lunes, 7 de septiembre de 2015

Los cuatro jinetes del Apocalipsis




En mi entrada anterior empleé, como recurso argumental, la referencia a "los cuatro jinetes", holgó añadir "del Apocalipsis". Los cuatro jinetes los identifiqué como la Muerte, la Guerra, el Hambre y la Peste, y ahí me tomé una licencia literaria, porque los verdaderos jinetes no son estos 4. Esto hace que me sienta obligado a aclarar la confusión. 

Los 4 jinetes del Apocalipsis, además de una visión del Libro del Apocalipsis de San Juan, es un concepto de la cultura popular. Su inclusión puede tener varios orígenes:

En primer lugar, hablaría de la novela "El quinto jinete", de Dominique Lapierre y Larry Collins. Escrita en 1980, especula con unos terroristas libios (o quizá sólo musulmanes, no recuerdo) que quieren colocar una bomba atómica en Manhattan. En aquella época estaban de moda los libros de suspense ambientados en la guerra fría, y aunque en el libro no salen vampiros, magos o escenas de sado-maso, se vendió muy bien. El caso es que el título (y creo recordar que una primera cita introductoria) hacía referencia a los 4 jinetes del Apocalipsis, junto a los cuales la amenaza nuclear sería un "quinto jinete".

Pero con total seguridad la inclusión de los 4 jinetes en nuestro acervo vendría de la mano y la pluma de Vicente Blasco Ibáñez, que en 1916 escribió la novela "Los cuatro jinetes del Apocalipsis", a vueltas con el horror que estaba suponiendo la Primera Guerra Mundial. El libro fue un bombazo en los EE.UU., y además de convertir en millonario a Blasco, propició que en 1921 se rodara la película homónima con el inolvidable Rodolfo Valentino como protagonista. Con retintín en lo de "inolvidable", porque durante años así se consideró al astro: no cabía en la cabeza de nadie que un día se convirtiera en lo que es hoy, un perfecto olvidado. ¡Sic transit gloria mundi!
  
A propósito de lo cual quiero hacer un inciso: hemos perdido la capacidad de ver películas mudas, lo que ha hecho que no sepamos calibrar el arte y la grandeza de los actores de entonces y del "hijo del Caid" más que de nadie. Sin embargo, una historia puede contarse "muda" sin mayor problema; sirva como ejemplo el vídeoclip con el que acompaño este artículo, y como éste muchísimos otros vídeos de youtube.

De la película de 1921 se hizo en 1962 un remake con Glen Ford y Charles Boyer (guiño a cierta entrada mía de hace muuuucho). Yo no he leído el libro (no es autor que me motive) y tampoco he visto la película muda, pero sí la de 1962, no tengo ni idea cuándo pero sin duda en algún año en los que se veía lo que echaban, los que lo vivieron ya me entienden; y quizá también que la recuerde en blanco y negro. Yo no me acuerdo de gran cosa, sólo de la escena en la que evocan a los cuatro jinetes del Apocalipsis y éstos aparecen en el cielo. ¡Qué coincidencia!
 


Bien, el caso es que sea por el libro o por las dos películas, los cuatro jinetes del Apocalipsis son los que cita Blasco Ibáñez. Y aquí está la confusión, porque Blasco se toma la licencia de alterar "un poquito" el texto original.

Los 4 jinetes de Blasco que recorren el mundo son la Muerte, la Guerra, el Hambre y la Peste. Sin embargo, no son los del Apocalipsis.

¿Y cuáles son los del Apocalipsis? Lo cierto es que esto también tiene su miga, y aquí se junta el hambre con las ganas de comer.

El Apocalipsis es sin duda el libro más difícil de entender de todos los que forman la Biblia. Además, se escribió en griego Koiné, no en un idioma moderno; esto tampoco ayuda. De hecho, esto es una complicación terrible, porque la inerrancia de la Biblia en las traducciones no se refiere a la literalidad sino al espíritu de la letra en general. El resultado es que hay muchas diferencias entre Biblias, y ya recordarán la que se montó por la palabra filioque.

Yo en este momento tengo dos Biblias; una es la de Nácar y Colunga, y he de decir que es mi Biblia favorita porque la tengo desde hace ni sé cuantísimos años pero me hace sentir culpable por una historia que ahora no viene al caso, y la otra es la de la Conferencia Episcopal Española; aunque esta última es ahora la Biblia oficial en España, les diré una cosa: a mí no me gusta. En lo que sigue, usaré como base la Nácar-Colunga.

A lo que vamos: la referencia a los cuatro jinetes se produce en el inicio del capítulo 6. En este capítulo se abren los siete sellos, y los cuatro primeros son los jinetes: "Así que el Cordero abrió el primero de los siete sellos, ví y oí a uno de los cuatro vivientes, que decía con voz como de trueno: Ven. Miré y ví un caballo blanco, y el que montaba sobre él tenía...". En este momento me van a permitir que el primer sello no sea el primero, que me lo voy a dejar para el final. Salto al segundo:

"Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo viviente, que decía: Ven. Salió otro caballo, bermejo, y al que cabalgaba sobre él le fue concedido desterrar la paz de la tierra y que se degollasen unos a otros, y le fue dada una gran espada". Está claro: es un caballo alazán, y su montura es la Guerra. Por cierto que la Biblia de la CEE dice: "Salió otro caballo, rojo, y al jinete se le dió poder para quitar la paz de la tierra y hacer que los hombres se degüellen unos a otros; se le dió también una gran espada". Más o menos lo mismo, y el caballo sigue siendo un alazán.

El tercer sello es muy curioso: "Cuando abrió el sello tercero, oí al tercer viviente, que decía: Ven. Miré y ví un caballo negro, y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí como una voz en medio de los cuatro vivientes que decía: Dos libras de trigo por un denario y seis libras de cebada por un denario; pero el aceite y el vino, ni tocarlos". La de la CEE dice algo parecido.

Está claro: el tercer jinete son los precios altos. La especulación. El tercer jinete es la carestía de la vida. Lo que nosotros interpretamos ahora como... el Hambre. Pero el libro sólo dice unos precios imagino que disparatados en aquel momento. Y su caballo es que unos pocos se van a enriquecer a costa de los demás, que se van a ver sumidos en la pobreza. Caray con San Juan, lo buenecito que parecía y tira con bala.

El cuarto sello: "Cuando abrió el sello cuarto, oí la voz del cuarto viviente, que decía: Ven. Miré y ví un caballo bayo, y el que lo montaba tenía por nombre Mortandad, y el infierno le acompañaba. Fueles dado poder sobre la cuarta parte de la tierra para matar por la espada, y con el hambe, y con la peste, y con las fieras de la tierra". La Biblia de la CEE dice "un caballo amarillento; el jinete se llamaba Muerte, y el Abismo lo seguía. Se les dio potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, hambre, epidemias y con las fieras salvajes". El más claro de todos: el jinete del caballo bayo es la Muerte.

Así que no hay un caballo para la Peste. ¿Y el caballo blanco, el que salía con el primer sello? Blasco ponía en éste a la Peste, supongo que porque se basó en alguna traducción incorrecta o en algún texto de terceros, y hacía que lanzara flechas envenadas con las peores epidemias, pero en las películas se le denominaba "la Conquista". De hecho, este es el caballo de la victoria; si tenemos en cuenta que en la época en la que se escribió victoria y conquista venían a ser lo mismo, se entiende la confusión:

"Miré y ví un caballo blanco, y el que montaba sobre él tenía un arco, y le fue dada una corona, y salió vencedor; y para vencer aún". Está claro que no es la Peste, pero tampoco diría que es la Conquista; de hecho, la versión oficial (y desde el siglo II, que yo sepa, y esa gente aún hablaba el griego koiné y además el libro sería bastante reciente) es que este caballo representa a Cristo Resucitado, que es el que ha vencido a los otros caballos y va a seguir combatiendo y venciéndoles. Es decir, no es un jinete que haga piña con los otros tres sino todo lo contrario. Pero claro, el Apocalipsis es un libro raro, raro, y hay gente que lo interpreta todo de otra manera.

¿Captan ahora la licencia que se tomó Blasco Ibáñez? Pues es la que he seguido yo. Y ahora, aclarado queda.





Supertramp - It's raining again

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