domingo, 25 de septiembre de 2022

Mis versículos favoritos XIV: las doncellas necias

 
 
 
Se sea cristiano o no, en los evangelios hay auténticas perlas de sabiduría que cualquiera debería conocer y entender; a fin de cuentas, se valoran los pensamientos de Sócrates y Platón sin que ello signifique que creemos en los mismos dioses que ellos. Pues con muchos pasajes evangélicos debería ocurrir lo mismo, pero, claro...
 
En este sentido, uno de mis favoritos es también uno de los más difíciles de entender: la parábola de las doncellas prudentes y las doncellas necias:

Entonces se parecerá el reino de los Cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. Cinco de eran necias y cinco eran prudentes. Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. " A medianoche se oyó una voz: "iQue llega el esposo, salid a su encuentro!". Entonces despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: "Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas". Pero las prudentes contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis". Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo: "Señor, señor, ábrenos". Pero él respondió: "En verdad os digo que no os conozco". Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.

Mt 25, 1-13

Por supuesto, la enseñanza definitiva es muy fácil de localizar: es la última frase, enunciada como moraleja. Pero a mí, desde niño, me parecía una parábola muy rara: ¡qué malas eran las vírgenes sabias, que no quisieron ayudar a sus compañeras que no habían cogido aceite suficiente!
 
La parábola hace alusión a lo que supongo que sería una costumbre de ese país y esa época (o quizá de tiempos remotos, pero que todos reconocieran, como nosotros entendemos lo que es ir a rondar), que las futuras esposas salieran a recibir a la caravana en la que llegasen sus apalabrados esposos; si llega el novio al poblado y no está su apalabrada novia, es lógico que vuelva a su lugar de origen con un "no fue lo que creíamos". En cualquier caso, el ejemplo es el mecanismo que emplea Jesús para explicar las ideas que quiere transmitir. 
 
Fijémonos, pues, en las doncellas. Porque lo que sí está claro es que Jesús quiere que seamos como las doncellas sabias, no como las necias. Pero... ¿en cuáles nos hemos de fijar?

En las necias.

Las prudentes, llegado el momento, no quisieron compartir su aceite con las necias, y eso no nos suena muy cristiano, ¿verdad? ¡Y, sin embargo, son las premiadas! ¿Cómo se come eso?

Es que no nos hemos de fijar en las prudentes. Sí, hay que estar preparado, no hay que confiar en que tendremos tiempo y estaremos en condiciones cuando llegue la hora de la verdad, pero si ésa fuera la enseñanza clave habría bastado con un relato tipo "¿acaso una doncella prudente no coge una alcuza extra de aceite, no sea que tarde el esposo, se le acabe el aceite y mientras va a comprar más aceite llegue el esposo, no la encuentre y se marche sin ella?". Todos habríamos entendido, hay que estar preparado porque no sabemos el día ni la hora y todas esas cosas. Y, sin embargo, están las necias.

Es que hemos de fijarnos en las necias, hemos de pensar que nosotros somos las necias. ¿Cuál fue el error de las necias? ¿No coger una alcuza extra? Sí, vale, ése es el error que las identifica como necias, si no serían prudentes, pero no es ése el error clave.

El error de las necias fue...

Pensar que las prudentes las ayudarían.

Ésa es la enseñanza. No pienses que, llegado el momento, alguien te ayudará, porque no. Y no porque las personas buenas en realidad sean malas, sino porque... es el mundo. Así es el mundo, y yo no puse las reglas.

Muchacho, no confíes en que los demás te van a ayudar. No bases tu esperanza en ello. Hacerlo es necedad.



F. Haendel - Israel in Egypt : "He sent a thick darkness"

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