martes, 19 de septiembre de 2023

La zafiedad se pena con horca

 https://www.youtube.com/watch?v=Qy01R9CEFFs

 

 

Transcurría el mes de agosto con la atonía informativa general cuando la selección española femenina de fútbol ganó el campeonato del mundo. No había muchas más cosas interesantes en ese cálido agosto, y se hizo un seguimiento importante del transcurrir del campeonato. Campeonato que, por cierto, se estiró lo impensable en el masculino; imagino que para ayudarlo, considerarían que no tiene suficiente chicha para ganarse un sitio por sí mismo. El caso es que España se clasificó para cuartos, y fue una explosión informativa. Se clasificó para semifinales, y no se informaba de otra cosa. Se clasificó para la final, y madre mía la que se montó. Ganó, y... Sí, se proclamaron campeonas del mundo, pero para entonces eso a nadie le importaba.

Resulta que en la entrega de medallas el presidente de la RFEF decidió felicitar a una de las jugadoras estampándole un beso en los morros además de los "protocolarios" dos besos en las mejillas, una práctica que por cierto siempre he detestado y me da mucho reparo hacer. Pero volvamos al beso. El Beso.

A partir de ese momento dejé de ver las noticias en la televisión y de leer la prensa, tanto digital como escrita. No se hablaba de otra cosa. Agresión sexual televisada al mundo entero. Da igual que la agredida no le hubiera dado más importancia al asunto, la presión mediática fue tal que actualmente tiene estatus de víctima. Se presiona a la Audiencia Nacional para que Australia, donde se jugó el partido, investigue el acto por si allí fuera delito. La masa vio un beso en la boca a una joven, y no necesitó más. Bueno, sí, necesitó que unas cuantas personas espolearan al populacho, como cuando la liberación de Barrabás. Pero esto los manipuladores no van a reconocerlo. Huelga decir que, tengo entendido, las primeras o principales espoleadoras de la jauría han sido las ministras del Gobierno, Montero y cía. Y, claro.

Todos los periodistas, todos, tuvieron que pronunciarse al respecto. Si no calificaban lo sucedido de agresión y sólo decían que era una zafiedad propia de un zafio como el presidente de la Federación, eran automáticamente tildados de machistas, fascistas, xenófobos, homófobos, intolerantes y resto de calificativos de rigor. Pocos eran capaces de atreverse a ello, así que la mayoría convino. Agresión sexual, y de la peor especie. Por eso dejé de informarme, un brevísimo repaso desde lejos a las cabeceras para cerciorarme de que el monotema iba a ser El Tema una vez más, por supuesto siempre con el mismo enfoque. ¿Pa'qué seguir, pues?

A pocos leí (en verdad, creo que solo a uno) que aquí se estaba juzgando a una persona sin haberla juzgado, que eso de que se es inocente hasta que un juez lo declare culpable y todo eso nos lo pasábamos por la entrepierna, que ni derechos procesales ni nada, el acusado carecía de cualquier derecho.

Tras semanas y semanas no informándose de nada más (y mira que estaban pasando cosas, y que estaban pasando muchas cosas a escondidas que si se supiera de ellas no pasarían, vale decir lo que estaba haciendo el Gobierno mientras tanto) el presidente de la RFEF dimitió. Creo, ya digo que no sigo el tema. Creo que no va a volver a encontrar trabajo en la vida y está pensando cambiarse el nombre, operarse la cara y mudarse a Mongolia a ver si ahí... Es decir, se lo han cargado. Lo han convertido en el hombre más odiado de España.

Experiencia personal: ni se me ocurriría sacar el tema si hay una mujer delante. Pues ¿cómo no iba, entonces, a condenar de la manera más rotunda no sólo lo sucedido sino también al agresor?

Y todo por... ¿un beso en los morros a una chica que a esa edad ha recibido ya cientos de besos en la boca, sin duda muchos de ellos no solicitados? En un acto de euforia máxima, con los ánimos exaltados en grado superlativo, celebrando un campeonato del mundo, tras propinar los reglamentarios besos en las mejillas?

Bien, apliquemos entonces el principio de proporcionalidad. Robar una cartera en la calle es peor, diría. O que le roben a uno en el coche, o le desvalijen la vivienda. Es peor que le peguen a uno (o a una) un guantazo en la cara. Es peor que un patinetero te atropelle. Es peor que un jefe te toque el culo. Es peor que te encarcelen mediante un falso testimonio. Así que a todos esos, qué menos que cortarles una mano y expulsarles del país, expropiando todos sus bienes. Si se produce una agresión sexual, pongamos que alguien manosea lúbricamente los pechos de una mujer, ejecución en plaza pública. Si el manoseo se le realiza a una niña prepuberal, ejecución 2 veces en esa plaza (o una en esa plaza y otra después en otra). Si violación, ejecución del agresor y de toda su familia en 2 grados de consanguineidad. Si además de violar, mata a la mujer, ejecución en 6 grados de consanguineidad y de todos los habitantes de la población en la que estuviera el agresor censado. Digo yo, ¿no? Y, por supuesto, sin jueces de por medio. Que para algo están las redes sociales, no hay que ser un antiguo.

En algún titular leí a no sé quién que justificaba la cacería con el argumento de que el beso no solicitado era, obvio, el primer paso hacia la violencia sexual, el proxenetismo, el abuso, la violación y no sé qué más, por lo que lo mejor era, preventivamente, castigar al agresor como si hubiera cometido ya la agresión futura que cabe esperar de quien besa a una jugadora en un momento de euforia. Si aplicamos el criterio que aplica la autora, si se salta uno un semáforo, a la cárcel. Que ya sabemos, empieza uno saltándose los semáforos y termina atropellando a cualquiera, puesto de pastillas y alcohol. Claro que si uno se toma un culín de sidra... eso es lo que precede al alcoholismo, y cualquier día uno, borracho, atiza a la primera mujer que pille. Así que también ejecución en plaza pública a quien tome un culín de sidra. Si uno roba un bolígrafo en una oficina de un banco... se es un político en potencia, cualquier día desfalca 900 millones en drogas y putas. Ejecución preventiva.

¿Y si juzgamos a toda esa ralea con los mismos criterios que quieren aplicar al interfecto? Seguro que dirían que no, que qué barbaridad. Que lo que ellas declararon o escribieron o dijeron fue un calentón en un primer momento, algo dicho sin pensarlo bien. Qué casualidad, lo mismo que le ocurrió al agresor de esta historia.

Si me preguntan a mí, si se hubiera dejado el tema en paz la "víctima" habría olvidado ya todo el asunto (de hecho, hubo que "recordárselo" para que pusiera denuncia), y el patán habría quedado como el grandísimo zafio que es. Eso es todo. Fue una zafiedad lamentable, televisada a todo el planeta, y no da para más. Pero en esta sociedad tan woke, las más locas de todas tienen el mayor poder, y por eso pasa lo que pasa.

Ahora, que las jugadoras de la selección también han salido perdiendo. A nadie le importa ya el campeonato, eso está ya olvidado. Y eso que, en los primeros días, fueron ellas mismas las que más insistieron en que se dejara de hablar del beso, que lo importante era la gesta que habían logrado. Eso, a las espoleadoras, que no les gusta el fútbol ni el deporte, les dio igual. La mayor gesta que van a conseguir en su vida, y nada. Las jugadoras, no es discutible, no son culpables de nada y han salido perdiendo. Así que, además del zafio (que va a perderlo todo), también son víctimas las jugadoras. Pero eso, a las que se han autoerigido en sus "protectoras", les da igual.

 




Alabama - I'm in a hurry (and don't know why)