Mostrando entradas con la etiqueta lenguaje. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta lenguaje. Mostrar todas las entradas

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Por qué guión NO lleva tilde

https://www.youtube.com/watch?v=rAuGNw9B6rc


Como todo el mundo sabe, desde hace unos años al menos (desde 2010) guión no lleva tilde; y eso, a muchos, nos parece antinatural. Pero hay una explicación.

La norma dice que se acentúan las palabras agudas terminadas en -n; pero no lo monosílabos. Y guión es monosilába, por lo que no debe acentuarse. Ahora bien...

Guión es monosilábica porque consta de una única sílaba: guión. No son dos sílabas (gui-ón), porque como la vocal débil del diptongo (la i) no tiene el acento el diptongo no se rompe. Pero pero pero...

Pero todos sabemos que guión son dos sílabas, gui/ón. ¿No?

Sí y no. No son dos sílabas, pero en España sí se pronuncia en dos tiempos: hacemos una diéresis. En rigor, quizá, lo más correcto sería escribir guïon (o guïón, yo ya no sé), que se pronunciaría gui-ón, pero estaríamos complicando aún más la cosa y se trata justamente de lo contrario. Y, para más inri, el hiato lo hacemos en España, pero no en la mayor parte de Hispanoamérica: allí lo pronuncian  en una sola sílaba, aunque yo no pueda. Recordemos, para hablar con propiedad, que el hiato es que dos vocales que están juntas se pronuncian en sílabas separadas (lí-ne-a, pero también co-he-te, que es el ejemplo que recuerdo del colegio), y la diéresis es cuando se pronuncia un diptongo con un hiato, siendo el ejemplo canónico de mi infancia el famoso verso "el que huye del mundanal rüido").

Es lo que tienen las diéresis, que son pronunciaciones no normativas de las palabras, y la escritura de las palabras no establece, indica o refleja las variantes de pronunciación. Algo parecido a lo que escribí en su día sobre el idioma inglés y la palabra human.

Por cierto, lo dicho para guión vale también para truhán.

Y un segundo por cierto: la RAE estableció en 1999 que guion no llevaba tilde, pero admitía que quien la pronunciara con diéresis la acentuara. Yo, por ejemplo. Y lo que pasó en 2010 es que retiró la autorización a colocar la tilde. Así que, lo reconozco, soy un fuera de la ley. Y me temo que voy a seguir siéndolo, es algo más fuerte que yo.

 

 

John Denver - Thank god I'm a country boy

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Os Lusíadas

https://www.youtube.com/watch?v=dlYPGjXy_LA 

 

 

Hipérbaton es una palabra curiosa, y también representa algo curioso.

Primero, la palabra: es esdrújula, y se acentúa. Hi-pér-baton. Uno podría pensar que es aguda, por aquello de acabar en -batón, pero no. Y, sin embargo, la palabra en plural ¡es llana! Y por lo tanto no se acentúa: hiperba-tó-nes. El plural se acentúa con la tendencia que le daríamos en singular, y en singular no se acentúa como podría deducirse de su acentuación en plural y parece natural. Un lío, al menos para mí.

Lo segundo, que el hipérbaton designa un empleo curioso del leguaje: el cambio en el orden habitual de las palabras: de madera la cuna

Todo esto viene a cuento de que estoy leyendo Los Lusiadas, de Camoens. En verso, por descontado. La obra es la epopeya de los portugueses y de su establecimiento del camino a la India. En los primeros cantos (aún no he terminado el libro) vemos a Vasco de Gama sorteando las trampas que le tienden los musulmanes en el lado oriental de África, que dominaban cuando él llegó para explorarlo. En un momento dado llega a un sitio donde le acogen bien y le piden, en la mejor tradición de las epopeyas, que cuente quién es, qué le ha pasado de interesante en el viaje hasta allí, que cuente de su tierra, lo normal cuando acoges a alguien de lejos. 

Fijos estaban todos aguardando
lo que el sublime Gama contaría,
cuando él, después de estar un poco pensando,
alzando la cabeza así decía:
- Mándasme ¡oh Rey! que vaya relatando
de mi gente la audaz genealogía;
no me mandas contar extraña historia
mas de lo míos alabar la gloria.
De alabar gloria de otros el empleo
cosa es que se acostumbra y se desea,
mas la alabanza de los propios veo
que se tendrá por sospechosa y fea
y para referirte, creo
que cualquier largo tiempo corto sea;
mas todo, pues lo mandas, se te debe,
iré contra lo usado y seré breve.

¿Breve? Las narices. El tío se explaya que da gusto. Y en un momento dado (canto III, estrofa 111), para  explicar una batalla frente a los moros en la que el ejército moro es muy superior, dice:

 Como el membrudo bárbaro gigante,
del rey Saúl con causa tan temido,
viendo al pastor inerme de él delante
de esfuerzo y piedras solo apercibido,
con palabra soberbia y arrogante
desprecia al flaco mozo no vestido,
que de la honda al son lo desengaña
de que más puede fe que fuerza y maña:

Sí, al principio la obra cuesta un poco leerla: en el principio son constantes las referencias a la mitología ("Que si el facundo Ulises escapara de caer en la Ogigia eterno esclavo y si Antenor los senos penetrara ilirios y en la fuente de Timavo"), pero se capta la idea, y en cuanto a los hiperbatones uno se va acostumbrando a deshacerlos automáticamente. En ese sentido, resulta refrescante leer las estrofas y hacer el ejercicio mental de poner lo que se dice en un orden entendible. 

Los Lusiadas es una obra de estilo manierista, es decir, barroca dentro del Renacimiento y antes de que llegara el Barroco. No se limita a contar una historia, sino que la cuenta con todo tipo de adornos y detalles; aunque son precisamente esos adornos y detalles los que hacen atractiva la historia, así que no es algo superfluo. Es más, intente contar usted el encuentro entre David y Goliat, a ver si le queda tan bien como a Camoens.

Porque entiendo que habrá captado que la estrofa traída es, precisamente, esa escena. Sería una pena que, por carecer uno de cultura religiosa, careciera uno de la capacidad de apreciar el arte de Camoens.


Chascarrillo final: por razones que desconozco, en el colegio estudié esta obra con el título en portugués, Os Lusíadas, que incluye tilde en la i. Para escribir este artículo he empleado el título en español, y se me ha hecho rarísimo.



Mary Hopkin - Those were the days

 


jueves, 18 de noviembre de 2021

Datos que no cuadran

Leo en la wikipedia que además del español, en Méjico se hablan 68 idiomas indígenas, que con sus dialectos son 364.

¿Qué genocidio, dice?

 

 

Por cierto: siguiendo con lo que dice wikipedia, parece ser que durante la dominación española las lenguas iban a su aire, pero que tras la independencia fue cuando se decidió castellanizar a todos los habitantes, especialmente en el siglo XX. No sé quién tiene que pedir perdón a quién, porque creo que se están vertiendo por ahí palabras muy gruesas acusándonos a nosotros de cosas que nosotros no hicimos y ellos sí. 

Y un segundo por cierto: ¿saben porqué se decidió castellanizar a los habitantes? Pues porque aquello no era práctico.

lunes, 15 de noviembre de 2021

Finiquitado el proceso, pasamos al tema siguiente

https://www.youtube.com/watch?v=DWbHsRU_iNQ 

 

 

El prusés quedó finiquitado el día que un triste antidisturbios de los mozos de escuadra le espetó a un agente rural que se manifestaba de uniforme (algo prohibido, pero tolerado aquí si es "de los nuestros") aquello de "la república no existe, idiota". Aquel día quedó todo el mundo retratado; desde entonces, hay que ser muy muy muy rural para creer que la república existió. Y, si no existió, lo que sí existió fue una tomadura de pelo. En estos momentos todo el mundo sabe que se está peleando por imponer a Netflix más series con versión en catalán, como máxima aspiración política. Esto se ha acabado, no da más de sí.

Pero, pero pero. Un cosa es que se acabe el prusés, y otra que el lazi deje de quejarse: sin comerlo ni beberlo, el tema de los próximos años ya está aquí. Como el otro, nos dará tardes de gloria, provocará lemas y espontáneas manifestaciones norcoreanas, y sobre todo moverá dinero. Mucho dinero. Porque los engañados necesarios ya lo están, y ellos lo justificarán todo.

Hablo, claro está, del catalán. Que está a punto de desaparecer, claman. Eso es tan cierto como que, claman los mismos, el catalán es una lengua con 10 millones de hablantes (alguno, como en las manifestaciones, estira la cifra a 14), se habla en 4 países (España, Andorra, Francia, Italia), la inmersión lingüística es un modelo de éxito, TV3 arrasa (sí, sí, eso dicen ellos), etc. Pero está a punto de desaparecer y por eso es más necesario que nunca más dinero, más chiringuitos, más control, más imposiciones. Netflix en catalán.

El catalán va a ser el nuevo tema. Aquí se nos va a vender la idea de que somos una colonia a la que quieren exterminar quitándonos el idioma, esencia de nuestra cultura, y que esto no lo podemos tolerar. Al tema, pienso, le ven posibilidades. A diferencia de la independencia, se trataría de leyes que se pueden cambiar. Un tema en que poder involucrar a más: ya no solo vascos (y navarros), valencianos y de las Baleares amén de los gallegos, sino que saldrán afectados en Asturias - ya está pasando-, en Extremadura, no me extrañaría que en Canarias y León, chupado en Aragón, capaces son de pringar a los murcianos... Son capaces de intentar liarla en todos lados: mira, a mí me están agraviando por el idioma, pero es que a vosotros también porque vuestras lenguas milenarias patatín y patatán. El problema que van a tener es que la batalla internacional la tendrán perdida, y la moral también: la base de su estrategia va a ser imponer y prohibir, ellos que hasta ahora clamaban por la libertad de expresión y que esto va de democracia. Y que estamos todos un poco ya resabiados y en seguida se va a apuntar al dinero, a sacarlo a la luz. Ahora mismo, antes de empezar, el catalán es antipatiquísimo para un amplio sector de la población de las provincias catalanas, el desprestigio que tiene es tremendo: es el idioma de los lazis.

A pesar de todo, los lazis tienen el poder aquí. Y como la realidad la perciben ellos a su manera, vamos a tener el asunto del catalán para rato. Supongo que en el futuro escribiré en demasiadas ocasiones sobre el catalán, sobre el lloro sobre el catalán, sobre la imposición del catalán, sobre la salud del catalán y sobre la necesidad del catalán.

Por cerrar el tema de Netflix: hace años intentaron imponer cuotas de catalán en el cine. A Disney y compañía. Hicieron el ridículo, claro. Pero un dato curioso servía para entender porqué era un fracaso anunciado: los cines multisalas, cuando exhibían a la vez películas en castellano y en catalán tenían comprobado que siempre la sala en catalán se quedaba casi vacía. Cuando la gente podía elegir, elegía en español. ¿Por qué se hacía? Fácil: el pase en catalán estaba tan subvencionado que el exhibidor no corría ningún riesgo. Lo que pasaba también es que el exhibidor no quería eso, no quería que le pagaran por proyectar películas que nadie viera: quería que la gente llenara las salas, comprara palomitas y bebidas, cogiera el hábito de ir al cine, esas cosas. Y eso, por suerte para los contribuyentes, las subvenciones no lo arreglaban. En fin, lo importante de la anécdota es que cuando las personas pueden elegir eligen español. No hay más.



Manuel Penella - Todas las mañanitas (habanera de "Don Gil de Alcalá")

viernes, 1 de octubre de 2021

La importancia de la lengua

https://www.youtube.com/watch?v=PCdpqRK-Qfk



Acabo de escuchar por la radio la famosa pieza E lucevan le stelle, de la ópera Tosca, ¡en alemán!

Y sonaba de fábula. Seguramente, porque la pieza es musicalmente preciosa, y lo es se cante en el idioma que se cante. Animo al lector a pinchar en el enlace que encabeza este artículo, para que juzgue por sí mismo.

¿Cuál es entonces la importancia de la lengua? ¿Por qué se alaba una lengua por las obras que genera? Si se alaba el catalán (es un ejemplo) por los versos que Joan Maragall escribió en catalán (sigo con el ejemplo), ¿es que acaso Joan Maragall no habría compuesto unos versos magníficos si los hubiera escrito en griego (de nuevo, es otro ejemplo)?

Desgraciadamente, esto es algo que los talibanes del catalán, y aquí no es un ejemplo, no entienden. Creen que los versos de Joan Maragall son magníficos porque los escribió en catalán, de qué si no.
 
 
 
Giacomo Puccini - Tosca (aria E lucevan le stelle en alemán)
Tenor: Fritz Wunderlich

lunes, 23 de agosto de 2021

Una cuestión de sintaxis

 https://www.youtube.com/watch?v=0tGsHECwLWY

 

 

Leo en un artículo en un periódico digital:

"... Y los asesores de Sánchez se daban cuenta demasiado tarde de la enorme metedura de pata. Esa falta de reflejos que debe acompañar a todo líder internacional para adelantarse a los acontecimientos y no ir a rastras de los mismos, esa pérdida de olfato político, estaba haciendo trizas al presidente del Gobierno, tal como se podía apreciar en los miles de comentarios incendiarios en las redes sociales".
El artículo, no había duda, criticaba al inigualable Sánchez. Por eso mismo, cuando leí la frase tuve que volverla a leer de nuevo, porque me daba la impresión de haberla leído mal. Pero no, estaba bien claro:

"Esa falta de reflejos que debe acompañar a todo líder internacional para adelantarse a los acontecimientos..."

Lo que nos dice la periodista es que una cualidad de un líder internacional es el no tener reflejos para adelantarse a los acontecimientos. Sí, sí, es lo que dice. Porque si quisiera decir que un buen líder ha de tener reflejos y Sánchez no los tiene diría:

 "Esa falta de reflejos que deben acompañar..."

Es sintaxis. Un error de sintaxis.

Me dirán: es una errata. Sí, claro. Una profesional de la tecla, cometiendo errores de teclado. Pero no es ése el tema, para mí.

Yo me he dado cuenta del error porque soy ingeniero. Los profesionales del Derecho buscan el espíritu de la ley por encima del enunciado literal, pero para los ingenieros la exactitud es primordial. 

- Sí, señor juez, yo dije que había que ponerla debajo, pero en realidad quería decir que había que ponerla encima para que lo otro estuviera debajo.

- Nada, nada, no se preocupe, todo aclarado. Un problemilla de sintaxis, le puede ocurrir a cualquiera, lástima que el edificio se viniera abajo. Le condeno a 25 años de cárcel.

- Pero, señor juez...

- ¡Huy, qué tonto soy! Quería decir que no le condeno a 25 años de cárcel... Bueno, no se preocupe, seguro que el alguacil entiende lo que quería decir.

No, para un ingeniero lo que se dice es lo que se quiere decir. Si 24, es 24 y no 34 ni 42. El ingeniero no habla para que sean los demás los que interpreten lo que quiere decir, y menos aún para que interpreten que quiere decir lo contrario de lo que está diciendo. Y por eso al leer el artículo me dieron ganas de arrancarme los ojos.

Por suerte para la periodista, la opinión que tengo de los periodistas en general es tan baja que doy por sentado que su trabajo está lleno de errores, y mi cabeza corrige automáticamente sus faltas de sintaxis. Porque estoy convencido que es un error de sintaxis y que de verdad no quería decir lo que en verdad dijo... 



Carlos Gardel - El día que me quieras

lunes, 26 de julio de 2021

¿Es el plano el lenguaje del técnico?

https://www.youtube.com/watch?v=HAKnWi15ycs 

 

 

Hace muchos años participé, como perito experto, en un juicio de patentes. El asunto era importante, y en consonancia no dictaminaba yo solo, sino que éramos tres  los ingenieros. Resumiendo, el juicio versaba sobre que una parte acusaba a la otra de estar vulnerando patentes de la primera. ¿Lo estaba? Para eso había que precisar qué era lo que estaba protegiendo la patente. Y ahí radicaba parte de nuestro problema: los planos de la patente no se correspondían al 100% con la memoria. Digamos que la parte acusada vulneraba o los planos o la memoria, no recuerdo. Yo era, con mucho, el más joven de los tres ingenieros, y en un momento de los debates el más veterano sentenció: "el lenguaje del técnico es el plano".  Decidimos que la esencia de la patente eran los planos y que en ellos nos teníamos que centrar.

Puede que alguno se escandalice, ¡cómo va a tener preferencia el plano! Pues la tiene, y así está establecido: en un proyecto, en caso de contradicción la preferencia la tienen, por este orden, los planos, las mediciones y presupuestos, el pliego de condiciones técnicas y, por último, la memoria.

Pasaron los años, y yo he seguido pensando que el lenguaje del técnico es el plano.

Yo, no hace falta decirlo, soy un ingeniero del pleistoceno. Soy de una época en la que había planos. Ahora que están desapareciendo, ¿qué?

Me ocurre cada vez con más frecuencia que, sea por taras genéticas o por incompetencia, las partes con las que trabajo, arquitectos y constructores, son cada vez más reticentes a plasmar sus ideas en planos. Y me cuesta un mundo entenderles. Me envía el arquitecto un modelo BIM (la palabra clave), un modelo tridimensional de su proyecto, y no puedo. O me envían los talleres sus modelos tridimensionales de la estructura, para que se los apruebe. 

Cuando un arquitecto me da un proyecto para calcular, lo primero que tengo que hacer es entenderlo. Y para entenderlo, lo disecciono. Lo divido en sus plantas, examino cómo se relacionan en vertical, todo eso. Pero en un modelo tridimensional esto no existe, es un todo. Ha de ser trabajo mío el extraer de ese modelo las vistas en planta y en alzado,y tener cuidado de no dejarme nada que pueda influir. Es trabajo mío. Antaño era del arquitecto, él dibujaba las plantas, las fachadas y los alzados. Ahora ya no, y no creo que sea para ahorrarse el arquitecto el coste de hacerlo pasándomelo a mí (aunque puede que sí). No, creo que es porque los calculistas modernos ya no necesitan tampoco los planos: meten el modelo 3D del arquitecto en sus programas, y ya calculan ellos por él.

Así que, por esta parte, soy un ingeniero del pasado, dirán ellos. Un ingeniero que aún entiende lo que calcula, quiero responder yo.

En el sentido contrario, cuando el ingeniero es el generador de planos, ocurre lo mismo. Ya todo se calcula con modelos tridimensionales, y los resultados del cálculo son eso, modelos 3D. ¿Quién quiere planos? Pues yo, porque sigo pensando en planos. Y necesito planos para comprobar que mi idea se ha desarrollado bien. Pero nadie más.

Hace unos años hablaba con una constructora. Estaban enamorados del BIM. Su capacidad para generar listados de mediciones. El BIM les permitía gestionar la obra con mayor facilidad.

El otro día entregué un proyectillo, una pasarela que tenía seis escalones en un tramo de su recorrido. Después de explicarle los planos a la arquitecta, me dijo que le parecía todo muy bien, pero que si no tenía unas perspectivas (vistas 3D, decía ella) para que se entendiera todo. Dio la casualidad que sí las tenía, porque el programa las había generado pero yo había descartado el plano porque para mí no aportaban nada y estaba en la montaña para reciclar. Lo recuperé, y con ese plano todo lo demás le dio igual.

Sencillamente, esa arquitecta ya no tenía la capacidad de vislumbrar la estructura sólo con plantas y alzados.

Al día siguiente, en otra obra, el taller me pide que le apruebe "los planos" antes de ejecutarlos. Los talleres modernos tienen dos características, cada vez lo veo más claro, y cuanto más modernos y a la última más acentuadas las tienen.

La primera de ellas es que necesitan que la dirección de la obra le apruebe los planos que ellos mismos se generan a partir de los planos que les da la dirección de la obra. Y no importa que me enfade y avise desde el primer día de que yo no reviso nada, que ellos construyan y si resulta que no es lo que yo quería ya me oirán. Es una causa perdida. No sé qué pasa en los talleres, pero ya no quedan técnicos con los redaños suficientes para asumir ellos la responsabilidad de su propio trabajo. Y es el signo de los tiempos.

La segunda característica es la aversión al plano. Son incapaces de dibujar. Absolutamente. Gracias a los ordenadores, ya no saben. Bien, eso lo tengo asumido, les pasa incluso a los arquitectos e ingenieros más jóvenes que yo. Pero en el caso de los talleres, su modelo 3D lo es todo. Y es lo que me envían. 

Por ejemplo, hace poco entregué una estructura. La estructura era muy, muy sencilla, y sólo hice un plano en A-3 en tamaño original; la cosa no daba para más y el cálculo me ocupaba medio folio. Bien, el taller hizo un modelo 3D de mi estructura ¡y me envió el modelo para que lo aprobara! Yo les respondí que no, y que si querían que me enviasen un plano. Que por fuerza coincidiría con el mío, ya he dicho que aquello era tan sencillo que no daba para más. Al final tendré que aprobar su modelo 3D, porque ellos no van a generar ningún plano, no van a fabricar hasta que yo lo apruebe, el cliente no tiene tiempo de que ellos se bajen del burro y no me compensa meterme en más discusiones.

Otro ejemplo, especialmente sangrante, fue uno en que la constructora decidió cambiar toda la estructura; yo les dije que podían, pero que yo no la iba a rediseñar. Así que contrataron a una ingeniería, que hizo el rediseño, y para ahorrar no le encargaron las uniones: ya se las resolvería, gratis, el taller que ejecutara. La ingeniería me pasó los planos y sus cálculos, y bueno. Pero luego el taller quiso que yo aprobara sus uniones. No hay problema, les dije, denme los planos que los miro. No me los dieron. Y tampoco me dieron el modelo 3D, porque no lo harían hasta que yo no aprobara sus uniones. ¿Qué me dieron? Páginas y páginas de anexos de cálculos generados por el programa IDEA (en el programa IDEA uno hace un modelo tridimensional de la unión y el programa calcula). Y querían que con esos anejos de cálculo yo supiera cómo iban a hacer las uniones. Y no conseguí, jamás, ni un simple croquis.

Si los nuevos talleres, los más modernos y vanguardistas, ya no usan un plano ni aunque les vaya la vida en ello, ¿tiene todavía vigencia el lema sobre el lenguaje del técnico? Es obvio que no: el técnico, en el futuro, ya no va a hablar mediante planos, y estos tiempos aciagos son la transición hasta que desaparezcamos los del pleistoceno y queden sólo los jóvenes. ¿Es bueno, es un avance?

Sí, sí que lo es. Supongo que sí. El lenguaje del técnico va a ser el modelo 3D, eso es todo. Lo importante es que el técnico tenga un lenguaje. Que haya técnicos que necesiten expresarse, no solo operadores de ordenador.

Y mi problema es que estoy, claramente, obsoleto. Era algo que tenía que pasar.




Jorge Cafrune - No soy de aquí


sábado, 24 de julio de 2021

Matria

https://www.youtube.com/watch?v=VHutRUx3KCg 

 

 

En España tenemos un paro por encima del 20%. Un paro juvenil en torno al 40%. El sector bancario está despidiendo o prejubilando estos días a miles de trabajadores, y no para sustituirlos por jóvenes: no, son puestos de trabajo que desaparecen. Sin más, no necesitan tantos trabajadores. En Cataluña se van Nissan, Bosch y bastantes más. En la España interior no hay trabajo que atraiga habitantes o retenga a los que quedan. Si no fuera por los empleos públicos, muchas zonas de España serían un desastre. 

Digamos que hay problemas suficientes para que nuestra ministra de Trabajo esté ocupada. Pero supongo que por eso mismo: tiene tantos problemas que no sabe resolver ni uno de ellos, así que se busca otra cosa. Y como es comunista pero no es alcaldesa y no puede cambiar los nombres a las calles, ha propuesto que se cambie la palabra "patria" por "matria". Ya saben, la madre matria. Y es que patria es una palabra femenina,pero se conoce que a ella le parece poco femenina.

Uno, la verdad, se cansa de estas tonterías. Feminizar el idioma.

El español es un idioma femenino. Precisamente porque el masculino es inclusivo, engloba ambos géneros. Precisamente por eso. El español y todas las lenguas que provienen del mismo tronco.

Aceptemos que las lenguas indocaucásicas se originaron en un espacio entre el Indo y el Cáucaso o sus alrededores. Es evidente que las lenguas fueron una evolución a partir de las más primitivas comunicaciones, que por fuerza debieron ser sonidos guturales. Y por fuerza, las primeras lenguas, las que venían de la evolución de esos sonidos guturales, debieron ser también bastante primitivas. Entre esos primitivismos, uno de ellos debió ser la ausencia de género. "Yo", "tú", no tienen género. "¿Quién tiene hambre?", tampoco. Ni "somos dos, somos tres, viene gente". En una época en la que no existía el género en las palabras, las palabras abarcaban a ambos sexos.

Llegaría un momento, poco a poco tal vez, en que se empezó a distinguir. Y se distinguió al sexo femenino. Una persona, un hombre, no tiene género. Puede ser un varón o una mujer. Pero aparecieron palabras específicas para designar a las mujeres. Y el idioma evolucionó para dejar claro cuándo se trata de mujeres. Si todos tenemos hambre, sigue sin haber género. Todos los habitantes, los varones y las mujeres, tienen hambre. Si el problema es sólo de las mujeres, entonces sí: todas tienen hambre. Como "nos los comemos a todos" o "nos los comemos a todas".

Por eso, en nuestro idioma el masculino no es un género específico. Es lo contrario, la ausencia de un género especifico.

Matria. Con la de problemas que tiene que atender. Y los suyos la jalean. Menos los de El País, que aún no han dicho ni mú sobre la noticia, se conoce que ellos sí se dan cuenta de la ridiculez.

 

 

Los Panchos - Alma, corazón y vida


miércoles, 16 de junio de 2021

Y yo sin saberlo

 https://www.youtube.com/watch?v=QfnnmtoRJbI

 

 

La Real Academia Española, en su Nueva Gramática, lo explica clarísimo:

1.12m En la lingüística moderna, así como en la lógica, se suelen clasificar los predicados por el número de argumentos que exigen. El número de argumentos de un predicado se denomina VALENCIA, tomando prestado un término de la química que hace referencia a la capacidad combinatoria de cada elemento del sistema periódico. Según sus posibilidades combinatorias, los verbos se clasificaban en la tradición gramatical en transitivos, intransitivos, impersonales, etc. En la actualidad se entiende que estas clasificaciones son consecuencia de la valencia de los verbos, que se suelen agrupar en avalentes, monovalentes, bivalentes y trivalentes. Los verbos AVALENTES son verbos sin argumentos, como los que designan fenómenos meteorológicos (amanecer, clarear, llover, nevar), aunque algunos de ellos se convierten con cierta facilidad en MONOVALENTES (Los campos amanecieron nevados), como se explica en los §41.5k-n. Así pues, los predicados monovalentes son los que tienen un solo argumento, por lo que en lógica y en semántica se suelen llamar PREDICADOS DE UN LUGAR. Pueden ser verbales (dormir), adjetivales (abrupto) o nominales (valor). Se subrayan sus argumentos únicos, junto con sus marcas preposicionales cuando las requieren, en El niño duerme; Esta carretera es muy abrupta; El valor de la amistad
La cosa continúa, pero para lo que quiero exponer es suficiente.

Yo esto no lo sabía. Y dudo que lo supiera mi padre, el padre de mi padre o el padre del padre de mi padre. Y puede que yo hable como Tarzán en las películas (que no en las novelas), pero puedo asegurar que mi padre, mi abuelo y mi bisabuelo no (cabe explicar aquí que mi bisabuelo era el amigo de Ramón y Cajal, en tanto que boticario del pueblo el primero y el médico el segundo). 

Quiero decir, este tipo de conocimiento no es necesario para hablar con corrección y un léxico variado. Entonces ¿a santo de qué? Puedo entender que la Física o la Química avancen en sus postulados: ¡hay tanto que no sabemos! Saber que el momento angular se conserva siempre o que un ácido más un alcohol producen un ester más agua significa saber más Física y más Química. Pero saber que amanecer es un verbo avalente pero que también puede ser monovalente como por ejemplo en la frase antes citada no es saber más lenguaje. Es un conocimiento inútil, pues usted y yo hemos empleado el verbo amanecer correctamente como avalente y monovalente y ni lo sabíamos.

De hecho creo que a partir de los 12 años no aprendemos más lenguaje. Aumentamos nuestro léxico, claro que sí, algunas normas extrañas como la conjugación del verbo abolir y algunas reglas ortográficas que en realidad sabíamos. Pero el lenguaje lo tenemos ya desarrollado, y sabemos decir y entender la expresión los campos amanecieron nevados sin saber tanta gramática.

En mi opinión, en esto la RAE ha revelado tener caraduras vendehumos que se dedican a complicar el idioma inventando conceptos innecesarios para parecer que hay mucho que aprender y que sólo ellos dominan los arcanos necesarios; es imprescindible que los contratemos como profesores y les demos muchas horas para que sean importantes.

A hablar se aprende hablando, leyendo, debatiendo, razonando, escribiendo redacciones. Viendo películas o representaciones en las que los diálogos son importantes, programas de televisión donde se hable correctamente y se traten conceptos complejos. No se aprende estudiando qué son y cuáles los verbos avalentes.

Pero claro, si les decimos que son unos vendehumos responderán que somos unos necios. Y los necios que les han comprado el humo les creerán.

 

 

Canto de los tiradores del Volga

 


lunes, 7 de junio de 2021

Rábulas

 El diccionario de la RAE define así rábula

Abogado indocto, charlatán y vocinglero.

Y, ya puestos, leguleyo

Persona que aplica el derecho sin rigor y desenfadadamente.

 

Estoy seguro de que son los apelativos que precisa cuando hable sobre los indultos.

miércoles, 6 de enero de 2021

Mamandurrias y sinecuras

El diccionario de la RAE define así mamandurria

Sueldo que se disfruta sin merecerlo, sinecura, ganga permanente.

Y sinecura

Empleo o cargo retribuido que ocasiona poco o ningún trabajo.

Ahora ya puede hablar con propiedad cuando hable sobre política.

sábado, 4 de abril de 2020

Esos odiosos detalles del idioma inglés





Se aprende en el colegio, desde pequeños, que el artículo indeterminado singular del inglés es 'a'. Sin género. Es lo mismo decir 'a boy' que 'a girl'. Y no tienen plural. No pueden decir unos ni unas, sino algunos (o algunas). En fin, cosas de ellos.

También se aprende que si el artículo 'a' va seguido de una palabra que empieza por vocal, se cambia a 'an'. An article, por ejemplo. Nada extraordinario, también en español tenemos una regla parecida con el determinado 'la'.

Solo que la regla inglesa es... ¿cómo decirlo? ¿Un pelín más complicada? No, enrevesada de narices.

Resulta que lo de que la palabra siguiente empiece por vocal se refiere no a que empiece por vocal sino que su sonido empiece por vocal.  Alguno dirá que tiene sentido. También en español se dice 'victoria u honor': honor no empeza por 'o' en sentido estricto, pero sí sonoramente.

Pero hablamos del idioma inglés. Y ahí está la trampa. 

Un paraguas es an umbrella. La aplicación es clara, umbrella empieza con 'u' y 'u' es una vocal, por lo que se emplea 'an'. Esta chupado. 

¿Chupado? A university. Resulta que universidad, university, empieza con 'u', pero esa 'u' se pronuncia 'yiu': 'yiuniversiti'. Y la 'y' está sonando como una consonante, con lo que se emplea 'a' y no 'an'.

¿Y con la 's'? La 's' es claramente una consonante, pero a menudo es pronuncia 'es': como una vocal. Y esto vale tanto con palabras como con abreviaturas. An S.O.S., a SOS.  
 
Con la h' también pasa. A house, an honor.  Casa empieza por 'ho', pero la 'h' se pronuncia como 'j': 'a'. Honor empieza con 'h', pero en este caso es muda: 'an'.

Claro que eso será si se aspira la 'h' o se mantiene muda. Y, como con el español, no en todas partes o todas las personas pronuncian igual. Hay quien human lo pronuncia 'jiuman' y quien lo pronuncia 'iuman', y seguro que hay quien dice 'uman'. ¿Qué pasa con las diferentes pronunciaciones según las zonas, Estados Unidos y Gran Bretaña, por ejemplo? Así como nosotros usamos 'hierba' y 'yerba', también la planta 'herb' se pronuncia diferente en ambos países, con hache aspirada y con hache muda. ¿Debe decirse 'a' o 'an' según lo pronuncia el que lo escribe o el que lo lee? ¿O se escriba como se escriba va a estar bien y mal al mismo tiempo? ¿Y qué pasa si el que habla tiene el equivalente inglés a cecear o sesear?

Uno de los casos más divertidos es con 'one': a one among a million. Porque 'one' se pronuncia 'guán'. Por lo tanto, empieza por consonante. Está clarísimo.

A mí, en el colegio, el profesor siempre me suspendía la pronunciación; recuerdo, en cierta ocasión, mi ¿fallo? con la palabra Spain. Nunca he sabido porqué, ya que no tienen reglas de pronunciación; imagino que mi profesor siempre daría las suyas como buenas en vez de las mías, jajajá. Que por algo era el maestro.

Pero en el pecado tienen la penitencia, y por cosas como éstas uno no sabe si compadecerles, reirse de ellos o mandarles a freir gárgaras.  

En fin, como chascarrillo final: el compositor de la canción que acompaña este artículo es Peter Noone, líder del grupo británico Herman's Hermits. Pero no se ha de pronunciar como Peter No-one (Píter Noguán), sino como Peter Noon (Píter Nun). Y a la 'e' final que le den. ¡Ingleses!



Herman's Hermits - I'm into something good
 

lunes, 2 de marzo de 2020

Conduciendo el taxi





Cuando estuve en Chicago compartí habitación con un neoyorquino que se llamaba Jim. Jim Gordon. Alto, rubio, con gafas de pasta... seguro que se lo imaginan. Como además vestíamos traje, a menudo le llamaba Comisario Gordon. No es de extrañar.

Por cierto que con esto de los trajes hubo un detalle que me llamó mucho la atención: todos los norteamericanos vestían la chaqueta con un corte (me refiero a un corte en la parte inferior del faldón trasero), mientras que los europeos llevábamos chaquetas de dos cortes o de ninguno. Y no había excepciones a esta regla, por ninguna de las partes. Cosas de la moda.

Jim Gordon era un tipo franco y abierto. Recuerdo que en cierta ocasión, al caer la tarde, llegó y me dijo "mis sentimientos pueden resumirse en un ¡whoammmm!": estaba cansadísimo.

Y es que el idioma inglés es así. Como no tienen real academia que lo regule, no hay entidad reguladora y es, como dicen por aquí, 'can Pixa'. Al final, la autoridad la tienen los diccionarios. El Cambridge, el Collins, todos esos. ¿Pero qué da autoridad a un diccionario? Podría pensarse que la precisión y claridad de sus definiciones, pero con norteamericanos de por medio, lo importante es el número, no la calidad. Lo importante es tener muchas palabras registradas. Más que los demás. Quizá por eso el inglés es de los idiomas con más palabras, pero lo que sí es consecuencia es que aceptan palabras nuevas en seguida. El concepto de neologismo es desconocido para ellos, y si aparece la web Google, el primer diccionario que incorpore la voz googlear gana. El chorro de nuevas palabras es constante, que a competitivos nadie gana a los americanos, y si no aparecen nuevas webs algo han de hacer. Y una de las cosas que hacen es inventar palabras partiendo de sonidos. Por ejemplo, el gutural sonido 'yawn'. Es el típico sonido de victoria, de haberlo conseguido, del austrolopiteco que no reacciona articulando un ¡sí! o un ¡bien! o algo por el estilo cuando se marca el gol de la victoria; si prueba a gritar ¡yawn!, entenderá lo que digo. Pues bien, lo que hacen los diccionarios es recoger 'yawn' como palabra válida, y a partir de ahí un yawnido es decir (en voz alta, se supone) 'yawn'. Por eso pueden montar la frase "el bárbaro profirió un poderoso 'yawnido'".  

Pero volvamos con Jim Gordon.

No recuerdo cuál de los dos fue, supongo que fui yo. Pongamos que sí. Salgo del cuarto de baño tras vomitar en el retrete (por la razón que sea), y Jim me dice que he estado "driving the taxi". Conduciendo el taxi. No, no, he estado vomitando, intento aclararle. Pero él me explica. Es una expresión neoyorquina, que hace referencia a la cara y gesto habitual de los taxistas de allí, que agarran con fuerza el volante con ambas manos (muévase al mismo tiempo las dos manos, como Cary Grant cuando conduce un coche en las películas de Hitchcok) y se ponen a gritarle al mismo volante como si estuvieran vomitando. 

Todo esto viene a cuento de que llevo unos días con una sonora tos seca que hace que la gente se vuelva por la calle, flemas, malestar general,... Pero no pasa nada: en Urgencias, tras preguntarme si había estado en China, en Italia o en Irán, decidieron que era un catarro normal (6 años de carrera y 4 años de residencia) y no el coronavirus.

Y también he estado conduciendo el taxi. Era un tipo genial, Jim Gordon.





Donna Summer - Hot Stuff

miércoles, 30 de mayo de 2018

Voluptuosidad. Concupiscencia.





Voluptuosidad. Concupiscencia. Dos de mis palabras favoritas, por su sonoridad, del idioma castellano. Nada que ver, desde luego, con la espantosa palabra "hule". 

Otra cosa es su significado: me atrevería a decir que los menores de, pongamos, treinta y cinco años (en Cataluña, de cuarenta) no tienen ni idea de lo que significan.

Si además añadimos dos palabras más que muchos relacionarían con ambas, "lascivia" y "lujuria"... ¿Sabría usted precisar el significado de cada una y, por lo tanto, sus diferencias? No se preocupe. Con la ayuda del Diccionario de la RAE, yo le saco de dudas.

Empecemos por la primera: voluptuosidad. La voluptuosidad es la complacencia en los placeres sensuales. Sensuales, no sexuales: puede uno, por lo tanto, darse una ducha con voluptuosidad, cuando se recrea en lo agradable del agua caliente etc. etc. etc. Cuando se disfruta de la excelencia de una comida, de la intensa tranquilidad de una playa. Vale, quizá no sea una virtud cardinal, pero ¿qué sería de la vida sin un poco de voluptuosidad?

Lascivia. ¿Sabría traducirla? La lascivia es la propensión a los deleites carnales. ¡Ah, ahora sí! Carnales. Propensión a los deleites carnales, una manera elegante de decirlo, sí señor. La lascivia, es evidente, no es una virtud ni mucho menos.

Lujuria. Es el deseo excesivo del placer sexual. Ya ni carnal: sexual, directamente. Como todos sabemos, los excesos nunca son buenos.

Y, por último, concupiscencia. Pronúnciese despacio, marcando cada sílaba. En la moral católica, deseo de bienes terrenos y, en especial, apetito desordenado de placeres deshonestos. Curiosa definición pues, parece, sólo tiene sentido para un católico. La concupiscencia es una perversidad, la peor de las cuatro.

Aunque sólo para los católicos.

En fin, ahora ya puede emplearlas propiamente. Por lo bien que suenan, le animo incluso a que las incorpore a su léxico habitual.

Voluptuosidad. Concupiscencia. Suenan tan bien, que no dejemos que se pierdan.




Connie Francis - Stupid Cupid (versión de Anne Reburn & BriansThing)

martes, 24 de abril de 2018

A buen entendedor pocas palabras bastan

Camino de mi casa me encontré un local con carteles pegados:


Uno de los carteles me llamó la atención:

(he tachado parte del número)



Entiendo que lo de "caballero" es con la acepción general de "varón mayor de edad", derivada de una aplicación universal del beneficio de la duda.



martes, 13 de septiembre de 2016

Operación salvar la Fabla



Parece ser que en algunas zonas remotas de las montañas que separan Polonia, Eslovaquia y Ucrania existen poblaciones que sólo se rascan la oreja izquierda con la mano derecha pasando el brazo por detrás de la cabeza. Y para rascarse la oreja derecha emplean la mano izquierda, también pasando el brazo por detrás de la cabeza. Algunos autores opinan que tal inveterada costumbre podría provenir de cuando los godos poblaron esas llanuras hacia el siglo I a.C., aunque estudios más modernos podrían demostrar que es más antigua, proviniendo incluso de los primeros indoeuropeos que pisaron Europa. Por desgracia, este hábito se está perdiendo a medida que los más ancianos van muriendo, y las autoridades eslovacas han decidido reinstaurarla (sólo en los poblados que caen en su territorio, claro está), por lo que se han dado instrucciones y los maestros, padres y adultos en general caminan con una vara en la mano para golpear a los niños que no se rascan la oreja a la antigua. Se ha establecido, además, que los niños a los que se enseña la ancestral costumbre serán sólo los de 9 años o menos; a los mayores se les da por perdidos.

 
 
Si no lo digo reviento.

He leído hoy en las noticias que el gobierno de Aragón ha decidido que los 13 niños de Panticosa, los 6 de Hecho y los del valle de Benasque de la educación infantil (de 3 a 6 años) tendrán las clases en aragonés (en el aragonés de cada valle, en realidad). El objetivo es que la Fabla no desaparezca. Porque la Fabla está a punto de desaparecer. Y claro, no puede ser. Hay que reimplantarla, que vuelva.

¿Saben? La gente muere. Es triste, pero ocurre. Y una vez muerta, no vuelven a la vida. Ya está, pasó, sigamos adelante.

Los idiomas también mueren. Es ley natural. El idioma de sonidos guturales de los primeros pitecos, los bisabuelos de nuestros gobernantes, también desapareció. ¿Y qué? Desaparecen cuando las últimas personas que lo hablaban mueren. Como el resto de personas vivas tiene a su vez un idioma, pues no pasa nada, no hay mayor drama. Y si el drama es que se pierde el idioma con el que se escribió la epopeya de Busuruzutlza y no se puede traducir a ningún idioma moderno, seamos francos: aunque se pudiera traducir, ¡nadie iba a leerla, y usted menos que nadie! Así que, en realidad, no hay pérdida que lamentar.

Cuando yo era chico, el aragonés estaba arrinconado en los valles pirenaicos. Pero era localizable, a veces se sorprendían conversaciones en Fabla, y en el Prepirineo, si no se hablaba, sí se comprendía. Y tuve un ingeniero de Jaca en la fábrica, más joven que yo, que no hablaba Fabla pero su madre sí. Pero ésas son vivencias del siglo pasado. Ahora, cuando leo un artículo en el Heraldo u oigo un pregón de fiestas en aragonés me suena más al animal que sólo pervive en los zoológicos.

Por lo que a mí respecta, y así lo he manifestado en muchas ocasiones, la existencia de idiomas múltiples es un problema. La primera diferencia que encuentra un español con un portugués es que cada uno habla un idioma distinto y no se entienden bien. Si los dos hablaran el mismo idioma, se darían cuenta de que apenas son diferentes. Lo mejor sería que sólo hubiera un idioma en el mundo, así todos nos entenderíamos con todos; y, en consecuencia, cuantos menos idiomas haya, mejor.

Por otro lado, tengo cierta experiencia viviendo en esta piel de toro, y auguro que esta iniciativa sólo traerá problemas. Munición para los que quieren arruinar nuestra convivencia. ¡Exaltemos las diferencias entre nosotros! ¡Busquemos que los otros no nos entiendan ni entiendan nuestras tradiciones! De verdad se lo digo, si España no hubiera sido tan tolerante (o tan estúpida) en cuestiones idiomáticas y hubiera sido como, sin ir más lejos, Francia, otro gallo nos estaría cantando ahora mismo.

Y si quieren ustedes la prueba última de que esta medida es una estupidez, fíjense lo que pasa entre nosotros, donde el catalán es la lengua obligatoria de la enseñanza: los políticos llevan a sus hijos a colegios que no cumplen esa norma y no enseñan en catalán. Que eso de las lenguas locales está muy bien, dicen, pero no lo quieren para sus hijos.
 
 
 
Creedence Clearwater Revival - Born on the Bayou

jueves, 21 de enero de 2016

Perdiendo el idioma





Recibo un correo de una asociación profesional en la que me comunican que un grupo de estudiantes de un máster de una universidad de aquí solicitan que contestemos a una encuesta para un estudio que están haciendo (los chicos, no la asociación).

El correo me lo envían, como es pauta en la asociación desde que cambiaron a la chica que los prepara, en catalán y en español. Las preguntas de los estudiantes estaban en español.

Del texto de mi asociación en catalán no voy a decir nada; pero el texto en español era penoso. Penoso, lamentable. No erratas tipográficas, sino errores de a) escribir partes de palabras en catalán, sobre todo terminaciones verbales, y b) usar construcciones y preposiciones como si fueran en catalán (por ejemplo, en catalán se está "a casa", no "en casa"). La persona que escribió el correo es una profesional, contratada por nuestra asociación y que le paga por su trabajo, que incluye redactar y enviar estos correos. Entiendo, por ello, que la moza ha puesto interés y profesionalidad; es decir, que, como mínimo, habrá repasado su escrito antes de enviarlo a las personas que a la postre le pagan.

No se ha dado cuenta de los errores que ha cometido, eso es todo. No sabe que habla un español lamentable. Suficiente para entenderla, sobre todo viviendo aquí y acostumbrado a este español, pero no tiene un español suficiente para escribir textos profesionales.

Luego está la encuesta de los estudiantes. Una presentación muy escueta, y una decena de preguntas a bocajarro. No reproduzco aquí el texto porque no merecen el espacio, pero se lo resumiré: con faltas de ortografía, en algunas preguntas tuteándonos y en otras tratándonos de usted, y sobre todo: con preguntas complejas de responder. Tipo "¿Cuál crees que ha de ser la política de gestión del CO2 del gobierno?". No era ésta una de las preguntas, claro, pero de este jaez. Cortas de plantear, de respuesta compleja.

Y claro. Pues que no. Los estudiantes, los listos, querían que les hiciera su trabajo. Y no sólo: que se lo mecanografiara también. Hacia dónde se dirige el sector de la construcción, cuáles son los nuevos retos que se plantean y qué estrategia estamos adoptando para resolverlos, todo eso. Supongo que alguno no verá la jugada y picará, y si pican dos pardillos los listos ya tienen el trabajo terminado. Tentado he estado de devolverle el correo a nuestra gestora de la asociación, explicándole lo que pretendían los estudiantes y pidiéndole que no picara más, que filtre mejor estas cosas, pero... he decidido pasar. No dedicarle ni dos minutos - salvo para escribir este artículo, como ven.

Pero les estaba hablando del deterioro del idioma. Un grupo de estudiantes de un máster universitario escriben un texto dirigido a profesionales de alta titulación. Supongo que discuten entre ellos qué decir y cómo. Lo escriben y lo repasan. Y estando todos de acuerdo, lo envían.

El texto, como era de esperar, estaba lleno de errores gramaticales. Errores que indican que no dominan el idioma. Ni siquiera en un nivel suficiente para redactar diez preguntas.

Los estudiantes, como la empleada de la asociación, se han educado en Cataluña con el sistema de inmersión lingüística. Ése que consiste en no estudiar en español salvo dos horas a la semana (y en muchos sitios, persiguiendo incluso que los niños hablen entre ellos en el recreo en español), con la excusa de que el español ya se aprende en la calle sin necesidad de lecciones. Y con el argumento adicional de que la gramática se aprende porque es la misma que la del catalán.

Nuestro sistema educativo es cada vez peor. Pero como los maestros de ahora ya han sido educados con un sistema malo, no conocen el sistema bueno y no reconocen lo malo que es el suyo; ya no hay remedio. Pues con el deterioro del idioma ocurre lo mismo. Aquí, en Cataluña, mucha gente habla un español tan paupérrimo que no se da cuenta de lo paupérrimo de su español.

En fin. Primero sólo estaba la inmersión lingüística. Se decía, muchos decíamos, que aquello no iba a ser bueno. Ahora tenemos la inmersión lingüística y un montón de jóvenes que no son competentes en español. No sé si que los jóvenes no sean competentes en español va a tener consecuencias negativas, pero... yo creo que sí. De momento, estamos formando una sociedad más pobre mentalmente. Más incompetente.

Y eso seguro que no es bueno. Pero ¡ey!, al menos estamos construyendo Cataluña. Su Cataluña, quiero decir.


Elvis Presley - Can't help (falling in love)





domingo, 3 de enero de 2016

Merienda de negros



Veo en la televisión el partido de los Bulls. El comentarista, Guillermo Giménez, suele tener varias frases habituales, tipo "esto es un despiporre", pero en este partido me llamó la atención otra de sus favoritas: "esto es un descalzaperros". Descalzaperros la define la RAE como "contienda, revuelta, barullo"; aplicada a la retransmisión de un partido de baloncesto, nos hablaría de un partido bronco, peleado con intensidad. Giménez la emplea, por lo normal, cuando un equipo está desollando vivo al otro, se está dando un festín a su costa. Y me llamó la atención porque yo no digo nunca "descalzaperros", sino "merienda de negros", y en caí en la cuenta de que él, en televisión, no podía decir "merienda de negros": lo crucificarían a la mañana siguiente.

Merienda de negros también es una voz reconocida por la RAE: "confusión y desorden en que nadie se entiende", con carácter coloquial. Creo que se ajusta más a lo que Giménez suele querer decir, pero, ya digo, todos aquellos a los que no deberíamos permitir votar se le echarían encima de tal forma que aunque hiciera una retractación pública seguirían exigiendo su ejecución en la plaza más cercana. 

Para mí, les confieso, "merienda de negros" tiene otro significado. Evoquen, por favor, una película de Tarzán. Los volmangani han atrapado a los expedicionarios blancos previo exterminio de su grupo de porteadores negros, y están poniendo la olla al fuego mientras las viandas esperan turno atadas a un palo. Excitados negros por doquier, chillando y dando saltos. En algún sitio, unos tamtanes establecen un ritmo que suelen seguir un corro guerreros brincando en torno a los blanquitos. ¿Se hacen a la idea? Eso es, para mí, una merienda de negros. Sí que evoca, no lo niego, confusión y desorden, pero incorpora el pequeño matiz de que los negros son caníbales y, aquí sí sería literal, van a desollar y comerse vivos a sus rivales.

En baloncesto, cuando un equipo está ganando al otro de 25 y les está metiendo los triples hasta el suplente de la toalla, éso es una merienda de negros. Aunque no pueda decirse en público y tenga que tildarse de descalzaperros. 

Sí, me encanta la expresión "merienda de negros". ¿Qué pasa? ¿Es que hemos de prohibir cualquier referencia a Tarzán, también?

Por lo demás, el partido me sirvió para comprobar de primera mano cómo está el equipo de Pau Gasol. Es un buen equipo, con un entrenador mediocre, que carece de química y de un tío que temple y mande en la pista, y que sin Gasol lo tendría muy chungo. Pero tienen a Gasol, y el nuevo entrenador es de los de administrar minutos: pienso que tienen opciones en los playoffs, hasta que se encuentre con los de Cleveland.

Lo curioso con los Bulls, este año, es que son la mejor defensa de la liga y sin embargo la afición está descontenta. La afición quiere defensa, no quieren jugadores que metan canastas. Prefieren un 75-76 a un 105-106, pues para ellos un 105-106 es sólo "un intercambio de canastas". Sus argumentos suelen ser del tipo, "sí, vale, la mete, pero no defiende". Y sobre los jugadores que tienen que no la meten ni en una piscina dicen "¡qué tío, qué defensa más buena!" Leyendo en los foros sus opiniones, entiendo que la Conferencia Este sea tan defensiva. En el Oeste, en cambio, la gente es más como yo: el espectáculo es meter la canasta imposible. Y la gente no va a las canchas esperando ver marcajes pegajososo, ataques lentos sin tiros claros y tiros forzados; quieren la asistencia insospechada, la imaginación en el ataque, el movimiento de coordinación imposible y el tiro "uno entre un millon". Esto no significa que quieran las pachangas en las que se han convertido los All-Stars, al contrario, porque es la defensa agresiva la que fuerza el mejor ataque y no hay defensas en los All Stars. Pero, ya digo, en el Este les ponen los marcajes férreos. Y me llama la atención que sea el club de Michael Jordan, al que le hicieron una estatua en una pose ofensiva, no defensiva, pero está claro que hoy lo que valoran en los jugadores es su esfuerzo en defensa. En fin, dice el refrán que jugador de chica, perdedor de mus, y me huelo que hasta que la afición no quiera que su equipo ataque como nadie no ganarán.

Y ya que estoy con el tema: en el Este no sé quién quedará segundo tras los Cavaliers. En el Oeste, la cosa está clara. Warriors, Spurs, Thunder y Mavericks jugarán las semifinales. ¿Spurs contra Thunders? Spurs, dice la lógica. Y Dallas contra Golden State. ¿Golden State? Bueno, Dallas ya ha ganado a los Warriors. Y eso me recuerda que el año que ganaron el campeonato, durante el All Stars entrevistaron a todos los participantes y les pidieron que vaticinaran quién ganaría la liga. Unos decían que Miami, otros que Boston, otros que Lakers, S.A. o los Thunders... me llamó la atención que uno, sólo uno, apostó por Dallas. Nowitzki. Le preguntaron que por qué, y respondió que todo el mundo tenía a un puñado de favoritos, los dichos y quizá me deje a algún otro... y que ellos, a todos esos, les habían ganado. No sé, el entrenador, Carlisle, está en su octava temporada con ellos y sin discusión es de los mejores de la liga; Nowitzki, ya lo escribí el otro día, está llevando sus 37 años mil veces mejor que Kobe (vale, no es el tercer mejor anotador de la historia, sólo el sexto, pero desde luego no se está arrastrando por las pistas como Bryant), y, en fin, el equipo está ahí. Yo que los Warriors no me confiaría. Y lo que ya no sé es cuál de los dos, Spurs o Warriors, destrozará en junio a los Cavs.

Eso sí que será una merienda de negros. O un descalzaperros, si fuera políticamente correcto decirlo.




Elvis Presley - In the ghetto

martes, 21 de abril de 2015

Una lección de la Revolución Francesa.




A finales del siglo XVIII, durante la Revolución Francesa, se dieron cuenta de que había muchas unidades de medida o, lo que es lo mismo, muchas maneras diferentes de medir lo mismo. En cada sitio lo mismo se medía de una manera diferente: para unos eran leguas, para otros codos, brazas, yuntadas, millas, varas,… En otros casos tenemos arrobas, fanegas, onzas, libras, celemines, ánforas, sextarios,… Y todo, además, agravado por el hecho de que en cada sitio la misma palabra representaba, en realidad, medidas diferentes: el codo de un lugar no coincide con el codo de otra región, la fanega de aquí no es la fanega de allí…

Aquello era un girigay, no era serio. Así no se iba a ningún sitio.

Los diputados franceses se consideraban los verdaderos representantes del Pueblo, y puesto que opinaban que el Poder residía en el Pueblo, se arrogaban el poder absoluto de hacer lo que les diera la gana. No la real gana, porque sería contrarrevolucionario y por lo tanto reo de guillotina; sólo la gana.

Así que decidieron que eso de la multiplicidad de medidas se había acabado. Se establecieron unas unidades de medida patrón, y se estableció que todo el mundo las usaría de ahora en adelante, prohibiéndose el uso de otras. Estas unidades de medida, ya las conoce, son el metro, el kilogramo, el litro, etc.

No me cabe duda de que todo el mundo protestó. Sus medidas tradicionales, por favor. Es el fin de nuestra cultura. Y todo eso. Tampoco me cabe duda de que a los pocos años todo el mundo alababa el tener unas medidas únicas y universales y nadie echaba en falta las unidades tradicionales.

Tiempo después, los demás países se dieron cuenta que ése era el camino correcto, y se adhirieron al sistema, adoptando las mismas unidades y desechando las suyas locales.

Como era de esperar, nuevos descubrimientos han requerido el establecimiento de unidades nuevas: el parsec, el angstrom, etc. Pero estas incorporaciones se han llevado a cabo con el espíritu nuevo de medidas patrón y universales.

Como ingeniero, no puedo menos que estar de acuerdo con lo que hicieron los franceses.

¿Y usted?

¿Está de acuerdo?

También ocurrió entonces algo parecido, fueron los mismos y los criterios fueron los mismos. Permítame, entonces, que repita lo dicho, pero con la sustitución de unidades de medida a lo otro.

A finales del siglo XVIII, durante la Revolución Francesa, se dieron cuenta de que había muchas lenguas o, lo que es lo mismo, muchas maneras diferentes de mentar lo mismo. En cada sitio lo mismo se nombraba de una manera diferente: para unos era luna, para otros moon, lune, Mond, maan, kuun,… En otros casos tenemos ventana, window, Fenster, ikkuna, fenêtre, finestra, raam,… Y todo, además, agravado por el hecho de que en cada sitio la misma palabra representaba, en realidad, conceptos diferentes: el sea  (mar, en inglés) de un lugar no coincide con el sea de otra región, el hay (heno, en inglés) de aquí no es el hay de allí…

Aquello era un girigay, no era serio. Así no se iba a ningún sitio.

Los diputados franceses se consideraban los verdaderos representantes del Pueblo, y puesto que opinaban que el Poder residía en el Pueblo, se arrogaban el poder absoluto de hacer lo que les diera la gana. No la real gana, porque sería contrarrevolucionario y por lo tanto reo de guillotina; sólo la gana.

Así que decidieron que eso de la multiplicidad de lenguas se había acabado. Se estableció una lengua patrón, y se estableció que todo el mundo la usaría de ahora en adelante, prohibiéndose el uso de otras. Esta lengua, ya la conoce, es el francés.

No me cabe duda de que todo el mundo protestó. Sus idiomas tradicionales, por favor. Es el fin de nuestra cultura. Y todo eso. Tampoco me cabe duda de que a los pocos años todo el mundo alababa tener una lengua única y universal y nadie echaba en falta las lenguas tradicionales.

Como ingeniero, no puedo menos que estar de acuerdo con lo que hicieron los franceses.

¿Y usted?

¿También está de acuerdo?

Entonces, si es bueno que haya una lengua universal que convierta en innecesarias a las demás, ¿por qué insistimos tanto en defender las lenguas locales?


Comentario adicional: ¿verdad que encuentra lógico y preferible que todo el mundo represente el concepto '1' con el guarismo 1, el concepto '2' con un 2 y el '37' con un 37, y el concepto '1+2=3' como 1+2=3? Pues eso.




Bob Dylan - El hombre puso nombre a los animales, una versión muy sabinesca