lunes, 28 de febrero de 2022

El piropo público

https://www.youtube.com/watch?v=YPIPRbWuKg4 

 

 

La sempiterna guerra de sexos. He escrito sobre el tema muchas veces, y siempre sostengo que parte del problema es que las mujeres quieren que los hombres se comporten como mujeres, no admiten que hombres y mujeres sean diferentes y no aceptan que los hombres se comporten... como hombres.

He leído, en un periódico digital, un artículo escrito por una periodista en el que nos contaba que un reconocido psiquiatra de Nueva York escribió un mensaje en una red social más que conocida por nutrirse de mensajes no reflexionados; por cierto que ahora recuerdo que, al principio de la andadura de la famosa red, cuando los políticos metían la pata y decían alguna burrada (juzgada como tal por los usuarios de ese ejemplo de tolerancia que es esa red) el político solía justificante diciendo que había sido un calentón, que él no pensaba así y todo eso. Hoy ya no se justifican. 

A lo que iba. El mensaje en cuestión alababa la belleza de una modelo (negra ella, un matiz muy importante) que había publicado una foto de sí misma con un vestido negro muy escotado sobre una cama. La loa fue, para ser precisos (traducción), “ya sea una obra de arte o una rareza de la naturaleza, es un hermoso espectáculo para la vista”.

Twitter, por descontado, se abalanzó sobre el médico. ¡Cómo se atrevía! Cosificaba a la mujer, y como era negra, cosificaba a las mujeres negras.

Y la periodista se ponía de parte de... los críticos. En su opinión, el médico trataba a la mujer como si fuera un objeto, un algo que contemplar, y eso, se quejaba, los hombres no se daban cuenta de que resultaba ofensivo.

Pero yo me pregunto... ¿por qué publicó aquella fotografía aquella mujer? Vale que porque quería, porque podía y porque estaba en su derecho, pero mi pregunta es por qué quería. Qué pretendía. Y sólo se me ocurre una respuesta: quería que los demás vieran cuán hermosa era, y por lo tanto que la admiraran. Si alguna mujer cree que hay alguna razón más probable, le agradecería que me lo dijera. No, yo creo que ella quería que todos supiéramos que era hermosa. Y por hermosa hemos de entender que era capaz de atraer a los hombres, no nos engañemos. ¿Y cuál fue la consecuencia? Que un hombre vio la foto, la encontró ciertamente muy hermosa y alabó su hermosura. Ya que el hombre era un hombre, y se comportó como tal. Si nos atenemos a los hechos, estos son. ¿Debió haberse callado? ¿Deben los hombres callar los piropos y las galanterías, dejar de decir a las señoras o a las muchachas lo hermosas que están, alabar lo bien que les sienta un peinado, un vestido o un bronceado, so pena de ser insultados y acusados de cosificar a las mujeres?

¿Eso es, de verdad, lo que quieren las mujeres?

La periodista nunca lo reconocerá, pero por mucho que ella se ponga vestidos negros muy escotados y se fotografíe con ellos en una cama no conseguirá que reconocidos psiquiatras de Nueva York proclamen públicamente que ella es una obra de arte o un fenómeno de la naturaleza y eso es lo que en verdad le molesta. Así que, como ella no puede, que nadie pueda: que se prohíba decirlo.

Son las mujeres que no consiguen esos piropos, dirigidos a otras, las que los encuentran ofensivos. Las que los consiguen pero no son en ese momento las destinatarias, lo más que llegan a hacer es molestarse por no ser ellas. Esto jamás lo reconocerán, ni entre ellas, pero es.

El hombre sólo tuvo una galantería pública hacia la mujer que exhibió en público su belleza. Sólo eso. No la cosificó. No sólo las cosas son bellas, también las personas pueden ser bellas.

El hombre se comportó como un hombre bien educado. Y se le ataca por eso. No sé si es la sociedad que queremos.



Outkast - Hey ya!

 

sábado, 26 de febrero de 2022

El fraude de Ucrania

https://www.youtube.com/watch?v=Ye7FKc1JQe4 

 

 

Seré sincero: me siento defraudado con lo de Ucrania. No me ha dado tiempo ni a escribir sobre la guerra: he hecho, en mis años mozos, paseos por la montaña que han durado más que lo que ha necesitado Rusia para conquistar Ucrania. Pero la brevedad de la campaña sólo ha sido la consecuencia lógica de que en el baluarte de jóvenes pechos, prietas las filas, de defensa que formaba Ucrania, Estados Unidos, el Reino Unido, los países de la Unión Europea y otros, en el momento de la verdad, cuando Rusia dio el paso hacia delante, el ucraniano miró a derecha e izquierda y se dio cuenta de que estaba solo. Los demás, cuando llegó el primer sopapo estaban ya en Kentucky. Los que decían que iban a estar, han resultado ser guerreros de salón. Sí, ésa es la definición exacta: guerreros de salón. Muy valientes, bravucones incluso, cuando pasan la bandeja de pastas de café a la dama de al lado u olisquean el habano con el que compartirán su coñac Napoleón en copa de balón. Pero cuando de verdad Rusia soltó el mamporro y todo el mundo miró a tan bravos paladines, estos se limitaron a exclamar "¡Jo, tío, te la vas a cargar!". Y el tío, lógicamente, se ríe al ver qué es lo mejor que esos defensores pueden hacer y sigue a lo suyo.

Y, claro, ahora todos miramos a nuestros bravos paladines, les oímos decir ese "jo tío, te la vas a cargar", y no podemos menos que preguntarles:

—¿Ya está? ¿Esto va a ser todo?

—Sí, porque mira, vas a ver, les vamos a poner unas sanciones que se van a cagar en los pantalones.

— Pues no sé, jefe, porque usted ha puesto sanciones a Cuba, a Corea del Norte y a otros durante décadas, y ahí siguen. Que vale que los cubanos sean más pobres con esas sanciones, pero es que a Putin le importan un bledo la pobreza de sus ciudadanos: ¡si ya son pobres! La verdad, no me lo imagino temblando de miedo y lamentando el día en que se metió en este asunto.

Y que además esto es un poco como si fuera Andorra quien pusiera sanciones a España. Se puede sancionar a un país pequeño, que dependa absolutamente del país sancionador, pero ¿creen que podríamos sancionar a Estados Unidos? ¿Prohibiendo, por ejemplo, sus exportaciones de Coca-Cola y quedándonos todos sin ella? ¿O prohibiéndoles que importen automóviles Reanult o Kia? ¡Pobrecitos, la que les caería...!

Pues en este caso es lo mismo. Rusia, que además tendrá el apoyo de China. Dado que en caso de guerra de verdad las sanciones serían aún mayores de por sí, está claro que Putin ya había descontado cualquier sanción que le pusieran ahora.

Y Ucrania, como se ha visto, no ha podido esperar los diez años que necesitarían las sanciones para hacer daño suficiente. Si ni siquiera ha resistido tres días, en dos se ha acabado la historia.

Pero lo del fraude del título no venía solo por la puesta en evidencia de la pasta de la que están hechos nuestros líderes. ¡Si los hemos elegido nosotros! No, viene porque lo que revela es que no hay una respuesta satisfactoria a cualquier frase que les formuláramos que empezara:

—Pero, entonces...

Pero, entonces... ¿para qué tanto gasto en armamento? Para defenderte de Nicaragua o de los piratas somalíes no lo necesitas, y para defenderte de quien sí te puede poner en aprietos, como no tienes los arrestos suficientes para empuñar las armas, ¿para qué los quieres?

¿Para qué necesitas la ONU? ¿Te importa darnos la lista de los países que, por lo que a ti respecta, pueden hacer lo que quieran?

Pero, entonces... ¿los europeos necesitamos que nos defienda Estados Unidos? ¿Sólo los países que tengan bases estadounidenses están a salvo? ¿Y si Estados Unidos, a la hora de la verdad en el momento en que Rusia ataque a un país en el que tenga bases, saca a sus soldados de ahí "para evitar problemas"?

¿Qué valor tiene la palabra de Estados Unidos a Taiwán y a Corea del Sur de que los defenderá si los atacan?

Volviendo al suelo español, yo me troncho con los analistas que afirman que Putin no sabe dónde se mete, que va a ser un avispero, un nuevo Afganistán... Como si en Ucrania hubiera una montaña, no digo ya una cordillera inaccesible, donde esconderse y montar una guerrilla. Porque Vietnam era una selva, Irak un desierto de verdad, Afganistan unas montañas de aúpa, pero para todos los rusos Ucrania es un paraíso, el lugar al que ir de veraneo, el sitio en el que querrían vivir.

Bien, olvidémonos de los ucranianos. Ya son agua pasada, han tenido mala suerte, qué le vamos a hacer. Eso les pasa por haber confiado en nosotros. Miremos al futuro. Georgia, Armenia y Azerbaiyán no nos interesan, por nosotros como si se las queda que no nos molestaremos ni en afearle su actitud. Cuando se quede las repúblicas bálticas, pues era de esperar, no es algo que nos guste pero qué quiere usted que hagamos si no nos hacen caso. ¿Y en qué parará la cosa? No lo sé.

Lo que sí sé es que hemos retratado a los que nos han de defender. Y en esta frase hay una ambigüedad buscada que quiero deshacer: ¿a quiénes nos han de defender?

Se nos ha de defender a los ciudadanos de cada país. Cada país, entendemos, se encarga de defender a los ciudadanos de ese país. A cambio nos pedirá lo que quiera, pero ese lo que quiera es a cambio de que nos defienda. ¿Y si no nos defiende? Miremos a España, mirémonos a nosotros mismos. ¿Alguien cree que somos capaces de defendernos solos contra alguien que no sea Andorra, país contra el que no necesitaríamos más que unos antidisturbios? Que no es que no tengamos las armas necesarias ni los militares adecuados, es que no tenemos los gobernantes adecuados. Ni los tendremos mientras los escojamos de entre nosotros, porque como raza nos hemos echado a perder en lo que respecta a los buenos valores de la virilidad, entre ellas la dignidad. No, a nosotros, a nuestro país, y la verdad es que a todos los países de Europa, quien nos ha de proteger de verdad es Estados Unidos. Y llevamos décadas dando por hecho que ellos nos protegerían.

Ahora bien, Irak invadió Kuwait un 2 de agosto. Hasta enero del año siguiente, el día 16 creo recordar, no empezó Estados Unidos la invasión de Irak. País que les duró un par de horas, iba tan de farol como Estados Unidos. El caso es que la respuesta tardó 5 meses en llegar, entre afearles su actitud, amenazarles con invadirles, prepararse para invadirles, nuevos ultimatums, etc. Y era Irak y había petróleo de por medio. Ucrania y Rusia, ya vemos que mejor que no nos esperen. ¿Y si fuéramos nosotros los invadidos? ¿Cuánto tiempo tardaría Estados Unidos en responder, si de verdad estuvieran dispuestos a luchar por nosotros?

Y entonces uno piensa cómo es posible que en el siglo XX, quien más gasta en ejércitos tarda en movilizarse tanto o más que la Roma de la Antigüedad. Tantas escenas de películas con gabinetes de guerra, operaciones seguidas en directo y todo eso, y en realidad tanto el ejército como los gobiernos se mueven como una tortuga. Habida cuenta el gasto en Defensa, ¿esto es admisible?

Miren, la verdad es que los europeos, salvo no recuerdo qué barrio de Bruselas, las banlieues de París y he oído que ciertos barrios de Londres, nos hemos convertido en unos pisaverdes. Creemos que no tiene importancia porque para algo pagamos a los estadounidenses, hombres de verdad, pero acabamos de descubrir que ellos sólo son machos ante los débiles. Acaban de ponerse todas las cartas boca arriba.

Reconozcámoslo: somos un fraude. Guerreros de salón.

— Pero, entonces,...




Tears for fears - Shout




jueves, 24 de febrero de 2022

La mujer, la falda y la gramática

https://www.youtube.com/watch?v=XZVpR3Pk-r8 

 

 

PRIMERA PARTE

 

Esta mañana caminaba por la calle y me fijé en una mujer que iba unos pasos delante de mí; no era una calle muy transitada.

Me llamó la atención que llevaba una falda muy corta, pero al estar más cerca (yo suelo caminar más rápido que la mayoría de las personas) observé que la falda, por delante, era "correcta": por encima de la rodilla, pero no escandalosamente por encima. Por detrás, en cambio, sí era provocativa, era realmente corta. Unos pasos más y no había duda, se le llegaba a ver los cachetes del culo.

Vale que hay faldas y vertidos que tienen un corte desigual, más largo por delante que por detrás, pero... 

Otro dato es que la mujer llevaba una mochila. ¿Y si se ha pellizcado sin darse cuenta la falda con la mochila y no sabe que la falda no le cuelga como debería? Sí, sin duda es eso.

En esto que la mujer cambió de acera, y al no cambiar yo, le tomé la delantera. Al verla por delante pude apreciar que no era una falda, sino un vestido o algo así, y no era una falda plisada como creía sino lisa.

¿Qué hacer? ¿Se lo digo? ¿Y cómo se lo digo?

No sabría decir qué edad tenía la mujer. Llevaba la cara enmascarada (todavía hay gente así), peinaba canas pero no parecía tener arrugas en los ojos. Soy un zote para estimar la edad de las mujeres, así que pongamos que rondaría los 50 años.

Seguí caminando. Al llegar a la siguiente esquina el semáforo cambió a verde, así que no lo pensé más, crucé a su acera y cuando llegó a mi altura la abordé:

-Perdone -, le dije, ya saben que yo trato de usted hasta a las dependientas del McDonalds- pero creo que no era ésa su intención. Lleva la falda demasiado corta por detrás.

-Gracias - musitó mientras me esquivaba como si yo fuera de una ONG. Al tiempo se echó la mano atrás e imagino (no miré) que se arregló la falda. Rápidamente desapareció y yo seguí a lo mío.

No sé si hice lo que debía, pero no quería que ella se diera cuenta al cabo de un buen rato y pensara que muchas personas la habían visto. Espero que ella fuera de la misma opinión que yo y agradeciera internamente mi gesto.

 

SEGUNDA PARTE

 

Ayer, navegando por divertimento en la red, encontré una página que versaba sobre las reglas a seguir en la escritura de diálogos.

En primer lugar, resulta que es incorrecto emplear el símbolo '-': he de emplear un guión largo, que se consigue con las teclas Alt+0151: —. Tras el primer guión, el guión que indica el diálogo, no ha de haber espacio; y tras el guión que indica que el narrador hace un inciso, tampoco: nuevo fallo mío. Aunque he acertado poniendo un espacio delante de ese guión. Y también he hecho bien el que el guión que termina mi inciso de narrador esté pegado a la última palabra del inciso y a continuación haya un espacio.

Otra cosa que he hecho mal es que la coma que he metido tras el perdone tendría que haber ido detrás del inciso de narrador, no antes. Y como los verbos con los que he empezado los incisos han sido verbos de habla ("le dije", "musitó"), ha sido correcto escribirlos en minúsculas; si no fueran esos verbos tendría que haber empezado el inciso con mayúsculas (es decir, si omitiera el "le dije,", tendría que haber escrito "Yo trato...").

Vamos, que la grafía correcta (espero no confundirme con las comas) debió haber sido:

—Perdone —le dije, ya saben que yo trato de usted hasta a las dependientas del McDonalds—, pero creo que no era ésa su intención. Lleva la falda demasiado corta por detrás.
—Gracias —musitó mientras me esquivaba como si yo fuera de una ONG. Al tiempo se echó la mano atrás e imagino (no miré) que se arregló la falda. Rápidamente desapareció y yo seguí a lo mío.

Y hay muchas más normas: cómo se escribe que el inciso lo hace el que habla y no el narrador, cómo se hace cuando el diálogo lo cuenta no el narrador sino el que habla,... 

Y menos mal que no citábamos el título de ningún libro, que además contuviera palabras en un idioma extranjero y no sé qué más.

En mi descargo, he de decir que yo soy de ciencias. ¿Qué tiene que ver eso con escribir bien o mal?, me dirán ustedes. Pues miren, es la misma excusa que dicen los de letras cuando se atascan al hacer una sencilla suma o división.

En realidad, creo que los lingüistas se están pasando con sus complicadas reglas (ya escribí algo al respecto en la entrada "Y yo sin saberlo", y además también sabrán que yo 'guión' lo acentúo diga la RAE lo que quiera). Es como las matemáticas. Existen unas matemáticas básicas, que se enseñan en el colegio, unas matemáticas de nivel medio (las que sabemos los ingenieros, por ejemplo) y unas matemáticas avanzadas conocidas sólo por los licenciados. Supongo que habrá una gramática de semianalfabetos y personas sin un dominio fluido del idioma, la gramática de las personas con educación y la gramática de los lingüistas y profesionales de la letra.

Así que espero que disculpen mis errores. Sólo tengo una educación estándar, y además... soy de ciencias.



Soft Cell - Tainted love

 

martes, 22 de febrero de 2022

La llegada de Tiberio

https://www.youtube.com/watch?v=SS0J_YBjLrQ 

 

 

La llegada (al poder) de Tiberio fue un hecho natural, lógico. Nadie arqueó una ceja, nadie se extrañó. Sin embargo, la llegada al poder de Tiberio fue la culminación de una revolución histórica. Cabe explicar que uso revolución no el sentido sangriento de guillotinas en la plaza pública, sino como cambio radical del orden establecido y también de la manera de ver el mundo que supuso.

Por eso mismo, la llegada (al poder) de Tiberio debería ser de obligada enseñanza y reflexión en las escuelas, ya que es una de las experiencias más importantes que forman el bagaje que sirve para que la Humanidad aprenda escarmentando en piel ajena.

Como ocurre a menudo, el proceso es más largo que el propio Tiberio, empezó muchos años antes de que él naciera. ¿Cuándo?  Es una buena pregunta, ya que no hubo una estrella que marcara el hecho. O, parafraseando a Vargas Llosa, sería como saber cuándo se empezó a joder el Perú.

Quizá lo mejor es remontarse en el tiempo 100 años. Cien años antes, Roma estaba inmersa en una guerra civil entre los partidarios de Mario y los de Sila. Que hubiera una guerra civil en Roma, hasta ese momento, era inconcebible. Y sin embargo, una vez ocurrió... volvió a ocurrir, y a ocurrir... Pero la guerra civil, en ese momento, no fue un cambio radical. Tras la guerra Sila estuvo unos años como dictador, pero hay que saber que en la Roma republicana el estatus de dictador era legal, era una figura reconocida para momentos de crisis. Solo que se suponía que las crisis se resolvían en 6 meses y el dictador se volvía a su casa al terminar, y a Sila le gustó mucho el cargo y lo estiró todo lo que pudo. Al final lo dejó y se volvió al sistema de cónsules, pero ya no era igual.

Hasta el punto de que unos años después se produjo otro cambio inconcebible antes: el triunvirato de César, Pompeyo y Craso. Inconcebible antes, y sin embargo se repetiría años después con otras personas.

El triunvirato suponía que los tres se repartían el poder; en realidad, que se repartían el imperio (llamémoslo así aunque aún no lo era), mandando cada uno en su área de influencia. ¿Y los cónsules, mientras tanto, qué? Los cónsules seguían siendo nominalmente los mandamases, pero obedecían los deseos de los triunviros. Aunque los triunviros (sólo Pompeyo y César, al final) mantenían las formas.

¿Cómo acabó la época del primer triunvirato? Con guerra civil y dictadura de César. Sí, durante la dictadura se siguieron eligiendo cónsules. Roma seguía siendo una república, aunque era César el que mandaba. Hasta los idus de marzo.

A la muerte de César se forma el revuelo lógico, búsqueda y castigo de culpables y todo eso. Y sigue habiendo cónsules, pero ya poco se parecen a los cónsules de 100 años antes. La cosa se degrada hasta el punto de que se forma un segundo triunvirato, que al igual que el anterior termina siendo una pugna de dos, Marco Antonio y Octavio, y... guerra civil y dictadura del vencedor. Con un pequeño matiz.

En este tiempo el consulado había cambiado. Para empezar, creo recordar que sólo se podía ser cónsul dos veces; quizás 3, como algo excepcional. Cuando llegó Octavio, hacía tiempo que esa norma no regía: por ejemplo, cuando se nombró emperador, Octavio Augusto ya había sido cónsul mandamás 6 años.

El caso es que, sin comerlo ni beberlo, los romanos se encontraron con un emperador. Y seguían nombrándose cónsules, se mantenían las formas, pero éstos eran sólo cargos honorarios: Augusto partía el bacalao, y además era oficial que lo partía. Era el emperador, y Roma ya no era una república sino un imperio.

O no. Roma llevaba 500 años siendo república, y había visto pasar a muchas personas por el poder. Tal vez Augusto fuera sólo uno más y tras su caída (que llegaría, porque nadie es eterno) se volvería a las andadas.

Lo que pasó es que la caída de Augusto tardó un poco más de lo conveniente. Murió de viejo, de muy viejo para los estándares de la época, y estuvo como emperador 40 años.

Y, claro, a su muerte pocos añoraban una época lejana. No se planteaban volver al viejo sistema de cónsules, mejor tener un emperador capaz. Tiberio era el designado por Augusto para sucederle, lo había nombrado 10 años antes y había compartido con él el poder en esos años. Era natural, era lógico. Tiberio fue nombrado emperador como Augusto, su reinado fue también largo (23 años, 64 entre los dos) y glorioso, y la esperanza de volver al sistema republicano se perdió para siempre.

Nadie se cargó la República de Roma. Duró 500 años, pero fue cambiando lentamente hasta que había cambiado tanto que no hubo más remedio que concluir que ya no era república, que era otra cosa. Esos cambios fueron siempre legales y promovidos por los que mandaban. Y aún diría más: algunas cosas que se hicieron no fueron legales, el ejemplo más famoso es el cruce del Rubicón, pero se aceptaron. Habría quien protestase ante el cambio ilegal, pero también habría quien protestase ante el cambio legal, es lo mismo.

Y no sé cuándo los romanos se acostaron republicanos y se levantaron imperiales, y sin duda ellos ni se dieron cuenta, pero ocurrió.



Antonin Dvorak - Canción a la luna (ópera Rusalka)

sábado, 19 de febrero de 2022

Fouché, el PP y el PSOE

https://www.youtube.com/watch?v=kaWNWtXK-bE 

 

 

Cuando era chaval leí la biografía de José Fouché. Sí, ya sé, pero seguro que los lectores habituales ya sospechaban que mis lecturas cuando era chaval no eran las de los chavales de ahora.

El caso es que no me gustó esa biografía: no entendía porqué una persona tan abyecta como Fouché merecía una biografía y porqué tenía yo que saber de él 200 años después. En fin, no me pareció un señor admirable y me olvidé de él hasta que se puso de moda entre los periodistas (sospecho que por influjo de Pedro J. Ramírez) la pedantería basada en el conocimiento histórico, y como a Pedro J. le encantaba la Revolución francesa, Fouché volvió al candelero y a ser citado en multitud de artículos. Y años después, ya talludito, entendí el mérito del personaje.

Por resumir, Fouché era un desgraciado como todo el mundo, que durante la Revolución consiguió medrar: ya saben que durante el Terror se producían muchas vacantes que facilitaban los ascensos. El caso es que el tipo empezó como sucio confidente policial y consiguió llegar a ministro de la policía. Dado que su especialidad como rastrero había sido descubrir los secretos inconfesables de los demás y había visto cómo sus jefes sacaban provecho de ellos, se convirtió no sólo en un auténtico maestro en el empleo de chivatos, soplones y espías de baja estofa, sino que extendió sus redes a toda Europa. Lo sabía todo de todos. Y si no lo sabía, cualquiera que tuviera un secreto inconfesable - en la práctica, cualquiera que no fuera un mindundi- no sabía que Fouché no lo sabía, sino que creía que sí lo sabía. Y el miedo a Fouché funcionaba igual.

Pero la diferencia de Fouché con respecto a tanta gente que a este juego han jugado es que algo debía tener que hizo que Fouché fuera ministro de policía en el periodo revolucionario, luego con Napoleón... y con la restauración de Luis XVIII. ¡Llegó incluso a ser nombrado duque! El poder que tenía debía ser realmente asombroso.

Recuerdo que la biografía concluía diciendo que Napoleón fracasó en Rusia porque la mano de Fouché no llegó hasta allí, y en España porque Fouché despreció al país vecino. 

Sí, al país vecino: no hace falta decir que la biografía era francesa. Y ésa es otra: ¿cómo es que los franceses convierten a un tipejo como Fouché en un prócer protagonista de biografías y nosotros somos incapaces de tener ningún recuerdo de Aranda, Campomanes, Floridablanca o Jovellanos, por citar grandes políticos patrios de finales del XVIII que sin duda le dan mil vueltas en talla moral y calidad humana al francés?

Anda estos días el patio revuelto en el PP. Pero para entenderlo, hemos de remontarnos a los años 80, a los antiguos PP y PSOE. A cuando los partidos políticos eran buenos.

En 1982, el PSOE ganó las elecciones generales. Durante la égida de González, el PSOE era primero él, luego Alfonso Guerra y luego nadie. González gobernaba y Guerra controlaba el cotarro, con una filosofía que se plasmó en su famosa frase "el que se mueve no sale en la foto". Pero el PSOE de entonces, con todas sus miserias y corruptelas, era una maravilla de partido. Porque existían las discrepancias, lo integraban personas con opiniones muy diferentes y no se las marginaba por ello ni se las quería echar. Más aún había "corrientes" de pensamiento dentro del partido y se las trataba con total deferencia, reservando a cada una los puestos de dirección que les correspondieran en función del porcentaje de apoyo que consiguiera en los congresos. Y los representantes de estas corrientes daban en público sus opiniones, contrarias a menudo a Guerra y a González, y no pasaba nada. Y mucho menos, se lo tomaban G. o G. como un ataque personal.

Tras González vino Almunia, y las cosas siguieron siendo correctas (asunto "primarias de Borrell" incluidas)... hasta el año 2000.

Enfrente del PSOE estaba el PP, antes CP, antes AP. El partido de Fraga. El PP era diferente al PSOE, pero también era bueno. Menos corruptelas, menos corrientes internas, menos discusiones públicas. Pero tenía muy buenos cuadros, con personas de gran valía profesional. Y, como pasaba entonces, no eran políticos profesionales, sino profesionales que se metían en política. El proyecto de Fraga no gobernó, pero no pasaba nada. No recuerdo qué año fue, pero recuerdo que en ciertas elecciones generales el lema del partido fue "Es la hora de Fraga". Pero Fraga no ganó, y se fue a su casa (a gobernar Galicia, en realidad, pero se entiende). Tras Fraga mandó un botarate, Hernández mancha, y el caos fue tal que en el 89 (sí, el año en que González retrasó la campaña de la renta a noviembre para que se pudiera votar antes de pagar los impuestos) Fraga salió de nuevo a la palestra, destituyó a Mancha y nombró nuevo mandamás a Aznar. Aznar, claro, perdió las elecciones del 89 (lo habían nombrado menos de dos meses antes), y las del 93, pero ganó las del 96 y las del 2000.

Hasta el 2000 podríamos decir que teníamos partidos buenos. Y el año 2000 entró la serpiente en el Paraíso.

La derrota de Almunia ante Aznar había llevado al primero a dimitir, y había que nombrar un nuevo mandamás. Como era costumbre en el PSOE, había corrientes: en esta ocasión, los guerristas y los de Bono, creo recordar. Y luego estaban los que no querían a ninguno de esos bandos. Esta tercera vía decidió promover a un diputado de León que no conocía absolutamente nadie. No sé porqué lo hicieron. Es posible que creyeran que resultaría un pelele que podrían manejar, es posible que creyeran que había que hacer tabla rasa, ni lo sé ni me importa. Lo importante es que el PSOE nombró mandamás a José Luis Rodríguez Figatelix.

Los rastros más importantes de Figatelix son el matrimonio homosexual, la ley de violencia de género, la ruina económica, el lío catalán que fomentó y luego no cortó cuando aún se podía... y sobre todo el odio a los demás. Es curioso el recuento de las cosas que trajo. Por ejemplo, la incompetencia al poder. Es asombroso el bajón que se produjo en el nivel de los dirigentes, tanto de los ministerios como en el propio PSOE. ¿Lo hizo para que nadie le pudiera sustituir? ¿Lo hizo porque los competentes huyeron de él como de la peste? No lo sé, pero el partido cambió de tener a Guerra al mando a tener a Pepiño Blanco. Cierto que tuvo a Rubalcaba, incombustible, pero es que Rubalcaba es nuestro Fouché nacional.

Pero decía que lo que más importante de Figatelix fue el odio. Lo que hasta entonces era rivalidad más o menos sana pero dentro de los límites aceptables (el PSOE utilizaba muchos trucos sucios, sí, pero es política, y el PP... demasiado misterioso, demasiado opaco) lo transformó en un odio africano al rival, al cual no se le podía conceder ni agua. Y como el odio ha de tener una razon original, trajo de vuelta la guerra civil: 70 años después, volvían las trincheras, los bandos, las dos Españas, las listas de agravios, el si no eres de los míos eres mi enemigo, ¿de qué bando eres tú? Y la ley de la Memoria Histórica.

Esta vuelta al guerracivilismo, 20 años antes, habría sido desactivada. Porque los dirigentes de entonces sabían lo que era, el camino al que llevaba. Y también lo sabían los españoles. Pero en 2004 la pujanza de los jóvenes ignorantes era demasiado fuerte, y fomentando las radicalidades de la juventud Figatelix llegó al poder y cambió España. Y el PSOE. Cuando lo dejó (para no afrontar responsabilidades), el partido buscó en su interior un nuevo líder. Sorprendentemente, o no, eligió al español más amoral y mentiroso que encontró: Pedro Sánchez. Y su Fouché fue José Luis Ábalos. Cada vez eran más chusqueros. Más Fouchés. Como sabemos, Ábalos no era suficiente Fouché para manejar a Sánchez y cayó el verano pasado, pero ésa es otra historia.

¿Y el PP? Digamos que el PP se adaptó a los tiempos. Cuando se fue, Figatelix había dejado el PSOE hecho un erial, pero cuando Aznar se marchó puso al frente de su partido a una persona, Rajoy, que... digamos que, en mi opinión, no era la más adecuada. Mal va a liderar una persona que no sabes si está subiendo o bajando la escalera. En aquellos 2000 la corrupción campaba a sus anchas, pero en el poder había personas sin escrúpulos (gobernantes sin escrúpulos, jueces sin escrúpulos, periodistas sin escrúpulos...) que taparon la corrupción propia, tamaño iceberg, y exageraron la corrupción ajena, tamaño cubitos de hielo. 

En la nueva era de Figatelix, en la que estamos todos enfrentados entre nosotros y cualquier cosa es válida si destruye al enemigo, el PP se adaptó a los tiempos. Al Rubalcaba socialista opuso a María Dolores de Cospedal, puño de hierro en guante de seda (¡y qué guante, aún me tiene enamorado!), pero cuando Sánchez llegó al poder y con él Ábalos, el PP buscó y rebuscó. Y encontró a Pablo Casado como mandamás y a Teodoro García Egea para contrarrestar a Ábalos.

¿El PP, con Casado y Egea como adalides? Normal que perdieran elección tras elección, sólo los barones que conseguían convencer a sus electores de que el PP eran ellos y no los dos primeros ganaban. Y en esas llegó Isabel Díaz Ayuso, que el 4 de mayo de 2021, en un triunfo como pocas veces se ve (no por los diputados conseguidos, sino por el barrido psicológico que hizo de todos los demás) dio la vuelta a la tortilla española: Sánchez, ya había aparecido quien te iba a mandar a casa. 

Era sólo cuestión de esperar. Primero, que Ayuso relevase a Casado. Y luego, a las generales. Toda España estaba esperanzada. Por fin un político que queremos que nos gobierne, desde el 2000 sin verlo. Era de imaginar que los Fouchés españoles no se iban a quedar quietos. El más pardillo, el del PP, a la vista está. El otro es más Fouché que el pepero y no se le ha visto con ninguna pistola humeante en la mano, pero un golpe al PP tan genial no puede no tener padre.

Hay quien dice, y yo lo tengo para mí como cierto, que fue el PSOE quien lo inició, "filtrándole" a Casado, "en confianza", basura que podría afectar a Ayuso. No se lo reprocho, al PSOE: es una jugada sucia, pero así es la política. Además, el mal no estaba en lo que hizo el PSOE, sino en que el del PP fue tan julay... que picó. Y acusó, sin pruebas, de corrupción al mayor activo del partido, a Ayuso. Parece ser que el hermano de Ayuso, de larga trayectoria como comercial en el sector sanitario, consiguió mascarillas contra el covid-19 y cobró comisión por ello. Ayuso defiende que lo que ocurrió fue legal y además se hizo públicamente - por más feo que quede que un familiar de un gobernante obtenga un beneficio de un contrato público-, y de momento -hasta donde yo sé- no hay pruebas de que no fuera así. No sé si aparecerán más cosas, si Egea tiene guardada alguna bala de plata y tampoco sé si Ayuso es inaceptablemente corrupta o tanto como lo seríamos ustedes o yo o incluso menos como parece. Tampoco quiero entrar que los hechos que se citan transcurrieron en lo peor del confinamiento, cuando todos los gobernantes iban como pollos sin cabeza, pagando lo que fuera por mercancías que a veces ni aparecían y en las que todos disculpábamos todo porque en aquellos momentos, eso nos transmitían los políticos, no había que parar mientes ni ser tan reglamentistas o picajosos.

Permítanme un inciso en este relato. Existen unas instalaciones contraincendios que se denominan "columnas secas"; en Zaragoza se ven mucho, en las viviendas posteriores a 1980. Consisten en unas tuberías vacías que tienen una toma en la puerta de la calle y una toma cada uno o dos rellanos, y están pensadas para que los bomberos conecten a la toma de la calle la manguera con agua y el bombero suba por las escaleras con una manguera vacía, la conecte a la toma del rellano más próximo y así tiene una manguera con agua donde quiera que esté. Pues bien, el reglamento exige que esas columnas secas se prueben antes de darlas por buenas, y la prueba consiste en llenarlas de agua y ponerlas a la presión de los bomberos (un poco más, en realidad). Si no se pierde agua, dice la norma, la columna es buena. Ocurre a veces que la columna, en algún empalme de tubo, en alguna rosca, pierde un poquito. Tal vez gotee, tal vez salga un pequeño chorrito. Con el reglamento en la mano, la instalación es defectuosa y hay que repararla. Pero no sé si han estado ustedes en un incendio, supongo que no. Verán, cuando los bomberos conecten su manguera a la columna y salga su chorro de 200 litros por minuto, el que el rácor gotee como que da bastante igual, ¿no? Cierto que el rácor no ha de gotear, pero fijarse en eso es de personas sin contacto con la realidad de los incendios.

Parece ser que la clave de todo es que todo esto es una jugada preventiva de Casado y Egea: eliminemos a Ayuso, que un día nos va a ganar. Pero al arrojar barro sobre su principal valor ¿no se dan cuenta Casado y Egea que están cavando su fosa política?

No me da pena, el PP. Si no ha sabido competir en la política española, que no nos gobierne. En cuanto a sus líderes, seguir el camino de Fouché tiene esos riesgos: si no eres tan bueno como él, ten por seguro que caerás por el camino. Y, como en Pedro Páramo de Juan Rulfo, veremos cuánto tardan esos dos en darse cuenta que en realidad... son ya cadáveres. Por lo que respecta a Ayuso, no sé si seguirá en el PP, si la echarán antes de que los echen o si la mancharan de tanto barro que cualquier otro estaría ya inservible para la política. No creo que importe, porque como he dicho antes, Ayuso es la gran esperanza de todo el país. Por ser Ayuso, no por ser del PP. ¿Sobrevivirá el PP a este asunto? Ya veremos: si echan a tiempo a Casado y a Egea y se postra ante Ayuso, sí; de lo contrario, lo dudo.

Mi esperanza es que cuando Ayuso llegue al Gobierno, fuera ya del tablero los Sánchez, los Casados y los Egea, venga con ella la regeneración política, los gobernantes capaces y la erradicación del odio de unos españoles a otros. 

Y volvamos a tener los partidos buenos que hace décadas tuvimos. Con diferencias de opiniones, con corrientes internas de pensamiento, no basados en la fidelidad perruna al jefe del momento, en la obediencia ciega. Sin fontaneros que ejerzan su poder con dossieres, amenazas e imposiciones. Partidos que sean anticipo e imagen de la sociedad que nos ofrecen en vez de la que somos. Porque los necesitamos. Y los Fouchés que hay por ahí, que sigan en sus arrabales y bajos fondos. Pongamos a personas de verdadera talla en los puestos fundamentales. Estoy seguro de que todos queremos que ambos partidos presenten candidatos a los que queramos votar. 



Sara Montiel - Los nardos (zarzuela: Las Leandras)


 

miércoles, 16 de febrero de 2022

Para algunos lo importante es el idioma, no lo que se quiere decir

Un diputado portavoz de Junts per Catalunya (la antigua Convergencia) ha anunciado en el Parlamento catalán que su partido votará en contra de cualquier propuesta que se presente en castellano, aunque se presente con una traducción. Sea del partido que sea, diga lo que diga. Nunca jamás, por haberse redactado en español.

 

Y es que esto es la tónica aquí. Para muchas personas da igual lo que queramos comunicar, la idea, lo que pensemos, lo que ocurra. Lo importante es el idioma en que se transmite. No les interesa qué tengo que decir, sino que lo que sea lo diga en catalán.

Ante estas actitudes, ¿qué quieren que les diga? ¿Quieren que los defienda?

 

Son nuestros gobernantes, nuestros gestores de los caudales públicos, nuestros representantes ante las naciones. Elegidos por votación popular. Poco nos pasa para lo que nos merecemos.

martes, 15 de febrero de 2022

La altura intelectual de la CUP

Arran es la CUP, es la "rama juvenil". Con motivo del día de San Valentín han publicado en Twitter el siguiente mensaje:


Su traducción: 

"El amor romántico es un modelo que tiene como objetivo la reproducción. En concreto, es una herramienta más al servicio del patriarcado capitalista para mantenernos a las mujeres en el papel de objetos a su servicio".

"ATENCIÓN: El amor romántico es violencia machista y mata".

Ese mensaje lo continúan con más tonterías que desarrollan la idea principal, pero para lo que quiero decir es suficiente.

Que sea la "rama juvenil" no significa que sean niños de teta que están aprendiendo a abrocharse las batas. No, hablamos de personas mayores de edad, que se presentan a las elecciones y que votan. En otro tiempo se habrían tomado por personas hechas y derechas, y estoy convencido que ellos mismos proclaman que no son indigentes intelectuales que necesitan ser aún educados y enseñados. Es la CUP, es un partido político que tiene presencia parlamentaria y que apoya al gobierno actual de Cataluña.

Si un partido político tiene entre sus objetivos el eliminar el amor romántico, la atracción entre un hombre y una mujer, se pueden decir muchas cosas sobre ellos, y la mejor defensa que tendrían es que ellos son partidarios de los matrimonios organizados por terceras personas o de la vida en comuna hippie, pero ninguna de esas dos opciones erradicaría que dos personas se sintieran románticamente atraídas. Así que la conclusión será siempre que esta gente no tiene ni repajolera idea de la vida. ¿Cómo podría ningún votante querer que sean ellos nuestros gobernantes, nuestros gestores de los caudales públicos o nuestros representantes ante las demás naciones? Es fácil de explicar: Cataluña.



viernes, 11 de febrero de 2022

No es karma, es Némesis

Karma es una palabra de moda. Un concepto de moda. Alude a la existencia de una justicia igualitaria: a quien obra mal, al final le ocurren cosas malas, a quien obra bien al final le ocurren cosas buenas.

Como el karma es un concepto indio, típico del hinduismo y del budismo, es una energía misteriosa que, simplemente, existe.

Nos quejamos mucho del colonialismo cultural de los norteamericanos, de cómo importamos sus ideas culturales (v.g. Halloween o Santa Claus), pero no decimos nada de lo que importamos del otro lado del mundo. Y si la idea de Halloween nos es innecesaria porque ya tenemos nuestro propio día de difuntos, el equivalente al karma ya lo teníamos también en nuestra cultura. En nuestras dos culturas: la grecorromana y la judeocristiana.

En la cultura judeocristiana es la doctrina de la retribución, que es exactamente lo mismo que el karma pero con Dios como fuente en vez de la misteriosa energía. Lo que pasa es que la doctrina de la retribución así entendida quedó anulada en el libro de Job: te pueden pasar cosas malas siendo bueno. La retribución es al final, en la vida futura. Así visto, el karma es un concepto en que los cristianos no creen.

¿Y en la cultura grecorromana? Por supuesto que existe, un concepto tan fácil como el karma no podía faltar en su edificio teocéntrico: había una diosa del karma, y se llamaba Némesis (o Rhamnusia, si se las quieren dar de culturetas). Era la diosa de la justicia retributiva y equilibradora, que actuaba especialmente contra aquellos que llevados por su arrogancia se atrevían a reírse de los mismos dioses. Pero también actuaba como se supone que actúa el karma, recompensando al que sufría obrando bien y castigando al que triunfaba obrando mal.

Claro, la cultura popular es monótona decreciente y el concepto de Némesis como una diosa se ha perdido: hasta el diccionario de la RAE define némesis como el acérrimo enemigo de uno.

Pero la realidad es la que es, y en nuestro caso es que venimos de una cultura grecorromana y no hindú, así que en vez de decir “el karma existe” deberíamos decir “Némesis existe” (o “Némesis actúa”).

miércoles, 9 de febrero de 2022

Las deudas se pagan en el futuro

https://www.youtube.com/watch?v=JAdvIwbXyo0 

 

 

Imaginemos una cuadrilla de amigos que deciden hacer un viaje. Pongamos que quieren celebrar algo. Supongamos también que deciden dar una cierta cantidad de dinero a uno de los amigos, y que ese amigo organice el viaje. Llamemos a ese amigo el amigo tesorero.

No nos cabe duda de que todos los amigos confían que el tesorero gestionará los caudales como mejor sepa. Pero ahora pongámonos en la piel del tesorero. Supongamos que se estaba pensando en un viaje a Viena. Y, claro, una vez allí por qué no ir a la ópera. Y a un crucero por el Danubio. El hotel de 3 estrellas que primero miró, hay uno de 4 estrellas que es mucho mejor y qué caramba, y el Circo del Sol actúa en Budapest, no está muy lejos, y el hotel en Budapest lo coge de 5 estrellas, y ese crucerito por el Danubio en vez de ser dar una vuelta se transforma en un crucero Viena-Budapest-Viena, y en vez de ir a Viena en avión de línea podemos contratar entre todos un vuelo chárter, que no sale por mucho mucho más, y podemos darnos unos regalos personalizados recuerdo de tan maravilloso viaje, y esos regalos…

Y supongamos que el tesorero, que no tiene que rendir cuentas día a día, va contratando, ya se pagará.

Y cuando presenta a la cuadrilla el viaje que van a hacer el que pregunta por si lo dado era suficiente es tildado de aguafiestas, con lo fenomenal que va a ser el viaje…

Pero el dinero del principio justo llegaba para el avión a Viena y un hotelito de 3 estrellas; con el presupuesto que habían hecho, el viaje debía haber sido a Sevilla o a Portugal. Y aunque todos asumían que el presupuesto podía quedarse corto y hubiera que hacer una derrama nadie imaginaba que el viajecito les iba a suponer una carga económica que tardarían años en pagar.

Si la cuadrilla de amigos es todo el país, la deuda contraída se denomina deuda pública.

Aparte del propio concepto de deuda en sí, la deuda pública tiene dos problemas.

El primero de ellos es que no somos conscientes de ella. Aunque se hable de ella, no la asumimos como una deuda verdadera, como un dinero que habrá que pagar en el futuro (¡que tendremos que pagar, ya ven, incluso yo al escribir no la siento como propia!). No la sentimos como propia, no es una deuda que tengamos nosotros.

El segundo problema es que cuando se piensa en la deuda pública, incluso los más sabios economistas la miran con una mente ceteris paribus. Este latinajo se usa mucho en asuntos económicos, y significa “siendo todo lo demás igual”. Esto es, cuando pensamos en la carga que supone la deuda suponemos al mismo tiempo que siempre estaremos como ahora. Y no.

Grosso modo, la deuda pública de España ronda 1.432.200 millones de euros. Como somos (también aproximadamente) 47 millones de personas, nos tocan 30.500 euros de deuda a cada uno. Por si quiere comparar, Felipe González se encontró una deuda de 1.270 euros por persona y la dejó en 10.500 euros por persona; Aznar la mantuvo más o menos en la misma cantidad; Zapatero la subió a 22.000 euros, y Rajoy a unos 28.000. Críticas a la gestión aparte, ¿dónde está el problema?

El problema está en que ceteris paribus es una entelequia, sólo una hipótesis de trabajo para facilitar la comprensión de las cosas. Y en el caso de la deuda, hay algo que puede variar y es clave: el número de amigos que tocamos a pagar. La población española. Una cosa es que esos 1,4 billones los paguemos entre 47 millones, y otra es que la población española en pongamos 30 años se haya reducido a (un suponer) 30 millones: si los gestores consiguieran mantener la deuda atada, sin aumentarla, tocarían a 46.700 euros por cabeza, no a 30.500. La carga que nos correspondería a cada uno de nosotros sería mucho mayor.

Y podríamos ver los números de otra forma: actualmente la población activa es el 50% de la población total. La deuda de 30.500 por persona, como la pagan los trabajadores, se transforma en 61.000 euros por trabajador.

Cuando pensamos en los problemas de la demografía pensamos en que una población envejecida tendrá que gastar más en servicios de atención (aunque tal vez menos en jardines de infancia y colegios, por si ayuda), y en quién nos va a pagar las pensiones cuando nosotros nos jubilemos. Pero pensemos en la deuda. Sólo por la variación demográfica la deuda que hemos de pagar aumenta mucho. Si se mantuviera el porcentaje de población activa (más jubilados, pero menos niños) la deuda sería de 96.000 euros por trabajador, pero si el envejecimiento se traduce en un menor porcentaje de población activa (pongamos que baja del 50% del total de la población al 40%), esa deuda cambia a 120.000 euros. Una deuda que el trabajador no sería consciente de que tendría, pero la estaría pagando. Obviamente, vía impuestos. El trabajador notaría que paga unos impuestos muy altos, rayando tal vez en lo insoportable, pero no notaría mejoras en los servicios públicos. Claro que no, porque el alza en sus impuestos se iría en pagar la deuda pública.

En resumen: atentos a la demografía. Pero atentos también a la deuda pública. La conjunción de ambas puede ser un problema de la leche.

Claro que si nuestros gestores públicos se preocuparan de disminuir la deuda…

 

 

 

Hometown - The night we met