miércoles, 5 de octubre de 2011

Oficina de patentes

Las patentes son una cosa muy seria: cuando se produce un avance en la técnica, se puede divulgar sin más, se puede intentar mantener en secreto para que no te copien (como la fórmula de la Coca-Cola), se puede patentar para que sea ilegal que te copien y se puede registrar como de dominio público para que lo haga quien quiera pero sin que lo puedan patentar y por lo tanto prohibir a los demás.

La gente patenta de todo. Por ejemplo, hitos de carretera. Son las señales que hay en los lindes de las carreteras y que sirven para marcar el camino. Hace años, en España eran triangulares de hormigón armado, pintadas de blanco con la parte superior pintada de rojo, verde o amarillo según el color que se le había asignado en los mapas a la carretera por su categoría. El problema de estos hitos es que si había un accidente y el coche se salía de la carretera y se la daba con el hito, el daño era mayúsculo. Ya se habían talado todos los árboles de España, pero quedaban los hitos. Y empezaron las patentes de las alternativas. Y se patentaron muchas. Más de cien.

Alguna de ellas era curiosa: hubo quien, en definitiva, proponía hacer una pila de neumáticos y, para que se mantuvieran en su sitio, hormigonar el interior de los neumáticos.

Pero es que hubo uno que patentó (¡y se lo aceptaron!) unos hitos consistentes en triángulos con su reflectante y todo, colgando de unos cordeles que irían paralelos a la carretera. Así, si el coche chocaba con el triángulo que colgaba del cordel, no le pasaría nada. Y se quedó tan fresco, el tío. 
 
Hago una pausa, porque una idea tal merece una reflexión. Sobre si existen límites a la estupidez humana, claro.

A lo que iba. Las patentes se dividen en tres categorías: las patentes propiamente dichas, que son las ideas realmente originales. Por ejemplo, el bolígrafo, la aspirina o el proceso para fabricar transistores. En segundo lugar estarían los modelos de utilidad: éstos parten de una patente, y la desarrollan. En nuestro ejemplo, el marcar una carretera con hitos sería una patente, y las distintas tipologías de hitos serían modelos de utilidad. Y por último estarían los modelos industriales, que registran el modelo exacto. El bolígrafo azul, el bolígrafo rojo, y así.

Las patentes se emplean como mecanismo de protección: si yo encuentro una carretera con hitos como los míos y que no me han contratado a mí, sé que me están copiando. Uno va a la oficina de patentes, paga, verifican que la patente es original y no vulnera otras patentes, y queda registrada como tal. A partir de ahí, esa idea queda con dueño. Dentro de la jurisdicción de esa oficina, claro. Y aquí comienza el lío. Patentar en Estados Unidos no significa que quede patentada en China, y viceversa. Así, la marca alemana Puma olvidó (u obvió) registrar su marca en España, y un vivo rápidamente creó su propia marca Puma, con validez sólo en nuestro país.

En España, desde más allá de mi memoria existe una oficina de patentes. También había otra en Alemania, en Francia y en los demás países. Años después se creó una oficina europea de patentes, de tal manera que registrar una patente en esa oficina equivalía a hacerlo en la de todos los países miembros. Genial, ¿no? Pues no; sí, para todos los demás, pero los españoles somos diferentes a todos y a nosotros nadie nos dice lo que tenemos que hacer. Y menos que a nadie, a los catalanes.

El 18 de junio de 2006 se votó un nuevo estatuto de autonomía en Cataluña. Previamente, el gobierno local nos envió una copia a todos los censados. Yo me leí la mía. El artículo 155 decía (y dice, http://www.gencat.cat/generalitat/cas/estatut/titol_4.htm#a155):
  1. Corresponde a la Generalitat de Cataluña, la competencia ejecutiva en materia de propiedad intelectual, que incluye en todo caso:
    1. El establecimiento y la regulación de un registro, coordinado con el del Estado, de los derechos de propiedad intelectual generados en Cataluña o de los que sean titulares personas con residencia habitual en Cataluña; la actividad de inscripción, modificación o cancelación de estos derechos, y el ejercicio de la actividad administrativa necesaria para garantizar su protección en todo el territorio de Cataluña. La Generalitat debe comunicar al Estado las inscripciones efectuadas en su registro para que sean incorporadas al registro estatal; debe colaborar con éste y facilitar el intercambio de información.
  2. La autorización y la revocación de las entidades de gestión colectiva de los derechos de propiedad intelectual que actúen mayoritariamente en Cataluña, así como asumir tareas complementarias de inspección y control de la actividad de dichas entidades.
  3. Corresponde a la Generalitat la competencia ejecutiva en materia de propiedad industrial, que incluye en todo caso:
    1. El establecimiento y la regulación de un registro, coordinado con el del Estado, de derechos de propiedad industrial de las personas físicas o jurídicas.
  4. La defensa jurídica y procesal de los topónimos de Cataluña aplicados al sector de la industria.
Es decir, el pueblo soberano, con pleno conocimiento de lo que hacía, votó que sí a que Cataluña tuviera su propia oficina de patentes (los sueldos de los directores generales, la categoría de sus coche y los chóferes no se votaron, pero se sobreentienden: los mismos que los de los demás compañeros de partido en puestos similares).

Sé que soy ingeniero, y que por lo tanto tengo una mente deforme que sólo se rige por principios de eficacia y rendimiento máximo. Pero aún no entiendo porqué necesitamos nuestra propia oficina de patentes (aparte de para tener más compañeros con chófer).

El próximo día, después de este rollo, hablaremos de lo más valioso nunca pirateado. Adelanto que el pirata en cuestión no fue Morgan, Drake o Raleigh. Era francés, y lo robado,... el secreto más grande de la Historia.

Pero antes:
Para un optimista, el vaso está medio lleno.
Para un pesimista, el vaso está medio vacío.
Para un ingeniero, el vaso es el doble de grande de lo que debería ser.

1 comentario:

  1. Me pregunto si cuántos catalanes censados se han leído una copia del Estatut...admito apuestas.

    Niní

    Pd. Aclaro que yo ni siquiera recuerdo haberla recibido :-O

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