https://www.youtube.com/watch?v=o4Yzj-m_SBk
Les recomiendo encarecidamente que relean el artículo que escribí el 22 de abril de 2019 sobre la Lex Caecilia Didia. Fue fruto de la sabiduría que se extrae de la experiencia, y establecía que, primero, entre que se propone una ley y se vota han de pasar días suficientes para estudiarlas (por lo general, 24), y que las leyes han de ser para una sola cosa, no puede haber leyes que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid...
Como hecha la ley, hecha la trampa, poco después los romanos sacaron la Lex Junia Licinia, que perseguía las clausulas escondidas, no relacionadas o que serían malinterpretadas, y endurecía las penas por intentar saltarse la ley de claridad.
Creo que se entiende la intención de los legisladores romanos: ya entonces había gobernantes que intentaban aprovecharse de su situación, y una de las mejores maneras de evitarlo es impedir que se salten los procedimientos. Combatir la tendencia del gobernante a que lo excepcional lo sea todo, siempre, y a usar todo tipo de triquiñuelas y argucias para evitar y soslayar los controles que legisladores bientinencionados pusieron para combatir las venalidades de los futuros gobernantes.
Hoy, mañana por cuando escribo, se vota, en el Congreso, la ley de presupuestos generales del Estado para 2023. Ayer se fueron conociendo algunas enmiendas (que son, por lo tanto, detalles y parte de la ley). Por ejemplo, que en marzo del 2023 la Guardia Civil dejará de controlar el tráfico en Navarra. Es curioso, porque en 2019 Sánchez, para que el PNV le votara los presupuestos, accedió a que la GC dejara el tráfico navarro. Lo que pasa es que no se firmó ninguna fecha concreta, y hablamos de Sánchez. Pero esta vez Bildu ha sido más listo y el acuerdo que le ha sacado (sí, al mismo Sánchez que juró y perjuró que jamás llegaría a ningún acuerdo con Bildu) es que se irán en cuatro meses. Los representantes políticos de los etarras que mataban guardias civiles en Navarra y que han hecho todo lo posible por expulsarlos. ¿Qué pensar, ante esto? Pues que no hacía falta matar a nadie, sólo esperar que Pedro Sanchez llegara al gobierno. No hacía falta soportar tanto sacrificio, el mirar siempre por encima del hombro y debajo del coche, el no contar a nadie en qué trabaja tu papá y todo lo que han tenido que tragar, si tan bajo valoraría el Gobierno su presencia que la iba a intercambiar por un puñado de votos para unos presupuestos.
Y es que Pedro Sánchez es un chollo. Con tal de que se le vote, acepta lo que sea. Lo que sea.
Este año, a la vez que los presupuestos se votará una propuesta que elimina el delito de sedición. Lo de la declaración de independencia de Cataluña pasará a ser "desórdenes públicos agravados". No sé qué decirles: yo estuve allí. Lo que aquí se conoció como "la batalla de Urquinaona", en la que incluso prendieron fuego a una tanqueta de la policía con policías atrapados dentro y dispararon cohetes a los helicópteros de control policial, una "batalla" que duró varios días y dejó el centro arrasado, eso sí son desórdenes públicos agraviados. La ocupación del aeropuerto y de las vías del AVE, también. Lo del 6 y 7 de septiembre de 2017 no fueron desórdenes públicos, ni agravados ni sin agravar (para recordarlos, como ejemplo: recordando-aquel-septiembre). Sacarse de la manga en una sesión del Parlamento catalán una propuesta de ley, presentarla para votarla acto seguido, que esa ley anule ipso facto la vigencia de la Constitución en Cataluña (y del Estatuto) y promulgue unas normas por las que, por ejemplo, el presidente del gobierno catalán nombra a los miembros del consejo rector de los jueces (por no hablar de la fidelidad al nuevo régimen que se exigiría a los jueces)... Eso no son desórdenes públicos. ¿Unos desórdenes públicos promovidos y sustentados en los gobernantes, los directores de los colegios, la policía autonómica, los medios de comunicación oficiales y los privados que se benefician de las subvenciones del gobierno catalán, y las cúpulas de todas las entidades civiles (como los colegios profesionales de médicos, periodistas, etc.)? No me tomen el pelo.
Y eso que Pedro Sánchez, en su día y porque lo necesitaba, declaró que aquello no fue una sedición sino una rebelión, no cabía duda. Y que aseguraron, de palabra y por escrito, que no iban a tocar el delito dos días antes de anunciar que sí. ¡Si nos descuidamos...!
Por cierto: hecho el anuncio, salió el presidente del gobierno catalán y declaró que habían conseguido de Sánchez el acuerdo de eliminar la sedición, y que como hay que ir paso a paso, lo siguiente era quitar la malversación; huelga decir que a los líderes del prusés se les había condenado por sedición y por malversación, y que la inhabilitación política seguía por la malversación. Aparte, que si conseguían que no hubiera malversación no tenían que devolver lo malversado (no iban a hacerlo, pero...). Pues bien, el gobierno nacional pasó automáticamente a reconocer que sí, que ahora tocaba ese tema y los socialistas salieron en tromba a los medios a afirmar ¡que sí que había que reformarlo! Para los anales, espero que quede, la declaración de la ministra de Defensa Margarita Robles, juez en excedencia ella, de que no era lo mismo el corrupto que se queda el dinero para sí que el malversador que no se lo queda él. Como si no fuera punible que el dinero se lo quedaran los amigos del político; o peor aún, que el partido en el gobierno montara un entramado para desviar dinero público a sus afines, pongamos más de mil millones de euros a lo largo de los años en Andalucía. Que sí, que el dinero acabó, en realidad, en las manos de los proxenetas, los traficantes de cocaína, los restaurantes de marisco, los vendedores de coches de lujo y todos esos, pero ¡hombre, no me jodan!
Por suerte con esto de la malversación, una vez que se hizo notorio que también los socialistas se beneficiarían de que se despenalizara la malversación, han tenido que replegarse un poquito. Y, de momento, con estos presupuestos no va la malversación, para otra ocasión queda.
Como gane Sánchez las próximas elecciones generales, se celebren cuando se celebren, y por ganarlas hay que entender que consiga formar una minimayoría frankstein una vez más...
Miranda Lambert y Carrie Underwood - Somethin' bad