sábado, 1 de febrero de 2020

Lo que usted ignora sobre el reciclaje. Conclusión.




Reciclajes aparte, el verdadero problema de los residuos es la basura. Empleo el término más coloquial, para que se entienda. En los hogares hemos separado el vidrio, lo metálico, el papel, el cartón y los plásticos. Lo que nos queda es la basura. El desecho, lo que ya no tiene utilidad. Y es un problema, porque es muuuuucha cantidad, complicada desde el punto de vista higiénico y sanitario, sin aprovechamiento aparente, y muy molesta. La solución tradicional es su acumulación en vertederos. Pero eso tiene algunas aspectos negativos.
  1. En primer lugar, se necesita un vertedero. Eso no siempre ocurre: por ejemplo, Beirut durante sus años de guerra. El vertedero titular de la ciudad estaba a no sé si unos 40 km, pero desde luego los camiones no iban a ir. Lo que hizo la ciudad no deja de tener su ingenio. En primer lugar, compactó su basura para que ocupara el mínimo espacio posible, la fue envolviendo en plástico para contener el problema higiénico y de olores, y la fue acumulando donde tenían sitio. Luego echaron arena encima, y hoy es una de sus playas.
  2. El vertedero no puede estar lejos. ¿Saben lo que cuesta acarrear la basura hasta allí? Y es que piense que es un dinero que se gasta... en la basura. Es dinero a la basura en toda su exactitud.
  3. Cuando un vertedero se llena (y se llenan) hay que hacer otro. Por no entrar en detalles, dos palabras: una pasta.
  4. Los residuos, dejados a su albur en el vertedero, tienen algunos subproductos que pueden ser hasta peligrosos. Los lixiviados, para empezar. Se generan muchísimos lixiviados, y éstos hay que recogerlos, canalizarlos y tratarlos. También se genera metano y otros gases. Otros inconvenientes: los olores y las gaviotas. No hablo del impacto ambiental, porque hasta los ecologistas reconocen que es una necesidad ante la que hay que conceder algunas licencias.
  5. Para aumentar la vida del vertedero, hay que compactar la basura. Eso se puede hacer de dos maneras: en una instalación pre-vertedero, o en el vertedero. En el vertedero se hace chafándola al depositarla (con una maquinaria de un importante coste, or cierto). En fin. Y en una instalación pre-vertedero, que tiene sentido porque así ahorramos también en transportes y reducimos los lixiviados que se producirán... pues hace falta dinero. Significa tener un pre-vertedero cerca. Y ese pre-vertedero tiene una capacidad máxima de tratamiento. Y sus propios problemas.
Si no queremos acumular la basura, la única alternativa es deshacerse de ella. Eliminarla. Y como no tenemos desintegradores de materia ni vamos a enviarla a universos paralelos, la única manera que tenemos de destruirla es quemarla. 

¡Oh, sí, las malditas incineradoras!

¿Hay algo que tenga peor prensa?

Y, sin embargo, desde el punto de vista ingenieril son la solución perfecta. Se extrae la energía que tiene la basura, e incluso se pueden aprovechar las cenizas para cementos y otros materiales (como moquetas aislantes, por ejemplo. Un ejemplo que cito porque yo lo apliqué hace muchos años en un desarrollo de una).

De hecho, hacia el año 2000, en las plantas de residuos en las que colaboré en Italia, trabajando con empresas alemanas, tanto los italianos como los alemanes lo tenían clarísimo: lo mejor que se podía hacer era quemar la basura. Sacar todo lo que no arda (loza, cascotes de obra, metales, vidrio), y quemar lo que queda. Es energía, qué caramba. Vale que el papel no tenga el mismo calor específico que el carbón, pero en serio: qué más se puede hacer con una botella o un periódico que se ha tirado a la basura? ¿Es alguien consciente del proceso y el coste del proceso necesario para extraer valor de ese periódico o de esa botella? Y, a fin de cuentas, es un combustible del que se extrae su energía. Recuerden si no el caso de Västervik que les conté al principio de la serie.

¡Ah, pero están los humos! ¡Contaminan! ¿Contaminan? Será si queremos. Con una chimenea adecuada, esa contaminación puede reducirse a un mínimo ridículo. Quiero decir, técnicamente es un problema resoluble. Conviene explicar, para quien no lo sepa, que una chimenea no es sólo para canalizar los humos a donde no molesten: su interior está recubierto de productos que reaccionan con el azufre y el nitrógeno que contienen los humos, formando un polvo (por ejemplo sulfuro de calcio) que cae y se recoge en la base. Con una chimenea adecuada, los gases salen razonablemente inertes. En cualquier caso, lo importante es saber que hay soluciones técnicas y que, desde luego, se aplican.

En resumen, la raiz del problema es que el sector de los residuos no es glamuroso. Esto provoca que nadie quiera saber de él, y al no saber se dicen muchas tonterías. Hay mucho populismo, es muy fácil decir que no y exigir que (otros) extraigan valor de aquello que tiramos a la basura. Pero en este tema, casi en más que en ningún otro, hay que decirlo: les están engañando, y deben dejar trabajar a los técnicos.Ellos saben lo que hay que hacer.




The Beatles - Revolution 1

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