jueves, 31 de diciembre de 2015

Finito 2015





31 de diciembre, se acaba 2015. Habrá personas que reflexionen si ha sido un buen año o no, si lo han ejercido lo mejor posible o no... allá cada cual qué reflexión se lleve. El hecho cierto es que 2015 se acaba. Y, no sé si son conscientes, seguimos aquí.

Veo que ya no se acuerdan.

En 1970 todos los pronósticos decían que para el 2015 no habría carbón, no habría petróleo, la superpoblación provocaría una hambruna generalizada, la contaminación haría que tuviéramos que construir ciudades submarinas, etc. Esto se decía en 1970 y en 1980. En 1990 ya habríamos dejado lo de las ciudades submarinas y quizá la superpoblación no sería tan problemática, pero seguro que se esperaban guerras por el agua en Asia y África. En el 2000, con el cambio climático en boca de todos, seguiríamos sin petróleo, pero tendríamos agua para hartarnos: se habrían fundido los casquetes polares y Groenlandia y el nivel del mar subiría tanto que anegaría al 15 o al 20% de la población. Una verdad incómoda, se llamaba a esto.

Por no hablar de los que decían que la temperatura subiría no sé cuanto, que el calor permanente arruinaría las cosechas, que cambiarían las lluvias... o lo contrario, que si el frío nuclear, que si la capa de ozono, que si yo que sé.

Todos los años tenemos predicciones apocalípticas (siempre para dentro de unos pocos años); renunciando al argumento petrolífero, el clima es la nueva estrella de los dramones.

Y ya ven: seguimos aquí. Venecia sigue ahí (y si se hunde, es cosa de Venecia, no afecta al planeta entero). Holanda, Canadá, la Costa Este, las Seychelles,... todo sigue ahí.

A pesar de lo que decían los expertos en el cambio climático. Autonombrados expertos, me atrevo a decir, porque esto está siendo el parto de los montes. Y es que, en mi opinión, la climatología no es una ciencia. La astrología no es una ciencia, porque no formula principios demostrables. La climatología, lo mismo. Lo que dice no es demostrable. No se puede demostrar su falsedad. No se pueden hacer experimentos que la prueben con el método de que no se cumplan si los principios son erróneos. Decir que la temperatura subirá en los próximos 30 años 3 grados y que esto provocará el deshielo de la Antártida y que eso hará que suba el nivel del mar 20 metros y que eso generará un frío polar en el Ecuador... Sí, suena muy bien, muy científico todo, los powerpoints y las gráficas pueden ser espectaculares, pero... ¿pueden demostrarlo? ¿pueden demostrar los principios en los que se basan sus previsiones? Por decirlo fácil, no saben el tiempo que va a hacer la semana que viene y quieren decir lo que pasará dentro de 50 años. Si un astrónomo dice que dentro de 50 años un cometa pasará a 1.000 km o menos y que eso tiene un peligro, lo creo. Si un químico dice que dentro de 50 años el 80% de esta masa de polonio se habrá convertido en uranio o en plomo o en lo que sea, lo creo. Si un físico dice que dentro de 50 años la sonda Pioneer VII estará a tanta distancia de aquí, lo creo. Pero si un climatólogo dice que dentro de 50 años... Esta es mi opinión: no es una ciencia.

De hecho, antes creeré a un geólogo que a un climatólogo. Los dos dirán que dentro de 30 años pasará algo terrible; el geólogo se equivocará en unos años, el climatólogo me temo que, sin más, lo que dice no ocurrirá. Y cuando, siglos o milenios después ocurra, no será por la razón que dice.

Así que aquí estamos, 31 de diciembre de 2015. He visto a gente pasear en mangas de camisa por aquí en Barcelona, y es verdad que yo llevo una chaqueta desabrochada en vez de un abrigo con el cuello subido, gorro y bufanda como sería de esperar. Pero esto no es el fin del mundo. Puede que diciembre haya sido el diciembre más cálido desde que lo miden, pero ¿y qué? El diciembre que viene puede que sea no tan cálido. En cuyo caso, ¿qué me quieren decir? Hay días más cálidos que otros, meses más cálidos, años más cálidos. O lluviosos, o fríos, o ventosos. Cuando la expedición de Cabeza de Vaca recorría Florida y Luisiana, hacia 1528, muchos murieron de frío. Quinientos años antes, el clima era tan cálido que los vikingos colonizaron Islandia y Groenlandia. Hacia 1938/1942, en Europa creo que se vivieron los inviernos más fríos de los que hay registros. No sé si se ha superado la ola de calor de 1987, pero esa ola no batió records que ya estaban establecidos. El 2 de febrero de 1954 nevó en Sevilla... Hace poco oí decir que ya no llueve como antes, y creo que se refiere a como hace unos 25 años. Hace 25 años recuerdo una conversación en la copistería de planos, en la que decíamos que ya no llovía como cuando éramos niños. ¿Ven lo que quiero decir?

Y luego está el timo de la fusión del hielo y el aumento del nivel del mar. Que yo, a ver, antes que me expliquen porqué si la superficie del mar en los polos está 21 km más cerca del centro de la Tierra que en el ecuador... en fin, ya desbarré sobre este tema en Cosas que yo no comprendo.

Ahora mismo, en la cuenca del Misisipi está habiendo unas inundaciones bestiales: las comparan con las de 1995. Hace 20 años hubo unas inundaciones como las de este año. ¿Cambio climático? Claro que está también el detalle de que este año están siendo ahora, no en primavera como suele ser habitual. Pero si el cambio climático es algo gradual, es de esperar que los años anteriores también hubiera habido inundaciones en diciembre, ¿no? Pues no las ha habido.

Que yo no estoy negando el cambio climático. Estamos en un periodo interglacial, no sé si de calentamiento o de enfriamiento, y, como desde hace miles y miles de años, el clima está cambiando. Lo que niego es la apocalipsis climática que anuncian, porque no entiendo sus supuestos. Pueden tener muchas medidas de lo que ha pasado, pero sus afirmaciones a largo plazo, siempre catastrofistas como si pareciera que lo que quieren es llamar la atención, a mí me parecen sólo charlatanería.

En fin. 2015 se acaba y seguimos por aquí. Parecía imposible. Quizá 2016 tampoco sea tan malo como nos puedan decir. Pero, en cualquier caso, aprovechémoslo. Como si no fuera a haber un mañana.





Miguel Aceves Mejía - La malagueña


martes, 29 de diciembre de 2015

El puente de Paoli



Me entero por la prensa (http://bangshift.com, de donde extraigo, sin pedir permiso, las fotos que ilustran este artículo) que una camionera se ha cargado un puente en Paoli, Indiana, el pasado día de Navidad. Iba al Wal-mart y, buscando aparcamiento, se le ocurrió pasar por este puente que cruzaba a menudo. Solo que esta vez no llevaba su vehículo particular, sino un camión semirremolque de 30 toneladas.

El puente no era muy largo, 28 metros. Tampoco muy ancho, 4,78 m. Pero es que era de 1880:
(esta foto no es del artículo, es de Satolli Glassmeyer)
(y ésta tampoco, es de Tony Dillon en 2010)


Y la altura libre era sólo de 3,3 m.

Además, había una señal que limitaba el tránsito a 6 toneladas. ¡Junto a otra que prohibía los camiones!



La moza (23 años) sabía que estaban las señales, pero... según confesó a la policía, no sabía cuántas libras son una tonelada.


El puente había pasado la revisión técnica en mayo de 2012 y el resultado había sido bueno: se encontraba en buen estado, pero funcionalmente se lo consideraba obsoleto. Que valía para lo que valía, vamos, pero que estaba en una forma excelente. Cada día lo cruzaban 600 vehículos; el pueblo no llega a 3.700 habitantes, por lo que no está nada mal.

Y, sin embargo, ya ven:


La conductora, en su búsqueda de aparcamiento, se metió por el puente llevando 20.000 kg en botellas de agua; el camión, además, es más alto que el puente, pero yo he visto cómo los trailers se cargan las HEB que ponemos, sin enterarse. Total, que no nota que está afeitando el puente hasta que está bien dentro y... ¡bazinga!

¿Creen que le va a caer un multón por conducción temeraria, otro por ignorar la señal de tráfico y otro por exceder el límite de peso de un puente? No sé: el jefe de policía, Randall Sanders, de momento sólo le ha puesto 135 $ por saltarse la señal. Y es que da igual: el daño histórico va a ser irreparable, porque el puente no se reconstruirá, digo yo. Se hará uno nuevo, funcional y moderno, y qué se le va a hacer. Es posible que no, porque el pueblo es consciente de que el puente es histórico y, de momento (son las fiestas de navidad, allí también), se ha habilitado un equipo de urgencia para examinar la situación. Los de allí están expectantes, está claro que quieren su puente de vuelta; sin embargo, ¿quién pagaría la restauración? ¿El condado (de Orange, por cierto, como L.A.), la aseguradora del camión...? De momento, para sacar el camión ya han tenido que cortar algunas vigas. Ustedes , ¿qué apuestan?

Son muchos los puentes históricos que han sido hundidos por camiones de manera similar y que no se han reconstruido.

Y, aunque soy contrario al pirateo de Calvin & Hobbes, no me puedo resistir:


En otro orden de cosas, la polémica en Indiana ya ha empezado. ¿Qué hacía una chica de 23 años conduciendo un camión de 30 toneladas sin saber lo que suponía? ¿En qué pensaba, al entrar en el puente? ¿Le dan el carnet de camiones a cualquiera, por allí?

Y por último, un chascarrillo estructural: ¿qué mató al puente? El límite de altura. El camión era largo, las 30 toneladas no eran una carga puntual en el centro, y si el camión hubiera circulado despacito y sin tocar nada, yo creo que el puente habría aguantado. Pero entró como si nada y se cargó la estructura horizontal superior. Esta estructura superior tiene como misión que no pandeen lateralmente las cerchas verticales, y... pandearon, y catacrac.






The traveling Wilburys - Handle with care

lunes, 28 de diciembre de 2015

Maigret y el extraño vagabundo




- No sé si seguía trabajando o si los dos viajaban por placer... Un día, tomaron el avión para el Brasil y el aparato se estrelló en las montañas. La tripulación y todos los pasajeros murieron... Ahora bien, precisamente porque Lemke y su mujer perecieron en una catástrofe, la herencia fue a parar a manos de la señora Keller, que no la esperaba... Normalmente, el dinero habría debido pasar a la familia del marido... ¿Sabes por qué los Lemke no recibieron nada y por qué la sobrina de su mujer heredó todos los bienes?

Engañándola, dijo que no. En realidad, había comprendido.

- Parece ser que cuando un hombre y su mujer son víctimas de un mismo accidente, sin que pueda establecerse quién de los dos murió primero, la ley considera que la mujer ha sobrevivido, aunque sólo sea unos instantes... Los médicos dicen que tenemos la vida más larga, de manera que la tía fue la primera en heredar y la fortuna fue a parar a su sobrina... ¡Uf!...





Paul McCartney - We all stand together

viernes, 18 de diciembre de 2015

Sobre el Senado (y la 17ª Enmienda)

Coda: hemos acabado la serie de los Beatles. Pero los Beatles se separaron jóvenes: Ringo Starr, el mayor, no tenía 30 años; Harrison, el menor, tenía 27. Podían y debían desarrollar una carrera musical, después de la etapa Beatles. ¿Lo hicieron? Sí, lo hicieron. Y no les fue mal, pero... ni de lejos llegaron a donde llegaron juntos; cada cual que extraiga la moraleja que prefiera.

Quizá el más famoso de todos fue John Lennon; su muerte a los 40 le salvó de cometer muchas tonterías y que lo tuviéramos ahora como un loco patético. Pero apenas un par de canciones suyas han perdurado, siendo la principal Imagine. Y, no nos engañemos, Imagine es una birria de canción.

Así que voy a proponerles una canción de Paul McCartney, como ejemplo de lo que fueron los Beatles tras los Beatles. Espero que les guste. En la próxima entrada volveré al sistema tradicional de propuesta musical sin glosa, pero... ¡que caramba!, se lo adelanto ya: será también una de McCartney. Solo que de un estilo más bien diferente: espero que les haga sonreir.

En fin, como canción de los Beatles no siendo los Beatles, he seleccionado No more lonely nigths. Oigánla, y compárenla con las doce anteriores. Y quizá entiendan que los Beatles fueron algo especial e irrepetible que por causas que desconozco llevaron la música pop a una cima que jamás volverá a hollar.




A menudo, yo mismo me he preguntado para qué queremos un Senado en nuestro sistema político: en la práctica, el Senado no es sino una claque del Congreso, nos cuesta muchos millones de euros y genera un porrón de personas con privilegios. Además, muchas de esas personas privilegiadas están ahí como "pago a los servicios prestados": son personas que se han quemado sirviendo a sus partidos y se les nombra senadores como premio, unos de ellos, o se les nombra senadores para que sigan teniendo privilegios y estén a salvo de los jueces, en otros. En definitiva, ser senador es tener la jubilación soñada.

¿Por qué tenemos Senado, entonces?

Probablemente, porque los Estados Unidos tienen un Senado. Y ése sí es un Senado de verdad. Hagamos entonces una aproximación al Senado de los Estados Unidos.
 
En primer lugar, tienen un Senado porque así lo establece su Constitución. La Constitución de los EE.UU., lo he dicho en más de una ocasión, no se hizo deprisa. Se hizo sin pausa, pero se hizo bien y pensándola. Luego, los estados de la Unión tenían que ratificarla para formar parte de la Unión, y para ello se tomaron un tiempo. Los padres de la constitución aprovecharon ese tiempo para explicarla bien explicadita, y gracias a eso no solo tienen una constitución sino también, expuesto y razonado, el espíritu de la misma. ¿Por qué hay un Senado?

La constitución americana, todos lo sabemos, establece la democracia como método de gobierno. Es decir, la soberanía reside en los pobladores, y éstos eligen a sus representantes para que los gobiernen. La Cámara de Representantes, lo que sería nuestro Congreso de Diputados. En su momento, cuando tocaba, se discutió cómo sería esa representación, ya que desde el principio no todos los estados eran iguales. Los había grandes y pequeños, poblados y despoblados. ¿Tendrían el mismo peso? ¿Era justo que lo tuvieran? ¿Era bueno que no lo tuvieran? Al final, se decidió que en la Cámara de Representantes cada estado tendría un número de representantes proporcional a su población. Y estos representantes serían elegidos por los pobladores. Pero se decidió también que habría un Senado, en el que cada estado tendría dos senadores. Y estos senadores serían muy diferentes de los representantes (al revés de lo que pasa aquí, que nadie sabe distinguir un senador de un diputado).

Las dos diferencias fundamentales entre senadores y representantes son que los senadores se eligen por periodos de 6 años, no de cuatro, y que, al menos al principio, no los elegía la gente: los elegía el estado. El parlamento local del estado, se entiende.

Esto era así porque... Empecemos con la idea de que Madison, uno de los Padres, abominaba de los partidos. Le parecía que la existencia de partidos políticos era un mal para un territorio, porque los partidos intentarían imponer sus opiniones a todos. Buscarían el beneficio de los miembros del partido, no el de todos, y si alcanzaran el poder laminarían a las minorías y a los que no pensasen como ellos. James Madison, señoras y señores.

Bien, Madison preveía que la Cámara de Representantes (la Cámara, de ahora en adelante) sería pasto de los partidos políticos, en aquel momento sólo facciones. ¿Qué hacer? El Senado. Intentó un Senado libre de las facciones. Para empezar, el mandato de los senadores sería de 6 años. Con esto confiaba en que los senadores se sentirían más libres, más lejano el día que tendrían que rendir cuentas, y actuarían según su criterio - recordemos que en aquella época no había partidos con un aparato que controlara de cerca a sus políticos. Además, el tener más años de mandato facilitaría el trato de unos con otros.

Otro aspecto era que no los elegía directamente el pueblo, sino sus representantes. Confiaba con ello que los representantes elegirían a los mejores para el cargo, sabedores de la importancia de elegir bien. No mandarían a un José Montilla como hemos hecho en Cataluña, para entendernos.

Y, por último, le dio competencias. Una de las obsesiones de los redactores de la constitución es que cada poder tuviera un contrapoder. Alguien o algo que pudiera impedir excesos y desmanes. El presidente federal, por ejemplo, tiene mucho poder, pero depende de la Cámara, que es la que establece el presupuesto. Los tratados internacionales tienen que aprobarlos el Senado. Y el presidente puede vetar las leyes que salgan de la Cámara.

Pues es lo que se hizo: se le dieron competencias especiales al Senado como elemento del control del presidente. Un ejemplo, que no es baladí: el presidente elige quiénes serán jueces del Tribunal Supremo (algo de lo que hablaré otro día), pero no puede nombrarlos sin la aprobación del Senado.

Recapitulemos las ideas básicas:

1) El Senado tiene competencias especiales y muy importantes. No es un órgano para el día a día, sino para los grandes asuntos.

2) A los senadores se les elige por un periodo de seis años, para reducir las influencias de la proximidad de las elecciones

3) Dos senadores por Estado, y elegido por las Asambleas Legislativas de los estados. En el momento de redactar la constitución, era inimaginable que los Estados no eligieran a los mejores para este puesto, con lo que el Senado se convertía, en verdad, en una Cámara de los mejores.

4) Pocos senadores y durante un periodo mayor, para facilitar las relaciones interpersonales.

5) En definitiva, era el medio por el que los Estados podían influir en el gobierno federal.

Y ya que estoy, un chascarrillo sobre la Constitución americana: es posible cambiarla, y cambios de calado, sin que nadie se lleve las manos a la cabeza. Y un buen ejemplo lo tenemos en la 17ª enmienda: cambió el sistema de elección de los senadores, que pasaron a ser elegidos por votación popular como el resto del mundo. Eso sí, la reforma se hizo en el modo correcto (que, por supuesto, era el establecido por la constitución para sus propias modificaciones): primero, bastantes años de propuestas y debates sobre la idea. Luego, el Congreso, en 1911, propuso formalmente la enmienda. El Senado sugirió un cambio, el Congreso lo aceptó, y luego la aprobó el Senado. A partiur de ahí empezó el periodo de aprobación por la mayoría de los estados; cuando la aprobaron 36 (en aquel momento eran ya la mayoría cualificada), pasó a ser oficial el cambio. Luego, 5 estados más continuaron el proceso y también la aprobaron (pese a que ya formaba parte de la Constitución), y ¡sorpresa! el estado de Utah la rechazó. Y seis estados sureños (la enmienda tenía una componente racial), simplemente, no la tramitaron. Y, ya ven, no ha sido óbice para que forme parte del cuerpo constitucional y todos los estados, incluso los siete que no la aprobaron, la acepten y acaten.

Y del senado español, ¿qué podemos decir? En la página web del senado podemos leer lo que dicen de ellos mismos:
Desde el punto de vista bicameral, el Congreso de los Diputados ostenta un claro protagonismo en la función legislativa mientras el Senado ocupa una posición de segunda lectura. Así, los proyectos de ley del Gobierno –con mucho los más numerosos- se presentan y se tramitan en la Cámara Baja. El Senado puede vetarlos o enmendarlos, pero tanto sobre el veto como sobre las enmiendas decide finalmente el Congreso. Lo mismo ocurre con el proyecto anual de presupuestos generales del Estado.

De otro lado, aunque el Senado controla al Gobierno a través de preguntas, interpelaciones y comparecencias, la relación de confianza se da exclusivamente con la Cámara Baja: es ésta la que inviste al Presidente del Gobierno al comienzo de la Legislatura y la que puede destituirle mediante la aprobación de una moción de censura o la no aprobación de una cuestión de confianza. No obstante, el Presidente del Gobierno puede disolver el Senado, conjunta o separadamente con el Congreso de los Diputados.

Es decir: no pintan una mona, como ya sabíamos.

Otra diferencia es que se les escoge de una manera un tanto oscura. Cada provincia elige a 4, y cada autonomía a un número variable según su población mediante cambalaches internos de los parlamentos autonómicos (ya saben, el criterio de "hoy por ti y mañana por mí"). Ni usted ni yo sabemos quiénes son los senadores que nos representan y nunca lo hemos sabido. Al final, tenemos 266 senadores. Somos 46 millones y medio, y en Estados Unidos son 320 millones; si mantuviéramos la proporción tendríamos sólo 15. Claro que si siguiéramos la proporción americana, en vez de 350 diputados tendríamos 63. No sé, me da la impresión de que tenemos más parlamentarios de los necesarios.

Más diferencias: a los senadores, al igual que a los diputados, los elegimos de golpe. Aunque sean 31. El resultado es el conocido: votamos a un partido, presente a quien presente, y los diputados y senadores deben sus puestos al partido, no a los electores. En los EE.UU. se les elige de uno en uno: cada estado tiene dos senadores, y a éstos se les elige en años distintos, luego no compiten entre sí; y a los congresistas se les elige por distritos (ésa es otra historia), cada distrito elige a uno. Con lo que cada congresista debe su puesto a los votantes del distrito y poco al partido, y si es muy popular allí su independencia con respecto a su partido es aún mayor.

Y no nos engañemos: lo de las listas abiertas en el Senado es una patraña: también Podemos elige internamente por listas abiertas, y el resultado es que el sector oficial arrasa por goleada. Uno puede votar a quien quiera de las listas, pero como los nombres no nos dicen nada se vota a una opción y la opción que gana se lleva todos los nombres. El resultado, ya en, es aún menos proporcional, menos democrático que para el Congreso.

El domingo, elecciones. Comprenderán que no vote a nadie para el Senado.

jueves, 10 de diciembre de 2015

El lío peor gestionado de la Historia

Duodécima y última canción de los Beatles; supongo que todo el mundo habrá adivinado qué canción, de las que les propuse en mi entrega anterior, es la elegida. Y es que no podía ser otra. Ni podía faltar. Sin duda, en cualquier momento está sonando en algún lugar del planeta. Y si alguna vez los Beatles y su música caen en el olvido, lo último en hacerlo será esta canción. Indiscutible.


Se dice que la canción más veces grabada de la historia. Usted no es nadie si no tiene su propia versión.

Pero es que es una canción fabulosa.

AHora que ya están desveladas las doce canciones, puede que noten que no hay canciones de todos los discos. No hay ninguna del primero, Please, please me; claro que es algo lógico. Tampoco del tercero y del cuarto, y podría haber caído alguna. También es cierto que en esa época los Beatles sacaban muchos singles. Lo extraño es que no haya ninguna de Revolver ni del Sgt. Peppers. Y es extraño porque suelen ser reconocidos como los mejores discos y los más influyentes en la música moderna. Y sin embargo el hecho es que no he elegido ninguna canción de entonces; tampoco del Magical Mistery Tour. ¿Cómo es eso? ¿Atravesaron alguna crisis de calidad?

Pues no. Solo que si, nos damos cuenta, la importancia de estos dos discos vino del tremendo avance que supusieron. En la técnica, con el incremento de las pistas de grabación. Con el añadido de arreglos nuevos e instrumentos que se suponían que no tenían ninguna relación con la música pop. En los conceptos, con el establecimiento de un LP como idea global, y haciendo que desde entonces ése fuera el formato en el que había que presentar las canciones - y siendo los singles meros aperitivos de los LP. En las portadas, obras de arte en sí mismas y no meras tapas de los vinilos. En los temas, dejando las letras de amor y sinedo, sin embargo, canciones poperas. En muchísimas cosas. Fueron discos que cambiaron la cultura en ese momento.

Pero no tenían canciones que dijeras ¡qué maravilla de canción! Eleanor Rigby, puede que sea la más aclamada, y Lucy in the sky with diamonds alcanzara enorme fama; y ya ven, al hacer una selección de doce canciones las he dejado fuera. No se puede tener todo.

Y eligiendo sólo doce canciones, estaba claro que muchísimas se iban a quedar fuera. 

Claro que tampoco era una cuestión de merecimiento.

Espero que les hayan gustado.




Jamás una disputa tan menor generó una separación mayor. Y todo porque no se gestionó bien.

Pongámonos en antecedentes:

No me extrañaría que los especialistas en Historia de la Iglesia concluyeran que los papas Alejandro VI, Julio II y León X se encuentran entre los peores papas de todos los tiempos, si no en el podio.

Alejandro VI (1492-1503) es el papa Borgia, Rodrigo Borja. Siendo cardenal hacía vida conyugal con una romana casada, pero además tenía amantes, y siendo papa tuvo un hijo (de su querida oficial tuvo 4 siendo cardenal); a su segundo hijo, César (Borgia), lo nombró cardenal a los 17, aunque no era ni sacerdote, y en fin. Un papa ejemplar, si me permiten decirlo así. A su muerte se eligió a Pio III, pero éste murió al mes, y en unas horas de cónclave se nombró papa al gran enemigo de Alejandro VI, Julio II (1503-1513). A éste lo había nombrado cardenal su tío cuando era papa, Sixto IV (1471-1484), otro papa lamentable pero que fue un mecenas de las artes y mandó construir la Capilla Sixtina. Quizás este dato influyera en el hijo, que, por supuesto, tenía 3 hijas aunque era franciscano. El caso es que Julio II quería ser papa y quería devolver al papado su antigua independencia, poderío y esplendor. Vamos, que era más rey que papa. Mucho más. Y quiso construir la basílica de San Pedro, en el Vaticano. Y aquí comienza nuestra historia.

Porque resulta que construir San Pedro no era barato. Y ser un reino independiente, poderoso y con esplendor con la España de los Reyes Católicos por ahí también acarreaba sus gastos, no sé si me entienden. Y la manera de conseguir dinero, para el Papa, era con una palabra: indulgencias. La indulgencia es que uno puede conmutar la penitencia por un pecado, por dinero contante y sonante. En teoría no se planteaba así, sino que la Iglesia pedía donativos a los fieles, este donativo se consideraba una buena obra y por medio de ella se obtenía perdón o se reducía la pena que se imponía. Lo que pasa es que el sistema, ya se lo imaginan, se prestaba a corromperse como es habitual y mundano en estos casos; recordemos que en esa época un rey o un noble podía ser excomulgado, y ello conllevaba el peligro de que sus súbditos quedaran liberados de la relación señor-súbdito, y como que no era buena idea; por lo que si un rico o poderoso hacía algo poco correcto, poder pagar una cierta cantidad al obispo local era una opción interesante. Por no decir, ya se lo imaginan, que no todo el dinero llegaría a Roma.

Para más inri, a Julio II le sucedió León X (1513-1521), de soltero Juan de Médicis, florentino. Con el currículum habitual, cardenal a los 13 años, papa a los 38, y saludado con alborozo por los humanistas, poetas y artistas (el clan de la ceja de la época); creo que se hacen una idea del carácter del muchacho. Que sí, que era bondadoso, alegre y simpático, pero que tenía la mano rota. Concedía mercedes a todos, ricos, pobres y quien se pusiera delante. Era un mecenas que se pirraba por la música, la poesía, el teatro... Su vida personal no era lo disoluto de sus antecesores, seguro que era pío y devoto, pero aquello era una corte renacentista con bufones, espectáculos, cacerías, etc. Y no era generoso, no: era pródigo: se dice que arruinó tres pontificados, a los antecesores (por vaciar sus huchas), al suyo mismo y a sus sucesores, por dejarles empeñados hasta las cejas. Así que la máquina de las indulgencias tenía que forzar la marcha. Y uno de los angelitos que gestionaban estas cosas en Turingia era el dominico Johann Teztel.

El siguiente personaje es Martin Lutero. Agustino, viajó a Roma en 1510 para asuntos de su orden, y allí vio el patio; no es extraño que en 1517 clavara en el tablón de anuncios local, que ¡oh casualidad! era la puerta de la iglesia, sus famosas 95 tesis. Que nadie de ustedes ha leído, pero que pueden hacerlo pinchando aquí y no les matará hacerlo, porque no son 95 tesis doctorales sino 95 frases tipo afirmación lógica. En sus 95 tesis, lo cierto es que Lutero no plantea ninguna religión nueva ni su ataque al catolicismo imposibilita cualquier diálogo; en realidad, lo que hace es atacar el sistema de indulgencias y sobre todo la corrupción del sistema; por ejemplo, opina que hay que advertir al pueblo de que el Papa no quiere que la compra de indulgencias sustituya a las obras de misericordia y que es mejor ayudar al pobre y al necesitado que comprar indulgencias; ítem más, afirma que si el Papa de Roma supiera lo que hacen los vendendores de las indulgencias (con Teztel en mente) ordenaría reducir San Pedro a cenizas antes que servir de excusa para lo que estaba pasando. En síntesis, él no cree que uno se salve pagando; y si fuera así, opina que el Papa, en vez de construir el Vaticano, debería emplear el dinero en salvar a las almas que están en el Purgatorio.

En este punto, Lutero quizá no empleó el camino correcto (puede), quizá describió cosas que no debía, pero a lo largo de la Historia de la Iglesia siempre ha habido personas que han opinado diferente, y se ha discutido muchísimo; también ahora hay gente así, me vienen a la cabeza ciertos teólogos alemanes, y se sigue discutiendo con ellos. Lutero sólo estaba planteando que esto de las indulgencias no parece trigo limpio y que, puestos a reflexionar sobre el perdón y la penitencia, él va más allá y opina que las indulgencias no pueden ser de ninguna manera, no ya por su ejecución mundana sino por su concepto teológico. Vaya, que esto había que hablarlo.

Pero en Roma ya sabemos en qué se entretenía León X. Y el otro actor en el teatro del mundo es el poder político, que en aquel momento y en aquel lugar encarnaba, también es mala suerte, Carlos I de España. Digo mala suerte, porque el mozo tenía 17 años, y porque no había rey más atareado. Nacido en Gante, acababa de ser nombrado rey de España, con lo que nos gustan los extranjeros aquí, más aún a los poderes fáticos locales. Carlos I aún no era emperador, porque lo era su abuelo que, como pueden imaginar, en 1517 estaba muy viejo y enfermo, y muere en enero de 1519. Tras un largo interín (estamos en el siglo XVI), los electores votan emperador al nieto Carlos, y éste ¡por fin! intenta ver qué pasa con Lutero. Mientras, en España se le revolucionan las germanías, los turcos campan a sus anchas, Cortés y Narváez disputan por la conquista de Méjico, etc. etc. El caso es que Carlos llama a Lutero a Worms, éste acude y allí se discute. 

León X, a todo esto, no estaba siendo muy hábil. De las 95 tesis (afirmaciones), exigía a Lutero que se retractara de 41 de ellas so pena de excomunión. Y en Worms Lutero dice (sobre la eficacia y capacidad de las indulgencias) que no se fía de lo que dice el papa, y que ha llegado a un punto en que sólo se fía de las Sagradas Escrituras. ¿Faltó mano izquierda? Pienso que sí. ¿Por todas las partes? Lo más seguro, aunque Carlos V tiene 21 años y su misión es presidir el encuentro y que las partes hablen; si hay acuerdo o no es comprensible que no dependa de él. Como es obvio, no hay acuerdo y Lutero se vuelve a su casa. Aunque no llega, porque por el camino lo "secuestra" un príncipe alemán, Federico III de Sajonia, y lo encierra en un castillo "por su seguridad".

¿Qué pinta un príncipe alemán en esta historia? Pues el lado político. Carlos V es Carlos I, rey de España. Es decir, el emperador es también el rey del país más poderoso de Europa; es decir, que el emperador tiene ahora mucho poder. Demasiado, para algunos. ¿Y si decide hacer en Alemania lo que se había hecho en España y desaparece la independencia de Sajonia y todos los demás? Conclusión: los enemigos de mis enemigos son mis enemigos, ¡viva el monje ése!

A partir de aquí ya no sé a quién echar la culpa: Carlos V tiene que dejar de ser Carlos V para ser un rato Carlos I, que la cosa estaba caliente; los papas van muriendo y se las están teniendo tiesas con ¡caramba, que coincidencia! España: Carlos I le había dado pa'l pelo a Francisco I de Francia en la batalla de Pavía, le cogen preso y le liberan a cambio de un cierto acuerdo; el francés, una vez libre, se cisca en el acuerdo y monta una liga con varias repúblicas italianas contra España, y el papa se suma también a la Liga. Carlos I consulto a varios teólogos si podía volverse contra el papa y estos le dijeron que sí, que el papa (Clemente VII, 1523-1534) era el agresor, y ya saben, durante 150 años los ejercitos españoles ganaron todas sus batallas. El resultado fue el saco de Roma en 1527, y la consecuencia, que el Papa y Carlos V no iban muy al alimón.

¿Y Lutero? Pues por una parte se lo pueden imaginar, en el castillo de Watburg, yéndosele la pinza cada vez más y escribiendo, ahora ya sí, herejía tras herejía a cual más gorda. Además, apela al nacionalismo alemán: desde la época de Carlomagno hay una rivalidad entre el emperador y el Papa que marcó toda la Edad Media (salvo en España, que estábamos a otro rollo), y ya tenemos el soniquete "que viene el Papa y los españoles". Pero lo peor estaba ocurriendo fuera: sus discípulos (era profesor, cuando empezó este lío) sí que desbarran a lo bestia. Empiezan con una idea curiosa: eso de comprar la salvación con dinero es injusto. Que haya ricos que puedan y pobres que no es injusto. Que alguien tenga más que otros es injusto. Lo justo es que todo el mundo tenga lo mismo. Así que pongámos manos a la obra para acabar con la riqueza de los ricos y poderosos y repartámosla entre todos.  Esto, fácil es de comprender, no mola a los más poderosos. Pero sí algo a la nobleza baja, que está resentida contra el emperador y contra los príncipes y la alta nobleza. Ambiente de guerra civil, y Carlos V convoca otra Dieta para hablar con Lutero. Para entonces la cosa había degenerado tanto que no se iba a resolver; más factores iban surgiendo, además, para dificultar cualquer acuerdo, y... Pero quizás hable de esto otro día.

Al final, los "Papas del Renacimiento" se acabaron y dieron lugar a los "Papas españoles", los llamo así porque la mano del rey de España (Carlos I, y sobre todo Felipe II), estaba detrás de su nombramiento. Y por cierto que no me extrañaría que los especialistas en Historia de la Iglesia concluyeran que los "papas españoles" están entre los mejores papas de la Historia. Para empezar, a Clemente VII le sustituyó Pablo III, y con éste Carlos I (ya talludito) sí se entendía. Y el mensaje fue claro: amigo, tienes la casa hecha un desorden y hay que ordenar las cosas. Hay que cambiar la manera de nombrar cardenales, y hay que convocar un Concilio. En Trento, que nos viene bien a todos. 

Lo que pasa es que, entre unas cosas y otras, el Concilio de Trento no acabó hasta 1561. Y para entonces ya era imposible parar el luteranismo. La Iglesia se movió demasiado lenta.

Es lo que pasa, cuando un problema no se gestiona bien y se le deja evolucionar. Unos se apagan solos, pero otros degeneran. Y pasa lo que pasa. 

Y cada cual que saque sus propias conclusiones.

¿El culpable? Pues supongo que la inutilidad de todos. Las obras públicas que se montaron en el Vaticano. Los lamentables papas de aquellos años. El amigo Teztel, los de su calaña y todos los que decidieron lucrarse con las indulgencias... Vamos, que si no hubiera sido Lutero habría sido cualquier otro. Y que cuando Lutero clavó su denuncia, la cosa no se gestionó nada bien, pienso yo.

Por supuesto, los culpables del éxito del luteranismo son los príncipes alemanes, los reyes escandinavos y demás mandamases que se adhirieron a la causa no por sus ideas religiosas, que les importaba una higa, sino porque vieron una gran oportunidad de librarse del poder del Papa (por ejemplo, la reforma en Inglaterra consistió en decir que el Papa no pintaba nada para poder Enrique VIII divorciarse y casarse con su amante; en lo religioso no cambió nada), de aumentar su poder a costa del del emperador, etc. Pero este articulo no versa sobre el luteranismo sino cómo prendió la chispa que lo empezó.

¿Y saben por qué les cuento esto? Pues porque esta líneas las he escrito el 8 de diciembre, y ustedes no se habrán enterado, pero el papa Francisco ha decidido adelantar unos años un Año Santo (tocaría dentro de 10 años), lo ha inugurado hoy 8 de diciembre. Y, ya saben: hasta el 20 de noviembre de 2016, si atraviesan una Puerta Santa, ganarán una indulgencia plenaria. También hay otras maneras de ganar indulgencias plenarias, pero... Que sí, que ya sé que ahora no interviene el dinero y que lo de las indulgencias no es tan sencillo como digo y en principio es todo correctísimo, pero... Yo por si acaso habria prohibido las indulgencias hace 500 años.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Revoluciones y tráfico

La undécima canción no es de las más populares y no es de las que más se escuchan en la actualidad; sin embargo, ha sido una de mis preferidas de siempre. Pero luego hablaremos de ella; primero, voy a proponer un acertijo.

Se trataba de condensar la música de los Beatles en 12 canciones; con la de hoy he desvelado ya las 11 primeras; queda, por tanto, una, y avisé que las daba por orden alfabético. ¿Cuál es la última canción? Fíjense, voy a proponer 13 canciones; una de ellas es la elegida, y las otras 12... bueno, con las otras 12 se podría hacer también una selección de canciones de los Beatles que no desmerecerían a las 12 por las que opté; es una muestra más del talento de los Beatles. Estas 13 canciones son:
  • 3 canciones clásicas, de las imprescindibles: She loves you, Something, y Yesterday
  • 3 canciones famosísimas y conocidas por todos: Strawberry fields forever, With a little help of my friends y Yellow submarine
  • 3 canciones menos conocidas, pero ensalzadas por la crítica: The fool on the hill, Two of us, y While my guitar gently weeps
  • 3 canciones que hay que ser un beatlemaníaco para recordarlas, y que sin embargo son fabulosas: She's a woman, The end, y Why don't we do it in the road
  • Y una versión, una canción que no es de ellos pero que vive porque la tocaron ellos: Twist and shout.
¡Y las que me he dejado fuera!

Volvamos con la undécima. Es Revolution. Pero la rocanrolera, la que salió como cara B en el single de Hey Jude y luego, con suerte, en recopilaciones como el álbum azul, no la que salió en el White Album (el recopilatorio Hey Jude, en el que también aparecía, yo creo que no se publicó en España hasta muchos años después). La canción es cañera y, si pensamos en la música que se hacía en 1968, ultracañera. Y es que Helter Skelter y Revolution, en mi opinión, son el anticipo del Heavy Metal que reinará en los 70. 

He mencionado que hubo otra canción Revolution que se publicó en el Disco Blanco: Fue Revolution n. 1, que era la misma canción pero mucho más lenta; si no hubiéramos oído antes la versión rápida, pensaríamos que es una canción popera, con ese coro "bom chuviruwap" y una letra un poco rara, pero la hemos oído. Y mi realidad fue que yo ya era un fan de la versión rápida cuando me pude comprar y oir el White Album. Y entonces ocurrió. Oí Revolution n. 1, y pensé ¿qué diantres está pasando aquí? ¿Se me ha estropeado el tocadiscos? Pero no, porque el resto de canciones sonaban bien. 

Entonces me fijé que en la cara B del segundo disco estaba Revolution n. 9, y pensé que es que había dos versiones distintas, como en Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band, que la tiene al final como reprise. Así que seguí escuchando. Y llegué a Revolution n. 9. Tras el primer minuto estupefacto, recordé que me habían hablado de ella. La oí entera, los 8 minutos largos; y creo que en alguna ocasión la he vuelto a escuchar entera, pero...

A ver, se supone que es una canción de los Beatles. Está en un disco de los Beatles, la "interpretan" los Beatles, figuraba en la lista de canciones del disco y consta en todas las listas de canciones de los Beatles. ¿Es una canción? ¿Es música? ¿Tiene algún valor?

Empecemos por el principio: pòrque eran los Beatles, que si no... Eso no se le publica a nadie, si se quiere vender copias de eso. Y diría que nadie más lo ha intentado jamás. 

Pase también que estamos en 1968, y los Beatles hacen lo que quieren; y una de las cosas que quieren es experimentar, descubrir hasta dónde se puede llegar con el lenguaje musical y todos se lo agradecemos y hemos ido detras de ellos, son ellos los que abren los caminos.

Y además puede que también tenga algo que ver que existía (supongo que existe aún) algo llamado "música concreta", un engendro que podríamos resumir en que unos "listos" grababan una puerta chirriosa y decían que era música. A mí me gusta la música clásica, y puedo aceptar el Dodecafonismo; se ve que aquello se quedaba corto, y tras la G.M.II unos iluminados fueron más allá y se inventaron la música concreta. Y en 1968 los Beatles publican Revolution n. 9.

Bien, digámoslo claro: Revolution n. 9 es una porquería infumable que nadie quiere volver a oir nunca más, que pocos estarían dispuestos a perder ocho minutos de su vida oyéndola y que nadie la compraría. Y en esto, todos estamos de acuerdo. Todos sin excepción y en su totalidad. Porque el autor, el productor y el distribuidor pueden jurar que es arte y que nuestro problema es que no lo entendemos, pero la realidad, lo cierto e innegable es que es una mamarrachada que se puede admitir como se admite un grito gutural, pero que intentar a) venderlo, y b) hacerlo pasar como arte, es del todo punto inadmisible.

Pues bien, lo que acabo de describir y en la música no ha colado, cuela todos los días como arte si se trata de pintura, de escultura y de artes desconocidas pero fuera de las siete clásicas, por llamar arte a lo que en los medios a veces informan que se exhibe en ARCO o en museos de arte moderno y ocurrencias por el estilo. 

Llevo tiempo meditando cómo explicarles la tomadura de pèlo que hay detrás de lo que se denomina "Arte moderno" y que nos quieren vender en ARCO y en tantos otros sitios tratándonos de patanes si no caemos de bruces extasiados ante tan sublime arte, y cómo ganan la batalla si salimos diciendo que "a mi, esto del arte moderno...", "yo, es que esto del arte moderno,..." y frases por el estilo, con las que otorgamos que esas marramachadas son arte, "pero lo que pasa es que yo no lo entiendo". Como el traje invisible del emperador desnudo. Y al final he decidido que no voy a hacerlo. No sé, no puedo. Lo que les propongo, en cambio, es que intenten escuchar Revolution n.9. Luego, extraigan sus propias conclusiones como pieza musical. Y luego, por favor, piensen que eso mismo es lo que les están colando como "arte moderno". En ARCO defenderían Revolution n. 9 como una obra maestra de la música. Moderna, eso sí, porque si no se apostilla que es moderna usted podría querer opinar.

Y si por un instante cree que Revolution n. 9 es música, escuche de nuevo, por favor, la auténtica Revolution. Las cosas claras y el chocolate espeso.



El último número de la revista del RACC (Real Automóvil Club de Cataluña) incluye, como siempre, un editorial en la página 3; estos editoriales suelen tener un esquema tipo "hay algo que no está bien del todo, en el RACC somos pistonudos, el RACC es pistonudo, y nosotros sabemos cómo resolverlo pero no nos hacen caso todavía". Vamos, el mismo estilo que tendría la revista de un Colegio de Ingenieros, de Arquitectos, de Farmaceúticos, o de Vecinos del barrio. Y esta vez no es una excepción. Pero lo que me llama la atención es el primer párrafo, que les sirve de entradilla y sobre el que luego no vuelven. El párrafo en cuestión es:
El aumento de la siniestralidad vial en 2015 nos preocupa. En los diez primeros meses del año los accidentes mortales han aumentado en la red vial española un 4%, y los muertos un 1%. En Cataluña, las muertes en accidentes se han disparado un 28%, con las distracciones al volante, especialmente por el uso de los smartphones, como primera causa de sinisestralidad y origen de un 23% de los accidentes con víctimas.
El argumento que usa como entrada para el resto del artículo son los accidentes por distracción. Pero yo, cuando lo leí, me quedé de piedra: si los muertos en España han aumentado un 1% y en Cataluña un 28%, lo que es obvio es que en el resto de España el número de muertes ha bajado muchísimo. Si le damos a Cataluña un peso del 20% en lo que corresponda (km de carreteras, población, parque automovilístico, nº de accidentes, tráfico, lo que sea), en el resto de España los muertos tendrían que haber descendido un 5,5% para que el global sea un incremento del 1%.

Así que lo que creo que el Racc tendría que plantearse es porqué en Cataluña los muertos han aumentado un 28% y en el resto de España han disminuido un 5,5%. Pero eso equivaldría a cuestionarse si algo se hace mal en Cataluña, y por ahí el Racc no va a pasar. Y, sin embargo, ¿qué otra explicación hay?

En principio, la climatología de Cataluña es similar a la que se puede encontrar en el resto del país, y su evolución también es similar. La red viaria catalana, también en principio, no tiene nada que envidiar a la de ninguna otra comunidad, antes al contrario.  El parque automovilístico, lo mismo. La pericia de los médicos y los servicios de asistencia, digo yo que también es similar. Pero hay tres diferencias entre Cataluña y el resto de España.

La primera diferencia es que en Cataluña tenemos, desde hace 5 años, el "Gobierno de los mejores", liderado por un Astuto Líder que antepone a su pueblo frente a todo lo demás. 

La segunda diferencia es que en Cataluña no manda la Dirección General de Tráfico, sino el Servei Català de Trànsit. Aunque algunos opinan que estamos sometidos por Madrid que nos oprime, lo cierto es que en esto del tráfico en Cataluña somos independientes (y así nos va).

Y la tercera diferencia es que aquí la Guardia Civil no se encarga de la seguridad vial y el tráfico, sino los Mozos de Escuadra.

Yo no estoy diciendo que los mossos no tengan ni idea de seguridad vial. No creo que sepan más que los guardias civiles, que viven en casas cuartel y la Agrupación es su vida, pero tampoco dudo del interés y profesionalidad con la que los mossos desempeñan su función. Pero lo cierto es que los mossos son los que son, su despliegue es el que es y se dedican a las cosas que les ordenan.

En fin, podrá ser por falta de personal, por falta de medios, por carencias presupuestarias, por no ser una prioridad de nuestros gobernantes, pero el hecho es el hecho. Y la causa tiene que estar en las apuntadas, me temo que por orden de responsabilidad. 

Y ahora les voy a dar yo la verdadera razón.

Verán, en Cataluña, desde siempre, si algo ha salido mal la culpa es de otros, nunca nuestra. Si no queda más remedio, la culpa es de Madrid. Si nos dieran más dinero, si nos dejaran hacer lo que queremos, si nos dieran la independencia, entonces las cosas se harían bien (porque el mantra que nos repiten cada día es que las cosas se han de hacer bien) y no pasaría lo que pasa. Y esto es así, así enfocamos las cosas quiero decir, aunque tenemos libertad para asignar el presupuesto, nos encargamos de la gestión del tráfico en todas las carreteras y la policía que se encarga de la segurida vial está 100% a nuestras órdenes. Y seguimos creyendo, cuando algo funciona mal, que la culpa es de otros. De Madrid, a ser posible.

¿Ustedes creen que así se puede mejorar?

En los diez primeros meses de este año, en Cataluña el número de muertes en accidentes ha aumentado un 28% (¡un 28%!). En el resto de España, parece que han disminuido un 5,5%. más o menos. Pero como somos independientes en tráfico y no nos lo van a resolver desde fuera, me temo que la cifra, en Cataluña, seguirá aumentando.

Porque somos así y así nos luce el pelo.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Los Sucesos de Noviembre

Vamos a por la décima canción de los Beatles; avisé que serían 12 y que estarían por orden alfabético, así que hay que saltar de la letra I... a la P. Lo siento, he tenido que descartar canciones bestiales como I wanna be your man o Long tall Sally, de la primera época y hoy injustamente olvidadas, himnos como I want to hold your hand o Let it be; también Magical Mistery Tour o Mother Nature's son, por citar sólo unas pocas. Porque la décima es Paperback writer. ¿Y por qué? Pues porque es corta, rápida, brutal.Porque es imposible no tararearla. Y porque si la oye, mañana también la tarareará. Porque ningún grupo hoy podría componerla. Sólo tocarla.

Por cierto, se aceptan apuestas sobre cuáles serán las dos canciones que faltan. A ver si las adivina.


Dentro de cinco años nadie recordará con detalle este noviembre, ni siquiera que a mediados de mes yo siga yendo en mangas de camisa y los domingos a la playa (esto del cambio climático lo quiero tratar en otra entrada). Como mucho, nos acordaremos de París, algo sobre lo que también quiero escribir mas no ahora, pero de lo que tenemos que denominar "los Sucesos de Noviembre", todo en mayúsculas, me temo que se nos irá olvidando sin que extraigamos las enseñanzas que la experiencia nos ofrece en cada ocasión. Por esto quiero escribir estas líneas, pues tengo la esperanza de que me sirvan de memoria cuando esto sea una historia... del pleistoceno.

Ahora bien, para entender el mes conviene saber lo del 29 de octubre en Hostalets de Pierola; la historia completa pueden leerla en diversos medios que viven de la información, como por ejemplo en elpais.com. Les resumo: se han encontrado huesos fosilizados de un mono desconocido que parece ser que vivió por estos lares hace tres millones de años, y este mono tiene de particular que tenía la articulación del codo ya como los homínidos actuales; esto le confiere un carácter de "eslabón perdido" en la cadena evolutiva y por lo tanto tiene especial interés. Pues bien, resulta que en la rueda de prensa que siguió a la presentación pública del hallazgo, y tras la explicación de su importancia que hicieron los científicos principales, el reportero enviado por el hipersubvencionadísimo - y ya saben por gracia de quién- diario Ara (ningún medio lo identifica, pero ya les digo yo que son ellos, y si dudan lean la crónica del Ara) preguntó, totalmente en serio, si del hecho de que la mona apareciera en Cataluña y no en "España" se podía deducir que españoles y catalanes descendemos de monos diferentes.

En pocas palabras: la mitad de los catalanes creen que venimos de monos diferentes. Sí, ya sé, cuesta de creer, pero todos estamos de acuerdo que no se manda al tonto del pueblo a cubrir una presentación científica. Se supone que era un periodista (con título universitario superior, por lo tanto) de los de más luces de la redacción. Y que una redacción es un lugar donde se sabe lo que está pasando en todo el mundo, digo yo. No hablamos de un paleto de Solsona.

Lo que quiero decir es que podemos decir que la mitad de los catalanes cree que Mas no es corrupto, que la secesión es buena, que los catalanes de verdad no somos españoles, que los parados de Badalona y l'Hospitalet los tienen oprimidos y colonizados y que los españoles nos roban, pero yo ya prefiero decirlo así: creen que venimos de monos diferentes. Si usted habla con dos catalanes cualesquiera, casi seguro que uno de ellos lo cree.

Sin embargo, como el sistema electoral nuestro le viene muy bien a los de CiU, porque hace que el voto del paleto de Solsona valga cuatro veces el nuestro barcelonés, en nuestro Parlamento son mayoría los que creen que venimos de monos diferentes. Y esto explica los Sucesos de Noviembre. Empezamos.

Cuando se instituyó la composición del Parlamento, se eligió como presidente del mismo a la inefable Carmen Forcadell, quizá la más fanática de todos los diputados, CUP incluida. Ya que fanatismo es, según el DRAE, "apasionamiento y tenacidad desmedida en la defensa de creencias u opiniones, especialmente religiosas o políticas". Al instante, la coalición del Astuto, Convergencia con ERC y un grupo de "independientes" como la misma Forcadell (aceptemos pulpo como animal de compañía) presentan una solicitud para que el Parlamento se declare independiente de las leyes españolas. Y de sus tribunales, además. La idea era que se aprobara al día siguiente, pero ahí intervinieron los otros partidos.

La respuesta del PP y de C's la relaté en mi entrada ocaixa o faixa: el trámite tenía que cumplir los pasos estipulados en el reglamento de la cámara y no podía ir tan deprisa. Esto, Forcadell, no se lo esperaba: también hay normas catalanas y no se las podía saltar.

Aunque lo hizo, si bien la cosa no fue tan rápida como quería. Pero lo hizo, y el 9 de noviembre el Parlamento de Cataluña proclamó lo que se suponía que era la declaración de independencia con respecto a España. Lo que pasa es que, para entonces, ya no era lo mismo. Haberla proclamado en octubre tenía su aquel, su puntito de épica, el llegar al Parlamento y proclamar por las buenas que a partir de ahora aquí sólo mandan ellos. Pero no, resulta que el reglamento está por encima y el reglamento dice que hay que esperar. Y se esperan unos días. Y, claro, el 9 de noviembre, pues como que ya no había entusiasmo. Entre que la proclama no lo decía con mucha claridad, y que se había tratado casi como un asunto del día más, pues que nadie se lanzó a la calle a proclamar su alegría. Nada de algaradas, ni coches sonando las bocinas; ni un triste contenedor quemado. NI fiesta en los coles, ni nada de nada. El día que se tramitó, cada uno se dedicó a lo suyo como cualquier otro día. Hubo gente que ni se enteró. ¿Así se proclaman las independencias?

Sin embargo, aunque el tiro parecía de fogueo sí había sido un tiro. Y el Estado respondió. Había tenido tiempo para prepararse bien, y la respuesta (respetando también los tiempos reglamentarios, por descontado) llegó de la manera más sencilla: el Tribunal Constitucional declaró por unanimidad que aquello no podía ser. La novedad esta vez vino en que se acompañó con una notificación concreta a 21 personas, y que hace poco el PP reformó la ley para que desobedecer al TC significara ir a la cárcel por la vía rápida. Los políticos catalanes, faltaría más, respondieron muy chulos por boca de la portavoz del gobierno que ellos se ciscan en las notificaciones del TC. Aunque no habían contado con que una de las notificaciones sería para Pere Sol, y por ahí se hundió todo. Pero no adelantemos acontecimientos todavía. Estábamos en que se había proclamado la independencia, pero nadie había hecho caso: la vida seguía.

Y si la vida seguía, había que nombrar un presidente del gobierno local, un "Muy Honorable". Convergencia insistía en que el Muy Honorable era el Astuto o nadie más, pero necesitaba los votos de la CUP. Cuando la declaración se conoció en una reunión del gobierno en funciones, algunos consejeros, los que en realidad sí saben que venimos todos del mismo mono, saltaron contra Mas. ¿Cómo se podía haber hecho esa concesión a la CUP a cambio de anda, sin firmar nada? Mas estalló y les acusó de no querer que él repitiera como Muy Honorable. La bronca pública no pasó de ahí, y durante los días siguientes todos vimos como el Astuto se arrastraba por los suelos mendigando a la CUP. Y el vaso se desbordó cuando, en discurso en la tribuna parlamentaria, prometió todas las burradas que quiere la CUP. La CUP dijo que no, Mas volvió a su casa y las aguas subterráneas se movieron.

¿Qué fue lo que pasó? No lo sabemos todavía, pero nos lo podemos imaginar. En ese momento, el panorama es que el Parlamento se había declarado en rebeldia con un evidente nulo respaldo popular, que el Estado había advertido a los 21 nombres clave que los iba a inhabilitar como no recularan, que tocando a Pere Sol habían parado en la práctica cualquier proceso ilegal, que se hablaba de suspender la autonomía y de gestionar en Madrid la economía catalana (lo que supondría cortar el chorro de dinero que se escapaba en la partida de hospitales y centros sanitarios). Además, habían convertido el tema catalán en monotema en España, no se hablaba de otra cosa y el resultado era que estaban mejorando las expectativas de Rajoy para las generales: cuanto más Cataluña, mejor para el PP. Increíble, ¿no?

Pues así era. Rajoy, para no cargar en solitario con la responsabilidad de cargarse una autonomía (¡y qué autonomía!), había invitado al del PSOE a apoyarle. El del PSOE, que no podía decir que apoyaba a Cataluña, dijo que sí a Rajoy, pero para no cargar en solitario con la responsabilidad de ser el que apoyó al tío del PP que se cargó una autonomía (¡y qué autonomía!), le dijo a Rajoy que contase también con Rivera. El de Podemos protestó porque quería que le invitasen a él también, y entonces Rajoy se encontró con un filón: todo el mundo tuvo que pasar por la Moncloa, y resulta que a la salida tenía que dar una rueda de prensa contando lo que habían hablado y cuál era su postura. Es decir: todo el mundo tuvo que retratarse. ¿Quién iba a decir que apoyaba a Cataluña? Claro, nadie. Pero además tenían que decir qué proponían ellos.  Aquello parecía el beso de la muerte para los que siempre han nadado y guardado la ropa. Esas ruedas de prensa revelaban lo peleles que eran algunos (a los que no nombro). Para más inri, resulta que todo el mundo pasa a estar de acuerdo con Rajoy, que Rajoy representaba a toda España y que era un líder sólido al que todos seguían. Vaya, la postura de fuerza le convenía a Rajoy. Que es posible que, por él, se hubiera achantado como hace siempre y dicho que "es sólo una proclama, esperemos a ver si hacen algo independiente"... Pero, como iba bien para las elecciones, había que ser un bulldog. Y con un Madrid bulldog estaba claro que la broma se había acabado.

Otro dato es que se hizo público que Aguas de Barcelona se trasladaba a Madrid. Que lo había hecho justo antes de las elecciones pero que no se sabía. AGBAR se sumaba a una lista enorme de ricas empresas que se largaban. ¿Qué estaba pasando aquí?

Pues precisamente una de esas empresas es Grífols, una de las más significadas a favor de la independencia. Se larga a Irlanda; primero, la puntita nada más, pero ya verán como acaba irlandesa del todo. Y resulta que hay algo que saben hasta los del mono catalán: el Astuto tiene un puesto garantizado en Grífols-Canadá. Un puesto honorífico, claro, de esos de quedarte en casa que ya mandaremos los cheques; porque Mas sólo ha trabajado en la privada una vez en su vida, cuando veinteañero se metió en la empresa familiar. La hundió, y cuando quebró su padre lo colocó de recomendado en Convergencia, y hasta ahora. Así que en Grífols saben que tendrá una tarjeta de visita de nueve líneas, y que no hay que pedirle que fiche. Que no tendrá despacho, vaya. 

Pero Canadá sí tiene tratado de extradición con España, así que Mas no puede largarse sin antes un trato con el gobierno. Y de momento no hay trato, así que ha de ser presidente o nada. Porque la nada, para él, es la cárcel. De ahí que el Astuto se arrastrara ante la CUP delante de todos. Es decir, que por sus votos el gobierno iba a hacer lo que quería la CUP. 

Para que sepan cómo las gasta las CUP, tras los atentados de París el Ayuntamiento parisino proyectó sobre la fachada del ayuntamiento los colores de la bandera francesa, ya ven, y la CUP saltó (en twitter) protestando: "¡Esto no es solidaridad! ¡Los colores de una bandera imperialista!". 

Vamos, que estoy seguro de que los teléfonos no pararon de sonar. Me imagino a todos los pequeños empresarios y terratenientes de todas las comarcas, "a quién conoces tú que pueda llamar en Convergencia", "qué estáis haciendo, os habéis vuelto locos", "que esto de la independencia era de coña, tú, que el objetivo era negociar más dinero"...

Y para colmo de males, el viernes por la noche (es el 13 de noviembre), los atentados de París. De repente, el mundo, que por fin estaba mirando lo que pasaba en Cataluña (aunque la opinión del mundo no era la deseada, todo hay que decirlo), deja de mirar a Cataluña. ¿A quién le importa ahora, lo que pasa en Cataluña? Vamos, que se había declarado la independencia y nadie hacía ni puto caso.

Total, conciliábulo el fin de semana en Convergencia. El tiro ha salido por la culata, no hemos conseguido nada de nada de lo que queríamos, todo el mundo nos detesta, nadie nos apoya, y nos estamos metiendo con el TC en un berenjenal de no te menees. Y esta vez estamos solos, tú, que  también han citado a Pere Sol.

¿Quién es ese Pere Sol al que el Tribunal Constitucional ha notificado que no se pase ni un pelo de la legalidad española? ¿Y qué importancia tiene? Pues resulta que Pere Sol es el secretario del Parlamento. Es el tío que tiene que plasmar en un papel los acuerdos orales de los diputados. Y hacer circular ese papel para que sea ley o lo que toque que sea. En definitiva, el Parlamento sólo dice lo que Sol escribe; si no escribe nada, como si no hubieran dicho nada.   Es un abogado al servicio de los diputados... y es un funcionario. Si no le hubieran citado, Sol habría podido tramitar todos los acuerdos y todo lo demás, y habría alegado que sólo cumplía órdenes, que no podía negarse, etc. etc. Pero con la notificación, el TC le dice que no tiene defensa. Que si sabe lo que hace, y por supuesto que lo sabe, se le juzgará por hacerlo. 

Y la importancia de dar el palo a Sol es que en su nombre se lo están dando a todos los funcionarios. Y a todos los mozos de escuadra. Ningún funcionario y ningún policía podrá argumentar que sólo era un funcionario que cumplía órdenes: se les perseguirá a todos. Ésa es la amenaza que transmite la notificación a Sol, y todos los funcionarios y policías la han captado y entendido. Seguro que los bares de funcionarios están llenas de frases tipo "a mí, me lo tendrán que decir por escrito", porque ven lo que está pasando con el juicio del 9 de noviembre del año pasado, pero además tienen miedo: no cabe duda de que muchos, ni aunque se lo digan por escrito. Y este miedo, esta negativa a colaborar, se transmite de abajo arriba. Y llega a los cargos políticos, a los directores generales, y de éstos a los consejeros. Ese sábado, los de Convergencia saben que podrán hartarse de pronunciar proclamas: no van a pasar de ahí, y eso les va a convertir en la rechifla de todos. Han fracasado, y lo saben. Su mierda de revolución no les ha llegado ni a mitad de mes, la proclama del 9 el día 14 está muerta.

Ese mismo fin de semana empezaron la marcha atrás.

El primer paso lo dio el mulá de Convergencia, Quico Homs, que como ERC dijo que ni hablar de que repitiera como diputado en BCN ha coseguido que lo nombren candidato a diputado en Madrid. Sí, el que dijo que se iban a presentar con una fórmula electoral "superimaginativa" y que todo el mundo iba a alucinar con lo astutos e inteligentes que eran. Sí, el más talibán de los talibanes de aquí, el que ahora clama (a veces) que hay que ir a Madrid a negociar aunque todo el mundo sabe que con él no se puede ni hablar del tiempo.

Pues el caso es que el mulá Homs dijo ese fin de semana que, como la CUP no ha apoyado al Astuto Líder, que la propuesta se da por retirada. Que retiran la declaración de independencia, vaya. Esto no ha pasado todavía, que yo sepa, pero nos muestra porqué buscan la independencia: en realidad no la buscan, es un artículo de negociación. Como montar una biblioteca en Solsona o un puesto para tu cuñado.

Mientras tanto, el gobierno de Madrid pinchó un poco más: el ministro de Hacienda, como Cataluña no tiene ni para pagar los sueldos de los políticos, dijo que ya no daba el dinero en sacos para que ellos(los catalanes) paguen; que les presenten a ellos (los madrileños) las facturas y ellos (los madrileños) las pagarían. Si les convencen, eso sí. Y, para empezar, hay más de mil millones del año pasado que no sabemos en qué os los habéis gastado, justificadlo por favor. Y… cuando llegó el día de pagar a los funcionarios y políticos, el Astuto dijo que haría lo que le dijeran, pero que por favor por favor por favor. Como suele decirse: "por los huevos".

En estas, que los imputados van reflexionando en sus casas y empiezan a entender el lío. La sra. Forcadell, la fanática independentista, no ha vuelto a abrir la boca. Nadie, de hecho. Todos callados. Menudos bravucones, que un tirillas con gafas les ha respondido "¿perdón, decía usted?'" y se han achantado como si el tirillas tuviera detrás a los cortacabezas del Estado Islámico.

¿Y las empresas? ¡Siguen yéndose! O crean filiales para ir preparando su particular desconexión. Es tan evidente la cosa, que ya casi toda Convergencia clama que ha sido un error, que en mala hora se les ocurrió... Por cierto que Convergencia no sobrevive a estos Sucesos de Noviembre: se cambian de nombre, a partir de ahora quieren que les llamemos Democracia i Llibertat. ¡Cinismo! Estos chicos, dime de qué presumes y te diré de qué careces.

Y lo mejor, para el final. El Parlamento catalán, ante la declaración del TC, ¡ha recurrido al TC! Ellos, que declaraban que a partir de ahora les importaba un pito lo que dijera el TC, resulta que lo primero que les dice el TC les importa muchísimo ¡y eligen razonar con el TC! ¡Increíble! Pero si esto parece lo más increíble de esta historia, es porque no hemos hablado de lo que ha argumentado el Parlamento catalán: que no se puede declarar inconstitucional su declaración de independencia, porque es sólo palabras, sólo declaraciones, no son actos. Sólo palabrería inútil, vienen a decir, que no hay que tomar en serio. ¡Así se declara la independencia, cojona!

E insisten: están amparados por el derecho de expresión. La declaración es sólo una expresión de la política, dicen. Y prohibir su declaración es fascismo y antidemocrático.

Yo soy ingeniero, no estoy versado en los intríngulis del Derecho y es fácil liarme. Pero se me antoja que el derecho de expresión está limitado por lo que llamaríamos los cauces. Se pueden decir las cosas, pero en los sitios adecuados y en las formas adecuadas. Voy a poner un par de ejemplos.

El primero de ellos sería una multinacional. Pongamos Volkswagen. Pongamos que el presidente de Volkswagen España va por libre y se descuelga con unas declaraciones en las que reniega de la compañía madre y declara que a partir de ese momento Volkswagen España hará lo que le dé la gana; por ejemplo, fabricar coches de Opel. Volkswagen Alemania, es fácil imaginarlo, le dirá al mandamás de Volkswagen España que ya está tardando en retractarse o se va a la calle con una demanda de cagarse la perra. Imaginen entonces que el mandamás de Volkswagen España protesta ¡en público! diciendo que él sólo se estaba expresando y que Volkswagen Alemania era una empresa fascista que estaba coartando su derecho a expresarse. Cualquier juez le dirá al presidente de Volkswagen España que si quería (expresar su deseo de) fabricar coches Opel en vez de Volkswagen, lo que tenía que haber hecho era ir a una reunión en Alemania y, en privado o con el círculo de presidentes de las filiales de Volkswagen, expresarle al  presidente absoluto su deseo. Ahí está su derecho a expresarse. Y si al salir de la reunión no está de acuerdo con lo acordado, debe tragar o largarse. Todos de acuerdo, ¿verdad?

El segundo ejemplo mucha gente no lo sabe, y lo explico para explicar hasta qué punto el derecho de expresión se respeta si se ejerce en el cauce adecuado. Durante el servicio militar, un recluta puede quejarse de la instrucción, de la línea que sigue el Ejército o de que el teniente Sánchez no le trata como debe ser. El recluta puede, y no le pasará nada, siempre que siga el conducto reglamentario.

Cada mañana, la tropa forma. Se pasa lista y revista, y el cabo primero pregunta al pelotón si alguien necesita visita médica; por ejemplo, porque se haya puesto enfermo por la noche. Y también pregunta si alguien quiere hablar con el capitán. Acto seguido, rompen filas y cada uno se va a su puesto, quedándose los que quieren ir a la enfermería y los que quieren hablar con el capitán. El primero les pregunta, uno a uno, qué tema quieren hablar. Si lo puede resolver él, lo resolverá, y si no, lo pasará al suboficial que toque. Éste hará el mismo proceso, y así hasta el capitán. O el coronel, si se tercia.

Además, hay un medio seguro de llegar hasta el capitán o el coronel: consiste en insistir que el tema es privado. Esto puede ser. Por citar casos que conozco, yo tuve un compañero que se hacía pis en la cama y otro que contrajo una enfermedad venérea incurable y muy contagiosa. Ambos se licenciaron antes de tiempo. Yo mismo, en mi tiempo, hablé con el capitán y le pedí permiso para abandonar el país (haciendo la mili). El capitán escuchó mis motivos, le parecieron bien y me dijo que eso no lo podía aprobar él, pero que tramitaría el permiso a instancias superiores.

Pues bien, un soldado puede, en un modo educado, quejarse al capitán de lo que quiera. Otra cosa es que el capitán no le haga caso, pero si el soldado ha sido correcto y bienintencionado, no sufrirá represalias.

Pero si el soldado se salta el conducto reglamentario y cuelga en la entrada de su garita un cartel que diga que a partir de ahora se cisca en lo que diga el Ejército y que dejará pasar sólo a quien le dé la gana, me temo que el argumento de su derecho a la expresión y que el cartel es sólo una expresión tendrá un recorrido muy corto.

(Corresponde ahora que traslitere la situación del Parlamento catalán a estos ejemplos, pero no es necesario).

Hoy, el mes de noviembre ha acabado y queda claro que la declaración de independencia tiene menos validez que la expresión "este año el Zaragoza ganará la liga". Nadie hace caso, nadie se acuerda ya de esta estupidez, y a los declarantes se los ha tragado la tierra. Ya ven qué poco ha hecho falta para que se echaran atrás, ni 155 ni gaitas. Uno puede preguntarse: ¿acaso no previeron estas cosas? ¿No se prepararon? Pues no y no, por lo que parece.

Y así acaban los Sucesos de Noviembre. Ha resultado todo una farsa urdida por unos gañanes tan inútiles que era imposible que aquello llegara a algo. Y podemos estar seguros de que no ocurrirá nada hasta dentro de, por lo menos, treinta años. Hasta que de estos gañanes no quede ni uno.

Ahora sólo falta que los catalanes que creen que son de monos distintos se den cuenta de lo que está pasando. Lamento decir que eso no ocurrirá jamás, pero nos hemos reído con estos Sucesos.

Para terminar, les contaré una anécdota de finales de noviembre. En el momento más crítico de las farmacias, cuanto más se hablaba que entraban en quiebra. Hablo con una farmacéutica de Barcelona, propietaria de su farmacia. Persona, por lo tanto, que creemos ilustrada y con criterio para discernir lo que está pasando. La pincho con el tema de que no cobra y le pregunto si cree que algún farmacéutico habrá votado a Mas. Pues ella misma, sin ir más lejos. Y me argumenta: ¿a quién, si no? Y me explica que lo que pasa es que Madrid tiene tirria a los catalanes por lo de la independencia, y que retiene el dinero porque se ha enfadado. Reconoce, sí, que al Govern le ha faltado previsión, pero esa es toda su queja. Quizá esto explique muchas cosas, incluyendo lo lumbreras que son los líderes de estos tíos.

En fin. Este es mi relato de los Sucesos de Noviembre, que muchos querrán que caigan en el olvido. Me pregunto si  extraeremos lecciones de ellos.