El otro día paseando vi el cartel, está en muchos lados:
Dejemos de lado que esté, el cartel, sólo en catalán y que no haya carteles en español. Si se fijan, es un cartel relacionado con la Administración aquí, o sea que no es discutible. De todas maneras, el texto es sencillo de traducir: "Teléfono de prevención del suicidio. Si te encuentras en una situación difícil, llámanos. Hablar puede salvar vidas".
Está claro que se dirige a los suicidas; o al menos yo he entendido que se dirige a ellos. Es discutible si se dirige sólo a los suicidas catalanoparlantes o a todos los suicidas, y no se informa si las personas que atienden el teléfono lo harán sólo en catalán o podrán cambiar al idioma que prefiera el suicida; esto, hace veinte años, ni se discutía, pero ahora, con los pájaros que hay sueltos, cualquiera sabe. Pero no es esto lo que me llama la atención. No, es la chicha del anuncio:
"Hablar puede salvar vidas".
Porque lo primero que me vino a la cabeza es: ¿y quién dice que un suicida quiere salvar vidas?
Digo yo que el suicida lo que quiere es acabar con su para él miserable vida. ¿Qué interés va a tener en salvarla? Si lo tiene, no se suicidará; si no lo tiene, ¿para qué va a llamar?
No sé, no me parece un mensaje acertado. Hay muchas razones para ofrecer un teléfono a los suicidas, lo que tradicionalmente ha sido el teléfono de la esperanza y que no sé (no soy usuario) si sigue existiendo, aquí en Cataluña, si existe pero con la designación cambiada al catalán o si es el teléfono del suicida, da igual. Es bueno que exista.
Pero no se convence a los suicidas de que llamen empleando ese mensaje.
O quizás es que yo no he entendido el mensaje y no se dirige a ellos. En una sociedad donde la culpa es siempre del otro, seguro que es la tesis del que parió el mensaje.
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