martes, 30 de junio de 2015

El porqué del folleto




Sostre, el Proyecto Sostre, es una iniciativa nacida en el barrio de la Barceloneta para dar cobijo a aquellos que no tienen nada. Nada de nada. Que duermen en la calle, que comen lo que pueden cuando pueden, que se apañan con lo que encuentran. En el Sostre, "techo" en catalán, tienen un lugar donde cenar y dormir. Pero también algo más: es un lugar donde les acogen, donde no les miran con asco o desprecio, donde les hablan como a personas, y donde se preocupan por ellos. Una de las cosas más duras de vivir en la calle es que no tienes ningún apoyo. Nadie te va a ayudar. Si te resfrías, si se te infecta una herida, si tienes dolor de muelas,... nadie te ayudará. Para el sistema no existes: hay comedores donde te dan de comer, sitios donde puedes entretenerte e incluso puedes rebuscar en las basuras e intentar revalorizar lo que los demás tiramos. Pero cuando llega el frío, cuando llega la lluvia, cuando el reúma te machaca, el dolor te hace cojear y la cabeza te duele tanto que sólo quieres morirte, entonces notas más que nunca lo solo que estás.

En el proyecto Sostre, además de cobijarles, se les intenta ayudar. Por supuesto, en las necesidades del día. También en volver a existir para el sistema. Te acompañarán al médico cuando necesites ir, a la administración a hacer trámites, al banco si consigues una pensión,... se asombrarían ustedes si supieran la cantidad de cosas que para nosotros son sencillísimas y para ellos es superior a sus escasas fuerzas.

Por eso el proyecto Sostre ha editado el folleto que ví, cogí y les reproduje en mi entrada anterior. El proyecto se nutre de voluntarios, la cosa sea dicha - incluso la cena la aportan vecinos de la Barceloneta- , pero algo de dinero también ayuda. Porque hay gastos: allí pueden ducharse y asearse, ponerse una crema si lo necesitan; otros quizá necesiten un abrigo, unos zapatos o unas gafas. La casa en la que duermen hay que mantenerla, si una bombilla se funde se ha de cambiar, las sábanas y los colchones envejecen y el microondas puede estropearse. Al fin y al cabo, la luz y el agua hay que pagarlas.

10 euros al año no representa nada para nadie. En el Sostre, esos diez euros ayudan hasta el último céntimo.

Y, se lo aseguro, no hay nada más sincero que el agradecimiento de un mendigo.



Lou Bega - Mambo nº 5

jueves, 18 de junio de 2015

El cielo de San Juan




Desde un punto de vista astronómico, hay una diferencia muy grande entre verano e invierno: en invierno, por la noche, hace un frío que pela y nadie se queda fuera, viendo las estrellas. Pero en verano es distinto. En verano ansiamos que caiga el sol y refresque un poco. También, a menudo, la noche nos encuentra lejos de las ciudades, y vemos las estrellas. Y, lo que encuentro más interesante, los planetas.

Primero, Venus. La más brillante. Ya les hablé, hace algún tiempo, de Venus en el cielo. Pues bien, Venus se verá estos días al atardecer de maravilla, y durará hasta la medianoche. Y lo bueno es que coincidirá con Júpiter en esas horas nocturnas. Júpiter es bastante brillante, eso le facilitará localizarlo. Y no sólo coincidirán en las horas, sino que estarán bastante cerca, el uno del otro (vistos de sde la Tierra, claro). Estos días de San Juan puede intentar verlos con prismáticos, estarán tan cerca que podrá hacerlo.

Si no es un experto nocturno, aproveche la ocasión: localizar Venus es tan fácil que lo hace cualquiera, y sabiendo que estará cerca de Venus, encontrar a Júpiter le será muy sencillo. Y así sabrá reconocerlo, de ahora en adelante.

Si la noche es clara, de hecho, debería intentar lo de los prismáticos: puede que consiga ver los cuatro satélites principales de Júpier: Io, Europa, Ganímedes y Calisto. No sé si alguno estará alineado con Jupiter y no lo verá, y reconozco que Calisto es más difícil, está más lejos de Júpiter, pero al menos un par sí debería verlos. Inténtelo, estoy convencido de que le gustará. Eso sí, sólo distinguirá cuatro puntos brillantes muy cerca del planeta. Pero son los cuatro satélites que vio Galileo, ¿sabe?

Marte no se ve, porque está al otro lado del Sol; estos días, más o menos tenemos al Sol justo entre los dos. Pero Saturno sí se ve. Y Saturno, me atrevo a asegurarlo, es caza mayor: usted no lo ha visto aún, ¿verdad? Pues ahora es un buen momento para buscar Saturno: estará en el cielo desde el crepúsculo hasta el amanecer. Si no está acostumbrado, no sé darle en este momento ninguna pista: saldrá por el Este, y estará cerca de la estrella Antares (mi contraseña de acceso a mis ordenadores durante eones), más o menos entre Antares y Marte. Es una zona poco poblada de estrellas brillantes, quizás con estos datos lo consiga. O acuda a Internet, que seguro que le dice dónde tiene que mirar en ese momento.

Y, si es de los que trasnochan la noche de San Juan, inténtelo también con Mercurio: justo antes del amanecer, al Este. Recuerde que se ve muy bajo en el horizonte, ¡eh! Pero el 24 a las 6 de la mañana tendrá su máxima altura.

Contemplar el cielo nocturno es algo que deberíamos hacer todos más a menudo. Y estos últimas días de junio, con más razón.


PD: Júpiter y Venus. Barcelona, 21 de junio de 2015, 22:00 a la salida del cine. Con el móvil de mi hija.





Greensleeves - Don and Wendy Francisco, Jerry Palmer


miércoles, 17 de junio de 2015

Patanes




Del diccionario de la Real Academia Española:

Patán: Hombre zafio y tosco.
Zafio: Grosero o tosco en sus modales o falto de tacto en su comportamiento.
Tosco (referido a personas): Inculto, sin doctrina ni enseñanza.


Muchas cosas se pueden decir y se van a decir de los nuevos inquilinos de los ayuntamientos más significativos. Yo, este cambio lo resumiría en la foto publicada en Heraldo de Aragón que recoge la salida de los nuevos concejales de Podemos (formalmente, "Zaragoza en Común") tras su investidura:


Espectacular. Concejales del ayuntamiento de Zaragoza. Usted, viendo la foto, ¿qué opina?

Quizá mamarrachos sea la primera palabra que le venga a la mente. Mi padre, que es aragonés, diría que unos esgarramantas. Yo, al verla, lo tuve claro: patanes. Son unos patanes.

¿Han elegido los zaragozanos a unos patanes para que les gobiernen? Lo dudo. Lo más probable es que estos patanes sean lo que se suele decir "conocidos en su casa a la hora de comer". Sí, estarían en la lista, pero no dieron la cara. Se votaba a Podemos, a unas siglas, quizás a una persona: el alcalde, el candidato de Zaragoza en Común, no nos engañemos. Nadie (casi nadie: yo voté por el 2º nombre) vota por las personas que rellenan la candidatura.

Si les hubieran conocido, incluso si les hubieran conocido tal como son, como los muestra este excelente fotoperiodismo, ¿les habrían elegido para que les gobernaran?

Peor aún: ¿no tenían más plantilla en Podemos? ¿Estos son los mejores que han podido presentar?

No he podido encontrar en la web de heraldo.es los artículos de opinión que reflejen lo que piensa de esto el periódico (nunca lo he conseguido, no parece la web de un periódico sino un servidor de noticias), pero los comentarios, más de cien, sí revelan lo que opina el pueblo. Y, como era de esperar, hay división de opiniones. 

De hecho, podemos dividirlos en dos grupos: los que piensan que son unos patanes y los que los defienden.

Y los que los defienden, a su vez, se dividen en dos grupos: los que responden insultando y argumentando "y tú más", y los que defienden la espontaneidad de los concejales.

Con los primeros no se puede discutir. En realidad, no se puede hablar. No se les puede decir nada, porque si no les gusta lo que oyen van a agredir, a decir "y tú más". Su esquema mental es simple: ellos, perfectos, los demás, una mierda. Y, sí, su voto vale tanto como el nuestro... porque las reglas las pusieron gente como nosotros. Donde las pusieron gente como ellos, sólo cuenta el voto de ellos.

Los segundos son otra cosa: respetan nuestras opiniones, pero las creen equivocadas. Opinan que es mejor dar saltos de alegría que celebrarlo a escondidas con una mariscada en La Mar a cuenta del ayuntamiento o yendo a ver si hay alguna rusa nueva. Yo reconozco que preferirían que lo celebraran con un convite privado en su casa, pero... estos de la foto son unos patanes.

Porque lo primero que salta a la vista es su "espontaneidad" al manifestar su alegría, pero también su vestimenta. Es evidente que no conocen que existe un código de vestimenta y de conducta (¡de conducta!) para cada situación. Que no es lo mismo una siesta de domingo por la tarde en el sofá de casa que una toma de posesión. ¿O creen que los ujieres y maceros en estos actos se visten así porque están más cómodos? Vuelvan a leer la definición de patanes dada al principio, y convendrá conmigo: son unos patanes.

¿De verdad quiere la gente que les gobiernen unos patanes?

Lo que sabemos de estas personas es quelas emociones les pueden, se rigen por las tripas, no por la cabeza. ¿Y acaso no preferimos que nuestros gobernantes no se dejen llevar por las emociones, sino que conserven siempre la cabeza fría? 
 
Estoy de acuerdo en que no queremos que nos gobiernen personas que buscan primero su provecho personal, pero existen más opciones. Hay personas instruidas, cultas, con modales, que sabe como comportarse en cada situación... Gente con clase.

Pero... en fin. La plebe (porque las personas que las han votado son la pura definición de la plebe) los ha elegido; tendrá que aguantarlos, al menos 4 años, y luego, veremos si ha aprendido algo. A los demás, nos queda el consuelo de que no es la primera vez que la plebe elige a los patanes.

Eligieron a Barrabás.




Joaquín Sabina - ¡Qué demasiao!

lunes, 15 de junio de 2015

Lo que es la escuela en Cataluña



El otro día, la consejera de Educación, Irene Rigau, presidió en Cornellá un acto de homenaje a los 30 años ya de inmersión lingüística. En el acto participaron algunos maestros de los más exaltados de aquella época, hubo discursos, una "mesa redonda" y luego un discurso final de cierre de la consejera. Como es de imaginar, todo fue autobombo, somos los mejores, la inmersión es lo mejor del mundo y los de Matrit son unos cabrones. Lo habitual, ya ven.

El caso es que yo leí una crónica del acto escrita por el periodista Alejandro Tercero, y ahí se decía algo más. He buscado confirmación en otros medios, pero sólo he encontrado reproducciones de la nota de prensa de la Generalidad. Esta nota de prensa va en la línea de lo que les he dicho en el párrafo anterior, por lo que he dudado de que sea cierto lo que Tercero dice que se ha dicho. Pero, por el otro lado, lo que me ha llamado la atención ha sido dicho, según Tercero, no en los discursos preparados, sino en una intervención en el diálogo de la mesa redonda. Así que me lo creo. Los periódicos sólo se enteran de una mínima parte de lo que pasa, y sólo si lo dicen los teletipos. Quizá por eso yo prefiero seguir a periodistas

Al tema. ¿Qué se ha dicho? Pues que "sabemos que tenemos una herramienta muy poderosa, que es la escuela, la educación, que es realmente la herramienta transformadora"; y también que "hemos visto cómo, a partir de un sentimiento colectivo, entroncado en un momento histórico de reivindicación nacional, la escuela se pone al servicio del país". "Nuestra pervivencia como pueblo está vinculada a la lengua catalana. Quien garantiza que la lengua llega a cada rincón es la escuela, por eso necesitamos reforzar este compromiso de los profesores con la lengua. Porque quien nos niega el reconocimiento de que somos nación es quien nos quiere negar la posibilidad de fortalecer el modelo de escuela catalana". Y otras lindezas por el estilo. La crónica de Tercero la encontrarán en cronicaglobal.com.

A ver. La consejera de educación estaba entre amigos. En una mesa redonda con fanáticos de la "enseñanza" en catalán. Con seguramente un auditorio entregado, que la aplaudía y jaleaba. Se fue lanzando. Y terminó diciendo lo que pensaba. Lo que de verdad pensaba. Y, sí, lo que de verdad piensa toda la clase política actualmente en en poder. 

Para ellos, los alumnos no tienen derechos. Las familias de los alumnos no tienen derechos. El objetivo último de la escuela no es escolarizar, es conseguir que los alumnos, que no son catalanistas (son críos de 3 años, caramba) la abandonen siendo fanáticos catalanistas. 

Fuera de aquí, nadie es consciente de lo que pasa aquí. 

Vivimos secuestrados por nuestra clase política. Y es triste comprobar que la mitad de la clase política que no está en el poder (y a ustedes les acuso, señores del PSC, ICV, EUiA y demás compinches) viven abducidos por los nazis del Astucias y cree que sólo volverá a tocar poltrona siendo más nazis que sus nazis.

Esto es como los campos de concentración: ¿de verdad ustedes no se están enterando de lo que está pasando aquí?



Els Catarres - Jenifer

viernes, 5 de junio de 2015

¡Si al menos no defendieran lo indefendible...!



Como todo el mundo sabe, en Cataluña estamos divididos en dos bandos antagónicos, los que quieren la secesión y los que no. Podríamos describirnos como los verdaderos catalanes y los que no, o los tontos del culo y los que no, o... pero ya se me entiende.

Estos días se ha creado otro criterio de división: a los que les parece correcto que se abuchee públicamente los símbolos nacionales, el himno, la bandera, la presencia del Rey, y a los que no. 

A los que no, los que no están de acuerdo porque les parece una falta de respeto y al respeto no se debe faltar nunca, no se necesita mucho describirlos.

Pero a los que sí se dividen también en dos categorías: los que opinan que es "libertad de expresión", y los otros. Formalmente, todos "los que sí" opinan que es libertad de expresión, que como todo el mundo sabe es el segundo derecho más importante, sólo por detrás del derecho "a decidir", pero en este grupo tenemos las dos categorías avisadas, que podemos resumir en "los coherentes" y "los incoherentes".

Los incoherentes, ya se imaginarán quiénes son; se les reconoce también porque tienen un criterio en el caso del Archivo de Salamanca y el opuesto en el caso de los bienes de la diócesis de Monzón. Por ejemplo, nuestro Amado Líder, el Príncipe de la Mentiras. El que se puso como una mona porque cuando lo de Germanwings Hollande, Merkel y Rajoy no lo trataron como a un igual (a pesar del trato de favor que le otorgó Rajoy). Los incoherentes defienden cualquier insulto a los símbolos españoles, y le llamarán fascista (como mínimo) como usted "insulte" a los suyos. En fin, Cataluña está llena de incoherentes, por eso nos es tan dura la vida aquí.

Y luego, "los coherentes". Dicen que no les parece mal que también se insulte a los símbolos catalanes, que no les importa. Es la libertad de expresión, según ellos. Pero ¿está la libertad de expresión por encima del respeto a los demás? ¿No tengo derecho a escuchar la tonada del himno si a ti te apetece tocar el pito? Las libertades de uno, ¿pasan por encima de las de los demás?

El coherente responderá entonces que no es eso, sino que los símbolos nacionales son cosas que no merecen respeto. Un trozo de tela, una melodía insulsa, un panoli puesto por otros. Se entiende pues que, si lo merecieran, se les respetaría, por encima de la libertad de expresión. ¿Es él quien decide lo que merece respeto, o es que cada cual debe limitar su libertad de expresión a lo que considere que merece respeto?

Incluso algún famoso futbolista del FCB opina que también a ellos les insultan cuando juegan por ahí. Dejando de lado que jugando él en Zaragoza, los del Barça pararon el partido cuando iban perdiendo porque uno del público insultó a su compañero Eto'o (se ve que ése del público no tenía libertad de expresión), nadie apoya públicamente (y menos incentiva) los insultos en las gradas; aun al contrario, se combate y se llega a sancionar, justo lo contrario de lo que nos ha pasado.

Me temo, pues, que "los coherentes" son, en realidad, "incoherentes" que se niegan a reconocerlo. Es decir, encima ¡cobardes!



En las relaciones humanas, si uno se dedica a tocarle las narices a otro tiene que estar muy seguro de que el otro no le va a contestar, porque lo normal es que la réplica supere con creces el último insulto. Tenemos en este caso una situación en la que los secesionistas querían tocar las narices (una vez más, y van...) a los no secesionistas. Los no secesionistas aguantamos, pero me pregunto si un día no tendremos la oportunidad de devolverles nosotros a ellos todo el cariño que nos han dado, corregido y aumentado. Quizás entonces descubran ellos la inteligencia de sus actos de ahora.



Jarcha - Libertad sin ira

martes, 2 de junio de 2015

Mujeres que viajan solas




Vuelvo del aeropuerto y en el autobús, en los asientos de al lado, estaban dos mujeres alemanas. Que hablaban en alemán, quiero decir. Una de ellas, ya no joven, viajaba con una mochila con cantimplora en un bolsillo lateral y dos bastones de caminar por la ciudad (en plan deportivo, se entiende) tan de moda; botas de montaña y pantalones de malla elástica y logotipo de marca deportiva. La otra, más mayor (talludita, ¡qué diantres!), bronceada (pero con el bronceado de las que no trabajan, no de los que asfaltan carreteras, ya me entienden), pantalones cortos, cierto escote y bolso. La maleta, supongo que en el portamaletas. Charla animada entre todo el trayecto, pero la más joven se ha de bajar en Plaza de España. Despedidas y abrazos, tchuss, tchuss. La más vieja continúa trayecto, pero ya sola, está más nerviosa. Un pasajero pregunta al conductor (yo voy detrás) por la parada para ir a una calle; el conductor contesta, pero duda, va mirando las calles, y como yo me sé la respuesta y no he de conducir, intevengo. Entonces la alemana se arma de valor, saca un papel, una reserva de un hotel por internet impresa, mira la dirección y pregunta cómo ir. Primero dice el barrio, la Barceloneta. Caray, le cae lejos, el conductor no sabe, pero yo sí. Me dice la calle, y la verdad es que es fácil, ha de bajarse en Plaza de Cataluña, y coger el 59 en el inicio de las Ramblas. ¿No Metro? No, no Metro. La alemana no sabe qué es "Las Ramblas", así que le explico. El conductor, atento, me pide que cuando pasemos justamente por ahí le repita las indicaciones y que le avise de que hay mucho ladrón suelto en las Ramblas.

Esta escena me trajo recuerdos de mi primer viaje de mochilero por Alemania, a mediados de los 80. Frankfurt, Hamburgo, Hannover, Múnich, lo normal; años después, Berlín, Nüremberg, esos sitios. Viajaba solo, y cuando viajas solo y en plan mochilero te fijas en cosas diferentes. Y lo que más me llamó la atención y aún recuerdo es el enorme número de mujeres sesentonas y setentonas que viajaban solas. En aquel momento no sabía bien calcularles la edad, pero reflexionando se me ocurrió la explicación... y de rebote, la edad que tenían (por cierto que ví otra cosa que también me sorprendió, pero que por lo anterior me pareció lógico: salas de espera para mujeres. En todas las estaciones las había, ya digo que me fijaba en cosas raras).

Verán, hace treinta años no éramos como somos ahora. Usted quizá crea que sí, pero no. Hace treinta años, una persona de setenta se había tragado la guerra civil en primera línea de trinchera. Ahora uno de setenta tenía 10 años cuando acababa la autarquía. Hace treinta años, una persona de treinta tenía suficiente con dos canales de televisión. Ahora, uno de treinta no concibe un mundo sin 80 canales y un teléfono con conexión gratuita a internet. Hace treinta años, las cosas se decían por carta; ahora no. Hemos cambiado.

Pues bien, yo diría que hace treinta años era casi imposible encontrar en España a una mujer de entre sesenta y setenta que viajara sola en tren. Que las había, seguro que sí; pero pocas. Las mujeres, si estaban casadas, viajaban con el marido; si viudas, con los hijos; y si eran solteras, con más amigas solteras. No era normal que viajaran solas, no estaba en nuestra cultura social. No era habitual, y como prueba aporto que en aquel tiempo me asombrara tanto ver a mujeres mayores solas. Y, sobre todo, ver a tantas. Muchas, ya le digo. Y se movían con soltura, sabían en qué parada bajarse, gestionaban ellas su equipaje, esas cosas. Se las veía acostumbradas.

Se me olvidaba mencionar otro detalle que también me pareció curioso: no ví apenas (de hecho, quizá ninguno) hombres de sesentaytantos o setentaytantos viajando. ¿Entienden? En la muestra estadística de los trenes, la población alemana tenía un enorme agujero en esa franja de edad masculina. Por si los más jóvenes aún no lo han pillado: hace treinta años, la segunda guerra mundial había acabado hacía 40 años; los de la franja 60-75 años tenían en 1945 20-35 años. Normal que no hubiera hombres de esa edad en Alemania, y que hubiera tantas mujeres que se desenvolvieran bien solas: llevaban 40 años haciéndolo, llevaban 40 años sin sus hombres.




George Winston - Thanksgiving