Ahora que estamos en vísperas de un año nuevo, y como soñar es gratis, nos entretenemos en pensar qué nos gustaría que nos deparase el nuevo año. Generalmente, queremos que sea mejor que el anterior, aunque este año, escaldados, seguramente diremos que con que sea como el 2012 nos conformamos.
¿Saben qué me gustaría a mí que nos trajera el 2013? Austeridad.
Del Diccionario de la RAE:
austeridad.austero, ra.
Y, por si (como yo) no lo sabían:
morigerado, da.(Del part. de morigerar).Real Academia Española © Todos los derechos reservados
Quiero con ello decir que me gustaría que en el 2013 aprendiéramos todos a ser un poco más austeros. Los particulares, a vivir de manera sencilla, sin dispendios ni suntuosidades. A no creer que nuestra felicidad radica en tener consas que no tenemos, y que descubriéramos que, precisamente, la felicidad radica en estar contentos con lo que sí tenemos. Descubriríamos que somos ricos, porque tendríamos todo cuanto quisiéramos.
A nuestros políticos y dirigentes, también, por favor, un poco de austeridad. Los diputados y senadores seguro que pueden hacer igual de bien su trabajo sin Ipods, Ipads, Iphones, Ileches y piscinas climatizadas con playas de mármol de la Luna, por ejemplo. Y lo mismo todos los demás. Que aprendan que la valía de un político no la establece el blindaje de su coche o el número de chóferes adscritos. Pero, sobre todo, que se den cuenta que sus dispendios los hacen con nuestro dinero: que lo administren como si luego fuéramos a pedirles cuentas de ello. Que no les ciegue la posibilidad de utilizar los fondos públicos para su boato. Luego, lo harán bien o mal, pero, por favor, sean austeros.
Y a la sociedad en general, más que nunca. Ojalá consigamos cambiar de ser una sociedad como nos dicen los políticos que tenemos derecho a ser, llena de lujos, servicios y prestaciones, con edificios públicos diseñados para algún emirato árabe, con las mejores bibliotecas públicas en cada barrio y cada pueblo, el mejor hospital, la mejor estación del AVE y los mejores kilómetros de autopistas, en la que tu pueblo tiene que tener aeropuerto de los de conexión diaria con Nueva York y Sidney, y si es necesario se paga a las aerolíneas para que traigan viajeros, a ser la sociedad que fuimos capaces de ser: una sociedad en la que aceptas que no lo puedes tener todo e incluso en la que no te lo han de dar todo hecho; por ejemplo, que si tienes gripe te la intentes curar tú mismo en vez de requerir un gasto sanitario superior a tu nómina; o en la que... No sigo; imagine usted por mí.
En fin, deseo de verdad que todos nosotros seamos capaces de vivir más austeramente. No de vivir en la pobreza pero llorando por no vivir en la abundancia, no estoy diciendo eso. Estoy pidiendo que consigamos desembarazarnos de todas esas ansias de poseer más, de ser tratado mejor, de más y más y más.
No sé cómo nos irá en el 2013, pero estoy seguro de que aprender a vivir con austeridad nos vendrá bien.
Feliz Año Nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario