina del Norte (15 votos) aunque alli Romney va un pelo por delante, con lo que da igual lo que pase en el resto. Pero, vamos, en Nevada y en Missouri Obama van 49,7% frente al 44,5% del mormón, con lo que esos estados ya los podemos dar por demócratas. El mozo va a ganar.

Si le pedimos a la web que deshaga los empates, la distribución de votos sería: 



347 para Obama frente a 191 del otro (al perder, ¿qué más nos da ya cómo se llame?).

¿Palizón? No, palizón fue el de Nixon en 1972: 520 a 14. El demócrata (un tal McGovern) sólo ganó en Washington y en Massachusetts.

Y mayor aún, el de Ronald Reagan a Walter Mondale: 525 a 13. Mondale ganó en Washington (cómo no) y en Minesota. Prueba de que (salvo en Washington) cualquier resultado es posible.


(*) P.S.: He dicho, y seguramente leerá por ahí, que los estados votan en bloque, quien gana en un estado gana todos sus votos. En realidad, hay dos excepciones: Maine y Nebraska, que dan dos votos al que gana en el estado y los restantes 2 y 3 votos respectivamente se dan al que gane en los 2 y 3 distritos en que se dividen para sus representantes al congreso. Maine desde 1969 y Nebraska desde 1991.

Y un chascarrillo adicional: en 2004, y aprovechando las elecciones, en Colorado se votó también una propuesta de ley para cambiar su sistema electoral (9 votos) de "el ganador se lleva todo" a proporcional. La propuesta no salió adelante.


lunes, 1 de octubre de 2012

Algunos chistes son más viejos que la manzana

Hay un grandísimo relato corto de Isaac Asimov sobre los chistes.  Si quieren leerlo íntegro (opción recomendada): http://es.scribd.com/doc/63016503/Asimov-Isaac-El-Chistoso

(para los no versados en Asimov, un elemento recurrente en sus historias es Multivac, el super ordenador que lo controla/conoce todo. Hay que tener en cuenta que son relatos de los 40, 50 y 60).

La historia va sobre un científico que investiga (es decir, consulta a Multivac) los chistes. Extraigo, como resumen para los presurosos, tres fragmentos del texto antes enlazado.

Un primer fragmento:
-La primera pregunta es la siguiente: ¿de dónde proceden todos esos chistes
-¿Cómo?
-Sí, ¿quién los compone? Escuche, hace cosa de un mes, me pasé toda una velada intercambiando chistes. Como de costumbre, yo conté la mayoría de ellos, y también como de costumbre los tontos se rieron. Acaso pensaban en efecto que tenían gracia o tal vez deseaban animarme. En todo caso, un individuo se tomó la libertad de darme una palmada en la espalda, asegurando: «Meyerhof, sabe usted diez veces más chistes que ninguno de mis conocidos». Creo que decía la verdad, pero sus palabras suscitaron en mí un pensamiento. No sé cuántos cientos o acaso miles de chistes habré contado en una u otra época de mi vida. Sin embargo, el hecho es que jamás inventé ninguno. Ni siquiera uno. Sólo los repito. Mi única contribución se reduce a contarlos. La primera vez, los oigo o los leo. Y la fuente de mi audición o de mi lectura tampoco ha compuesto esos chistes. No he encontrado nunca a nadie que pretendiera ser el autor de un chiste. Siempre dicen lo mismo: «Oí uno muy bueno el otro día...» O bien: «Recientemente me contaron algunos muy buenos...» ¡Todos los chistes son viejos! A eso se debe que resulten tan atrasados y tan…
 Un segundo fragmento:
-Parece cosa de locos... Multivac afirma que son de origen extraterrestre.
-¿Cómo dice? -preguntó Trask.
-¿Es que no me ha oído? Los chistes que reímos no fueron compuestos por ningún hombre. Multivac ha analizado todos los datos, y la única respuesta que concuerda con los mismos es que alguna inteligencia extraterrestre ha compuesto los chistes..., todos ellos..., y los ha infundido en mentes humanas seleccionadas, en épocas y lugares escogidos, de tal modo que persona alguna tiene conciencia de haber compuesto ninguno. Y todos los chistes siguientes son variantes menores y adaptaciones de aquellos grandes originales.

Meyerhof, con el rostro resplandeciendo por el orgullo que sólo puede conocer un Gran Maestro que, una vez más, ha formulado la pregunta debida, prorrumpió:

-¿Así que todos los escritores de comedias no hacen sino retorcer los antiguos chistes para ajustarlos a los nuevos propósitos? Ya sabíamos eso. La respuesta encaja.
-¿Pero por qué? -preguntó Trask-. ¿Por qué crearon los chistes?
-Multivac dice que el único propósito que concuerda con todos los datos es el estudio de la psicología humana. Nosotros estudiamos la psicología de las ratas obligándolas a encontrar su camino en un laberinto. Las ratas ignoran por qué. Y aun si se dieran cuenta de lo que pasa, que no se la dan, tampoco lo sabrían. Esas inteligencias exteriores estudian la psicología del hombre, anotando las reacciones individuales con respecto a anécdotas cuidadosamente seleccionadas... Sin duda esas inteligencias exteriores comparadas con nosotros nos superan tanto como nosotros a las ratas...
Y por último, el final:
Whistler se entregó de nuevo a su trabajo, en silencio y con los dientes apretados, poniendo en marcha otra vez a Multivac y sus máquinas complementarias. Pasó otra hora, al cabo de la cual, estalló en una ronca carcajada.

-¡Una delirante pesadilla! -exclamó.
-¿Cuál es la respuesta? -preguntó Meyerhof-. Quiero las observaciones de Multivac, no las suyas.
-Conforme. Aquí la tiene. Multivac manifiesta que en cuanto un simple humano descubra la verdad, este método de análisis psicológico de la mente humana se convertirá en inútil como técnica objetiva para los poderes extraterrestres que ahora la emplean.
-¿Quiere decir que ya no habrá más chistes transmitidos a la humanidad? –preguntó débilmente Trask-. ¿O qué quiere decir?
-No más chistes -repuso Whistler-. ¡A partir de ahora! Multivac dice ahora. El experimento ha terminado ahora. Habrán de introducir una nueva técnica.

Se miraron con fijeza. Pasaron los minutos, hasta que por fin Meyerhof dijo lentamente:
-Multivac tiene razón.
-Lo sé -asintió vacilante Whistler.

Incluso Trask añadió en un murmullo:
-Sí. Así debe ser.

Fue Meyerhof quien aportó la prueba efectiva, Meyerhof, el consumado chistoso.

-Todo pasó, sí, todo pasó. Hace cinco minutos que lo intento y no se me ocurre un simple chiste, ni uno sólo. Y si leyera uno en un libro, no me reiría, lo sé.
-El don del humor se ha desvanecido -dijo Trask lleno de melancolía-. Ningún ser humano volverá a reír jamás.

Y los tres permanecieron allí, con la mirada fija, sintiendo reducirse el mundo a las dimensiones de una experimental jaula de ratas... Habían retirado el laberinto, y algo..., algo sería puesto en su lugar.
Imagino que se burlarán de mí por leer a Asimov; sólo puedo responderles: ustedes se lo pierden. Yo ya estoy acostumbrado a las burlas. Les aseguro que el relato entero se lee con mucho placer, y lo mismo podría decir de los demás.

Pero en realidad no es de esto de lo que quería hablarles, lo dicho hasta ahora simplemente ha sido una introducción para que me entiendan con lo que sí quería contar: seguro que esto (pinche en el "esto" anterior, por favor) les suena como chiste/historieta divertida. Bien, él es Tony Lebanc y la película, "Las chicas de la Cruz Roja", se filmó en 1958. ¿Será que Asimov acertaba?