Hace hoy cuatro años que inicié este blog. Hace cuatro años había blogs por todas partes, todo el mundo tenía, y yo solía seguir unos cuantos. Unos, de técnicos del ramo; otros, de frikis y listorros que viven en Rusia y se enteran allí de cosas inimaginables. Y también, pocos, de periodistas. Los periodistas siguen aún con sus blogs, pero son diferentes a los de los demás: son, diría, de usar y tirar, el interés pasa rápido (de hecho, lo suyo no debería llamarse blog: el periodista escribe artículos y los publica, eso es todo; lo de "blog" es para parecer más moderno, si se le hubiera llamado "columna" no habría pasado nada). Por su parte, los frikis y listorros siguen ahí, pero cada vez escriben menos. Y los profesionales, y lo lamento, han dejado sus blogs por twitter y facebook; un día fui al museo que había abierto un friki, y su blog tenía una última entrada de hace años, le pregunté porqué había abandonado el blog, y me dijo que es que los blogs son del pasado, ahora es twitter. Yo me quedé bastante chafado, la verdad, porque ni tengo twitter ni facebook ni ganas, y porque además me gusta escribir en mi blog.
¿Son los blogs un formato anticuado? Depende. Surgieron antes que las redes sociales, y permitían comunicarse con los demás; la alternativa, tener una página web, no es bien una alternativa, ¿no creen?
Cuando aparecieron las redes sociales, diseñadas con el objetivo de comunicarse, estaba claro que quien buscaba eso debía abandonar su blog.
Aparte, hay algunos que su interés es "estar ahí". Abrieron su blog porque creyeron que tenían que hacerlo, abrieron cuenta en twitter por lo mismo, y es lógico que esos blogs se vayan abandonando. Es una pena, porque los había muy interesantes, con artículos muy trabajados, que gustaba leer. Pero entiendo que un buen blog es muy desagradecido, porque requiere mucho trabajo. Un twitt, en cambio, sabemos que lo monta cualquier desorejado en quince segundos.
El caso es que yo no considero que los blogs sean cosa del pasado; lo que sí pienso es que se ha de ser conscientes que son eso, cuadernos de bitácora. Yo, por lo menos, así interpreto el mío. Aunque lo cierto es que mis motivos para escribirlo no son los del principio.
Cuando empecé a escribir, sólo quería aprender; eran pruebas, por si aquello me gustaba. Y resulta que sí, que me gustó, y continué escribiendo. En aquella época, lo confieso, miraba las visitas que recibía. Más tarde, las visitas trajeron insultos: dejé de leer comentarios; de hecho, ni los quería. Poco a poco, descubrí que en realidad tampoco quería que me leyeran. No me importaba, pero no era lo que buscaba. Lo que me gustaba era leerme yo. Leer ahora lo que escribí hace uno, dos, tres años. Y, sobre todo, la satisfacción que me daba saber que, en el futuro, mis hijos o mis nietos también podrán leerme. Ya no seré sólo una foto, un recuerdo, una anécdota; a través del blog, podrán saber lo que pienso, lo que va ocurriendo a mi alrededor, cómo cambia el mundo. O, al menos, es lo que intento; soy ingeniero y no tengo mucho tiempo libre, así que comprenderán que la pluma no es lo mío.
Lo mejor fue que un día descubrí que podía encuadernar mis artículos en formato libro. Lo hice, y me pareció fantástico; más, cuando pienso que los libros sobrevivirán al internet que conocemos ahora, como lo han hecho a las cintas de cassette, así que el libro es el formato ideal para que mis nietos me puedan leer.
Y ya ven: este artículo cierra el tercer libro, que espero que "me regalen" estas navidades. El artículo de mañana no lo editaré, porque no va a aportar ideas: va a ser, ¡sorpresa! el listado de las 200 canciones que he ido incluyendo en mis últimos artículos, cada canción con su hipervínculo. Si recuerdan, acompaño cada artículo con un enlace a youtube (algunos, como el primero, iban a vídeos que se han borrado y no sé cuál es, ¡qué le voy a hacer!). Ignoro si ustedes suelen pinchar en los enlaces o no, si les gusta la música que les propongo o no; no me importa, insisto. Me va a gustar a mí, tener un recopilatorio de canciones y/o versiones que me gustan, y permitirán a mis hijos saber qué música me gustaba a mí. O no, pero esto tampoco lo sabré (y tampoco me importa, la verdad).
En fin. Han pasado cuatro años, y aún tengo pendientes artículos que empecé en aquel momento; confío en publicarlos algún día. Lo importante es que tengo todavía algunas cosas que quiero decir, y que me está gustando hacerlo. Si ustedes quieren, yo aquí seguiré.
¡Hasta el próximo artículo!
¿Son los blogs un formato anticuado? Depende. Surgieron antes que las redes sociales, y permitían comunicarse con los demás; la alternativa, tener una página web, no es bien una alternativa, ¿no creen?
Cuando aparecieron las redes sociales, diseñadas con el objetivo de comunicarse, estaba claro que quien buscaba eso debía abandonar su blog.
Aparte, hay algunos que su interés es "estar ahí". Abrieron su blog porque creyeron que tenían que hacerlo, abrieron cuenta en twitter por lo mismo, y es lógico que esos blogs se vayan abandonando. Es una pena, porque los había muy interesantes, con artículos muy trabajados, que gustaba leer. Pero entiendo que un buen blog es muy desagradecido, porque requiere mucho trabajo. Un twitt, en cambio, sabemos que lo monta cualquier desorejado en quince segundos.
El caso es que yo no considero que los blogs sean cosa del pasado; lo que sí pienso es que se ha de ser conscientes que son eso, cuadernos de bitácora. Yo, por lo menos, así interpreto el mío. Aunque lo cierto es que mis motivos para escribirlo no son los del principio.
Cuando empecé a escribir, sólo quería aprender; eran pruebas, por si aquello me gustaba. Y resulta que sí, que me gustó, y continué escribiendo. En aquella época, lo confieso, miraba las visitas que recibía. Más tarde, las visitas trajeron insultos: dejé de leer comentarios; de hecho, ni los quería. Poco a poco, descubrí que en realidad tampoco quería que me leyeran. No me importaba, pero no era lo que buscaba. Lo que me gustaba era leerme yo. Leer ahora lo que escribí hace uno, dos, tres años. Y, sobre todo, la satisfacción que me daba saber que, en el futuro, mis hijos o mis nietos también podrán leerme. Ya no seré sólo una foto, un recuerdo, una anécdota; a través del blog, podrán saber lo que pienso, lo que va ocurriendo a mi alrededor, cómo cambia el mundo. O, al menos, es lo que intento; soy ingeniero y no tengo mucho tiempo libre, así que comprenderán que la pluma no es lo mío.
Lo mejor fue que un día descubrí que podía encuadernar mis artículos en formato libro. Lo hice, y me pareció fantástico; más, cuando pienso que los libros sobrevivirán al internet que conocemos ahora, como lo han hecho a las cintas de cassette, así que el libro es el formato ideal para que mis nietos me puedan leer.
Y ya ven: este artículo cierra el tercer libro, que espero que "me regalen" estas navidades. El artículo de mañana no lo editaré, porque no va a aportar ideas: va a ser, ¡sorpresa! el listado de las 200 canciones que he ido incluyendo en mis últimos artículos, cada canción con su hipervínculo. Si recuerdan, acompaño cada artículo con un enlace a youtube (algunos, como el primero, iban a vídeos que se han borrado y no sé cuál es, ¡qué le voy a hacer!). Ignoro si ustedes suelen pinchar en los enlaces o no, si les gusta la música que les propongo o no; no me importa, insisto. Me va a gustar a mí, tener un recopilatorio de canciones y/o versiones que me gustan, y permitirán a mis hijos saber qué música me gustaba a mí. O no, pero esto tampoco lo sabré (y tampoco me importa, la verdad).
En fin. Han pasado cuatro años, y aún tengo pendientes artículos que empecé en aquel momento; confío en publicarlos algún día. Lo importante es que tengo todavía algunas cosas que quiero decir, y que me está gustando hacerlo. Si ustedes quieren, yo aquí seguiré.
¡Hasta el próximo artículo!
Abba - On and on and on
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