domingo, 24 de enero de 2016

El nuevo Wilt Chamberlein




Recuerdo que, hace bastantes años, cuando Michael Jordan aún no había ganado todos sus campeonatos, era corriente debatir sobre quién era el mejor jugador de baloncesto de la historia; por lo normal, el debate se centraba en la terna Bill Russell, Kareem Abdul Jabar y Wilt Chamberlain. De hecho, todavía se debate, ahora más bien cual es el mejor pívot, y siempre se hablará de si era mejor Russell o Chamberlain. A favor de Russell, ya se sabe: jugó trece años, diez de ellos coincidiendo con Chamberlain, y quedó campeón en 11, mientras que Chamberlain jugó 14 años y ganó 2 campeonatos. A favor de Chamberlain... quizá todo lo demás. Que se podría resumir en que era una máquina de baloncesto como no ha habido otra igual y que tal cosa se demuestra con sus estadísticas

El fenómeno Wilt Chamberlain queda ya bastante lejos en el pasado, pero sí tenemos ahora a un jugador que es bastante parecido, hasta el punto de que podríamos llamarlo el nuevo Wilt Chamberlain. Hablo, claro está, de Lebron James.

Lebron está en su 13ª temporada. Al igual que Chamberlain, es un monstruo que domina físicamente a todos sus rivales. Al igual que Chamberlain, sus estadísticas son insuperables y es un nuevo hombre-record. Ha ganado dos campeonatos y ha perdido cuatro, como Chamberlain. Este año dudo mucho que gane el título y creo que ya no ganará más, porque los 31 años empiezan a pesar y su dominancia ya no es tan abrumadora como antes; quizá si se une a una escuadra campeona, pero es difícil que ocurra si sigue en Cleveland: los jefes del equipo son unos inútiles y no me extrañaría que nadie quiera ir allí.

Aunque lo niegue, Lebron también es un fanático de las estadísticas, y yo lo tengo claro, lo dijo en su momento Saquille O'Neal: "Empecé a ganar cuando dejé de preocuparme por las estadísticas". Quizá sea eso lo que le falta a James: ¿no entiende que el baloncesto es un juego de equipo y que un campeonato es una carrera de fondo? Todo el mundo se asombra del permanente nivel de San Antonio. Sus jugadores no son los reyes de las estadísticas, no son asiduos de los All-Stars y no figuran en las listas de los all-NBA teams, y sin embargo, año tras año, aunque cambien los jugadores, allí están. Como los Celtics de Russell, por cierto. Nunca se ha dicho que los equipos de Lebron son una máquina de baloncesto; como mucho, que Miami defendía como nadie.

Lebron ganó dos años en Miami porque su equipo era demasiado bueno como para no ganar al menos la mitad de sus finales, pero ahora está en un equipo correcto, normal, y eso no basta. Han echado al entrenador nadie sabe porqué (pero todo el mundo piensa que, en cualquier caso, Lebron no lo quería), y de pronto no tengo claro que lleguen a las finales de la NBA. Si llega, será por la calidad de Lebron, pero allí se encontrará a los Warriors o a los Spurs, equipos que juegan en equipo, y... no tiene ninguna posibilidad.

Y cada año va a ser peor. Batirá más records, seguirá teniendo partidos asombrosos, pero cada vez que le vea jugar pensaré que algo así debió ser Wilt Chamberlain. Un jugador espectacular, pero no un ganador.



Elvis Presley - King of the road

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