lunes, 18 de marzo de 2013

50 años

50 años. Pueden ser muchos años, y pueden ser pocos. Son muchos años si está diseñando un cartel publicitario de unas obras, y son muy pocos para  una pirámide tumba de un faraón. ¿Y para su casa? ¿Cómo se queda si le digo que s casa está proyectada para que dure 50 años? Pues sepa que seguramente así será.

Hablo, claro, de la parte que me toca. De la estructura, de los cimientos, de los elementos estructurales. No sé si las fachadas, los materiales decorativos, las persianas, la instalación eléctrica o la fontanería están proyectadas para que les duren 50 años; debería saberlo, pero yo tampoco lo sé. Su televisor, seguro que no. Y la estructura, ya le digo, si está bien proyectada y ejecutada, le ha de durar 50 años. ¿Qué le parece?
Muerta su madre hace un año, una amiga heredó su piso, construido en 1960. El otro día, en el piso de arriba dos viguetas del forjado se vinieron abajo. De golpe, en el comedor, sin previo aviso. La estructura del edificio no era vista y... 53 años después, empieza a colapsar por zonas. Deterioro de los materiales, oiga.
Por otro lado, estoy seguro de que nadie le advirtió, ni el vendedor, ni el tasador, ni el notario, ni su prestamista, nadie le diría que el edificio con la vivienda que se iba a comprar venía con fecha de caducidad. Así que si le gustaría que le explicase un poco todo esto, siga leyendo.

En primer lugar, las cosas son como son. Los materiales se degradan. El acero se oxida, los plásticos cristalizan,... Las cosas no son para siempre. El calculista, ésto lo sabe, y lo que hace es fijar una vida útil. En el caso de viviendas, lo habitual son 50 años; en edificios monumentales o de especial importancia, 100 años es una vida corriente, y en otros casos se fijan incluso menos de 50 años.

Por supuesto, esto no significa que a los 50 años la casa se venga abajo, claro que no. Se proyecta con un margen de seguridad, y el alargamiento de la vida útil es uno de los resultados de esos márgenes del proyecto. Por otro lado, la norma define lo que es vida útil: es el período durante el cual la estructura se puede utilizar con normalidad sin necesidad de hacer un mantenimiento más allá del ordinario. ¡Ah, pero es que esto tampoco se lo había dicho nadie! A los 50 años, usted debería hacer un chequeo a fondo del estado de sus elementos estructurales y repararlos de las patologías ("achaques", para entendernos) que tuviera. Muy fácil de decir, es verdad, pero salvo que hablemos de fábricas, muy difícil de ejecutar. Me huelo yo que éste es uno de esos casos en los que el legislador pensó que posponer las cosas 50 años le garantizaba que a él ya no le pillaría...

Y precisamente por esto, en mi opinión, la norma es tan pobre. Porque, vale, una revisión/reparación a fondo (que ya me dirán cómo se miran los cimientos) le puede dejar el edificio como el primer día, más o menos (más menos que más, no nos engañemos). Pero ¿qué pasa con las acciones?

Quiero decir, cuando se calcula un edificio se hace para que soporte unas determinadas cargas. Una ventolada, una nevada, un sismo, una situación de incendio.... unas acciones cuyo valor establece la norma. Y se establecen basándose en criterios probabilísticos; es decir, qué valores cuentan con una probabilidad aceptable de ser sobrepasados en un determinado tiempo. En este caso, 50 años. Por poner un ejemplo: la nevadona que se produce cada 50 años. La riada que se produce cada 50 años. La ventolada que se produce cada 50 años. Seguramente, cada 100 años suele producirse una nevada aún mayor, pero no es esa nevada la que se le pide al edificio que aguante, porque la probabilidad de que se produzca en los primeros 50 años de vida del edificio es tan baja que se acepta el riesgo.

Ya puestos, ¿sabe usted qué sobrecarga normal resiste su vivienda? 200 kg por metro cuadrado. La norma considera "razonable" que usted coloque toda esa carga en su casa: muebles, librerías, un trastero o un armario/despensa/cocina, quizá está pintando una habitación y ha apilado todo lo que ahí estaba en la otra habitación... En cambio, es poco probable que utilice su casa como almacén de materiales de construcción, acumule baldosas, sacos de cemento, vidrios y ladrillos en las habitaciones. Puede ocurrir, claro, pero la probabilidad de que así sea es tan baja que la norma opina que no hay que penalizar el cálculo de todas las viviendas por la probabilidad de que en una de ellas se cargue tanto.
Como curiosidad, los 200 kg/m² es en general salvo que viva usted en una "casa barata", denominada vivienda económica desde 1961, y construida antes de 1988, en cuyo caso su casa sólo aguanta 150 kg/m². Algo que, por cierto, tampoco sabrá (si su casa es de ésas o no), ya que no suele darse esa información. A veces se encuentra, eso sí, en la escritura de la casa, pero salvo que sepa lo que busca y lo que significa, y que esté usted a tiempo de echarse atrás, me temo que ya será tarde para hacer nada. Por ejemplo, ¿diría usted que las casas entre Baltasar Gracián y Cortes de Aragón en Zaragoza son de ésas? Pues lo son. Dudo que algún propietario lo sepa. Y ya tienen más de 80 años...
Lo mismo ocurre con las cargas climáticas y demás. Un valor grande tiene una probabilidad baja de que pase en 50 años y no se considera. Pero ¿y si su casa ha de durar más de 50 años? Lo cierto es que, probablemente, se verá sometida a cargas para las que no estuvo calculada, o al menos la probabilidad de que así ocurra es suficientemente alta como para haberla tenido en cuenta. De nuevo, tenemos la suerte de que existen los coeficientes de seguridad, pero, la verdad, no creo que se pensara en esto cuando se establecieron. Con decir que cada vez se trabaja con coeficientes menores...

En fin. Piense en su edificio. Piense en la hipoteca que contrató (y piense también que usted es copropietario de la estructura y cimentación de TODO el edificio). Piense que se proyectó (cargas que ha de soportar, duración de los materiales, etc) para que tuviera una vida útil de 50 años. ¿Cree que durará su edificio hasta el final de la hipoteca? ¿Cree que cuando lo transmita en herencia tendrá algún valor y no será ya una ruina? ¿O quizá, como me pasa a mí que vivo en un edificio de 70 años, su edificio ya está caducado, agotado? ¿Tiene idea de lo que vale hacer la revisión y rehabilitación que la estructura de su edificio necesitaría?

Nadie le advirtió de todo esto, ¿verdad?

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