viernes, 12 de diciembre de 2014

A propósito de la tasa Google



Hace años, durante un viaje a valencia con el director comercial de donde trabajaba, paramos en una cafetería para almorzar. Más o menos al mismo tiempo, paró un autocar con viajeros. Cuando fuimos a pagar (el director comercial se ofreció a pagar lo mío también; dado que yo era un técnico, ¡faltaría maś!), el camarero le dijo que no hacía falta (que iba por cuenta de la casa, vamos). El director comercial se quedo muy extrañado, y yo me eché a reir: "Te ha tomado por el conductor del autocar", le dije. Y es que hacía calor y él se había dejado la chaqueta en el coche, llevaba una camisa de color aszul claro y corbata oscura; entre eso, que la cara del director era la de un trabajador, y que habían entrado muchos pasajeros, la confusión estaba clara. Por supuesto, le explicó al camarero que no, que no era el conductor, y pagó lo nuestro. 

Lo que quiero decir es que el camarero había seguido una regla de oro de los bares de carretera: los conductores de autocares no pagan. Los lectores de este blog no necesitan que se les explique el por qué, pero los políticos de este país no se encuentran entre mis lectores. Lo prueba el que ellos, al conductor del autocar, le harían pagar el doble. Aducirían que la compañia de transporte se estaba lucrando con el transporte de viajeros, y un elemento atractivo del viaje era que se parase para ir al lavabo y tomar un café; por lo tanto, debía compartir su lucro y pasar por caja. Que nos gobiernen mentes tan preclaras explica muchas cosas, ¿verdad?

Estos días se habla de "la tasa Google". Mala cosa cuando se prepara una ley con un objetivo unipersonal tan claro que hasta da nombre coloquial a esa ley. Como saben, en Google hay una pestaña que pone "noticias", y las búsquedas que aparecen en esa pestaña son de noticias, no de textos cualesquiera. Por ejemplo, si usted busca "viento Cataluña" en el modo normal, encontrará multitud de páginas metereológicas, algunas noticias sobre recientes temporales, estudios científicos y los habituales setenta millones de entradas con las palabras viento y Cataluña; en cambio, en la pestaña noticias sólo tendría artículos de noticias sobre los recientes temporales. Si es lo que usted buscaba, le era más cómodo.

Bien, Google empezó creo que el año 2001, como un buscador pequeñito frente a gigantes como Yahoo, Altavista, Lycos, Terra y otros. Durante años no ganaron dinero, pero hicieron bien las cosas, y ahora ganan dinero, mucho dinero. También, por supuesto, Google ha mejorado enormemente la experiencia de navegar por internet (¡si yo les contara lo que era antes de Google!), pero eso a los legisladores no les importa: lo que les interesa es que Google está ganando dinero.

Por el otro lado, a los grandes periódicos les está yendo mal; los señores de Google, cuando salió internet supieron adaptarse, y estos señores no. Y ahora les va tan mal que buscan dinero como sea. Codician el dinero que gana Google, y consiguieron presionar/engañar/engatusar a los politicos, y han ido a por Google. El negocio de Google es como el de las compañías de transporte: les da igual quiénes son los viajeros o porqué viajan, a ellos sólo les interesa que viajen, y que lo hagan en sus autocares. Dado que la gente va a Google a buscar las noticias y Google la redirecciona a los medios y Google obtiene beneficios por ello (puesto que Google, más o menos, no hace otra cosa, y tienen miles de millones de beneficio anual, por algo obtendrá ese beneficio), pues los de los periódicos quieren que Google les pague.  Y de ahí la ley que establece la Tasa Google.

Como habríamos hecho ustedes y yo, Google ha dicho que muy bien, pero que ya no tiene ese servicio. Lo cierra. Que no es que lo cierre, es que no tendrá enlaces a medios españoles. Supongo que las pérdidas, descontado el ahorro por el no-pago de la tasa, será muy pequeño, o en cualquier caso asumible: es una cuestión de principios.

Así que los que creían que se iban a quedar el dinero de Google se van a quedar sin dinero, los de los periódicos se van a quedar sin gran parte del tráfico que recibían (antes, uno consultaba la misma noticia en seis medios, pues era muy cómodo; ahora, siendo necesario el navegar entre páginas, una vez uno encuentre lo que busca dejará de navegar), y los españoles tendremos un poco más incomódo el buscar noticias. Además, perdedores importantes van a ser los pequeños medios digitales y Ricardo Galli (Menéame), que imagino que en breve hará también algo parecido.

¿Ganadores? Como ven, en realidad no hay ninguno. Y reparto de dinero, tampoco.

Parece increíble que nuestros gobernantes, a los que se supone de derechas, hayan instaurado una medida tan de izquierdas. De izquierdas porque penaliza el beneficio obtenido con el esfuerzo personal (los de Google, lo que tienen se lo han trabajado, se lo digo yo; nadie les ha regalado nada) para darle el dinero a los que no se lo han ganado, y porque, convendrán conmigo, es una medida de lo más idiota. Cualquiera diría que lo ha hecho Zapatero.

Yo no soy fan de Google, de hecho no es el buscador que utilizo habitualmente, pero en esto, estoy con ellos.



La Bullonera - Venimos simplemente a trabajar

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