sábado, 8 de enero de 2022

Creacionismo en los EE.UU.

https://www.youtube.com/watch?v=BS-ZhfaU2qM 

 

 

Si tuviéramos que decir qué es lo más estadounidense del mundo, muchos mencionarían a Santa Claus. O el béisbol, o los grandes coches o el Gran Cañón, o Manhattan, o los cultivos de maíz de las Grandes Llanuras o yo qué sé. Pero si reflexionamos, nos daremos cuenta que es el creacionismo. Algo que es inconcebible fuera de los EE.UU. y que allí está tan arraigado que eso mismo se nos hace también inconcebible.

Según los estudios al respecto, en torno al 46% de la población cree que Dios creó el mundo como dice la Biblia. Y, por supuesto, no cree en la evolución.

Es alucinante.

Y no, la población de Alabama no supone el 46% del total de los EE.UU. Ni juntando Misisispí.

Claro que también hay categorías dentro del creacionismo. 

La primera de ellas es la literal, la que ellos llaman "la Tierra joven". Según ellos Dios creó el mundo hace unos pocos miles de años y lo creó tal cual es ahora. Los estratos geológicos, los fósiles y dinosaurios los puso ahí precisamente para que los encontráramos y nos preguntáramos sobre ellos, son parte del decorado. Olvídense de la evolución, por descontado. Estos son ese 46% al que se refería la encuesta, creo.

La segunda sería "la Tierra vieja". Dios creó el mundo, pero hace millones de años. 

La tercera sería el Diseño Inteligente. En el límite del creacionismo, el Big Bang ocurrió porque Dios dijo "Bang" (entiéndase) y además fijó las leyes naturales que nos han conducido a esta realidad. O algo así, la verdad es que yo no soy un experto.

Éste es un buen momento para recordar una entrada que escribí sobre este tema: ésta. En ella enlazo con un artículo (una serie de fotografías, en inglés) sobre lo que nos dirían los creacionistas; pues bien, fíjense en las caras de los creacionistas. Personas normales y corrientes. El 46% de la población de los EE.UU. 

Todo esto viene a cuento de un artículo que leí hace ya tiempo pero que no sé porqué me ha venido a la cabeza. El artículo lo escribía un científico que se declaraba creacionista de la Tierra joven y se lamentaba de la situación universitaria americana. En concreto se quejaba de que en las universidades que se declaran creacionistas no se enseña la versión de la Tierra joven. Y que los estudiantes, que entran en ellas creyendo en la Tierra joven, salen creyendo en la Tierra vieja. Y claro, eso no puede ser.

Defiende el articulista que cada uno elija, como universidad, una que esté de acuerdo con sus creencias, es lo lógico. Y dado que el creacionismo es un concepto fundamental en la educación, a la hora de elegir universidad ha de importar mucho lo que allí se enseñe sobre el Génesis. ¿Dónde está el problema? Que mientras el 46% de la población es de la Tierra joven, el 90% de las universidades cristianas (de las que no son cristianas huelga siquiera pensar en ella) no lo es. Y se lamenta de que fuera de las universidades adventistas del Séptimo Día casi no hay escuelas de su cuerda. ¡Si es que incluso en Baylor, universidad de gran fama y prestigio, ni siquiera se enseña el diseño inteligente! Es inadmisible.

Y pone ejemplos: ¿dónde puede uno hacer la carrera de Biología con la tesis de la Tierra joven? En el Bryan Colllege de Tennessee, el Grace de Indiana, el Master's de California, Cedarville University de Ohio y Liberty University de Virginia. Y pare usted de contar.

Pero es que la cosa es peor si se quiere licenciar uno en Geología. Universidades que enseñan Geología en una Tierra joven, cero. Ni una, oiga. Y así no se puede.

Llegados a este punto, la tesis del autor es que es mejor ir a universidades laicas. En ellas al menos el alumno está precavido de que son unos ateos pecadores a los que no hay que hacer caso. En cambio, en las universidades cristianas, dado el respeto que el alumno siente por el profesor, si éste es partidario de la Tierra vieja... bien, el resultado es que muchos alumnos cambian de idea y dejan de ser tierrajovencistas para ser tierraviejistas. No, no, antes que eso mejor ir con los pecadores.

Confía, sin embargo, en que la realidad se impondrá si los creyentes en la Tierra joven se hacen valer (aparte de que cada vez serán más, entre otras causas porque cada vez está más extendido el educar a los hijos en sus casas) y obligan a las universidades cristianas a enseñar la ciencia de acuerdo con las teorías de la Tierra joven. 

El autor se doctoró en Paleontología en Harvard.

Estados Unidos, ese grande y hermoso país, nunca dejará de asombrarnos.


 

Haendel - Allegro en Re menor HWV 475 (Arr. para 2 guitarras)

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