lunes, 31 de diciembre de 2012

Un deseo para 2013

Ahora que estamos en vísperas de un año nuevo, y como soñar es gratis, nos entretenemos en pensar qué nos gustaría que nos deparase el nuevo año. Generalmente, queremos que sea mejor que el anterior, aunque este año, escaldados, seguramente diremos que con que sea como el 2012 nos conformamos.

¿Saben qué me gustaría a mí que nos trajera el 2013? Austeridad.

Del Diccionario de la RAE:
austeridad.
(Del lat. austerĭtas, -ātis).
1. f. Cualidad de austero.

austero, ra.
(Del lat. austērus, y este del gr. αὐστηρός).
1. adj. Severo, rigurosamente ajustado a las normas de la moral.
2. adj. Sobrio, morigerado, sencillo, sin ninguna clase de alardes.
Y, por si (como yo) no lo sabían:
morigerado, da.
(Del part. de morigerar).
1. adj. Bien criado, de buenas costumbres.
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Quiero con ello decir que me gustaría que en el 2013 aprendiéramos todos a ser un poco más austeros. Los particulares, a vivir de manera sencilla, sin dispendios ni suntuosidades. A no creer que nuestra felicidad radica en tener consas que no tenemos, y que descubriéramos que, precisamente, la felicidad radica en estar contentos con lo que sí tenemos.  Descubriríamos que somos ricos, porque tendríamos todo cuanto quisiéramos.

A nuestros políticos y dirigentes, también, por favor, un poco de austeridad. Los diputados y senadores seguro que pueden hacer igual de bien su trabajo sin Ipods, Ipads, Iphones, Ileches y piscinas climatizadas con playas de mármol de la Luna, por ejemplo. Y lo mismo todos los demás. Que aprendan que la valía de un político no la establece el blindaje de su coche o el número de chóferes adscritos. Pero, sobre todo, que se den cuenta que sus dispendios los hacen con nuestro dinero: que lo administren como si luego fuéramos a pedirles cuentas de ello. Que no les ciegue la posibilidad de utilizar los fondos públicos para su boato. Luego, lo harán bien o mal, pero, por favor, sean austeros.

Y a la sociedad en general, más que nunca. Ojalá consigamos cambiar de ser una sociedad como nos dicen los políticos que tenemos derecho a ser, llena de lujos, servicios y prestaciones, con edificios públicos diseñados para algún emirato árabe, con las mejores bibliotecas públicas en cada barrio y cada pueblo, el mejor hospital, la mejor estación del AVE y los mejores kilómetros de autopistas, en la que tu pueblo tiene que tener aeropuerto de los de conexión diaria con Nueva York y Sidney, y si es necesario se paga a las aerolíneas para que traigan viajeros, a ser la sociedad que fuimos capaces de ser: una sociedad en la que aceptas que no lo puedes tener todo e incluso en la que no te lo han de dar todo hecho; por ejemplo, que si tienes gripe te la intentes curar tú mismo en vez de requerir un gasto sanitario superior a tu nómina; o en la que... No sigo; imagine usted por mí.

En fin, deseo de verdad que todos nosotros seamos capaces de vivir más austeramente. No de vivir en la pobreza pero llorando por no vivir en la abundancia, no estoy diciendo eso. Estoy pidiendo que consigamos desembarazarnos de todas esas ansias de poseer más, de ser tratado mejor, de más y más y más.

No sé cómo nos irá en el 2013, pero estoy seguro de que aprender a vivir con austeridad nos vendrá bien.

Feliz Año Nuevo.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Segunda enmienda: derecho a portar armas

Una vez más, ha vuelto a reavivarse el debate sobre si los norteamericanos hacen bien manteniendo su derecho a portar armas. Claro, una nueva e inexplicable matanza, el tipico chalado que guarda en su casa un catálogo de armas automáticas, y que un día las coge y se lía a tiros contra todo lo que se mueva. Cosas de América, decimos en Europa. Incluso cuando pasa en Europa nos excusamos diciendo que esta vez fue por emulación, que todo se pega menos la hermosura.

El caso es que, impepinablemente, y TRAS la matanza de turno, salta el debate: armas sí, armas no. Normalmente, los europeos, por descontado, armas no. En los periódicos incluimos también el artículo de algún americano urbanita que opina lo mismo, y - por aquello de ser equidistante - el testimonio de otro americano, normalmente éste un portavoz de la Asociación del Rifle o similar (el último que leí decía que no, que las armas no tenían la culpa ni crean psicópatas asesinos, que son los medios de comunicación al darle la fama los que los promueven).

En mi opinión, por si les interesa, el debate está equivocado. Por dos razones, la primera porque los europeos no sabemos realmente cómo piensa un nortea-mericano, y la segunda... porque creemos que el debate versa sobre las armas.

Verán, yo creo que la postura norteamericana a favor de las armas se puede resumir en dos motivos: en primer lugar, la Segunda Enmienda; y en segundo lugar, a sangre fría. Permítanme que empiece mi explicación por el segundo motivo.

1.- A sangre fría

A sangre fría, no sé si lo saben, es una novela de Truman Capote basada en hechos reales que narra el asalto, por parte de dos criminales huidos, de una vivienda semiaislada de Kansas. Allí vivían un matrimonio y sus dos hijos adolescentes (como mínimo, creo recordar que uno era una hija); los asesinos asaltan la casa, capturan a la familia y finalmente los matan. La novela, ya digo, es dura, o al menos a mí se me hizo muy dura, muy cruel. Uno de los asesinos es un débil mental que se mea en la cama y es manejado por su psicópata compañero,... en fin, imaginen ustedes el resto. El caso es que a sangre fría describe a una familia honrada que se ve asaltada por criminales y no puede defenderse. Y esto es el miedo ancestral del norteamericano medio. No del que vive en las ciudades, claro (y casi todos estos están en contra de las armas), pero sí del de los pueblos y zonas rurales, que o bien vive relativamente aislado o bien circula a menudo por campos y carreteras no transitadas. 

Digamos que es una imagen recurrente en el pensamiento americano. Por ejemplo, en la gran canción de Neil Young Podwerfinger (escuchen aquí la gran versión de los Cowboy Junkies, que yo prefiero a la de Young, y eso que el tío me encanta), y cuya letra dice así:
Look out, Mama, there's a white boat comin' up the river
With a big red beacon, and a flag, and a man on the rail
I think you'd better call John, 'cause it don't
look like they're here to deliver the mail
And it's less than a mile away
I hope they didn't come to stay
It's got numbers on the side and a gun
and it's makin' big waves
Daddy's gone, my brother's out
hunting in the mountains
Big John's been drinking since the river took Emmy-Lou
Seems the Powers That Be left me here to do the thinkin'
And I just turned twenty two
I was wonderin' what to do
And the closer they got,
The more those feelin's grew

Daddy's rifle in my hand felt reassurin'
He told me, "Red means run, son,
and numbers add up to nothin'"
When the first shot hit the docks I saw it comin'
Raised my rifle to my eye
Never stopped to wonder why
Then I saw black, and my face splashed in the sky
Shelter me from the powder and the finger
Cover me with the thought that pulled the trigger
Think of me as one you'd never figured
Would fade away so young
With so much left undone
Remember me to my love, I know I'll miss her

La canción habla de un muchacho, único hombre de la familia que queda en la casa, y de cómo ve que llegan gente que "no viene a repartir el correo" (expresión americana, como si dijéramos "no vienen a felicitarnos las Pascuas") y asume, pobre chaval, que va a tener que defenderse y... que le van a matar.

Los europeos, por supuesto, pensamos que cualquier situación que conlleve un arma, no importa de qué lado del arma estés, es peor que la situación sin armas. Si llevas las de perder, mejor sin armas: la vida es más importante. Y si el arma es tuya, ¿vale lo que defiendes el lío en el que te vas a meter? Pero, ya digo, los europeos es que no somos norteamericanos. Pensamos diferente.

Y además está el tema de la Segunda Enmienda.

2.- La segunda enmienda

La segunda enmienda de la constitución de los EE.UU. establece que todos tienen derecho a llevar armas. Por lo tanto, huelga cualquier discusión.

Pero no, la cosa es mucho más profunda que eso.

Ya expliqué en una entrada anterior qué es eso de las enmiendas a la constitución americana. La segunda, en concreto, dice "Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas no será infringido", texto que jueces del Tribunal Supremo explicaron que debía entenderse como lo entendería un hombre normal, sin interpretaciones torticeras de las que acostumbran a hacer políticos y abogados. Es decir, que la gente normal tiene derecho a las armas.

Los europeos, que no entendemos nada, sugerimos que lo que tienen que hacer es derogar esta enmienda. Y no. Que no se trata de eso. Que no es un tema de armas sí, armas no. Es un tema de que es un derecho - y en este momento no importa cuál- que tienen las personas, no los Estados. Igual que tienen derecho a no declarar en su contra o derecho a la libertad de expresión. Es decir, hay una seriue de derechos que son de las personas y los Estados no pueden arrebatárselos. En estos momentos, repito, no importa qué derechos son. Importa que son de ellos. Si un Gobierno puede arrebatarles uno de ellos (por ejemplo, el de la Segunda Enmienda), ¿qué impediría que les arrebatara después el de la Quinta o el de la Cuarta, por ejemplo? "Si usted quiere, usted habla de armas. Yo hablo de Derechos".

Y, no lo olvidemos, la Constitución (y sus enmiendas) es la esencia de los Estados Unidos. No estamos hablando de una ley sobre los sellos postales; estamos hablando de la libertad de las personas. 

Y es que ésa es otra manera de ver el asunto. Los europeos estamos acostumbrados a vivir en colectividades, debido a las ventajas que conlleva y que no es necesario enumerar; a cambio, hemos renunciado a otras: por ejemplo, el ruido del tráfico, la cercanía de los demás cuando es molesta o el no poder hacer el ruido que se quiera cuando se quiera. Digamos, en definitiva, que para nosotros los europeos, que desde la noche de los tiempos hemos renunciado a muchas cosas, la Vida es el valor sacrosanto. Después, la Libertad. Pero, por delante, la Vida.

Para el norteamericano tipo, en cambio, la Libertad es más importante que la Vida. Puedes matar al que te roba o te ataca, porque tu libertad es más importante que su vida. El derecho de las personas a vivir libres es más importante que el derecho de las personas a vivir.

Y si se ha de morir porque las personas tengan derecho a llevar armas, se morirá. Porque defendiendo este derecho se defienden todos los demás, y por lo tanto es un precio a pagar por la Libertad.



Yo, por supuesto, pienso que es un error que la gente tenga armas. Más aún, que tengan toda una colección de armas como suelen tener los psicópatas. Pero ¡qué quieren que les diga!, también les entiendo un poquito. Y la cosa no versa sobre las armas, sobre la violencia intrínseca del americano o sobre la educación en valores de las personas. Porque no se trata de armas. Se trata de los derechos que les han hecho ser lo que son.

martes, 11 de diciembre de 2012

Esto se acaba: lo que diría Ishmael


Imaginemos que podemos poner todas nuestras pertenencias, todo lo que es nuestro, en un fardo. Imaginemos que ese fardo mide apenas 1 metro por lado (creo que no es un fardo muy grande, al contrario). Ahora imaginemos que cada año conseguimos mejorar un poquito; por ejemplo, un 4% al año. No es un crecimiento muy grande, de hecho cualquier economista diría que es un crecimiento paupérrimo y, desde luego, nadie invertiría su vida en algo que sólo generase un 4%. Pero para lo que quiero contar, es un crecimiento suficiente. Porque imaginemos que cada año consigo este crecimiento. Cada año consigo mejorar mi posición un 4% con respecto al año anterior. Pues bien, al cabo de 50 años ese fardo mediría… 1,92 m por lado. Fruto de toda una vida, y casi lo doblo. Entonces imaginemos que le transfiero ese fardo a mi hijo y él sigue mejorando un 4%. O imaginémoslo al revés. Imaginemos que mi padre lío ese fardo y a mí me lo transfiere ya con 1,92 m de lado. Si el fardo lo hubiera liado mi abuelo en 1912 y se lo hubiera pasado a mi padre y éste a mí, el fardo ahora sería de 3,70 m de lado. Cien años de esfuerzos familiares. ¡Ah, pero imaginemos que el fardo lo liase mi tatatarabuelo al terminar la Guerra de la Independencia! Entonces, el fardo sería de 13,66 m de lado! ¿Y si el fardo lo creara mi antepasado al terminar la guerra de Sucesión? Ahora sería de 50,5 m de lado, y quizás mis vecinos empezaran a quejarse. Si el fardo se liara en 1512, tras la conquista de Navarra, en 2012 sería… de 690 m de lado. Pedazo fardo. Si se hubiera liado tras la reconquista de Zaragoza, en 1118, mediría nada menos que 128 km de lado. Si se hubiera liado cuando el portal de Belén, mediría aproximadamente 265… millones de kilómetros. Y si el humilde fardo con sus pertenencias lo hubiera liado un antepasado de cuando la fundación de Cádiz, ahora mediría por cada lado 11,4 años-luz.
Si la cuenta la hubiera empezado con un miserable 2% de crecimiento, el fardo del primer gaditano ahora sería de 400.000 km de lado, y si hubiera pedido un 1% de crecimiento sería de 21 km de lado. Que, si les parece poco, podemos cambiarlo a un fardo de 100 metros de alto por 10 km de ancho por 9.200 km de largo. Todo este espacio, completamente lleno de las pertenencias de un único descendiente de un único gaditano. Y eso que mejorar cada año un 1% es como decir no mejorar nada. O casi.

¿Qué nos dice esto? Pues… que el crecimiento no es sostenible. Que el planeta Tierra no puede soportar el crecimiento perpetuo de una persona. Y, sin embargo, todo nuestro estilo de vida se basa en crecer, en mejorar, en tener más, en poder hacer cada vez más cosas. Y como tenemos perfectamente asumido que llegará un día que la Tierra se nos quedará pequeña, ya nos hemos hecho a la idea de que nos trasladaremos a otros planetas y problema resuelto. Como habría dicho el Conde de Romanones, ¡joder, qué tropa!

A principios de este año les hablé de Ishmael. De cómo ya hace años que Daniel Quinn nos planteó que nuestra civilización está condenada a la extinción porque no sabemos vivir sin esquilmar la Tierra. De hecho, si leyeron mi entrada de ayer, probablemente es un buen momento para que lean ésta.

Así pues, recapitulemos:
  1. Nuestra civilización se basa en un crecimiento continuo, en la mejora constante. Desarrollo, lo llamamos. El desarrollo es lo bueno, no desarrollarse es malo.
  2. El desarrollo perpetuo no es sostenible. La vaca Tierra tiene un límite.
  3. En muchos aspectos, el límite está cerca. Las cantidades de petróleo, carbón, uranio, cobre, oro, aluminio, litio, etc., que quedan y son rentables extraerlas dan para unos años. ¿Cuántos? No se sabe. Pero no importa la exactitud: quince, veinte o treinta años, ¿qué más da? Es de ese orden.
Para las placas solares se necesita telurio. Las reservas mundiales de telurio son… escasas. Para empezar, es un subproducto, no un mineral que se explota en las minas. Según la wikipedia en inglés, para producir 0,45 kg de telurio se necesita procesar 5.000 toneladas de cobre/malaquita. Teniendo en cuenta el gasto energético de procesar 5.000 toneladas de cobre,… ustedes mismos. Quiero decir, la energía fotovoltaica también tiene límites.
  1. Ciertamente, los gobernantes y las clases dirigentes, esto lo saben. No estoy seguro de que el intelecto de nuestros gobernantes les dé para entender las consecuencias de esto, pero sin duda las clases que realmente dirigen sí.
  2. ¿Porqué no se publicita este problema? Imagino que por "responsabilidad". ¿Cómo va un presidente del gobierno a proclamar al país que no tienen futuro y que no planeen nada a veinte años vista porque no quiere ni pensar qué será de nosotros entonces? ¿Quién pretende que el presidente de una petrolera anuncie a todos sus accionistas e inversores que les quedan unos años de seguir en la pomada y luego se acabó? 
    Por otro lado, yo mismo no lo tengo claro. ¿Cómo va a ser que colapsemos? Seguro que habrá remedio, seguro que la economía pondrá todo en su sitio y encontrará el equilibrio, seguro que la técnica y la ciencia (como siempre) avanzan una barbaridad y sacan un conejo de la chistera, seguro que... Cualquier cosa, antes que pensar que, simplemente, en unos años se va avenir todo al carajo, y que los hijos, ese proyecto de futuro fruto de nuestro esfuerzo y que vemos crecer día día... que no los estamos preparando para lo que se avecina... Claro que no, ¡cómo creer tal cosa! 
  3. Lo que no quita para que sea así. Imagino también (yo, es que tengo mucha imaginación) que se ha optado por una labor callada, buscar una solución sin que se sepa el peligro que corremos. No estoy seguro de que un formato de cambio de líder cada cuatro años por otro peor sea el idóneo para salir de ésta, pero es lo que hay.
  4. ¿Se está en el camino correcto para encontrar una solución? ¡Ah, eso ya depende!
Depende de lo que se entienda por una solución correcta. Puede que se crea que bastará con mayores eficiencias energéticas, con fuentes alternativas de energía, tipo fusión de hidrógeno (ciencia ficción) y cosas así. Si no se consigue a tiempo, la culpa será de los científicos y los ingenieros, que son todos unos paquetes. La verdad, me temo que Ishmael nos diría que si creemos que el problema estriba en el origen de la energía que utilizamos vamos listos.

Puede que se crea que, de momento, hay que tomar medidas radicales mientras se encuentra una solución: prohibido - a nivel mundial- los vuelos comerciales o de placer, los vehículos de uso privado con motor de explosión, el asfaltado de carreteras o el exceso de alimentación eléctrica en los hogares, por ejemplo. Medidas que reduzcan drásticamente nuestro consumo. Como medio para ganar tiempo para los científicos e ingenieros. Hombre, esto sería algo. Al menos, se ganaría tiempo… para los humanistas, que consigan convencer a la Humanidad de que el crecimiento sostenido que pretende es insostenible. Pero no hay político en el mundo con arrestos suficientes: de momento, ni siquiera lo hay como para proclamar a todos que vamos al desastre.

Ahora bien, si el verdadero problema es que buscamos el desarrollo ante todo y el desarrollo es lo que nos lleva a la extinción, cualquier solución que siga buscando el desarrollo fallará, más pronto o más tarde. Porque de lo que se trata es que hemos de dejar de buscar el desarrollo. Es decir, hemos de no querer vivir cada vez mejor. Todos.

Por eso, me atrevería a decir que una tercera solución sería…  casi-extingámonos. Por ejemplo: fuera la civilización de África, sólo la franja mediterránea. El resto, que sea territorio salvaje. Los africanos que ya están allí, que mueran hasta que su número sea sostenible con sus propios medios. Y el resto de la Humanidad, que se olvide de poner un pie en el continente. Seguro que la ecología lo agradecería. China, India y países asiáticos, aquellos que llevan una generación o menos de industrialización: que paren, que lo desmantelen, que vuelvan al campo y se dediquen a hacer proverbios. Aislados del mundo.  Occidentales: vuelta a 1750. Con la electricidad que seamos sosteniblemente capaces de generar, y punto. Y olvidarnos de expandirnos, chaval, tú haz lo que hacía tu padre y lo que se ha hecho siempre en este pueblo. Mundo árabe: autocastración, porque como sigan reproduciéndose así …

¿Funcionaría, una brutalidad semejante? Digo yo que sí, porque hasta 1750 el mundo era así y era más o menos sostenible.

Ahora, que estemos dispuestos a autorretrocedernos...

lunes, 10 de diciembre de 2012

Esto se acaba


En la planta de arriba hay una fiesta perpetua. Se come, se bebe, se fuma, se canta y se ríe. Los encargados de la bebida van subiendo las botellas desde la bodega, aunque hace ya tiempo que han advertido a los camareros que ya se ve la pared del fondo de la bodega: se está acabando la bebida. Los camareros han avisado a los anfitriones y a los invitados principales, pero ninguno de éstos hace nada al respecto. Los camareros, preocupados, intentan alargar las reservas, aguar los caldos, servir lo que habían desechado e incluso recuperar lo no consumido de los vasos vacíos. Pero es inútil: constantemente hay que subir botellas de la bodega, y los que las traen están ya desesperados, registrándola en busca de algún lote olvidado y viendo que en breve tendrán que decir, por fin, "No hay más bebidas. Se acabó".

Esto se acaba. El año 2012 está ya en su último mes, y todos sabemos que diciembre es un mes en el que se avanza poco, con la mente puesta en las vacaciones y en un año nuevo que ya veremos. Pues bien, en mi opinión lamentablemente 2012 ha sido un año en el que ha seguido la fiesta. Preocupados por los puestos de trabajo, la economía internacional y la economía de bolsillo, las huelgas, los rescates y las troikas, el sistema bancario e ideas varias formuladas en los momentos menos apropiados, hemos vivido cegatamente, sin pensar en pasado mañana. Cuando digan los camareros que se acabó la fiesta…

Lo que quiero decir es que 2012 ha pasado y ni siquiera se ha hecho un ejercicio público de concienciación del problema, que es el primer paso para resolverlo.

¿Que de qué hablo? Del petróleo, naturalmente. Los informes de la Agencia Internacional de la Energía están todo lo maquillados que se quiera para no dar noticias desagradables, pero interpretando correctamente los datos reales que maneja, es innegable: la vaca Tierra, en unos años va a decir basta. No habrá más. Y teniendo en cuenta la absoluta dependencia que tenemos del petróleo, ¿qué va a pasar?

Y no confíen tampoco en la energía nuclear: ¡si el uranio ya está en las últimas! Queda uranio para unos pocos años, no más. Lo justo para que las centrales nucleares que ya están funcionando funcionen un poco más, no para que se construyan nuevas centrales. Y no resulta creíble que Rusia y los EE.UU. saquen al mercado sus reservas militares de uranio.

Pero no sólo se agotan el petróleo y el uranio. El cobre, por ejemplo, también está en las últimas. Queda cobre por ahí, sí, al igual que uranio, pero cada vez en sitios más difíciles de extraer, menos rentables, minas menos ricas (o más pobres, que ya no quedan de las catalogables como "ricas"). Y el cobre, el uranio y el petróleo, para extraerlo de los sitios más ineficientes necesitan un consumo de energía muchísimo mayor. Energía que vendría del petróleo, del uranio… y del cobre: se necesita cobre en cantidades bestiales para bobinar los motores de los generadores de viento, para las turbinas hidroeléctricas, para transportar la electricidad, etc. No hay semana que no nos desayunemos con un robo de cobre en los periódicos. ¿Porqué se roba tanto cobre? Porque hay mucha demanda y muy poca oferta, y por lo tanto está carísimo. Pues esperen a que se ponga prohibitivo...

Es entonces de cajón que todo esto tiene que explotar. Cual burbuja inmobiliaria, por poner un símil que sí entendemos todos. Los precios de productos claves se van a disparar, y son claves porque van a arrastrar tras de sí a todo. Absolutamente todo. Todo lo que requiera algo de energía se va a poner por las nubes, porque la energía se va a poner por las nubes.

Lo peor de todo, en mi opinión, es que no importa lo que digamos en Occidente: China, India, Brasil, Indonesia,… todos estos países, que se están motorizando, calefactando e incorporando al hábito esquilmador de la Tierra que hemos tenido nosotros hasta ahora, todos estos países, digo, no van a querer renunciar a este hábito ahora que es su turno. Ustedes ya viajaron en avión, nos dirán, ahora nos toca a nosotros. Y no nos acusen de comernos las reservas del planeta, porque la parte del león se la comieron ustedes. Quiero decir, aunque en Occidente bajemos el ritmo (que ya lo estamos bajando, pero me refiero a "todavía más"), el resto del planeta cogerá el relevo gastador. El ritmo consumidor se va a mantener, y la velocidad a la que se acerca el crack energético no va a decaer. Somos un transatlántico que va a toda velocidad hacia un iceberg y este barco lleva demasiada inercia como para impedir el golpe. Amigos, ha llegado el momento de prepararnos para seguir nuestra singladura en otro barco. En uno mucho más pequeñito y de remos, quizá. O eso, o Phineas y Ferb nos construyen un transatlántico alternativo.

Así pues, tal y como yo lo veo: si seguimos así, en diez, veinte años a lo sumo, esto habrá explotado. Y por "esto" quiero decir la civilización tal y como la conocemos. Y no me considero exagerado. En diez años, las materias primas se habrán encarecido de tal manera que no se podrá disimular el sobrecoste y no sólo serán un producto prohibitivo, sino que seremos todos claramente conscientes de cuánto hemos estirado el brazo más que la manga. ¿O qué creen que ocurrirá si un litro de gasolina cuesta 15 euros y llenar el depósito de nuestros coches 750 €? ¿Cuánto creen que costará un kilo de tomates que haya que transportar sin chafar?

Y en veinte años, simplemente, se habrá acabado.

¿Qué podemos hacer? A nivel personal, yo creo que muy poco. Como mucho, darnos cuenta que lo del cambio climático es una tontería al lado de esto, porque esto es mucho más urgente, y cambiar la presión que se ejerce "pro cambio climático" por presión "pro cambio energético".  No hablo de ecología, hablo de sostenibilidad. Ahora mismo, no se trata de si en cien años va a hacer más calor. Se trata de llegar a los cien años. Los gobiernos occidentales tienen que entender que estamos ya demasiado cerca del precipicio como para seguir como hasta ahora, ignorando el problema, y tienen que decir: "señores, esto es lo más gordo que ha pasado desde la caída del Imperio Romano, y hemos de hacer de la búsqueda de una solución nuestra prioridad alfa plus plus". Y encomendar al Cuerpo de Ingenieros, al de Físicos, al de Químicos, a los que sean, que nos saquen de ésta. Y todos, colectivamente, hemos de entender que hemos de dedicarnos a resolver este problema con todas nuestras fuerzas. Que está muy bien que la sociedad haga un esfuerzo para buscar una cura para el cáncer, pero ¿de qué servirá si las máquinas que la apliquen no podrán funcionar por no tener cobre o electricidad? La sociedad tiene que hacer un esfuerzo aún mayor para encontrar una alternativa a nuestro modo de vida.

Insisto, no se trata de encontrar un modo de consumir menos. No es cuestión de abastecer nuestras cisternas de inodoros con el agua que utilizamos en el resto de la casa, o parir motores que gasten tres litros a los cien y chasis de fibra de carbono que pesen menos aún, ni de reciclar hasta las uñas. No, porque el otro lado del planeta va a consumir lo suyo y lo que ahorremos nosotros. Aunque estaría bien, por ejemplo, que se prohibieran en todo el planeta los vuelos a motor comerciales o de ocio y sólo se volara con fines militares o de investigación. Pero no, se trata de encontrar alternativas de verdad. Motores que funcionen con aguas residuales, maneras de sacar energía del CO2, qué sé yo. Algo que nos cambie como la Revolución Industrial cambió el mundo. Necesitamos una civilización sin plásticos y sin motores de combustión, y sobre todo que no utilice la electricidad, porque ni tendremos combustibles para generarla ni metales para transportarla.

Porque, amigos, es verdad la que se nos viene encima. Lo que pasa es que nadie quiere ser heraldo de tan mala noticia. Y ante semejante problema, ¡qué estúpido resulta hablar de educación en catalán, de deuda griega o de construir un tren eléctrico que nos transportará a 400 km por hora y autopistas de seis carriles que antes de acabarse ya se habrán quedado sin coches! Ya sé que la crisis es un problema de ahora, pero 2012 ya se acaba y seguimos comiendo y bebiendo como si la bodega fuera inagotable. ¿Qué ha de ocurrir para que nos demos cuenta de cuál es nuestro problema colectivo número uno?

Así que, si va a comprarse próximamente algo de importe considerable, que deba seguir funcionando dentro de años y que vaya a requerir un consumo energético, le aconsejo que se informe previamente sobre lo que yo le he dicho. Escuche a los verdaderos especialistas del tema. No creo que ninguno le dé buenas noticias, salvo que pretenda engañarle.

jueves, 6 de diciembre de 2012

La irresistible ascensión de Megan Nicole


El pasado mes de enero publiqué una entrada sobre Megan Nicole, en la que contaba cómo había descubierto a Megan Nicole curioseando en Youtube, cómo me encandiló y cómo estaba convencido que la moza llegaría alto.

¡Pardillo de mí! No pensé que llegaría tan rápido. Acaba de cumplir 19, como quien dice, y ya tiene productores "de los de Hollywood", los vídeos que sube a internet tienen ya un nivel profesional y los bolos ya no son bodas, bautizos y comuniones: la gira europea que hizo este verano incluyó conciertos en París, Berlín y Bruselas, entre otras ciudades.

Observe, por ejemplo, su vídeo http://megannicolemusic.com/2012/10/live-while-were-young-one-direction/, o http://megannicolemusic.com/2012/06/starships-nicki-minaj-cover-megan-nicole-and-lindsey-stirling/. Reconocerá conmigo que, aparte de ser muy agradables de escuchar, ya no son los vídeos que graba uno mismo en su habitación con su hermano o amigo como cámara y editor.

Tiene entrevistas, sus seguidores son ya incontables, sus conciertos se suceden,… ¡sus canciones están pirateadas a cientos en las webs de canciones pirateadas! En Youtube, en las numerosas listas sobre "top singers" aficionados y similares, siempre sale ella, si no la número uno, de las mejores: la comunidad la reconoce, parece, como la gran estrella en ciernes.

Es un hecho: Megan Nicole ya ha entrado en el circuito profesional. Cualquier día, la oiremos por la radio, aquí en España.

Yo me alegro: la chica vale. ¡Es imposible que te caiga mal!
 
Caray, me gustaría recordar la dirección del vídeo, todavía familiar, grabado entiendo que por su familia, que viaja con ellos a Europa, visita París (alucina, claro, debe ser su primera visita), y luego por la tarde concierto. Si la recuerdo la pondré aquí, porque vemos a una estrella en ciernes que todavía es una niña, una americanita de a pie. Hay vídeos en Youtube del concierto, claro, pero no muestran lo que quiero, la vida todavía normal que lleva Nicole.
(PS:
)

Por cierto: hay multitud de grandes voces en youtube. La gran mayoría no lo conseguirá, otros alcanzarán un nivel que simplemente les permita vivir de la música, y algunos llegarán a la división de honor, como estoy seguro que va a lograr Megan Nicole muy pronto.  Pues bien, mi consejo es que curioseen por ahí. Encontrará sorpresas como la agradable voz de Caitlin Hart o a los canadienses de Walk Off the Earth, que por ejemplo, tienen un vídeo que USTED NO PUEDE DEJAR DE VER: http://www.youtube.com/watch?v=d9NF2edxy-M. Ciento cuarenta millones de visitas no pueden estar equivocadas.

Me encanta oir en Youtube a los que no suenan en las radios.

martes, 4 de diciembre de 2012

A veces no importa lo que digan las normas


Dice nuestra norma de hormigón EHE-08, sobre los cálices de cimentación de los pilares prefabricados:
59.1.4 Cálices
59.1.4.1 Generalidades
Los cálices deben ser capaces de transferir los esfuerzos axiles, cortantes y momentos flectores del pilar a la cimentación.
59.1.4.2 Cálices con llaves en su superficie
Aquellos cálices que presentan llaves pueden considerarse que actúan monolíticamente con el pilar.
En caso que las llaves sean capaces de resistir la transferencia de tensiones tangenciales entre el pilar y la cimentación, la comprobación a punzonamiento se realizará de igual manera que si el pilar y la cimentación fueran monolitícos, de acuerdo con el Artículo 46° y tal como se presenta en la figura 59.1.4.2.
59.1.4.3 Cálices con superficies lisas
...
Antes de esta norma no había, que yo supiera, una norma que estudiara la cimentación de los pilares prefabricados; era, por lo tanto, algo que se hacía al buen saber y entender del técnico, el cual además discutía sus criterios con todos los interesados que se los cuestionaran, y de estas discusiones aprendían todos (estoy seguro, al menos aprendía yo).
Dado que no había norma, yo echo un poco en falta que la primera que los estudie dedique al menos una línea a decir lo que es un cáliz y lo que es una llave. Pero bueno, esto ya es un capricho personal.
Dice la norma que si el cáliz presenta llaves se puede considerar que es una unión monolítica (y por lo tanto el conjunto se analiza como una cimentación tradicional).

Y dice también que, a efectos de analizar el punzonamiento, puede cuestionarse si la llave es capaz de unir el pilar y el cimiento.

En fin. Hombre, es bueno que la norma legisle un poco sobre este asunto, pero ¡que legisle bien! Hasta ahora, las cosas se resolvían por cauces razonables: un técnico aportaba una solución basada en su criterio, y si se está en desacuerdo se discutía. Siempre con conocimiento de causa y con amplitud de miras. Pero en el instante en que la norma se pronuncia… ¡Amigos! A partir de ahora, para discutir ya no se requerirá saber sobre los cálices: sólo saber la norma. La discusión cambia a si cumple la norma o no. Y en el momento en que el foco ya no está en si la solución es buena o no, la razón salta por la ventana y la intolerancia se adueña de la mesa. Que, en estas cosas, los ingenieros y los calculistas somos capaces de lo mejor y de lo peor.

Doy por sentado que cualquiera entenderá que, además del cáliz, también el pilar tiene que presentar llaves, ¿no? La norma no lo dice, pero imagino que a ningún constructor de prefabricados se le ocurrirá plantarse en la obra sin llaves en los pilares. Aunque me temo que es cuestión de darle tiempo al tiempo; pero de momento, contemos que esto no va a ocurrir.

Pero… caso real. Obra ejecutada. Estudiamos una ampliación. Se analizan los pilares prefabricados y su unión con la cimentación. Sí, los pilares llevan llaves y en los cálices se pusieron llaves. Genial. Er… cuidado, un momento. Actualmente hay 1.300 toneladas de carga en el pilar. ¿Pueden las llaves de la cimentación transmitir 1.300 toneladas? Estudiemos la llave: ni de chiste. En el mejor de los casos, pueden coger unas 80 toneladas. Si la cimentación es monolítica, el encepado es válido. Si se ha de considerar el cáliz, el encepado ya se está comiendo sus márgenes de seguridad. ¿Aplicamos la norma o el sentido común? ¿Le digo a mi cliente que su primer proyectista se equivocó, y que se olvide de ampliar y que además su edificio está en precario?

No es fácil calcular una llave cáliz-pilar. La norma, por supuesto, no dice nada de cómo se hace, con lo que quien quiera comprobarlo deberá, como mínimo, tener las ideas claras y saber del detalle. Dos cosas que cada vez abundan menos en este gremio. Porque ¿para qué? ¿No dice la norma que si hay llaves el cáliz pasa a ser una unión monolítica y nos olvidemos? ¡Alegría!

En este punto en concreto, está claro que la norma es mejorable. Un redactado tipo "Aquellos cálices que presentan llaves que sean capaces de resistir la transferencia de tensiones tangenciales entre el pilar y la cimentación pueden considerarse que actúan monolíticamente con el pilar", por ejemplo, me parece a mí mucho más sabio que la desangelada frase actual. Pero es que objeciones como ésta se pueden hacer en más puntos de la norma y a muchas más normas. Y, claro, cuando uno está calculando y se topa con un aspecto de la norma que cree que va contra el sentido común… pues debe aplicar el sentido común. En su proyecto o dirección técnica refleja su discrepancia y su criterio, y a mí me parece muy bien.

Lo que pasa es que, a menudo, nos topamos con personas que opinan lo contrario: la Norma debe prevalecer frente al sentido común. Si estamos en una fase de revisión, conmigo, ya la hemos liado.

Claro que peor es cuando nos topamos con personas que, directamente, desconocen el porqué de la norma; la aplican y punto. Y sin que otro (con sentido común) revise su trabajo. Y acabamos con casos como el de mi cliente. Que ya es tarde para discutir.



Por cosas como ésta, los técnicos tienen que seguir sabiendo, aunque los ordenadores hagan todo el trabajo. Porque el sentido común sólo lo tienen las personas, y a veces no importa lo que digan las normas.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Calcular estructuras hoy (2ª parte)


En una entrada anterior (calcular-estructuras-hoy), filosofé sobre la realidad de que los ingenieros cada vez menos conocen las normas que han de cumplir, cada vez menos saben calcular en detalle y cada vez más les importa todo esto menos, pues cada vez más sus ordenadores se encargan de más cosas. Siguiendo con lo que decía en mi entrada anterior, pondré un ejemplo aclaratorio: una unión atornillada de dos barras de acero. Se supone que entra en el abecé del calculista, que es un conocimiento básico; pues bien, veamos qué pasa realmente.

En tiempos, cuando no había programas de ordenador que calcularan las uniones atornilladas, el calculista debía calcularlas con lápiz y papel. Obviamente, sabía cómo funciona una unión de éstas, qué criterio seguir y cómo calcularlas. Por si ese conocimiento no fuera suficiente, la norma de entonces (de 1963) explicaba el criterio fundamental y el método básico.

Aquella norma fue derogada y el lápiz y el papel se destinaron ya sólo a hacer la lista de la compra. Ahora hay una norma nueva en la ciudad y un ordenador con un programa que calcula uniones metálicas. El calculista ya "no necesita" saber calcular uniones. Su máquina y su programa lo hacen por él.

La norma, que sabe que el calculista ya tendrá un ordenador y un programa, ha establecido que las uniones se calculen de manera diferente a como se hacían. Ahora, las comprobaciones son mucho, mucho más complicadas. Y aunque la norma tenga el triple de páginas, ya no explica los criterios que aplica. Ni siquiera da una fórmula. Simplemente, establece 36 comprobaciones que deben hacerse. Que tal valor (que ha de calcularse) sea menor que tal otro, que aquel no supere a ése de más allá,… por tornillo. Si la unión consta de 16 tornillos, está usted muerto. Salvo que disponga de un ordenador. Dibuje la unión en el ordenador, y el programa se encargará de todo. En segundos, así de fácil.

Yo soy raro. Cuando salió la norma, la leí. Cuando encontré cambios importantes, como éste de las uniones atornilladas, los estudié. Cuando al fin los comprendí y sus porqués, me hice un programa para calcularlas. Por suerte, cuando las analizaba tomé muchas notas que guardé junto con la norma. Incluso encontré incoherencias en la norma y perfeccioné sus criterios. Ahora las calculo con mi programita en segundos, y además puedo alardear de que sé calcularlas. Pero todo este proceso de asimilación y desarrollo me ha llevado un tiempo inaceptable normalmente (suerte de crisis y carencia de trabajos). Y en mi (reducido) círculo de calculistas, no conozco a nadie que haya pasado por el mismo proceso. Todos, directamente, actualizaron sus programas de ordenador y aprendieron a usarlos: meter los datos y obtener la solución.

Es evidente que de aquí a unos años, el conocimiento de calcular uniones atornilladas se habrá perdido, como el arte de calcular raíces cuadradas o dividir con decimales. O escribir con caligrafía o el código Morse.

Como dije, no sé si esto es bueno o es malo. Es. En el futuro, no crea que su casa se la calcula un ingeniero. Se la habrá calculado un ordenador. A fin de cuentas, también estamos intentando que los ordenadores conduzcan nuestros coches, ¿no?

lunes, 26 de noviembre de 2012

Padre rico, hijo tonto, nieto pobre


Así reza el dicho. Alude al hecho de que es habitual que una persona con un origen humilde consigue, por su valía y esfuerzo, una posición de fortuna, mientras que su hijo, que ha nacido ya lejos de la miseria inicial de su padre, no suele tener el empuje, la capacidad de sacrificio y el ansia de salir delante de su padre, sino que a menudo tiene un carácter más bien altanero, despreciativo incluso con los que (desconoce) eran de la misma clase que sus ancestros. Cuando el hijo toma el relevo del padre (a fin de cuentas, ha sido para aquel por quien éste se ha esforzado tanto), se pone de manifiesto la incapacidad de la segunda generación y ya la tercera a menudo se encuentra que no tiene ya un patrimonio que gestionar.

Ya conté en otra entrada (http://elingenieroaccidental.blogspot.com.es/2012/02/la-disciplina-es-para-los-soldados.html) que conocí a un inmigrante que dejó su Andalucía natal en los años sesenta y se plantó en Cataluña poco menos que con una mano delante y otra detrás (en realidad no es bien bien así, el hombre, aunque de pueblo, sí debía partir de una familia que le había posibilitado el que estudiara peritaje industrial), y cómo, con esfuerzo y trabajo duro, amasó una pequeña fortuna.

Bien, también conocí a su hijo. El chaval ya no era tal, que cuando me lo presentaron tenía veintitantos y cuando perdí el contacto tenía treintayalgo.

Pues en él me temo que el dicho se iba a cumplir a rajatabla. A éste no le faltó de nada en su infancia. Presuntuoso como pocos, enchufado en la empresa de su padre en un puesto importante sin ninguna valía, despreciado por todos los profesionales que trataba, no era tonto médicamente hablando, no. Pero no era ni la sombra de su padre. Ni por asomo. Vivía la vida. Juerguista, irresponsable, vago, absentista. Nunca rindió en el trabajo, ni le preocupó. Viajado, con encanto personal, ideal para animar una cena. Pero no le pidas más.

Un día, una chica varios años mayor que él le anunció que estaba embarazada. El mozo, por supuesto, asumió sus responsabilidades: lo cazaron, con gran disgusto de su emprendedor padre. El cual, por cierto, ya había notado la inutilidad de su hijo, pero ¡recuernos!, era su hijo, y no iba a tratarle como se merecía sino como a un hijo.

Me huelo que el nieto será pobre.

¿Les ha sonado familiar, esta historia? Seguro que sí, personajes como éstos (los hijos) aparecen a menudo en la prensa. A veces la cosa sale bien y heredan el comportamiento de su padre - o al menos su espíritu competitivo- y no desmerecen demasiado ("de tal palo, tal astilla"); pero muchas otras, las más, es un espectáculo lamentable. ¡Cuántos padres, en tantísimos hogares, han lamentado que sus hijos no se esfuerzan lo que él se esforzó, que no luchan, que no agradecen lo que tienen, que son acomodaticios, que pudiendo salir de una base más alta de la que ellos partieron no aprovechan la oportunidad, y..! ¿Cuántas veces se preguntarán "qué he hecho yo mal con este chico"? ¿Y acaso no sabemos todos la respuesta? El acomodo genera molicie y pereza, al igual que no se templa una espada tratándola con suavidad y blandura, sino con duros tratamientos que consigan un acero endurecido.

Imagino que estarán de acuerdo conmigo y pensarán ¡cuánta razón tiene! y cosas así. Bien. Entonces, piensen en ustedes. En sus hijos. En los que han tenido o en los que tendrán. Ahora intenten recordar cuando piensan o pensaron "mis hijos no pasarán por lo que yo pasé": tendrán los regalos que yo no tuve, la bicicleta, moto o coche que yo no tuve, las vacaciones que yo no tuve, el dinero de bolsillo o el padre pagador que yo no tuve,... o por el contrario, no tendrán los castigos y la disciplina que tuve que soportar, las limitaciones y controles que tuve, las horas de estudio, los esfuerzos que se me exigieron...

miércoles, 21 de noviembre de 2012

¿Por qué ponemos una mula y un buey en los belenes?

Recorte de prensa:

VATICANO | Tercer libro de Su Santidad sobre Cristo
Y el Papa dijo: la estrella de Belén era una supernova
La última publicación de Benedicto XVI. | Reuters
Irene Hdez. Velasco | (Corresponsal) | Roma
Actualizado martes 20/11/2012 14:59 horas
La estrella de Belén que guió a los Reyes Magos probablemente era una supernova, como la que el astrónomo alemán Johanes Kepler calculó que se registró entre los años 7 y 6 a.C., la fecha más probable del nacimiento de Jesucristo. En el portal en el que nació el Niño Jesús no había ningún buey ni ningún asno, por mucho que se empeñe la tradición, y los pastorcillos no recibieron su llegada al mundo con cánticos. Ni siquiera está claro que Cristo naciera en una cueva en Belén y no en Nazaret. Pero lo que es "una realidad histórica" es el parto virginal de María.
Ésas son algunas de las consideraciones que Benedicto XVI realiza en 'La Infancia de Jesús', el tercer volumen que el Pontífice dedica a analizar la figura de Cristo y que en esta ocasión se concentra en sus primeros años de vida. El libro, que ha sido presentado hoy en el Vaticano, saldrá mañana a la venta en 50 países (incluido España) y en nueve lenguas distintas, con una tirada inicial que supera el millón de ejemplares. En los próximos meses, además, será traducido a un total de 20 lenguas y se editará en 72 países.
El volumen, de 176 páginas y que se venderá al precio de 17 euros, trata de responder a las grandes preguntas que rodean a la figura de Cristo. ¿Es verdad lo que se ha escrito de él? ¿Quién era realmente Jesús? ¿De dónde era?


El redactado de la noticia sigue, pero para la pregunta que formulo carece de interés.

Dice el Papa que en el Portal de Belén no había ningún buey ni asno. Bien. Los evangelistas San Mateo y San Lucas, que son los que narran el natalicio, efectivamente no mencionan nada de estas bestias. El que más, menciona el pesebre y que lo recostaron (al Niño) en él.

¿Entonces? ¿Cómo es que en todos nuestros belenes ponemos a los dos animales dando calor al pesebre? La respuesta primera es que en toda nuestra tradición pictórica se le ha representado así. Procede entonces preguntarse por qué los pintores pintaban la escena con estos dos cuadrúpedos. Y aquí hay que tirar de conocimientos bíblicos. En particular, conocer el libro del profeta Isaias, y en concreto, su inicio:
Oíd, cielos, escucha tierra, que habla el Señor: "Hijos he criado y educado, y ellos se han rebelado contra mí. El buey conoce a su amo, y el asno el pesebre de su dueño; Israel no me conoce, mi pueblo no comprende". (Is 1, 2.3)
Ahí lo tienen. El buey y el asno son los únicos que reconocen al Señor y son los que están en el Portal.

Las tradiciones, es lo que tienen. Muchas veces no sabemos sus razones, pero las seguimos y las defendemos. Ahora ya sabemos un poquito más de una de ellas.

martes, 20 de noviembre de 2012

Otis

Seguro que a ustedes les suena el nombre de Otis. ¡Qué diantre, claro que les suena! ¡Otis, el de los ascensores! ¡Ascensores Otis!

Más difícil es, si no trabajan ustedes en el mundillo de los ascensores, que sepan qué es Otis. En realidad, quién era Otis. El señor Otis, el fundador de Ascensores Otis.

El señor Otis era un norteamericano, nacido en 1811 y muerto en 1861 (no llegó a cumplir los cincuenta, ojo al dato). En 1852, Otis inventó un dispositivo que incrementaba enormemente la seguridad de los ascensores, y empezó a fabricar ascensores "seguros". Pero, claro, no vendía muchos, porque a casi nadie le gustaban los ascensores en aquella época.

¿Saben ustedes que los cables de los ascensores se calculan con un coeficiente de seguridad mínimo de 10? Pues en 1850, en Estados Unidos, no. Y los cables, las poleas, los enganches,... a veces se rompían, el ascensor caía y la gente moría. Muy a menudo. Por eso a nadie le gustaban los ascensores. De rebote, no se construían edificios de más de seis plantas (ya se imaginan el porqué). Ni en Nueva York. Normal, ¿no? Pues bien, Otis resolvió el problema, aunque al principio no vendía mucho: era víctima de la impopularidad de su negocio. Hasta que llegó la Exposición Mundial de Nueva York, en 1854. Ya saben, entonces se solían presentar inventos en estas ferias; y Otis no fue menos. Construyó un ascensor con su dispositivo. En una exhibición pública, se subió, junto con cajas, barriles y otros pesos, y... mandó que cortaran el cable del ascensor. Lo hicieron... y el ascensor cayó. Pero ¡ey! cayó sólo unos centímetros. Su invento paró la caída y no le pasó nada. De ahí a la gloria y a una de las mayores compañías de ascensores del mundo. Y hasta hoy. Esta mañana, revisando un ascensor, encontré el dispositivo de Otis. Básicamente, el mismo principio que inventó, en 1852.

No sé si describirles su invento; si ustedes no son ingenieros mecánicos o ingenieros "antiguos", probablemente les sonará a chino. Digamos, esquemáticamente, que es un tipo de freno centrífugo. Porque no es de esto de lo que quería hablarles.

Verán, lo de Otis... es que hay muchos señores Otis. La historia de Estados Unidos está llena de señores Otis. Gente que inventa algo, que descubre algo, que patenta algo, que tiene una buena idea, lucha por ella y se hace millonario. Y, sin embargo, la historia de España... Adolece un poco, ¿verdad? Artistas y toreros, sí que hemos tenido. Hasta hace un siglo o menos, podríamos presumir de hechos de armas como el que más ¡y más aún! Podemos contar algún deportista extraordinario, si nos ponemos. Pero inventores, me temo que de eso tenemos pocos. Alguno, claro, pero...

En Estados Unidos, en 1810 había 7,2 millones de personas (hombre arriba, hombre abajo, según los días). En España seríamos unos 11 millones de personas, aproximadamente: un país más antiguo, con más historia e instituciones, y sin embargo... ni siquiera hacíamos entonces censos fiables. El caso es que teníamos del orden de un 50% más de población que Estados Unidos, que también se metía entonces en guerras como nosotros. Y sin embargo, en el siglo XIX salieron un porrón de inventores allí por cada uno que salió aquí. Y el triunfo de aquellos es incomparable con el de los nuestros. ¿Qué habría sido de Monturiol o de Isaac Peral, si hubieran sido americanos?

La pregunta legítima que nos hemos de hacer es ¿porqué esta diferencia? También los españoles queremos mejorar las cosas, y hacernos ricos. Vamos, digo yo. Pero no lo conseguimos en la misma medida que ellos. ¿Qué cambia, de un país al otro? No es el clima, no es la tierra ni los recursos naturales, no es la pobreza o riqueza de las personas o colectiva, ni su cultura. Tampoco la educación: ni Otis estudió la ESO, ni el bachillerato antiguo, ni asistió a las escuelas de la Segunda República ni nada. Hablamos (por ejemplo) de un tío que nace en 1811 y que inventa algo en 1842: a saber qué andábamos haciendo aquí en aquellos años. No, tiene que ser otra cosa. Y yo creo que está en el carácter. El carácter de las personas y el carácter colectivo.

Por ejemplo: la quintaesencia de lo que se denomina el espíritu norteamericano es el tan nombrado "sueño americano". Ellos tienen un sueño, como todos, pero en Estados Unidos te enseñan a creer en él y a luchar por convertirlo en realidad. Aceptan tu "locura" porque entienden que es tu sueño, y te ayudan. ¿Necesitas financiación, socios, colaboradores? Cuenta con nosotros. Y los resultados, a la vista están.

Aquí, en cambio,... Si el joven formula una idea, en seguida el padre le dice que no. Que no sueñe y siga picando. Que quién se cree que es. Y el joven entiende que es mejor dejarse de sueños y cuentos de lecheras y seguir picando, que hay que comer; no va a luchar más. Y si le cuenta su idea a alguien más, alguien que entienda, le dirá que aquí las cosas siempre las hemos hecho así. Si pide financiación, ningún director de oficina creerá en él y ningún banco le fiará. Claro que hay excepciones, pero son... eso, excepciones. A lo mejor sacamos un Otis de cada cinco millones de habitantes; ellos sacan uno de cada medio millón. Y a lo mejor me quedo corto: intente nombrar inventores españoles del siglo XIX, y luego que alguno se haya hecho rico. ¿Cuánto capital humano hemos desperdiciado a lo largo de nuestra historia? No tengo ni idea.

En fin. Aquí seguimos, ingenieritos de a pie intentando hacerlo mejor cada día, innovando a escala "española". Justificándonos con las siestas, las tapas y "lo bien que se vive aquí". Encantados de conocernos.

Cuando lo pensamos, es desesperante, y más aún que tendríamos que cambiar tanto que es imposible que cambiemos; no es una cuestión de LOGSES ni leyes de educación ni más dinero para los maestros. Me temo que ésta es una lucha que ya perdimos hace mucho y que jamás ganaremos; y, peor aún, que en el pecado tenemos la penitencia. Por los siglos de los siglos.

martes, 13 de noviembre de 2012

La norma UNE-EN 1504


Imaginen ustedes que un día el gobierno decide sacar una nueva norma con rango de ley: Instrucción para Dobladillos de Pantalones, la IDP. La norma, de obligado cumplimiento, especifica casi todo lo concerniente a la ejecución de los dobladillos de los pantalones. Define qué tipo de alfileres son válidos, las características metalúrgicas de los metales con que se fabrican, las distintas aleaciones permitidas y sus propiedades físicas, químicas y mecánicas;  los diámetros y longitudes permitidos, el tipo de punta y el ángulo de afilado, la cabeza, forma, tamaño y disposición, la durabilidad y los años de vida que tendrá ese alfiler, probablemente clasificándolos en provisionales (vida útil entre diez y veinticinco años), de clase 1 (vida útil hasta 50 años), clase 2 (vida útil hasta cien años), etc. Otro tanto se diría de los hilos a emplear y de los pantalones a los cuales se puede aplicar esta norma.

Por supuesto, definiría la manera de hacer un dobladillo; la toma de medidas, el número de perneras que se miden, cuántos pantalones de una serie - si se cosen los de varios pantalones en una sentada- se comprobarán con el modelo, qué tipo de calzado llevará el modelo para la toma de medidas, la silla o taburete a la que se subiría el modelo para facilitar el trabajo a la costurera (si tendrá escalones de acceso, barandilla o no, el tipo de piso - no almohadillado, rígido pero de bordes no cortantes-, las gomas antideslizantes que tendrían las patas - y cuántas patas-…), etc. Los ensayos que se harían a los dobladillos para asegurarse que estén bien cosidos, cómo serían los formularios para registrar estos ensayos, y la clasificación de las costureras en función de los resultados de los ensayos: una costurera de categoría A tendría un 97% de éxito en los ensayos con un coeficiente de seguridad de 1,50 que en consecuencia se podría rebajar a 1,35, por ejemplo. Un capítulo especial trataría los dobladillos de los pantalones para muñecos y otro los pantalones de neopreno (hombres rana y similares). Los dobladillos de los pantalones en instalaciones industriales no estarían cubiertos por esta norma, sino que tendrían (puede que la tengan ya) su Instrucción específica.

Y no faltarían los anexos, en los que se recogerían el listado de normas UNE que se citan en la IDP, el estudio del comportamiento al fuego de los dobladillos y los dobladillos en algunos tipos de pantalones especiales que quedasen fuera de la norma: pantalones de uso militar, pantalones de astronautas y pantalones para investigadores polares.

La norma, repito, sería de obligado cumplimiento. Pasado un periodo de carencia (un año a partir de la fecha de publicación en el BOE, y dos si los pantalones se habían comprado con anterioridad a la publicación de la norma), ninguna maestra aceptará en la escuela a un niño cuyos dobladillos de sus pantalones no hayan sido cosidos según la IDP ni a los mayores nos dejarán entrar en ningún bar sin dobladillos reglamentarios.

Hasta aquí, todo normal. Pero… no se lo había dicho: se crearía también la Comisión Permanente de los Pantalones, encargada de velar por todo lo correspondiente a la prenda y depositaria de esta norma. Lógicamente, esta CPP tendría que demostrar periódicamente su utilidad, y la Instrucción se iría modificando cada 8 u 9 años.

Bienvenidos al mundo de los ingenieros.

En febrero de 1999 se publicó la norma UNE-EN 1504-1; el resto de partes (hasta 10) se fueron publicando y modificando en los años siguientes, y la última creo que es la UNE-EN 1504-6 de noviembre de 2007.

Desde el 1 de enero de 2009, en España es de obligado cumplimiento. La norma regula los productos y sistemas para la protección y reparación de estructuras de hormigón y, al igual que la norma sobre dobladillos, está llena de preceptos indiscutibles y correctísimos; define la manera perfecta de reparar una estructura de hormigón y gracias a ella usted no habrá dejado nada al azar y su dobladillo o reparación nos sobrevivirá a todos nosotros.

Lo confieso: la tengo, la he leído, no me la sé y no la aplico. Aunque es obligatorio aplicarla y ello me convierte en un fuera de la ley, un forajido de las estructuras. ¿Y por qué no la sigo? Pues por lo mismo que ninguna costurera (profesional o circunstancial) aplicaría la Instrucción IDP. Y por lo mismo que aunque se publicara una ley de seiscientas páginas sobre cómo se hace una tortilla francesa, usted seguiría haciéndolas como las ha hecho siempre.

Un día me toparé con un listillo que me afeará mi conducta. Hasta entonces…

Un ejemplo del afán de hiperregulación del Estado, que se atribuye el derecho a inmiscuirse en cómo los técnicos resolvemos nuestros problemas.

Bienvenidos al mundo de los ingenieros.