domingo, 4 de abril de 2021

Construyendo el Golden Gate

https://www.youtube.com/watch?v=xMP2DY95Jv0 

 

 

A menudo se nos dan píldoras de información, puede que deslabazadas; sobre todo, durante los años de escuela. La gran mayoría de estas píldoras quedan sepultadas por el olvido - casi siempre instantáneo-, pero no todas. A los que conservan muchos de estos datos curiosos se les suele identificar como "bichos raros", "cerebritos", o así. 

Yo recuerdo, de mis años en la Escuela (cuando es con mayúscula es mi centro universitario), un par de píldoras sobre el Golden Gate. La primera de ellas, imagino que de las asignaturas de geometría descriptiva o de topografía, era que las torres principales son tan altas y están tan separadas entre sí que en el diseño hubo que tener en cuenta la esfericidad de la tierra: la distancia entre las bases no es la misma que entre las puntas.

El segundo dato vendría de alguna asignatura de estructuras o de materiales. Los materiales tienen un límite: no se pueden construir puentes de piedra con una separación entre apoyos superior a un cierto límite, porque la cantidad de piedra necesaria para permitir este salto entre apoyos genera tanta carga que la piedra falla más aún. Por razones como ésta no encontraremos catedrales de piedra con una separación entre columnas mayor que la de Gerona: 23 m. En el caso de la madera, el límite es mayor, pero el problema es el mismo. Y no deja de tener su gracia que estos límites, antes de las teorías de la resistencia de los materiales, necesariamente se descubrirían por prueba y error: irían construyendo las cosas cada vez más grandes, hasta que se les fueran rompiendo por sí solas mientras las construían. Pues bien, el dato que se quedó en mi memoria es que en el caso del acero el Golden Gate se acercaba a ese límite.

En wikipedia he encontrado esta foto sobre el Golden Gate en su fase de construcción en mayo de 1936:


Pero la foto que impresiona es ésta de 1935:

Y es que de alguna manera se tuvo que construir, ¿no? Eso sí, un golpe de viento, una súbita bajada de tensión o cualquier otra cosa... y se acabó. Y en la boca de la bahía, en el Pacífico norte, el viento es importante.

O no: Joseph Strauss, el ingeniero que diseñó el puente (aunque el diseño estructural corrió a cargo del ingeniero Charles Ellis, a la sazón el vicepresidente de la Ingeniería Strauss), estaba desde el principio muy preocupado por la seguridad de los obreros, y montó una novedosísima red de seguridad para intentar disminuir las consecuencias de un resbalón o una caída. Y funcionó: 19 trabajadores que cayeron salvaron la vida por la red. Aunque otros 11 no; desconozco por qué murió el primero, pero los diez siguientes fallecieron porque lo que cayó fue un andamio en el que estaban y el andamio rompó la red (los nombres de los 11 fallecidos se honran en una placa en la entrada sur).

La verdad es que Strauss consiguió un importante salto adelante en la seguridad en las obras al normalizar el empleo no sólo de la red, sino también de cascos, líneas de vida, mascarillas de respiración para los roblonadores (los roblones se hacen con el acero a unos 1000°C, y a esa temperatura se liberan gases), gafas para mejorar la visión de los trabajadores (por los destellos que causaba el sol en el mar), ¡crema protectora para caras y manos (por los fuertes vientos)!, instrucciones de dietas para que los trabajadores no sufrieran mareos,... e incluso montó un hospital de obra, con médicos de verdad. Pero la medida estrella fue su famosa red.


Por cierto: los 19 que sobrevivieron a la caída fundaron un club: el club "a mitad de camino del infierno".


Y otro por cierto: Strauss, el ingeniero director, acusó a Ellis, el ingeniero calculista, de haber desperdiciado tiempo y dinero, y Ellis no figuró como ingeniero en la placa que se puso en el puente. Aunque los planos, que se archivaron en la Librería del Congreso de los EE.UU, sí están firmados por él y en 2012 se le reconoció con una placa en el puente. Lástima que llevara 63 años muerto. Y es que siempre es el calculista el primero en pagar el pato.

Cabe preguntarse por qué despidió Strauss a Ellis. Calcular el puente llevó más de diez años. Y Ellis trabajó en ello sin descanso; hasta el punto de que en diciembre de 1931 Strauss obligó a Ellis a tomarse unas vacaciones. Y tres días antes de terminar sus vacaciones, Ellis recibió una carta de Strauss diciéndole que tenía que pasarle todo el trabajo a su ayudante porque él iba a tener vacaciones sin fecha de fin... y sin paga. No sé porqué lo hizo, y quiero creer que no fue porque Strauss tuviera cierto resentimiento contra él, porque el diseño original de Strauss del puente era éste:


Y las recomendaciones de Ellis (y de otros expertos en el tema) terminaron cambiando el diseño hasta su elegantísimo final:

Fuente: la Librería del Congreso

Aunque se dice el diseño se cambió porque la gente de la bahía opinó que el diseño de Strauss era feo. Pero lo cierto es que el comportamiento de los diferentes diseños (porque hubo varios) fueron analizados hasta la saciedad, y la razón del cambio fue siempre estructural.

En fin, si quieren ver las fotos de los diseños iniciales y fotos espectaculares del puente: https://medium.com/urban-explorations/the-other-golden-gate-bridges-28e8512b1a08. Vale la pena.




Manuel Ruiz Vidriet y Manuel Pérez Tejera - Rocío (marcha procesional)

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