lunes, 20 de febrero de 2017

Arkansas mola (II): el puesto del Arkansas



Los primeros europeos en pisar Arkansas fueron, era de esperar, los españoles de la expedición de Hernando de Soto, pero cuando comprobaron que los indios de por allí eran pobres como ratas y no había nada que ganar, se largaron. Salvo Hernando de Soto, que se deprimió tanto cuando llegó a esa conclusión que cayó enfermo y murió en la esquina nororiental de Arkansas, pero por cosas que pasan... venga, lo cuento: Hernando de Soto había hecho creer a los indios que él era un Hijo del Sol y que era inmortal (pruebe usted a estar tres años recorriendo las tierras indias con un puñado de soldados sin inventarse una leyenda para tener alguna ventaja psicológica), pero murió en un poblado indio. Los indios sospecharon, y los españoles tuvieron que explicar que había vuelto al cielo, dejando su cuerpo (enterrado) aquí en la tierra. Aquello no coló, y los indios se estaban volviendo cada vez más recelosos. Los españoles sabían que estaban muy lejos del delta del Misisipi y si los indios desenterraban el cuerpo y se descubría el pastel lo tendrían muy chungo, así que esa noche "robaron" el cuerpo de Hernando de Soto y lo sumergieron en el Misisipi con unas piedras desde una canoa. El resultado es que no hay tumba de Hernando de Soto, y bien que lo lamentan los arkansans.

El caso es que los españoles no establecieron puestos permanentes. Hasta que 140 años después, hacia 1680, los franceses sí establecen un puesto: el puesto de Arkansas, ahora conocido como Arkansas Post. Y el puesto de Arkansas se reveló como fundamental para el control del tráfico de la zona del Misisipi. Los primeros 80 años fue francés, pero al acabar la guerra de los Siete Años en 1763, Francia cedió el territorio a España. Sería de España casi 40 años,hasta que Napoleón, como les conté en su día, la vendió (sin ser suya) a los americanos.

Catorce años después de ser española empezaría la guerra de la Independencia, pero Arkansas estaba muy lejos de las colonias y la guerra no iba con la zona. Hasta que en 1779 España entró también en la contienda (lógicamente con los americanos, pues éstos iban contra los ingleses). Pero aun así, Arkansas era en aquel momento el verdadero culo del mundo; los objetivos de España eran recuperar Menorca y, sobre todo, Gibraltar.

La guerra de la independencia se ha vendido siempre como un lucha de los colonos contra los ingleses y, siendo cierto, no lo cuenta todo: Inglaterra no sólo tuvo que luchar contra los granjeros americanos, sino también contra Francia y contra España. Fue una guerra mundial en la que los ingleses se partieron el careto en todas partes, hasta el punto de que, aunque los americanos terminaron su guerra en 1781, la verdadera guerra continuó hasta 1783, que se firmó el tratado de París, que puso fin a la guerra. Salvo en Arkansas.

Arkansas, ya lo he dicho, era el culo del mundo conocido y no había habido combates. Pero era el extremo del mundo para lo bueno y para lo malo: España e Inglaterra habían firmado un tratado preliminar de paz en enero, pero en Arkansas, en abril, aún no se habían enterado. Y por aquellos días ocurrió la batalla del puesto de Arkansas.

Los ingleses querían sustituir a los españoles en el control del Misisipi. El puesto estaba en la confluencia del Arkansas con el Misisipi, y enviaron una partida de soldados a hacerse con el puesto, defendido por una guarnición de 33 hombres (y cuatro indios), más un capitán, un teniente y un sargento, total 40. Digo partida, porque España había tenido varias victorias en la zona del Misisipi y había desorganizado el ejército británico, así que éste pasó a montárselo en plan guerrilla. En cualquier caso, los británicos eran más del doble de los españoles, y el puesto era poco más que una empalizada de madera al estilo de los fuertes de Comansi (para los que se acuerden) y unas pocas barracas, hasta el punto de que los españoles habían montado el cuartel en un poblado indio a media milla del fuerte, a orillas del río, y en el que también vivían los colonos y la gente que suele haber en estos puestos. Curiosamente los españoles habían desplazado el fuerte algo alejado del río, por las habituales crecidas del Misisipi y del Arkansas. Además, los ingleses tenían una pequeña flotilla de canoas e incluso un barquito, con lo que dominaban las aguas. Como casi siempre.

La batalla fue bastante peliculera: para empezar, la vida y lo que ocurrió antes de la batalla ya daría para un par de filmes, pero por ir a los hechos concretos, el capitán, que había llegado al puesto en enero, estaba viviendo en el poblado. El teniente, que sí llevaba tiempo en el fuerte con su esposa, había vivido en una construcción de tipo indio dentro de la empalizada, pero un vendaval la había derribado, por lo que la mujer también estaba acomodada en el poblado. Los exploradores indios de los británicos descubrieron que en el poblado indio cercano al fuerte estaban el comandante de la guarnición, la mujer del teniente (el teniente estaba "de guardia" en el fuerte), una guardia con el sargento y 8 soldados, y que los guereros indios estaban aún en los bosques, en su temporada de caza, por lo que asaltaron el poblado (al que se acercaron camuflados con pieles para no ser descubiertos) y cogieron a todos prisioneros (dos soldados murieron en la refriega), sólo el sargento escapó (según cuentan las crónicas, soltándose de tres ingleses que le habían atrapado). También el capitán, al oir el primer disparo, había conseguido regresar al fuerte. Está claro que los tres mandos y la esposa del teniente, más el capitán de los ingleses, son los papeles estelares de la película.

Esa misma noche los británicos, a través de un pequeño barranco oculto, llegaron a las inmediaciones del fuerte y lo atacaron. Los españoles resistieron seis horas y a las 9 de la mañana el sargento, con 13 hombres, prepararon una salida de contraataque, ante la sospecha de que los ingleses estaban preparando cañones. En ese momento se presenta un mensajero de los ingleses con la mujer del teniente: el capitán ordena al sargento que quieto parado. Resulta que el mensajero solicitaba la rendición del fuerte, a lo que el capitán se opuso. Una vez marchado el mensajero (con la mujer), siguen adelante con la salida. Bien, resulta que de los 13, 4 eran indios, y todos se lanzaron a por los atacantes lanzando los más terribles gritos indios de guerra. Los ingleses creyeron que eran todos los indios los que les atacaban, y pusieron pies en polvorosa.

Tras la huida, los ingleses volvieron a la carga, y mandaron un nuevo mensaje al capitán del fuerte diciéndole que 500 guerreros indios aliados suyos se dirigían hacia allí, y que sería mejor que se fueran rindiendo ya, que los indios no tomarían prisioneros. ¡Je! El capitán dijo que no, gracias... y los indios no aparecieron. Quienes sí llegaron fueron los indios del poblado amigo del fuerte, y con su ayuda los españoles mandaron un grupo de soldados ¡a rescatar a los prisioneros que tenían los ingleses! Más aún, esta vez fueron los españoles los que se echaron el farol: tenían 250 guerreros indios a su disposición. Los ingleses capitularon; es decir, renunciaron a conquistar el fuerte. Pero se fueron a buscar a los famosos 500 indios. Sólo que ahora eran ellos los que tenían problemas.

¿Es o no una historia de película?

En fin, para terminar les diré que el 5 de mayo el capitán del fuerte escribió al gobernador del Misisipi contándole la batalla. La respuesta fue... que había acabado la guerra y que todo el mundo debía devolver a sus prisioneros. Cosa que los ingleses hicieron... pero no los objetos que habían conseguido en su campaña. Ingleses. Me temo que la guerra continuó un poco más en Arkansas, solo que ahora era... contra unos piratas.

Eso sí, en su informe el capitán escribió que toda la guarnición se había portado con valor, pero que especialmente debía mencionar, y así lo hago yo tambien, al sargento Alexo Pastor, el soldado de 1ª Josef Paseras, los soldados de 2ª Lucas T. Pérez y Sebastián Molina, y los soldados Mariano Barrios, Bruno Cuisasola, Antonio Longines, Antonio López y Mariano Pérez. Que conste.

Lo importante es que hay un sitio en Arkansas que participó de la Guerra de la Independencia. ¿El nombre del fuerte? Fuerte Carlos III. Faltaría más.

Y que podemos constatar que, una vez más, como la historia la escriben los ingleses y los franceses se nos ha enseñado que en el siglo XVIII éramos unos decadentes y unos flojos pero ésa no era la realidad. En el puesto de Arkansas, por ejemplo, un puñado de españoles les dieron una buena tunda a ingleses que les doblaban en número.




John Denver - Take me home, country roads

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