https://www.youtube.com/watch?v=xMQFz7vFCCI
Cobrar sin trabajar
Ha sido noticia estos días que el año 2008 ERC firmó a una serie de trabajadores del Parlamento de Cataluña lo que se llamó "licencia por edad", y que consistía en que como tenían ya los 60 cumplidos, se les mandaban los cheques a casa sin necesidad de que trabajaran. Si estando en casa acumulaban trienios, se les tenía en cuenta. Como cualquier otra prebenda que les hubiera correspondido si hubieran acudido a su puesto de trabajo. Y luego, cuando se quisieran jubilar, se jubilaban como si no hubiera pasado nada.
Y no eran sueldos menores. Casi 4.000 euros al mes, una telefonista. A partir de ahí vaya subiendo.
Estos sueldos y esta política de licencias, por supuesto, siguen vigentes.
La respuesta de ERC es que el año 2008 parecía una decisión correcta.
¿Y la del Parlamento catalán? Montar un debate monográfico sobre las brujas en la España de los Austrias.
Vamos, que lo dejemos correr y pasemos a otra cosa.
Uno puede entender que los políticos catalanes quieran que los trabajadores del Parlamento no les pusieran pegas, por si los necesitaran. Pero esto sólo significa que entiendo qué movió a los gobernantes de entonces (PSOE, ERC y los ahora Podemos) a comprar a los funcionarios.
Los que luego han llegado al poder (ERC y los de CiU, ahora Junts) han mantenido y callado estos privilegios.
Que, ahora que se han hecho públicos... siguen.
Código ético
Ha sido noticia estos días que la alcaldesa, Colau, ha sido imputada en un juicio por corrupción.
La alcaldesa, huelga decirlo, no dimite.
El clamor viene porque antes de llegar al poder su partido alardeó de que ellos eran honradísimos, a diferencia del PP que era la definición de la corrupción, y para demostrarlo exhibieron un código ético que se comprometían a cumplir y que decía, entre otras cosas, que si alguien era imputado en un juicio de corrupción dimitiría.
El tema de la corrupción era un escándalo público permanente: Colau y su gente han resultado ser una banda de ladrones que están desvalijando el ayuntamiento quedándose ellos la caja bajo diferentes excusas. Por ejemplo, lo primero que hizo Colau al llegar fue nombrar a su marido asesor y ponerle un sueldo estratosférico. Pero a partir de ahí, y como no pasaba nada, ni se imaginan.
La alcaldesa dice que no dimite porque ganará el juicio y será declarada inocente o la causa será desestimada.
Y puede. Pero es que lo que el código ético del que ellos alardeaban no dice eso. Dice que se dimitirá al ser imputado. No si se es condenado, sino imputado. Y Colau está imputada.
Nada de esto, por descontado, importa a quienes la votan.
Más que indultos
Ha sido noticia estos días que el Gobierno central ha decidido no reclamar a los malversores golpistas el dinero que malversaron durante el prusés y que el Tribunal de Cuentas, ejerciendo su función, les reclama.
Es un dinero que pertenecía a la Generalidad y que ellos emplearon en cosas ilícitas, por lo que el Tribunal les exige su devolución. La Generalidad dijo que no hacía falta reclamar el dinero, que ellos les perdonaban, pero el tribunal les respondió que no podían perdonarlo, que era su obligación. Bueno, ahora es el gobierno de Sánchez el que lo va a perdonar. Solo que esta vez no va a hacerlo diciéndolo públicamente, sino por un método mucho más eficaz: va a dejar pasar el plazo para reclamarlo.
Digo yo que el Tribunal de Cuentas debería, entonces, perseguir al Gobierno por renunciar a un dinero de los ciudadanos al que tenemos los ciudadanos derecho y que unos delincuentes nos han levantado para fines ilícitos. Pero no va a ocurrir.
Censurar a la vista
Ha sido noticia estos días de que el Gobierno, en un determinado acto, ha vetado la presencia de todos los medios de comunicación que no le son afines. La razón esgrimida ha sido el aforo de la sala donde iban a desarrollar el acto. Uno podría pensar que entonces deberían haber buscado una sala más grande, aunque con anterioridad han desarrollado actos en esa sala y cabían todos (y de hecho los va a seguir habiendo, ya están convocados). También podría pensar que el método de selección no ha sido el azar, pues qué casualidad el resultado.
Pero como la censura es a los medios que no son progubernamentales, a los votantes de la coalición Frankestein les da igual. Incluso afirmaría que les parece bien.
Estudiar Historia sin Historia
La propuesta del ministerio es que la Historia se estudiará empezando en 1812. Si se cuenta algo de antes, que sea sólo para poner en antecedentes. Por otro lado, el enfoque de la Historia no será saber hechos, sino analizar los hechos desde un punto de vista político. Político escorado hacia cierto lado, no hay que especificar.
Estoy seguro de que habrá profesores por todo el país que intentarán enseñar algo a sus alumnos. Que les hablarán de los árabes, quizá incluso de la Reconquista o de los Siglos de Oro. Algún valiente les mencionará a los visigodos y tal vez a los romanos, no sé si alguien les contará lo de Sagunto. Pero serán profesores aislados aquí y allá, y serán cada vez menos. Y serán cada vez más los españoles que no tengan ni idea de quién fue Julio César, don Rodrigo o Hernán Cortés. Almanzor, Viriato o el conde-duque de Olivares.
Leo que un enfoque parecido se va a adoptar en Historia del Arte.
Pienso en las Matemáticas enseñadas con perspectiva de género, y preveo el bajón en el nivel de los conocimientos que se van a enseñar.
Nada de esto me afecta, claro. Yo ya estoy educado y mis hijos también; en cuanto a mis nietos, cuando les llegue el momento de ejercer esos conocimientos yo ya no estaré. La Educación, como es algo que sólo rendirá en el futuro, es un tema que no nos interesa de verdad a ninguno. Si nuestros hijos sacan buenas notas ya estamos contentos; que sea a costa de que no tengan conocimientos apenas, eso nos da igual.
Y podría seguir, y seguir y seguir. Pero ¿para qué? Estamos tan hechos a la clase política que tenemos, que hace tiempo que hemos desconectado de ellos y no relacionamos sus mundos con los nuestros. De lo contrario nuestras vidas serían insoportables.
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