lunes, 12 de octubre de 2015

Pueblos y vírgenes



Un catalán es, más o menos, como un aragonés: los dos dan los buenos días en la escalera. Pero la sociedad catalana es muy diferente de la aragonesa. Y uno de los días en que esa diferencia es más palpable es el 12 de octubre.

Cada 12 de octubre, los zaragozanos (y con ellos los aragoneses) salen a la calle y ofrecen flores a la Virgen del Pilar. Como salen muchos, se forma una cola, y es cola tiene un recorrido preestablecido y un horario. Para entretener la espera, muchos de los que esperan cantan y bailan. Las jotas inundan el ambiente. Y todos, con trajes regionales; y los de fuera, con los suyos.

Esto, en Barcelona, se me hace inimaginable.

En primer lugar, el folklore. El aragonés es muy rico, el de Ansó es diferente al de Mezalocha, y el aragonés se enorgullece de esta variedad. El catalán no. En Cataluña se quiere uniformizarlo todo, todo ha de ser según el canon (canon, por cierto, que estableció no sé quien; que es inventado, quiero decir). El resultado es que no me parece una región rica, en este aspecto. No habría variedad en los trajes, y me temo que tampoco en los bailes. Sardanas, a ritmo de chistus, dulzainas y tamboriles. ¿Y las canciones? La verdad es que no lo sé, no sé cuál es la canción popular catalana; no me suena, haber oído ninguna. ¿Cantarían habaneras, a la Virgen? Lo dudo. Vamos, que pienso que sería algo bastante aburrido. La única diversión, desde luego, sería la que aportaran los de fuera: los aragoneses, por ejemplo.

Lo de los trajes se me hace especialmente curioso. En Aragón, cuando yo era chico, los trajes procedian de los arcones. Abuelas y tías guardaban mantones, faldas, calzas; mi hermana, por ejemplo, creo que llevaba un mantón del siglo XIX. Aparecían también viejos chalecos y cachirulos. Ahora yo no sé qué porcentaje procede de El Corte Inglés, pero cada vez hay más y más variedad, y cada cual cuenta que el suyo tiene un origen perdido en el alba de los tiempos. Aquí, en cambio, nada. Existe el icono del payés con blusón, faja y barretina, y punto. Nada más. Nunca he oído hablar a nadie de que tenga un antiguo traje de su bisabuelo, mucho menos que su bisabuelo fuera payés.

Pero la razón principal de que no me imagine una ofrenda en Barcelona es lo secularizada que es esta sociedad. No tengo ni idea de cómo es la Virgen de la Mercé, y me atrevo a asegurar que la gran mayoría de los barceloneses tampoco lo saben. No hay zaragozano que no sepa cómo es la Virgen del Pilar, y diría que aragonés tampoco. La Virgen del Pilar forma parte de la cultura aragonesa; la Mercé hace muchos años que desapareció de la catalana. La fiesta de Barcelona se llama La Mercé y se celebra el 24 de septiembre, pero me temo que ahí acaba todo. El nombre y la fecha, ni siquiera mantienen el nombre oficial de "fiestas en honor de" que persiste en Zaragoza y en todos los pueblos aragoneses. Aquí nadie llevaría flores a la Virgen de la Mercé, porque a nadie se le ocurriría.

Por cierto, la popularidad de la Virgen de Monserrrat en Cataluña no tiene nada que ver con la Virgen; para ellos, es un símbolo político, no otra cosa.

Aparte, claro, el hecho de que los secesionistas interpretarían tal ofrenda como un acto españolista y a) la prohibirían, b) la denigrarían pública y constantemente, y c) acosarían al que la hiciera y moverían cielo y tierra para que no lo lograra. Aquí, las cosas se entienden así.



Police - Every breath you take (Alexey Glazov & Natasha Zvereva)

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