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lunes, 25 de septiembre de 2023

Mil

https://www.youtube.com/watch?v=U4yH4B9deok 

 

 

Ésta es la entrada número mil de este blog. No me había dado cuenta, y ya tenía varias entradas programadas; pero tres minutos antes de que se publicase la que entonces sería la 1000 me entró la curiosidad por saber cuántas llevaba. Digamos que esa entrada programada no merecía la significación que conlleva ser la milésima.

Sé que debo escribir algo al respecto, pero no tenía nada preparado. No había pensado sobre el tema. Ayer, recuerdo, estuve pensando sobre el futuro de lo que se escribe en internet. Este blog, por ejemplo. Es gracias a un servicio gratuito de Google, pero si un día dejo de escribir... ¿se mantendrá? ¿Conservará Google las páginas escritas por tiempo ilimitado? Supongo que no, supongo que al cabo de 5, 10 ó 20 años de estar un blog sin actividad lo cerrarán. Como las cuentas de correo que no se usan y esas cosas. Quizás cuando adviertan que nadie ha accedido a leer alguna de las páginas escritas en años, tal vez. Pero llegará un momento en que se cerrará y no será accesible. Para entonces no le importará a nadie, pero es que en realidad tampoco sería importante si desapareciera ahora: el blog no aporta nada a nadie, fuera de que me guste escribirlo. Albergo la esperanza de que mis hijos y nietos quieran leerlo para saber más de mí, pero dado el nulo interés que hasta la fecha han demostrado, es una esperanza muy pequeñita. ¿Me echaréis de menos cuando yo no esté, cabrones? Por si acaso, registro en este blog lo que pienso, lo que me interesa y la música que me gusta. Saberlo o no es ya cosa de ellos, yo más no voy a hacer.

Volviendo al tema del borrado en internet, tampoco hay que echarse las manos a la cabeza: ha ocurrido desde que se inventó la escritura. Tal vez el primero que escribió un contrato de compraventa, un edicto o una efemérides pensaría que al hacerlo se conservaría ese recuerdo hasta el fin de los tiempos, pero hace mucho que la humanidad descubrió que no. Muy poco se conserva de la infinidad de cosas que se han escrito, una fracción ridícula. ¿Por qué iba a ser diferente en nuestro tiempo? Claro que las cosas en internet ocupan espacio y requieren energía, y cuando el escrito no interese a nadie ese espacio y esa energía multiplicarán su valor. Ocurre como con las fotos. Cuando nadie reconoce a nadie de una foto, cuando el nombre de los que aparecen no dice nada, si la fotografía no tiene un valor estético inusual, esa fotografía va a la basura. Los libros en papel acaban también allí, no nos engañemos: pocos se quedan la biblioteca de sus mayores, y apenas alguno acaba intentando venderla al peso. Lo mismo ocurrirá con las cosas digitales. Un día alguien cogerá un disco duro "antiguo", que resulta que tiene cien mil fotos de ya nadie recuerda qué persona, y decidirá que adiós al disco duro. Puede que incluso el que tire el almacenador sea la misma persona que hizo las fotos: pasados suficientes años, casi todas las fotos dejan de interesarnos. Sic transit gloria mundi, dijo un clásico, y nihil novum sub sole se escribió en el Eclesiastés, así que no nos hagamos ilusiones.

Con todo, mil entradas son muchas entradas. La gran mayoría son lo que esperaríamos que nos contara nuestro cuñado; muchas, también, de un ingeniero obsoleto, de un carrozón  y también prueba fehaciente de que no se debería dejar escribir en internet a cualquiera, pero no todos tenemos que estar dotados para esto, no pasa nada: basta con dejar de leer lo que no gusta. De todas maneras, intentaré en los próximos días recordar 10 entradas que me haya gustado publicarlas, que quiera recomendar que se leyeran de nuevo. Si encuentro 10, publicaré esa lista.

Por lo demás, reitero mi incitación a todos ustedes a que creen también sus blogs, piensen que vayan a ser buenos o malos. No se pongan el listón muy alto, y ya verán como lo disfrutan.


 

 

 

Paul Dukas - El aprendiz de brujo 

domingo, 6 de marzo de 2022

Sesgo en Wikipedia y posverdad

https://www.youtube.com/watch?v=qI1WcylNEuY 

 

 

Nos guste o no, Wikipedia es ya un estándar. Es ya la enciclopedia que todos tenemos; donde está el saber humano. Y ese ser el estándar ha desembocado no sólo en que lo que es, está, sino incluso en que lo que está, es. Lo primero, tristemente, está convirtiendo a Wikipedia en el depositario de nuestro conocimiento: si algo no tiene su entrada en la wikipedia, su conocimiento acabará perdiéndose. Pero lo segundo es aún más preocupante, pues nuestra identificación entre ser y tener una entrada en la Wikipedia nos lleva, inconscientemente, a identificar lo que dice Wikipedia con lo que realmente es. Por ejemplo, si Wikipedia dice que el río Yeyuayo mide 1.258 km, el río Yeyuayó mide 1.258 km. Aunque mida en realidad 1.400 ó 1.200.

A veces uno se encuentra con esto:

Según Wikipedia, Batista era un dictador; Castro, no, aunque tuvo el poder en su país durante casi 50 años. Nos avisa, eso sí, que hay algunos fanáticos - a los que no hay que hacerles mucho caso- que dicen que entra dentro de la categoría de dictador, pero es porque se dejan llevar por su inquina.

Si miramos la entrada de Hugo Chávez, Wikipedia nos informa que "Hugo Rafael Chávez Frías (Sabaneta, 28 de julio de 1954-Caracas, 5 de marzo de 2013) fue un político y militar venezolano, presidente de Venezuela desde 1999 hasta su fallecimiento en 2013". A Chávez ya le conocemos todos, y sabemos que dejó de ser el mandamás porque se murió, que si no aún seguiría. A su sucesor designado, Maduro, la Wikipedia le define como "un político, diplomático y dirigente sindical venezolano que ha ejercido como ministro de relaciones exteriores entre 2006 y 2012, como vicepresidente de la república desde 2012 al 2013 y presidente de Venezuela durante el período 2013-20195​ y el periodo presidencial 2019-2025,6​ este último con reconocimiento parcial de su mandato". Como ven, ninguno de los dos es un dictador.

En cambio, no duda en señalar como dictador a uno de derechas: "Augusto José Ramón Pinochet Ugarte (Valparaíso, 25 de noviembre de 1915-Santiago, 10 de diciembre de 2006) fue un militar, político y dictador chileno en el período comprendido entre 1973 y 1990".

¿Ven algún tipo de patrón aquí? No sé ustedes, pero a mí me da la impresión de que para los escritores de la wikipedia (y por lo tanto y en la práctica, para Wikipedia) cuando el político es de derechas es malo, y un dictador, y si es de izquierdas es bueno, y en ese caso es sólo un político.

El tema no va de si las entradas sobre los políticos citados son correctas o sesgadas, sino de si es admisible. ¿Hay sesgo en Wikipedia? Ya vemos que sí. Teniendo en cuenta que se va a convertir en los anales de nuestro tiempo, ¿no deberíamos exigirle una objetividad ultraexquisita? Y me dirán que es que no está claro que Castro fuera un dictador, ya se ve que hay gente que opina que no, y en cambio sí hay consenso en que Batista lo era, pero no cuela. O todos tirios o todos troyanos.

Los escritores de Wikipedia, cuando tratan temas controvertidos (no la longitud del río Yeyuayo), deberían dejar a un lado sus filias y sus fobias. Y, si no se ven capaces, no deberían tratar esos temas, deben inhibirse. Y los grandes gestores de Wikipedia deberían tener esa política como un principio sagrado, porque su responsabilidad es muy grande. El prestigio es casi como la honra, que es como un plato de porcelana: si se rompe, puede intentar recomponerse, pero no va a ser como antes. Y puede, incluso, ocurrirle como al cine español, que ya apenas hay un español que lo quiera ver, no porque las películas sean malas sino porque es cine español.

La segunda reflexión que me hago es la constatación de que hemos dejado que sea una parte, y una parte muy muy escorada, la que cuente las cosas. Que las cuenta a su manera, muy muy escorada, y los demás callamos. Los que no conocen las cosas, y les escuchan, creen que efectivamente las cosas fueron así. Y a partir de entonces hemos de discutir con personas que sinceramente creen que fueron así, no vayamos a contarles ahora mentiras que ellos lo saben de primera mano.

Posverdad. Crece y circula delante de nuestras narices, y no nos damos cuenta. O sí, pero no hacemos nada, que es aún peor.

 

Por si acaso: el río Yeyuayo no existe, pero me gusta como suena.



Barbra Streisand - Woman in love

lunes, 28 de febrero de 2022

El piropo público

https://www.youtube.com/watch?v=YPIPRbWuKg4 

 

 

La sempiterna guerra de sexos. He escrito sobre el tema muchas veces, y siempre sostengo que parte del problema es que las mujeres quieren que los hombres se comporten como mujeres, no admiten que hombres y mujeres sean diferentes y no aceptan que los hombres se comporten... como hombres.

He leído, en un periódico digital, un artículo escrito por una periodista en el que nos contaba que un reconocido psiquiatra de Nueva York escribió un mensaje en una red social más que conocida por nutrirse de mensajes no reflexionados; por cierto que ahora recuerdo que, al principio de la andadura de la famosa red, cuando los políticos metían la pata y decían alguna burrada (juzgada como tal por los usuarios de ese ejemplo de tolerancia que es esa red) el político solía justificante diciendo que había sido un calentón, que él no pensaba así y todo eso. Hoy ya no se justifican. 

A lo que iba. El mensaje en cuestión alababa la belleza de una modelo (negra ella, un matiz muy importante) que había publicado una foto de sí misma con un vestido negro muy escotado sobre una cama. La loa fue, para ser precisos (traducción), “ya sea una obra de arte o una rareza de la naturaleza, es un hermoso espectáculo para la vista”.

Twitter, por descontado, se abalanzó sobre el médico. ¡Cómo se atrevía! Cosificaba a la mujer, y como era negra, cosificaba a las mujeres negras.

Y la periodista se ponía de parte de... los críticos. En su opinión, el médico trataba a la mujer como si fuera un objeto, un algo que contemplar, y eso, se quejaba, los hombres no se daban cuenta de que resultaba ofensivo.

Pero yo me pregunto... ¿por qué publicó aquella fotografía aquella mujer? Vale que porque quería, porque podía y porque estaba en su derecho, pero mi pregunta es por qué quería. Qué pretendía. Y sólo se me ocurre una respuesta: quería que los demás vieran cuán hermosa era, y por lo tanto que la admiraran. Si alguna mujer cree que hay alguna razón más probable, le agradecería que me lo dijera. No, yo creo que ella quería que todos supiéramos que era hermosa. Y por hermosa hemos de entender que era capaz de atraer a los hombres, no nos engañemos. ¿Y cuál fue la consecuencia? Que un hombre vio la foto, la encontró ciertamente muy hermosa y alabó su hermosura. Ya que el hombre era un hombre, y se comportó como tal. Si nos atenemos a los hechos, estos son. ¿Debió haberse callado? ¿Deben los hombres callar los piropos y las galanterías, dejar de decir a las señoras o a las muchachas lo hermosas que están, alabar lo bien que les sienta un peinado, un vestido o un bronceado, so pena de ser insultados y acusados de cosificar a las mujeres?

¿Eso es, de verdad, lo que quieren las mujeres?

La periodista nunca lo reconocerá, pero por mucho que ella se ponga vestidos negros muy escotados y se fotografíe con ellos en una cama no conseguirá que reconocidos psiquiatras de Nueva York proclamen públicamente que ella es una obra de arte o un fenómeno de la naturaleza y eso es lo que en verdad le molesta. Así que, como ella no puede, que nadie pueda: que se prohíba decirlo.

Son las mujeres que no consiguen esos piropos, dirigidos a otras, las que los encuentran ofensivos. Las que los consiguen pero no son en ese momento las destinatarias, lo más que llegan a hacer es molestarse por no ser ellas. Esto jamás lo reconocerán, ni entre ellas, pero es.

El hombre sólo tuvo una galantería pública hacia la mujer que exhibió en público su belleza. Sólo eso. No la cosificó. No sólo las cosas son bellas, también las personas pueden ser bellas.

El hombre se comportó como un hombre bien educado. Y se le ataca por eso. No sé si es la sociedad que queremos.



Outkast - Hey ya!

 

sábado, 30 de octubre de 2021

Ganas de fastidiar

 

 

Me pasó el otro día: quería saber el horario de un partido de waterpolo que se jugaba en el barcelonés Club Esportiu Mediterrani (CEM). El CEM es un club del barcelonés barrio de Sants, de la parte de Sants lindante con L'Hospitalet de Llobregat. Creo que tiene unos 10.000 socios, entre los que supongo que habrá de todo pero más personas humildes que adineradas. Busqué su página web, y entré. 

La página web estaba en catalán. No pasa nada, es muy normal aquí; se cambia al castellano, y ya está.

Solo que no. No en esta página. Quiero decir, sí que se cambia, pero no es tan fácil.

Lo habitual en las páginas web de estas tierras es encontrar en la cabecera, en la parte derecha, algo más o menos como esto:

En el caso de la web del CEM era esto:


¿Ven el desplegable?

Eso tampoco es extraño, se despliega el desplegable y aparecen las opciones de catalán y español, a veces también la de inglés o quizá alguna otra.

Pero no en el del CEM:

Vaya, no aparece el castellano. Tampoco el español. ¿Estará justo debajo del english? Claro que no, sería demasiado fácil. Está mucho más abajo:

¿Cuánta gente quiere consultar la web del club en noruego? No tengo ni idea, pero no creo que nadie quiera. Que nadie quiera en serio, quiero decir. Porque yo sí consulté la web en japonés:


Lo hice como curiosidad, para saber si realmente estaba en japonés; y por cierto, lo que pasó fue muy curioso pero lo aprecié porque mi ordenador es lento: se cargó en catalán, y se fue autotraduciendo. Supongo que habrá una conexión con el traductor de google, ya les aseguro que no hay tales políglotas en el club del barrio.

Por si acaso no pillan las pistas que he dado: el CEM está establecido en un barrio muy hispanohablante. En la parte pobre de Sants, en Badal. Donde se arremolina la inmigración hispanoamericana, y por una razón: los pisos, cuando Barcelona era cara, allí eran baratos (cuando Barcelona era asequible, allí estaban tirados. Para quien quisiera o se atreviera vivir allí). La mayor parte de los socios son, seguramente, castellanohablantes. En cuanto a los que tendrían interés en los horarios de waterpolo, no creo que haya muchas competiciones internacionales, seguramente lo querrá saber gente del resto de Cataluña (de la parte metropolitana, en realidad: no creo que se juegue mucho al waterpolo en Solsona, y por lo tanto de la parte en su mayoría castellanohablante de Cataluña).

¿Qué es lo que pasa?

Como es obvio, no es algo al azar. Es algo premeditado. Decidido así. Esta decisión la puede tomar bien el programador de la página web, bien el responsable del club. Si la toma el programador, sin duda el responsable ha de aceptarla, porque si no estuviera de acuerdo habría obligado al programador a cambiarla. Osea que, de todas todas, es una decisión del responsable del club. Y si pensamos en la complicación que supone, una decisión muy pensada.

Y el responsable del club ¿por qué lo hizo?

Sólo hay una respuesta posible. Por fastidiar. Por fastidiar a los castellanohablantes. Incluyendo el detallito de identificar el idioma como "spanish".

Lo curioso es que es un sentimiento muy minoritario: si uno va a las instalaciones del club, todo el mundo habla en castellano sin ningún problema. Y a juzgar por el acento caribeño de los que llevan el bar, al revés no lo tengo tan claro. Pero esto es Cataluña. Y en Cataluña, ya se sabe, las élites siempre son independentistas. No solo eso: el Programa 2000 de Pujol pedía a todos (entiéndase siempre que "todos" es "todos los de su cuerda") que coparan todo. Todo tipo de asociación, club, entidad, agrupación, lo que sea. Incluso las comunidades de vecinos. Tenían que ponerse al frente, liderarlas, hacerlas de ellos. Y eso es el CEM. Un club fundado en 1931 que está dominado por independentistas, sean quienes sean los de la junta porque a estas cosas siempre se presentan ellos.

Tomemos esto del CEM como una anécdota o como un botón de muestra. En parte es una anécdota: dejando de lado la administración autonómica y sobre todo la municipal, las entidades privadas no suelen comportarse así. Pero si pensamos en las personas del CEM que quisieron hacer la web como la han hecho, no estoy tan convencido de que sean una anécdota: hay muchas personas como éstas, que en la medida de sus posibilidades fastidian todo lo que pueden. Son una minoría, por descontado, pero todavía quedan muchos con estos comportamientos.

Supongo que así son más felices. A nosotros nos toca convivir y levantar una comunidad con ellas.




The Bangles - Walk like an egyptian


domingo, 10 de octubre de 2021

Usptah el arquitecto

https://www.youtube.com/watch?v=11Q5a0q--98 

 

 

Usptah fue el arquitecto de Neferirkará, sucesor inmediato a Sahurá. Lo que se sabe de Usptah es que era muy amigo del faraón, y se sabe porque hay una curiosa inscripción en su tumba que traducida dice así: "El rey fue a visitar la obra y la alabó extraordinariamente. El rey le prodigaba elogios cuando se dio cuenta de que éste no le escuchaba. Los príncipes y personajes del séquito se espantaron al oir los gritos. El enfermo fue llevado a palacio y el rey hizo venir los sacerdotes ritualistas y los médicos de cámara. Su majestad hizo traer una caja con escritos. Pero el enfermo estaba muerto sin remedio. El corazón de su majestad queda lleno de tristeza; decía que daría cualquier cosa para retornarlo a la vida. Por fin se retiró a sus aposentos. El rey hizo tallar un ataúd de ébano; estuvo presente cuando lo embalsamaban". Parece ser que al arquitecto Usptah le dio un síncope cuando departía con el faraón, pero los conjuros que intentaron (los escritos que guardaba el faraón) no funcionaron porque Usptah estaba muerto y requetemuerto. La lápida acaba con una descripción del sepulcro del fallecido arquitecto y la dotación de un beneficio para funerales.

Y no se sabe más de Usptah el arquitecto.  

En el antiguo Egipto, Manetón es un personaje clave: fue un sacerdote e historiador egipcio del siglo III a.C. Es clave, porque sabía entender las inscripciones y los textos antiguos de los egipcios y sin embargo, por suerte para nosotros, escribía en griego. Que es un idioma que los modernos sí somos capaces de entender (los expertos, quiero decir), pero sobre todo los de la época romana y preislámica sí entendían. La obra de Manetón se perdió, pero se conserva citada por otros autores; un problema menor es que tenía mucho prestigio y, tratándose nada menos que de una historia del Egipto faraónico, fueron muchos los que quisieron manipular los textos para que pareciera que Manetón les diera la razón, pero ahora no viene al caso. Lo importante es que fue Maneton el que montó las listas de reyes y los dividió en dinastías.

El faraón Neferirkará era de la V dinastía, con lo que estos sucesos son realmente viejos: de hace unos 4.500 años. Sorprende saber que el faraón era tan amigo de personas normales (el faraón era un ser que se le creía divino o casi divino, y a los arquitectos todavía no), y cómo debió de ser su dolor para quedar recogido.

Por otro lado, no hay muchos arquitectos que puedan presumir de que 4.500 años después de su muerte se siga sabiendo algo de ellos. 

Y yo ¿cómo he llegado a saber de Usptah? Para empezar, ya les adelanto que no tuvo nada que ver con internet; de hecho, habría sido imposible.

Resulta que alguien encontró vaciando unas cajas (los detalles no los sé bien) un diccionario de arquitectura y pensó que a mí me gustaría tenerlo. Lo tengo delante, y fue escrito por Joaquín del Soto Hidalgo, expresidente de la antigua Federación Nacional de Ingenieros Diplomados (y otros cargos) en 1960. Si alguien quiere adquirirlo, se supone que ha de dirigir su petición al autor, en la calle del Desengaño nº 11, pero creo que podemos darlo ya por obra perdida y de la cual sólo se conservan unos pocos ejemplares, seguramente cada vez menos.


 Pues bien, en el glosario de términos el sr. del Soto introduce algunos arquitectos célebres (y no tan célebres, al menos para mí; por ejemplo, Bennon, que hizo la catedral de Spira bajo Enrique IV, y del cual dudo que encuentren información en internet). Y uno de esos nombres era el de Usptah.

Si usted quiere saber más sobre Usptah y lo busca en internet no hallará gran cosa, al menos si como yo se mueve en un rango de idiomas reducido. De hecho, lo único que encontrará es que se le cita en el libro Historia General del Arte de José Pijoan, libro que escribió en 1950, y del que seguramente el sr. del Soto extrajo la información sobre Usptah. El libro está más o menos disponible en internet, pero su conservación no invita a su lectura. Está claro que alguien, en su momento, decidió que sí era un libro que debía conservarse para los anales, pero también lo es que alguien decidió que ya no hacía falta conservarlo y lo borró; lo que se conserva es la copia internetera de cuando estaba en internet, y ya veremos lo que dura. También existe una referencia a nuestro arquitecto en otro libro: el catálogo de la colección Mayer, en concreto la parte egipcia, babilónica y asiria, realizado por Charles T. Gatty, ayudante del conservador; pero este libro en inglés es aún más difícil de localizar: está simplemente escaneado como imágenes, no está el texto pasado a texto como el libro de Pijoan. Aunque sí se lee más fácil que el de Pijoan.

Y ya está; yo no he encontrado más, y no creo que se me pueda acusar de haberme rendido demasiado pronto.

Lo que me lleva a...

Usptah ha sobrevivido, su recuerdo, 4.500 años. ¿Sobrevivirá 4.600 o hasta aquí ha llegado y su nombre se borrará del conocimiento humano en los próximos 100 años?

No sé qué responder. Es posible que algún novelista recoja la historia, escriba una obra de éxito y el nombre de Usptah obtenga miles de citas en el ciberespacio y así se asegure la inmortalidad (entiéndase); pero no creo que ocurra. Las personas normales, como usted y como yo, desde luego que no conocemos a nuestro protagonista; para nosotros no es que hubiera muerto hace 4.500 años, es que ni siquiera llegó a existir. Los arquitectos... Sinceramente, no creo que los arquitectos actuales tengan la base histórica de la profesión que demostró tener el sr. del Soto. ¿Habrá quien sepa responder a la pregunta de quién era, y quizá transmita su conocimiento a otros? Usted tampoco lo cree, ¿verdad?

Mi primo Paco es egiptólogo (aunque no ejerce); es posible que él conozca la historia de Usptah, es posible que la conozcan los egiptólogos; estos son el último bastión. Es posible que ellos no basen su conocimiento en lo que encuentren en internet (recalco: en lo que encuentren, no en lo que exista); sería lo lógico, ya que ¡son egiptólogos! Pero no sé qué decir. Aunque soy optimista: habrá egiptólogos que conozcan la historia, y que la cuenten a sus alumnos o a todo aquel a quien tengan ocasión; y puede que no lo hagan todos, pero quien lo haga la contará a muchos, y así poco a poco... al menos el nombre de Usptah no quedará enterrado por las arenas del desierto.

Y es que internet es como Egipto: sí, las cosas están ahí, pero sepultadas bajo toneladas de arena, nadie sabe dónde. Las cosas que sabemos sí sabemos dónde están, las cosas que desconocemos siquiera que existen no es probable que las encontremos.

- Pues como los libros, que también tendrán todo el conocimiento del mundo, pero si nadie los lee es como estar enterrado bajo tantas páginas...

No, con los libros es distinto. Interviene el azar, el ojear descuidadamente... De hecho, así cayó la historia de Usptah en mis manos. Si el libro existiera en formato electrónico, no habría ocurrido. No es lo mismo.

Eso sí, la próxima vez que vean una aburrida pared de jeroglíficos... piense que tal vez estén contando una historia como la de Usptah... solo que nadie lo sabe.

LBM1948, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons  

 

 

 

Amalia Mendoza - Fallaste, corazón

 

 


miércoles, 6 de octubre de 2021

Pensamientos encadenados

https://www.youtube.com/watch?v=wPvMzkXeMq0 

 

 

El otro día me encontré en un artículo periodístico que el autor empleaba la palabra "sosias". Y me sonreí, claro que me sonreí: ya nadie emplea esa palabra que, sin embargo, era muy corriente en mis años mozos - o me lo parece a mí y resulta que en realidad yo me movía en un círculo de cuidado léxico.

Dicen que cada uno de nosotros tiene un sosias en algún lugar del mundo. Yo, en cierta ocasión, me encontré al sosias de mi mejor amigo en el estadio de la Romareda; y tiene que ser un sosias porque el tipo negó conocerme y luego mi amigo negó haber estado allí, pero eran clavaditos. Por cierto que años después conocí a un tipo en Barcelona que era un tipo que conocí en Zaragoza. Demasiado parecidos para ser casualidad, e indagué un poquito: resulta que eran primos, lejanos pero primos.

Resulta que el diccionario de la RAE, en la definición de la voz "sosias", nos indica que es un personaje de la comedia de Plauto Anfitrión. Me hizo gracia esa referencia tan directa en tan serio diccionario, y acudí  a Wikipedia para saber más sobre esa comedia, ya que no tengo el gusto de haber leído a Plauto y no creo que lo vaya a tener. La verdad, la cosa no tiene mucho misterio porque en la comedia un dios se hace pasar por un personaje llamado Sosias, y yo diría que ese recurso ya era viejo cuando escribía Plauto: hasta Homero lo emplea en la Ilíada. Supongo que el mérito de Plauto sería que la comedia fuera sobre el enredo consiguiente.

El caso es que la entrada de la wikipedia citaba otros empleos del sosias, y entre ellos destacaba (para mí) El prisionero de Zenda. Y destacaba porque en mi mocedad la historia de El prisionero de Zenda era muy conocida, muy popular. La novela, las películas, la de Stewart Granger de 1952 y la de Robert Colman, que me gustó más (no me gusta Granger), de 1937. 

La verdad es que no sé por qué estas historias no mantienen su popularidad. Por qué los jóvenes de ahora no conocen la historia. Y (ya digo que se iban encadenando pensamientos) tampoco han oído hablar de Dick Turpin. Cuando yo era mozo conocía y me gustaba la historia de este bandolero bueno de la Inglaterra del siglo XVIII. Sigo pensando, y me doy cuenta que los jóvenes de ahora tienen sus propias referencias, que en absoluto coinciden con las mías. Ellos conocen a Son Goku, y yo no. Que ya me dirán cómo va uno a comparar a Son Goku con Dick Turpin o el prisionero de Zenda, no sé dónde vamos a ir a parar, pero mientras esto pensaba consulté en la wikipedia El prisionero de Zenda y me encontré un dato muy curioso:

Resulta que la novela transcurre en Runitia, ficticio país europeo, y el país dio el nombre a lo que se conoce como "romance ruritano", que es básicamente situar las aventuras en un país imaginario, casi siempre pequeño y montañoso, medio tirolés o draculiano, etcétera. Por nombrar referencias "modernas", Tintín tiene una aventura en un país de esos, el Doctor Muerte de Marvel es de uno de esos países, también los marvelianos Magneto, Mercurio y la Bruja escarlata, en la película y saga Princesa por sorpresa el país de origen está en los Pirineos... El recurso narrativo de lo más normal y que siempre me ha irritado porque ¿en qué cabeza mínimamente amueblada cabe que semejante país sea real (sí, lo sé, no me pregunten por qué me irrita que yo crea que alguien crea que que el país del Doctor Muerte sea real; supongo que es porque yo soy capaz de imaginarme un personaje como el Doctor Muerte y aceptarlo como personaje de un tebeo, pero un país europeo que no existe, ni borracho)?

No tenía ni idea de que existía ese concepto.

Cuando internet irrumpió en nuestras vidas, antes de que existieran los buscadores, se vendía que lo bueno de esta cosa nueva era que permitía navegar (o surfear, según lo juvenil del espíritu del vendedor) entre páginas web, empezar leyendo una cosa y acabar en otra distinta. Era la gran ventaja, la gran aportación de la red.

Y ya ven, es cierto: uno tiene una serie de pensamientos encadenados, se conecta y se deja llevar por internet y se llega a sitios curiosos.

 

 

 

Garth Brooks - Ain't doing down til the sun comes up

 



jueves, 23 de septiembre de 2021

¿Ha pensado en escribir su blog?

Empezar un blog es muy fácil. Se escribe "empezar un blog" en el buscador (google para la mayoría), y ahí está todo lo necesario. Para empezar. Para continuarlo hacen falta otras cositas. La primera y principal, motivación. Dicho esto, yo creo que todo el mundo debería tener un blog, porque hay un motivo. 

Todas las personas deberían tener un blog para volcar en él sus recuerdos, mientras los tengan. Porque todos perderemos nuestros recuerdos. Unos serán reemplazados por otros, otros simplemente serán expulsados de la cabeza porque ya no dará más de sí. Pero igual que yo ya no recuerdo cosas de 1986, así todos iremos olvidando. Un blog nos permite transcribirlos, y poder volver a ellos cuando se quiera. Contrariamente a lo que mucha gente piensa, los blogs no necesitan muchas visitas. No necesitan ninguna, de hecho. La de su autor es más que suficiente. Y, como internet es tan grande, si no se publicita es casi seguro que nadie entrará. Quizá entre un lapón despistado buscando esa receta de las patatas asadas con tomate, pero qué más nos da: como si quiere copiar el recetario entero.

No es necesario tampoco que lo que se plasmen sean recuerdos. Pueden ser ideas, pensamientos o iluminaciones como las que pueblan twitter. Pueden ser sensaciones, menciones a programas que nos han gustado, o libros o películas o canciones o funciones de circo. En el blog de uno puede escribirse lo que se quiera.

Por ejemplo: el otro día vi la película La noche de los muertos vivientes, la primera de zombies al uso, creo. No la había visto nunca. Me gustó. Se notaba la diferencia entre el cine de los 60 y el posterior. Muy triste el final: los que se salvan terminan muriendo por accidente. Puede que le parezca una entrada muy pobre, pero no es verdad: es sólo una hoja, y con los años será parte de un árbol al que nos gustará volver.



Tener un blog en internet es una de esas cosas de las que luego nos arrepentiremos de no haberlas hecho antes.

miércoles, 28 de julio de 2021

Posverdad

https://www.youtube.com/watch?v=Rlg7VZG6kZI 

 

 

Una de las palabras de moda de estos tiempos es "posverdad". Y como albergo la esperanza de que dentro de unos años la posverdad sea algo del pasado hasta el punto de que no la entiendan, voy a intentar explicarla.

Supongamos que un suceso X puede tener una consecuencia Y o una consecuencia Z. Supongamos que la consecuencia Y es la buena desde nuestro punto de vista, y Z la mala. Y supongamos que finalmente ocurre la consecuencia Z. Bien, de toda la vida las personas hemos aceptado que ha ocurrido la consecuencia Z. A veces, a algunas personas les cuesta asumir que ha ocurrido Z y se empeñan en que ha ocurrido Y; a esas personas, a veces, se las llamaba "locas" o "desequilibradas", o en un rasgo de piedad se cedía que "aún no lo ha asumido". Pensemos, por ejemplo, en un hijo que ha desaparecido sin dejar rastro y al cabo del tiempo se ha encontrado su cadáver, y los padres se niegan a aceptarlo. Pero eran casos puntuales: Hitler creía en el búnker que todavía tenía un ejército que iba a vencer a los rusos, pero el resto de su estado mayor era plenamente consciente de la realidad, al igual que los padres piensan que su hijo está vivo pero todos los demás saben que no.

El "mundo de la verdad" es el mundo en el que las cosas son más o menos así.

Hace unos años, los separatistas catalanes hicieron un buzoneo de un tríptico en el que "argumentaban" porqué la independencia era buena para los catalanes. En el tríptico trazaban una estampa idílica de un futuro maravilloso, en el que "podrás comer helado de postre cada día". La frase hizo fortuna pero entre los que se oponían, y desde entonces se emplea para ridiculizar a los separatistas: por fuerza, el que pide la independencia o es un ingenuo que cree que tomará helado de postre cada día... o es un listo que se aprovecha de la ingenuidad de los demás para meter la mano en la caja del erario.

Lo importante es que hay mucha gente en Cataluña que cree que con la independencia tomarán helado de postre cada día. Cualquier trola que les suelten, ellos se la tragan. Cualquier mentira. Cualquier interpretación torticera. Pillan a uno de los listos llevándose una bolsa de basura llena de billetes de 500 a Andorra, y la culpa es de las cloacas del Estado que les están persiguiendo y quieren enfangarlo todo. Y los del helado se lo creen. Estos días están habiendo incendios forestales en Cataluña, y hay gente que está acusando a "España" de estar detrás de los incendios porque "nos odian". Y no es un caso único: hay mucha gente que cree que fue el CNI quien planeó y provocó el atentado del 17 de agosto de 2017, el de las ramblas. Hay mucha gente que cree que Junqueras y cía. fueron a prisión por "querer que se votara". O que Puigdemont está exiliado, no huído. Y estos son solo ejemplos.

A esto es a lo que se llama "posverdad". Mentiras y falsedades dichas con ánimo de engañar y que colectivamente la gente cree y acepta como ciertas. Y a partir de ahí montan su película, no importa los argumentos que se den para desmontarlas. Salir de una posverdad es como salir de una secta, hay que anular el lavado de cerebro previo. Y discutir con ellos es imposible, porque su concepción de la realidad se basa en falsedades, y si ambas partes creen que viven en realidades diferentes malamente conseguirán ponerse de acuerdo.

¿Cómo se llega a esto? La clave es Internet. Y en concreto las redes sociales.

Imaginemos que se baja de la diligencia en Dodge City un vendedor de crecepelo que vocea que tiene el remedio milagroso. Quizá convenza a algún incauto, pero más vale que siga rápido su camino y se largue a Wichita o Topeka en que venda unos frascos.

Pero ahora imaginemos que usted oye hablar de un señor que vende en Dodge City un crecepelo que de verdad funciona. Lo oye en Wichita y en Topeka, y en toda Oklahoma, Colorado y Misuri; incluso en Tejas y en Abilene. Y que un día para usted en Dodge City y se lo encuentra: seguro que le compra tres baúles, porque para entonces usted estará convencido de que eso que dicen es cierto.

Bien, eso hace Internet, eso hacen las redes sociales. Repiten las cosas, unos a otros,  le llegan a usted por tantos canales y dichas por tantas personas que ¿cómo no va a ser cierto? Y lo retuitea o lo copia a su vez, y la bola sigue. Y como hay tantos peces en el mar (espero que nunca sea sólo una expresión), basta con que algunos piquen, lo dicho por el primero lo creen cinco de los cuales 3 lo transmiten a su vez, y en pocas tiradas tenemos trescientas mil personas que lo creen a pies juntillas.

Y el que empieza la trola, además, sabe que es trola. Pero necesita que haya gente que crea lo que dice, por las espúreas razones que sean.

Esto es la posverdad. El "mundo de la posverdad", en el que se dice que ha ocurrido Y en vez de Z y mucha gente cree de verdad que ha ocurrido Y.

Lo cierto es que la palabra posverdad no tiene sentido en español, pero porque es una mala traducción del inglés: la expresión apareció por primera vez en los EE.UU. Y la idea original es buena: antaño vivíamos en un mundo en el que la verdad imperaba y nuestra concepción de la realidad, de lo que es y de lo que no es, se basaba en lo que era verdad y lo que no, y ahora vivimos en otro mundo, aquello era el pasado. En inglés, un "pos-truth world": un pos-"mundo de la verdad"; pero se tradujo mal y se ha quedado "mundo de la pos-verdad". 

¿Siempre ha habido posverdades? Sí, y no. Siempre ha habido teorías conspiratorias, no llegamos a la Luna, tienen alienígenas en el área 51 de Nevada y todo eso, pero eran teorías que todos aceptábamos como entretenimientos: no afectaban la vida de nadie (que no estuviera ya chalado). Eso no eran posverdades.

Más se parecen las teorías conspiratorias de los árbitros y la liga de fútbol: cada año miles de hinchas han creído del todo que su equipo no gana la liga por una mano negra de "los poderosos". Y les afectaba, claro que sí. Pero no eran posverdades en realidad, porque esas ideas no venían precedidas de declaraciones de nuestros próceres diciendo "no puedo dar más pistas, pero hay una plan para que este año nuestro equipo no gane la liga". Lo diría algún periodista, pero todos entenderían que es un fanático y que aquello es más un desahogo que una información seria. Y Joan Gaspart, claro, siendo vicepresidente del FCB, pero... todos hemos sabido siempre que Gaspart, en lo que respecta a fútbol, era un exaltado sin un gramo de raciocinio, el forofo en grado sumo. Sí, puede que mucha gente viviera con la realidad trastocada, pero... a fin de cuentas, hablamos de fútbol.

En realidad sí había posverdades: los países que no reconocían a otros países (sigue habiéndolos). O las declaraciones de lo democráticos que eran ciertos países. Cosas así; pero las asociamos al telón de acero, y ya se sabe. 

Fuera de eso, ni de chiste eran las cosas como ahora. había publicidad, claro. Había trolas y embustes, eso era todo. Cualquier proceso electoral estaba lleno de ellos; pero todo el mundo sabía que lo que dijera un político en periodo electoral no tenía porqué ser verdad. Ahora bien, cuando en 2007 el gobierno de Figatelix empezó a tachar de antipatriota al que afirmara que hubiera crisis, cuando insistieron en que no la había y luego en que era sólo una suave desaceleración económica, ni siquiera un frenazo, cuando acusaban a los que decían que sí había crisis de justamente estar ellos creándola con sus declaraciones... ahí, ya. Ahí ya tenemos a unos gobernantes que estaban intentando que cuantas más personas mejor tuvieran un marco mental dominado por unas falsedades que habían creado ellos. Hasta llegar al punto actual, en el que los políticos hacen las afirmaciones - o negaciones- más desvergonzadas, y no pasa nada porque alguien, muchos, las creerán. Y eso, para ellos, será la verdadera verdad.

En cualquier caso, la diferencia entre el antes y el ahora es que ahora hay mucha ingeniería al servicio de la posverdad. Mucho análisis, mucho estudio para conseguir una efectividad aterradora. Hay una ciencia detrás de la que no somos conscientes y que no podemos ni imaginar.

Yo... no creo que éste sea un buen camino. En primer lugar, la posverdad hace mucho daño: no hay más que ver la situación en las provincias catalanas. Y es que ¿cómo quieres discutir con alguien que está convencido de que ha sucedido lo que no ha sucedido? En segundo lugar, tarde o temprano la gente acaba dándose cuenta de cuál era la realidad; pero pueden pasar años, muchos años. Y cuando ocurre, la desilusión, la frustración, es enorme. En tercer lugar, es obvio: no puede salir nada bueno de engañar. Y también es obvio que no puede salir una solución correcta si se pinta una realidad falsa (sirva como ejemplo la reelección de Figatelix). Pero no sé cómo saldremos de ésta. Supongo que nos iremos degradando hasta llegar a un punto en que implosionemos y surja de entre nosotros una pasión por un estilo nuevo de hacer las cosas. También sería posible que se escarmentara en cabezas ajenas; pero todos sabemos cuánta posverdad hubo en la campaña del Brexit, y seguimos igual. Quizás, simplemente, es que necesitamos más experiencia en el mundo digital.

Sí, esperemos que sea eso y que dentro de unos años la posverdad sea sólo una palabra del pasado.



Silvio Rodríguez - Testamento

jueves, 10 de junio de 2021

Recuerdos borrosos

https://www.youtube.com/watch?v=3HEBqsqqyaY 

 

 

Hace muchos años tenía un recuerdo impreciso de un fragmento de un poema y de un posible nombre de un autor. Cosas de esas que los de mi quinta estudiamos en la escuela. Pero, como digo, mis recuerdos eran imprecisos. Así que le pregunté a mi ya entonces anciana tía, catedrática de Literatura Española (Edad Moderna, creo) de la universidad. 

Ella supo. El poeta, y el poema. Pero el poeta no era el autor del poema.

Con el tiempo, quizá al cabo de un rato, el conocimiento volvió al rincón de los recuerdos imprecisos.

El otro día los rememoraba de nuevo. En concreto, ¿cuál era el poema cuyo autor no es el autor que recuerdo?

Por suerte, ahora tenemos internet y en unos segundos hallé la respuesta.

En primer lugar, el poeta cuyo nombre recordaba: Gutierre de Cetina, siglo XVI. El poema de Gutierre de Cetina, que yo sabía que no era el poema que quería recordar, es el otrora famosísimo Ojos claros:


Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.

 

Es un madrigal: versos heptasílabos y endecasílabos de temática amorosa. En mi época, quizás el madrigal más famoso y que por descontado todos nos aprendimos de memoria. No saben, las generaciones posteriores, lo que se han perdido al no estudiarlo.

La segunda parte de la búsqueda es el poema borroso. Me costó, pero es éste:

Halcón que se atreve
con garza guerrera,
peligros espera.

Halcón que se vuela
con garza a porfía
cazarla quería
y no la recela.
Mas quien no se vela
de garza guerrera,
peligros espera.

La caza de amor
es de altanería:
trabajos de día,
de noche dolor.
Halcón cazador
con garza tan fiera,
peligros espera.

 

Y apunto ahora el autor, para que no se me olvide: Gil Vicente. Portugués de finales del XV y principios del XVI, que también (a la vista está) escribió en castellano.

Reflexión final:

Dicen, y dicen bien, que todo o casi todo está en internet. Por ejemplo, los dos poemas que traigo a colación. Y las biografías de los dos poetas. Estrictamente hablando, no sería necesario recordarlos: están en internet.

Obviamente, esa afirmación es verdadera, pero el corolario implícito es más falso que Judas. No es cierto que no haga falta aprender o memorizar porque todo esté en internet. Si no supiera de Gutierre de Cetina, si no recordara algunos versos del poema de Gil Vicente, jamás habría encontrado los poemas. Estos, por lo que a mí respecta, como si nunca hubieran existido.

Jamás buscaré en internet datos de un país del que nunca he oído hablar, o de un animal o planta o estrella o dios griego o artista o cualquier cosa. 

La vastedad de internet la da mi conocimiento sin internet. Cuanto más cosas sepa yo sin internet, más sabré con internet. Y no importa lo mucho que haya en internet si no sé apenas nada sin internet.

Así que la afirmación "en internet está todo" es falsa por incompleta. Debería decirse "en internet está todo lo que esté en mi cabeza". Y no es un argumento a favor de la no necesidad de aprender algo, sino todo lo contrario. 

 

 

Víctor Jara - Juan Sintierra 


sábado, 30 de marzo de 2019

La información desinformada




Vivimos, parece, en una era de la información. Todos tenemos disponible toda la información al instante, a un solo click. El fenómeno es tan evidente, que los periódicos de pago están casi extinguidos. Y no sólo los de pago: también los gratuitos. No los quiere nadie, porque todos traen noticias ayer. Noticias viejas, vaya. ¿Estamos entonces más informados que nunca?

Pues no estoy seguro.

Por ejemplo: vivimos en la edad de oro de las fake news. De las noticias falsas. En estos tiempos, las noticias vuelan, sean ciertas o falsas. A menudo, las falsas más rápidas. Porque a menudo las noticias falsas han sido creadas justo para eso: para propagarse a toda velocidad. Que la gente las lea o las oiga, que las crea y las repita. ¿No tiene esto relación con cómo nos llega la información? Sin duda que sí. Porque estamos acostumbrados a que, cuando nos llega una noticia, ésta sea cierta. Tampoco ayuda el formato twitter: una idea que se transmite en un máximo de 140 caracteres... sólo es un enunciado. A creer sin demostración. Vídeos, imágenes (ay, Photoshop),... Y claro. Todo fuera de contexto. Fulanito ha dicho tal cosa. Y los cinco segundos de video. No la conversación entera, no de qué se estaba hablando. ¿Es falso? Sí, porque es una manipulación.  Sí que lo ha dicho, pero el mensaje que nos dan está manipulado para que transmita lo contrario a lo que transmitía el mensaje de Fulanito.Y así vamos, de mentira en mentira hasta la desinformación total.

Lo peor de todo es que, como nos explicaría Ishmael, la mejor cárcel es aquella cuyos barrotes no vemos y en la que no sabemos que estamos: no nos genera deseo de escaparnos. Y con la información nos pasa lo mismo: tenemos tal bombardeo de noticias que creemos que estamos más informados que nunca.

Y a todo esto, ¿qué hacen los medios de comunicación? La mayoría priman que se haga click en sus noticias, que tengan tráfico en Internet. Para ello buscan titulares sensacionalistas, lo que no deja de ser el primer paso en el camino de la desinformación.

Inciso: esta mañana, mientras meditaba este artículo, he recordado ¡y entendido! un chiste que se hacía en la película Aterriza como puedas: el niño que se come su propio pie (youtube.com/watch?v=1ia9exQoppM). 39 años llevaba sin entenderlo.

¿Guarda esto relación con el desplome de los periódicos en papel? Seguro que sí. Porque los periódicos traerán noticias viejas, de ayer, pero... las traen de otra forma. Para empezar, las presentan de una manera estructurada. Han pasado un filtro sobre qué es importante y qué no, qué se ha de destacar (sin criterios sensacionalistas), con los artículos de opinión, intentado situar las cosas en su contexto, razonando las opiniones,... Todo lo que no es twitter, vaya.

Es bueno leer periódicos en papel. Sean de la tendencia que sean.

En fin, a finales del siglo pasado, cuando internet se hizo realidad los periódicos "apostaron" por aparecer en internet. Ahora suena increíble, pero el que mi hermano leyera el Heraldo desde Madrid por las mañanas al levantarse era alucinante. En aquella época no había youtube ni google ni mp3 ni fotos ni prácticamente nada y la velocidad de cualquier cosa era ya entonces casi inacetable, por lo que las razones para tener internet eran, sobre todo, los correos electrónicos - los profesionales- y los periódicos. Aún les diré más: en aquella época internet lo formaban 3 conceptos: la transferencia de archivos FTP, el correo electrónico - que no era vía web- y el navegador en la red. EL navegador se usaba con Yahoo por diversión casi siempre - un a ver qué me encuentro- y los periódicos. 

El caso es que los periódicos decidieron dar sus contenidos gratis. Veinte años después, está claro que fue una decisión pésima. Pero el cobrar por contenidos tenían que haberlo hecho todos a la vez. Y como en aquel momento la presión era para demostrar que se era guay y moderno, nadie quiso; no sé qué pensaron. Hoy, algunos han decidido que han de revertirlo: que han de cobrar. La idea está funcionando con unos pocos en los States, no sé qué tal les va a los españoles. Chungo, me temo: la mayoría de nosotros preferimos algo de peor calidad pero gratis que algo bueno que cueste. 

Y lo más curioso es que cuando uno paga, lo que recibe a cambio suele ser mucho mejor; solo que no lo sabe hasta que no paga, y por eso no paga. Curioso, porque la mayoría de los artículos gratuitos que se ofrecen son una birria. Y los de pago excelentes. Eso sí, leer en internet sigue sin ser como en papel: no hay un plan estructurado, no se proporciona la información de una forma ordenada y catalogada.

Por último, una tendencia reciente son los periodistas que cobran de manera autónoma. Hace ya años que aparecieron los blogs de pago; creo que no tuvieron mucho éxito, pero no me he informado. Lo que sí está triunfando es www.patreon.es, que permite "patrocinar" a los periodistas: cada periodista establece un rango de cuotas (por ejemplo, desde 3 hasta 250 euros al mes) y lo que obtiene el suscriptor a cambio. Bien, si el periodista es bueno consigue una digna cantidad. Al ganar dinero por su trabajo, el periodista se esfuerza más aún y se nota, la calidad de lo que escribe sube, la gente lo nota y cada vez más gente se da cuenta de que algo tan bueno merece cobrarse y se apunta. Me gusta, y espero que triunfe. Y que cada periodista gane lo que merezca ganar.

Es un mito que a las personas nos guste la bazofia. Consumimos bazofia, porque es lo que nos ofrecen; si nos ofrecieran algo mejor, ya lo creo que cambiaríamos. Lo que pasa es que en una época en la que Twitter y herramientas de ese estilo están arrasando, tenemos que ser nosotros los que rompamos el círculo vicioso y buscar la calidad. Ofreciendo a cambio nuestro dinero, podremos exigir.




Alan Silvestri - Naúfrago

sábado, 2 de febrero de 2019

De taxis y flores (I)





N-ésimo encontronazo entre los taxistas los VTC (Uber y Cabify, sobre todo). Lo curioso, lo divertido, es que en éste se han retratado todos.

El taxi: huelga salvaje, intentando molestar lo más posible (y bien orgullosos que están de lo mucho que molestan). En Barcelona, taponando las 24 horas del día la Gran Vía entre Pº de Gracia y la Plaza de España. Los días que hagan falta hasta que les hagan caso (actualización: ya han ganado).

Las VTC: ocupando respetuosamente Upper Diagonal, 2 carriles en cada sentido, dejando 2 carriles de circulación en cada sentido, manteniendo las paradas de autobúa, los cruces,... La sensación de que era gente que se estaba defendiendo de los vándalos de la Gran Vía la aumentaba el que hubiera ataques a los coches e incluso agresiones personales de los taxistas contra los de la Diagonal.

El Gobierno del PSOE: las competencias en materia de transporte son estatales, con lo que debía ser el poderoso Ábalos (y Sánchez en 2ª instancia) el que resolviera el asunto. Y su respuesta fue rapidísima: transfirió las competencias a las autonomías y así dejó de ser problema suyo. Linda manera de resolver una crisis. De verdad que la gestión socialista de este asunto y cómo se han quitado de encima el problema me parece lo más alucinante de esta historia.

El Gobierno de Cataluña: al encontrarse con las competencias bajo su mando, el gobierno del suplente Torra - que, recordemos, no ha hecho nada aún que les dé el nombre de gobierno, es un escándalo- hizo dos cosas: la primera, pedir la devolución a Madrid de las competencias. Y la segunda, ceder ante los taxistas obligando a que quien contrate un Uber tenga un preaviso de al menos 15 minutos. Pero aún hay más: en un rasgo de carácter y de aprovechar la oportunidad de gobernar... transpasaron a los ayuntamientos la fijación de ese tiempo de preaviso.

El tiempo de preaviso es la clave: es suficiente para hundir el servicio. Los taxistas exigían que ese preaviso fuera de 24 h; si los taxis se tuvieran que pedir con 24 horas de antelación desaparecerían los taxis. El gobierno del suplente estableció 15 minutos, pero el golpe era tan mortal como el pedido por los taxistas, con lo queéstos quedaban contentos pero ante la opinión pública y Uber y Cabify parecerían tipos duros, buenos negociadores que se enfrentan a los taxistas y defienden los intereses de las VTC que, no lo olvidemos, constan como los buenos de esta historia.

El Ayuntamiento de Barcelona: cuando el gobierno catalán transfiere la competencia a los ayuntamientos, lo que quiere es que lo resuelva Colau. Aún no sé qué decidirá la alcaldesa (otra política del nivel de todos los que han aparecido hasta en esta relación), pero creo que ella quería que el preaviso fuera de 1 hora. De nuevo, imagínese usted que los taxis se han de pedir 1 hora antes de cogerlos.

Madrid: la misma protesta que en Barcelona se tuvo (y se tiene aún) en Madrid. Pero quí el gobierno autonómico es de verdad, y ellos no negocian con terroristas. Así que las VTC siguen, y lo de los taxis es un problema de orden público que se va a resolver. Los taxistas de allí piden que se haga como en Cataluña, pero me da a mí que van a perder.

Las VTC, muy dignas, han anunciado que adiós. Que se van de Cataluña. Que los 15 minutos son inaceptables así que, remedando la actitud del jefe de los Mozos de Puchi cuando el atentado del 17 de agosto, "pues vale, pues muy bien, pues adiós". Y 3.000 despidos, es lo que pasa. Y, a todo esto, al hacer caso los gobernantes catalanes a los taxistas y "matar" a las VTC, las VTC han respondido "matando" a los polítivos. Me temo que éstos no han calibrado que los taxistas, aunque rudos y violentos, es el bando que va a perder y las VTC el bando que va a ganar. Como cuando intentaro obligar a que las películas de los cines fueran un 50% en catalán, pagando incluso la administración catalana - con mi dinero- la traducción. A la hora de la verdad, la inmensa mayoría de los que van al cine en las provincias catalanas elige las películas en español, así que las distribuidoras dijeron que nanay. Que renunciarían a distribuir en Cataluña y punto. Y el gobierno catalán se arrugó y se echó atrás. Pues con las VTC va a pasar lo mismo. ¿Usted haría negocios en una ciudad que no tuviera internet? Pues hoy, una ciudad sin Uber ni Cabify es una ciudad del siglo pasado. Una región sin Uber ni Cabify es una región subdesarrollada, eso pensará el visitante del siglo XXI. Así que ya veremmos lo que tardan las fuerzas económicas de aquí en echarse al cuello de los politicos que han expulsado a las VTC.


En la 2ª parte analizaremos lo que en realidad está pasando. 




Calchakis - Galopa Murieta

viernes, 28 de julio de 2017

España, progreso y Twitter

España es un país muy curioso: es un país donde un progresista es una persona que quiere volver a 1936, y cuanto más quiere volver a 1936 más progresista es, y un conservador es una persona que quiere olvidar el pasado, y cuanto más lo quiere olvidar más conservador es.

Este pensamiento tiene 270 caracteres, 221 si no se cuentan los espacios. Creo que es demasiado para Twitter (comparándolo con los mensajes que suelen circular, parece Guerra y Paz). Quizás es que Twitter no es para mí.
 

jueves, 19 de enero de 2017

El frío es algo relativo


 

(recibido por WhatsApp)

+24° C: En Sevilla se ponen una mantita para dormir.
+19° C: Los canarios encienden la calefacción central y acaparan víveres por si se quedan aislados.
+8° C: Los coches italianos no arrancan.
-0° C: El agua se congela.
-1° C: Haces como que fumas con tu aliento. Los vascos están en la playa tomando helado y bebiendo cerveza fría.
-4° C: El gato se mete en tu cama.
-10° C: Los coches franceses no arrancan.
-12° C: Telecinco pone las imágenes tradicionales de camiones volcados por el hielo.
-15° C: Los coches alemanes no arrancan.
-24° C: El gato se mete dentro de tu pantalón de pijama.
-29° C: Los coches japoneses no arrancan.
-30° C: No hay ningún puto coche normal que arranque.
-36° C: Los coches rusos no arrancan.
-39° C: Los vascos se abrochan todos los botones de la camisa.
-50° C: Un coche italiano se mete en tu cama.
-60° C: Los rusos están congelados. Los vascos se empiezan a abrochar los abrigos.
-70° C: El infierno está congelado.
-120° C: Todo el alcohol se congela. Los rusos se ponen nerviosos.
-273° C: Cero absoluto. Las moléculas dejan de moverse. Los rusos empiezan a lamer el vodka congelado. Los vascos se levantan de las mesas de la terraza y se meten dentro del bar...




Cindy Lauper - Girls just wanna have fun (versión de Sam & Sam)

martes, 4 de octubre de 2016

El quiosco de Santa Eulalia





En la boca de metro de la estación de Santa Eulalia, la que da a la Torrassa, hay un quiosco de prensa. Esta boca de metro da servicio a los muy populosos barrios de la Torrassa y Santa Eulalia, y por allí pasan todos los días miles de personas. Por la boca de metro, y por delante del quiosco. Desde las cinco de la mañana. Sin embargo, el quiosco…



Se encuentra cerrado. Está claro que no sale a cuenta, que no debe vender suficiente número de periódicos y revistas. Y, sin embargo, los bloques que rodean al quiosco son altísimo, y aunque en general los dos barrios son obreros, esos bloques en concreto no lo son.

A ver, como ingeniero del pleistoceno ahora corresponde un lamento por aquellos antiguos quioscos, lo que suponían para los chicos - con el amplio surtido de tebeos de la época-, no tan chicos - con el amplio surtido de revistas: lo menos cuatro de motos, tres de camiones, ocho de coches, de lo que fuera-, y en general de todos los vecinos. Pero hoy no quiero hablar de los quioscos, sino de los periódicos. No sé si los quioscos cierran porque los periódicos bajan sus ventas, si los periódicos bajan sus ventas porque los quioscos cierran, si una cosa no tiene que ver con la otra o si son dos manifestaciones del mismo fenómeno. Yo, a lo que voy ahora es a que los periódicos cada vez venden menos. Y tiene su miga, porque se supone que los periodistas son los más enterados de todo. ¿No vieron venir, lo que venía? Pues se conoce que no.

Y eso que internet lleva 20 años aquí. ¿Saben que, al principio, algunos periódicos - El Mundo, por lo menos- publicaba un día a la semana listados de direcciones en internet, para que los internautas tuviéramos algún sitio interesante al que ir? Lo hacían porque, si no, no valía para nada: era como tener un teléfono pero no saber el número de nadie. Pues ya entonces decían que internet iba a ser el futuro. Y al poco, también los periódicos tuvieron su página web, y fueron poniendo noticias. Años después, empezaron a sospechar que quizás aquello les podía traer problemas. Vieron cómo se hundía la industria musical, cómo desaparecían los videoclubs, como la cinematográfica las pasaba canutas,… ¿y no creyeron que a ellos les iba a golpear duro?

Y, si lo creyeron, tan listos y tan enterados como son, ¿cómo es que no han sabido dar la respuesta adecuada? Porque lo cierto es que van cuesta abajo y sin frenos. Intentaron reconvertirse en buhoneros, como los bancos, y nada. Se les ocurrió poner de pago sus páginas en internet, y siguen cayendo. Tienen páginas web lamentables (como El Heraldo de Aragón), y tampoco. Llenan sus redacciones de becarios, y ni por esas. Para mí, que no saben qué hacer. No son tan listos.

Yo soy ingeniero, pero si fuera editor de un periódico, mi periódico sería muy diferente a los de los demás. Caray, yo intentaría ofrecer lo que mis lectores de verdad quieren. No lo que siempre les he ofrecido. Porque ambas cosas no son lo mismo.

¿Qué es lo que usted quiere cuando compra un periódico de papel? Anuncios por palabras. Bien, dejemos eso de lado por ahora. ¿Qué es lo segundo que quiere? Noticias. ¿Seguro? No, opiniones. ¿Seguro? ¿Un poco de ambas? No exactamente.

Usted quiere noticias, pero no quiere noticias. Que se ha caído un árbol en la calle Legazpi, que el pedrisco ha arruinado la feria de calabazas de Quintorrincón y que los vecinos de El Mantecar piden que Fernández haga caso a sus demandas de más papeleras. Que han violado a una niña en Catecarruyos y que han asaltado un banco en Gorostiz. ¿Para que le digan eso, compra usted el periódico? Para eso ya está la web. Usted lo que quiere es estar informado de lo que pasa, y no es eso. Usted lo que quiere es que le informen del hecho, y que se lo expliquen. Que le digan qué consecuencias puede tener, o cómo hemos llegado hasta aquí; si es un buen síntoma o malo, o cómo se relaciona ese hecho con otros cercanos en el tiempo o en el espacio.

Yo, cuando leo la prensa, veo dos tipos de noticias: las de agencias y las firmadas. Las de agencias, en mi opinión, se las pueden ahorrar: esa información está en internet desde mucho antes. Aportan un conocimiento inútil, sin interés y caduco.  Y las firmadas, oiga, las firma un periodista. Puede que incluso un licenciado en periodismo. Seguro que puede dar su opinión, ¿no? Que si es un pardillo, ya aprenderá.

Ademas, ¿saben? Cuando leo los artículos que se limitan a resumir (o engordar por repetición) declaraciones de mindundis, y "entrecomillan" para que sepamos que esas fueron "sus exactas palabras",... yo me siento estafado. Me han tomado el pelo, porque me han hecho perder un tiempo precioso (cuando menos) para leer una mierda de artículo.

Así que el periódico que yo quiero tendría pocas noticias, pero bien tratadas. No quiero que un becario vaya a una rueda de prensa del parlamento local y tome nota de lo que se diga: quiero que me cuente cómo están las cosas allí, qué está pasando de verdad. Quiero que me diga cómo lo ve él.

Aparte pueden estar los popes y vacas sagradas. Los que no aportan ninguna noticia, pero dan los artículos de opinión. Artículos de estos los hay muy buenos, pero por desgracia se cuelan de vez en cuando algunos infumables. A menudo, de firmas invitadas: expertos en un tema, pero que no saben escribir un relato. Estos artículos habría que quitarlos. Para que alguien merezca un espacio de opinión, ha de merecerlo; de lo contrario, que aporte una noticia. Una noticia, o un hecho. Algo importante y que desconozcamos, y nos ilustre. Por ejemplo, que nos informe sobre las extracciones de petróleo, de gas o de cualquier tierra rara, y luego nos explique bien lo que implica esa información. Quiero decir, que se busque un tema de interés (que deba interesarnos, aunque ahora no nos interese).

¿Cuántos artículos interesantes le presenta su periódico, a la semana, sobre el cambio climático? ¿Es que el tema no tiene interés? O sobre la evolución demográfica, la gestión de los recursos naturales, la hidrología de nuestra región… Hay muchísimos temas que son importantes y merecen el espacio, por delante de que una mujer de 64 años haya sido atendida por intoxicación de humo en Valencia.

Yo no pido que mi periódico me informe de todo. Para informarme tengo internet. Yo quiero que me informe bien, aunque no se llegue a todo. 



La Contraportada: muchos periódicos dedican la última página a una entrevista chorrona a alguien peculiar. Alguien sin ningún interés salvo su peculiaridad: por ejemplo, un tipo que dice que lleva seiscientos años sin hacer caca y que ése es el secreto de su longevidad. El entrevistador le hace una serie (a menudo numerada) de preguntas ridículas y que son las mismas sea quien sea el entrevistado, un cuestionario fijo, o son preguntas que animan al personaje a contar su extravagante historia. Y ya está. Quiero decir, en la última página del periódico un tipo dice que el secreto de la vida eterna es no hacer caca, y el periodista no dice absolutamente nada. No tiene nada que decir. Un personaje puede opinar que la medicina china cura el cáncer, que a las niñas no se les debería enseñar Matemáticas o Gimnasia, o que Cervantes escribió el Quijote en catalán pero hubo una conspiración, y el periodista no dirá nada. 

Y al acabar la página, yo pienso: menuda imbecilidad me acaban de hacer leer.

Por eso no leo nunca la última página de los periódicos.





Creedence Clearwater Revival - Up around the bend