Se ha inaugurado la
nueva línea L-9 del metro. Por fin, por lo que parece, hemos conectado el
aeropuerto con la ciudad. Es un poco jocoso celebrar esto, porque la terminal
T-2 del aeropuerto ya estaba conectada desde hace muchos años, habría bastado
conectar la T-1 con la T-2 y eso seguro que costaba cuatro perras, pero yo creo
que lo que querían era hacer una gran obra 100% catalana.
La línea L-9, en
realidad, no se ha terminado. Está en servicio un tramo norte desde hace años,
pero recorre Santa Coloma de Gramanet; por lo tanto, no cuenta, a nadie le
interesa. Ahora se inaugura el tramo sur, que va del sur de BCN al aeropuerto
(tasas no incluidas). Lo de llegar hasta BCN es un decir, porque sólo tiene una
parada en la ciudad, en la zona universitaria. En el final de la línea L-3,
que… en fin. Supongo que sí habrá quien use esta conexión para ir al
aeropuerto, pero con la que está cayendo me parece un lujo asiático.
La L-9, sobre todo,
es noticia por su coste. Y por su sobrecoste. Iba a costar 1.947 millones de
euros; de los 46 km proyectados se han hecho 20 y llevamos un coste de 16.600
millones de €. Si lo pasamos a km: el km de AVE en España cuesta 12,5 millones de
€, el de Madrid a Barcelona salió a 14,5 millones de € (en algo se tenía que
notar que eran kilómetros por Cataluña), el km de tranvía urbano sale a unos 11
millones de €, y en la L-9 está en 594 millones de €. Ir en tranvía de Bellvitge al aeropuerto
rondaría, lo digo yo aproximado, 9 km, así que se habría resuelto con 100
millones de €. Hasta 16.600 millones tengo margen para muchas cosas.
Puede que haya quien
arguya que no es lo mismo ir por túneles que ir a cielo abierto. Y tiene razón,
pero… Verán yo diría que casi todos los calculistas de Barcelona hemos hecho
cosas para la L-9. Yo entre ellos. Pues bien, hace años tuve una conversación
con un jefe de constructora y me dijo que la tuneladora estaba batiendo todos
los records de velocidad. El terreno estaba siendo como mantequilla, la
tuneladora iba a todo trapo. Además, el tramo que se ha hecho es el del delta
del Llobregat, no hay que pasarse.
Dato técnico: una dificultad de la línea 9 es que hace el trazado por la parte alta de la montaña, las estribaciones de la sierra de Collserola, y por el delta del Llobregat. La tuneladora clásica funciona bien en el terreno "montañoso", pero en el fango sota el Llobregat parece ser que no. Por lo que en ese tramo se tuvo que emplear una segunda tuneladora, especial. Dado que sacar una tuneladora de un túnel es más caro que hacer una tuneladora nueva, las tuneladoras se abandonan ahí, en los finales de los túneles. Es innegable que algún milloncejo se ha ido por ahí. Aunque estoy seguro de que los técnicos, en su día, ya advirtieron de ello.
Por lo mismo que dirían, en su momento, que los túneles tendrían que ir a setenta metros de profundidad y que hacer las estaciones hasta esa profundidad iban a salir por un pico. Pero ¡qué es el dinero, para los políticos!
Así que tenemos una
obra que se ha eternizado (el tramo sur ha llevado 13 años hacerlo, los 621 km
del Ave Madrid-Barcelona se hicieron en 10). Que los sobrecostes son
escandalosos. Que es 100% de gestión catalana. De gestión de políticos
catalanes. Blanco y en botella.
Hace años, la
Generalitat se quedó sin dinero para la L-9. La solución que encontraron fue
que se la quedaran las constructoras, como se hace con las autopistas. Las
constructoras aceptaron y se repartieron las estaciones. Por lógica, esto va a
acabar como con las autopistas. Las empresas concesionarias se hacen de oro con
ellas (al menos con las de Cataluña, no hablo de las radiales de Madrid), y los
políticos, cuando les caducan las concesiones, se las renuevan. Y los usuarios,
a pagar. En este caso, será la Generalitat la que pague por los usuarios, pero
lo que es fijo es que las constructoras, como concesionarias, se harán tan de
oro - o más- como las de las autopistas.
Y la otra cosa
segura es que de la pasta que pague la Generalitat por el empleo de la línea de
metro privada una parte no llegará a las constructoras. En la mejor tradición
de la política catalana, ya me entienden. Y si se fijan en los sobrecostes, se
podrán imaginar que esa parte que no llegue no será un mísero 3%. Caramba, si
te voy a pagar un fijo de 2.000 millones todos los años no te va a venir de 100
millones más o menos, ¿verdad?
El consejero de
economía de Cataluña no ha estudiado ciencias empresariales ni económicas.
Tampoco ha dirigido o gestionado empresas que nos muestren su valía y
capacitación. Es licenciado en Historia (en Cataluña, que no es lo mismo que serlo en el resto de
España). Todo lo más, es alcalde del pueblo con mayor paro de estos
andurriales. Un tipo que planteó que la economía catalana parase una semana
entera para presionar en la consecución de sus objetivos económicos (los del
ahora consejero). Por supuesto, esta alegría va a tener un coste. De entrada,
está pidiendo dinero para pagar las deudas que ya tiene la Generalitat, deudas
que contrajo al pedir dinero (se está pidiendo dinero para pagar los
"bonos patrióticos" de hace unos años, por ejemplo). Y dice que el
dinero que pide ahora ya lo devolverá. Entiéndase que no será a él, sino que en
un futuro le tocará a otro y será su problema, no el de nuestro don Pimpón. Sí,
ya sé que ha llegado al puesto gracias a que gritaba más fuerte que ninguno que
nos íbamos a "desconectar" de a quien ahora le pedimos dinero, pero…
No sé que asombra más, si el rostro de hormigón de estos tíos o las tragaderas
de todos los demás.
Pero por lo menos es
licenciado. Porque el tipo al que aconseja, un julay que no se presentó para el
cargo pero lo nombró nuestro Iluminado Líder por razones que nunca se sabrán,
no lo es. Ni diplomado. Bachillerato, y gracias. En su currículum se decía que
era periodista y filólogo, pero luego se supo que lo de filólogo sólo se
matriculó, y lo de periodista consiguió el carnet por el tiempo pasado en un
medio de comunicación de su pueblo. Estudios, lo que se dice estudios, sólo
bachiller. Esto tendrá un coste, seguro.
En fin. Van pasando
los meses, y nada de nada. Los políticos cobran cada fin de mes por no hacer
nada, y nosotros hacemos como que no nos importa; total, nos
prometieron que el año que viene votaríamos de nuevo si seguimos pagando a éstos o pagamos a otros.
Porque pagar,
pagamos. El Iluminado Líder era el tío que más cobraba de España en lo suyo, de
largo vez y media lo de Rajoy. Pero debía ser poco, porque el Peludo Líder de
ahora se ha subido el sueldo. Y no creo que fuera porque su anterior puesto,
alcalde de Gerona, le tuviera acostumbrado a una vida a todo trapo, porque el
sucesor que él ha puesto allí lo primero que ha intentado ha sido… subirse el
sueldo. Cualquiera diría que se explica en el primer día del primer curso de
Políticas. Lo más curioso es que no lo ha conseguido y ¿qué ha hecho? Dimitir.
Que no le interesa ser alcalde si va a estar tan sujeto, vaya.
Lo de Gerona también
es un atraco. El tipo no era ni concejal. Pero se había apuntado en la lista,
el número 19. Al pasar el alcalde a Líder, se supone que corría el escalafón.
Pero el 2º declinó la responsabilidad (él se presentaba a concejal, no a alcalde)
y el escalafón siguió corriendo. Ninguno de los concejales del partido, por lo
que parece, estaba dispuesto a ser alcalde. Ni siquiera los suplentes. Ya ven,
hasta el 19º, que sí aceptó. Es como se hacen las cosas en Convergencia (si usted cree que hubo renuncia previa de los 17 intermedios, es que es usted
de Solsona). Derecho a decidir.
De los diputados de
la antigua CiU en Madrid, el titular es Quico Homs, el que decía que España era
poco democrática y encuentra normal la designación de Puigdemont y la del
alcalde de Gerona. Uno no sabe si pitorrearse de él o zumbarle hasta en el DNI,
de austrolopiteco que es. Éste sí cree que venimos de monos diferentes. Es tan
cavernícola que uno no sabe si es que no sabe expresarse o es que no sabe
articular pensamientos. Así que el que seguro que saldrá muchas ante la prensa
será su segundo, Carles Campuzano. Este Campuzano tiene 51 años y vive de la cosa
pública desde los 22, siempre en CDC. Es diputado desde el año 96, y cobra,
como diputado, 65.000 € anuales. Plus las prebendas propias y lo que gane como
cargo de CDC (16.600 millones dan para mucho). El tipo ha declarado ahora que
tiene ahorrados 15.000 €. No casa, no coche… Uno se plantea si es verdad. Si
uno está 30 años trabajando con sueldazos de 65.000 €, algo más de 15.000 €
tendrá, no? Salvo que sus gastos sean (65.000x30 - 15.000)/30=64.500 €/año, en
cuyo caso hay que decir que el tipo es un manirroto o un inútil en la gestión
de lo propio. ¿Un tipo así queremos, para que gestione la cosa pública? Pero
también puede hacerse uno la siguiente reflexión: el hombre lleva desde los 22
viviendo de la política. Experiencia fuera de la política, cero patatero. 51
años. Si no se dedicara a la política, ¿cómo ganaría los 65.000 €/año que
requiere su tren de vida? O los 65.000 que se le paga como político, vaya. Este
hombre, que nunca ha tenido la gestión directa de nada, está claro que necesita
el cargo político. Es su primera prioridad. Y elegimos a personas que no valen
para nada salvo para tener cargos políticos sin gestión directa… Yo también
quiero un cursus honorum.
Hubo un tiempo en
que abundaban en Barcelona las bandas en los semáforos. Vendían pañuelos,
hacían ejercicios malabares, limpiaban parabrisas. Los limpiadores, en
concreto, llegaban a ser muy agresivos (me han apuntado que trabajaban para
mafias que les exigían un rendimiento), y tanto si te "limpiaban"
como si no te limpiaban, nunca salías bien librado, y además expulsaron a los
bien intencionados a semáforos no tan productivos. Aquello derivó en agobiante,
y el alcalde dio la orden a la urbana de acabar con ellos. Y no se les volvió a
ver. Hasta hace muy pocos meses. ¿Tendrá algo que ver que ahora tenemos a Colau
como mandamás? Claro que sí. Como los manteros, que también han vuelto. Pero da
igual, porque los votantes de Colau no conducen por las calles del centro. En
fin, sirva esto de los semaforistas como botón de muestra de lo que supone, en
la práctica, tener a una iluminada como alcaldesa.
Pero nuestra
alcaldesa es genio y figura hasta la sepultura. El otro día, recorriendo de
manera oficial el salón de la Enseñanza (una especia de feria de las entidades
con ofertas educativas, llegó hasta el stand de las Fuerzas Armadas, que (como
sabemos los que sabemos), tienen una amplia oferta formativa, incluyendo el
equivalente a la Formación Profesional. Les saluda… y les dice que no quiere
que estén allí. Los dos coroneles mantienen el tipo y le responden "muy
bien, hasta luego". Luego Ms. Colau declara que ella no quiere ejércitos,
que no quiere que haya presencia del ejército en un salón de enseñanza, que hay
que dar mensajes de paz, etc.
Es la misma
inteligencia del tipo que diseña su casa y, como no le gusta el tema fecal, no
coloca retretes ni desgües.
A todos nos gustan
las guerras. Nos encantan las películas de Rambo, pegando tiros con sus
ametralladoras sin fallar uno mientras los vietnamitas caen como moscas. Nos
encantan las guerras, cuando no tienen consecuencias para nosotros. Si son
reales y las pueden tener, la cosa cambia. Si España entra en guerra en
Afganistán, si envía a militares allí y éstos se han de batir el cuero con los
afganos, puede que me afecte porque se destine dinero público al Ejército. Me
afectará más si tengo algún conocido directo allí, pero si no, no me importa
demasiado. Sin embargo, el soldado, el cabo, el sargento, el capitán o el
coronel que va a ir a Afganistán sí le interesa mucho. Irá, porque es su
obligación y se comprometió, pero habría preferido que no hubiera que ir. Es el
más interesado en que España no se meta en líos en Afganistán, por mentar un
país. Son los más interesados en que haya paz. Porque si no la hay, los que van
a recibir son ellos. No nosotros, y desde luego no Ms. Colau.
Por lo tanto,
aprecio a los que están dispuestos a arriesgarse por mí: los bomberos que se
atreven a meterse en un incendio, los policías que me protegen de los
criminales, la Guardia Civil que me buscará toda la noche a 10 bajo cero si me
pierdo en el Pirineo o que vendrá a sacarme de casa si una inundación me pone
en peligro… Y, por supuesto, a los militares. Esos chicos son los que se
encargarán de que si me pasa algo, sea por encima de su cadáver. Así que, en
primer lugar, si participan en un Salón de la Enseñanza con una oferta
formativa, les pongo alfombra roja. Si me encuentro a dos militares que han
destinado a ese acto, no intento que se encuentren personalmente incómodos. Y,
desde luego, no denigro públicamente al Ejército y declaro que no lo quiero
ver.
Pero Ada Colau, lo
sé, no da para más. Es la que ha elegido el pueblo de Barcelona (11 concejales
de 41, pero otros 10 fueron tan tontos como para preferir a ella en el puesto),
y nos toca apechugar con la elección.
Ahora, que sepamos
que no nos saldrá gratis.
Como no nos saldrá
gratis la recua de gobernantes que nos estamos buscando.
Javier Krahe - Villatripas