domingo, 13 de marzo de 2022

Nacional complejo de inferioridad

https://www.youtube.com/watch?v=Ae829mFAGGE 

 

 

No ha habido gran varón en armas vivo,

Que no fuera en las ciencias eminente,

Bárbaro de nación, Lacio, ni Argivo.

Exceptuando a la Lusa, solamente;

Ni digo sin vergüenza que el motivo

De que en ellas no salga uno excelente,

Es el tenerse en menos verso o rima;

Que quien no sabe el arte, no le estima.

 

Por eso, y no por falta de ventura,

Portugueses Virgilios no hay, ni Homeros;

Y hasta no habrá, si ésa dura,

Eneas con piedad, ni Aquiles fieros.

Mas de todo es peor, que la natura

Tan ásperos los hace y tan austeros,

Tan rudos y de ingenio tan escaso,

Que poco o nada se les da del caso. 

Luis de Camoens - Los Lusiadas (canto V, 97-98)

 

Escribí hace algún tiempo una entrada sobre el alemán Bessel (disponible aquí), en la que no podía dejar de maravillarme del número de genios que había en Alemania a finales del siglo XVIII y principios del XIX, comparado con el número de pares que teníamos en nuestro país. Una diferencia tan amplia tenía que tener, sin duda, una explicación.

 

Unos años antes había escrito una entrada sobre Heisenberg (disponible aquí), también alemán, y en la que se producía el mismo resultado: la diferencia entre los científicos alemanes y los científicos españoles, en esta ocasión a principios del siglo XX. Y me preguntaba:

¿No deberíamos estudiar qué provocó semejante constelación de genios en Alemania e intentar que aquí nos acerquemos un poco? España ha dado 0 nobeles de física, 0 de química y 2 de medicina; los alemanes, en estas tres ramas suman 85.

Nunca he leído una explicación convincente. Por razones que desconozco, los perezrevertes de turno acostumbran a echar la culpa al catolicismo español, a los curas y a que en el momento clave nuestros gobernantes eran unos inútiles descerebrados. No sé por qué, no me lo creo. Pero tantas veces se ha repetido, que es ya un lugar común. Y aunque a nivel personal cada uno de nosotros cree que es lo mejor del mundo y que con él rompieron el molde, en lo colectivo tenemos un complejo de inferioridad de aúpa. No es que seamos bajitos y enclenques frente a los robustos nórdicos y teutones, es que somos cerriles y ellos abiertos; pacatos, y ellos liberales; cortitos, en suma, y ellos genios. Ingeniería alemana, y no hace falta decir más, qué tíos, esos sí que saben hacer las cosas.


Este complejo de inferioridad no es solo español, es también portugués: en los versos que inician el artículo, Luis de Camoens se lamenta de que no haya poetas que glosen las glorias portuguesas, carecen de Virgilios y de Homeros, y concluye que es una pescadilla que se muerde la cola: no tienen poetas porque al pueblo se le da un ardite la poesía, y al no conocerla ni siquiera la echa de menos.

 

Y, sin embargo...

 

Sin embargo, conviene releer la entrada que escribí sobre los hombres extraordinarios (disponible aquí) y fijarse en la conclusión:

Un griego, un tunecino (pre-Islam), dos italianos, un español, un portugués, un mongol y (si lo incluimos) un corso. ¿Alguien nota un patrón aquí? Caray, no sé qué pinta un mongol en esta lista y quizá sea la excepción que salva a todos los pueblos, pero no puede ser casualidad. No sé qué decir al respecto, salvo que ya que hoy en día se mira la Historia desde una perspectiva ex-Mediterráneo estoy seguro de que se aducirán múltiples razones que en realidad no son sino excusas por parte de las demás naciones que no han conseguido aportar jamás ningún nombre a la lista.


Pero estoy seguro de que no es casualidad. Algo debe haber en nuestro carácter, en nuestra manera de afrontar la vida, no sé qué, algo que hace que, a veces, surjan entre nosotros alguno los hombres más extraordinarios de la Historia de la Humanidad.
Sí, Alemania ha dado una pléyade de científicos e inventores, pero no han dado descubridores. Por uno bueno que podamos citar de aquel mundo (digamos, por ejemplo, el noruego Roald Amudsen), nosotros tenemos cien. Tenemos tantos, que a muchos ni los valoramos: Andrés Urdaneta descubrió cómo navegar por el Pacífico norte a mediados del siglo XVI, lo que permitía volver de Filipinas por el Pacífico. ¿Alguien sabía siquiera la existencia de Urdaneta? Pues a los alemanes se les ha de caer la baba cuando leen las historias de nuestros descubridores y deben de pensar ¿porqué de entre nosotros no ha salido nadie que quisiera saber qué había más allá del horizonte?

Podemos fijarnos también en las artes: es verdad que están por delante de nosotros en lo que se refiere a Música, pero también que están muy atrás en Pintura o Literatura. Aunque cuando la Cinematografía era un arte no les veíamos ni su estela.

Somos distintos. Ni mejores ni peores. Son buenos dando soldados, y también generales. Y nosotros somos buenos dando generales y soldados; aunque nuestros soldados son distintos a sus soldados. Y nada de esto es culpa de haber tenido unos curas u otros hace trescientos años.

En suma, las naciones somos como las personas. Todos hermanos, pero cada uno diferente a su manera. No nos disgustemos por eso. 
 
 
 
ZZ Top - Gimme all you lovin'

































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