martes, 27 de enero de 2015

Astérix en Córcega



Gana Syriza en Grecia, al día siguiente el jefe ya es el mandamás y en todos los medios, quizá también en todos los cenáculos del dinero, se especula con qué pasará: ¿habrá choque de trenes, seguirá tirando dinero Alemania al pozo heleno o se retractarán los griegos y harán lo que les manden?  Yo pensaba contarles una historia espeluznante que les mostraría bien a las claras cómo son los griegos, ya saben, el clásico episodio que de ninguna manera conciben que pudiera pasar aquí (desde luego, no tan a lo bestia) y que revela lo fuera de escala que es Grecia. Pero no creo que haga falta, la verdad; porque pensando en ello, me vino a la memoria cómo reflejaron Goscinny y Uderzo Grecia.

Supongo que se acuerdan: Astérix en los Juegos Olímpicos. Era un matiz, se citaba un par de veces como de pasada, apenas un chistecillo para mantener el ritmo: los primos. El guía turístico que les lleva a un restaurante "de confianza" que resulta que es de un primo, en un carro de caballos conducido por un primo. El tiro de caballos también es muy bueno: todos son primos. Tiraba con bala, Goscinny. 

Y es que en Astérix se dan muchos trazos de los pueblos que recorren; vale que son tópicos, pero ¿acaso no hay un poso de verdad en los tópicos?

En muchos libros de Astérix, los tópicos son muy visibles (Bélgica, Hispania, Bretaña); en otros, se explotan e influyen en el argumento (los godos, en Helvecia sobre todo: la obsesión por la limpieza, la puntualidad, el formar parte del ejército y entrenar,...). Pero hay uno en que el tópico es la base fundamental del argumento. ¿Caen en la cuenta de cuál? Sí, el del título de este artículo: Asterix en Córcega.

Les recuerdo en pocas palabras: Ocatarinetabelachitchix (no he dicho en pocas letras), jefe corso, es traicionado por unos paisanos. Astérix y Obélix le devuelven a Córcega, donde cohesionan a la resistencia en la lucha contra los romanos. Una resistencia que está marcada por una enemistad secular entre el clan del corso y el de los Figatelix por alguna historia que nadie conoce ni sabe a cuándo se remonta, pero que, como sentencia el jefe Hermanocorxis, "en todo caso, es muy grave".

Sí, a lo largo de toda la aventura sobrevuela el dato de una enemistad profunda por algo que pasó hace milenios, una enemistad que está por encima de todo y que abarca todo lo que toca: cualquier miembro lejanamente emparentado con alguno de los clanes afectados toma la causa como suya y por encima de todo.

Y entonces me dí cuenta. El país de los Figatelix y compañía no es Córcega: es el nuestro. Este es un país de Figatelix, tanto que incluso nombramos a uno de ellos como nuestro presidente: José Luis Rodríguez Figatelix. Siempre acudiendo a historias olvidadas como excusas para las actuaciones del presente y del futuro. Siempre recordando que antepasados suyos las pasaron peor que antepasados ¿míos?

Pues me asomo a la prensa española, leo lo que dicen muchos de nuestros políticos, y sólo veo a Figatelix y los suyos. Que si hace 300 años nos hicieron, que si hace 500 años, que si hace 80... Y la historia siempre es la misma: aunque no dicen qué se hizo ni a quiénes se les hizo, parece ser que es causa suficiente para justificar que a partir de ahora...

Yo, como Astérix, estoy harto de esta manera de ser. Me encantaría poderles gritar, como él, "¡Basta, con vuestras viejas historias!".





Honey Ryder - Choices

miércoles, 21 de enero de 2015

La vigésima enmienda



Hay quien se pregunta cómo es que Estados Unidos sigue viviendo de acuerdo con unas normas establecidas en el siglo XVIII. Otros suelen decir que no es así, pues la Constitución de los Estados Unidos tiene muchas enmiendas y éstas no son sino modificaciones realizadas para adaptar la Constitución a los tiempos actuales.

Hay muchos papanatas por ahí sueltos, y algunos incluso tienen un blog en internet.

En respuesta a la primera cuestión planteada, les diré que la clave son las normas que se establecieron. Normas sencillas, fáciles de entender - aunque a algunas se les han buscado torticeras interpretaciones alternativas- , y sobre todo normas fundamentales. Como la que establece la separación de poderes: de ahí dimana casi todo lo demás.

Es evidente que a los Estados Unidos le ha ido bien en la vida; es lógico pues fijarse en ellos e intentar aprender de su manera de hacer las cosas.

Con este espíritu en mente, propongo echar un vistazo a una de esas enmiendas y ya de paso responder a la segunda cuestión del principio. En concreto, la vigésima enmienda.

¡Sorpresa! Es una enmienda muy cortita y fácil de entender. Regula a) cuándo empiezan su periodo los cargos electos federales (presidente, vicepresidente, congresistas, etc), y b) qué pasa si el presidente se muere antes de jurar el cargo. Todo en 350 palabras, incluyendo títulos y aspectos sobre su entrada en vigor. A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Lo primero lo dice muy clarito: el 20 de enero, los dos primeros, y el 3 de enero los del Congreso y el Senado. Esta enmienda se propuso en 1932. Hasta entonces, los presidentes empezaban su mandato el 4 de marzo; para entonces, era evidente que votando a primeros de noviembre, esperar hasta el 4 de marzo era demasiado tiempo, y el presidente saliente estaba 4 meses esperando, gestionando el día a día y poco más (allí son más decentes que aquí, no hay más que ver la de cosas que le dio tiempo a ZP a hacer tras las elecciones que perdió su partido, y la de cosas que hacen algunos alcaldes y cargos salientes).

¿Porqué se empezaba, antes, el 4 de marzo? Pues por una razón muy sencilla: por empezar un día. Cuando en el siglo XVIII las colonias establecen los acuerdos que darán lugar a los estados unidos, decidieron que esos acuerdos entraban en vigor un día determinado, y a todos les pareció bien que fuera el 4 de marzo, unos seis meses después. Ni muy pronto ni muy tarde, como si fuera una boda. Y como los americanos son de natural gente organizada que no ven razones para reinventar la rueda cada vez, establecieron que siempre se empezaría el mismo día.

Con el mismo criterio, con el tiempo establecieron que siempre se votaría el mismo día; así se aseguraban que los gobernantes no pudieran invocar circunstancias excepcionales para alargar sus mandatos y quizá perpetuarse. Decidieron que votarían el martes siguiente al primer lunes de noviembre. Aunque son razones no muy sólidas, hay muchas razones para que fuera ese día y además son razones, así que ¡adjudicado! Se vota en noviembre y a principios porque (pensemos con mentalidad de 1800) ya han terminado las faenas del campo y la gente está en sus hogares. Aún la nieve no ha inutilizado los caminos (en Nueva Inglaterra es la época del "indian summer", equivalente a nuestro veranillo de san Martín) y se puede ir de las granjas y cabañas a los centros de votación. Por "ir" no hemos de entender el corto paseo español, sino que el centro de votación puede estar muy lejos. Es posible que no dé tiempo a ir y venir en un día, así que… descartado que sea un domingo. Es día de ir a misa (por servicio religioso), oigan. Y por lo mismo, se descarta también el lunes y el sábado. Sobre todo, que se pueda ir a misa. El martes, por lo tanto, va bien. Con un pequeño pero: el 1 de noviembre es día de Todos los Santos, y los católicos van a misa. Así que para asegurar que no sea el día 1, primero debe haber un día antes. Es decir, al menos debe haber un lunes. El martes siguiente al primer lunes cae siempre entre el 2 y el 8 del mes. Y ya está. ¿Razones en contra? Ninguna más sólida que las razones a favor, ¿verdad?

A principios del siglo XIX, se votaba a primeros de noviembre. Recuento, impugnaciones y proclamación: diciembre. Pero no se vota al presidente, se vota a los miembros del colegio electoral que eligen al presidente. Así pues, hay que dar tiempo para que el colegio electoral se reúna, discutan entre ellos y voten… y lleguen a un acuerdo, puede haber varias votaciones. Vale, tenemos proclamación del resultado, comunicación al vencedor, un tiempo para que éste arregle sus asuntos y deje su hacienda en manos de otro para los años que sea, viaje a Washington (1800), organización de la proclamación y proclamación. Al principio, estaba claro que el 4 de marzo no era muy tarde, si se querían hacer las cosas bien. Pero con el tiempo, las comunicaciones mejoraron, los transportes mejoraron y, sobre todo, los políticos se profesionalizaron, con lo que estaban dispuestos antes para lo que fuera. Era obvio que los plazos se podían acortar y el presidente electo podía empezar a ejercer antes. Y como el 20 de enero parecía una buena fecha, ¿porqué no?

Por supuesto, no sólo se legislaba la presidencia: también las cámaras de representantes. De nuevo, volvamos al siglo XVIII. El sistema de representación popular no era un invento de las colonias independizadas: también existía en Francia (los Estados Generales), el Imperio Germánico (las Dietas), España, etc. Lo que pasa es que en Europa era el soberano el que convocaba a los representantes, y no era costumbre hacerlo: muchos no los convocaban en todo su reinado. Los americanos no querían que a ellos les pasara lo mismo, y establecieron en su constitución que los representantes se reunirían al menos una vez al año. En concreto, el primer lunes de diciembre salvo que se legislara otra cosa (así se hace una constitución bien hecha, qué quieren que les diga). Y ahí el lío: no se había legislado. Con lo que el año de elecciones (los representantes renuevan cada 2 años a una parte, con lo que es uno de cada dos) el congreso que se reunía lo hacía con representantes que ya habían perdido su escaño y sin los nuevos. De nuevo, la ética de los que lo iban a dejar convertía al congreso en "un pato cojo".

Esto se solucionó con la vigésima enmienda: los representantes entrarían en funciones a mediodía del 3 de enero y el congreso se reuniría al menos una vez al año, sí, pero esa vez sería ese 3 de enero a mediodía salvo que se legislara otra cosa. Y así, si había algún problema con la Presidencia o la Vicepresidencia, habría un congreso hábil para resolverlo. De acuerdo con un procedimiento establecido en esta enmienda, claro.

Y una última curiosidad: la clausula final de la enmienda dice que la enmienda no sería válida hasta que la aprobaran al menos el 75% de los estados de la Unión (¡ey, no todos!), siempre que esto ocurriera antes de siete años: si se tardaba más de siete años en convencer a los suficientes estados (36), se abandonaba la idea. Por supuesto, el 25% restante la aprobó pocas semanas después del 36º estado, era sólo cuestiones de calendario, pero es interesante que no se exigiera unanimidad para los acuerdos. Gente lista, no como los que parieron la ONU o la Unión Europea.

Contemplo con desazón cuán diferente es el panorama en España. Salvo alcaldías y autonomías "light", aquí la fecha la establece el gobernante atendiendo a su interés propio. Por ejemplo, en Cataluña nuestro Astuto Líder, también conocido como "el Astucias" (ya saben, proclamó en público que su técnica de gobierno iba a ser la astucia, el engaño, las tretas, el ocultar sus intenciones, el amagar, el manipular,... todo un modelo de gobernante) fue elegido para un mandato de cuatro años, pero a los dos años volvió a convocar elecciones. ¿Qué pretendía? No lo sé, aunque dicen que él creía que era una jugada que le iba a salir bien. El caso es que dos años después, vuelve a convocar elecciones ¡para más de ocho meses más tarde! De nuevo, se me escapa porqué no quiere apurar su periodo de mandato de cuatro años: no es porque lo deja, porque quiere ganar y seguir "otros cuatro años más". Tampoco es porque la situación sea ingobernable, porque en ese caso no tiene sentido que esperemos más de ocho meses para volver a votar. Así pues, supongo que le interesa (es un astucias) que haya elecciones el 27 de septiembre. En fin, se podría escribir mucho sobre este tío (y sin duda mucha gente lo va a hacer); yo me limito a constatar aquí que nuestro Líder, nuestra clase gobernante, se mueve por su propio interés. 

Y que estas cosas pasan, los americanos lo tenían claro. Por eso pergeñaron una Constitución enfocada a impedir los abusos de los gobernantes e intentaron poner los medios para que el interés del Pueblo prevaleciera. Es posible que por eso quisieron escribir una Constitución que todos pudieran conocer y entender, sin dejarla a la libre interpretación de los gobernantes futuros. Algo, esto último, que también tienden a hacer mucho los gobernantes de por aquí.




John Denver - Annie's Song (versión de Honey Ryder)

jueves, 15 de enero de 2015

El asunto griego




Hace algún tiempo escribí una entrada sobre la situación de Grecia. La entrada, me parece a mí, es tan actual hoy como entonces y me ratifico en mi conclusión: Grecia no puede mantenerse en el club de los ricos europeos. Como si se hubiera afiliado a un club de campo en el que a duras penas consigue pagar la cuota, y quiere hacer la misma vida que los socios multimillonarios. Lo normal es renunciar al segundo día, pero los griegos no están haciendo eso, están porfiando en seguir el ritmo. Están pidiendo prestado a todos los socios para poderse pagar las consumiciones y las clases de golf, y los socios saben que debe ya más de lo que tiene y de lo que puede llegar a tener. Se acerca el día en que los socios, uno tras otro, dejarán de fiarle - cuando no de exigirle la devolución de la deuda-, no sé si tardarán mucho o poco, pero lo harán. ¿Y entonces? Grecia dirá algo así como "no os atreveréis a expulsarme del club, ¿verdad?", pero tarde o temprano sí se atreverán. Hoy, mañana o dentro de diez años, pero lo echarán. Puede que den las deudas por irrecuperables, pero en ese momento le dirán que está fuera.

En unos días habrá elecciones en Grecia. Parece que se da por segura la victoria de un partido que alardea de que no pagará las deudas ¡y que así dejará de tenerlas! Y además, anuncia, los demás no se atreverán a echar a Grecia del club. 

¿Ustedes qué creen que pasará? Supongo que ganará, porque el populacho es lerdo por naturaleza y se cree que lo que prometen es viable.

Y puede que sí, que dejen de pagar y les perdonen y les sigan admitiendo en el club. Pero ¿saben qué? eso no arreglará nada. Porque los griegos seguirán en el club, seguirán endeudándose y seguirán sin generar los recursos que consumen. En unos años volverá a pasar. De nuevo, volverán a plantear la misma estrategia, no pagaremos y no os atreveréis a afearnos nada; y puede que entonces vuelva a funcionar, pero volverán a las andadas y llegará un día en el que no lo hará. Y en que echen a uno, la puerta de salida quedará abierta.

Miren, los socios más ricos pueden invitar de vez en cuando a los socios no tan pudientes. Si la ayuda para estar en un nivel parejo es asumible, los ricos la darán. Pero si la ayuda necesaria para estar en el mismo club es intolerable, la cortarán. España, Italia o Eslovenia, por dar algún nombre, puede que no tengan el nivel de Alemania, pero no están tan lejos y en la medida de que sean capaces de producir lo suficiente para no perder de vista al pelotón de cabeza serán socios viables. ¡Pero Grecia....! Nunca tuvo ninguna oportunidad, nunca debió entrar. Supongo que los líderes que la aceptaron pensaron que otros la mantendrían, unos de ellos, o que entre todos la mantendrían y podrían, los otros. Y al final todo el mundo tiene que pasar por caja y retratarse.

Mire a su alrededor: ¿cuántos conoce que estiraron más el brazo que la manga, hace unos años, y ahora les aplastan las consecuencias de querer llevar un tren de vida que no podían mantener? Esas personas, en aquel momento, no se resignaron a vivir como sí podían, y creyeron que sí podrían. A los griegos les ocurre lo mismo. Les ocurrió lo mismo en un nivel personal, y se han dado cuenta pero están ya demasiado entrampados, pero les ocurre lo mismo como país, y eso no sé si se han dado cuenta. Creo que no, porque el partido que va a ganar quiere seguir en el club: no ve que el problema de Grecia no es el dinero que no tiene y debe, sino estar en el club. Y todos sabemos que las trampas son más trampas cuando el entrampado no se da cuenta de que está dentro de una trampa.

Y, caray, yo entiendo que los griegos no quieran afrontarlo, pero los demás debemos hacerlo. Cuanto antes mejor. Y no veo que lo hagamos.

Aunque tampoco me he de extrañar, si ni siquiera afrontamos nuestros propios grandes problemas, nos contentamos con seguir tirando. Consejos vendo y para mí no tengo.



Honey Ryder Worlds Away



martes, 13 de enero de 2015

Honey Ryder



El otro día, surfeando, descubrí a Honey Ryder. Es mi nuevo grupo favorito; su primer álbum, de corte rockero, no es gran cosa, pero grabaron un segundo en Nashville, pasaron su estilo por el country, y... ¡buf! ¿Por qué no les oigo en la radio? ¿Por qué las emisoras sólo pinchan canciones viejas de viejos artistas en vez de rastrear qué hay por ahí? Hace treinta años, Honey Ryder estaría en todos los diales, y ahora... pues eso. Suerte que nos queda internet.

En las próximas cuatro o cinco entradas iré vinculando canciones de Honey Ryder; deberían pincharlas. No les defraudarán.



Honey Ryder - Marley's Chains

domingo, 11 de enero de 2015

Enero aquí, enero allí



China chana estamos en enero de 2015. En noviembre, a más tardar, habrá elecciones generales. Y aquí seguimos.

El año que viene para estas fechas será enero de 2016. Y en noviembre de 2016 habrá elecciones presidenciales en Estados Unidos. En enero de 2016, todos los candidatos estarán pateándose Iowa (votan el 18) y New Hampshire (donde votan el 26), y el 2 de febrero se votará en Colorado, Minesota, Nueva York y Utah. En unos casos serán elecciones "primarias", y en otros serán asambleas electorales, "caucus"; en todos, un porrón de candidatos de todos los partidos visitarán todos los pueblos que puedan y sostendrán cuantos más debates mejor, para intentar convencer a los electores de que ellos serían la mejor opción. Recalco "convencer", si me permiten el retintín.

Aquí, en cambio, partimos de la base de que nadie va a intentar convencerle a usted de que él sería la mejor opción. Aquí, la cosa es tan sencilla como que en octubre los partidos políticos nos dirán que les hemos de votar a ellos, por uno de los tres argumentos siguientes: "Si no somos nosotros, será el caos", "hay que impedir que gane la derecha", o "todos son iguales, salvo nosotros". Y ya está.

Allí, todos pueden presentarse. Mientras aguante su dinero (el que recauden), pueden dirigirse a los electores y explicarles sus propuestas. Se celebran multitud de pequeños debates en recintos de todo tipo, donde los candidatos se enfrentan delante de sus electores. O bien se presentan a debates unipersonales, ellos frente a los ciudadanos, discutiendo con ellos sin cortapisas. Y además hay muchos candidatos; sería humillante para un partido que no los hubiera, y daría qué pensar.

Aquí, en cambio... ya sabemos lo que pasa.

Se nos llena la boca con la palabra democracia. Y a los dirigentes de nuestros partidos, más que a nadie.




John Denver - Rocky mountain high (versión Paul Chet & the Whiskey Chickens)


jueves, 8 de enero de 2015

Catalanismo, islamismo


La matanza en la redacción de Charlie Hebdo ayer en París debe llevarnos a todos a una reflexión profunda. Da la casualidad que tenía en mente una entrada más o menos como la que sigue, así que me van a permitir que la adapte un poco para recoger también alguna idea al respecto.

En las sociedades democráticas, lo habitual es que la gente sea (en mayor o menor grado) de derechas, de izquierdas o indiferente (indiferente por desconocimiento, como los niños, o por descreídos, desengañados de la política). Pero una característica fundamental de estas sociedades es que cada uno acepta a los demás. Al de izquierdas, de derechas o indiferente no le molesta que el otro no sea de su credo político; simplemente, le basta con que las políticas que se apliquen sí sean de su cuerda. Usted puede estar a favor de las subvenciones a los clubes de fútbol de Primera y yo en contra, por decir algo, y a ninguno de los dos nos molesta más de lo normal que usted y yo no coincidamos; lo que nos disgusta es que no se subvencione (usted) o que sí se subvencione (yo); y el indiferente lo único que pedirá es que en este tema no haya desvío de dinero.

En Cataluña, sin embargo, las cosas no son así. Tenemos, por un lado, la sociedad democrática habitual: los que son de derechas, los de izquierdas y los indiferentes. Pero aquí tenemos a un cuarto grupo: los catalanistas, hoy en día presentados como independentistas. Los catalanistas se diferencian de los demás que a ellos sí les molesta que sus conciudadanos no sean de su cuerda. No nos quieren aquí, nos quieren fuera. Les puedo dar mil ejemplos y explicaciones; creo que no es necesario. En síntesís, ésa es la realidad. Aquí vivimos con un sector de ciudadanos que, lisa y llanamente, quieren que nos vayamos. Que no estemos, que no hubiéramos llegado si venimos de fuera, que no hubiésemos sido así si somos de aquí. El resto, todas sus acciones y sus políticas, se explican entendiendo esto.

En esto, son diferentes a todos los demás. Y a partir de ahí, todos los demás valores son diferentes. Uno tiene derecho a insultar y llamar nazi al otro, siempre que se sea catalanista. Si alguien llama nazi a un catalanista, ¡la que se monta! Uno puede quemar o retirar de un asta una bandera española o francesa ¡pero jamás la estelada! Y así, lo que quieran.

Los valores con los que nosotros regulamos nuestra convivencia no son los de ellos. Y ellos claman que "son sus tradiciones"; que hemos de respetar sus tradiciones, sus valores. Y se les llena la boca con palabras como paz, convivencia e igualdad.

Recuerdo hace muchos años: paseaba con un amigo catalán por Zaragoza y vimos unos carteles en los que se hacía sátira del presidente autonómico de Aragón, entonces Hipólito Gómez de las Roces. Mi amigo catalán estaba asombrado: era inconcebible en Cataluña que alguien se burlara de Pujol: eso equivaldría a reirse de Cataluña (esto no me lo dijo, yo lo sabía), y Cataluña para el buen catalán es lo más sagrado, más incluso; es su nombre el que no puede tomarse en vano.

La matanza de París vuelve a poner en la palestra a otro sector de la sociedad, de la Humanidad en realidad, que tampoco quiere que existan los que no son como ellos: el infiel debe convertirse o morir, y en las zonas del planeta donde puede hacerlo (forzarle o matarle) lo hace.

No todos los catalanes son catalanistas. No todos los musulmanes son islamistas.

Los catalanistas no quieren que los que no somos catalanistas vivamos en Cataluña. No quieren un no-catalanista en Cataluña. Pregunten, si quieren, a Federico Jiménez Losantos por qué en 1981 lo ataron a un árbol en el Tibidabo y le pegaron un tiro en la rodilla. O, simplemente, siéntense y escúchenles. Lean sus twitters, sus comentarios en las webs. ¿No le resultan semejantes a esos otros? Yo es que hay una pauta que encuentro familiar...

El gran error con los catalanistas ha sido darles cancha. Dejarles espacio. Aceptar que sean ellos los que marquen sus normas. 

Pero tendrían que vivir en Cataluña para entender lo que les cuento. Desde fuera es difícil de creer.



Barbra Streisand - Memory

Un consejo para ingenieros



Andaba el otro día calculando unos racks de tuberías; en concreto, analizaba los efectos de la dilatación. Como se iban a emplear compensadores de la casa CORACIsa (www.coraci.es), accedí a los documentos técnicos que tienen disponibles en su web (algo que es muy, muy de agradecer, a ver si cunde el ejemplo).

El caso es que en una de las guías acaban con un epígrafe que denominan "UN COMENTARIO", y que dice:

La fuerte expansión de la industria en los últimos veinticinco años ha provocado un alud de información imposible de digerir individualmente, razón que ha obligado a implantar normativas que simplifican el trabajo de ingeniería así como grupos de trabajo multidisciplinares dado que ante la diversidad y complejidad de cada rama el individuo tiende a especializarse.
Un ingeniero o responsable de proyecto encontrará su atención dispersa entre el conjunto de componentes de la planta, pero deberá centrarla en el desarrollo del proyecto y su posterior rendimiento, por lo cual de algunas especialidades muy concretas, no tendrá más que un conocimiento muy superficial.
Lo fundamental es que su base de conocimientos generales sea sólida y le permita solicitar, obtener y saber valorar la ayuda que puedan prestarle otros ingenieros y técnicos especializados en la materia.
En cierto modo la función de coordinador general del proyecto es más importante que saber mucho de algo y del resto nada.
y lo terminaban con un consejo. El cual consejo me ha gustado mucho, y no he podido resistir la tentación de plasmarlo aquí para ustedes; y lo pongo como imagen, para ni siquiera alterar la tipografía, que es intencionada:








Air Supply - Making love out of nothing at all

martes, 6 de enero de 2015

Dos cosas sobre el viento que usted quizá no sabía

 


Me juego la vida y la libertad al darle esta información porque, aunque es una norma europea y por lo tanto parte de nuestro cuerpo jurídico, AENOR se atribuye el derecho exclusivo a transmitir este conocimiento Por favor, no me delate. No quiero líos con la Ley.


Es posible que usted, calculista de estructura, no tenga en cuenta el anexo A del eurocódigo 1, parte 1.4, sobre acciones del viento. Es cierto que es un anexo y por lo tanto no es de obligado cumplimiento, pero creo que no está de más que lo sepa y, si lo considera conveniente, lo aplique:



Es decir: si construye usted cerca de un edificio mucho más alto, la altura de su edificio, a efectos de viento, puede ser mucho mayor de la que usted cree. Por ejemplo (me ha pasado), si calcula una nave industrial - baja, con mucha influencia del viento) adosada a un almacén robotizado en altura, muuucho más alto.

Por suerte, la aplicación de este artículo es voluntaria, con lo que le sugiero que lo administre con razonamiento: debe haber una proporción en las dimensiones en planta entre el edificio alto y el afectado, no es razonable que un centro comercial esté afectado por la torre de publicidad que tiene en una esquina, ¿no? Vamos, que tiene usted que tener el derecho a aplicarlo o no según si considera o no que se produce afectación.

Por otro lado:


Recuerden que en el eurocódigo el terreno de categoría IV es el que en la norma española se denomina como categoría V.

Este artículo también hay que tomarlo con cuidado, sobre todo si algún ingeniero español le va a revisar el proyecto. Porque viene a decir que si hay muchos edificios altos, como en las ciudades, usted puede rebajar la altura efectiva de su edificio. Y esto la norma española no lo permite, porque para ella (CTE SE-AE 3.3.2.2) "los edificios se comprobarán ante la acción del viento en todas direcciones, independientemente de la existencia de construcciones contiguas medianeras", algo que para mí significa que hay que suponer que los edificios que resguardan del viento pueden desaparecer algún día.

En fin, ahí lo dejo. Espero que haya sido usted bueno y se lo merezca.




Mocedades - La gaviota


domingo, 4 de enero de 2015

Último año para un Land Rover



En diciembre de este 2015 se dejará de fabricar el Land Rover Defender. Si no lo reconoce como tal, quítele el nombre Defender, que se añadió en 1990 para evitar confusiones con el modelo Discovery que iba a sacar la casa Land Rover. Antes, sólo había Land Rover y Range Rover. Ahora sí, ¿verdad?

http://www.landrovercentre.com/listings/ndh789j/
Para los que vivimos una España sin coches japoneses, antes había dos todoterrenos: el verdadero, el Land Rover, y el de los ricos, el Range Rover. Les aseguro que han viajado muchas más ovejas en el Land que en el Range, así que creánme: el verdadero todoterreno es el Land Rover. Todavía lo verán en muchos pueblos y granjas, si se fijan. Y cuando lo vean delante, se darán cuenta que tengo toda la razón.

En realidad, tendría que precisar: el Land Rover es el auténtico coche de campo para usar fuera de la carretera (todo el mundo sabe que el verdadero coche de campo para circular por asfalto es el Renault 4). Sobre todo si es una zona accidentada. Los demás, los todoterrenos, son coches para gente de ciudad que tiene mucha pasta, le importa un bledo el medioambiente, odia a los peatones y quiere que en caso de accidente mueran los otros. Ahora mismo, miro por la ventana y veo aparcado un todoterreno negro, impecable, sin una mota de polvo en las llantas, mientras pasa otro más o menos igual y tan limpio. Todoterrenos de lujo, para gente que no necesita ir a buscar ninguna oveja, pero que puede que alguna vez quieran ir con la familia de picnic a algún sitio que quizás requiera unos metros de pista de tierra. Sí, estos son coches todoterreno. Es cierto. Pero no son coches de campo, no se si me entienden. Para mí, ahí está la esencia.

Y es normal que el Land Rover sea un coche de campo: al acabar la segunda guerra mundial, a un ingeniero inglés se le ocurrió que los jeeps que usaban en el ejército podrían servir también en la vida diaria, como una ayuda para los granjeros británicos. En 1948 salió el primero Land Rover; lo que ha venido después han sido restyling.  Y, como curiosidad: el color "clásico" de este coche, el verde "salvia" (a mí no me pregunten, es una hierba y también "ese" color) es porque compraron la pintura a una fábrica de aviones de combate.

¿Porqué se deja de fabricar el Land Rover? Por temas legales. La legislación europea tiene requerimientos (emisiones, aribags, asientos, etc) que el Land Rover no cumple.  Se les ha acabado la moratoria, y lo dejan. No de fabricar coches, claro, porque seguro que sacarán otro modelo, sino el concepto original del Defender: llega un punto en que ya no es adaptable.

Ahora bien: ¿Es el Land Rover un peligro? ¿Necesita cumplir tantas ordenanzas? Creo que desde 1948 se han fabricado unos dos millones de vehículos, y en torno al 75% siguen circulando hoy en día. Yo diría que el usuario medio del L-R comprará menos coches a lo largo de su vida que el usuario normal; teniendo en cuenta el enorme coste medioambiental de fabricar un vehículo, ¿quién es más eficiente desde el punto de vista ecológico?

Dicen que contamina. ¿Cuántos kilómetros hace un L-R medio al año? ¿Qué gasto de combustible supone? ¿A cuánto ascenderá el ahorro si se compra otro vehículo para esa función? ¿Se justifica el cambio?

Dicen que no tiene elementos de seguridad. ¿Cuánta gente muere conduciendo un L-R al año? ¿Alguno, quizá? ¿No les da ninguna pista que el 75% de los coches sigan ahí? En mi opinión, si quieren, que les prohiban circular por autopistas y autovías, pero yo pienso que quien lo compra no lo quiere para hacer kilómetros en carretera.
 
En fin, supongo que aquí me sale mi rebeldía contra las normas que castigan a justos por pecadores.

El caso es que ya lo saben: el Land Rover dejará de fabricarse en diciembre de este año. Si quieren uno, dénse prisa. Luego vendrá otro, pero no será "el Land Rover".



Runrig - Every river

viernes, 2 de enero de 2015

La Universidad de Kentucky, una vez más



Hay muchísimas diferencias entre el american way of life y el estilo de vida que tenemos en España. Una de las más intrigantes, para mí, es el deporte universitario; es posible que comprender lo que es allí el deporte universitario sea una de las mejores maneras de entenderles.

Este año, casi seguro, la Universidad de Kentucky (UK o los wildcats, en el mundillo), ganará el campeonato de baloncesto. El sistema de competición americano es muy bueno y consigue un alto nivel de incertidumbre (y por lo tanto de emoción), por lo que es posible que al final no ganen, de hecho no tienen los últimos diez campeonatos, pero... no, este año no. 

La cuestión es que, año tras año, UK está entre los favoritos. Y no solo porque sea el equipo que más partidos ha ganado en la historia, ni el que tiene el mayor porcentaje de victorias (gana el 76% de sus partidos, ahí es nada) o el que más veces ha jugado la fase final, el que más veces ha quedado entre los 16 mejores, entre los ocho mejores o jugado la final. Es que, de un tiempo a esta parte, cada año dan miedo. ¿Cómo lo hacen?

Un dato revelador: del equipo que jugó en el 2012, 6 jugadores fueron elegidos en el draft de la NBA, incluyendo el increíble hecho de que  los números 1 y 2 de ese draft fueron wildcast. ¡Y todos eran jugadores con sólo 1 año de experiencia!

Bien, el 2012 se quedan sin equipo. Reconstruyen, y en el 2014 llegan a la final. La gran estrella, Randle, se va a la NBA, como su compañero Young. Ambos habían jugado sólo 1 año en UK, pero ya les era suficiente. Y quizás ese es uno de los secretos del éxito de UK.

Como es lógico, los equipos universitarios fichan a chavales que terminan el instituto. Si hay mil universidades, institutos hay miles y miles. Para saber a quién han de fichar, las universidades pueden valerse de sus ojeadores, o acudir a Internet. Ir a Internet, sin conocimiento, es una locura. En este caso, existen una serie de páginas web que se dedican a calificar a los chicos. Los ojeadores pueden informar de un puñado de chavales a los que han visto en un par de partidos, y en Internet pueden saber todo de todos, por lo que es fácil de entender que las universidades busquen estas webs y se crean lo que dicen. En consecuencia, lo que dicen estas webs es poco menos que fundamental para los chicos.

El sistema de puntuación de las webs se basa en estrellas: cinco estrellas es lo máximo, y significa que la web opina que el chaval va a ser el mejor en su puesto y jugador de lotería del draft de la nba. Futura estrella, para entendernos. Cuatro estrellas significa que el jugador va a ser muy bueno, y las universidades más potentes se los rifan. Pero la clave es conseguir a un jugador 5 estrellas, porque de ésos hay pocos y marcan las diferencias.

Por ejemplo: los siete primeros jugadores del draft de este año han sido cinco estrellas.

Bien, ahora imagine usted que usted es un chico de 18 años que ha terminado el instituto (es posible que su tremenda habilidad para el baloncesto haya conseguido una cierta benevolencia en los exámenes) y que las webs dicen que usted es un jugador 5 estrellas. Es usted negro, ha pegado tal estirón que mide usted 2,11, y es la persona más famosa de su pueblo, pongamos Olive Branch, Misisipi. Todas las universidades del país han aparecido por allí, ofreciéndole a usted una beca. ¿Qué hace usted?

Para empezar, usted es consciente de que los estudios no son lo suyo. Quizá sea capaz de sacarse algún título menor y conseguir un empleo en el que le paguen 12.000 USD al año, pero todo el mundo (literalmente, todo el mundo) opina que usted puede ser una estrella de la NBA. Su primer salario sería, como mínimo, de un millón de dólares. La elección está clara. El segundo paso es el hecho de que la carrera de un jugador de la NBA no dura mucho; los grandes contratos no se logran cumplidos 36 años, así que cuanto antes empiece a ganar dinero, mejor. Anthony Davis firmó su primer contrato a los 19 años por 16 millones de dólares, y expira a los 3 años; el siguiente que firme, cuando tenga 22, puede ser inimaginable hoy.

La segunda decisión, por lo tanto, es fácil: su carrera universitaria ha de ser de 1 año; total, no tiene usted ningún interés en los estudios. Además, si se lesiona usted de gravedad antes de su primer contrato NBA, la ha fastidiado de por vida: es un riesgo que no interesa correr. Y, algo no desdeñable, existe la posibilidad de que mientras está usted en la universidad aparezcan nuevos jugadores cinco estrellas que le birlen el puesto: esto es mucho dinero, oigan.

Decidido que sólo va a jugar un año, es importante elegir bien la universidad. Un dato curioso es que ganar el campeonato no afectará a su futuro. Así que de lo que se trata es de que los equipos NBA se fijen en usted: necesita estadísticas. Y para conseguir buenas estadísticas necesita usted... exacto, necesita minutos. Usted ha de elegir a la universidad que le garantice más minutos de juego. Es usted un chaval que ha terminado el instituto y puede que el equipo tenga ya a buenos jugadores en su puesto: da igual, han de darle a usted la parte del león. Así son las cosas.

Kelly Oubre, cinco estrellas, decidió que se iba a Kansas. Gran universidad, gran historial. Pero el entrenador opinó que ya tenía un bloque y que el mozo estaba aún un poco verde, y no le ha dado minutos. Por fin, a finales de diciembre Oubre ha empezado a rular y se ha hecho con el puesto.

Chascarrillo al respecto: el puesto era de otro, pero el titular llegó tarde a una sesión de entrenamiento (una sesión de pesas en el gimnasio) y el entrenador le castigó sin ser titular en un partido. Oubre aprovechó la oportunidad, 23 puntos y 10 rebotes, y ahora ya no le sienta nadie.

El caso es que Oubre lo va atener muy difícil para enderezar sus estadísticas y hacer que brillen entre las mejores, con lo que su elección de una universidad errónea le va a suponer muchos millones de dólares.


Oubre debería haber optado por Kentucky, como los demás cinco estrellas: este año han cogido a 3 5 estrellas, el año pasado a 6, el anterior a 3, los tres anteriores a 4, 4 y 4... ¡Incluso ya han confirmado a dos para el curso que viene!

Así se entiende que, año tras año, UK esté arriba. En un baloncesto donde los buenos no duran (con lo que no tienen el plus que da la experiencia), tienen a los mejores atletas del país. Un ejemplo: en la plantilla de este año tienen a dos titulares de 2,13, uno de 2,11 (este, reserva) y otro titular de 2,08, y hablamos de jugadores que tienen 20 años los mayores. Normal que la defensa de los wildcats esté machacando a todos y cada uno de sus oponentes (en el último partido han vencido a Louisville 58-50 ¡sólo 50 puntos los cardinals!, y ha sido su partido más apretado).

Por cierto, quédense con estos dos nombres: Willie Cauley-Stein y Karl Towns, los próximos números 2 y 1 del draft. Y Towns quizá pase a la leyenda de la NBA, empiecen a seguir al muchacho.

Está claro que el secreto de Kentucky es que cada año consigue formar un equipazo. La pregunta es entonces porqué van a UK, si la competencia por el puesto debe ser reñidísima.

Pues porque no lo es. El entrenador de UK, John Calipari, lleva unos años aplicando el método que están llamando "tweaks" (cambios). Consiste en que ha formado dos "pelotones", juegan por pelotones que entran de golpe (cambia a los cinco), y cada pelotón juega muchos minutos, un día unos más y otros menos, pero el caso es que todos terminan jugando bastante. Todos hacen estadísticas. Quizá no tantas como si estuvieran en Grand Canyon (sí, es una universidad de la conferencia Western Athletic), pero desde luego tienen muchos más minutos de los que ha tenido Oubre en Kansas. Así que, al final, va a ser cierto que el entrenador tiene mucho que ver en el éxito de un equipo.

Chascarrillo adicional: en los antílopes de Grand Canyon juegan este año tres australianos, un nigeriano, uno de Senegal... y el sevillano Adrián Carrión Armas, el más bajo del equipo. Me temo que no es la estrella: ha jugado en tres partidos, siete minutos en total, cero puntos (ha tirado un triple y dos tiros libres) y ha cogido un rebote. Aunque tampoco creo que esté intentando ir a la NBA.

Y mi pronóstico: este año campeones, se vaciará el equipo pero harán un digno papel, y en dos años vuelven a estar ahí.

Hablamos de la Universidad de Kentucky, claro.





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