viernes, 24 de septiembre de 2021

Mezquindad de mezquindades

Han cambiado el nombre de una calle más de Barcelona. Ésta estaba en el barrio de Vallvidrera. No es que le hayan devuelto el nombre antiguo, sino que ahora han considerado mejor otro nombre. Lo curioso son los nombres.

El nombre original de la calle era Reyes Católicos. Desde 1930, recuerdan los impulsores del cambio. Desde la dictadura de Primo de Rivera, dicen. Me cuesta creerlo, porque dimitió a finales de enero de ese año, así que o la calle es de sus últimos días o simplemente es de cuando mandaba otro, solo que no queda tan antifascista decir el nombre del otro. Aunque ya me contarán ustedes qué interés tendría Primo de Rivera al final de su vida en el nombre de la calle de un barrio rural de Barcelona. Seguro que jamás lo supo, así que difícilmente se le puede achacar a él que la calle tuviera ese nombre. Es más probable que el nombre se lo hubiera otorgado la junta del barrio o distrito con un sentimiento sincero; pero hoy en día, y en Barcelona más, si uno consigue tildar a su iniciativa de antifascista y de fascista a quien se oponga, el éxito está garantizado, recordemos el caso de nuestra sin par alcaldesa Colau y el cambio de nombre de la calle del Almirante Cervera (lo conté aquí). ¿A quién le importa la verdad?

El nuevo nombre de la calle es Elisa Moragas. La tal Moragas fue una maestra que tenía una escuela en esa calle entre los años 1972 y 1992. Ya se sabe que hay que promocionar siempre el producto local. Y, como dicen los vecinos que promovían la iniciativa, el nombre original "no nos representa ni vincula con nuestro entorno inmediato".

Elisa Moragas o los Reyes Católicos, Vallvidrera sólo puede homenajear a uno. Lamento que mi léxico en español sea tan reducido que no conozca la palabra que mejor exprese la pobreza de espíritu de las personas que promovieron el cambio. Y la desidia de los que, por inacción, lo aprobaron.

Pero es que en Barcelona somos así.



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