sábado, 5 de febrero de 2022

Pallarofa: El Código Estructural (2ª parte)

https://www.youtube.com/watch?v=mQKl75zNgyA 

 

 

La palabra exacta es "farfolla". El diccionario de la RAE la define así: 

  1. En su primera acepción: "espata o envoltura de las panojas de maíz, mijo y panizo".
  2. En su segunda acepción: "cosa de mucha apariencia y de poca entidad".

Si yo tuviera que explicar a alguien lo que es la farfolla, le diría que es la hojarasca. Palabra que, por cierto, el diccionario admite en tres acepciones:

  1. Conjunto de las hojas que han caído de los árboles
  2. Demasiada e inútil frondosidad de algunos árboles o planas
  3. Cosa inútil y de poca sustancia, especialmente en las palabras y promesas

Pero también le diría que es la paja que suele meterse en algunos regalos u objetos que van en cajas, para que no se dañen. Ahora ya no se emplea paja sino porexpán u otros materiales, pero cuando yo era chico la paja era el relleno habitual.

Lo que pasa es que yo no suelo emplear la palabra "farfolla", palabra que de hecho no conocía hasta hace no mucho, sino su equivalente en catalán. Esto es porque conocí la palabreja hablando, hace muchos años, con un director industrial, creo que discutíamos sobre un contrato o una oferta o algo así, o quizá fuera sobre las excusas vertidas por alguien como razones, y él me dijo que aquello era pallarofa.

Pallarofa.

Sí, imaginemos la farfolla o la hojarasca en su acepción vegetal y el efecto que consiguen y que no es sino la acepción figurada del diccionario.

En un escrito, la pallarofa es todo aquello que rodea, agranda o disimula la chicha del asunto. Todo lo que sobra, que podríamos quitar y no cambiaría nada en su esencia. Todo lo que, de hecho, hemos de quitar y eliminar para entender el escrito. Todos los rodeos y circunloquios, las vueltas y revueltas que da el otro y que terminamos cortando con un "no te enrolles y dime lo que me quieres decir" o expresiones similares.

Por principio, todos los ingenieros deberíamos ser enemigos acérrimos de la pallarofa. Es lo más antiingenieril que se me ocurre, la ineficacia buscada a propósito. Y en un documento técnico es un sacrilegio. 

La pallarofa, en una norma técnica, debería penarse con la ejecución en plaza pública y el salado de sus campos.

Y en el CodEst hay pallarofa para dar y regalar.

Por ejemplo, en el artículo que habla sobre los tipos de morteros (morteros comerciales, no hechos a mano) termina diciendo:

"Con todos los tipos, para su elaboración y aplicación, se deben seguir las instrucciones del fabricante del mortero".

¿Hace falta decir la frase? Todos los morteros comerciales se venden con instrucciones de elaboración y aplicación, una instrucción de las cuales suele ser que precisamente se deben seguir las instrucciones de elaboración y aplicación. ¿Hace falta decir que una norma tan técnica y elevada como el CodEst tenga que recordarnos una instrucción tan sencilla?

"Además, una buena calidad de la ejecución de la obra tiene una influencia decisiva para conseguir una estructura durable".

¿Y qué? ¿Qué aporta esta frase? ¿Qué instrucción supone, qué regla? Insisto, estamos hablando del CodEst, la norma definitiva para el ingeniero de estructuras. 1.800 páginas de artículos y preceptos varios.

El problema con la pallarofa es que en una norma técnica tiene un efecto negativo. Si al CodEst le quitáramos la pallarofa y en vez de 1.800 páginas se quedara en 800, sería más fácil de leer, de entender, de conocer, de memorizar. De encotrar algo cuando se busque. De todo. Y, sobre todo, sería más fácil que el técnico quisiera leerla. Si nos dicen que hemos de aprendernos un petrecol de 0.000 páginas de leyes, todos diremos ¡puf! y que para eso están los ordenadores; si nos hemos de aprender 20 páginas, nos ponemos a ello. Con una norma de hormigón y acero de 800 páginas, seguramente quitaremos la mitad, la parte de fuego, la parte de sismo, partes que no nos interesan demasiado. Pero si la norma son 1.800 páginas, es difícil que el técnico quiera leerla.

"Dependiendo de la función estructural que deba desarrollar la junta, el mortero de relleno deberá poseer unas propiedades determinadas:
- Resistencia a compresión.

- Resistencia a flexotracción.

- Ausencia de retracción..."

El artículo sigue, pero es todo así. ¿Cuál es la instrucción? Dice que el mortero deberá tener una propiedad denominada resistencia a compresión, pero no dice qué valor mínimo o máximo. Sólo que tendrá esa propiedad. También tendrá una densidad, un color, un olor... Y una salchicha también tiene una resistencia a la compresión, pero es tan baja que nadie elegiría una salchicha. Si no dice nada más (y la norma no dice nada más), es pallarofa. Relleno que no aporta nada. 

Y no se trata de este artículo en concreto. La pallarofa está por todas partes. Se lea donde se lea. Cualquier artículo podría decir lo mismo con menos palabras.

¿Porqué hay pallarofa en un documento como éste? Probablemente, porque la escribieron técnicos españoles. Y les pudo más la vertiente española. Tenían, se sentían impelidos, que demostrar que sabían más que nadie. Y la manera, para ellos, de demostrarlo era escribiendo más que nadie.Tú sabes escribir una página sobre el mortero comercial, yo siete. Y te regalo una más sobre qué hacer con los sacos.

"Cualquiera que sea el nivel de control aplicado, la entidad de control entregará..."

Si se ha de entregar algo sea el nivel de control que sea, entonces prescribir que "la entidad de control entregará..." es suficiente, ¿no?

"El constructor, o la persona designada en obra que le represente técnicamente, comprobará, bajo la supervisión de la dirección facultativa, que los valores reflejados..."

Basta con decir "el constructor". Todo el que deba aplicar la norma entiende a quién se refiere y a quién no. 

El resultado son las 1.800 páginas que nadie se va a leer, y menos aún interiorizar. Si coincide lo que se ha hecho hasta ahora con lo que se prescribe, genial; si no, ya nos dirá alguien en alguna obra qué es lo que hay que hacer. Comprenderán ustedes que el sector ha acogido la noticia del nuevo CodEst con un entusiasmo perfectamente descriptible: "¿Ah, sí? ¿Y cambia alguna cosa?". Pregunta que, una vez formulada, no espera respuesta y el interrogador sigue haciendo lo que fuera que estuviera haciendo. Supongo que es lo que pasa cuando, ocasión tras ocasión, llenamos los documentos con pallarofa: que acaban siendo equiparados a eso, a la pallarofa.

¿Qué habría hecho yo? Por descontado, prohibir la parallora, exigir concisión. Pero también habría dividido la norma en cuantas partes fueran necesarias para obtener documentos últiles. Un libro único de principios generales, otro de cómo calcular hormigón, otro de cómo ejecutar el hormigón, otro tanto para el acero... Y, aparte de todo, un libro sobre la sostenibilidad y las estructuras. Habría que ver el éxito que tendría esa parte.

 

 

Luciano Pavarotti - Mamma