miércoles, 6 de octubre de 2021

Pensamientos encadenados

https://www.youtube.com/watch?v=wPvMzkXeMq0 

 

 

El otro día me encontré en un artículo periodístico que el autor empleaba la palabra "sosias". Y me sonreí, claro que me sonreí: ya nadie emplea esa palabra que, sin embargo, era muy corriente en mis años mozos - o me lo parece a mí y resulta que en realidad yo me movía en un círculo de cuidado léxico.

Dicen que cada uno de nosotros tiene un sosias en algún lugar del mundo. Yo, en cierta ocasión, me encontré al sosias de mi mejor amigo en el estadio de la Romareda; y tiene que ser un sosias porque el tipo negó conocerme y luego mi amigo negó haber estado allí, pero eran clavaditos. Por cierto que años después conocí a un tipo en Barcelona que era un tipo que conocí en Zaragoza. Demasiado parecidos para ser casualidad, e indagué un poquito: resulta que eran primos, lejanos pero primos.

Resulta que el diccionario de la RAE, en la definición de la voz "sosias", nos indica que es un personaje de la comedia de Plauto Anfitrión. Me hizo gracia esa referencia tan directa en tan serio diccionario, y acudí  a Wikipedia para saber más sobre esa comedia, ya que no tengo el gusto de haber leído a Plauto y no creo que lo vaya a tener. La verdad, la cosa no tiene mucho misterio porque en la comedia un dios se hace pasar por un personaje llamado Sosias, y yo diría que ese recurso ya era viejo cuando escribía Plauto: hasta Homero lo emplea en la Ilíada. Supongo que el mérito de Plauto sería que la comedia fuera sobre el enredo consiguiente.

El caso es que la entrada de la wikipedia citaba otros empleos del sosias, y entre ellos destacaba (para mí) El prisionero de Zenda. Y destacaba porque en mi mocedad la historia de El prisionero de Zenda era muy conocida, muy popular. La novela, las películas, la de Stewart Granger de 1952 y la de Robert Colman, que me gustó más (no me gusta Granger), de 1937. 

La verdad es que no sé por qué estas historias no mantienen su popularidad. Por qué los jóvenes de ahora no conocen la historia. Y (ya digo que se iban encadenando pensamientos) tampoco han oído hablar de Dick Turpin. Cuando yo era mozo conocía y me gustaba la historia de este bandolero bueno de la Inglaterra del siglo XVIII. Sigo pensando, y me doy cuenta que los jóvenes de ahora tienen sus propias referencias, que en absoluto coinciden con las mías. Ellos conocen a Son Goku, y yo no. Que ya me dirán cómo va uno a comparar a Son Goku con Dick Turpin o el prisionero de Zenda, no sé dónde vamos a ir a parar, pero mientras esto pensaba consulté en la wikipedia El prisionero de Zenda y me encontré un dato muy curioso:

Resulta que la novela transcurre en Runitia, ficticio país europeo, y el país dio el nombre a lo que se conoce como "romance ruritano", que es básicamente situar las aventuras en un país imaginario, casi siempre pequeño y montañoso, medio tirolés o draculiano, etcétera. Por nombrar referencias "modernas", Tintín tiene una aventura en un país de esos, el Doctor Muerte de Marvel es de uno de esos países, también los marvelianos Magneto, Mercurio y la Bruja escarlata, en la película y saga Princesa por sorpresa el país de origen está en los Pirineos... El recurso narrativo de lo más normal y que siempre me ha irritado porque ¿en qué cabeza mínimamente amueblada cabe que semejante país sea real (sí, lo sé, no me pregunten por qué me irrita que yo crea que alguien crea que que el país del Doctor Muerte sea real; supongo que es porque yo soy capaz de imaginarme un personaje como el Doctor Muerte y aceptarlo como personaje de un tebeo, pero un país europeo que no existe, ni borracho)?

No tenía ni idea de que existía ese concepto.

Cuando internet irrumpió en nuestras vidas, antes de que existieran los buscadores, se vendía que lo bueno de esta cosa nueva era que permitía navegar (o surfear, según lo juvenil del espíritu del vendedor) entre páginas web, empezar leyendo una cosa y acabar en otra distinta. Era la gran ventaja, la gran aportación de la red.

Y ya ven, es cierto: uno tiene una serie de pensamientos encadenados, se conecta y se deja llevar por internet y se llega a sitios curiosos.

 

 

 

Garth Brooks - Ain't doing down til the sun comes up

 



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