domingo, 5 de febrero de 2017

Perseguido


Echan por la tele Perseguido, de Schwarzenegger. La película es de 1987, de hace treinta años, y se ambienta en el típico estado policial, controlado por un Capitolio. El régimen utiliza la televisión como "opio del pueblo", siendo "Perseguido" el programa más popular: va de tipos que han de superar unas pruebas - unos tíos que los quieren matar- y, si llegan al final, ganan una vida en una isla paradisíaca y esas cosas. Por supuesto, lo de la isla es mentira: los matan a todos, pero eso no se ve. El caso es que hay una revuelta popular por alguna hambruna o similar, y uno de los policías antidisturbios es Schwarzenegger. La orden es masacrar a los manifestantes, y Schwarzie se niega, por lo que es apresado y, como castigo, obligado a participar en Perseguido. Pero Schwarzie es Schwarzie, y una vez en el programa (que se rueda en un barrio abandonado) contacta con la resistencia, se carga a los malos que iban a por él y consigue subvertir el orden establecido.

Por cierto que está ambientada... en 2017. Es lo que tiene la ciencia ficción, que avanza más rápido que la ciencia real.

Pero a lo que iba. Perseguido es una película. Una. Quiero decir, sólo una. Y no sé a ustedes, pero a mí me recuerda Los juegos del hambre y a otras películas del mismo corte: la semejanza es innegable. Por supuesto, hay diferencias - no en vano una película de Schwarzie de los 80 es una película de Schwarzie de los 80-, pero podríamos reducirlas a 2: en Los juegos del hambre, el héroe no es un tipo musculoso y varonil que derrocha testosterona sino una chica, Jennifer Lawrence (que conste que soy un fan), y no fue una película, sino 4. Y estas dos diferencias son, me temo, un signo de los tiempos.

En los 80, el protagonista era un supermacho. Y punto. Siempre, un héroe deiforme (que diría Homero), que pelea y domina todas las armas y todas las técnicas de combate. A menudo es un Seal reconvertido en pintor de paisajes, o algo equivalente, pero en todos los casos ha recibido formación en explosivos, en lucha, en supervivencia y en todo, porque el tipo es un crack. Las chicas podían ser las protagonistas, como la setentera Los ángeles de Charlie, pero siempre era para destacar el hecho de que eran chicas. Por ejemplo, Remington Steele del 82 y Luz de luna del 85. En esas series, las chicas eran competentes detectives, pero la gracia estaba en que además luchaban contra el estereotipo de ser mujeres en un oficio de hombres.

Ahora, sin embargo, son legión las series policíacas en las que el jefe del equipo, el policía principal y listorro, es una mujer. De armas tomar, además. The Closer, Caso abierto, Ley y Orden, Castle, The Listener, Major Crimes, El mentalista, Imborrable, Forever,... la lista es interminable. Normal que en una pelicula sobre una lucha a muerte entre guerreros de todo el país la campeona sea una mujer. A mí, lo de la heroína me chirría más que las proezas de un hipermusculado héroe, pero también me chirrían los delicaditos y sensibles hipster que pueblan Barcelona y me encuentro todos los días por docenas: me temo que soy una reliquia del pasado.

Y luego está lo de las 4 películas, para contar una historia que hace 30 años se habría contado en 1. Me vienen a la mente las viejas pelćulas de James Cagney y Edward G. Robinson, en las que tronaban las Thompson y los actores escupían las frases como las Thompson las balas: la acción iba a toda tralla, pasaba de todo y el realizador nunca se entretenía en lentos planos de aproximación; comparadas con las de los años 30, las películas de los 80 parecían rodadas a cámara lenta. Y sin embargo ahora se hacen 4 películas. 

Claro que ahora tampoco se escriben libros, sino trilogías. O tetralogías.

No sé si todo esto habla bien de nuestros progresos intelectuales.




Simon & Garfunkel - Sounds of silence (Jenny & Tyler)

No hay comentarios:

Publicar un comentario