sábado, 25 de febrero de 2017

Cómo hacer un apeo (II)





Al estudiar un apeo, conviene recordar que cuando una fuerza se ejerce contra un objeto, o lo mueve, o lo rompe, o lo deforma. Siempre. Usted no quiere que su estructura de apeo se mueva o se rompa, así que asúmalo: se deformará. El cuánto depende de usted.

Si juega en casa, quizá el tema no tenga importancia. Si está haciendo una reforma total de un edificio, supongo que ejecutará los apeos cuando hayan quitado los pavimentos y los tabiques y tengan el edificio pelado, con garga mínima. Si es así, no hay peligro de rajar baldosas o tabiques. Pero ¡cuidado! Es posible que una deformación excesiva altere la estructura superior; hay forjados de mírame y no me toques, y estructuras estables pero muy sensibles a según qué cambios. Estoy pensando, por ejemplo, en la típica iglesia/ermita de un pueblo perdido, pero también en un caso que tuve en el apeo de unos pilares de piedra que soportaban una cúpula. La estructura de la cúpula era de madera, con un entramado rarísimo en plan palillos chinos, y la cúpula ya tenía suficientes grietas visibles desde el exterior. En casos como éste, hay que considerar la opción de rehabilitar o reforzar el forjado, sólo para resistir el proceso de apeo.

En general, en los apeos es normal buscar deformaciones más estrictas que luz/500; de hecho, si jugamos fuera de casa luz/800 debería ser un mínimo. Pero también importa el valor absoluto de la deformación: una grieta de 0,1 mm se ve a simple vista. Por tanto, me temo que la experiencia y el análisis de la situación son fundamentales para establecer el criterior a seguir. Eso sí: ¡por amor de Dios, documéntelo!

El paso siguiente es pergeñar el proceso de ejecución. ¡Y aún no ha empezado a calcular! No, de verdad: antes de calcular qué necesita, hay que estudiar cómo se puede hacer el refuerzo.

Determinar el proceso es, en mi opinión, lo más difícil. En síntesis, hay que construir una estructura provisional, hacer que esta estructura provisional apee (¡provisionalmente!) la estructura que se quiere apear (definitivamente), aprovechar que la estructura que se quiere apear definitivamente está provisionalmente apeada para ejecutar la estructura del apeo definitivo, y desmontar la estructura del apeo provisional. Es mi parte favorita de los apeos, pero en estas líneas poco puedo ayudarles: cada apeo es una situación diferente y requiere su proceso específico.

El último paso, si se ha llegado hasta aquí con éxito, es el más fácil: calcular el apeo. Sabe las cargas y la deformación que admitirá, así que no debería tener ningún problema en esto. Pero hay algunos detalles que deberá tener en cuenta.

El primero de ellos es que, si apoya su estructura en una fábrica de ladrillo o bloque de hormigón, ha de diseñar el apoyo, y esto tiene su miga. Porque debe determinar qué presión podrá ejercer en el apoyo, y cómo hacer ese apoyo. Determinar la presión admisible no es inmediato, y las más de las veces el problema es que queremos apoyarnos en una pared de ladrillo de vaya usted a saber cuándo, hecha no se sabe cómo por no se sabe quién. Pueden hacerse ensayos, pero no acostumbro a recomendarlo; no, esto es algo que deberá hacer por su cuenta y riesgo. Pero tranquilo, hombre: la NBE FL-90 le será de gran ayuda.

Cuando sepa la longitud de los apotos, compruebe que ha estimado bien la luz de cálculo: es muy posible que deba recalcular, porque se ha quedado corto.

La manera de hacer el apoyo no debe tampoco olvidarse. A menudo, una chapa de mortero es suficiente, pero (por ejemplo) si quiere apoyar una viga perpendicular a una pared, la longitud de apoyo no se consigue así como así; en estos casos, emplear una viga de acero perpendicular a la viga de apeo puede ser una buena opción.

Y si el acero se hace sobre hormigón, claro que todo es más sencillo, pero ¡cuidado! no haga trabajar al hormigón de fuera del recubrimiento, y yo diría que tampoco de los estribos y de los radios de doblado de la armadura, si los hubiera. Es más, en estos casos los apotos de neopreno son muy útiles. Eso sí, el cálculo de un buen apoyo de neopreno requiere su técnica, y permitirán que no me extienda aquí sobre este tema.

¿Y ya está? No, no está aún, porque falta un aspecto de los apeos que con demasiada frecuencia se pasa por alto: el apuntalamiento. Pero ése es otro mundo, que tendrá su artículo específico.




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