sábado, 12 de mayo de 2012

Los deberes del colegio

Esta mañana estuve con un amigo profesional de la enseñanza y le pregunté (¡vaya pregunta estúpida, la mía!) si el deterioro general de la educación se había detenido ya o seguía empeorando la cosa. Su respuesta fue totalmente indirecta: lo que está pasando, decía, no es algo que se arregle con una ley o un plan. Es un problema de educación en las familias, no en los colegios.  De hecho, salen chicos muy buenos.

Pero claro, él veía cada año el "material" que le llegaba y se decía "de esto no puedo sacar nada", y a aguantar un año más.

El problema está en las familias, porque no educan a los hijos en el esfuerzo y el sacrificio: no, estamos criando príncipes, niños consentidos.

Hace no mucho hubo en algún periódico una pequeña polémica epistolar interlectores sobre el tema de los deberes escolares en casa. La tesis general era que los niños ya pasaban demasiado tiempo en el colegio, seis horas, y no hay que mandarles un trabajo adicional: necesitan tiempo para ser niños, jugar, distraerse, dedicarse a otras materias extraescolares. Y además (y esto era lo que más me llamaba la atención), había niños cuyos padres podrían ayudarles con los deberes y niños que no, y eso era no sólo un agravio comparativo sino también fuente segura de diferenciación. No veían justo que unos niños contaran con más ventajas que otros.

Como se decía hogaño en Aragón: ¡jodo!

Mi primera intención era criticar esta idea, pero... ¡es que no me creo que alguno de ustedes pueda estar, siquiera parcialmente, de acuerdo!

Así que les dejo a ustedes la parte argumentaria. Yo... ¡de verdad que me quedo sin palabras!

Digamos, para empezar, que ningún sindicato de estudiantes ni ninguna asociación de madres y padres conseguirá evitar que ayude a mis hijos en matemáticas, en física, en química, en dibujo, en historia, en inglés, en ... En su formación, en suma. Y peor para para aquellos niños cuyos padres no les ayuden en su educación: allá ellos. Y si alguno de mis hijos es ingeniero y necesita algún consejo mío, les aseguro que se lo daré y me importa tres pitos si los demás ingenieros no tienen padres ingenieros que les den sabios consejos.

¿Se me entiende, hasta aquí?

Una segunda reflexión es ¿qué clase de padre pide públicamente que los demás padres no ayuden a sus hijos? Sin duda, o es un incapaz, o no ve jamás a su hijo, o viéndole y pudiendo no quiere ayudarle. ¡Si es que estoy imaginando cómo es, como si lo tuviera delante! ¿Son este tipo de personas las que han de decidir cómo educamos a nuestros hijos?

Claro que otra posibilidad sería que el lumbrera fuera uno de esos que no tiene hijos pero que lo sabe todo sobre como criarlos y qué les conviene. Seguro que sí. Yo también pienso que José Tomás es un cobarde y se arrima poco, ¡no te jode! Se ven las cosas muy fáciles, desde la barrera.

Siguiente punto: me parece terrorífico que alguien con poder tome siquiera en consideración esa idea. ¡Y no me digan que me tranquilice, porque nuestro anterior y amado Presidente del Gobierno sería su fan número uno! Teniendo en cuenta que en este país cualquier idea buenista prevalece siempre sobre cualquier otra que sea "dura"...

En fin. Paro, porque me lo pide mi psicoterapeuta. Sólo le pido que, en el país de mediocres que los mediocres quieren que sea, ustedes por favor intenten que sus hijos sean lo mejor que puedan ser.

Aunque me es obvio que no necesitaban que se lo dijera.