lunes, 31 de marzo de 2014

La gestión de la derrota

Permítanme que vuelva a la NCAA, esta vez para hablar de la derrota.

Como saben, la competición de baloncesto de la NCAA es el no va más de la emoción, al jugarse por eliminatorias a partido único. No en vano, se denomina al torneo final (y los torneos regionales previos) "la locura de marzo". Como es lógico, es frecuente que haya partidos cuyos finales sean de infarto; por ejemplo, en este vídeo podrán ver algunos de estos finales:


Hay tiros que entran, tiros que no entran, robos de balón, rebotes... Y todos nos alegramos por el que gana. Pero en el deporte hay siempre uno que gana y uno que pierde. Bien, fíjense en el final de partido que se mostraba en el momento 1'45", el partido entre UCLA y la pequeña universidad de Gonzaga. El resumen no muestra cómo encajan la derrota los de Gonzaga, pero podemos ver este final ampliado en este otro vídeo:

Pongámonos en situación. Por un lado, tenemos a UCLA, la universidad de Los Ángeles, la más laureada de las universidades. En el quinteto en pista, Darren Collison, Jordar Farmar, Arron Affalo, Mbah a Moute y Ryan Hollins. 5 jugadores que ingresaron en la NBA, y no son de los malos. Por el otro lado, Gonzaga, una universidad de poco renombre - aunque en realidad sus últimos quince años han sido tremendos - y de la que aquí nadie sabría su existencia si no hubiera sido la de John Stockton. Los jugadores de Gonzaga no ingresan las filas de la NBA, y en este partido tampoco iba a ser así... salvo que contaban con un jugador que sí lo haría, Adam Morrison. Que, por cierto, ese año fue declarado mejor jugador universitario del país.

Morrison, en su época universitaria
Morrison era el alma del equipo, el jugador que les estaba llevando a las más altas cotas que ese equipo había pisado. Al descanso, ganaban de 17. Seguramente, el vértigo de estar entre los ocho mejores del país pudo con algunos jugadores, y los NBA de UCLA empezaron a remontar; en los últimos segundos, le dieron la vuelta a la tortilla y Morrison no pudo más. Llorando, juega los últimos segundos más con el corazón que con la cabeza, y se estrella. Tal es su lamento, que será un jugador rival, Affalo, quien le anime a levantarse del suelo.

Morrison no caía bien. Blanquito, alto para ser escolta, melenudo, con ese look... No tenía muchos fans. Y fue tremendamente criticado por, precisamente, su llanto con el partido todavía sin terminar. Aunque tuvo suerte relativa, porque en 2006 todavía no existía Twitter: hoy lo habrían despellejado, y, como les conté en otra entrada, quizá para siempre.

Este año ha ocurrido algo parecido a lo de Gonzaga. Creighton, la universidad de Doug McDermott. Carece del pedigrí de Gonzaga, pero tenían a un blanco que les convertía en mucho mejores que los demás equipos. En Omaha, todos soñaban con los triunfos que traería el chaval. Pero llega el torneo final, y el partido contra Baylor. Baylor, una universidad con pedigree baloncestístico, presenta un equipo cuajado de atletas negros grandes, altos, fuertes. El entrenador asume que McDermott meterá 30 puntos, y declara: "nuestro objetivo será que no meta 45". Y el día del partido... McDermott juega bien, tira y anota 7 de 14 (tirando siempre con tres tíos encima, no está mal); pero su equipo se hunde. No consiguen darle el balón, se las juegan ellos, y dos de ellos meten 1 de 6, otro 2 de 7... sólo un jugador acompaña, pero en vano. Creighton juega el peor partido del año, y resulta que es el peor momento. 85-55, y se acabó. Y se acabó realmente, porque es el último año de McDermott y todos saben que, sin él, volverán a ser la universidad del montón que siempre han sido.

Los jugadores se tapan las cabezas con toallas, pero en el vestuario... Difícil papeleta para el entrenador. ¿Qué se dice, en esas circunstancias?

Llegados a este punto, permítanme que les reproduzca (sin permiso previo) un artículo de la CBS (www.cbssports.com). La traducción, obvio, no es jurada; espero que baste.

Creighton fue expulsado del cuadro el domingo por la noche por Baylor. El ataque más eficiente en el baloncesto colegial eligió el peor momento posible para tener su posiblementemente peor partido de la temporada. Los Bears no mostraron piedad al ganar 85-55.
 
El equipo y Doug McDermott, el mejor jugador en el baloncesto universitario este año, parecían extraños frente a lo que hemos presenciado la mayor parte de la temporada.

Despues, las cámaras de Creighton registraron la escena completa en el vestuario. Es un vídeo largo, pero, como verán, es un registro verdadero e íntimo de una escena post-partido tras una derrota en el torneo. Es privada, pero Creighton ha tenido el detalle de compartir este emotivo momento en YouTube. Véalo, y tendrá algunos escalofríos. Un montón de llanto, pero el entrenador jefe, Greg McDermott (sí, el padre de Doug), intenta exponerles a los muchachos lo que ha sido la temporada y lo que han logrado. 

Ojos enrojecidos, cabezas gachas, un montón de sorbos. Las caras de estos jugadores: esto es el final de marzo cada año para tantísimos equipos.

En el minuto 7, el entrenador se dirige a su hijo delante del equipo.

"Doug... lo que todos nosotros hemos presenciado... ha sido increíble", dice su padre. Hay una pausa de unos 15 segundos. Continúa:

"No creo que ninguno de nosotros comprenda la magnitud de lo que has hecho. Y la razón por la que no la comprendemos es por cómo lo has llevado".

Otros 15 segundos de silencio.

 "Durante cuatro años hemos tenido un asiento de primera fila para una de las mejores actuaciones universitarias de la historia".

Otros 10 segundos.

"Pero todavía estoy más orgulloso de quién eres. ... Subamos al avión y celebremos un gran año".
 
Doug McDermott ha dado al baloncesto colegial una de sus mejores historias - y mejores jugadores-. Los Dulces 16 son un poco menos atractivos sin los Bluejays por aquí.
 
 
Supongo que, en realidad, se trata de eso. La derrota marca el momento del fin del baile, pero no hay que mirar lo que ha faltado por bailar, sino todo lo que se ha bailado hasta ese momento. No hay que quedarse hundido en un rincón, rumiando qué teníamos que haber hecho y no hicimos, lamentándonos de nuestra suerte (a alguien o algo hay que echarle las culpas), derrotados. Hay que decir "Bueno, ya está, hasta aquí hemos llegado, ha sido fabuloso". Hay que estar contento de lo logrado y ¿quién sabe?, puede que en una próxima ocasión lo hagamos mejor.

domingo, 30 de marzo de 2014

Cambio de hora



Cada último domingo de marzo, la misma historia: cambiamos la hora. Y también el último domingo de octubre, aunque hasta hace no tantos años lo hacíamos el último domingo de septiembre. A unos no nos molesta este cambio, a otros parece ser que sí; y, si me preguntaran a mí, yo les diría que me quedaría todo el año con el horario de verano.

Como siempre, cada cambio de hora viene acompañado en prensa de artículos que explican que esto es para ahorrar energía, etc. etc. etc. Esto, ustedes lo saben, se explica dos veces al año todos los años, por la sencilla razón de que nadie advierte este beneficio. La explicación nunca convence a nadie, y casi todo el mundo piensa que es una ridiculez o una engañifa.

En Estados Unidos se empezó a aplicar el cambio de hora en 1918, pero tenían sus motivos: estaban inmersos en la I Guerra Mundial  y querían ahorrar todo lo posible para dedicarlo al esfuerzo bélico... y al acabar la guerra, se revocó la orden del cambio horario. 

Pero luego llegó la II Guerra Mundial, y se volvió a aplicar la medida; se le llamó "horario de guerra", e iba de febrero a septiembre. Al acabar la guerra, se volvió al "horario de paz" y el gobierno de Washington dejó el tema... y se empezaron a ocupar los estados. ¿Imaginan ustedes cómo sería el horario en España, si cada autonomía pudiera establecer el suyo? Pues allí pasó algo parecido, por lo que en 1966 el gobierno federal decidió uniformizar los horarios... dejando, eso sí, libertad a cada estado a sumarse o no al cambio de hora.

¿Y qué paso? Pues que cambiaron casi todos los estados. No todos: Hawai no lo hizo, porque está al sur del Trópico de Cáncer, y no lo necesita, el sol sale y se pone prácticamente siempre a la misma hora. Lo mismo pasó en Puerto Rico y los territorios del Pacífico, como Guam. 

Y Arizona. Arizona tampoco cambia la hora, por la sencilla razón de que "ya tienen suficiente sol", y el calor durante el día es tal que no consideran un beneficio para la población estar al sol el máximo posible. Aunque (y esto no me pregunten porqué) sí se cambia la hora en una zona de Arizona que es autónoma: el territorio navajo. Se supone que la razón es porque parte de este territorio entra en Utah y parte en Nuevo Méjico, pero como la mayor parte está en Arizona, digo yo que bien podrían haberlo hecho al revés. En fin.

Luego está el caso de Alaska. Alaska hace el cambio de hora, pero una medida prevista para nuestras latitudes, la verdad es que allí tiene poco efecto y poco beneficio; de momento, están mirando lo de abolir el cambio.

Y argumentos parecidos se esgrimen en otros estados, como Florida. Y en algunos condados de algunos estados, y en algunos estados algunos años... Digamos, en general, que el cambio de hora es una medida cada vez más contestada. Incluso, he leído muchos artículos que lo que propugnan es... copiar el horario español. Lo ven como el más lógico del mundo, que me aspen.

Y ya ven. Aquí, nosotros, con nuestros cambios de hora, y allí, ellos, con los suyos... o no. Solo que allí se lo plantean el segundo domingo de marzo y el primer domingo de noviembre. Hay pocas cosas más arbitrarias, ¿verdad?



Dinamita pa los Pollos - Bourbon

jueves, 27 de marzo de 2014

El rastreador de recuerdos



No es lo mismo que una información sea pública y que el público esté informado.

En internet hay mucha información disposible, información que se ha dado a conocer; sin embargo, cada hijo de vecinos apenas sabe de una fracción infinitesimal de ésta. Y no sólo información intrascendente, como las estadísticas de Michael Jordan en su año de novato; también información que sí le interesa (o debería).

Por ejemplo: usted tiene entendido que lo que se publica en internet es permanente, pero esto lo cree así porque nopuede borrar lo publicado. Infiere, en consecuencia, que no se puede borrar y que lo escrito, escrito queda.

No obstante, es posible que usted crea que no es así, que algunas cosas se pueden borrar. Artículos de blogs, los blogs mismos, los pueden borrar sus titulares. Lo mismo piensa que ocurre con las páginas web.

¿En qué quedamos: ¿se pueden borrar, o no se pueden borrar?

La pregunta, claro, oculta la pregunta trascendente: ¿lo que se escribe en internet es para siempre?

Rememore usted (si es pre-LOGSE) sus tiempos de escolar. Sin duda elaboró redacciones y trabajos; en aquellos años los profesores eran muy dados a que los alumnos se esforzaran en sus casas, investigaran, ampliaran sus conocimientos por sí mismos: una redacción sobre la vaca, sobre Lope de Vega o sobre la ruta de la seda, da igual. Seguro que escribió montones de trabajos.

¿Qué pasaba con esos trabajos? A menudo, los profesores los devolvían a los alumnos, y unos meses después iban a la papelera o a la caldera, lo que tocara. Y si el profesor se los quedaba, seguro que a final de curso alimentaban una hoguera. Claro que sí. Estos documentos habían sido públicos (a su manera), pero con una vida muy breve.

En cambio, ahora (y dentro de unos años, mucho más), a los alumnos se les piden trabajos informáticos. Que escriban en blogs, powerpoints, todo eso. Ya hay libros de texto a los que el alumno accede por la red, y "libros" de ejercicio que el chico rellena on-line. Y constantemente se alzan voces contra los libros y los cuadernos+ sobre papel, pidiendo que todo sea informático, telemático. Todo por internet.

El otro día, por ejemplo, accedí al proyecto final de carrera de un panoli (otro día hablaré de éste). Dudo que lo publicara él, seguramente su Universidad cuelga todos los PFC que se hacen, que ya saben cómo piensan en las Universidades, más páginas publicas, más listo eres.

Estoy convencido que, dentro de unos años, el panoli querrá que su lamentable proyecto desaparezca de la exposición pública. ¿Creen que podrá? Quizá consiga pedir a la universidad de turno que lo elimine de sus servidores, y quizá alguien de esa universidad acepte que publicar una birria no les hace más inteligentes, y lo borre. ¿Misión cumplida?

Así describe la wikipedia (en español) el proyecto Wayback Machine:

Wayback Machine es una base de datos que contiene réplicas de una gran cantidad de páginas de Internet, es decir que si por alguna razón algún sitio no está disponible momentáneamente se lo puede consultar vía "Wayback machine". Lo "curioso" de este proyecto es que también se puede consultar dicha página a través de la historia.
Wayback Machine funciona de una manera simple: basta teclear la dirección (URL) de una página web para ver cuál es la última copia que hay guardada en el archivo. Si queremos ver como era hace un tiempo una página en cuestión, entonces Wayback Machine nos pedirá en que fecha y en año queremos visitar la página. Ahora existe una nueva barra en la parte superior de la pantalla, que permite ver gráficamente esos momentos a lo largo del tiempo. La longitud de las barras del gráfico indica en qué meses se hicieron más copias.
Lo que hace este sitio para almacenar todo el contenido de la página web, es muy simple pero ingenioso: almacena todo el contenido html del código fuente y guarda así no las imágenes sino solo los códigos, por eso, cuando un servidor de imágenes elimina alguna imagen del sitio web que visitamos, esta no es reproducida, sino que se marca como un error 404]. En 2006 contenía hasta 2 petabytes de información y crecía en torno a 20 terabytes por mes.
Y, sí, se hacen copias de seguridad especiales.

Y, sí, existen otros sitios similares.

Si usted tiene un blog y no quiere que terceros se hagan copia sin su conocimiento, puede hacer que estos programas no archiven su blog. Consulte el manual de su editor, que le indicará cómo hacerlo. O mire en los foros, si no es usted tan viejo.

Creo que todos estamos de acuerdo en que una de las cosas que más valoramos es la intimidad. Hasta el punto de que tomamos una violación de nuestra intimidad como un menoscabo de nuestra dignidad como personas. Hasta la popularización de Internet, las comunicaciones que hacíamos eran, bien orales - y por lo tanto efímeras, y por lo tanto íntimas-, bien por carta. Y las cartas se consideraban parte de la intimidad, nadie leía una carta que fuera para otra persona. Aparte quedaba lo que se publicaba, que como su nombre indica, se quería manifestar públicamente: un libro, un artículo en un periódico, incluso una carta al director del mismo. Además, contábamos con que no era fácil acceder a la mayoría de lo que se hubiera publicado, con lo que la pérdida de nuestra intimidad sería, en general, limitada.

Con Internet todo esto cambia. Y con los buscadores, más aún. La información es fácil de buscar, tan fácil que incluso se busca por buscar. Todo esto, la verdad, no sería ningún problema si la persona que ha introducido la información realmente quería hacerla pública. Pero la mayoría de las veces no es así. Sin ir más lejos, a menudo un correo electrónico enviado a X ha sido reenviado a Y y Z porque X ha considerado que también debían saberlo. Y a menudo se ha transmitido información que no debía haberse transmitido; esto nos ha pasado a todos, y hemos estado en los tres lados del triángulo.

Pues con lo que se escribe en la red ocurre otro tanto, y más. En fin, piense usted si le gusta que así sean las cosas.

Hace algún tiempo, vaticiné que una profesión requerida en el futuro sería la de eliminador de rastros en Internet. Pensaba que habría gente que pagaría para que se borraran determinados datos de su pasado, y que habría personas que sabrían cómo hacerlo realmente. Pues ahora creo que, aunque no conozco todavía a ninguno, estoy seguro de que, haberlos, ya haylos.



Rolling In The Deep - A Capella Cover - Adele - Mike Tompkins - Beatbox

miércoles, 19 de marzo de 2014

Dos curas



19 de marzo, san José, día del seminario.

En 2013, en la diócesis de Barcelona se ordenaron 2 sacerdotes.

Dos sacerdotes al año. Normal que el clero barcelonés sea cada vez menor en número y mayor en edad.

Sin embargo, los sacerdotes católicos, como los tanatoesteticistas y los físicos experimentales, son socialmente necesarios. Aunque no liguen mucho en las discotecas revelando su oficio. Son necesarios, así que corresponde preguntarse si es correcto que sólo se ordenen dos sacerdotes al año, y, si no lo es, si al menos es lo normal en estos tiempos.

Creo que todos, católicos y no católicos, estamos de acuerdo en que sólo dos es preocupante. En cuanto a la segunda pregunta, cabe responder cosas como que no es más que un reflejo de la secularización de la sociedad, del laicismo imperante, de lo que ustedes digan.

Pero sigamos con más datos: en Barcelona hay 25 seminaristas, algunos, tengo entendido, trasladados desde la diócesis de la Seu de Urgell, que parece ser que el obispo de allí está intrigando para ser el nuevo arzobispo de Barcelona. ¿Son muchos? Madrid, semejante en tamaño y nivel social a Barcelona, tiene 139 seminaristas. Más otros 79 que estudian en el seminario que los neocatecumenales tienen también en Madrid. Vaya. Curioso, ¿no?

Y si ustedes alegan que, bueno, es que la sociedad catalana es menos religiosa... en el seminario de Tarrasa hay 26 seminaristas. Más que en el de Barcelona. Y parece ser que en Castellón hay más curas y seminaristas de Barcelona que de Castellón. 

Por lo tanto, está claro que algo pasa en el seminario o en la archidiócesis, algo particular que hace que no se les apunten los candidatos y que éstos prefieran estudiar y ordenarse en otras diócesis.

Pues bien, tengo entendido que la culpa es de que en el claustro del seminario hay un nacionalismo rampante y que el rector es uno de los curas mimados de nuestros partidos más beligerantes. No sé, yo entiendo poco de esto, pero sí creo que algo debe de haber. El nombramiento del nuevo arzobispo de Barcelona corresponde al Papa, pero los políticos de aquí presionan lo que pueden para que sea uno de su cuerda (muy de su cuerda, en realidad), y los políticos de Madrid creo que presionan para que no lo sea, y... Es una diócesis compleja por estar siempre en el punto de mira, emblemática. Es una diócesis en cuyo gobierno los nacionalistas quieren tener mucha mano, y en parte la tienen aunque el arzobispo de ahora no es de ellos. Y ya veremos como nombren al independentista Vives, el obispo de la Seu que les mencioné más arriba.

¿Creen que la ausencia de alumnos en el seminario es una consecuencia de la politización de los puestos clave en el mismo? Yo creo que sí, porque es innegable que algo especial pasa, y no se me ocurre qué más tiene esta diócesis que no tienen las demás.

Y lo que me duele es que no creo que el efecto malsano de los nacionalistas termine aquí. Aunque nadie lo ve, nadie lo piensa.


The Moody Blues - Nights In White Satin


domingo, 9 de marzo de 2014

NCAA: Medir lo inmensurable



Marzo, en los USA, es el mes de la locura de Marzo. Perogrullada, salvo por el hecho de que, realmente, hay algo que se denomina "la locura de marzo". Sí, es la fase final del campeonato de baloncesto universitario de la NCAA. Sé que otros años, para estas fechas, escribía algún artículo sobre cómo funciona el campeonato; hoy voy a contar cómo se eligen a los equipos que juegan esta fase final.

Conté en alguna ocasión que la NCAA se divide en tres divisiones; la buena es la I, y está integrada por unas 340 universidades. Las divisiones, a su vez se dividen en "conferencias", más o menos con criterios regionales, pero no sólo, de hecho no es infrecuente que las universidades se den de baja en una conferencia y se inscriban en otra. El caso es que hay 32 conferencias, y fuera de éstas aún queda un puñado de universidades "independientes", que no están en ninguna conferencia.

Hasta aquí. Las universidades compiten dentro de su conferencia en un formato de liga, y una serie de partidos complementarios los juegan contra equipos de otras conferencias; normalmente, por razones de rivalidades asentadas, pero no necetsariamente. Hay muchos intereses, en el baloncesto universitario. Y un dato curioso, unos equipos juegan más partidos que otros.

La fase final la juegan 68 equipos, que disputarán eliminatorias a partido único. De las 32 conferencias, sólo una de ella, la "Liga de la Hiedra" (Harvard, Yale, Princeton,...) manda directamente a su campeón, este año Harvard; las otras 31, una vez terminadas sus ligas, juegan (de hecho, es lo que están jugando esta primera quincena de marzo) el torneo de la conferencia. A partido único, por supuesto, y con sistema de cabezas de serie según las clasificaciones de la temporada de liga. Y el campeón de ese torneo es el que pasa al torneo final de la NCAA.

Vale, ya hay 32 equipos. Quedan 36 por elegir. Y esto es lo que quería contarles hoy, cómo se eligen a esos 36 equipos.

Primero: a esos 36 equipos los elige la NCAA. Imaginen que en España la liga de fútbol se disputara por autonomías. Como es de imaginar, el Barcelona arrasaría en la catalana. Pero cuando se juegue la eliminatoria de Cataluña, quizá el Barça tiene una mala noche y el Figueras le elimina. ¿Va a privarse el campeonato final de España del Barcelona? No, se le incluye en los que que van por invitación. Por cierto que recuerdo que, hace años, el Barcelona estaba jugando una mala liga y cerca ya del final estaba fuera de los puestos de la UEFA; pues bien, el presidente de entonces, Nuñez, hizo unas declaraciones en las que abogaba porque la UEFA hiciera una excepción con ellos y les permitiera jugar en Europa por invitación especial. Al final no fue necesario porque el Barça ganó el último pàrtido y se clasificó in extremis, pero para mí el ridículo ya estaba hecho.

Y si hubiera ganado el Barça, como era de esperar, ¿qué habría sido del Figueras? Pues me temo que no lo habrían invitado. Y la NCAA funciona de una manera similar. Los equipos con mucho pedigree, salvo que hagan una temporada nefasta, irán al torneo, bien porque ganan su conferencia, bien porque se les invita. Y los equipos sin historial, sólo si ganan su campeonato o juegan una temporada asombrosa.

Por ejemplo, Wichita State. Juega en una conferencia de potencia media, la del valle del Misuri. Pero este año ha sido increíble y ha acabado con 33-0. Ha ganado todos sus partidos. WSU va al torneo seguro, porque irá si gana el torneo de su conferencia (MVC), y si lo pierde recibirá una invitación, descarado. Pero si gana el torneo, ninguna otra uniersidad de la conferencia será invitada y MVC sólo tendrá un representante. En cambio, las conferencias más fuertes (las denominadas "6 principales") reciben casi todas las invitaciones. Normal. Lo curioso es cómo se decide a quién invitar. Se invita a los 36 mejores, sí, pero teniendo en cuenta que los equipos apenas juegan entre sí, ¿cómo se sabe quienes son los mejores?

Pues para determinarlo, han creado lo que denominan el índice RPI. Este índice computa el porcentaje de victorias de un equipo, más el porcentaje de victorias de los rivales de ese equipo, de manera que pesa más ganar a un Barcelona que a un Español. Pero también incluye el porcentaje de victorias ¡de los rivales de los rivales! Porque, claro, hay que medir también a los rivales para medir el esfuerzo hecho con los rivales.

Estos dos porcentajes, de los rivales y de los rivales de los rivales, conforman lo que llaman "la dureza del calendario". Y con esto en la mano, se puede criticar a Wichita State porque no ha tenido un calendario tan duro como Florida, por ejemplo, y eso explica que WSU, con un 33-0, figure por debajo de Florida con un 29-2.

Hay otros índices, que algunos analistas usan, y que nos parecen lógicos: cuentan también el margen de puntos en las victorias. Pero esto tiene un problema: las apuestas. Es inconfesable pero innegable que los márgenes de puntos, a veces, están manipulados por las apuestas, por lo que el RPI olvida este aspecto y así evita tentaciones.

El sistema es discutible, porque a las conferencias pequeñas, con poca dureza del calendario, les va a costar salir; no enfrentándose a equipos grandes, sumarán pocos puntos. Pero es el que es.

En fin, yo sólo quería hablar sobre este detalle tan poco comentado de la NCAA; lo verdaderamente importante, es que estamos en marzo y los equipos se están enfrentado en eliminatorias a partido único hasta la victoria final. 

Espectáculo y pasión, no hay torneo como éste. Lástima de cobertura televisiva.


Randy Newman- I Iove L.A.

jueves, 6 de marzo de 2014

Un judío en el ascensor



Ayer coincidí en el ascensor con un judío. Se le reconocía fácil, porque el hombre lucía una muy orlada kipá cubriéndole la coronilla.

El caso es que él iba al 5º y yo al 4º, con lo que no tenía tiempo que perder. Le pregunté "disculpe, ¿es usted judío". Y sí que lo era. Entonces le dije que no se veían muchas personas con kipá, por la calle.

Me contestó: "Por eso la llevo. Para que vean que existimos. Que no sólo hay árabes, musulmanes...". Claro que sí, le respondí yo, que bien fácil es ver a personas con turbantes o con vestidos "de los suyos"... pero habíamos llegado al 4º, por lo que le deseé un buen día y me apeé.

Al salir del ascensor, pensé que me habría gustado tener más tiempo para hablar con el judío. Quería decirle que, en mi opinión, la gente habla mal de Israel y les tienen como los malos, pero simplemente porque la gente es idiota. La gente no piensa. Y me habría gustado decirle que, cuando alguien le criticara, le preguntara a su vez: "si tú tuvieras que vivir en un país de Oriente Próximo, ¿en cuál querrías vivir? Pues ahí lo tienes".

Y es que, en realidad, ése es el punto. Criticar es fácil, decir quiénes son los buenos y quienes los malos. ¡Es tan "fashion"! Pero si uno tuviera que elegir, lo tenemos claro. Así que algo no encaja.

Si quien critica es una mujer, eso ya es de juzgado de guardia. ¿Qué mujer preferiría ser palestina a judía? Y si usted es un hombre, ¿de verdad preferiría que su hija fuera palestina en vez de judía?

Si alguna vez me lo vuelvo a encontrar, se lo pienso decir.


Jimmy Cliff - Many Rivers To Cross

miércoles, 5 de marzo de 2014

Respeto a las normas




En más de una ocasión les he explicado mi resistencia a cumplir algunas normas, resistencia generada por mi opinión de que la norma en cuestión está mal.

Como calculista de estructuras, la Legislación española me impone que he de cumplir una serie de normas sobre cómo hacer el cálculo, independiente de lo que yo opine. Esto no me supone un problema serio, cuando la norma en cuestión cumple simultáneamente dos condiciones:
  1. Lo que dice tiene sentido y lo encuentro lógico, sabio, adecuado o prudente, es decir, entiendo la razón de esa prescripción, y
  2. Lo que dice no contradice lo que se había hecho hasta entonces y que había demostrado, por la fuerza de muchos años y muchas aplicaciones, ser una medida acertada.

En ocasiones, la norma cambia algo que se había hecho antes de otra forma; por ejemplo, antes se minoraba un 10% la calidad del hormigón cuando se vertía en un elemento claramente vertical (un muro, un pilar,…). Llegó un día una norma que dijo que esa minoración ya no era necesaria: bien, no hay problema.

Otras veces, en cambio, la norma venía a decir que lo anterior estaba más que mal, muy mal. El Código Técnico de la Edificación, como botón de muestra, decía que sólo se podía contar un elemento como arriostrante si resistía el 1,5% de la compresión del elemento arriostrado. Antes era el 1% y jamás había pasado nada, así que a mí esto me chirrió bastante. Años después, la norma de estructuras de acero corrigió al CTE y restableció el 1%, y yo me quedé mucho más contento.

También les expliqué, no recuerdo cuándo, que las dos normas básicas en nuestro gremio son la EAE, para las estructuras de acero, y la EHE-08 para las estructuras de hormigón. Antes que la EHE-08 regía la EHE, de diciembre de 1998, y antes que ésta la EH-91, EH-88, EH-82, EH-73, etc. Las EH se llamaban EH-año, hasta la EHE, que fundió la serie EH con la serie EP, y se llamó EHE a secas, sin año; supongo que con intención de ser definitiva, lo que fue durante 10 años.

Bien. Antes, los calculistas armábamos nosotros las secciones de hormigón (digo esto, porque desde hace años ya no las armamos nosotros, las arman los ordenadores), y para ello aplicábamos el anejo de la EH vigente que explicaba cómo hacerlo. Este anejo, de importancia máxima, era siempre el mismo: cómo se calcula el acero en el hormigón no cambiaba nunca.

La EHE cambió un poco cómo hacer este cálculo, pero también cambió algo más, una salvaguarda que tenían las EH. Ésta consistía originalmente en que, si uno quería hacer servir el acero en compresión, el centro de gravedad de estas armaduras tenían que estar del borde de la sección a menos de un quinto de su canto. Es decir, si la pieza tenía un canto de 35 cm, la armadura tenía que estar a menos de 7 cm del borde. No es una limitación muy fuerte, pues en realidad previene de la armadura en compresión en piezas muy delgadas, de 15 cm de espesor o menos. Sabia medida, si me preguntan a mí.

Les decía que la EHE cambió esto. El cambio fue decir que esta distancia tenía que ser menor que un séptimo, no un quinto. Vaya, la cosa cambia. En una pieza de 35 cm son 5 cm, pero en una pieza de 20 cm son menos de 3 cm, y eso sí es un problema. Y, sin embargo, el cambio tenía una segunda parte: esta limitación no es sólo para la armadura en compresión, sino también para la armadura en tracción. ¡Toma ya! Ahora sí es una limitación muy, muy fuerte.

¿Qué hice yo? Lo confieso: la limitación, en las EH, aparecía con razones y me parecía razonable; en la EHE, en cambio, se enunciaba sin más, y estaba en contradicción con la experiencia de millones de elementos de estructuras. Y por ello, me entró por una oreja y me salió por la otra: ni caso, oigan. Y estoy muy tranquilo, porque sé que ningún calculista me acusará porque ninguno estaría libre de este mismo pecado.

Por suerte para mí, esta disposición de la EHE ha quedado derogada por la EHE-08. Y, sin embargo, no estoy contento. Porque la disposición de la EHE era dura, pero se podía cumplir. En cambio, lo de la EHE-08 es matemáticamente imposible. El cambio de la EHE-08 es decir que d' ha de ser no mayor que d/5, y que d ha de ser no mayor que 4h/5 (perdónenme la notación, h, d y d' se refieren a estas distancias, y para lo que quiero decir da igual). Como d'+d=h, resulta que d', la distancia que regulaban las EH y la EHE, tiene que ser mayor o igual que un quinto del canto y menor o igual que un sexto del canto. Imposible.

¿Es una errata? No, no es una errata, porque el 24 de diciembre de 2008 se publicó en el BOE la corrección de erratas cometidas en el redactado de la EHE-08 de julio de ese año, y no se dijo nada al respecto. La EHE-08 tiene rango de ley, y la redacta una comisión formada por los supuestamente mejores técnicos del país para su redacción. Seguramente, esta gente suele cometer muy pocos errores en su trabajo, suele repasar su propio trabajo, suele encontrar los errores y suele corregirlos. Si además se le pide el redactado de una ley que van a seguir a rajatabla miles de técnicos y que afecta a la seguridad de millones de personas, digo yo que serán especialmente cuidadosos en su trabajo y no emitirán los textos sin haberlos repasado mil veces. Aun así, unos meses después de la publicación sacaron varias páginas de erratas. Bueno, vale. Pero, digo yo, esto ya ha de ser definitivo. Ya está todo más que repasado, más que confirmado. No hay errores.

Y, a pesar de todo, ahí está. En el capítulo más importante de toda la norma, en su primera página, sin texto que confunda.

Pues, si en lo más importante, he de hacer caso a mi sentido común y no a lo que dice la norma… ¿qué criterio tendré que tener en todo lo demás?

Aparte de todo esto sobre mi comportamiento, la pregunta que cabe hacerse es: ¿cómo es que esto no se dice hasta 2014? ¿Nadie lo había visto antes? Pues... seguramente poca gente lo habrá visto antes, y hay una razón para ello. ¿Recuerdan? Ahora arman los ordenadores. Ya no armamos las personas. Las personas ya no tenemos ninguna razón para leer estos artículos, lo único que nos importa es que los programas que utilizamos digan que cumplen la norma. La norma, en sí, nos importa un pito, la verdadera norma es lo que escupa el ordenador.

Así son las cosas, cada vez hay menos técnicos que sepan y más operadores de programas de ordenador. Y ahí se lo dejo. Si usted cree que esto no tendrá consecuencias… tiene usted madera de operador de ordenadores.
 
 
 

Jonas Brothers - Paranoid

 

martes, 4 de marzo de 2014

Miércoles de Ceniza, ayuno y abstinencia


Mañana es Miércoles de Ceniza; uno de esos días litúrgicos que uno recuerda de su infancia (si ha sido educado en el catolicismo, claro). Y es que el rito de la imposición de ceniza impone. Ahora quizá menos, porque creo que de niño se decía la frase "Acuérdate que epolvo eres y en polvo te convertirás", no sé decirles si en latín o no, y ahora se dice "Conviértete, y cree en el Evangelio". Y como que no es lo mismo. Pero sigue imponiendo un poco, sí.

Por cierto, ¿sabe usted de donde proviene la ceniza? Del Domingo de Ramos del año anterior, de los ramos que se utilizaron ese día.

La verdad es que, aunque no sea usted practicante, le aconsejo que se acerque a una de las misas de ese día. Siéntese al fondo, escuche en silencio, reflexione. Luego, si quiere, siga con sus quehaceres diarios. Cien a uno a que descubrirá que el rato que ha parado para reflexionar le ha sido muy beneficioso. Probablemente, incluso se esté preguntando porqué el hombre actual, con sus prisas y su necesidad de que todo tenga un objetivo, deja de lado la tremenda oportunidad que es la llamada a la pausa y la reflexión de las celebraciones católicas.

Seguimos. El Miércoles de Ceniza es, además, día de ayuno y abstinencia. La abstinencia rige entre los 14 y los 59 años, y el ayuno entre los 18 y los 59. La abstinencia consiste en no comer carne, y el ayuno es el compromiso de hacer una única comida. Siempre, además, referido a personas sanas y sin requerimientos especiales: si está usted siguiendo un régimen, por ejemplo, queda eximido.

Hasta aquí, el conocimiento habitual. Y, claro, la crítica es facilísima: puede que antes fuera un scrificio no comer carne, pero hoy en día... ¿es un sacrificio, una parrillada de marisco? O un desayuno de los del Gran Hotel, seguido de una comida pantagruélica, por ejemplo.  ¿Dónde está el sacrificio, si en vez de un bocadillo de chorizo lo tomamos de queso?

Ahí entra algo que no suele abundar, el sentido común. Lo importante es la idea. Y la idea base es que la abstinencia es un sacrificio. Pues, punto primero, aunque comer pescado no sea un sacrificio, sí lo es el cumplir la norma.

Por otro lado,hay situaciones en las que seguir el precepto sería embarazoso y por lo tanto el sacrificio, excesivo: por ejemplo, si participa usted en una comida de negocios. Las reglas del decoro le exigen un comportamiento de comer de todo, con lo que si se sirven platos con carne usted queda dispensado de la abstinencia. Lo mismo si está en un viaje organizado, con menú fijo: coma de lo que le den, y no se preocupe.

Por cierto, para definir lo que es carne y lo que no, permítanme usar la expresión que cita a menudo Julio Verne: carne es lo de "pluma o pelo".

Y lo del ayuno, también ha de entenderse correctamente. Es una llamada a evitar los excesos, no una petición de pasar hambre. Un desayuno sobrio, una comida habitual, una cena ligera, más o menos normal.

Más aún: ambas prácticas pueden sustituirse por un sacrificio que en conciencia uno considere equivalente o superior: así, es habitual que los nazarenos que hacen Estación de Penitencia el Viernes Santo no hagan también ese día ayuno.

En fin, ayuno y abstinencia, como la misa de Miércoles de Ceniza, son prácticas que están cayendo en desuso, hasta el punto de que son ya totalmente minoritarias. Sin ir más lejos, un reflejo lo verán en la mayoría de los restaurantes, que no ofrecen un menú sin carne.

La pregunta, entonces, es si hemos llegado al punto en el que la misma religión católica es minoritaria. Yo, les confieso, no lo sé. Pero sí me he dado cuenta de que, en mi barrio, todas las iglesias han suprimido misas dominicales. Si por la tarde daban tres, ahora una. Si daban una, ahora ninguna. Me he ido fijando, los horarios se exponen en las puertas, y en mi barrio hay muchas iglesias. Pienso, entonces, que no es algo puntual de una iglesia, sino una tendencia general. ¿Y cuál es la tendencia? ¿Menos fieles, y por ello menos misas necesarias? No, yo creo que es lo contrario: menos sacerdotes. Cada vez más viejos, cada vez menos, esto tenía que pasar. Y probablemente irá a más. Aunque, claro, no es algo que podamos arreglar nosotros: lo que tenga que ser, será, y tarde o temprano se sabrá. 

Pero es un poco triste comprobar cómo, poco a poco, las tradiciones que uno aprendió de niño se van perdiendo, y a las pocas que aún siguen se las va despojando de significado, desvirtuándolas cada vez más.

En fin. Con el Miércoles de Ceniza empiezan 40 días en los que quizá debiéramos reflexionar sobre hacia dónde estamos evolucionando, como personas y como sociedad. Intentemos aprovechar la oportunidad.



Peter, Paul & Mary - Light One Candle