viernes, 15 de julio de 2022

A Churruca le ha llegado su hora

https://www.youtube.com/watch?v=OGkBW3Ni4UY 

 

 

Cuando era niño, en casa teníamos dos tortugas de agua en una palangana verde; nos encantaba jugar con ellas. Sus nombres eran Nelson y Churruca. Yo era chavalín, tendría 5 años, 7 el hermano más mayor, y como eran de agua, insisto, estaba claro que esos tenían que ser sus nombres.

En el barrio de la Barceloneta hay dos calles importantes que van de mar a mar, del puerto a la playa. La del almirante Cervera, y la del almirante Aixada. La de Cervera es más importante, es la que vehicula el tráfico. A la mitad de la calle de Cervera hay una calle semipeatonal, muy ancha (parámetros de la Barceloneta, un barrio con un urbanismo muy especial), que la comunica con la plaza del mercado, la plaza principal del barrio. Esa calle está dedicada al almirante Churruca.

A Cervera ya le quitó Colau la calle, no porque fuera franquista sino porque si hubiera vivido en la época de Franco, "lo hubiera sido". Durante la pandemia del covid, de tapadillo tras el escándalo público que supuso lo de Cervera, le cambió el nombre a la del almirante Aixada, siendo ahora Emilia Llorca Marín. Llorca (1948-2009) era una vecina del barrio, líder del movimiento vecinal que estaba en contra de la gentrificación del barrio. Y ahora le toca el turno a Churruca: le van a quitar la calle para dársela a Miquel Pedrola.

Del almirante Churruca, uno de nuestros mejores marinos y nombrado almirante a título póstumo tras su muerte en la batalla de Trafalgar, no hace falta decir mucho: cualquier español de bien debería conocerlo. En la otra esquina, Pedrola: nacido el 22 de junio de 1917 y muerto en el frente el 8 de septiembre de 1936, con 19 años y dos meses de edad. ¿Para qué le dio tan corta vida? Pues se lo pueden imaginar, para poco: ser militante del POUM. En todo lo demás, seguro que fue como cualquier españolito de a pie.

Me dirán, y es cierto, que Pedrola fue vecino del barrio, y Churruca no. Aduciré yo, en cambio, que hay vecinos del barrio que lo fueron durante más años que no tienen ni una triste placa que les recuerde como sí tiene Pedrola, y que si el mérito de Pedrola fue ser miliciano del POUM (y ya sabemos qué supuso eso aquel verano en Barcelona), con la placa de recuerdo que hasta ahora tenía ya iba bien librado.

Uno, con méritos indiscutibles para merecer calle en cualquier población de España. El otro, sin haber hecho nada digno de recuerdo en su vida y, si me apuran, habiendo tenido al final una actitud cuando menos cuestionable. ¿A quién elegirían? Aunque la pregunta correcta es a quién creen que elegirían los gobernantes que tenemos? La respuesta a esta última pregunta, me temo, la sabemos todos.

Cada ciudad puede nombrar a sus calles como le plazca, faltaría más. Pero echo de menos un poco más de altura de miras, alguien que diga que a los hombres hay que valorarlos por quienes son, no por dónde nacieron. Y si los habitantes de la Barceloneta consideran (el global de Barcelona, seguro que de esto ni se entera) que es más digno del homenaje que representa una calle un pollo de 19 años que no hizo nada en su vida antes que el almirante Churruca, es misión de los gobernantes explicarles que no, que hay más cosas en la vida que las que pasan delante de sus ojos. El habitante de la Barceloneta puede ser localista, y a fe que muchos lo son, pero el gobernante ha de ser cosmopolita.

Pero con los gobernantes que tenemos ahora, ¿qué otra cosa cabría esperar? Ya llevaba yo tiempo intrigado en porqué no estaban quitándole a Churruca su calle.

Somos un país que prefiere que sus referencias sean hombres como Miquel Pedrola antes que Cosme de Churruca. Dentro de cien años los barceloneses se preguntarán quiénes fueron esos Rubianes, Pedrola y Llorca que tienen calles tan significadas, y también cómo es que no tienen calle los almirantes Cervera, Aixada y Churruca, y se asombrarán de nuestra mezquindad.

Y el siguiente será Gravina, seguro. Cuando les digan quién fue y que tiene calle, bocacalle de la calle Pelayo. Hasta ahora se ha salvado porque la calle se llama "Gravina", no "Almirante Gravina" (porque formalmente no fue almirante, sino capitán general de la Armada), pero el día menos pensado algún sedicioso lo descubre y...

En fin, hace muchos años de cuando teníamos aquellas tortugas. Otros tiempos, en los que hasta los más pequeños conocían y respetaban el nombre de los héroes. 

 

 

Neil Young - Star of Bethelehem