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viernes, 13 de octubre de 2023

Fin de la guerra del coche eléctrico

https://www.youtube.com/watch?v=2Q466ZPyNAo 

 

 

Hace años el coche eléctrico se planteó como opción seria de futuro. El coche de explosión, el gran marcador de la civilización en el siglo XX, no iba a rendirse sin lucha, y empezó una guerra soterrada, no declarada, entre ambas tecnologías.

Al principio, el eléctrico entró despacito. Es una tecnología que se está desarrollando, blablablá, ya veremos, llegará un día en que podrá tratar de tú al de explosión, todo eso. El coche eléctrico se veía con curiosidad.

El paso siguiente fue cuando la Administración apoyó a los eléctricos, pero eran unos apoyos inofensivos: reducciones de tasas, exenciones, permisos de aparcamiento, etc. Con esto, el coche eléctrico ganó a taxis y a excéntricos con posibles, y empezamos a verlos ya con intriga. Intriga por saber qué tal funcionaban, cómo eran de fiables, su mantenimiento y otras cuestiones: señal de que los usuarios nos planteábamos en serio el cambio.

La guerra estalló cuando de verdad empezaron las hostilidades, los ataques a la explosión: cuando la Administración anunció que pasaba a aplicar planes de prohibición de los motores de explosión. No era que se incentivase el eléctrico, sino que se perseguiría al otro: prohibición de entrar en centros urbanos, prohibición de venderse vehículos nuevos, prohibición de emitir contaminantes, prohibición de vender combustible. Las prohibiciones, claro, no eran inmediatas (no vaya a ser que el gobernante que las declarase sufriese sus consecuencias), sino a fecha vista. 2024, 20320, 2040, 2050...

Lo que no previeron esos listos es que el tiempo avanzaría y esas fechas se irían acercando cada vez más. Y, claro.

En un primer instante, la opinión general fue de pasmo. Pasmo por prohibir lo que todos tenemos y empleamos, y pasmo porque nadie con conocimiento veía que la tecnología eléctrica estuviera preparada para sustituir al motor de explosión. Y quien dice tecnología dice también infraestructura, fuentes de energía, etc.

¿Qué pasó? Lo que tenía que pasar: la realidad es la realidad. Y ante la realidad, cuando llega la fecha en que los deseos han de convertirse en realidades, pues...

Poco a poco (pero en otros países, los ciudadanos españoles somos lo más borrego y servil que existe en el planeta) empezaron a reaccionar. Y los gobernantes de esos países empezaron a recular. 

A estas alturas, ya podemos intuir en qué va a quedar la cosa: en lo que decíamos. En que el coche eléctrico no se va a imponer. A medida que se vayan acercando los plazos de cumplimiento de cualquier amenaza que se cerniera sobre la explosión, esa amenaza se va a retirar. Puede que haya ciudades en las que se restrinja el acceso a los coches, pero sería a todos, no solo a los de gasolina. Se seguirá vendiendo gasolina más allá de la fecha tope fijada, y se seguirán fabricando coches de gasolina porque se seguirán vendiendo masivamente coches de gasolina. Y no me extrañaría que las exigencias de no contaminación se acaben también relajando, ante la constatación de que es estúpido querer ser más papista que el Papa. No será España quien lidere la remontada de los térmicos, porque somos borregos incluso en el nivel de gobernantes, pero ocurrirá. Y sin la asistencia asistida que está teniendo, el coche eléctrico... bueno, tendrá su nicho y poco más.

Lo único que podría vencer al motor térmico es que no quede combustible en el planeta. Sí, en teoría es una derrota segura, ya que el combustible es finito. Lo que pasa es que no tengo claro del todo cuán próxima es la derrota. ¿Y si hay más del que se dice? ¿Y si no se declaran todas las reservas que existen? ¿Y si están aforadas por defecto? ¿Y si aparecen, como ha ocurrido tantas veces, nuevas reservas? ¿Y si resulta que intervienen las leyes de la oferta y la demanda y el mercado se autorregula, de manera que por fin los derrochones colapsen porque no puedan pagar sus derroches? ¿Y si la Técnica consigue resolver el problema?



Hollow coves - The woods

sábado, 25 de marzo de 2023

Combustible sintético

https://www.youtube.com/watch?v=Zveg6rxm0q0 

 

 

Pues parece que los alemanes se echan atrás y que era un farol: van a retirar su veto a que no se puedan fabricar coches con motores térmicos después de 2035. La clave es que se podrán fabricar si utilizan combustibles sintéticos, combustibles que ahora no hay pero que los habrá, que serán la repanocha y que todo su proceso de fabricación será verde.

Por lo que cuentan, el combustible sintético lo harán con CO2 que extraerán del aire o de lo que se produce en otros procesos industriales, y con hidrógeno verde. Luego se someterá a un proceso industrial y voilà!, habemus gasolina. Artificial y ecológica. 

Jajajá.

La gasolina es un hidrocarburo, o mejor una mezcla de hidrocarburos y otras sustancias, que se produjo de forma natural dentro de los procesos geológicos hace muchos millones de años. Como hidrocarburo, es una mezcla de carbono e hidrógeno (metano, etano, propano, butano, pentano,... todos estos ejemplos de hidrocarburos son moléculas de átomos de carbono e hidrógeno, distintas entre sí gracias a una curiosa propiedad del átomo de carbono). Lo que se pretende ahora es captar el CO2, quitarle el oxígeno y añadirle el hidrógeno. El hidrógeno se habrá obtenido del agua, a la que se le habrá quitado también la parte del oxígeno. Si realmente esto funcionara produciríamos oxígeno como sobrante a chorro, y seguro que en unas décadas los ecologistas saldrían alarmados que los niveles de oxígeno en el planeta se están disparando. Así que todo muy verde. Y será muy verde porque el hidrógeno será muy verde, ya que la descomposición del agua se hará mediante energía renovable; ya expliqué hace tiempo que el chiste es tener capacidad de generar mucha energía renovable, y cuando esa capacidad exceda la necesaria para nuestro consumo eléctrico ordinario emplearla para descomponer agua y conseguir hidrógeno: un hidrógeno verde, a diferencia del que se consigue de ordinario con la electricidad ordinaria, también llamado hidrógeno gris.

Todo esto está muy bien, pero hay algunos detalles que no parecen muy pulidos.

Para empezar, tendríamos que poner volúmenes a los consumos. Los millones de metros cúbicos que se gastan ahora de gasolina y gasoil. ¿Cuánta agua habría que descomponer para obtener el hidrógeno que forma parte de tanta gasolina? Para obtener 114 gramos de octano (ejemplo de hidrocarburo que forma parte de la gasolina) hay que descomponer 162 gramos de agua, y descomponer 162 gramos de agua y obtener los 18 gramos de hidrógeno que buscamos va a requerir mucha energía. Energía que conseguiremos porque tendremos un exceso de capacidad de generar energía con molinos de viento y placas solares faraónico, seguro. Molinos de viento y placas solares que se habrán fabricado todas sin coste energético apenas, sin contaminar, sin necesidad de excavar minerales en las selvas del Congo... Los otros 96 gramos que nos faltaban para el octano los extraeríamos descomponiendo 352 gramos de CO2, lo que produciría 256 gramos de oxígeno excedente (a sumar a los 144 gramos de oxígeno que sobraban del agua, en total 400 gramos de oxígeno). Pero además el CO2 tiene un problemilla, es muy estable. Es decir, no es fácil separar esa molécula. En otras palabras, el proceso requiere mucha energía. 

Así que producir 114 gramos de octano consume 162 gramos de agua y genera 400 gramos de oxígeno excedente, oxígeno que... algo habrá que hacer con él, y no puede ser liberarlo a la atmósfera porque nos la cargamos. Y todos los procesos asociados a esta producción requieren energía a lo bestia, porque todo pasa por descomponer dos moléculas naturales como el CO2 y el H2O.

A escala planetaria.

Y luego, tratar ese octano conseguido (conseguido mediante energía, por cierto) en procesos industriales para añadirle todos los detalles que tiene la gasolina actual y que hace que funcione (y que contamine). Estos procesos industriales... sí, requerirán energía. Ésta ya no será verde, claro, como la de la descomposición del CO2, que verde sólo será la del hidrógeno.

No entro, por no ciscarme, en todos los añadidos del proceso que requerirán mucho gasto y energía: por ejemplo, el aparato que habrá que montar para manejar el hidrógeno y el oxígeno con seguridad. Si es necesaria la seguridad en una planta donde lo que hay es petróleo, que "sólo" arde, imagínese una planta en la que lo que haya sea hidrógeno y oxígeno puros, a cual más explosivo y almacenados a altísima presión.

Más detalles: la tecnología necesaria aún no está desarrollada. Sólo en escala de laboratorio. ¿Dónde se desarrollaría? El hidrógeno verde se producirá sobre todo en los países más soleados y con el Sol más alto en el cielo más tiempo. Pero ¿en España? Si precisamente el hidrógeno verde requiere molinos de viento a cascoporro y hectáreas sin fin de placas solares, ambos elementos que no quiere nadie en su tierra, ¿vamos a aceptar aquí ambas cosas para producir hidrógeno que consuman los alemanes? ¡Por favor! Como si no nos conociéramos. En cambio, Marruecos, Argelia,... Sí, allí sí. Pero ¿vamos a exportar nuestra tecnología para producir la energía que necesitamos en los países musulmanes de África y darles el control de lo que nos va a ser imprescindible? Claro que no.

¿Entonces?

Entonces, digámoslo claro, nos están tomando el pelo. O, mejor dicho, nos estamos autoengañando. Creyéndonos que estas soluciones estarán disponibles para todos nosotros. No va a ser así, y ésa es la clave. Al igual que los coches eléctricos, no van a ser para todo el mundo. Porque no va a poder ser, podrá haber en Europa un millón de vehículos con combustibles sintéticos (lo dudo), pero no los 300 millones que hay ahora de vehículos tradicionales (el número me lo invento, pero no me extrañaría que fuera de ese orden). Porque no tendremos capacidad para generar el combustible que requieren tantos vehículos. Y, como ocurre siempre con los bienes escasos, sólo los más pudientes podrán acceder a ellos.

La mayor ironía de esta historia del combustible sintético es que, en pocas palabras, se trata de inventar un proceso que tras un enorme gasto de energía produzca... una fuente de energía.

En definitiva, me han decepcionado los alemanes. Esperaba más. 

Pero tengo para mí que esto no es el final. A medida que el plazo esté más cerca, más gente empezará a entender que sí es su problema.




Carrie Underwood - Blown away

 

domingo, 5 de marzo de 2023

Coches eléctricos: ¡vaya!

https://www.youtube.com/watch?v=8A3zetSuYRg 

 

 

Dentro del aluvión de noticias de estas semanas ha pasado desapercibida. En pleno escándalo diario por la chapuza legislativa de la ley del sólo sí es sí (que tapaba el escándalo de la despenalización de la malversación que tapaba el escándalo de la despenalización de la sedición que...), el escándalo del FCB pagando millones de euros a un jefe de los árbitros, el escándalo de los trenes cántabros que no caben en los túneles (que intentaron tapar sacando un escándalo del director de carreteras del gobierno cántabro), el de los trenes alicantinos que pesan demasiado para los puentes, la comisión europea que viene a ver si los fondos se están gastando bien y se fue diciendo que no han averiguado nada porque el gobierno se las ha apañado para tapar todo lo de los fondos, el cambio de sede de Ferrovial a Holanda, el escándalo "tito Berni" de los diputados del PSOE corruptos, puteros y cocainómanos (y que se iban de putas en pleno confinamiento por el coronavirus),... En pleno aluvión diario de escándalos, digo, la noticia ha pasado desapercibida. Y sin embargo, es lo más importante del año hasta ahora. A ver si se dan cuenta los medios de su importancia y ponen el tema en el tapete. Que se hable de ello, porque es lo que de verdad debería interesarnos:

Alemania ha parado el proceso legislativo europeo que iba a prohibir la venta de motores térmicos en la Unión Europea a partir de 2035. Junto con Italia, Hungría y Polonia ha conseguido la minoría suficiente para paralizar el proceso.

Da igual las razones, si se quieren mirar nacionales. La causa verdadera es sólo una: por fin políticos al mando (en Alemania e Italia) han escuchado a personas sensatas. Que les han dicho que quizá estamos corriendo demasiado, con eso del coche eléctrico, y que mejor pensar con calma las cosas antes de tomar decisiones que causen daños irreparables.

Por fin.

No sé si el parón durará mucho, porque vender un mundo eléctrico sin humos saliendo de gases de escape ayuda a ganar elecciones y todos los políticos tienen una tarde o temprano, pero algo es algo. Es el momento en que las voces que intentan poner un poco de sensatez van a ser escuchadas: quizá hay aún esperanza.

 

 

 

Guiseppe Verdi - Rigoletto (la dona e mobile)

miércoles, 14 de diciembre de 2022

Esa nueva fuente de energía

https://www.youtube.com/watch?v=Ks-jovhNmE0 

 

 

Es, si es cierto, el avance del siglo. Parece ser que en un laboratorio de los EE.UU. han conseguido obtener energía por el procedimiento de fusión del hidrógeno. La fuente de energía que se abre es tal que se tilda de inagotable, y por lo tanto y con razón el avance del siglo. Y, claro, los medios se han llenado de artículos y noticias sobre el asunto. Pero como los que escriben suelen ser periodistas, es posible que se digan muchas barbaridades. O inexactitudes. O cosas que no son reales. 

Yo, lo reconozco de entrada, no me he informado sobre qué ha ocurrido en realidad; tiempo habrá. Pero por lo poquísimo que sé (apenas el mero titular de la noticia) me huelo de qué va, y querría aquí dar un par de pinceladas de la información básica que cualquiera debe tener cuando se aproxime a este asunto.

En primer lugar: cada átomo de este Universo alberga energía en su interior. Si damos como buenas las hipótesis de Einstein de la teoría de la relatividad, E=mc² y todo eso, la masa es energía. Pero aquí no se está hablando de eso, de destruir masa para obtener energía.

Un dato que mucha gente no sabe es que cada átomo de este Universo alberga energía en su interior... excepto los átomos de hierro. ¿Y porqué no los de hierro? Pues porque esta energía no es de la que destruye materia, sino que es la transición del estado original del átomo a uno más estable. Y el más estable de todos los átomos es el de hierro. Cuanto más lejos del hierro (en la tabla periódica) está un átomo, más energía libera en el paso que le acerque al hierro.

Y esta energía es, precisamente, la que se libera en las estrellas. Y la que ha conseguido reproducir el laboratorio americano.

Como todos sabemos, las estrellas son grandes bolas de átomos de hidrógeno que se convierten en átomos de helio. Ese proceso se llama fusión, y al fusionarse el hidrógeno en helio libera energía en virtud de lo que he dicho antes: el átomo de helio es más estable que el de hidrógeno. Que no es que el hidrógeno sea inestable, pero es como la energía potencial: poner una piedra más arriba que otra requiere más energía que la que requiere la inferior, pero también libera más energía si cae. Claro que para fusionar el hidrógeno en helio hacen falta unas condiciones físicas extraordinarias (que hasta ayer sólo se daban en las estrellas, ahora también en el laboratorio americano), pero el chiste del asunto es que la energía que libera la fusión del hidrógeno permite mantener esas condiciones físicas extraordinarias y además emitir energía como estrella que es.

A su vez, el helio puede fusionarse en litio y en boro, si se dan condiciones físicas aún más extraordinarias, y así sucesivamente: en el Sol, por ejemplo, se podrá conseguir hasta carbono, pero en una estrella mucho mayor se pueden conseguir las condiciones para generar hasta uranio (lo prueba que en la Tierra lo hay). Pasa que la energía que se libera en cada salto siempre es menor que la del salto anterior, y así hasta conseguir por fusión el hierro, y a partir de ahí (es decir, hacer átomos más pesados que el hierro), la energía que hay que aportar es mayor que la que se libera. Pero eso significa que al revés es lo contrario, si se divide un átomo más pesado que el hierro se consigue más energía que la necesaria para lograrlo. Este proceso no es la fusión, es la fisión, y se hace típicamente con uranio y plutonio. Quiero decir, es algo que ya está técnicamente controlado y es la base de la energía nuclear. Ocurre, por supuesto, lo mismo que con la fusión, cuanto más lejos del hierro más energía libera: por eso renta hacerlo con uranio y plutonio, átomos muy alejados del hierro. Ocurre, también, que estos átomos tan alejados son inestables per se, y tienden a estabilizarse: es lo que se llama desintegración atómica, y esa energía de estabilización es en forma de radiactividad. Y ya que estamos: el problema de la energía nuclear es que los átomos obtenidos de la fisión del uranio... es fácil que sean átomos inestables, que se vayan desintegrando con el tiempo, por eso los residuos de las centrales tienen un cierto nivel de radiactividad y de ahí su peligrosidad.

¿Y la bomba de hidrógeno? ¿No era fusión nuclear? Sí, pero convendrán conmigo en que no era un proceso controlado, algo que se haga en un laboratorio. Lo que se anuncia ahora es exactamente eso: que se ha conseguido la fusión de manera controlada y capturando la energía liberada. Que sí, que estamos aún muy lejos de tener un reactor de fusión nuclear en el coche o en la cocina, pero el paso necesario y clave para ello es precisamente lo que se ha anunciado.

Y hasta aquí. Una exposición muy sencilla, sé que con errores e inexactitudes pero perdonables por mor de su comprensión.

Bienvenidos al mundo de la fusión nuclear.



Orchestral manoeuvres in the Dark - Maid of Orleans

domingo, 11 de diciembre de 2022

Preguntas sobre el diésel

¿Alguien recuerda la última vez que se informó de las reservas mundiales que quedan de diésel? ¿Alguien sabría decir si alguna vez los poderes públicos hablan del tema? Creo que todos estamos de acuerdo en que no, es un tema del que no se habla. Pero entonces ¿por qué? ¿Porque las reservas son inagotables y por no lo tanto no es un tema preocupante? ¿Porque no son inagotables pero sí son enormes, que nos queda diésel para seguir consumiento pongamos 50 años más? ¿O quizá porque al ser un tema sobre el que no se puede hacer nada no tiene sentido alarmar a la población?

Si las reservas mundiales dieran para 30 años al ritmo actual, ¿cuándo cree usted que habría que poner el tema encima de la mesa?

¿Y si sólo quedara diésel para 10 años más al ritmo actual?

Si así fuera, ¿estaría usted de acuerdo en permitir que africanos y chinos, asiáticos en general, siguieran motorizándose cada vez más y consumiendo el diésel que queda?

Imagine que queda diésel para 10 años. ¿Cuándo cree usted que alertarían las autoridades? ¿Cuándo cree usted que se empezaría a restringir el acceso al diésel?

¿Y si resulta que en 5 años se acaba y nadie dice nada para no generar pánico porque ya no tiene arreglo? ¿Y si el diésel que quede queda reservado para usos esenciales y usted queda excluido?

¿Cómo cree usted que sería un mundo sin diésel? ¿Y cuánto cree usted que falta para que ese mundo llegue?

lunes, 24 de octubre de 2022

Hidrógeno verde: nociones básicas

https://www.youtube.com/watch?v=b9WpDlqN-iI 

 

 

Es la idea de moda, hidrógeno verde. La fuente de energía del futuro. Y más en España, porque, dicen, aquí hace mucho sol.

Lo primero que tenemos que saber, del hidrógeno, es que no es una fuente de energía. No en realidad. Todo se basa en que Hidrógeno + Oxígeno = Agua (H2O) + energía. Es decir, se mezcla el hidrógeno con el oxígeno (lo hay en el aire) y se obtiene agua; en el proceso, se libera energía. Como el carbón (carbono) cuando arde: se combina con el oxígeno del aire para formar CO2, y al combinarse libera energía. El que se refiere al hidrógeno como forma de energía se está refiriendo a esta faceta del hidrógeno.

¿De dónde se obtiene el hidrógeno? Pues fácil: del agua: Agua (+ energía) = Hidrógeno + Oxígeno. Es decir, se obtiene de la descomposición del agua. Esta descomposición se consigue... con energía. Así que, en realidad, el hidrógeno no aporta energía: la que libera es la necesaria para obtenerlo.

¿Entonces? Entonces, lo que es el hidrógeno es... un contenedor de energía. Yo mo puedo darte unos julios para que te los lleves a tu casa, pero con esos julios puedo obtener unos gramos de hidrógeno que sí puedo darte y luego tú extraes esos julios de esos gramos de hidrógeno. 

Es posible que, así expresado, no parezca un negocio muy bueno, esto del hidrógeno, pero falta la segunda parte: "verde".

¿Qué quiere decir que es verde? Quiere decir que la energía necesaria para descomponer el agua y extraer el hidrógeno se obtiene de placas solares. Y, si me apuran, de molinos de viento.

¿Y porqué es un buen negocio? Pues porque la energía que se obtiene de las placas solares es malísima: tener unas pocas placas está muy bien, pero tener miles de placas (pensemos en clave regional, o nacional) es un problemón. Las placas solares conllevan muchos problemas. Ya expliqué en la entrada del 9 de julio que la conexión de muchas placas solares a la red eléctrica, por la tremenda (tremendísima) irregularidad y poca fiabilidad de la aportación solar, obliga a las centrales de gas a estar a todas y a un sobreesfuerzo que implica un coste importante. Pero ¿y si pudiéramos dedicar las placas solares a otra cosa? Por ejemplo... a extraer hidrógeno. ¿Que las placas están aportando electricidad en ese momento? Descomponemos agua. ¿Que se ha nublado y no aportan? No descomponemos. Y a la electricidad normal, que se dediquen las nucleares, las centrales de gas y las demás. Ésta es la idea.

¿Y con el hidrógeno, qué hacemos? Fácil, darle el mismo tratamiento que a la gasolina. Trasladarlo a plantas de suministro junto a las carreteras, y que los vehículos funcionen con hidrógeno y reposten allí. Lo que hacía la gasolina, pero ahora con un producto "verde". A nivel marcoeconómico, suponfría que en vez de importar energía en forma de petróleo, como hacemos hasta ahora, la "extraeríamos" nosotros mismos produciendo hidrógeno con la energía solar. Y, de rebote, nos ahorraríamos tener que generar eléctricamente la energía que compramos como petróleo, que nuestra capacidad de generar electricidad es limitada.

La clave de todo, se habrán dado cuenta, es que tener el parque móvil eléctrico no funciona. No es viable a gran escala. Nunca se reconocerá, pero es verdad.

Tampoco se reconocerá el problema que suponen las fuentes renovables (salvo las hidráulicas) en la red eléctrica. Así que la idea de moda mata dos pájaros de un tiro.

Salvo...

Salvo que, de momento, todo esto es un sueño. Cuando llegue el momento de implementarlo, entonces aparecerán los problemas de escala. Que no aparecen en un laboratorio, pero en un país es la realidad.

Otra cuestión es si es lógico construir un gaseoducto para hidrógeno "verde" entre Barcelona y Marsella, cuando el Midcat, que también puede transportar hidrógeno, está muy avanzado. Pero, sobre todo, si es lógico que el hidrógeno verde salga de Barcelona, estando Cataluña a la cola en la producción de energía renovable (y para largo, que los catalanes quieren que haya, pero no en sus tierras). Por no hablar de la demanda: ¿qué demanda hay, actualmente o a pocos años vista, de hidrógeno?

Vamos, que ya se lo adelanto: esto del hidrógeno verde... está muy, muy verde, y el político que le hable de eso quiere, en realidad, engañarle. No se crea ni una palabra de lo que él le diga.




REM - Losing my religion (versión de Ian Storm)

 

viernes, 9 de septiembre de 2022

La energía de la otra noche

La otra noche, asomado a la ventana, me fijé en que no se movía un gramo de aire.

De noche, sin viento, con los pantanos secos. Y la geotermia es lo que es.

¿De verdad queremos confiar nuestro futuro a las energías renovables?

sábado, 9 de julio de 2022

Fuentes de electricidad

https://www.youtube.com/watch?v=g2dgt-IhgDc 

 

 

Imagine que tiene usted una casa. En el campo. Pero no está conectada a la red eléctrica: debe usted procurarse la electricidad por sus propios medios.

Supongamos que primera opción es la fotovoltaica: inagotable y gratuita. Y se pone paneles solares cubriendo todo el tejado. Con sus necesidades resueltas, se marcha a la ciudad a trabajar y al terminar su jornada regresa a su nueva casa. ¡Ah, pero por la noche no hay sol! Y si no hay sol, no hay electricidad fotovoltaica. Ese día usted se va a la cama sin cenar y a oscuras: tampoco puede encender la luz.

Al día siguiente, escarmentado, decide montar un molino de viento en su jardín. También es energía gratuita e inagotable. Casualmente el día que quiere montar el molino está nublado, así que las placas siguen sin darle electricidad para hacer los taladros en el suelo que pide el fabricante, así que se espera otro día. Uno que ya no esté nublado.

Por fin aparece un día soleado e inicia el montaje. Pero a media mañana empiezan a aparecer nubes, con lo que la potencia de su placa empieza a flaquear más que una escopeta de feria. Eso, por no destacar que la potencia que le vendieron con el panel sólo es en las condiciones óptimas de sol en verano; como ahora es invierno, su placa nunca le dará más del 25% de esa potencia. 

Ciscándose en todo, termina de instalar su molino: por fin cenará caliente y viendo lo que se come. O no, porque ese día no hace viento. Y tampoco el siguiente, ni el siguiente.

Cuando por fin sopla el aire lo suficiente, recibe una llamada. Es su vecino, que también se ha puesto un molino de viento. Y el suyo le hace sombra. ¿Sombra? Sí, sombra. El viento, después de pasar su molino, disminuye su velocidad, y su vecino no obtiene la energía que necesita. ¡Ah, ahora entiende porqué el molino de usted no alcanza la potencia que le vendieron: tiene usted otro vecino, éste viento arriba, y el molino de su vecino le hace sombra al de usted! Usted, claro, podría poner el molino en la parte de atrás, pero... es que allí no sopla el viento. Y es que casi todos los sitios buenos están ya cogidos. Total, que llegan a un acuerdo los tres: repartirse a partes iguales la electricidad que obtienen en conjunto. Un poco triste, porque en vez de la potencia de 3 molinos que han instalado están obteniendo en total sólo la de 1,8 molinos, y eso los días que hace viento, días que acaba de descubrir que no son tantos en realidad.

Está claro que necesita otra fuente de energía, una que sea más confiable que el sol y el viento. ¿Qué tal la hidroeléctrica? Le han hablado muy bien de ella.

Desafortunadamente, usted no vive en los Pirineos, y el río cercano es casi horizontal, ahí no puede montar ningún salto. Empieza a buscar posibles sitios a 200 km de distancia, asume que deberá expropiar algún valle para inundarlo, echar a sus habitantes, construir una presa faraónica y montar una red de transporte con sus correspondientes mermas desde la presa hasta su casa, pero... no encuentra ningún valle que le valga: todos los ríos están aprovechados al máximo.

Como usted es un tipo con suerte, acaba de morirse un tío de una de las cooperativas que explotan los saltos de un río y aceptan que ocupe usted su lugar: accede así a la electricidad que le correspondía al finado.

O accederá, porque es otoño y los pantanos están secos, todo el agua que queda está reservada para otros usos. Hasta que no llegue el deshielo, la central estará parada. De todas maneras, la energía hidroeléctrica que iba a obtener no cubría apenas sus necesidades, así que necesita una fuente adicional.

¿Carbón? Bajo su jardín hay, pero parece ser que es de mala calidad para los elevados estándares europeos, y además está muy mal visto. También tiene uranio, pero si se construye una central nuclear los vecinos van a protestar. Lo mismo si monta una incineradora, aunque tenga basura a capazos. Pero como llegados a este punto le da igual, se monta una pequeña mininuclear en el sótano, algo nada escandaloso, que nadie se entere. Su minicentral va de fábula, pero tiene un pequeño problema: no puede estar encendiendo y apagándola cada dos por tres, si hace sol, si no hay nubes, si sopla o no viento. Y no puede porque el arranque es lento, le cuesta casi un día empezar a generar electricidad. Así que decide que la nuclear será su fuente base, y que lo que hará será complementarla con la solar (cuando sea de día, no esté nublado y si no se pone ninguna nube encima), la eólica (los ratos que sople el viento) e hídrica, cuando sea la temporada. Pero aún necesita más, así que sólo le quedan dos opciones:

La primera es conchabarse con sus vecinos, y comprarles a ellos la electricidad que les sobre cuando a usted le falte, y viceversa. Pero claro, cuando a usted se le hace de noche a sus vecinos también, y aunque le cueste creerlo, cuando en su jardín no sopla el aire en el de sus vecinos casi que tampoco. En cuanto a la hidroeléctrica, sí hay un vecino lejano que está enganchado a un valle que no está seco en otoño sino en primavera, pero es noruego y le queda un poco lejos, aparte que lo que le sobra apenas da para todo el vecindario. Y empieza a olerse que es un negocio de la cabras, porque no todos tienen una nuclear en el sótano. Así que opta por la segunda opción:

Ha de montar una central de ciclo combinado. Que queme gas. Y no sólo eso: ha de ser su fuente principal, porque la nuclear es mini y da para lo que da y además alguien ha largado y le exigen que se la quite en cinco años, la fotovoltaica le da luz cuando menos la necesita, con la pasta que le costó y lo que le cansa tener que estar limpiándola cada semana por si acaso sale el sol, y la eólica va cuando quiere y, eso sí, da mucho menos de lo que ha instalado. 

Pero claro. Todos los vecinos son como usted y todos quieren gas. Y el gas está carísimo porque... eso es historia para otra ocasión.

Llegados a este punto, el del gas está cabreadísimo con usted por culparle de todos sus males. Y porque, como las renovables son lo que son, ha tenido que montarle una central de tres pares de narices que sin embargo apenas usa al 30% porque cada vez que sale el sol o sopla el aire la quiere parar. Y es fundamental que funcione la central de gas porque sin ellas la fotovoltaica y la eólica no serían funcionalmente viables, pero ¡ey! no la quiero en mi jardín. 

¿La gran paradoja? Que, al final, entre paneles solares, molinos de viento, saltos hidroeléctricos, nucleares y centrales de ciclo combinado usted tiene capacidad para producir 3 veces la electricidad que necesita. Y cuando hay sol, sopla el aire y los pantanos están llenos genera mucha más electricidad de la que va a gastar, lo que le provoca sobrecargas en el sistema y averías: tiene que pararlas, desenchufar los paneles, apagar los molinos, bombear el agua al pantano otra vez,... Porque no puede guardar la electricidad para las frías noches sin viento.

Quizás en el futuro, cuando se domine la energía de hidrógeno: empleará la electricidad que le sobre cuando le sobre para cargar pilas de hidrógeno y gastará esas pilas cuando de verdad las necesite. Entonces sí, dicen, le cuadrará todo. Pero eso, de momento, es sólo un sueño.

Mientras tanto, mi consejo es que se replantee su estilo de vida: intente necesitar menos electricidad, si puede. Por si acaso las soluciones no llegan a tiempo y se las replantean por usted.

 

 

Gloria Estefan - Hoy (versión de María Esther Molina)

miércoles, 29 de junio de 2022

Tope del gas

https://www.youtube.com/watch?v=JYZMT8otKdI 

 

 

Lo primero es tener claro cómo funciona el precio de la electricidad. Para empezar, se genera electricidad mediante la tecnología A, la más barata. Si con eso no basta, se emplea la tecnología B, algo más cara. Si aun falta, entra la tecnología C, aún más cara, luego la D, la E,... Y así hasta que se complete la demanda o, simplemente, no haya capacidad para generar más electricidad. Cuando digo tecnología me refiero a la hidroeléctrica, foltovoltaica, eólica, térmica de gas, de carbón, nuclear, etc. Pero también puede ser por centros de generación. Es lógico: si lo más barato es producir con una central hidroeléctrica amortizada diez veces y con costes de mantenimiento casi nulo, esa central será la primera que pondremos en marcha si necesitamos electricidad. Ahora bien: por razones que desconozco, existe un pacto europeo en virtud del cual se paga la electricidad según el coste de la tecnología más cara que entre en la generación. Un chollo para la central hidroeléctrica hiperamortizada, que va a vender su electridad como si sus costes de generación fueran mucho mayores de los que son. Supongo que al principio sería un aliciente para que se desarrollaran tecnologías entonces no tan perfeccionadas (por ejemplo, la geotérmica) y se pudieran ir mejorando (reducir sus costes y aumentar su eficiencia). Por cierto que, si por razones exteriores, el coste de alguna tecnología se dispara (actualmente, la del gas, pues la materia prima está por las nubes), la central hidroeléctrica multiplica sus beneficios, son mucho mayores de los previstos. Este incremento son los llamados "beneficios caídos del cielo".

La excepcionalidad ibérica es un mecanismo creado por Sánchez, que dice que como a efectos eléctricos la península ibérica es una isla (casi lo es, porque la conexión eléctrica con Francia tiene poca capacidad), en la península podemos tener un criterio de fijación de precios distinto del resto de Europa, ya que los cambios aquí no afectan al resto del continente. La UE no está de acuerdo y opina que es una malísima idea, pero ha terminado aceptándolo: "si usted insiste...".

Una vez conseguida la excepcionalidad, Sánchez ha establecido (en España) el tope del gas. Fija un máximo para el coste de la electricidad generada por gas, y como ésa es hoy la tecnología más cara, está fijando un coste máximo. Ahora bien, si el gas sube por encima del tope las centrales de ciclo combinado por gas pararían y no tendríamos electricidad, así que lo que se hace es pagar a estas centrales el sobrecoste. Este sobrecoste, claro está, irá en el recibo de la luz, por lo que el tope del gas no es el tope de la electricidad. Pero ayuda: limita los beneficios caídos del cielo, las hidroeléctricas no tendrán tanto beneficio por la subida del gas. Algo es algo.

Pero...

Primero, Francia. Ante el chollo, está importando de España toda la electricidad que las conexiones entre los dos países permiten.

Y acto seguido, Portugal: está reduciendo su propia generación de electricidad. Como Francia, va a importar todo lo que pueda. Ambos países se han dado cuenta de que es preferible comprarnos a nosotros la electricidad en vez de generársela ellos.

Esto es normal, es como la subvención a la gasolina y al gasoil o los menores impuestos al tabaco: todo el que puede cruza la frontera y compra donde es más barato. Estamos subvencionando el gasóleo de los camiones extranjeros que cruzan nuestro país (y al no haber peajes, también el daño que generan en el firme de nuestras autopistas). Y ahora quizás estamos subvencionando la electricidad. Aquí hay algo que me huele raro.

Porque la contraprestación a las gasísticas, ¿quién la va a pagar? Pues no lo sé, pero no me extrañaría que la pagásemos sólo los españoles, como tantos conceptos y cánones que nos incluyen en el recibo. 

De momento, lo que sí es cierto es que al haber más demanda de energía eléctrica (la que piden Francia y Portugal), la electricidad en España se encarece. El precio al que compramos la luz. No sé si estamos haciendo tan buen negocio como dice el Gobierno.

 

 

 

Little big town - Girl crush 

jueves, 6 de enero de 2022

Cuando todos los coches sean eléctricos

Éste tiene que ser el año del coche eléctrico, el del despegue definitivo. El año en que todas las conversaciones han de ir sobre si me compro ya un coche eléctrico, lo contento que estoy con el coche eléctrico que me he comprado o el modelo de coche eléctrico que me quiero comprar y qué tal te va a ti el tuyo. La publicidad tiene que ser arrolladora, omnipresente. Los poderes públicos han de prometer una cornucopia de ventajas para los coches eléctricos, y todos los "influencers" y personas del famoseo han de hacer alarde de los coches eléctricos que se han comprado. A final del año, tener un coche que suelte humos ha de estar mal visto. Ha de ser cosa de quinquis o de cerriles diplodocus en vías de extinción.

Porque si éste no es el año del despegue, ¿cuál será? ¿El siguiente? ¿El año que viene seguro que sí, como la independencia catalana?

Quizás es que no va a haber despegue. Nunca, quiero decir. Quizá la realidad se imponga y no haya publicidad que la tape o político que la ignore. Y es que todo lo que se dice sobre los coches eléctricos, las ventajas e inconvenientes, versan sobre los coches eléctricos. El problema no son los coches eléctricos, sino las cantidades bestiales de coches eléctricos. Si el coche eléctrico no despegase, los problemas de los coches eléctricos serían eso, problemas de los coches eléctricos. Si en cambio todos los coches fueran eléctricos, el problema sería social. Es lo mismo que con los coches de explosión: tienen sus problemas, pero es el que haya cientos de miles lo que genera los problemas de tráfico y de contaminación. En el caso de los coches eléctricos, los problemas de su implantación masiva serían de dos tipos, locales y globales. Tenía escrito un post en el que analizaba ambas cosas, pero quedaba muy farragoso y lleno de números, así que voy a simplificar y aquí sólo trataré el problema global de manera escueta. La conclusión global es que éste no va a ser el año del coche eléctrico porque no creo que se imponga nunca el coche eléctrico, pero es divertido ver las razones que la realidad va a emplear para explicarnos el porqué.

Vamos allá.


Pongamos los Tesla modelo 3 de 2021 como ejemplo de vehículo eléctrico. Tienen baterías de 82 kWh. Con esta energía oficialmente (esto es, según la EPA estadounidense) pueden recorrer casi 500 km. Supongamos que el vehículo medio en España recorre 15.000 km al año. Como es 30 veces su autonomía, necesitará recargar los 82 kWh 30 veces al año. Su consumo anual será entonces de 30x82=2.460 kWh.

Hay, redondeando, 30 millones de coches en España. Así que el consumo anual global será de 30x2.460=73.800 GWh.

¿Es mucho?

Es mucho. Casi el 30% de la electricidad que generamos en este país. ¿De dónde la sacaríamos? ¿Somos capaces de generarla? Ahora mismo las estamos pasando canutas para cubrir nuestras necesidades actuales, así que podemos imaginar lo que nos supondría producir un 30% más para que los coches puedan circular.

Hoy, el coche eléctrico no es un problema. Recargar el coche eléctrico no es un problema social, es un problema del usuario. Así pues, no hay ningún problema social en los coches eléctricos: adelante con la promoción. Pero ¿es viable promoverlo o es un farol? Como queda claro, es un farol. Queda muy bien promoverlo y todo eso, pero si se extendiera masivamente y no hubiera más remedio que decirnos (porque no habría más remedio) que no hay electricidad en el país suficiente para todo y que se va a racionar y que la manera de racionarla es subir el precio y que sólo quien la pague la tenga... seguro que los promotores se tragarían sus palabras.

Por supuesto, hay una manera muy sencilla de conseguir la energía necesaria para los vehículos eléctricos. Se llama gasolina y gasoil. En vez de emplearla en los coches, podríamos construir megacentrales térmicas que quemaran esa gasolina para generar energía eléctrica, que transportaríamos (con las consiguientes pérdidas de potencia) a los puntos de recarga. Seguiríamos teniendo los problemas de una implantación masiva de un parque móvil eléctrico (problemas de los que ya trataré en otro artículo), pero tendríamos coches eléctricos, que es lo que importa, y no serían los vehículos los que quemaran la gasolina: el planeta estaría a salvo. Esta solución no es aceptable, porque mostraría la ridiculez del tinglado.

Así que la respuesta obvia es que no va a haber 30 millones de coches eléctricos haciendo 15.000 km al año. Si el vehículo de explosión ha de desaparecer, lo que estamos diciendo es que no cualquiera podrá tener un vehículo eléctrico (y usarlo). Como no va a haber energía para recargarlos, sólo habrá dos tipos de usuarios: los que le den un uso ocasional, y los ricos. Los ocasionales podrán acceder al circuito de recarga económico (pongamos que requiere que el coche se recargue en 5 días, y que esos puntos de carga están aquí y allá, y según cuantas gente quiera tener un coche para su uso ocasional podrá acceder a una recarga con más o menos facilidad), y los ricos accederán al circuito VIP, cargas rápidas y pagando un precio acorde a la oferta de energía para este huso que habría.

¿Y el resto? El resto no tendremos coche eléctrico. Y como ya hemos dicho que tampoco habrá coche de explosión, es evidente que el resto... no tendremos coche.

No sé si los vehículos eléctricos se optimizarán y conseguirán consumos que anulen la previsión que he dado o si el país descubrirá nuevas formas de conseguir energía a lo bestia, pero mientras esto no ocurra ésta es la realidad. No todos tendremos, tendrán, coche eléctrico. Y la selección se hará por pasta: quien pueda pagar la energía eléctrica que requiere lo tendrá, quien no no. Y el coste se recaudará no en la factura de la luz, sino en los impuestos especiales que se le apliquen al vehículo eléctrico. Digo yo, porque otra cosa sería injustísima. De momento el coche eléctrico son todo exenciones tributarias y facilidades. En el momento en que veamos que eliminan esas exenciones es que se han empezado a dar cuenta, ellos también, del problema. A ver lo que les cuesta.



 




viernes, 31 de diciembre de 2021

2022

https://www.youtube.com/watch?v=Onuy1Wp5dVU 

 

 

2021 queda atrás. Es el momento de afrontar 2022. 

Ahora bien, los años no son como las curvas, que se gestionan una a una, a medida que las atacamos. A los años conviene llegar con los deberes hechos. Con un plan para ese año, y con planes para los años siguientes porque los deberes de esos años futuros se han de ir haciendo.

Covid-19. Un virus que se surgió en 2019, que nuestros gobernantes menospreciaron y les descolocó a principios de 2020. Han pasado dos años largos (¡qué largos se nos han hecho con este asunto!) y siguen sin tener ni idea de qué hacer. Espero que no tengan aspiraciones íntimas de pasar a la Historia como gobernantes capaces.

Al menos el coronavirus nos sacó de los titulares el tema estrella del 2019: Greta. ¿Volverá en el 2022? No lo creo. Porque me temo que nos enfrentamos al panorama que expliqué en esta entrada. Una entrada, por cierto, de diciembre de 2012 y que podemos resumir en que antes de que consigamos cargarnos el planeta del todo éste nos dejará sin suministros para ello. En palabras que entienda Greta: el problema de coger un avión para hacer 200 km no es el daño que hacemos al planeta, sino que es un despilfarro de un combustible que se está acabando. Siempre se habló de que las "guerras del agua" serían nuestro futuro apocalíptico, pero lo real va a ser conseguir la energía que necesitan los países. No parece que nuestros gobernantes, los que no tienen aún ni idea de cómo gestionar el coronavirus, vayan a hacer lo correcto (lo que se debe hacer) en este asunto.

Otro asunto que habría que afrontar: el problema demográfico. No sé si se está parcheando la situación actual, pero de hacerlo sólo se estarían poniendo parches. Y teniendo en cuenta cómo gestionan lo del coronavirus... en fin.

Lo curioso del problema demográfico es que no afecta sólo a la España vaciada. Para empezar, es un problema que afecta o afectará antes de lo que creen a zonas de España que no creen estar vacías, pero en realidad es un problema mundial. Planetario, como se explica en esta entrada, ésta y ésta del blog "La mano visible" de Jesús Fernández-Villaverde. Lo cual me trae a la memoria que este año (y quise escribir una entrada sobre el asunto, pero...) el censo de población de los Estados Unidos arrojó un resultado que no había pasado jamás. Jamás de los jamases. El número de "blancos" en el país ha disminuido. No porcentualmente, claro, sino en valor absoluto. Es decir, por primera vez el número de "blancos" (entiéndase) era menor que la vez anterior. Ni las prolíficas familias ultrarreligiosas de Utah y del Cinturón de la Biblia conseguían compensar la disminución de nacimientos entre los demás blancos. Seguramente porque también esas prolíficas familias lo eran cada vez menos. Recuerden el consejo de Jorge Manrique, y den "lo non venido por pasado".

Energía, demografía,... ¿qué más? Está la Educación, por supuesto. Ya he escrito mucho sobre este particular, así que baste añadirla al saco. Y es que los temas que de verdad importan son los que cuando se convierten en un problema no se resuelven con cuatro decretos de ayudas o pidiendo más dinero. 

Como ven, hoy no tengo el día optimista. Creo que vamos hacia el colapso, y que estaremos peor en diciembre de 2022 por muy bien que nos lo pasemos este año.

Pero no deje usted que nada de esto le preocupe. O preocúpese, claro, pero no deje que las preocupaciones le superen. Simplemente, prepárese para afrontar lo que nos espera en las mejores condiciones. Si cree que debe recorrer Laos antes de que sea prohibitivo, adelante. Si cree que debe pero que ya no puede, asimílelo y siga, no se deprima por ello. Y lea. Lea como si no tuviera tiempo en la vida suficiente para leerlo todo y tuviera que seleccionar qué lee. Vaya al cine, si puede al teatro. Oiga música. Reflexione. Estudie. Busque unos minutos al día para meditar.

Suba a la azotea y cante a pleno pulmón: Granada, tierra soñada por mí...

Así se afronta mejor un año nuevo.

 

 

Agustín Lara - Granada

miércoles, 8 de diciembre de 2021

Nuklearrik? Bai, eskerrik asko

 

Fue el grito de guerra a finales de los 70 y primerísimos 80. Seguramente tuvo que ver en su popularidad el que los gobernantes estuvieran a favor de la energía nuclear, por lo que estar en contra era ser de izquierdas y molar. El debate sobre las nucleares podía tener entonces algo de enjundia, pues el accidente de Harrisburg (1979) estaba en la mente de todos. Sin embargo, más de 40 años después, tenemos el accidente de Chernobyl en 1987, que obviamente no puede equipararse a las centrales occidentales modernas, y el de Fukushima en 2011. No sé, yo diría que la técnica actual tiene esto de las centrales nucleares bastante bajo control.

Da igual, la opinión pública sigue en contra de la energía nuclear. Por los numerosos inconvenientes y peligros que comporta, aducen. A pesar de que todos los técnicos del sector energético insisten en que son necesarias, que no podemos prescindir de ellas. Pero ¿y si...?

¿Todo el mundo está en contra? ¡No! Hay un pequeñísimo sector que sí está a favor: los que trabajan en ellas, los que se benefician directamente de su presencia. Es curioso, porque se supone que en caso de accidente estas personas serían las primeras y las que más sufrieran las consecuencias. Y no obstante están a favor.

Me pregunto qué ocurriría si se pudiera decir que sólo las zonas que resultasen afectadas por un accidente nuclear o que sufrieran los efectos de la radiación serían las beneficiadas por la energía generada por las centrales. Y que cuando las centrales térmicas, las que queman petróleo, carbón o gas, parasen porque ya se hubieran acabado esas materias primas, sólo quien tuviera cerca una nuclear podría aprovecharse de su energía. Que pudiera hacerse que, por ejemplo, a la provincia de Barcelona no viniera electricidad de origen nuclear porque no hay centrales nucleares en esa provincia. Y por supuesto todo con la debida repercusión en el recibo: el que consume electricidad barata la paga barata y el que consume de la cara la paga cara. Me da en la nariz que habría una ola imparable de fervor hacia las nucleares: nosotros también queremos nuestra central, podría ser el lema.

sábado, 20 de noviembre de 2021

A ciento sesenta grados bajo cero

-160° C. Es la  temperatura a la que debe transportarse el gas natural (metano) por barco, porque a esa temperatura es líquido.

¿Usted cree que transportar por barco manteniendo la mercancía a -160 grados es barato? ¿Barato en términos de dinero, barato en términos de energía necesaria para lograrlo?

Por no hablar de que no es tan sencillo: hace falta construir, en origen, una estación licuadora y, en el destino, otra gasificadora, porque llega y sale en formato gaseoso. Esta estaciones no son baratas; pero, sobre todo, tienen una capacidad límite. Que no puede superarse.

Pongamos además en la balanza que tanto Rusia como Argelia han alcanzado su pico de extracción de gas (no pueden extraer más del que extraen), que cada vez necesitan más para ellos mismos y que los gaseoductos que circulan por terceros países (Ucrania y Marruecos) tienen el problema de que estos terceros se quedan una parte del gas en concepto de peaje, y tenemos un gas más caro. ¿Importa? Sí importa, porque al final y en la práctica (y no se resuelve con molinos de viento o placas fotovoltaicas) el precio de la energía eléctrica (por fin algo que les interesa) lo determina el precio del gas. Que vale en España cinco veces más que hace un año.

Verán, en un sector como la energía las cosas no suceden de pronto como si fueran volcanes. No son hechos coyunturales, temporales de nieve imprevistos o pandemias o un barco embarrancado en el canal de Suez, eso son excusas que dan los políticos porque no quieren reconocer su ineficacia y porque ustedes se las creen. El de la energía es un sector en el que mandan los ingenieros y los técnicos y científicos del ramo (a diferencia, por ejemplo, de la demografía o la educación), y todo se estudia por adelantado. Se hacen previsiones a corto, medio y largo plazo, y esas previsiones se revisan casi continuamente. Hace años de sobra que se viene avisando que íbamos a llegar al punto de desabastecimiento de fuentes de energía en el que estamos. Años de sobra. ¿Y qué se ha hecho? Discutir sobre quiénes son mujeres y poco más, me temo.

¿Hasta cuándo, Catilina, estaremos hablando de idioteces en vez de atender los problemas serios de verdad?


Mientras, seguimos soñando con coches eléctricos. Que, por cierto, la verdadera razón de que insistan tanto en abandonar los vehículos de explosión es... que se acaba el diésel. Y hay que consumir menos como sea. Pero esto, ya digo, hace mucho que se sabía: yo, que soy un panoli, ya escribí sobre ello hace casi diez años.

 

miércoles, 13 de octubre de 2021

Abulia

 https://www.youtube.com/watch?v=ejorQVy3m8E

 

 

Un día, una partida de visigodos cruzó el Danubio, llegó hasta la aldea vecina, se llevó todo lo que pudo y se volvió al otro lado del río. Otras partidas antes que ellos habían cruzado el río e ido a los poblados cercanos, pero o bien las guarniciones habían impedido el saqueo o bien las habían perseguido y expulsado; muchas, de hecho, no habían vuelto. Pero ese día nadie les persiguió. Ese día comenzó a caer el Imperio Romano.

Sidenor ha anunciado que parará su producción 20 días de aquí a fin de año: la electricidad está demasiado cara, aducen.

Dos cosas me ponen los pelos como escarpias: que Sidenor pare, y que a nadie le importe. Si la abulia fuera por un tema menor, pongamos la conversión del FCB en SAD por su mala gestión económica, eso no me importaría. Si Sidenor parase pero hubiera un clamor popular tal que el gobierno hiciera lo que hiciera falta para que no parase, tampoco me importaría. Las dos cosas a la vez, sí. Porque los godos han cruzado y han campado a sus anchas.

Una siderúrgica tiene 3 costes: los propios de personal e instalaciones, el coste del material y el coste de la energía para transformarlo. Estamos hablando de industrias que tienen personal trabajando el día de navidad sin hacer nada, sólo vigilando que el horno no se apague, tan costoso sería volver a encenderlo y ponerlo a la temperatura correcta. Si el coste de la energía subiera lo suficiente para ser un producto demasiado caro para permitírselo, ellos serían los primeros en caer. Bien, están cayendo. Los primeros pueblos de la frontera ya están siendo saqueados.

Por la razón que sea, Sidenor ha sido el primero en caer. Si es un acto puntual es anecdótico, pero no creo que sea puntual. Otras harán lo mismo: siderúrgicas, cementeras, empresas del plástico, fábricas de vidrio, industrias de la cerámica, químicas, papeleras,... una detrás de otra, si no se corrige el rumbo la pesadilla estaría aquí. No tenemos energía suficiente para seguir activos.

El coste de la electricidad tiene dos orígenes: el coste de generarla y administrarla, y los impuestos, tasas y suplementos. Sin querer hacer sangre (ni preguntarme si al coste actual de la electricidad no serían rentables nuestras minas de carbón), tenemos la capacidad de generar energía que tenemos y lo que necesitamos de más hay que comprarlo al precio que nos marquen. Así que el gobierno puede hacer mucho, pero es un asunto en el que se siembra hoy y ha de recoger otro al cabo de muchos años, y eso si todos los del tiempo cuidan la siembra. Así que ya se imaginan. Aparte está el tema de los impuestos y tasas: se hinchan hasta lo indecible porque ¿quién va a no pagar, quién va a renunciar a la electricidad?

Pues Sidenor, sin ir más lejos. Y lo triste es que detrás vamos a ir todos los demás, si no se arregla.

Miren, la electricidad estaba racionada en 1939. Y en los primeros años 40, porque no teníamos centrales suficientes. Tras la primera reconstrucción básica, la prioridad siguiente fue conseguir la energía, porque era necesaria para el acero, el cemento y todo lo demás, y sin acero ni cemento olvídense de todo lo demás. Así que lo que había se destinaba a las industrias clave. Ahora no estamos en esa coyuntura, y las razones de la carestía no son las mismas. Pero el precio está tan desorbitado que el efecto puede ser el mismo; si antaño forzadas, mañana las empresas pueden decidir voluntariamente que no se conectan. Y si eso pasa, agárrense que vienen curvas.

 

He empezado el artículo hablando de los godos y los romanos. Lo de Sidenor puede ser una anécdota, si se resuelve bien, o puede ser un aviso: consumimos más energía de la que podemos obtener y eso convierte a la energía en un artículo escaso. Llevamos años anunciando que ese panorama es posible; el tema es lo bastante serio para que uno quiera que el gobierno y la sociedad se lo planteen como una realidad próxima si no se hacen cambios. Y éste no es un tema que se resuelve en el momento, exige planificación y estrategia nacional a largo plazo. Y cambios, muchos cambios.

Nadie de nosotros quiere vivir sin electricidad, así que ver a Sidenor renunciar a ella debería ponernos los pelos como escarpias. Porque cuando las barbas de tu vecino ves pelar es mejor que pongas las tuyas a remojar.

 

P.S.: acabo de enterarme de que también han parado su producción Fertiberia y Asturiana de Zinc. Y Ferroatlántica. No vamos bien. Y aunque se arregle, ya veremos qué inversor extranjero va a querer invertir en España.

 

Midnight oil - Beds are burning

viernes, 1 de enero de 2021

Cuarenta bajo cero

https://www.youtube.com/watch?v=ZmIjOvbevsA 

 

 

Donde yo trabajaba, en Suecia, cada invierno llegaban a alcanzar 40 grados bajo cero, según me dijeron.

Conozco a gente de Kazahistán y de Volvogrado (antes Stalingrado) y allí también se llega a 40 bajo cero.

Un amigo, un invierno en Indiana, estaba a cuarenta bajo cero...

En Toronto, en invierno, a cuarenta bajo cero...

El otro día, viendo el clásico documental de vida salvaje, los bisontes estaban a cuarenta bajo cero. Me hacía gracia, siempre la misma temperatura. Es evidente que -40 es un número psicológico, una barrera. Menos, sin duda, se considera exageración, una temperatura de la Antártida o Siberia. Y una temperatura no tan baja, lo mismo: si no se alcanza es un frío de pacotilla. Pero como el documental era no recuerdo si inglés o estadounidense, me pregunté si eran cuarenta grados Celsius o cuarenta grados Farenheit. Qué casualidad, pensé, si la temperatura psicológica era la misma en ambas escalas. Y tenía que ser, porque una tempreatura de -28 ó -52 no es una barrera mental.

Entonces caí en la cuenta. Qué casualidad, pero de verdad: es la misma temperatura en ambas escalas. 40 grados Celsius bajo cero equivalen a 40 grados Farenheit bajo cero.

Seguro que ahí está el origen del valor emblemático de los 40 bajo cero.

Es curiosa, la temperatura. Recuerdo que en el colegio estudiábamos 4 escalas distintas.

La más antigua es la escala Farenheit. Inventada por Farenheit, claro. Es una escala bastante chapucera, diríamos ahora, pero hay que entender que fue la primera y que era 1724. Lo importante fue la idea. Farenheit estableció un valor que podía determinar como valor 0 grados. Y otro como 100 grados. Y a partir de ahí. El problema son esos dos valores, que son un poco... ¿cómo lo diría? penosos, si hablamos de una escala científica.

El valor 0 era el más bajo que podía fijar: el punto de congelación del agua salada en cierta composición. Y el valor 100, la temperatura de "el cuerpo humano, con fiebre". Acabo de leer en la web que eso es sólo una teoría y que hay otras teorías, pero es la que estudié yo de pequeño y aquí la cuento. El caso es que en la escala Farenheit el agua destilada congela a 32 grados y hierve a 212. Pero, como digo, da igual el origen y los valores, lo importante es la idea.

El francés Reaumur, apenas unos años después de Farenheit, propuso su escala, pero esta vez más científica: el cero era el punto de congelación del agua destilada y el punto de ebullición de ésta... 80. Lástima, casi acierta. Pero es una mejora frente a Farenheit, al menos desde el punto de vista de la ciencia.

Por fin, unos pocos años más tarde, Celsius hizo su propuesta: la escala de Reaumur, pero esta vez el agua hierve a 100 grados. Y ésta fue la escala buena.

Hay una cuarta escala, claro. La escala Kelvin. Pero ésta es de uso científico, no  normal, y se basa en la escala Celsius en tanto en cuanto un grado es la misma variación en ambas escalas: es tan simple como establecer el 0 en el valor que la Termodinámica dictaminó que era el valor más bajo posible.

El problema mío con la temperatura es que lo que en realidad mide... ¿sabe usted lo que es? Claro que sí, contestará, La cantidad de calor. El calor que hace o lo caliente que está un cuerpo. Y sí, es el sentido que tiene en nuestras condiciones normales. Pero cuando nos salimos de esas condiciones, la cosa cambia. Por ejemplo, en las capas altas de la atmósfera terrestre la temperatura puede ser de 1.000 grados. Pero salga usted ahí sin su traje espacial y se congelará en segundos ¿Cómo es posible? Pero esto es un tema para tratar otro día.




Silvio Rodríguez - La maza

 


jueves, 21 de mayo de 2020

Imponiendo el progreso por ley




Leo que se va a aprobar la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, y que recoge que, en la práctica, a partir de 2040 ya no se venderán coches de combustión interna. Y que a partir de 2050 ya no podrán ni circular.

Y la prohibición incluye a los híbridos. O todo eléctricos, o nada.

¿Por dónde empiezo?

Por la economía: ¿quién se va a comprar un coche sabiendo que tiene una fecha de caducidad ridícula para un bien que es el segundo en importancia para una familia tras su propio hogar? ¿Quién se va a comprar un coche en 2038, por ejemplo?

¿Qué vamos a hacer con la industria automovilística?

¿Cómo vamos a conseguir que las multinacionales del sector inviertan en las plantas que tienen en nuestro país?

¿Qué va a pasar con la enorme cantidad de impuestos que proporciona la venta de gasolina y gasoil?

¡Cómo se nota que los problemas económicos que se generen no los tendrán que afrontar nuestros gobernantes de ahora!

Desde el punto de vista técnico: ¿usted cree que nuestra Técnica ha avanzado lo bastante para tomar esa decisión? ¿Se es consciente de lo que se tardó en tener un país diseñado para el vehículo con motor de explosión y lo que puede costar cambiarlo para vehículos eléctricos? No, no se es consciente. Porque todo el que responda que preparar España para los coches costó 20 años, 50 años, 60 años,... está claro que no tiene idea. Porque ¡aún no hemos terminado! No tenemos las ciudades preparadas para los vehículos que tenemos. No hemos encontrado solución alguna, lo único que se nos ocurre como remedio efectivo es prohibirles la circulación. Eso no es adaptarse al coche, es negarlo.

Pero mi mayor objeción es filosófica: ¿se puede imponer el progreso a golpe de decreto? Quiero decir, si el coche eléctrico ha de ganarle la partida al coche de combustión interna, dejémosle que la gane limpiamente. Y si no se la va a ganar, no lo proclamemos ganador. ¿Usted se imagina que en 1978 el gobierno hubiera proclamado que por ley a partir de 1986 todos los grabadores de vídeo en España serían del sistema 2000? ¿O que el año 2000 se dijera que a partir de 2010 quedaba prohibida la venta de discos, casetes y cd y de aparatos que los reprodujeran y que a partir de 2018 la música sólo se podría oir en formato mp3?

Si el motor de combustión ha de morir, que sea el Progreso el que lo mate, no la ley cuando todavía se encuentra en pleno vigor. A fin de cuentas, creo que no es ilegal circular en coche de caballos. Sí en ciertos caminos, pero en muchos no. Y lo mismo le ha pasado al servicio de telégrafos, que se cerró cuando ya estaba en la práctica muerto.

En fin, un coche de gasoil tiene una autonomía de al menos 800 km y se recarga en 5 minutos. Y cuando circula tiene una capacidad de aceleración que le permite salir de muchas situaciones comprometidas. Un vehículo eléctrico tiene una autonomía de 200 km. Su velocidad, en carretera, es muy justita, y eso llaneando. No tiene capacidad de aceleración instantánea. Y tarda en recargarse unas 2 horas. El vehículo de combustión tiene problemas, sí, y el ruido es uno de ellos. Pero el vehículo eléctrico no resuelve esos problemas, y añade además los suyos. Como el ruido: si no lo oye venir, no se apartará. Y hay multitud de caminos y carreteritas donde los coches conviven con peatones y ciclistas.

Insisto, no defiendo al coche de combustión interna ni ataco al eléctrico. Lo que digo es que la supremacía del nuevo sobre el viejo debe ganarse a través del Progreso, no por ley. Y menos por una ley dictada 30 años antes.



Snow Patrol - Chasing cars (en concierto)


sábado, 1 de febrero de 2020

Lo que usted ignora sobre el reciclaje. Conclusión.




Reciclajes aparte, el verdadero problema de los residuos es la basura. Empleo el término más coloquial, para que se entienda. En los hogares hemos separado el vidrio, lo metálico, el papel, el cartón y los plásticos. Lo que nos queda es la basura. El desecho, lo que ya no tiene utilidad. Y es un problema, porque es muuuuucha cantidad, complicada desde el punto de vista higiénico y sanitario, sin aprovechamiento aparente, y muy molesta. La solución tradicional es su acumulación en vertederos. Pero eso tiene algunas aspectos negativos.
  1. En primer lugar, se necesita un vertedero. Eso no siempre ocurre: por ejemplo, Beirut durante sus años de guerra. El vertedero titular de la ciudad estaba a no sé si unos 40 km, pero desde luego los camiones no iban a ir. Lo que hizo la ciudad no deja de tener su ingenio. En primer lugar, compactó su basura para que ocupara el mínimo espacio posible, la fue envolviendo en plástico para contener el problema higiénico y de olores, y la fue acumulando donde tenían sitio. Luego echaron arena encima, y hoy es una de sus playas.
  2. El vertedero no puede estar lejos. ¿Saben lo que cuesta acarrear la basura hasta allí? Y es que piense que es un dinero que se gasta... en la basura. Es dinero a la basura en toda su exactitud.
  3. Cuando un vertedero se llena (y se llenan) hay que hacer otro. Por no entrar en detalles, dos palabras: una pasta.
  4. Los residuos, dejados a su albur en el vertedero, tienen algunos subproductos que pueden ser hasta peligrosos. Los lixiviados, para empezar. Se generan muchísimos lixiviados, y éstos hay que recogerlos, canalizarlos y tratarlos. También se genera metano y otros gases. Otros inconvenientes: los olores y las gaviotas. No hablo del impacto ambiental, porque hasta los ecologistas reconocen que es una necesidad ante la que hay que conceder algunas licencias.
  5. Para aumentar la vida del vertedero, hay que compactar la basura. Eso se puede hacer de dos maneras: en una instalación pre-vertedero, o en el vertedero. En el vertedero se hace chafándola al depositarla (con una maquinaria de un importante coste, or cierto). En fin. Y en una instalación pre-vertedero, que tiene sentido porque así ahorramos también en transportes y reducimos los lixiviados que se producirán... pues hace falta dinero. Significa tener un pre-vertedero cerca. Y ese pre-vertedero tiene una capacidad máxima de tratamiento. Y sus propios problemas.
Si no queremos acumular la basura, la única alternativa es deshacerse de ella. Eliminarla. Y como no tenemos desintegradores de materia ni vamos a enviarla a universos paralelos, la única manera que tenemos de destruirla es quemarla. 

¡Oh, sí, las malditas incineradoras!

¿Hay algo que tenga peor prensa?

Y, sin embargo, desde el punto de vista ingenieril son la solución perfecta. Se extrae la energía que tiene la basura, e incluso se pueden aprovechar las cenizas para cementos y otros materiales (como moquetas aislantes, por ejemplo. Un ejemplo que cito porque yo lo apliqué hace muchos años en un desarrollo de una).

De hecho, hacia el año 2000, en las plantas de residuos en las que colaboré en Italia, trabajando con empresas alemanas, tanto los italianos como los alemanes lo tenían clarísimo: lo mejor que se podía hacer era quemar la basura. Sacar todo lo que no arda (loza, cascotes de obra, metales, vidrio), y quemar lo que queda. Es energía, qué caramba. Vale que el papel no tenga el mismo calor específico que el carbón, pero en serio: qué más se puede hacer con una botella o un periódico que se ha tirado a la basura? ¿Es alguien consciente del proceso y el coste del proceso necesario para extraer valor de ese periódico o de esa botella? Y, a fin de cuentas, es un combustible del que se extrae su energía. Recuerden si no el caso de Västervik que les conté al principio de la serie.

¡Ah, pero están los humos! ¡Contaminan! ¿Contaminan? Será si queremos. Con una chimenea adecuada, esa contaminación puede reducirse a un mínimo ridículo. Quiero decir, técnicamente es un problema resoluble. Conviene explicar, para quien no lo sepa, que una chimenea no es sólo para canalizar los humos a donde no molesten: su interior está recubierto de productos que reaccionan con el azufre y el nitrógeno que contienen los humos, formando un polvo (por ejemplo sulfuro de calcio) que cae y se recoge en la base. Con una chimenea adecuada, los gases salen razonablemente inertes. En cualquier caso, lo importante es saber que hay soluciones técnicas y que, desde luego, se aplican.

En resumen, la raiz del problema es que el sector de los residuos no es glamuroso. Esto provoca que nadie quiera saber de él, y al no saber se dicen muchas tonterías. Hay mucho populismo, es muy fácil decir que no y exigir que (otros) extraigan valor de aquello que tiramos a la basura. Pero en este tema, casi en más que en ningún otro, hay que decirlo: les están engañando, y deben dejar trabajar a los técnicos.Ellos saben lo que hay que hacer.




The Beatles - Revolution 1

sábado, 25 de enero de 2020

Lo que usted ignora sobre el reciclaje. Plásticos


Supongo que los ha visto en muchos sitios: puntos de recogida de tapones de plático. Diría, de hecho, que no hay oficina que se precie que no lo tenga, iniciados por alguna administrativa que ha sabido de la historia del pequeño X, que padece una enfermedad rarísima y patatín patatán.

Como yo defiendo que las botellas hay que reciclarlas con los tapones, suelo discutir la necesidad de separar los tapones. Yo intento aplicar criterios medioambientales; la otra persona, la necesidad de X.

Si reúnen medio millón, 500.000 tapones, X. recibirá... unos 200 €. Pero además no basta con reunirlos: hay que reunirlos en el patio de descarga del reciclador. Es decir, el sistema de recogida ha de llevarlos hasta allí. Medio millón de tapones son muchos tapones. Ocupan mucho espacio, por lo que requieren muchos viajes de furgoneta. No sé si la recogida de tapones resistiría un análisis coste/beneficios medianamente serio. En teoría cada 2.500 tapones darían un euro, pero diría que si incluimos la enorme cantidad de viajes necesarios para ir por porrones de puntos de recogida de tapones, necesitamos más de 5.000 tapones para sacar ese triste euro. Pero... piense en 5.000 tapones. ¿Cuántas botellas de agua y de leche se han de beber? Ja, ja, ésa es fácil: 5.000. Pero ¿cuántas botellas de agua y leche se bebe usted al año? ¿Cuántos años debería estar almacenando tapones en su casa, ocupando un espacio que seguro que vale mucho dinero, para que X. reciba 1 euro? ¿En serio cree usted que ésa es una forma eficiente de dar un euro a X.?

Luego piense en el medio ambiente: ¿cuántos viajes y kilómetros se han hecho para reciclar esos tapones? ¿Cree que esta estrategia es buena para el medio ambiente?

Por otra parte, pensemos en las botellas a las que les faltan los tapones. ¿Sabe qué les pasa? Les pasa que tienen casi todo su tamaño original. Una botella de PET sin tapón, aunque la chafe algo, recupera casi toda la forma. Una garrafa de 8 litros es fácil que se quede en siete... o siete coma nueve. Si le pone un tapón nada más chafarla, puede dejarla en poco más de un litro. El número de contenedores necesarios, los viajes para vaciarlos, el camión de transporte,... Piense en 5.000 tapones y sus 5.000 botellas que multiplican su tamaño. Por un euro. Esto es matar moscas a cañonazos, pero el usuario no se entera del coste de su acción y en cambio se siente mejor, se cree muy solidario y ecológico. Convencido de que está salvando el planeta.

Ya he contado en otra entrada que en los años 90 me dediqué a diseñar plantas de reciclaje. Para formarme, viajé a Alemania y recuerdo que la primera planta que me enseñaron reciclaba plásticos. ¿Saben lo que hacía esa planta? Obtenía el carbono que formaba parte de las moléculas de los plásticos. ¿Para qué? para sus fábricas de acero. El acero es hierro más carbón, y ellos estaban sustituyendo el carbón por el carbono de los plásticos. En ese momento supe que estaba haciendo el panoli.

Algo parecido me ocurrió en otra planta de reciclaje, ésta de neumáticos. Separaban los tres componentes de los neumáticos, el caucho, la fibra textil y los alambres de cobre. A cada cosa le daban su uso. En España, lo que se quería era que ocuparan menos en los vertederos. Claro, los alemanes pensaban en el plazo de amortización de su tecnología con el beneficio obtenido, y...

Miren, en España se reintroducían en los circuitos de fabricación de plásticos 3 de cada 10 toneladas de PET que se "reciclaban". Eso sí, Ecoembes (nuestros impuestos) pagaba lo establecido a cada una de esas 10 toneladas. ¿Qué se hacía con las 7 sobrantes?

Por no hablar de la estafa que son los proyectos de plantas de reciclaje. En general, son iniciativas públicas, dinero del estado. El pueblo de turno quiere una planta que recicle... pongamos 300 kg de plástico a la hora. No hablemos de dónde sale esa necesidad de que sean 300.... O ya se lo digo yo: mi competencia le ha dicho que le diseña una planta para 250 kg/h. El caso es que tanto mi competencia como yo sabemos (o deberíamos saber) que ninguna planta de reciclaje consigue más de 20 kg/h. O 35, haciendo un exceso inasumible. Pero eso a nosotros nos da igual, porque realmente el municipio tampoco tiene interés. De hecho, todos podemos hacer plantas para 300 kg/h de plásticos: un camión los trae y otro se los lleva a vertedero. Basta con que pasen por una cinta transportadora para decir que han ido "a la planta de reciclaje". Sí, Ecoembes paga por tonelada de plástico separado que se le envíe, pero es que no sale a cuenta. Y menos mal que Ecoembes (insisto, nuestros impuestos) no paga lo que de verdad valdría separar el plástico.

Por cierto, ví en Alemania unas máquinitas que sí separaban de verdad el plástico. Muy curiosas, muy ingeniosas. Muy caras. Al cambio (entonces era en marcos), unos 42.000 euros cada una. Suficientes para que ningún pueblo quisiera gastarse el dinero en una de ellas (porque además se necesita una para cada tipo de plástico que se quiera separar). No, aquí bastaba con que la planta admitiera el plástico. Que saliera como entró era una menudencia.

Y lo que sí no les voy a contar ahora, por no alargarme en exceso, es cómo funciona en verdad la industria del plástico. Aquella en la que se quiere emplear como materia prima el plástico reciclado. Yo venía de la industria del plástico, y... 

En fin, resumiendo: les están engañando. Lo mismo que cuando les dicen que no compren productos con plásticos, que es mejor que sean de papel, cartón o vidrio. Voy a dejarlo, para no calentarme, pero ¿verdad que lo que le muestran son tortugas marinas ahogadas por el plástico? ¿Que les hablan de la enorme isla de plásticos que flota en el Pacífico? ¿De verdad cree usted que el plástico que usted tira en Valladolid o Zaragoza va a llegar hasta esa isla o tortuga? ¿No seŕa más bien cosa de los africanos, los asiáticos o los sudamericanos? ¿No habría que montar allí las plantas de recogida de envases y enseñarles a ellos a no tirar los plásticos?

Nos dejamos engañar porque nos sentimos mejor. Pero hay otra manera de reciclar el plástico, y en Europa la descubrieron hace al menos 20 años. En la próxima entrada se la cuento.




The Beatles - Polythene Pam